Capítulo
21
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Pongamos
las cartas en la mesa
C:
¡Que bueno que ya te convenciste Lety! ¿Y cuando pienses regresar?
L:
Mañana mismo voy a llamar a Conceptos para decir a Don Humberto que acepto
ayudarlos pero no voy a regresar antes del lunes. Habíamos quedado que yo iba a
trabajar por usted y ¡quiero cumplir con mi trabajo! Si ellos me quieren, ¡que
esperen hasta el lunes!
Carolina
advirtia que Lety sentía todavía rencor por ellos pero, por lo menos, no los
iba a dejar en lios
C:
Està bien Lety entonces nos regresemos el domingo como habíamos quedados.
Bueno, me voy a descansar. ¡Nos vemos mañana! ¡Y no te olvides que tenemos el
servicio fotografico a las diez con la nueva belleza latina!
L:
¡Claro que no Doña Carolina! Nos vemos mañana. ¡Que descance!
C:
Igualmente
Lety
regresò a su habitación y entrò en la regardera. Después de una ducha muy
caliente, se sentía más relajada y ententò acostarse para descansar un poco
pero estaba nerviosa... El solo pensar de regresar a Conceptos y volver a ver
Don Fernando, la tenía angustiada.
L:
¿Como le hago para mirarlo en los ojos después de todo lo que le dije? ¿Y si él
de veras no quiere verme nunca más? Ay Dios....
Lety
pasò toda la noche a dar vueltas en la cama sin pegar un ojo hasta que llegò la
mañana. Lety aguantò hasta las nueve y finalmente llamò a Conceptos. El numero
que marcò, fue lo de Presidencia, imaginando que le iba a contestar Don
Humberto...
En
la Presidencia de Conceptos, el telefono resonò tre vecez hasta que alguien
contestò
F:
¿Bueno?
L:
Hola, soy Leticia Padilla Solis, querría hablar con Don Humberto Mendiola
De
el otro lado del telefono, Fernando no llograba hablar. Había quedado helado al
solo escuchar la voz de su amada. Cuando finalmente recuperò el don de la palabra,
lo único que le dijo fue de atender un momento. Lety reconoció de inmediato la
voz de Fernando y se mordiò los labios nerviosamente.
Fernando
avisò a su papà que Lety lo necesitaba en el telefono y Humberto reciviò la
lieta noticia de que Lety aceptaba ayudarlos.
DH:
¿Y cuando podriamos encontrarnos?
L:
Mire Don Humberto, yo estoy trabajando con Dona Carolina y mi trabajo se
termina al final de la semana. Yo podría venir en Conceptos el lunes, si para
usted està bien.
DH:
Si claro Leticia, no hay problema. Nos vemos el lunes en la mañana entonces.
Fernando
había quedado a escuchar la llamada y cuando entendiò que Lety regresaría el
lunes, cerrò los puños y respirò hondo: Lety, su Lety, habría regresado otra
vez en Conceptos.
La
mañana pasò tranquilla para Leticia. A pesar de que no había dormido para nada,
ella fue capaz de mantenerse lo suficiente lucida para apoyar a Carolina en
todo lo que necesitaba para el servicio fotografico de la nueva miss. El
servicio terminò a la hora del almuerzo asì que Lety quedò libre por el resto
de la jornada y pudo aprovechar de la tarde para descansar un poco. Cuando se
despertò, el ocaso ya había llegado en la costa Acapulquena. Lety mirò afuera
de su ventanal y mirò el sol calar sobre el horizonte quedando fascinada.
L:
Como sería romantico compartir el ocaso con Do.... ¡No Lety! ¡Deja de pensar en
él de una vez!
Leticia
decidiò areglarse y bajar a cenar. Cuando estaba por salir, el telefono de su habitación
sonò. De el otro lado estaba Aldo, invitandola a cenar con él en un local cerca
de la playa. Lety aceptò con mucho gusto, igual quería hablar con él para
comunicarle su decisión.
Cuando
Lety y Aldo acabaron de cenar, ella aprovechò que habían ido a pasear en la playa
para comunicarle su intención de regresar a Conceptos
A:
¿Y que fue lo que te motivò a aceptar de ayudarlos?
L:
Bueno... de certa manera es también mi culpa si Conceptos fracasò; desde que me
fui, Filmo Imagen dejò de funcionar...
A:
¿Pero como si de eso se estaba ocupando tu amigo Tomás?
L:
Es que cuando me fui, dejè a Don Humberto Mendiola una carta blanca con la cual
yo dejaba a ellos el mando de las dos emprezas entonces Tomás dejò de invertir
en la bolsa; por eso Filmo Imagen se parò. Cuando Don Humberto me llamò, me
dejò entender que mi carta blanca no servía de nada y que yo permanecía la dueña
de Filmo Imagen y también de Conceptos, por eso me necesitan.
A:
Entonces lo que tienes que hacer es areglar los documentos ¿no?
L:
No sé... en realidad Don Humberto no fue muy explicito en su llamada. Igual el
lunes voy a ir a la empreza y allì me van a decir que es lo que tengo que hacer.
Te confieso que todo esto me da miedo...
A:
¿Por?
L:
No sé... Quizás por como me fui o...
A:
¿Por alguien de nuestro conocimiento?
Lety
bajò la mirada en la arena
A:
Mira Leticia, te voy a proponer algo. ¿Que te parece si yo te acompaño?
Lety
desorbitò los ojos
L:
¿¡Que!?
A:
¿Porque te sorprende tanto? ¿No habíamos quedado que te iba a conquistar día
con día? Y si tu te vas, ¿como te puedo conquistar? Igual, una vez areglado
unos asuntos, no tengo nada que hacer aquì hasta que mi restaurante sea completo. ¿Que te parece?
Lety
lo pensò un momento y después le contestò
L:
Bueno... En realidad te confieso que me sentiría un poquito más aliviada si tu
me acompañaras...
A:
¡Entonces està decidido! ¡Voy a ir contigo en Mexico!
Mientras
tanto, en el D.F, Fernando estaba en el sofà de su casa cuando sonó el timbre
de su casa
M:
Hola mi amor, ¿Te molesto?
F:
No Marcia, para nada. ¿Que se te ofrece?
M:
Nada en especial.... Como hoy en la empreza no nos saludamos, quería verte porque me hacías falta. En realidad quería también platicar contigo...
F:
¿Acerca de que?
M:
¿No te imaginas? El lunes va a regresar Leticia en Conceptos y me imagino que todavía
sientes mucho rencor hacia ella ¿verdad?
F:
¿Que te hace pensar eso?
M:
Bueno, no creo que después de la manera en que te delatò, tu tenga toda esa
ganas de verla ¿o me equivoco? Y además esta noche te oì cuando gritabas que la
odies...
Fernando
se espantò; si Marcia había logrado escucharlo decir que odiaba a Lety, ¡también
se había fijado en el motivo!
F:
¿Me oyste gritar que odio a Lety?
M:
Bueno no exactamente pero ¿ quién
más puedes odiar si no ella?
F:
No Marcia, te equivocas... No es Lety la persona que odio...
M:
Y ¿ quién es? Porque es
obvio que eso te tiene muy nervioso...
F:
Perdoname pero, eso es algo que a ti no te incumbe
M:
Claro... ¿finalmente quién soy yo? ¡Solo tu futura esposa!
F:
Por favor Marcia, ¡no empieces como siempre! El odio que tengo es hacia un
hombre que me hizo una canallada de las peores y sin embargo tu no lo
conoces...
M:
Està bien, no insisto. Vine porque quería verte y ahora que te vi, me voy. Nos vemos mañana en Conceptos
Marcia
besò Fernando en la mejilla y se fue.
F:
Ay Marcia Marcia... ¿Como voy a hacer contigo después que nos casamos? Me suena
tan raro... ¿Casado con Marcia? ¿Como puedo casarme con ella cuando la única
mujer que deseo es mi Lety? Pensar que si ese maldito día, Lety me hubiese
escuchado, a està hora estubieramos juntos, tratando de empezar de cero con
nuentra relación... Y en cambio ahora tengo que casarme con Marcia para tratar
de salvar mi empreza. ¡Que ironia ¿no?! Antes tenía que estar con Lety para no
perder Conceptos, ¡y ahora tengo que hacer lo mismo con Marcia! Ay Dios...
¡Como quisiera cerrar los ojos y comprobar que todo esto es una pesadilla!
Sobretodo lo de Lety... Todavía no logro aceptar que ella hizo lo que me
dijo... ¿Como voy a hacer para mirarla en los ojos, sin sentir rabia, el lunes?
Fernando
seguì tormentandose por un buen rato antes de acostarse en la cama y durmirse.
A pesar de todo, su noche fue bastante tranquila como la de Leticia.
La
mañana del miércoles, los papas de Fernando no se habían apersonado en la
empreza, puesto que la siguiente junta estaba fijada por el lunes y ellos no tenían
nada que hacer allì. Por lo contrario, Fernando estaba decidido a no echar a
perder todo lo que habían logrado entonces se apersonò a primera hora para
dedicarse al próximo comercial de Bella Life; después de todo, la empreza tenía
que seguir adelante. Marcia también fue a la empreza de buena hora y Fernando
la enterò de todo lo que tenían que hacer antes de bajar a producción.
En
la tarde, Marcia llamò a Fernando por pedirle el presupuesto de los costos por
el comercial:
F:
Esos datos los tenía Leticia... Supongo que todavía han de estar en su oficina. Buscalos en su oficina si eres tan amable
M:
Està bien
Marcia
se adentrò en la oficina de Leticia y hubo una extraña sensación...
De
instinto, el primer lugar donde esculcò fue el cajón de su escritorio y allì,
junta a otras cartas, estaba una tarjetita. Marcia la abriò y quedò helada al
leer el contenido:
“Conocer tu pasado, lejos de distanciarme de ti,
me acerca. Quiero que olvides para siempre ese pasado; que vuelvas a tener fé
en ti, en tu cuerpo, en tu piel, en tu manera de amar. Porque me consta tu
sensualidad”
La
dedicatoria no tenía ni remitente ni destinatario y tampoco tenía firma pero
era claro que esa era la caligrafía de Fernando. ¿A quién era destinada esa
tarjeta? Marcia la agarrò y se la trajo en su oficina.
Unos
minutos después, Fernando entrò en la oficina de su prometida y le pidiò si ya había
encontrado lo que buscaba
M:
No pero... encontrè algo mejor
F:
¿Que quieres decir con eso?
M:
Nada Fernando, no te preocupes
¿Como
podia él no preocuparse si cada palabra de Marcia adelantaba una catastrofe?
F:
...Bueno en todo caso te tengo una buena noticia; recuperè el presupuesto en mis
documentos asì que aquì lo tienes
M:
Gracias Fernando
F:
De nada. Voy a estar en Presidencia por si a caso necesitas algo.
Cuando
Fernando se fue, Marcia releyò la tarjeta por enésima vez buscando de entender
a quién podía dedicar Fernando semejantes palabras. Lo único que estaba claro,
era que él había echo el amor con ella.
Fernando,
mientras tanto, había logrado comunicarse con Ricky Armstrong por confirmarle
que el comercial sería listo en los tiempos acordados.
Daban
casi las 8 de la noche cuando Fernando y Marcia salieron de Conceptos.
Antes
de que Fernando arrancara, Marcia lo parò
M:
¿Quieres venir a mi departamento?
F:
Marcia... la verdad preferiría irme a mi casa. Tengo que areglar algunos documentos
que dejè pendientes y tengo que trabajar en ellos en la noche.
M:
Està bien mi amor. Nos vemos mañana entonces.
Solo,
en su coche, Fernando suspirò aliviado; había ganado otra noche sin Marcia, en
la paz de su casa.
En
cambio, lo que sentía Marcia, era todo menos paz... Ella seguía leyendo una y
otra vez la tarjeta y no se daba paz. ¿Porque la tarjeta estaba en el
escritorio de Leticia? ¿Tanta confianza le tenía Fernando que hasta le
encargaba de recapitar sus tarjetas a su amante? Con cada pensamiento, Marcia
odiaba cada vez más a Leticia.
M:
¡Maldita seas Leticia! ¡Es por tu culpa que Fernando se fue a los brazos de
otra mujer! Pero juro que me la vas a pagar ¡y de la manera más dura!
La
mañana siguente, Fernando fue a Conceptos como siempre de buena hora y se
sorprendiò al percatarse que Marcia todavía no había llegado.
F:
Lola, usted sabe porque Marcia todavía no llega?
Lo:
No Don Fernando, lo siento però Dona Marcia no dejò ningun recado
F:
Està bien... Gracias Lola.
Fernando
se fue a Presidencia y empezò con sus trabajos.
Mientras
tanto, Marcia estaba en el juzgado. Lo que quería hacer, era solecitar la nueva
fecha de su casamiento con Fernando.
M:
Mire señorita, he esperado un buen tiempo y todavía no he recivido ninguna
noticia, por eso vine yo personalmente.
La
secretaria checò su agenda y después le diò la mala noticia
S:
Lo siento señora es que no tenemos fechas disponibles hasta el próximo año
M:
¡No no puede ser! ¡A mi me urge casarme con mi novio!
S:
Mire, la única fecha disponible es el 15 de Noviembre y...
M:
¡Perfecto! ¡Para nosotros no hay problema asì que confirme esa fecha!
S:
Bueno... ¿Y cuales son los nobres de los contraentes?
M:
Marcia Villaroel y Fernando Mendiola
Mientras
tanto, en Acapulco, Lety había empezado su jornada laboral a lado de Carolina. Las
dos mujeres estuvieron todo el día por la ciudad para seguir Rosa María Ojeda,
la ganadora del concurso, en su servicios fotograficos. Al final de la tarde,
las dos se retiraron en sus respectivas habitaciónes en el hotel para ducharse
y descansar un poquito antes de la cena.
En
Conceptos, Fernando todavía estaba trabajando en su oficina cuando Marcia llegò
toda feliz con un notición.
M:
¡Ni te imaginas lo que te tengo que decir!
F:
Ya Marcia, ¡no me dejes picado! ¡Habla de una vez!
M:
Està bien... Esta mañana fui al registro civil...
Fernando
tragò saliva
F:
¿Y?
M:
Y... ¡por fin tenemos fecha para nuestra boda!
Fernando
desorbitò los ojos
M:
¿No estas contento mi amor? Tu mismo me dijiste que querías casarte lo más
pronto posible...
F:
Si claro que estoy feliz Marcia. Y... ¿Cuando sería la fecha?
M:
El proximo 15 de Noviembre ¡y mira que me costò mucho conseguir esa fecha! Si
fuera para la secretaria del juez, ¡no nos casaríamos antes del próximo año!
Fernando,
en su mente, maldiciò la secretaria por haber encontrado esa fecha tan próxima.
En certa manera, él se sentía nervioso pero tratò de disimular su estado real.
F:
Que bueno mi amor...
M:
Ya Fernando, conmigo no hace falta que fingas...
F:
¿?
M:
¡Sé perfectamente bien que no quieres casarte conmigo!
Fernando
se apabullò
F:
¡Eso no es cierto Marcia! Yo quiero casarme contigo como habíamos acordado hace
tiempo...
M:
¿Eso significa para ti nuestra boda? ¿Un acuerdo?
F:
¡Claro que no Marcia! ¡No me malinterpretes!
M:
No Fernando, ahora llegò el momento en que pongamos las cartas en la mesa...
F:
¿Que quieres decir con eso?
Marcia
sacò de su bolsa la tarjeta que había encontrato en la oficina de Leticia y la
leyò en voz alta.
Fernando
se pasmò
M:
Me imagino cuanto que te han de faltar el cuerpo y la sensualidad de esta
mujer...
F:
¿Donde encontraste esa tarjeta?
M:
¿No te lo imaginas? ¡En la cueva de tu asistente! ¡De la alcahueta que siempre
te organizaba tus encuentros con ella!
F:
¡Marcia por Dios! ¡No empiezes otra vez con esa historia!
M:
No Fernando, no te preocupes... hace tiempo que me acostumbre a la presencia de
ella en tu vida. Solo espero que lo pienses bien si de verdad quieres casarte
conmigo porque me imagino que a ella no le debe hacer ninguna gracia que tu te
cases...
Fernando
estaba harto de escuchar siempre el mismo reproche y decidiò enfrentar a Marcia
una vez por todas
F:
Marcia, escucha bien lo que te voy a decir... Es cierto, hubo un periodo donde
yo tuve una amante ¡pero eso ya pasò! Y desde hace mucho... Asì que puedes
quedarte tranquilla... ¡Ahora soy todo tuyo!
Marcia
no sabía como reaccionar... Fernando acababa de confirmarle por su boca
que había
tenido una amante pero también que la historia con ella ya se había terminado.
Fernando,
en voz baja: Lo siento mucho Marcia... Siento haberte decepcionado de esa
manera ¡Creeme que no fue mi intención! Pero te juro que estoy pagando de la
manera más cruel lo que hice... Lo único que ahora quiero, es casarme contigo y
formar contigo nuestro hogar. Claro, si tu todavía lo quieres...
Marcia
suspirò hondo
M:
Fernando, lo único que quiero desde que te conocì, es estar a tu lado por el
resto de mi vida. No me importa si tuviste otra mujer; lo importamte es que al
final de todo, regresaste conmigo. ¡Yo te amo Fernando, y eso que siento no
puede borrarlo ninguna mujer!
Fernando
se levantò de su silla y la abrazò
F:
Gracias Marcia...
Marcia
empezò a lagrimar
M:
Gracias a ti por regresar en mis brazos...
Marcia
finalmente regresò a su oficina porque tenía una mision: avisar a Leticia que
Fernando se iba a casar de modo que ella pudiese comunicarlo de una vez por
todas a “la otra”.
Carolina
estaba en el restaurante con Lety cuando recibiò la llamada de Marcia.
C:
¿Bueno?
M:
Hola Carolina soy Marcia. ¿Qué tal?
C:
¡Marcia! Qué sorpresa escucharte...
Cuando
Lety escuchò el nombre de quién llamaba a Carolina, se pasmò
M:
Bueno es que te tengo una noticia que, estoy segura, ¡te va a encantar!
C:
¿De que se trata?
M:
¡Me caso con Fernando! Finalmente logrè conseguir otra fecha entonces nos vamos
a casar pronto y me parecía justo avisarte...
Carolina
tragò saliva y tratò de disimular su asombro
C:
Y... ¿cuando sería?
M:
El próximo 15 de Noviembre. Espero que quieras hacer parte de ese evento tan
especial para nosotros
C:
Cla.. claro que si Marcia
M:
¿ Estás bien Carolina?
Te oyo un poquito rara...
C:
...Si Marcia es que estaba trabajando y justamente estaba muy ocupada pero de todos modo te felicito y gracias por avisarme
M:
No hay de que Carolina. ¡Hasta pronto!
Carolina
colgò; después la llamada, estaba visiblemente en shock
C:
No lo puedo creer...
L:
¿Que le pasa Doña Carolina? ¿Se siente bien?
C:
Ay Lety es que... ¡Marcia me diò una noticia que me descolocò por completo!
L:
... ¿Pasò algo con... Don Fernando?
C:
Es que... ¡Ay ni se como decirtelo!
L:
Doña Carolina se lo ruego, ¡no me dejes asì! ¡Si pasò algo con él quiero
saberlo!
C:
Està bien Lety... ¡Marcia y Fernando se van a casar el proximo 15 de Noviembre!
L:
No puede ser...
En
un momento Lety mirò el cielo y luego se desmayò
Sigue....
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