jueves, 17 de julio de 2014

Capítulo 22




Capítulo 22
_____________

Adios para siempre


C: ¡Lety! Por el amor de Dios Lety, ¡despierta!

Leticia intentò reaccionar tres vecez pero cada vez cerraba los ojos; no tenía la fuerza o quizás el valor por regresar a la realidad; a esa realidad que quería Fernando casandose con Marcia.

Finalmente Carolina llogrò hacerla reacionar gracias a un algodón embebido en alcohol

C: ¡Lety por fin reaccionaste! ¿Como te sientes?

L: Como si me hubiera pasado un tir por arriba...

C: Bueno lo importante es que reaccionaste. ¡No sabes el susto que me daste! Yo creo que es mejor que te acompañe a tu habitación asì descances un poquito... ¿Que te parece?

L: No se preocupe Doña Carolina, yo puedo ir sola

C: ¡No, olvidalo Lety! ¡Yo te acompaño!

L: De verdad Doña Carolina, ¡no es necesario! Lo que pasò, seguramente fue por cansancio. De verdad, ¡no fue nada!

C: Lety, no me mientas... Sé perfectamente bien porque te desmayaste y ¡fue todo por mi culpa! No te tenía que contar lo de la boda de Marcia...

L: No Doña Carolina, usted hizo muy bien en contarmelo. Quizás eso me ayude a quitarme a Don Fernando del corazón de una vez por todas. Igual ya sabía que se iba a casar...

C: Ay Lety...

Carolina le acariciò la mano como gesto de comprensión; Lety sonrió para tranquilizarla

C: Si no quieres que te acompañe, està bien pero prometeme que cualquier cosa necesites, me llames a mi habitación

L: Se lo prometo Doña Carolina. Buenas noches

En su habitación, Leticia no pudo más contenerse y, abrazada a su almohada, se echò a llorar con toda su alma.

L: ¡Se casa! ¡Se va a casar con Dona Marcia! No lo puedo creer... ¡El hombre de mi sueños, se va a casar con la mujer de mis pesadillas! Y estoy segura que fue también por mi culpa. Si yo no le hubiera dicho lo que le dije esa mañana, quizás a esta hora él estubiera aquì conmigo o quizás,  estuviéramos los dos lejos de todo... ¿Como voy a hacer a sobrevivir sin él? ¿Como puedo enfrentarlo ahora que sé que no me pertenece más? Ay Dios...


En tanto, en el D.F, Fernando estaba frente al elevador cuando Marcia lo alcanzò.

M: ¡Mi amooor!

Fernando, entre sì: ¡Chin! ¡Esta mujer es una pesadilla!

M: ¿Te vas si ni siquiera saludarme?

F: Claro que no Marcia; igual iba a venir a tu departamento esta noche

M: ¿De verdad?

F: Claro... ¿Te gusta la idea?

M: ¡Claro que si mi amor! ¿Y vas a venir ahora conmigo?

F: No Marcia, antes tengo que hacer un par de cosas y después te alcanzo

M: Està bien mi amor. ¿Y a que hora pienses llegar?

F: No sé... termino mis asuntos y luego nos vemos

M: Bueno entonces nos vemos más tarde.

Marcia besò Fernando, que no correspondiò al beso, y se fue.


Llegado a su casa, Fernando se quitò el saco, lo lanzò en el sillón y se sirviò un vaso de whisky. Su mente estaba fija en Lety y en como le iba a decir que se casaba con Marcia.

F: ¿Como puedo decirle que me voy a casar con otra cuando Lety sabe perfectamente que le pertenesco completamente a ella?

Extrañamente todo le parecía demasiado tranquilo y hasta sentía demasiado silencio entonces decidiò encender la radio. Como una burla del destino, el lucutor anunciò que era la noche dedicada a los enamorados y que todas las canciones de esa noche, hubieran sido canciones de amor.

Fernando mirò el techo, pidiendo implicitamente el porque de esa saña. El locutor anunciò el titulo de la sucesiva canción: Sé que ya no volverás.

Fernando quedò helado al solo escuchar el título del exito de Diego Torres


Hoy me pregunté
por qué el final
de nuestra historia es triste
si lo que senti fue tan real
y nunca lo creiste
y saber de que sirvió lastimarse así
yo sé muy bien
dijiste cosas que sabés
no son verdad

Fernando tragò saliva y volviò a pensar en lo que le dijo Lety aquella funesta mañana de domingo

Y aunque ya no estas
no olvidaré
tus marcas quedarán
Sé que ya no volverás
sé que muy lejos estás
que buscas otro lugar
sin mirar hacia atrás

De inmediato el piensamento de Fernando se mudò hacia el güero que Leticia decía amar

Sé que alguna vez te encontrare
y será extraño verte
sé que el tiempo es una señal
una respuesta a todo
y dirá si aquel dolor
que nos hizo mal
nos hizo bien
fue parte de crecer

Los piensamientos seguían en su mente. Ahora Fernando pensaba a cuando Lety regresaría en Conceptos...

Sé que ya no volverás
sé que muy lejos estás
y espero que alguna vez
puedas ver que te amé
Hoy me pregunté
por que el final
de nuestra historia es triste
y si alguna vez te encontraré
si será bueno verte
y saber si esta canclón solo es el adiós que se llevó
lo bueno de este amor.
Sé que ya no volverás
sé que muy lejos estas
que buscas otro lugar
sin mirar hacia atras
Cuanto me cuesta aceptar
que no pudimos ni hablar
y espero que alguna vez
puedas ver que te amé,
Que te amé...

La canción parecía describir en pleno su situación con Lety; Fernando no pudo más contener las lagrimás y se echò a llorar con sentimiento pensando a cuanto cruel era el destino con ellos.



Mientras tanto, en Acapulco, Lety todavía no lograba calmarse y, como si no fuera suficiente, sentía que la cabeza le estallaba entonces decidiò salir en el patio para sentarse un poco en la tumbona y tomar un poco de aire. La cosa funcionò porque, en diez minutos, Leticia llogrò relajarse y hasta dormirse. Su sueño pero, estaba inquieto...

En su sueño, Lety veía Marcia vestida de blanco, frente a un altar, y a su lado estaba Fernando que la tomaba de la mano. De repente hizo su comparsa Omar Carvajal que la miraba y reía.

O: Jejeje ¿Que es lo que sientes ahora que Fernando se està casando con Marcia, gargolita?

Después Omar mirò a Fernando que también reía

O: ¡Te lo dije hermano! ¡Te dije que mi estrategia nunca iba a fallar! Manteniste viva en ella la llama del amor y te acostaste con ella, a pesar de que te daba asco hacerlo y ¡lo conseguiste! ¡Ella està más ilusionada que nunca!

Después mirò otra vez hacia ella y le pidiò:

O: ¿De veras creías que él iba a dejar a Marcia por estar contigo? Jajaja él nunca tuvo intención de estar contigo; ¡solo lo hacía por Conceptos! ¿Todavía no te das cuenta que él no siente nada por ti? ¡Deja de tormentarlo y dejalo libre de hacerce su vida junto a Marcia!


En tanto, en su casa, Fernando no se daba paz. La canción lo había hecho reflexionar sobre los últimos acontecimientos y otra vez se puso a pensar en lo que le había dicho Leticia.

F: ¡Basta Fernando! ¡Tienes que olvidarte para siempre de ella y de todo lo que te dijo! Si de verdad ella se enamorò de otro hombre, ya no puedes hacer nada... Solo espero que ese maldito infeliz logre hacerla feliz como yo no supe hacer...

Fernando se secò las lagrimás y, con mucha lentitud, se levantò, tomò su saco y salì rumbo el departamento de Marcia.



Cuando Leticia abriò los ojos, el amanecer ya había envadido la ciudad costera. Lety se restregó los párpados y se levantò de la tumbona, mirando a su alrededor por sincerarse que solo había sido una pesadilla. Otra vez, su inconscio quería hacerle ver una realidad que ella se negaba aceptar: Fernando no la amaba y solo había jugado con ella.

L: Siento que otra vez Don Fernando me traicionò... Si, asì es; ¡él me traicionò! ¡Nunca fue su intención estar conmigo! ¡Seguramente fue Omar que le dijo de venir a buscarme aquì! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Nunca lo voy a perdonar por lo que me hizo!

La rabia envadia su cuerpo cuando decidiò irse a la playa. Todavía el reloj no marcaba las seis por eso la playa estaba desierta. Lety se acercò a la orilla del mar y empezò a llorar para desahogarse de su rabia.

L: ¡Lo odio! ¡Don Fernando Mendiola quiero que sepa que lo odio con toda mi misma y que no quiero verlo nunca más en mi vida! ¡Esa fue la última canallada que me hizo! ¡Lo odio como nunca pensé odiar a nadie en mi vida! Quiero que desaparezca de mis pensamientos, de mi alma y de mi corazón... ¡No quiero más sufrir por ustes!

Lety escribiò el nombre de Fernando en la arena y una ola lo borrò de inmendiato.

L: Asi como esta ola borrò su nombre del arena, quiero borrar su nombre de mi sistema para siempre.

En ese momento, una mano tocò el hombro de Leticia que se sobresaltò. Cuando se volteò para ver quién la tocaba, Lety quedò boquiabierta. El hombre era, ni más ni menos, que el vidente Jorge Flores.

L: ¡Jorge! ¿Que haces aquì?

JF: Sentì que necesitabas ayuda entonces corrì en tu socorso...

L: Te equivocas Jorge, yo no necesito a nadie

JF: ¿De verdad? Porque no me pareciò asì cuando te escuchè gritar tu dolor...

L: ...

JF: Leticia, sabes perfectamente que puedes confiar en mi. ¿No quieres desahogarte conmigo y contarme que es lo que te pasa?

Lety suspirò hondo y después se echò a los brazos de Jorge Flores, llorando

L: Ay Jorge si tu supieras lo que pasò... ¡Me mataron otra vez!

JF: ¿Porque dices eso? ¿Que pasò?

L: Lo que pasò fue que Don Fernando jugò otra vez conmigo.

JF: ¿Estás segura Lety?

L: ¡Claro que estoy segura! Otra vez se repitiò lo mismo de siempre... ¡Él tratò de convencerme que estaba enamorado de mi para no perder su dichosa empreza!

JF: Pero eso ya había pasado...

L: No Jorge, Don Fernando vino a buscarme hasta aquì para convencerme que me ama y que quiere estar conmigo

JF: ¿Y tu porque no le creíste?

L: Porque... bueno escuchè una llamada de su prometida donde la misma decía que se iban a casar y luego fue ella que llamò a una amiga mia para confirmarle la fecha de la boda. ¿Te das cuenta Jorge? ¡Él nunca tuvo intenciones de estar conmigo! De lo contrario hubiera dejado a su prometida desde hace mucho... Yo me ilusionè tanto... pensè que de verdad Don Fernando había cambiato y que realmente se había enamorado de mi pero no; ¡otra vez fue toda una traición de mi corazón!

JF: Lety, ¿porque lo dices con tanta seguridad? ¿No te has puesto ni un solo momento a pensar que quizás Fernando fue sincero?

Lety tragò saliva

L: No sé... no creo. A ver, ¿porque él se iba a enamorar de mi?

JF: Porque eres una mujer pura, dulce; una mujer buena... y porque le hiciste sentir a Fernando cosas que ni siquiera él se imaginaba sentir contigo

Leticia estaba boquiabierta

L: ¿Y tu como sabes eso?

JF: Porque conozco a Fernando. Lo incontré dos vecez y pude leer en su corazón. Él no es tan malo como tu pienses, creeme.

L: ¡Ay por favor Jorge! ¡Claro que Don Fernando es asì! ¡Él había calculado todo junto a su amiguito Omar y esta vez no fue la excepción! Por eso lo odio...

JF: No digas asì Lety... Sabes perfectamente bien que lo que sientes por él no es odio si no amor. Lo que ahora habita en tu alma, es rencor... Le tienes rencor porque él decidiò casarse con su novia y eso paso solo por lo que tu le dijiste

L: ¿El desgraciado tuvo el descaro de contartelo?

JF: ¡Lety por Dios! Acuerdate que yo soy vidente y no necesito hablar con Fernando para percepir que es lo que siente y te puedo asegurar que ahora él està sufriendo tanto como tu

Lety bajò la mirada.

L: A mi eso no me importa... ¡Si està sufriendo es porque se lo merece! ¡Él se lo buscò cuando decidiò engañarme por segunda vez!

JF: Lety, ¿de veras piensas seguir asì con él? ¿Como vas a hacer cuando vas a regresar en Conceptos?

L: ¿También sabes eso?

JF: Si claro, yo sé eso y mucho más... Sé cosas de ti que ni siquiera tu sabes todavía...

L: ¿Y que es lo que yo no sé y que tu sì sabes?

JF: Eso lo vas a comprobar tu misma en algún momento pero no estoy aquì por eso ahorita

L: ¿Entonces porque viniste?

JF: Por ayudarte a perdonar a Fernando

L: Jorge yo... ¡no puedo! Siento que el traicionò otra vez más mi confianza y no tengo valor para perdonarlo...

JF: ¡Andale Lety! Tienes que ser fuerte y perdonarlo por lo que hizo o de lo contrario no vas a poder enfrentarlo en futuro. Creeme que es muy importante que lo perdones...

L: Està bien; lo voy a intentar...

JF: Bueno, entonces confía en mi.

Jorge se sentò en la arena y encendiò tres velas que traía consigo.

JF: Sientate de frente a las velas

Leticia obedeciò sin protestar aunque la cosa le parecía muy rara

L: ¿Que es lo que tengo que hacer?

JF: Piensa intensamente en él; tienes que visualizarlo

L: ¡No puedo!

JF: ¡Claro que puedes! Lety, tienes que llamarlo y pedirle que venga para acà porque tienes que hablar con él

L: Tengo miedo...

JF: No le tengas miedo al amor... El amor es como el sol que ilumina y da luz. ¡Andale, llama a Fernando!

Leticia tratò de ser fuerte y pronunciò el nombre de su amado

L: ... ¡Don Fernando! ¡Necesito hablar con usted! Por favor, venga por acà

En un momento, desde el mar, apariciò Fernando, vestido de blanco como estaba en Cuernavaca, que empezò a caminar hasta la orilla y se sentò en frente a Leticia.

Cuando Lety lo viò, desorbitò los ojos incredula

JF: Lety, ¿estás viendo a Fernando?

Lety asintiò con la cabeza, todavía apabullada de la situación

JF: Bueno entonces habla con él

L: ¡No! ¡No quiero!

JF: ¡Tienes que hacerlo Lety! Tienes que perdonarlo por seguir adelante libera del rencor y del remordimiento

L: ¿Y que se supone que le diga?

JF: Deja hablar tu corazón

Leticia respirò hondo y mirò a Fernando en los ojos

L: Don Fernando... Ay Don Fernando si usted supiera lo que siento yo ahorita...

JF: ¡Dile Lety, él tiene que saberlo!

L: Està bien... Don Fernando, ¡yo lo amo con toda mi misma! Lo amo desde el primer momento en que lo vì y voy siguiendo amandolo por el resto de mi vida pero... en este momento siento mucha rabia... ¿Porque se va a casar con Doña Marcia si dice que me ama a mi? La noche que pasamos juntos fue magica... Volvimos a estar unidos otra vez y pareciò que el tiempo se hubiese parado. Usted me dijo que me necesitaba; que yo era la mujer de su vida... Entonces ¿porque? ¿Porque me hizo esto? ¡Siento que lo odio! ¡Jugò otra vez conmigo como si yo fuera una muñeca que puede manejar a su antojo! Seguramente fue por el miedo de perder su empreza, ¡otra vez y como siempre! Lo odio Don Fernando Mendiola; ¡Lo odio!

JF: No Lety, ¡no digas asì! ¡Tienes que perdonar a Fernando!

L: No puedo Jorge. Él me hizo demasiado daño... ¡Me matò! No se como hice para sobrevivir la primera vez pero ¡una segunda vez no puedo aguantar! ¡No quiero verlo nunca más en mi vida! ¡No quiero volver a Conceptos!

La cara de Fernando se entristeciò

JF: Lety, tienes que ser fuerte. Fernando te hizo mucho daño pero ¡siento que él también està sufriendo!

Leticia se sorprendiò

L: Seguramente està sufriendo por su empreza...

JF: No Lety; Fernando està sufriendo por amor

L: Ay Jorge eso es imposible... ¡Don Fernando no sabe ni siquiera que es el amor!

JF: Te estás equivocando Leticia y pronto te vas a repentir de lo que estás diciendo...

Lety tragò saliva y mirò otra vez a Fernando en los ojos

L: Està bien... ¡Lo perdono Don Fernando! Lo perdono por haber jugado conmigo la primera vez; lo perdono por haberme enamorado; por todas las mentiras que me ha dicho con tal de salvar su empreza. Le perdono todas las noches que me engañò en la cama y también le perdono su última mentira pero ¡quiero que se aleje por siempre de mi vida! Usted se va a casar con Doña Marcia y, lo único que deseo, es que sea feliz con ella. Que ella sepa darle ese amor que no quiso de mi...

Las lagrimás empezaron a salir de los ojos de Leticia

L: Adiós para siempre Don Fernando...

Lety le acariciò la mejilla

L: Hasta nunca mi amor.

Fernando se levantò y se encaminò otra vez hacia el mar.

Lety, que también se había levantado, se hizo caer de rodillas y ,llorò con toda su alma


Fernando, mientras tanto, estaba dormiendo en la cama de Marcia pero la conexión entre él y su Lety seguía. Mientras dormía, Fernando viò Leticia concederle el perdon y la escuchò también decirle adiós. Lo que pasò lo espantò tanto, que se despertò de golpe, gritando el nombre de su amada

F: ¡Lety no!



Leticia sintiò una punzada en el corazón y fue como si pudo sentir Fernando gritando su nombre...



M: ¡Fernando! ¿Que te pasa? ¿Otra vez pensando en Leticia?

Fernando estaba muy pallido y estaba temblando

Marcia se espantò en verlo asì

M: ¡Por Dios Fernando dime algo! ¿Que te pasa?

F: ...no me pasa nada. Necesito ir al baño

M: ....està bien

Fernando se levantò y se encerrò en el baño. Se apoyo a la puerta y se dejò caer en el piso, echandose a llorar

F: Lety, mi amor... No me hagas eso... ¡No quiero separarme de ti! ¡Todavía no estoy preparado para decirte adiós y nunca lo voy a estar porque tu eres mia!



Sigue...



No hay comentarios.:

Publicar un comentario