Capítulo 2
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Usted desea lo mismo que yo
Cuando el coche se paró, Lety no podía creer en sus
ojos.... ¡Fernando la había traído a su casa! La misma donde una noche estaba
por cumplirse la magia, si no fuera para Pilar Zacaria, la modelito esa.
L: Don Fernando, ¿Por qué me trajo aquí?
F: Lety, ya se lo dije. ¡Necesito pasar la noche entera
con usted!
Lety, muy enojada: ¿Acaso no me escuchó cuando le dije
que yo no quería?
F: Perdón Lety, mi intención no es faltarle el respeto
y ni siquiera obligarla a estar conmigo si usted no quiere. Solo quería hablar
en un lugar donde nadie nos encomode; Nececito que hablemos los dos, Leticia.
L: ¿Y no piensa que este es el primer lugar donde Doña
Marcia podría buscarlo?
A Fernando eso no le importaba; lo único que le
importaba era reconquistar a Lety.
F: Confíe en mi, Lety; Marcia esta noche no me vas a
buscar para nada y además, esto sería mi problema, no suyo.
Lety quedó boquiabierta.
Fernando bajó del coche y le abrió la puerta a Lety
que bajó también. Los dos entraron en la casa y Fernando se sentó en el sofá,
pidiendo a Lety que hiciera lo mismo. Lety se sentó, pero de el otro lado del
sofá.
F: Ay Lety, mi Lety.... Si la traje aquí es porque quiero
arreglar las cosas y por ofrecerle
algunas disculpas.
Lety sintió un escalofrío y pensó que la disculpa que
Don Fernando quería ofrecerle, era algo con respeto al dichoso plan armado con
Don Omar
F: Yo no sé que le pasa, pero en los últimos dos
meses, usted ha sido fría conmigo. Por más que usted me lo niege, yo sé que
algo pasó.
Fernando se indicó el corazón: ¡Siento aquí como usted
se distancia de mi y se acerca cada vez más a Tomás Mora! Quizás fue por mi
culpa porque, desde que Marcia regresó de Alemania, no he tenido tiempo
suficiente para nosotros; me refiero a usted y yo obviamente... ¡Le juro que me
hubiera gustado demasiado regresar a Cuernavaca y allí quedarme con usted para
siempre! Incluso una vez lo pensè seriamente, pero usted de repente empezó a
cambiar...
Lety seguía escuchandolo callada.
F: Mirando su actitud con Tomás, me pareció, bueno no
me pareció, ¡estoy casi seguro!, que él tomó mi lugar en su corazón.
Los ojos de Fernando se humedecieron..
L: Ay Don Fernando... ¡Si yo le jurè que no es así! ¡Tomás
y yo solo somos amigos!
F: ¡No se haga, Lety! ¡Muchas veces los vi con estos
ojos! Se la pasa muy bien con él, ¿verdad? Junto a él ríe, lo abraza y quién
sabe que... En cambio, conmigo, se molesta cuando me acerco para darle un beso.
Los de Tomás le gustan más ¿verdad?
L: Ya Don Fernando ¡callese! ¿Y usted? ¿Que cada noche
se la pasa a lado de Doña Marcia? ¡Y no crea de tomarme el pelo diciéndome que
solo duermen!
Fernando se acercó un poco...El corazón de Lety latió más
fuerte.
F: No he vuelto a tocar a Marcia. Leticia, desde que
usted y yo estuvimos juntos por primera vez, ¡yo no he vuelto a tocar a Marcia
ni a ninguna otra mujer!
L: ¿Y qué cree que soy yo? ¿Una imbécil? ¿¡Cómo se le
ocurre que le vaya a creer si cada mañana llega a la oficina junto a ella!? ¡Si
se portan como si estuvieran casados! Usted dice que quiere hacer el amor
conmigo pero ¿sabe que? ¡Yo no quiero estar con usted, Don Fernando! Usted
tiene a Doña Marcia; ¡Pídele a ella que lo haga contento con hacerle el amor o
a cualquiera de sus amiguitas si quiere!
F: No me cree ¿verdad? Eso es mi problema; lo que me
sta consumando por dentro...
Fernando levantó la voz y, casi gritando, le dijo: ¡Yo
no puedo hacer el amor con ninguna mujer que no sea usted, Leticia!
L: ¡No me diga mentiras! Yo conzco perfectamente las
reglas del juego. Usted me lo dijo desde el principio que tenía que seguir con
Doña Marcia para que nadie sospechara algo. No hace falta que se invente eso.
Fernando se acercó; le tomó la mano y la puso sobre su
corazón.
F: Le juro por lo más sagrado que tengo en esta vida,
que es el amor que siento por usted, que es verdad lo que le digo. Lety... ¡Me
muero por pasar la noche con usted porque la amo con todo el corazón! Quisiera
mucho que a usted le pasara lo mismo...
Lety estaba aún más confundida. Quería creerle; ¡Necesitaba
creerle! aunque solo per esa noche. Además él la miraba con sus ojos que parecían
llenos de amor. Lety amaba perderse en su mirada; en sus ojos que siempre hacían
que él la enredara en sus ganas. Por miedo de que él pudiese leer en su mirada,
Lety bajó los ojos.
F: Lety, mireme en los ojos. ¡Le juro que yo la amo
solo a usted y que daría mi vida entera por besarla!
Las manos de Lety empezaron a temblar por los nervios.
F: Lety, usted puede decir lo que sea, pero su cuerpo
nunca miente. ¡Usted quiere estar conmigo tanto cuanto yo quiero estar con
usted!
Lety estaba a punto de contestar cuando Fernando le puso
un dedo en los labios y la calló.
F: Shhh no diga nada. Quiero demostrarle lo mucho que
la deseo.
Fernando le puso sus manos en las mejillas y la besó, descendiendo
hacia el cuello. Después, bajó sus manos hasta los hombros de ella y empezó a
acariciarla, quitandole suavemente el saco.
Lety se sentía rara... desde hace dos meses no estaba a
sola con él y sentir sus manos que la acariciaban, la hizo sentir deseosa más
que nunca de ser suya....
Sigue...
Olá, sou brasileira, e estou tentando ler sua fanfic, pelo google tradutor...kkkkk
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