martes, 8 de julio de 2014

Capítulo 13








Capítulo 13
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Distancia

En ese momento Lety, sentì una voz gritar su nombre...

Voz: ¡Lety! ¡Lety!

Lety, entre sè: ¡Don Fernando!

Lety se volteò para correr en los brazos de su amor pero hubo una mala sorpresa al percatarse que la voz que la llamaba no era de Don Fernando si no de Tomas...

L: ¡Tomas! ¿Que haces aquì?

T: ¿Como que que hago aquì? ¿Pensabas de irte sin despedirte de mi? ¿Tu mejor amigo? ¿Tu hermano?

L: No Tomas, ¿como crees? Es que ayer fue un día bastante complicado y esta mañana se nos hizo tarde entonces no tuve tiempo de pasar por ti... ¡Te juro que te iba a llamar una vez a Acapulco!

T: Bueno te adelantè jejeje ¡Suerte Lety! ¡Que te vaya bien!

L: Gracias Tomas...

Lety lo abrazò muy fuerte

L: Tomas, te pido un favor... por nada del mundo Don Fernando debe enterarse que yo estoy a Acapulco ¿me entiendes? ¡Por nada!

T: Està bien jefa, ¡mi boca es una tumba!

L: Te lo agradesco mucho Tomas. ¡Ahora tengo que irme! ¡Nos vemos pronto!

Lety dejò Tomas y regresò al gate; despues de dos minutos, desapareciò de su vista por subir en el avion. En el instante que cerraron la puerta de el avion, Fernando llegò a el aeropuerto.

F: ¡Tengo que encontrarla! ¡Dios mio que no sea tarde!

Fernando empezò a correr en busca de Lety...

Tomas, que todavía estaba en el aeropuerto, lo vio correr por todos lados y entre sí se preguntò: ¿Que hace aquì Mendiola? ¿De veras no entiende que Lety no lo quiere ver ni pintado?

Fernando, mientras tanto, se había acercado a la recepción por preguntar si alguien había visto a una mujer con una trenza, lentes y brackets pero ninguno supe darle información. Fernando, muy decepcionado y deprimido, se puso al centro de la sala de espera de l’aeropuerto y, con voz muy angustiada y llena de dolor, gritò con todas sus fuerzas el nombre de su amada

F: ¡¡Lety!!

Leticia, que estaba en el avion que todavía no había despegado, sentiò su corazon detenerse. Había oído el grito de Fernando pero no con las orejas, si no con el alma. Lograba percepir el dolor en su voz y eso la hizo llorar.

Lety, con la voz llena de dolor: ¡Don Fernando!

C: ¿Que pasa con Fernando Lety?

L:.... nada Doña Carolina, nada...

Lety se secò las lagrimas y tratò de tranquillizarse

C: ¿Porque llora Lety?

L: Ay es que.... ¡le tengo miedo a el avion! Eso es..

Lety tratò de sonreir para no levantar sospechas

C: No Lety, no tenga miedo. El viaje no dura por mucho tiempo y le prometo que todo va a salir bien

L:.... Ojalà...



Mientras tanto, Tomas miraba Don Fernando incredulo. Él estaba llorando y parecía desedperado.

Tomas, entre sí: ¡No puede ser que un hombre como él llore asì por una empreza! ¡Ni siquiera Lety la estubiera robando!

Tomas hubo un escalofrío y algo le vino a la mente

T:.... pero Lety le dejò una carta blanca entonces... ¡La empreza regresò en las manos de los Mendiola! ¿Que diablo quiere más ese tipo? ¡No! No puede ser... ¿Y si de verdad él siente algo por Lety? No, no ¡definitivamente no! ¡Eso es imposible!

Fernando, preso de la desesperación, salì de l’aeropuerto y, mientras se dirigía a su casa, pensò: La perdì... la perdì Lety ¡y todo por culpa de esa maldita carta!

Fernando llegò a su casa y agarrò la foto que retraia él y Lety el día de la filmación del comercial de ropa interior

F: Ay mi Lety... ¡Si supiera cuanto la amo y cuanto me hace falta! ¡Yo no puedo vivir sin usted!

Las lagrimas empezaron a salir de sus ojos

En ese momento, Marcia se presentò en su casa

Fernando se secò las lagrimas de inmediato y ocultò la foto en la bolsa derecha de los pantalones.

M: Mi amor, ¿Que tienes? ¿Estabas llorando?

F: No mi amor ¿como crees? Es que.... tengo un poco de gripa nada más.

M: ¿Quieres que te haga algo? ¿Una sopa bien calientida?

F: No Marcia, gracias. Lo que quiero es descansar un poco y voy a estar mejor verás...

M: Està bien mi amor; acuestate y descansa. Yo tomo un par de cosas que dejé en el estudio y me voy. Si te ofrece algo me llamas ¿si?

F: Si Marcia, gracias.

Fernando empezò a salir los peldaños de la escalera por ir al primer piso pero, sin que él se dio cuenta, le cayò la foto.

Marcia entrò en el estudio y se puse a buscar algunos documentos. Después de muchos minutos, encontrò lo que le sirvia y decidiò que antes de irse, quería despedirse de Fernando entonces subì a primer piso y entrò en la recámara. Fernando ya estaba dormido asì que Marcia hizo por irse cuando él hablò en el sueño

F: ¡Lety, mi amor!

Marcia advirtì un escalofrío y entre sí pensò: ¿Mi amor? ¿Lety?

Inmediatamente se puse a gritar

M: ¡¡Fernando despierta de inmediato!!

Fernando, muy asustado: ¿¡Que pasò Marcia!?

M: ¿Que pasò? ¿Porque no me lo expliques tu?

Fernando estaba confundido...

F: Ay mi amor, ¡pero si yo estaba durmido! ¿Que hice?

M: No quiero que me llames “mi amor” ya que ahora ese apellido apartenece a otra...

F: Ay Marcia, ¡otra vez con tu paranoia de una “supuesta” otra!

M: No Fernando, ¡no es paranoia! ¡Tu mismo pronunciaste su nombre!

Fernando tragò saliva

F: .....¿¡Yo?!

M: ¡Si tu! ¡La llamaste en sueño! A ver, ¡niegame que una tal Lety es tu amante! ¡Y no me digas que pensabas a tu asistente porque la llamaste “mi amor”!

Fernando palidò en la cara

M: ¿Ves? ¿Lo ves? ¡Asì es! ¡Tu amante se llama Lety! Que ironía que tenga el mismo nombre de esa cosa que tenías como asistente... ¡Ahora entiendo! Cada vez que me decías que estabas con Lety, no te referias a tu asistente ¡si no a tu amante!

F: Marcia ¿como se te ocurre? ¡Te he dicho mil veces que yo no tengo amante! ¿Sabes que? Estoy muy cansado y además no me siento nada bien. ¡Lo unico que necesito es descansar y no pelearme contigo! Hazme el favor Marcia, ¡dejame en paz aunque sea solo por hoy te lo ruego! Ya mañana hablamos ¿quieres?

Marcia, muy furiosa, se puso a gritarle

M: ¡Està bien Fernando Mendiola, como tu quieres! Pero no creas de salirte con la tuya ¿eh? ¡Mañana hablamos! ¡ Adiós!

Marcia bajò las escaleras y abriò la puerta para salir pero, antes de irse, algo que estaba en el piso llamò su atención; se acercò para recogerlo y vio que era una foto en la cual estaba Fernando abrazado a Lety.

M: ¿Lety? ¿Que hace junto a Fernando? ¿Y cuando se tomaron esta foto?

Siempre más confundida, Marcia saliò en su coche y regresò a su casa, llevandose la foto.



Quedado solo, Fernando se puso a pensar nuevamente a Lety.

F: ¿Porque Dios mio? ¿Porque no logrè alcanzarla? ¡Ni siquiera sè donde està! Ay Lety, mi amor, ¿porque nos pasò esto?

Fernando estrachò su almohada y se acostò con el nombre de su amada en sus labios.



En su casa, Marcia se había sentado en el sillón con un vaso de whisky en la mano derecha y la foto de Fernando e Lety en la izquierda y estaba pensativa...

M: ¿Porque me afecta asì esta foto? No tiene nada de raro... él tiene su brazo sobre el hombre de ella pero no es nada malo... Ay Marcia, ¡de veras te estás volviendo paranoica!

Marcia lanzò la foto sobre la mensa baja frente del sillón

M: ¡Es que son demasiadas coincidencias! ¿Porque Fernando nombrò Lety en su sueño? ¡No puede ser la misma Lety de la foto! ¡Jamás creería que la amante de 
Fernando es Leticia Padilla Solis! Además... ¡Ella tiene novio! Hasta yo vì los detalles que le regala... Bueno, no es un Romeo ¡pero anda con ella! Ya Marcia, ¡basta! ¡Deja de torturarte con esa tonteria! ¡Entre Letcia y Fernando no pasa nada! ¡ Sería más creíble que fuera gay que enamorado de esa cosa!



Mientras tanto, Lety y Carolina llegaron en el hotel a Acapulco.

C: Bueno Lety, la espero en media hora en la recepción asì vamos a almuerzar y le voy a explicar lo que vamos a hacer.

L: Esta bien Doña Carolina

Lety saliò en su habitación, desempacò su maleta, se refrescò la cara con el agua y bajò en la recepción. Carolina todavía no había llegado asì que Lety se fijò en el acuario donde se encontraban peces que nunca había visto. Lety estaba perdida en los colorer de los peces cuando alguien detras de ella le preguntò:

Voz: Estan bonitos ¿verdad?

Lety se volteò y vio un hombre de pelo rubio, con los ojos azules y vestido de blanco que le sonreía. Ella asintiò y el hombre seguì hablando

Hombre: Mire, ¿ve el pez allì? Se llama pez payaso y pertenece a la subfamilia Amphiprioninae. El pez payaso se caracteriza por sus contrastados e intensos colores, rojo, rosa, negro, amarillo, naranja o blanco. Y ese otro es....

En ese momento, alguen lo interumpì

Camarero: ¡Jefe! Lo necesitan en la cocina...

Hombre: ¡Ya voy! Perdoneme señorita pero tengo que irme.

El hombre le besò la mano

Hobre: Fue un gusto

Lety, muy avergonzada: ....Igualmente

El hombre se fue y llegò Carolina

C: Ay Lety ¡disculpeme por el retraso! Es que no lograba encontrar una cosa... ¿Hace mucho que espera?

L: No, no Doña Carolina ¡no se preocupe!

C: Bueno entonces vamos al restaurante ¿que le parece?

L: ¡Me parece muy bien!

Despues de el almuerzo, Carolina explicò a Lety lo que tenía que hacer junto a ella y la llegò a conocer las participantes al concurso “Nuestra Belleza Latina”. Durante todo el día, se encargaron de resolver varios asuntos cerca del concurso y casi a la 8 de la tarde, regresaron en el hotel. Luego de haberse refrescado, Lety y Carolina se dirigieron al restaurante.

Después de ordenar, pero, Carolina se percatò que Lety estaba muy triste.

C: Està asì por Fernando, ¿verdad?

Lety se desorbitó

L: No Doña Carolina ¿como crees?

C: Lety.... ¿te puedo tutear?

Lety asintiò con la cabeza

C: Bueno... yo no quiero meterme en tu vida y ni siquiera andar de metiche pero ¡no me gusta verte asì! Sè que tu tristeza tiene que ver con Fernando. Yo no sè que pasò pero me parece muy raro que de repente abandonaste él y Conceptos sin dar alguna explicacion...

Lety tragò saliva y tratò de no llorar

C: Si no quieres contarme que pasò con él, està bien pero ¡quiero que te desahoges en alguna manera! ¡Grita, llora, corres, pero no tenerte todo dentro! 
¡Eso te va a afectar más!

Lety no pude más y se puso a llorar. Carolina la abrazò y tratò de consolarla

L: ¡Me quiero morir Doña Carolina!

C: ¡Lety no digas eso! Cualquier cosa te hizo Fernando, no puede ser tan grave de hacerte desear de morir ¡por Dios! Platicame Lety por favor. ¡ Confía en mi!

L: ¡Es que me averguenzo mucho! Lo que hice con Don Fernando no està bien... a pesar que fue todo una mentira...

C: ¿Que fue una mentira?

L:... ¡lo nuestro!

C: ¡¿Que?!

L: Asì es Doña Carolina; yo y Don Fernando tuvimos una relación por muchos meses... yo sabía que él estaba comprometido con Doña Marcia y de verdad, nunca me imaginaba que él se iba a fijar en mi pero...

C:.... ¿pero?

L: Un día él me dijo que sentía algo por mi. A mi me parecía un sueño porque, desde que empezè a trabajar en Conceptos, yo me enamorè de él. Sabía que era un amor imposible... ¿Como pudía un hombre como él hacer caso a una fea como yo? Por eso dejè crecer mi amor por él; porque sabía que solo en mis sueños eso se iba a cumplir.

Lety suspirò

L:.... un día, pero, él me besò y allì empezò todo... Don Fernando me convenció que estaba enamorado de mi y yo, como una tonta, ¡le creí!

C: ¿Porque dices eso Lety?

L: Porque él ¡jamás se enamorò de mi! ¡Era solo una farsa por salvar su empreza!

C: ¿Y tu como sabes eso?

L: Porque una día encontrè una carta que Don Omar había dejado a Don Fernando antes de viajar a Alemania donde le explicaba como debía seguir su “rutina de horror” conmigo...

C: A ver Lety, no entiendo... ¿De que rutina hablas?

L: Es que después que Don Fernando me dijo que estaba enamorado de mi, cada día me regalaba un detalle junto a una tarjeta que “supuestamente” escribía él y que en realidad escribía Don Omar. Cada día me demostraba más como me quería y yo no pude hacer más que creerle... ¡Es que parecía tan sincero! Le juro que sentì con cada fibra de mi cuerpo que él me amaba cuando....

Lety se callò

C: ¿Cuando hiciste el amor con él?

Lety se avergonzò...

L:... asì es.. y no sabe cuanto me arrepiento de eso! Si hubiera sabido antes del dichoso plan de Don Fernando, ¡jamás lo habría permitido!

C: Lety, ¡no te sientas tan culpable! ¡Tu estabas enamorada!

L: Eso no me justifica... Tal vez me merecì lo que me pasò... Cuando me enterè que Don Fernando solo me estaba utilizando por salvar su empreza, me cayò el mundo encima!

C: Lety pero ¿como es eso que te utilizò por la empreza?

Lety le explicò todo: el fracaso de Conceptos, la constitución de otra empreza 
parallela por el embargo, su dichosa historia de amor con él y lo que pasò en la ultima junta del comitè.

C: ¡No lo puedo creer! ¿Como pudo Fernando portarse asì!? Lo que hizo, no se justifica con nada! ¡Ni por celos ni por miedo! Tu estabas incondicionalmente fiel a él; ¡no era necesario llegar a tanto por miedo que lo traicionabas!

L: Y lo peor de todo, es que no abandonò ese plan ni siquiera cuando le contè la apuesta de Miguel....

Lety le explicò como un tal Miguel había jugado con su sentimientos por ganarse unos pesos.

L: Nunca más... ¡nunca más en mi vida voy a confiar en un hombre!

C: Lety ¡no digas asì! Afortunadamente no todos los hombre son asì... Veras que un día llegarà en tu vida un hombre que sepa amarte incondicionalmente.

Lety se sentía cansada...

L: Perdón, Doña Carolina, pero me gustaría retirarme en mi habitación. Fue un dia muy largo y necesito descansar. ¿puedo?

C: ¡Claro que si Lety! Vayase a descansar, nos vemos mañana. ¡Buenas noches, y gracias por aver compartido todo eso conmigo!

L: Gracias a usted por haberme escuchado. ¡Hasta mañana!

Esa noche, Lety no lograba dormir; se volteaba en su cama sin paz entonces decidiò levantarse. Se acercò a uno de los balcones; se sentò en el sillón y se percatò que el hotel tenía una alberca. De inmediato, le vino a la mente el fin de semana que pasò con Fernando en Cuernavaca; esa noche, habían echo el amor en sus sueños... Era una sensaciòn maravillosa porque era como si ellos se llenaban de su propio amor. Es más; el amor era tanto, que hasta envolviera todo lo que estaba alrededor. Lety sonreiò con melancolia y tragò saliva para no llorar. 
De repente sentiò dos manos posarse en sus hombros y advirtì un aliento caliente en su cuello...

F: ¿Se acuerda Lety? Ese día estabamos feliz, lejos de todo y envueltos de nuestro amor

Lety, con voz tiemblante: Si Don Fernando...

Fernando le besò el cuello

F: Quisiera que eso se repetiría... ¡ahora! ¡Me muero por hacer el amor con usted!

Lety recapacitò y se volteò hacia él

L: Do... ¡Don Fernando! ¿Que hace usted aquì?

F: Lety, no soportaba su ausencia y la ausencia de sus besos, de sus caricias...

Fernando seguì besandole el cuello

L: Pero ¡no Don Fernando! ¡Usted no puede llegar aquì y hacer de mi lo que se le de la ganas!

F: ¿Porque Lety? ¿Usted no quiere hacer el amor conmigo? ¡Yo la deseo!

Lety se puso muy nerviosa y empezò a tiemblar

F: Lety, su cuerpo me està diciendo que usted también me desea...

Fernando comenzò a masajearle los hombros y la tomò de la mano arrastrandola a la cama.

Lety no sabia que hacer; Don Fernando la estaba arrastrando en la cama y ella no lograba moverse. Era como si fuera una muñeca en sus brazos; él la rodeaba por la cintura y seguía besandola en las mejillas y en el cuello. De repente, empezò a desabrocharle la chaqueta de la pijama y en ese momento, Lety se dejò transportar por la pasión. Don Fernando se sentò en la cama y ella se sentò sobre los muslos de él, dandole la cara y sustenendose por las rodillas; empezò a besarlo y desajustó el nudo de la corbata. Él la besò en la boca tan profundamente, que a Lety casi le faltò el aliento. Ella, por su parte, le desabrochò la camisa y portò sus labios en el cuello de él. Don Fernando seguía desabrochando la pijama y finalmente logrò quitarle la chaqueta. Luego empezò a acariciarle la espalda y con cada carcia, Lety sentía un escalofrío de placer. Fernando se percatò de eso y decidiò atrevirse más... Se puso de pie, levantò a Leticia y, con energía, la acomodó sobre su cintura, después se volteò hacia la cama y, con delicadeza la dejó caer, quedando por encima de ella. La mirò por un instante y vì que ella lo miraba con amor y con deseo entonces le diò un beso en la boca y se aventurò hasta el escote que besò con ternura y con pasión, provocandole un gemido de placer con cada beso. Lentamente le bajò un tirante del sujetador besandole mientras tanto el hombro, acompañando el movimiento. Después sus dedos corrieron la espalda y lograron encontrar el cierre de el sujetador... con mucha delicadeza, Fernando desenganchó el sujetador, liberandole el pecho. Lety estaba en éxtasis.. era completamente sumisa al placer que Fernando le causaba. Cuando él le besò sus senos, Lety ahogó un gemido más hondo que le hizo temblar todo el cuerpo.

En ese instante, se oiò el sonido de el telefono. Lety no quería contestar pero el sonido estorbaba demasiado entonces arrancò la bocina y contestò con los ojos todavía serrados.

C: ¡Lety! Es más de media hora te marco! ¿Te sientes bien?

Lety abriò de inmediato los ojos muy frastornada y se percatò que estaba en el 
sofá, sin camiseta y sin sujetador y además estaba muy sudada.

L:....si...si Doña Carolina ¡Estoy bien! ¡Perdón si no le contestè antes!

C: Bueno Lety, menos mal... preparese y nos vemos en media hora en la recepción.

L: Està bien. ¡Adiós!

Lety mirò el alrededor y comprendì que se trataba otra vez de un sueño



Mientras tanto, en el D.F, Fernando había llegado a Conceptos y se dirigiò en la oficina de Omar.

F: Hermano, tenemos que hablar...

O: ¡Buenos días Fernando! ¿Que pasò? ¿Lograste hablar con Lety?

F: No... no pude porque....

Fernando respirò hondo

F: ¡Se fue del país!

O: Y.... ¿adonde se fue?

F: No sè brother... no sè... ¡ni siquiera sè si va a regresar!

O: ¿Y que piensas hacer?

F: Todavía no sè. Estoy muy confundido y, como si no fuera bastante, ¡Marcia empezò otra vez con sus celos!

O: ¿Y respcto a la boda? Porque todavía se casan ¿verdad?

F: Omar, ¡yo amo a Lety! ¿Como crees que me voy a casar con Marcia?

O: Eso ya lo sè pero Lety se fue lejos ¡y no sabes si va a regresar! Además ella te odia y no creo que te va a perdonar después lo que pasò...

Fernando lo fulminò con la mirada

O: En cambio, Marcia està aquì y, a pesar de todo lo que pasò, ¡ella sigue apoyandote y tu necesitas su apoyo más que nunca! Piensalo bien Fernandito... Tu mismo diciste que la boda sería solo por el civil...

F: ¿Y que se supone que tendría que hacer?

O: ¡Casarte con ella! Asegurate su apoyo contra de Ariel y despues, si propio no soportes estar con ella, ¡divorcia!

F: ¡Claro! ¡Para ti es todo sencillo! Carvajal, ¡no puedo jugar asì con los sentimientos de Marcia!

O: Disculpeme señor ex presidente pero, por lo que yo me acuerdo, antes estabas dispuesto a casarte con ella y no te preocupabas minimamente de su sentimientos... ¿Que cambiò ahora?

F: Que estoy arto de enganarla asì.... mira, no la soporto, me atosiga con sus celos pero no quiero lastimarla más... ¡no es justo!

O: No no no Fernando ¡piensalo! ¿Tu crees que Marcia no va a sufrir cuando le dices que quieres cancelar la boda? Es mejor que te cases y la hace feliz, aunque sea solo por un tiempo... ¡Además, eso es más conveniente por ti! Si te casas, ¡hasta tus padres podrían apoyarte! En cambio, si canceles el compromiso, ¡tus papas te van a odiar aún más! Acuerdate que para ellos, ¡Marcia es como un hija!

Fernando se puso a pensar... ¿Cuantas probabilidad había de reconciliarse con 
Lety? Y ¿cuando iba a regresar ella? A lo mejor Carvajal tenía razón...

F:....està bien... ¡Me voy a casar con Marcia!




Sigue...

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