Capítulo 4
___________________
¿Sueños o realidad?
Lety intentó levantarse de la cama para alejarse de él
pero Fernando la tenía bien agarrada por las muñecas y no le permitía moverse.
Sin saber que hacer, Leticia se dio por ganada y se
dejó besar, ruegando que luego de ese beso, él se iría. Cuando los labios de
Fernando perdieron contacto con los de ella, él le soltó las muñecas y Lety se
levantó, acercandose a la puerta de su cuarto; luego abrió la puerta y le pidió
a Fernando de irse.
F: Okey Lety, si eso es lo que quiere, me voy.
Fernando se levantó de la cama y se dirigió hasta la
puerta.
Lety se sentía aliviada que él, por fin, se iba.
Fernando llegó a la puerta pero, en lugar de salir, la
cerró y empujó Lety contra la misma. Luego se paró frente a ella y puso su
brazo derecho contra la puerta mientras que con lo de izquierda la estrechó por
la cintura, acercandola a sí.
Lety estaba otra vez en sus brazos.
L: Don Fernando ¡suelteme por favor! ¡Ya le había
pedido que se iba! ¡Además Doña Marcia lo está esperando!
F: ¿¡Y a mi qué me importa!? ¡Que se vaya al diablo
ella y todos los Villaroel! ¡Si estoy aquí es porque me importa solo de usted!
Lety quedó boquiabierta.
Fernando la besó, la levantó y la acomodó en sus
brazos tendiendola después en la cama. Así como la primera vez, se quedó encima
de ella pero, antes de acostarse sobre ella, se quedó mirandola.
Lety ardía por el deseo de ser suya y hasta se podía leer
en sus ojos.
Fernando estaba demasiado feliz de eso. Después de dos
minudos, por fin se quitó el saco y se acercó a sus orejas diciendole:
F: Me muero por sentir su cuerpo en mi cuerpo
Esa frase provocó a Lety un estremecimiento
de placer; ella misma empezó a desabrocharle
la camisa a Fernando que se quedó a pecho desnudo.
F: Yo creo que ahora llegó mi turno ¿verdad?
Y así diciendo le desabrochó
la camiseta de la pijama. Lety quedó en sujetador.
Fernando la miró por algunos segundos antes de empezar
a besar cada centimetro de su piel.
Lety se sentía completamente abandonada al éxtasis y
una mueca de placer apareció en su cara.
Fernando entendió que Lety disfrutaba de sus besos así
que se atrevió más...
Con mucha sutileza, puso sus manos en el borde del pantalón
de la pijama y, con mucha ternura, se lo quitó.
El cuerpo de Lety, quedado en ropa interior, temblaba
de placer.
Fernando continuó a besarla en el pecho y después, en
la cintura. Cuando estaba por quitarle las pantaletas, pero, Lety lo paró
porque algo la estaba estorbando; era una voz que la llamava con su nobre.
Lety, en sí misma: ¡Ay no! ¡Otra vez!
Voz: ¡Lety, ay Lety despierta que se te hizo tarde!
Lety abrió los ojos. Su mamá estaba sentada a su lado.
DJ: ¡Ay por fin! ¡Apurate mi vida que se te hizo
tarde!
Lety miró a su alrededor, todavía media dormida.
L: ¿Y Don Fernando?
DJ: ¿Don Fernando? ¿Para qué lo busques aquí, mi vida?
¿Acaso soñaste con él?
Doña Julieta le hizo una sonrisa picara
Lety, muy avergonzada: Ay mamá ¿¡Como se te ocurre!?
Es que estoy preocupada por la junta, nada más.
Doña Julieta, después de haber abierto la ventana, miró
Lety y le pidió si acaso tenía calor.
L: No mamita ¿Para qué me preguntes?
DJ: Bueno, es que estás en ropa interior.. ¿Donde está
la pijama?
Lety empezó a acordarse del sueño y se hizo roja en la
cara..
L: Pues.... A lo mejor advirtí calor en la noche y me
lo quitè mientras estaba dormida, sin darme cuenta...
Lety quería desaparecer por la vergüenza..
DJ: Pues si tú lo dices... ¡Pero ya mi vida que el desayuno
está listo! Arreglate y baja que allí te esperemos.
Doña julieta salió del cuarto de su hija.
Lety se tocó y notó que estaba sudada.
L: ¡Maldito sea, Don Fernando! ¡Hasta de mi sueños se
dueñó!
Sigue...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario