Capítulo 1
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¡Necesito saber si me ama!
Lety quedó incrédula frente a las palabras de Don Fernando
pero, pensando a lo que había escuchado antes en la oficina de Don Omar, decidió
no creerle y seguir con su plan.
Lety, en tono frío: Bueno Don Fernando, como usted
quiere...
F: Lety ¿Por qué se porta así? ¿Acaso le hice algo
malo? ¿Por qué últimamente es tan fría conmigo? Quizás ya no me quiere...
L: ¡Claro que lo quiero, Don Fernando!
F: ¿La verdad? No le creo nada... Desde que Tomás
empezó a aparecer en cada lugar, usted se ha alejado mucho de mi y ha dejado de
quererme.
A Fernando se le humedecieron los ojos en mirarla..
F: Lety, no le pido que me ames, porque sé que no es
así pero ¡se lo ruego! Por lo que más quiera, ¡No me ruines! Necesito de usted;
¡No sabe cuanto la necesito! Y si alguna vez sintió algo para mi o si tiene compasión
por lo que yo siento, le ruego que me ayude. Le juro que después de eso, no la
voy a tormentar jamás. Yo sé que usted no siente nada para mi pero ¡yo la AMO!
L: ¡Yo también lo amo, Don Fernando!
Fernando se acercó a ella y la besó profundamente
En ese momento, sonó el celular de Fernando; era
Marcia que le pedía a que hora pensaba llegar a la locación. Fernando se enojó y
le gritó que en diez minutos estaría ahí. Después de la llamada, intentó besar
otra vez a Lety que pero lo rechazó dicendole que tenía que irse al evento. Fernando
la acorraló a sí y le dio un último beso, pidiendole si podía contar con ella
por el balance. Lety asintió con la cabeza y él se fue, prometiéndole que
después regresería por ella.
Lety se quedó sola en su oficina...
Pensando a lo que pasó, volvió a llorar y decidió no arruinar
a Don Fernando porque, a pesar de todos, ella lo amaba demasiado así que empezó
a maquíllar el dichoso balance para salvar al hombre que amaba.
En el evento, todo iba de maravilla. Los invitados estaban
felices por el trabajo de Luigi y por el León de oro que había ganado Conceptos
en Cannes. Las agencias de publicidad, pedían citas por contratar algunos
comerciales y todos estaban felices por eso; todos meno Fernando que parecía pensar
en otra cosa...
O: ¿En qué estás pensando, mi querido Fernando? No, no
me digas... ¡Seguramente en tu gargolita! Jajaja
F: Omar, ¡te pido más respeto por Lety!
O: ¡Perdón mi estimado Presidente! Dime una cosa... ¿Convenciste
a tu Lety a maquíllar el balance?
F: Sí Omar, Lety nos va a ayudar
O: Y me imagino que tuviste que besarla muchas veces ¿verdad?
F: Eso a ti no te importa. Lo bueno es que aceptó.
O: ¿Y le dijiste algo de la boda?
F: No Omar, eso lo tengo que arreglar mañana, después
de la junta. Perdón pero ahora tengo que irme.
Durante toda la noche, Fernando estaba pensando en regresar
en los brazos de su amada; ahora más que nunca, se dio cuenta de que jamás en
su vida había amado tanto a alguien como amaba a Leticia Padilla Solís.
O: ¿Y adonde piensas ir?
Fernando no quiso responder con la verdad entonces le
dijo que se iba a su casa a descansar y, tras saludar a sus papás, se fue.
Marcia lo miró alejarse y se imaginó que iba donde su
amante...
Dos horas después, Lety había terminado de maquillar el
balance y había llamado la recepción para pedir a Celso que le llamara un taxi
para regresar a su casa; lo que quería, era irse antes de que regresara Don Fernando.
5 minutos después, pero, Fernando abrió la puerta de
su oficina....
F: Hola Lety, ¿Como está?
L: Bien Don Fernando; el balance está listo.
F: No Lety, me refiero a como está usted, como se
siente.
L: Bien, gracias. He trabajado toda la noche pero en
fin terminé el balance. Aquí está.
Lety entregó a Fernando la cartela con el balance maquíllado.
Fernando, después de verlo: Ay Lety ¡Usted no se
imagina lo feliz que estoy! ¡Usted me devolvió la vida! Gracias, de verdad.
Fernando se acercó a ella y la besó en la boca.
En ese instante, sonó el telefono de la oficina y
Celso avisó Lety que había llegado el taxi.
L: Bueno, Don Fernando, ya se me hizo tarde y tengo
que irme.
F: ¿ Quién la buscaba a esta hora?
L: Era Celso. Me avisó que llegó el taxi que pedí.
F: ¿El taxi? ¿Y para ir adonde?
L: A mi casa, Don Fernando.
F: No no Lety ¡Yo necesito estar con usted! ¡Pasar
toda la noche junto a usted!
L: No, Don Fernando; ¡Usted tiene que descansar y
prepararse para la junta de mañana! Además yo me voy en taxi, no se preocupe.
Lety se adelantó en la puerta pero Fernando la cerró y
no la dejó pasar.
F: Insisto. Yo la llevo a su casa. Por favor, Lety, si
no quiere estar conmigo esta noche está bien, pero dejeme llevarla a su casa, ¡se
lo ruego!
Fernando la abrazaba muy fuerte estrechándola contra sí...
Lety sentía su corazón latir cada vez más fuerte. Estaba muy confundida porque
de un lado lo odiaba por lo que escuchó en la tarde, y del otro, no podía
evitar de amarlo. Finalmente, se dejó convencer y se fue con él. Fernando la
besó otra vez para darle las gracias.
Después de haberse sentado en el coche, Fernando la
miró en los ojos y, antes de arrancar, le dijo:
F: Lety, mi Lety... ¡Le juro que mañana, después de la
junta, voy a dejar para siempre a Marcia y el camino se abrirá para usted y
para mi!
Lety lloraba; en el fondo sabía que Don Fernando le estaba
diciendo puras mentiras, pero decidió creer en lo que le decía; solo por esa
noche, que hubiera sido la última vez que quedarían juntos.
Lety, entre sí: ¿Estar juntos los dos esta noche? Ay
no ¿Cómo se me ocurrió eso? ¡Si yo le dije que no quería pasar la noche con él!
Aunque la verdad... ¡me muero de ganas de estar con él! Pero no puedo ceder a
los engaños... Aunque él me lo propuso, seguramente lo hizo por seguir con su
dichoso plan. Él nunca me ha querido..
Unas lágrimas corrieron por sus mejillas.
F: Lety ¡no llore por favor! Yo quiero que usted sea
contenta porque a partir de mañana, usted y yo vamos a empezar nuestra historia
de amor y esta vez, ¡todo será a la luz del sol!
Fernando paró el coche y la miró en los ojos...
F: Lety, necesito saber si me ama. Para mi es muy importante
saberlo... ¿Me ama?
Lety lo miró fijo en los ojos y, sin saber porque,
sintió que Don Fernando era sincero. Seguramente era una broma de su
imaginación que siempre le hacía creer que él estaba enomorado de ella. De
repente, regresaron a su memoria las palabras de la carta de Omar:
“Acuerdate
Fernando, beso a Lety por no perder la empreza; hago el amor a Lety para no
perder Conceptos”.
No. Don Fernando jamás sintió algo por ella. A pesar
de eso, ella lo seguía amando como loca así que se dejó ganar por las
emociones.
L: Sí, Don Fernando, lo amo demasiado, ¡como nunca he
amado a nadie en mi vida!
Una lágrima bajó de los ojos de Fernando que abrazó a
Lety con todas sus fuerzas. En ese mismo instante, y casi sin voz, Fernando
pronunció estas palabras:
F: ¡Perdóneme Lety!
Lety sintió un escalofrío al escucharlas y, aunque quedó
callada, no pudo evitar preguntarse porque Don Fernando le había pedido
disculpas.
Después del abrazo, Fernando arrancó el coche y se
dirigió en una dirección que no era la de la casa de Leticia....
Sigue...
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