jueves, 25 de septiembre de 2014

Capítulo 30



Capítulo 30
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La prueba de embarazo

Edoardo hizo justo a tiempo a detener a Lety antes que se cayera en el piso.
Fernando inmediatamente se alarmò y cargò Lety en sus brazos, trayéndola a Presidencia y acostandola en el sofà.

E: ¿Hermano que le pasa a las mujeres? ¡Parece que cuando te ven, todas se desmayan!

F: ¡Ay Lalo no seas ridículo! ¡Ayudame a hacerla reaccionar!

E: Voy por el alcool...

Quedado solo con ella, Fernando le tomò la mano mientras con la otra le acariciaba la mejilla. Era como un déjà vu que le hacía revivir otra vez lo que había pasado en Acapulco. Fernando quería despertarla con un beso, tal como hizo en Acapulco, pero pensò que no era conveniente ya que estaba en Conceptos y cualquiera podía entrar en Presidencia.

Después de algunos minutos, Eduardo llegò con el algodon embebido de alcool y logrò hacer reaccionar a Lety.

L: ¿Donde estoy?

E: Estás en el sofà de la Presidencia Lety. Lo que pasa es que te desmayaste y tuvimos que traerte aquì

L: ¿Tuvimos?

E: Si, yo y Fernando

Lety se volteò y vio a Fernando sentado en la mesa baja, frente del sillón, que le tenía la mano. De inmediato Lety se soltò.

L: Gracias.

Fernando se percatò que Lety se sentía incomoda...

F: Me retiro Licenciada. Nos vemos después en la junta

Fernando saliò de Presidencia y la dejò con Lalo

L: ¡Ay perdoname Eduardo! De seguro no he hecho una buena impresión desmayandome asì ¿verdad?

E: ¡Nada de perdón Lety! Más bien, ¿Como te sientes?

L: Creo que bien... Me siento un poquito débil pero ha de ser porque no he tenido tiempo de desayunar

E: ¡No no no Lety eso no es bueno! ¿Quieres que te acompañe a desayunar en algún lugar?

L: Me encantaría Eduardo pero no puedo... Tengo una junta en un rato y no puedo alejarme de aquì

E: Està bien, lo entiendo. Pero no puedes negarme una cena ¿verdad? Es que no nos vemos desde mucho y me gustaría platicar un poco contigo “Presidenta”

Lety sonriò

L: ¿Ya te enteraste?

E: Si, Fernando me contò anoche y te felicito Lety.

L: Gracias Eduardo. Y por la cena, està bien. Te prometo que te voy a dedicar toda la noche jijiji

E: ¡Ay que honor! ¿Y a que hora nos vamos?

L: ¿Te parece a las ocho?

E: ¡Perfecto! Entonces pasò por aquì a las ocho asì que nos vamos. ¿Te molesta si me quedo aquì platicando con las muchachas del Cuartel?

L: ¡Claro que no Eduardo! Estás en tu casa...

E: Bueno. Nos vemos más tarde entonces. Pero una cosa sì; pídele a tú secretaria que te consiga algo bien cargadito para desayunar. No està bien estar a estomago vacío

L: Si, claro.

Cuando Eduardo saliò, Lety se dio cuenta de algo fundamental: ¡todavía no tenía secretaria!

L: Tengo que buscar a alguien; ¡claro que no quiero Alicia como secretaria! ¡Ah, ya sé!

En un santiamén Lety tomò la bocina del telefono y le pidiò a Paula Maria de apersonarse en Presidencia

PM: Aquì estoy presidenta. ¿Para qué soy buena?

L: Para ser mi secretaria

PM: ¿¡Qué!? ¡Amiga, no jueges!

L: Nada de juego Paula Maria. De hoy en adelante vas a ser mi secretaria. ¿Te gusta la idea?

PM: ¿Si me gusta la idea? ¡Me encanta! ¿Y la Oxigenada?

L: Bueno eso tengo todavía que areglarlo. Voy a hacer un cambio en el area secretarial y veremos como adjustar la situación.

PM: ¡Gracias Lety!

L: Nada que agradecerme Paula Maria. Y ahora, como tu primo encargo, te pido que me consigas algo de comer. Mañana no tuve tiempo de desayunar y ahora ¡estoy que me caigo!

PM: ¡Claro jefa! Ahoritita mismo te consigo algo para desayunar

Cuando Paula Maria saliò de la Presidencia, Lety se quedò pensativa

L: ¿Para que me desmayé? Claro... ¡Por lo que escuché en el baño! ¿Serà verdad que Doña Marcia està embarazada? Ay no... Si eso fuera real, ¡tendría que olvidarme para siempre de Don Fernando y esta vez de veras! Dios...


Mientras tanto, Marcia estaba en su oficina, sentada en el sillón destras del escritorio, y estaba muy nerviosa.

M: Dios, ¿Que hago ahora? ¿Como me comporto? ¡Es claro como el sol que esos dos todavía se aman! Y si todavía no han vuelto juntos, es porque Fernando està enojado con ella por algún motivo... Cualquiera que sea ese motivo, ¡no quiero que esos dos hagan la paz! No puedo permitir que Fernando se acerque a ella porque eso querría decir perderlo para siempre... A ver Marcia, calmate. Tienes que pensar con la mente fría...

Marcia se levantò y empezò a pasear de arriba para abajo en su oficina, haciendo conjeturas

M: Si digo a Fernando que encontré la carta en su saco, como minimo me arma un escandalo y me deja. Tampoco puedo proibirle de hablar con ella sin decirle el motivo porque sería muy sospechoso...

En ese momento, entrò Alicia en su oficina

AF: Marcia ¿Que te pasa?

M: Estoy muy nerviosa Alicia y no tengo ganas de hablar

AF: Pero ¿Porque Marcia? Andale, ¡confíate conmigo!

Marcia se alterò y gritò

M: ¡¡Te dije que no Alicia!!

AF: Està bien Marcia. Pero te haría bien desahogarte; no es bueno tenerse todo dentro...

Marcia mirò a su amiga y no supo contener las lagrimas. Alicia se le acercò y la abrazò fuerte.

M: ¡Estoy desesperada Alicia!

AF: Esa fue culpa de Fernando ¿Verdad? ¿Y que te hizo esta vez ese desgraciado?

M: No Alicia. No es Fernando que me tiene asì si no.... ¡su amante!

Alicia quedò boquiabierta

AF: ¿Fernando por fin te confesò quién es su amante?

M: No. Bueno, no exactamente...

AF: ¿Entonces?

M: Yo encontré en su saco una carta dirigida a ella donde él le confesaba todo su amor y le pedía perdón

AF: ¡Pero que desgraciado! ¿Y quién es? ¿Una modelo? ¿Una bailarina?

M: No Alicia... Es... es...

Marcia no lograba articular el nombre de Leticia. Para ella era demasiado descaro lo que le había hecho Fernando. Cuando por fin recuperò el don de la palabra, le confesò a su amiga quién era la misteriosa mujer que le estaba quitando el novio

M: Es Leticia la amante de Fernando

AF: ¿Leticia? ¿Leticia como?

M: ...Leticia Padilla Solís

AF: ¿¡Qué!? ¿¡La garnacha esa!? No Marcia, ¡Eso no puede ser! ¡Por nada del mundo Fernando se fijaría en una mujer fea como la garnacha! Bueno, aunque ahora no es tan fea... pero eso no importa. Lety no puede ser la amante de Fernando. ¡Además ella està comprometida con Tomás Mora!

M: ¡Claro que si Alicia! ¡Yo misma los vi mirarse en modo raro en la junta de ayer! Y además, la carta era muy clara. Leticia es la amante de Fernando. El tal Tomás fue solo una cobertura supongo

Alicia se sentò de golpe en el sillón. Ay Marcia, ¿Y porque no la sacas a patadas de la empresa?

M: No puedo...

AF: ¿Quieres que lo haga yo?

M: No Alicia. Tu tampoco puedes...

AF: No entiendo...

M: Desde ayer, Leticia es la nueva presidenta de Conceptos

AF: ¿¡Qué!? ¡Marcia no jueges conmigo!

M: No es un juego Alicia. Conceptos està en problemas y solo ella puede resolverlos

AF: ¿Y tenían que hacerla presidenta?

M: ....

AF: No Marcia, ¡Eso si es un problemon! Si la garnacha es verdaderamente la amante de Fernando, ¡es peligrosisimo que ella esté aquì!

M: ¿Y tu crees que yo no lo sepa? Pero ¿Que puedo hacer?

AF: No se Marcia pero cualquier cosa decides de hacer, ¡cuenta conmigo por lo que sea amiga!

M: Gracias Alicia

Marcia la abrazò pero, en ese momento, le dio un mareo y de repente palideció

AF: ¡Marcia! ¡Marcia! ¡¿Estás bien?!

M: Si Alicia, fue solo un mareo...

AF: ¿Un mareo? ¿No estarás embarazada?

M: ¿Embarazada? ¡Claro que no! Si son cuatro meses que Fernando no me toca ni con un dedo...

AF: Eso no quiere decir nada... Podrías estar embarazada de cuatro meses ¿no?

M: Ay Alicia, deja de decir tonterías ¿quieres?

AF: Piensalo bien amiga... Si estubieras embarazada, Fernando tendría que quedarse contigo y asì te quitarias de medio el problema con la garnacha...

Marcia no lo había pensado. En efecto, la idea de Alicia no era tan mala y, a pensarlo mejor, en los últimos días, ella había tenido muchos mareos y incluso un desmayo.

M: Sería un verdadero milagro estar embarazada... ¡Tengo que hacerme una prueba de embarazo!

AF: ¡Claro! Si quieres yo te la consigo

M: Si gracias Alicia. Y espero que sea positiva o no sé que inventarme para tener a Fernando a mi lado...


El reloj marcaba casi las once cuando Fernando se dirigiò en la oficina de Marcia para ver como estaba.

F: Mi amor, ¿Como te sientes?

Marcia hubo un escalofrío pero tratò de portarse lo más normal posible

M: Estoy bien Fernando, gracias.

F: ¿Segura?

M: Sì, claro.

F: Bueno. ¿Estás lista para la junta?

M: La verdad, no tengo mucho animo de ver a “esa mujer” pero bueno, tenemos que hacerlo ¿No?

F: Sì... ¿Nos vamos?

M: Adelantate que yo ahorita te alcanzo. Tengo que terminar una cosa antes

F: Està bien. Te veo allì entonces

Fernando saliò de la oficina y Marcia llamò Alicia para pedirle si ya había conseguido la prueba de embarazo

AF: Si amiga, ¡la tengo en mis manos! ¿Quieres hacertela ahorita mismo?

M: No puedo Alicia. Ahora tengo que ir a la dichosa junta. ¡Pero después me hago la prueba!

AF: Està bien Marcia. ¡Mucha suerte!

Cuando Alicia colgò, sintiò las puertas del elevador abrirse y desde allì saliò Tomás.

AF: ¡Desgraciado! ¡Me mentiste todo este tiempo ¿verdad?!

T: A...!Alicia! ¡Calmate por favor!

AF: ¡Nada de calma Tomás! ¡Por tu culpa perdì a mi Mercedes! ¡A mi bebé! ¡Eres un desgraciado!

T: Chiquita yo...

AF: ¡Ni te atrevez a llamarme chiquita! ¡Vete de mi vista antes que te llenes la cara de dedos!

El Cuartel miraba la escena boquiabierta. Era claro que había pasado algo entre Tomás y la Oxigenada...

Tomás se acercò con cautela a Sara y le pidiò donde se encontraba la Presidencia. Cuando Tomás entrò, vio a Lety sentada en el sillón detrás del escritorio, que se sostenía la cabeza con las manos.

T: ¿Que pasa Lety?

L: Ay Tomás. No te oí entrar...

T: Claro, porque estabas absorta en tus pensamientos. ¿Estás nerviosa para la junta?

L: Un poquito... Pero ya nos vamos que se hizo tarde

Tomás no estaba convencido del estado de su amiga pero no quiso preguntar más ya que era hora de empezar la junta


Cuando Lety abriò las puertas de la sala de juntas, solo estaba Don Fernando.

Cuando Fernando la viò entrar, se le iluminaron los ojos.

F: Let.. Licenciada Padilla, ¿Como se siente?

L: Bien, gracias Don Fernando. Desayuné y ahora estoy mejor

Fernando sonriò però la sonrisa se le borrò cuando viò entrar a Tomás detrás de ella

T: Bu.. buenos días Señor Mendiola

F: Buenos días Tomás

Fernando lo mirò con una mirada carga de celos

Después de poco, entraron en la sala de juntas Omar, Lopez y Marcia

Marcia mirò Lety con una mirada carga de odio y Fernando empezò a intuir que algo no cuadraba...

L: Bien, ya que estamos todos aquì, yo diría que podemos empezar

RL: Licenciada, ¿Cual es el motivo de esta junta?

L: Quiero hacer algunos cambios en la empreza Lopez...

M: ¿Que tipo de cambios?

L: En el área secretarial, por ejemplo.

M: Dejeme adivinar... No quiere Alicia como su secretaria ¿verdad?

L: Bueno la Señora Alicia y yo nunca hemos sido “en sintonía” y pues, como secretaria necesito a alguien de confianza entonces escogí a Paula Maria para ser mi secretaria.

M: ¡Que bueno! ¿Y Alicia qué? ¿Piensa de despedirla?

L: ¡Claro que no! La Señora Alicia va a ser la secretaria del Licenciado Mora

Tomás se atragantò con el aire. Lety no le había dado semejante noticia antes

Marcia no quiso contestar y se limitò a mirarla con aire de suficiencia

RL: Perdón Licenciada pero, ¿Quién se va a quedar en la recepción?

L: Yazmín. Ya que ahora Don Luigi no la necesita tanto como antes por los ensayos, ella puede ocuparse también de la recepción ¿no?

RL: Yo creo que sì Licenciada

L: También me gustaría aclarar la posición del Señor Fernando y del Señor Omar...

Fernando estaba espectante

L: Yo sé que los dos renunciaron a Conceptos pero, por sacar la empresa adelante y salir de la crisis más pronto posible, necesito que los dos sigan trabajando en Conceptos. Claro que las funciones no pueden ser las mismas de antes, pero necesito del ayuda de todos por salir de la crisis.

F: Para mi no hay problema Licenciada. Yo estoy al pie de cañón por lo que le se ocurra. Usted me dice lo que tengo que hacer y yo lo hago

Marcia lo mirò boquiabierta, percatandose de lo servil que era él con Leticia

O: Para mi también no hay problema Lety

Lety le echò una mirada de pistola y Omar entendiò que se había tomado demasiada confianza.

L: Bueno, por ahora esto es todo. Voy a convocar una nueva junta después el incontro de mañana con el juez para aclararle mi plan por sacar Conceptos de la crisis. Gracias a todos por su participación. Nos actualizamos durante la semana y, si hay alguna duda o algún problema, yo estoy aquì.

Lopez aplaudiò pero todos lo miraron raro entonces se parò.


Terminada la junta, todos se fueron a su respectivas oficinas menos que Fernando, que se quedò en la sala de juntas. Tomás preferiò adelantarse en Presidencia y Lety quedò a solas con él.

F: Le... Licenciada, yo quería agradecerle por la oportunidad que me da.

L: Nada de agradecer Don Fernando. Esto no es un premio. Como dije en la junta, necesito del ayuda de todos por salir de la crisis en el menor tiempo posible. Y además... Necesito gente de confianza y, a pesar de todo, sé que puedo confiar en Usted.

Fernando sonriò

F: Asì es. ¿Y donde podríamos quedarnos yo y Omar?

L: Pueden compartir la oficina de Don Omar. Desafortunadamente no hay otras oficinas vacías ya que Tomás va a ocupar la de Olarte...

F: Està bien; no hay problema. Con su permiso, me ritiro Licenciada. Nos vemos mañana en el juzgado. Hasta mañana

L: Hasta mañana Don Fernando.

Lety regresò a su oficina y platicò un rato con Tomás del plan que quería poner en acto para salvar la empresa.

Mientras tanto, Marcia y Alicia estaban en el baño de Conceptos.

M: Quizás sería mejor que me la haga en mi casa ¿No te parece?

AF: ¡Ay Marcia! ¿Como crees? Yo no puedo aguantar de la duda y me juego que tu también...

M: Es cierto... ¿Pero qué tal si entra alguien?

AF: No veo donde està el problema... El Cuartel de las brujas nos vio entrar y dudo mucho que se atreven a entrar contigo aquì

Marcia suspirò ligeramente aliviada

M: Tienes razón... Bueno, a ver como se hace

AF: Aquì dice que tienes que hacer pipì y después esperar unos minutos hasta que la barrita cambie de color. Si se pone rosa y tiene dos líneas, estás embarazada; si se pone azul y tiene dos líneas, la prueba es negativa.

M: ¡Estoy muy nerviosa Alicia!

AF: ¡Tranquila Marcia! ¡Todo va a salir bien!


Después de algunos minutos que estaba platicando con Tomás, Lety sintiò la necesidad de ir al baño y, como todavía no le habían entregado las llaves de Presidencia y la puerta del baño estaba cerrada, decidiò ir al baño de damas del área secretarial.

Cuando entrò, el espectáculo que se le presentò delante los ojos la dejò boquiabierta. En el baño estaban Alicia y Marcia y esta tenía en las manos una prueba de embarazo...


Sigue...




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