viernes, 2 de junio de 2017

Capítulo 78

Capítulo 78
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Necesidad de amar

Lu: No puedo, Carolina... Perdóname pero no puedo dejárte ir...

Y así diciendo, Luis la acercó a su cuerpo y unió sus labios en los de ella en un dulce beso

El beso entre los dos duró varios segundos. Entre sus brazos, Carolina se sintió como si hubieran regresados a dos años atrás, cuando aún estaban casados y enamorados el uno del otra. Lástima que ahora ya no era así...
La publirrelacionista se separó de él, se quitó la chaqueta, dejándola en la barandilla del balcón, y se fue corriendo, dejándolo a solo en el balcón.

C: ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué tuvo que besarme?

Mientras pensaba en eso, las lágrimas le corrían por las mejillas. Por suerte el evento estaba casi en su fin así que saludó los que tenía que saludar y se fue rumbo su departamento.


En tanto, Aldo había llegado al departamento de Marcia. No sirvió ni siquiera que tocara el timbre, ya que la productora ejecutiva lo estaba esperando frente de la puerta.

A: Marcia, no era necesario que me recibías afuera de tu casa; ¡Vas a tomar frío!

M: No te preocupes, Aldo, estoy bien. Y además no se está tan mal afuera...

A: Sí, en efecto es una linda noche... Mira que luna está hoy...

Marcia miró hacia el cielo y se quedó mirando la luna por varios segundos. Parecía encantada así que fue el chef la que la hizo regresar en la tierra

A: ¿Qué te parece si entramos ahora?

M: Sí... sí, claro. Adelante

A: Gracias

Una vez adentro, Marcia lo hizo acomodar en el salón.

A: Tienes un departamento muy lindo, por lo que veo

M: Gracias. Si quieres te acompaño a dar una vuelta

A: Si no te incomoda, me gustaría mucho

M: ¡Claro que no! Ven conmigo

Aldo la siguió para todas las habitaciones del departamento. Marcia le enseñó la sala de estar, el baño, la recámara chica y la recámara matrimonial y por último le enseñó la cocina

M: Esta es mi modesta cocina... Sé que no es muy grande, peró me divierte cocinar de vez en cuando

A: ¿De veras?

M: Sí... Bueno, no es que soy chef nouvelle cuisine, pero a veces me dan ganas de hacer un dulce y me vengo aquí

A: ¡Eso es muy bueno! Yo pienso que cocinar es entre las cosas que más alegran al corazón

M: Sí, a veces funciona hasta conmigo ja ja

A: ¿Quieres que cocinamos algo juntos?

Marcia lo miró sorprendida

M: ¿A esta hora?

Aldo miró su reloj

A: Bueno, aún no es medianoche y, si no tienes sueño, podemos hacer un pastel veloz que solo tiene que cocinar una media hora

La mirada de Marcia se iluminó. Aunque parecía una tontería, para ella fue muy importante ese gesto por parte de Aldo porqué quería decir que él estaba tratando de alegrarle un poco la noche

M: Sí, me gustaría muchísimo, aunque no se si tengo todos los ingredientes... ¿Qué nos sirve?

A: No muchas cosas: huevos, harina, azucar, mantequilla y levadura en polvo. El chocolate lo traje yo desde Perú

La mirada de Marcia brilló como la de una niña

M: ¿Vamos a hacer pastel de chocolate?

A: ¡Claro que sí! El chocolate es el medicamento mejor para las penas de amor

Marcia se puso a reír

A: ¿Qué te causa tanta gracia?

M: Perdoname, es que parece el eslogan de una pastelería

A: En efecto.. Ja ja ja

M: Como sea creo que tengo todo así que, cuando el chef quiere, podemos empezar

A: ¡Manos a la obra entonces!


En la otra parte de la ciudad, en casa de Alicia, no se oía ningún ruido; solo estaban dos cuerpos abrazados en una cama. Alicia y Tomás habían pasado todo el día juntos. Después del desayuno, Tomás la trajo a su casa pero, ya que Alicia se sintía un poco de mareo, le pidió que se quedara con ella. En realidad estaba perfectamente bien, peró no quería quedarse sola. Ya estaba acostumbrada a la presencia casi constante de Tomás y aún no estaba lista a renunciar a esa maravillosa costumbre. Por su cuenta, el vicepresidente financiero estaba feliz de poder estar con ella; aunque estaba seguro de que ella no lo amaba, él no lograba estar lejos de su chiquita. Tomás se había enamorado aún antes de verla, con solo una foto que salió en la revista en ocasión del anuncio del compromiso de Doña Marcia y Don Fernando. Cuando finalmente la vio en persona, supo que ella era la mujer de su vida y la única que podía amar incondicionalmente, pasara lo que pasara. Y ahora estaba ahí, en su casa, en su cama... Donde ya había estado otras veces, inclusa la noche que lo hizo el hombre más feliz de este mundo; la noche en la que ella fue suya. Esa era la primera vez que Tomás hacía el amor y no podía imaginar entregarse a otra mujer que no fuera ella. Para él, esa noche fue muy especial; hizo el amor con todas sus letras con la mujer que amaba y, aunque era claro que ella estaba motivada por otras razones, a Tomás no le importó y decidió aprovechar de esa noche para cumplir su sueño.

En ese momento, los dos estaban acostados en la cama. Alicia durmía plácidamente, abrazada a un cojín, mientras que Tomás estaba acostado en su espalda, mirando el techo. Él no lograba dormir ya que seguía pensando a ese misterioso Luis... ¿Quién era este hombre y cúando había conocido a su chiquita? Pero sobretodo, ¿Cúando se había acostado con ella si, desde que la conocía, estaba casi seguro de que ella no había salido con ningún hombre que no fuera Omar Carvajal? Todos esos pensamientos no lo dejaban dormir ¡y además ese tipo no estaba ni siquiera en México en ese momento que era el más delicado para ella! ¿Y si acaso no quisiera hacerse cargo del bebé? Tomás sabía que Alicia era una mujer fuerte, pero ocuparse de un niño no es cosa facíl y se necesitan los dos padres para crecerlo...

Los pensamientos de Tomás fueron interrumpidos por la propia Alicia que se movió hacia él pegándose con su espalda a su ladera. Quizás estaba sintiendo frío y buscaba algo que le diera calor. Sin pensarlo dos veces, se volteó hacia ella y la envolvió en sus brazos. Alicia se relajó inmediatamente sintiendose protegida y siguió durmiendo placida. Tratando de no despertarla, Tomás posó su mano en la barriga de ella, frotándola dulcemente. Él quería ser el padre de esa criatura. Lo deseaba con todas sus fuerzas y, aunque podía parecer un pensamiento bastante engreído, sabía que seguro iba a amar a ese bebé mucho más de lo que podía hacer el Luis ese.


El reloj marcaba la medianoche cuando Carolina regresó a su departamento. Parecía la historia de la Cenicienta que, luego del beso del príncipe, se escapa antes de la medianoche; solo que ella no pirdió su zapatilla...

Una vez sentada en la cama, la publirrelacionista se puso a pensar. Durante todo el camino hacia su casa, mientras manejaba, no logró pensar nada. Era como si su mente se hubiera vaciado de cada pensamiento y solo se concentró en la carretera. Ahora que estaba sola y en su recámara, todo lo que había pasado esa noche regresó de golpe. Había vuelto a ver a Luis, su ex marido que no veía desde un año; él le había pedido que lo perdonara; le había dicho que todavía estaba enamorado de ella y la había besado. ¿Y ella? Ella había respuesto al beso.. Aunque solo fue cuestión de segundos, sus labios respondieron a los de él...
Carolina se sintía confundida. No lograba explicarse lo que el beso significaba para ella. Caro estaba segura estar enamorada de Omar, pero, cuando Luis le había dicho ser aún enamorado de ella, su corazón había perdido un latido. Ese músculo tan traidor que seguía respondiendo a algo a lo que ella no quería responder... Ahora estaba Omar en su vida; un hombre que la ama y que le demuestra cada día cuanto es importante y única para él, por sobre cualquier otra mujer y, si se hubiese enterado de ese beso, quien sabe lo que hubiera podido pasar... Seguro lo hubiera perdido para siempre, celoso como era él

C: No, Omar no tiene que saberlo. Ese beso no significó nada para mi, ¡nada! Fue él que me tomó se sorpresa, sin que yo lo quería... Admito que aún siento algo para él... Después de todo estuvimos casados dos años, pero lo que me hizo fue gravísimo y no puedo olvidarlo solo porqué me jura que aún está enamorado de mi... Ahora es demasiado tarde.

Justo en ese momento, su celular empezó a sonar

C: ¡Omar! ¿Y ahora qué hago? No puedo contestarle en las condicciones en las que estoy ahorita... No, mejor no le contesto...

El celular sonó por un  minuto y luego se calló

C: Perdóname, mi amor...


En casa de Marcia, la productora ejecutiva estaba gustando una rebanada de pastel de chocolate junto al chef, mientras estaban sentados en su sofá. Los dos estaban muy relajados y hasta reían gracias a unas anécdotas que Aldo le estaba contando cerca de los desastres que unos aprendistas chef hacían en su cocina

M: Así que te incendió la cocina jajaja

A: ¡Sí! ¡Y no solo eso! Cuando el fuego se propagó por doquier, ni siquiera fue capaz de llamar ayuda y solo se quedó ahí embobado mirando las llamas

M: Ay pobre Aldo ja ja ja

A: Sí, ahora suena gracioso, pero te aseguro que cuando pasó, nos tomamos un gran susto

M: Sí, me imagino

A: Por suerte no pasó nada grave y mi cocina no subió demasiados daños, pero nos tomamos un gran susto

M: Sí, sobretodo ese muchacho. ¿Y siguió trabajando para ti?

A: Sí, pero solo durante ese verano. Luego se fue a trabajar por un hotel en Purto Vallarta, así que ahora es un problema de ellos proteger sus cocinas

M: Ja ja ja ay Aldo, no sabes cuanto te agradezco por esta noche

A: Ni lo digas, Marcia. Yo te dije que puedes llamarme cuando sea y voy a estar para ti

Al oír eso, el corazón de Marcia perdió un latido. Había mucho que alguien no se preocupaba así para ella...

A: Además verte reír es uno de los placeres más grandes de la vida

Ahora sí Marcia se sonrojó y Aldo se dio cuenta de inmediato

A: Perdóname Marcia, no quería incomodarte

M: No, no es esto. Es que nunca nadie me había dicho cosas así y me halaga no te imaginas cuanto oírtelas decir a ti

Luego, Marcia se acercó a él y le dejó un dulce beso en la mejilla

M: Gracias, Aldo. Gracias por haber venido; por haberme escuchado; por haber estado conmigo y haberme soportado, aunque no estoy en la mejor forma...

Marcia no pudo continuar puesto que Aldo le puso un dedo en los labios para callarla

A: Ni lo digas, Marcia. Te juro que para mi es un verdadero placer pasar el tiempo contigo. Tú eres una mujer muy dulce y no es ningún esfuerzo estar contigo. Y, aunque no estás en el mejor momento de tu vida, nunca digas de ti que eres un desastre porque te asegro que no lo eres. Eres una mujer muy fuerte pero que tiene sus debilidades como todos, y eso no te hace menos fuerte; te hace más humana

La mirada de Marcia brillaba. Definitivamente Aldo era un ángel y sentía no merecerse todo lo que él estaba haciendo para ella. En el fondo apenas se conocían y él se había encariñado mucho con ella, a pesar de que había hablado mal de Leticia y que no se había mostrado como la más simpática de las mujeres.

Una lágrima cayó de los ojos azules de la productora ejecutiva y Aldo se apuró a secarla

A: No llores, Marcia, ¡te lo ruego! Me parte el alma al ver tus maravillosos ojos azules llorando...

M: Perdóname por ser tan débil...

A pesar de lo que él podía decirle, Marcia seguía sintiendose equivocada y seguro era por culpa de Fernando que ya no la amaba y que seguro la trataba fríamente. ¿Cómo lograba ignorar a esta maravillosa mujer, que seguro daría su vida para él?
Mientras pensaba en eso y sin darse cuenta, Aldo se acercó a ella, le puso dos dedos bajo del mentón para levantarle la cara, de modo que ella lo mirara en los ojos, y acercó sus labios a los de ella. El beso duró solo pocos segundos, ya que Marcia se alejó de él como si se hubiera quemado con ese contacto.

A: Perdón. No debía tomar una iniciativa así.. Tú eres una mujer comprometida y yo...

M: ¡No! ¡No, Aldo, no lo tomes a mal, te lo ruego!

A: No te preocupes, Marcia. No voy a tomarlo a mal. Solo me siento un poco culpable por lo que hice

¿Cómo podía existir un hombre así? Un hombre que, a pesar de haber sido rechazado, se tomaba la culpa de lo qua acababa de pasar? Eso le confirmó una vez más a Marcia que Aldo era un hombre maravilloso y fuera de lo común así que fue ella la que se acercó a sus labios esta vez. Aldo no protestó; en el fondo sabía que era lo que necesitaba Marcia esa noche y, para decir la verdad, era algo que también necesitaba él mismo. Había mucho que no hacía el amor con una mujer, por su personal decisión, y sentía que Marcia era un alma dulce, necesitosa de ser amada tal y como era él.

Al principio el beso de Marcia fue un beso dulce; un rocíó de labios. Luego, pero, las cosas cambiaron. El beso se volvió pasional. Sus lenguas empezaron a buscarse dentro de sus bocas y las manos empezaron a explorar los respectivos cuerpos. Las manos de Marcia, se movían en el pecho de él, tratando de desabrocharle la camisa, mientras las de Aldo estaban acariciando su espalda, tratando de desabrocharle el vestido que tenía un cierre en la parte trazera. En ese momento no les importaba nada más que estar bien y sentían que podían lograrlo solo estando el uno en los brazos del otra. Aldo fue muy dulce con ella. Para todo el tiempo, no paró de besarla, acariciarle todas las partes de su cuerpo y hacerla sentir bien. Marcia sabía que no estaba bien acostarse con otro hombre, pero no pudo evitarlo. Aldo logró hacerla sentir como no se sentía desde mucho: amada.


La mañana siguiente, Lety se había levantado de buena hora para prepararse a ir donde su doctora. En realidad no le gustaba mucho hacerse visitas médicas, pero sentía que había llegado la hora de hacerse un chequeo. Aunque no lo daba a ver, ella también había empezado a preocuparse por su salud, sobretodo después de haberse desmayado varias veces. Al principio pensó que podía ser un factor de estrés, pero luego entendió que no podía ser solo eso... Sus pensamientos fueron interrumpidos por su mamá:

DJ: ¡Lety!

L: ¿Sí, mamita?

DJ: El desayuno está listo. ¿Vas a bajar?

L: Ya voy, mamá pero no voy a desayunar

DJ: ¿Y eso para qué?

L: Por que hoy tengo que ir donde mi doctora y tengo que hacerme las análisis con el estómago vacío

DJ: ¡Claro! ¡Se me olvidaba por completo que hoy es el día! ¿Quieres que te acompañe?

L: No mamá, no hace falta. Va a venir Carolina para acompañarme

DJ: ¿Seguro?

L: Sí, mamita

DJ: Bueno entonces voy a despertar a tu papá. Nos vemos abajo

Antes de bajar, Lety tomó su celular y le invió un mensaje a Fernando

L: “Mi amor, ¿donde estás?

En meno de un minuto, se sintió el timbre de mensaje de su celular

F: “Estoy en el avión, mi vida. Acaban de hacernos acomodar y estamos esperando que despegue.”

Lety se extrañó. El avión de Fernando tenía que despegar a las 6 de la mañana y ya daban casi las 7. Fernando pareció leerle el pensamiento ya que Lety no tuvo ni tiempo de preguntarle que ya estaba otro mensaje

F: “Y si te lo estás preguntando, el avión tiene retraso. No sé bien que pasó, pero vamos a partir con una hora de retraso. ¡Suerte que la cita con Mr Hutcherson es en la tarde! Y... mi amor... no sabes cuanto te extraño.”

Lety sonrió al leer eso

L: “Yo también te extraño, mi amor. Te amo

F: “Yo más

L: “Buen viaje, mi vida, ¡y llamame en cuanto llegues!”

F: “¡Claro que sí! Así me dices que te dijo tu doctora. Hasta pronto, princesa

Lety se acercó el celular al corazón y sonrió  


En casa de Carolina, la publirrelacionista no había tenido ganas de desayunar así que solo se lavó rápidamente, se maquilló y estaba lista para salir cuando se oyó el timbre de la puerta.

C: ¿Quién puede ser a esta hora?

Cuando abrió la puerta, Carolina encontró a Omar con una bolsa de papel en la mano que seguro contenía sus croissant favoritos.

O: Buenos días, mi amor

C: Buenos días, Omar. ¿Qué haces aquí a esta hora?

O: Estaba preocupado, ya que no me contestaste a mi llamadas ayer en la noche, así que vine a ver como estabas y te traje un croissant de chocolate para el desayuno

Carolina sonrió. Omar se había vuelto tan dulce y considerado desde que estaban juntos.

C: Gracias, mi amor

O: ¿Y no me haces pasar?

C: Me gustaría, pero es que tengo que pasar a por Lety y acompañarla donde su doctora

O: Entiendo... Entonces ¿no vamos a desayunar juntos?

Omar la miraba como un niño cuando quiere algo de sus papás y a Carolina le escapó una risa

C: Lo siento, Omar, pero de veras no puedo... Pero si quieres nos podemos ver para el almuerzo

La mirada de Omar brilló. Él estaba verdaderamente feliz de poder pasar un tiempo con Caro, aunque fueran algunos minutos

O: ¡Claro que quiero! ¿Quieres que venga para ti?

C: No, mejor nos vemos en Conceptos.

O: Está bien entonces nos vemos más tarde

Y así diciendo, Omar le dejó un beso en los labios, la bolsa con los croissantes y se fue.

C: No, definitivamente no puedo contarle lo que pasó. Omar lo tomaría muy mal y no quiero hacerle daño...


En casa de Marcia, la productora ejecutiva dormía plácidamente en su cama. Cuando empezó a despertarse, buscó con el brazo a su compañero pero encontró la cama vacía.

M: Ja, ¿Qué te esperabas, boba, que se quedaba contigo toda la noche? Pobre ilusionada...

Marcia estaba casi por deprimirse cuando empezó a sentir un olor muy rico provenir desde la cocina. Curiosa, se levantó de la cama, se cubrió con su bata y se dirigió hasta la cocina

A: Buen día, mariposita

M: Bu.. buen día

A: ¿Por qué tienes esa cara sopresa?

M: Pues... la verdad no me esperaba encontrarte aquí

A: Bueno, esta es la cocina y, generalmente, es aquí donde uno cocina ¿no?

M: Sí, pero... No me refería a eso

Aldo había entendido desde el principio cual era la preocupación de Marcia, así que trató de tranquilizarla

A: No te hubiera dejado a sola en plena noche, Marcia. Sobretodo después de lo que pasó entre nosotros...

Marcia se sonrojó y bajó la mirada

M: A proposito de eso...

A: No, Marcia. No digas nada. A pesar de lo que pudo haber significado para los dos, fue algo maravilloso, por lo menos de mi parte...

M: ¡Y de mi parte también!

Aldo sonrió, se acercó a ella y le carició una mejilla

M: Entonces no te sientas culpable. Te juro que esto se va a quedar entre los dos

M: Gracias, Aldo

Aldo le dejó un beso en los labios

A: No hay de qué. ¿Tienes hambre?

Marcia sonrió antes de contestarle

M: ¡Me muero de hambre!

A: Ja ja bueno porqué hice pancakes


En calle de mimosa 107, frente de la puerta de la casa de Leticia, estaba estacionada el auto de Carolina Ángeles. Lety saludó sus papás y salió de inmediato cuando la publirrelacionista le mandó un mensaje para avisarla que ahí estaba.

Una vez saludada Carolina, Lety se subió en el coche con ella. Aunque estaba pensativa por sus cosas, Caro se dio cuenta de inmediato de que su amiga no estaba exactamente tranquila...

C: ¿Es mi impresión o me pareces un poco nerviosa, Lety?

L: Así es, Caro

C: ¿Y qué es lo que te tiene así? ¿Acaso estás preocupada por Fernando? Mira que no es la primera vez que viaja para el extranjero...

L: Sí, eso lo sé, y no es por él que estoy nerviosa

C: ¿Enotnces?

L: Tengo miedo...

C: ¿Pero de qué?

L: ....

C: Lety, si no me lo dices no te puedo ayudar...

L: Está bien, Carolina, te lo voy a decir... ¡Pero tienes que prometerme que no te vas a reír!

C: Está bien, te prometo que no me voy a reír

L: Bueno... Lo que pasa es que le tengo miedo a las inyecciónes

Carolina debió tratenerse para no echarse a reír; como sea trató de tranquilizarla

C: No te preocupes, Lety, apenas es un picorito...

L: ¡Eso lo dices porque no eres tú la que se tiene que hacer picar!

C: Cierto... Pero sabes que tienes que hacerlo; es por tu salud así que portate como la mujer adulta que eres

L: Está bien, mamá...

De repente en la cara de Lety surgió una sonrisa picara. Carolina sabía a que se debía esa sonrisa, o por lo menos lo imaginaba, pero como sea quiso preguntarselo

C: Te veo sonriente, Leticia. ¿Qué, ya no le tienes miedo a las inyecciónes?

L: ¡Es que me pasó algo increible, Carolina!

C: ¿De qué se trata?

L: En realidad te lo quería contar apenas nos saludamos, pero el miedo por las análisis fue más fuerte... Lo que pasa es que el sábado, Fernando y yo nos fuimos de viaje. Bueno, más que un viaje fue una fuga rómantica diría yo

C: ¡Guau! ¿Y adónde se fueron?

L: En la riserva de las mariposas que está en Valle del Bravo. ¡Ay Caro, deberías ver que lugar maravilloso es!

C: Sí, me imagino...

L: Bueno pero no te imaginas lo que hizo Fernando cuando llegamos...

Carolina fingió no saber nada y se mostró verdaderamente curiosa

C: ¿Qué hizo?

L: Agarrate fuerte a lo que puedas, Caro, porque esto sí te va a dejar boquiabierta...

C: ¡Ay Lety, habla, por Dios!

L: Está bien... ¡Fernando me propuso que me casara con él!

C: ¿¡Enserio!?

L: ¡Sí!

C: ¿Y tú qué le contestaste?

L: Pues, al inicio no sabía que decirle... Tú sabes como es nuestra situación por ahora... Está Doña Marcia que dice esperar un hijo suyo y además está la situación de Conceptos que es muy precaria...

C: ¡Ay no, Lety! ¡No me digas que le diciste que no por culpa de Conceptos!

L: No... Bueno, le dije que tenía que pensarlo. Lo que quería hacer, era pensarlo bien antes de contestarle; ¡en el fondo no me esperaba una propuesta de matrimonio así de la nada!

C: ¿Entonces?

L: Lo pensé... Mejor digo, no fue necesario pensarlo... Desde el primer momento en que ví a Fernando, supe que él era el hombre de mi vida. También es cierto que nunca en mi vida podía imaginarme que él se acercara a mi y, aunque no fue de la manera más habitual, y que se enamorara de mi... Eso para mi ya era un super sueño que se realizaba y ya estaba en las nubes con eso... ¡Imagínate como pude sentirme cuando me propuso ser su esposa!

Carolina sonrió. Se leía en la mirada de Lety que estaba al septimo cielo

L: En la tarde nos fuimos al alberca del hotel que había reservado; estaba una atmosfera mágica... La luna llena; las estrellas que brillaban en el cielo... Y además se oía una canción hermosa de Alejandro Fernandez... Fernando me miró de una manera tal, que no pude decirle que no. Él es el hombre de mi vida y no quiero pasar ni un solo instante sin él... Por eso le dije que sí

Carolina pegó un grito por la emoción

C: ¡¡Felicidades, amiga!! ¡No sabes cuanto estoy contenta para los dos!

L: Gracias, Caro. Sobra decirte que tú vas a ser mi testigo de boda, ¿verdad?

C: ¡Ay que honor! ¿Y cúando va a ser la boda?

L: Ehm... En realidad eso no lo sé. Estaba tan emocionada al decirle que sí, que se me olvidó preguntarle a Fernando si ya había establecido la fecha

C: Pues, conociéndolo, yo creo que sí, Lety...

L: Es que luego tuvimos que regresar a México, ya que él tenía el vuelo muy temprano hoy aunque, al parecer, despegaron con una hora de retraso

C: Entiendo... ¿Y lo acompañaste al aeropuerto?

L: No... Me hubiera gustado acompañarlo, pero él no quiso. Dijo que yo tenía que descansar y que iba a dejar su coche en el estacionamento del aeropuerto

Carolina en realidad estaba bastante preocupada. Ella sabía cual era la fecha de la boda y sabía que no faltaba mucho. ¿Cómo pudo Fernando ocultarsela?

L: Caro, te veo pensativa... ¿Hay algo que te preocupa?

C: No, Lety. Solo estaba pensando que es mejor que le preguntes a Fernando cuando es la fecha de la boda, así que puedes tener tiempo para preparar todo lo que necesitas...

L: Sí, eso es lo que voy a hacer una vez terminada la visita con mi doctora


Una vez llegadas en el hospital, Carolina y Lety se dirigieron en el departamento donde hacían las ánalisis de sangre. Si existía algo que a Leticia no le gustaba para nada, era que la picaran. Le sonaba a saña y además había tenido que saltar el desayuno y empezaba a sentir hambre.

Enf: Señora, la veo un poco nerviosa. ¿Qué pasa?

L: Es que no simpatizo muchísimo para las agujas...

Enf: No se preocupe, le prometo que no va a sentir nada. Namás un picoretito

L: Eso es lo que siempre dicen los médicos...

C: Lety... Confía en la enfermera

L: Está bien

Con muy poco ánimo, Lety arremangó su camisa así que la enfermera pudo hacer su deber. A pesar del miedo, Lety trató de portarse como una persona adulta. De hecho ahora era la presidenta de una prestigiosa empresa y futura esposa de Fernando Mendiola, y ya había terminado el tiempo para hacer la niña. Hasta Carolina se sorprendió al verla tan tranquila cuando la picaron. Una vez terminada la extracción de sangre, las dos se dirigieron en el consultorio de la doctora.

L: Buenos días, Doctora Sachez

D.S: Buenos días, Leticia. ¡Qué gusto verte! Había mucho que no te hacías un chequeo, ¿me equivoco?

Lety se sonrojó un poco

L: No, no se equivoca. Es que mi trabajo no me deja mucho tiempo libre, sobretodo ahora que soy la Presidenta de la empresa para la que trabajo

D.S: Sí, tu mamá me lo dijo. ¿Y la señora quién es?

L: ¡Ay, perdón Doctora! Ella es Carolina Ángeles, un amiga mía muy querida que me quiso acompañar

C: Mucho gusto, doctora

D.S: Igualmente. Bueno, Leticia, ¿empezamos?

L: S.. sí...

D.S: Primero que todo, tengo que hacerte unas preguntas para determinar tu cuadro clinico.

L: Está bien

D.S: ¿Por qué decidiste hacerte un chequeo ahora?

L: Mire Doctora, en realidad no fue mi idea.. Fue mi mamá junto a mi.. bueno, sobretodo mi mamá la que insistió...

D.S: ¿Y qué fue la que la hizo preocupar?

L: Nada grave, de veras...

Carolina entendió que Lety no lograba ser totalmente sincera así que intercedió para ella

C: Lo que pasa es que la señorita Padilla se desmayó varias veces en estas últimas semanas

D.S: ¿Eso es cierto?

L: Sí.

D.S: Y, además de esos desmayos, ¿has tenido otras cosas?

Lety lo pensó un momento

L: Pues.. una vez vomité, aunque puede que me haya hecho daño algo que comí

La doctora estaba anotando algo en un papel mientras que Lety hablaba

D.S: Leticia, ¿Cuando fue tu último periodo?

L: Pues... debía ser cerca del 27 de septiembre, pero mi menstruacción no llegaron este mes. Puede que aún tengan que llegar

D.S: ¿Te suelen pasar esos retrasos?

L: La verdad no. Generalmente siempre me llegan a tiempo

Carolina empezó a alarmarse oyendo eso...

D.S: Leticia, tengo que hacerte una pregunta íntima...

L: Digame

D.S: ¿Has tenido relacciones sexuales en el último mes?

La cara de Lety se puso roja como un tomate

L: ...Sí

D.S: ¿Y se han cuidado?

L: Sí. Siempre me ha cuidado

D.S: ¿Estás segura?

L: Completamente

La doctora anotó algo más en su papel antes de seguir con las preguntas

D.S: ¿Hay algunos factores que pueden favorir tu estrés?

L: Pues sí. Ya le dije que soy presidenta, y eso comporta un aumento bastante considerevole de estrés... Ahora tengo más responsabilidades y varios problemas que resolver

D.S: Entiendo... Bueno, Leticia, vamos a controlar la presión y come late tu corazóncito

Mientras que la doctora visitaba a Lety, Carolina recibió un mensaje. En realidad había más que un SMS pero ella no se había dado cuenta de la llegada de los otros, ya que tenía su celular en modo silencioso.

SMS 1 Luis: “Hola Caro, ¿cómo estás? Te excribo porque la otra noche te escapaste y no me diste ni siquiera la posibilidad de explicarte como pasaron las cosas.. Espero que me des por lo meno la oportunidad de aclararte lo que pasó y cuales fueron las motivaciones que me llevaron a hacer lo que hice

SMS 2 Luis: “Caro, por favor, ¡contestame! Te he hecho varias llamadas y siempre me contesta tu contestadora... Estoy cansado de oír la voz esa que me dice que tu celular se encuentra fuera del area de servicio...”

En efecto había como 4 llamadas perdidas en el celular...

SMS 3 Omar: “Hola mi amor, solo te escribo para decirte que me haces falta y que no veo la hora que sea tiempo para almorzar para verte. Besos con mordidas.”

Cuando leyó este último mensaje, Carolina sonrió. No era raro que Omar le mandara mensajes durante la mañana; había tomado esa costumbre desde algunos días. A veces le escribía solo cuanto le hacía falta, mientras otras le mandaba besos u le decía cuanto estaba hermosa u cuanto había sido maravilloso hacer el amor con ella. Omar se había vuelto tan dulce desde que tenían una relación...

El último mensaje era de su secretaria que le recordaba que tenían una reunión en la tarde. Una vez terminado de leer los mensajes, Carolina estaba un poco inquieta por los sms de Luis. Antes que todo, ¿quién le había dado su número de celular? Desde que había divorciado de él, había cambiado número y estaba segura de que Luis no lo tenía... Una duda le surgió en la mente, así que se alejó por un momento del consultorio y compuso el número de su oficina.

Mirela: ¿Bueno?

C: Mirela, soy Carolina

Mirela: ¡Buenos días, Caro!

C: Buen día. Te llamaba para pedirte una cosa: ¿Acaso hoy llamó alguien pidiendo de mi?

Mir: Sí, Caro. Llamaron un par de agencias que necesitan un evento para el lanzamiento de sus nuevos productos y un señor que se llama... deja que encuentre el post it donde lo apunté... Luis Gómez

Al oír ese nombre, Carolina tragó saliva. Era él

C: Y... ¿Qué quería ese señor?

Mir: Pues, me dijo que era una persona que tú conoces muy bien y que necesitaba hablar urgentemente contigo

C: ¿Y qué pasó?

Mir: Le dije que no estabas y que podía encontrarte aquí en la tarde, pero él insistió que necesitaba hablar contigo de cuestión de vida o muerte... Así que le di el número de tu celular. ¿Acaso hice algo equivocado?

C: No, Mirela, no te preocupes, hiciste bien...

Obviamente no podía decirle que para nada al mundo quería que su ex marido pudiera localizarla al celular, pero no se la sintió de regañarla, así que solo la saludó cordialmente

C: Ay, ¿y ahora que querrá de mi, Luis? Solo espero que no haga estupideces como siempre hace cuando no obtiene lo que quiere...

Con ese pensamiento y con un dejo de preocupación, regresó adentro del consultorio.


Una vez terminado con los controles, la doctora dijo a Lety que se podía vestir. Ya que la presidenta la miraba un poco extrañada, la doctora le inquirió:

D.S: ¿Qué pasa, Leticia?

L: No, es que creía que era usted misma la que me haría la ecografía

D.S: Sí, generalmente la hago yo; lo que pasa es que tenemos el ecógrafo roto y lo están ajustando así que, por lo menos por hoy, no podemos hacer la ecografía

L: Entiendo... ¿Y es un examen necesario?

D.S: Pues sí, Leticia. Eres sexualmente activa y, a tu edad, no estaría mal un contról. Además necesito controlar algunas cosas en cuanto tenga tus análisis de sangre, así que creo que nos veremos la próxima semana para hacer este examen

L: Pero...

Carolina itervino antes de que Lety pudiera decir cualquier cosa

C: Pero nada, Lety. Ya oíste la doctora. Es algo que se tiene que hacer. ¡Ni que fuera tu primera ecografía!

L: En realidad es mi primera ecografía...

Caro desorbitó un poco los ojos mientras que la doctora confirmó una vez más la necesidad de hacer ese examen, así que Lety se convenció y la doctora le confirmó la cita para la semana siguiente.


En tanto, Fernando estaba sentado en uno de los sillones del avión mirando algunas fotos en su celular. Eran fotos que había tomado los días que había estado junto a Lety en Valle del Bravo. Una en especial capturó su atención y estaba mirándola desde algunos minutos. En la foto estaba Lety en traje de baño intenta a cubrirse el estómago. Fernando no lograba entender el por qué aún estaba tan ensegura de su cuerpo. Él se lo había dicho en cada manera que la adoraba tal y como era, pero ella siempre intentaba cubrirse cuando estaba poco arropada. Esa foto, pero, no tenía solo ese particular; en esa foto Leticia era hermosa. Su miraba brillaba y se veía que era feliz. Quizás ya había tomado la decisión de decirle que sí, quería casarse con él. Como sea Fernando era el ser más feliz del mundo desde aquel momento en el cual oyó la voz de su amada decir esa simple palabra. Poco a poco y sin darse cuenta, el vicepresidente de Conceptos se durmió con la sonrisa en los labios.


Ya que Lety había terminado su visita antes de lo previsto, Carolina tuvo el tiempo de regresar a su casa para darse una ducha, ya que en la mañana no había tenido tiempo suficiente. Cuando llegó a su casa, pero, se dio cuenta de algo raro. Frente de la puerta, estaba estacionado un coche que ella no conocía. Al parecer no estaba nadie subido, así que Carolina pensó que podía tratarse de alguien que había estacionado ahí para ir a la iglesia que estaba ahí cerca. Cuando abrió la puerta para entrar en su departamento, pero, la publirrelacionista se tomó un gran susto al ver a una figura humana parada frente de ella que la esperaba con los brazos cruzados...

Sigue...



11 comentarios:

  1. Demorou,mas voltou e valeu a pena esperar. Obrigada, Mary!

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  2. para cuando el próximo ?

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  3. Yaaaaay yo pensaba que no regresará nunca..... �������� espero que muy pronto sigue los capítulos está muy maravillosa la fic gracias Mary ��������

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  4. Mary donde andas o q estás haciendo... nos quedamos solitos sem tus capítulos maravillosos .... hace señal de fuego.... De fumaça para que sabemos que esté bien.... estoy muy angustiada por la falta q nos heces tu fic.. aún no la vas seguir..... ???? 😢😭😢😭😢😭😢😭😢😔😕

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  5. 😥😭😭😢😭😢😭😢😭😢😭😢😭😢🤒😷

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  6. Mary, ainda pretende continuar com a história? Lembre-se que hoje faz um ano desde que você postou o último capítulo.

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  7. cuando sigues con la historia por favor

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  8. HOLI EMPEZE A LEER ESTA HISTORI Y ESTA EMOCIONANTE CUANDO VUELVEZ A ACTUALIZAR ?

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