Capítulo 12
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La carta de Fernando
Lety se había dejado trasportar por el beso. Sentía
cada fibra de su cuerpo erizada.
Cada vez que Fernando Mendiola se le acercaba,
ella no lograba rechazarlo; era más fuerte de ella. Su amor era tan grande, que
no podía resistir a él.
De repente, Lety volviò a la realidad y se apartò de
él.
L: ¡¿Como se atreve a besarme!? ¿¡Como se atreve a
abusar todavía de mi!? ¡Usted es un descarado!
F: Lety, ¿porque todavía no lo entiende? ¡Yo la amo! Todo
lo que leiò en esa maldita carta de Omar, ¡no corresponde a verdad! Por el amor
de Dios Lety, ¡deje que le explique!
L: No Don Fernando ya le dije que no tenemos nada más
que decirnos. ¡Hasta nunca!
Lety hizo por regresar a la casa
F: Lety, mi amor ¡no te vayas!
Lety tragò saliva y se volviò hacia él
L: Don Fernando, se lo dijo por ultima vez; ¡No se
acerque nunca más a mi! No me llame con apellidos que no me corresponden y
sobretodo, no me busques más porque desde mañana no me irà a encontrar.
F: ¿Y eso que quiere decir?
L: Que me voy. Mañana salgo del pais asì que por fin
¡no tendrò que verla jamás en mi vida!
Fernando no pudo creer en su oido. ¿Lety estaba
hablando en serio?
F: No Lety ¡Eso no es cierto! ¡Usted no puede irse!
L: ¿Y quién me lo va a impedir?
F: ¡Yo! ¡Usted tiene que estar a mi lado!
L: ¡Ya Don Fernando! ¡Ya se acabaron los tiempos en
que yo era su asistente! Ahora ya no trabajo por usted y usted no puede más
ordenarme nada y sobretodo, ¡no puede proibirme nada! Mañana me voy...
F: ¡Lety pero tiene que escucharme! ¡Le juro que lo
que le voy a decir es la pura verdad!
Lety estaba perdiendo la paciencia...
L: No Don Fernando; ¡No quiero escucharla! Ya fue
bastante horroroso leer esa carta... Y aún más, ver como usted seguía paso paso
esos instructivos que le había dejado su amiguito. Si usted hubiera dejado de
jugar conmigo, yo podía perdonarla pero... ¡Ahora lo odio con toda mi misma!
¡No quiero ni oír su voz!
Lety se voltò y se acercò a la puerta de su casa
Fernando, gritando: ¡Lety usted no puede irse!
En ese momento, Don Erasmo apareciò en el umbral de la
puerta..
DE: ¿Que està pasando aquì? ¡¿Lety que haces a esta
hora en la calle?!
L: Perdón papacito, estaba hablando con Don Fernando
pero él ya se estaba yendo.
DE: Don Fernando ¿Que hace usted aquì a esta hora? ¿Que
no ves que es madrugada?
F: Perdón Don Erasmo es que tenía que ver urgentemente
a Leticia...
DE: Queria despedirse de ella ¿verdad?
Fernando sintiò como un cubetazo de agua fría
traversar su espalda. ¡Lety hablaba en serio cerca lo del viaje!
DE: Bueno ahora es hora que se vaya. La niña tiene que
madrugar mañana y tiene que descansar. ¡Lety retirate!
Lety mirò Don Fernando que la suplicò con la mirada
porque se quedara
L: Buenas noches, Don Fernando... ¡Hasta nunca!
Lety y su papa entraron a la casa y Fernando se quedò
sentado en el capó del coche con los ojos empañados.
F: ¡Dios mio no! ¡No puedo permitir que se vaya, que
se aleje de mi! ¡Yo no puedo vivir sin ella!
Lety, mientras tanto, había regresado a su cuarto.
Despues haber serrado la puerta, se mirò en el espejo y se tocò los labios...
L: Me besò! Don Fernando me besò! Volvì a sentir sus
labios sobre los mios! ¡No! ¡No debo caer otra vez en su trampa! Lety, ¡él no
te ama ni te quiere! ¡Sigue jugando contigo por su empreza y tu se lo permites!
Que tonta sigues siendo... Si él te hubiese amado de verdad, hubiera
interrumpido ese juego despues que le contè de la apuesta de Miguel...
Lety se quedò pensativa por un momento...
L: ¡Siempre me pasa lo mismo! Siempre se repite la
misma historia y cada vez más horrorosa! No quiero jamás confiar en un hombre!
Me queda muy claro que el amor no es por mi...
Lety golpeó la mano en el espejo muy nerviosa y
despues regresò en la cama.
Fernando había esperado en vano que Lety volvise a
aparecer por la ventana pero, como eso no pasò, él regresò deprimido a su casa.
No sabendo como hacer por convencerla de sus sentimientos, decidì escribirle
una carta...
Querida Lety,
Se que escribiendole esta
carta, el riesgo es que usted la rompa en pedazos antes de leerla pero eso era
el unico modo por hablar con usted ya que se nega hablar conmigo de cara. Lo
entiendo ¿sabe? Despues de lo que se enterò, es un milagro si todavía me mira
en los ojos....
Sé que lo que hice es
horrible; no que digo horrible... espantoso! Jamás hubiera debido jugar con
usted. Usted era leal conmigo... ¡Por Dios, me lo dimostrò una y otra vez! Lo
que me conbenciò a actuar ese plano tan sucio y cruel, fue el carcoma de lo
celo y el miedo de perder mi empreza...
Usted parecía siempre más
fijada en Tomas entonces Omar me convenciò que yo debia impedir que él la
enamoraba porque eso podía ser un peligro para nosotros.
Le juro que yo no queria
actuar ese plano y hasta el ultimo me neguè pero un días llegò a Conceptos una
rosa roja junta a una carta que había escribido Tomas Mora y los dos empezamos
a preocuparnos. Si él era tan atrevido de mandarle una carta con semejante
palabras de amor, entonces el riesgo que la enamoraba era alto. No podíamo
permitir que usted perdía la cabeza por ese tipo entonces... dimos acto al
dichoso plan! Lo que queriamos obtener, era que usted se enamorara de mi y que
dejase de pensar a Tomas.
La misma noche en que
llegò la carta de Tomas, la traimos con nosotros en ese antro adonde cantaba
Ricardo Montaner si se acuerda ¿verdad? Allì fue donde nos besamos por primera
vez...
Admito que había tomado
demaciado... Yo no queria besarla! En esa epoca, todavía no estaba enamorado de
usted pero tenía que seguir a enamorarla aunque si los besos que le daba...
bueno no eran besos de amor.
Todo cambiò la noche de su
cumpleaños... La noche en que hicimos el amor por primera vez! Al principio yo
no quería pero no por lo que usted estaba pensando si no porque pensaba que podía
ser su primera experiencia... Yo no la amaba y me parecia injusto que usted
perdia su virginidad conmigo. Luego, usted me dijo que no tenía que
preocuparme; que me entendía porque ningun hombre sueñaba acostarse con una fea
como se sentía usted y no se... no se si fue por sus palabras pero huve un
arranque y le hice el amor...
En ese momento, sentì como
se no existia nada más que usted y yo. Fue una cosa rara porque nunca me había
pasado lo que me pasò con usted... Usted se entregò con una ternura y con un
amor infiniti! Le juro que yo lo advirtì con cada fibra de mi cuerpo! Despues
de ese momento, usted acabò de ser solo mi asistente y se convertì en algo más...
no se pero ya la veía con otros ojos.
Empezè a sentir algo por
usted; algo especial! Y tuve la confirma de eso, la noche en que volvimos a
hacer el amor. Esa vez era distinto porque fui yo él que sentía ese deseo...
Esa vez no se tratò de un arranque sino de un deseo que me nacia por dentro; tenía
ganas de hacer el amor con usted! De estar a contacto con su piel; de tenerla
cerca... No se porque pero la deseaba! Esa noche fue magico, como usted dijo...
La sentì más cerca, más... no sé ni como decirlo... ¿entregada? Esa noche
queria detener el tiempo! Estaba con usted y me sentía amado como nunca en mi
vida! Entre sus brazos, me sentía seguro, cuidado... Sentì que me amaba y me dì
cuenta que yo también la amaba!
Lety, a partir de ese
momento entendì que no podía estar mas lejos de usted! Si hubiese podido,
hubiera mandado todo al diablo y me hubiera ido lejos con usted.
Ese fin de semana que
pasamos a Cuernavaca fue maravilloso porque sentì que con usted yo podía ser el
verdadero Fernando. No tenía que fingir de ser el hombre entregado a su empreza
y a su responsabilidad; con usted era yo: Fernando! Me la pasè tan a gusto, que
hasta le platiquè cosas de mi vida que nunca había contado a nadie! Esos días
fueron hermosos...
Le confieso que la noche
que pasemos allì, yo moría de ganas de hacer el amor con usted... Queria que
volvia a repeterse esa magia entre nosostros porque solo con usted sentía que
estaba haciendo el amor. Con la otras mujeres, cuando acababa de hacer... bueno
me entendiò ¿no? En fin, despues de habernos acostado, todo se acababa; en
cambio con usted, la magia... esa sensación de lleneza de mi alma, duraba mucho
más después que hiciamos el amor. Esa sensacion permanecia en mi por mucho
tiempo y era la primera vez que me pasaba algo asì, se lo juro! Tanto que después
haber echo el amor con usted por primera vez, mi cuerpo se refiutò acostarse
con cualquier mujer que no fuera usted! Se lo dije pero usted no me creiò..
¿Y como pudia creerme después
haber leido esa maldita carta? Usted no me diò la posibilidad de explicarle lo
que pasò... Me hubiera gustado poderle explicar que lo que dice esa carta no es
cierto...
¡Yo me enamorè de usted
como un loco! Nunca en mi vida había sentido algo tan fuerte y tan especial,
como lo que siento por usted! Ese juego de besarla, de enamorarla y de hacerle
el amor me hizo caer en mi propria trampa: ¡me enamorè! Y ahora no se como
hacer... Usted me rechaza, no quiere verme y ¡además quiere irse del país! ¡Yo no
quiero que se vaya Lety! ¡La necesito cerca de mi para seguir vivo! Se lo
ruego, ¡deme otra oportunidad por demostrarle cuanto la amo y cuanto la
necesito! ¡Estoy dispuesto a renunciar a todo por estar junto a usted! Necesito
solo que usted me dia otra oportunidad...
Espero que con lo que le
escribì en esta carta, usted se convenza que mis sentimientos son verdaderos y
que me dé la posibilidad de hablarle por aclarar los malos entendidos
La amo
Fernando Mendiola
En ese momento, una lagrima cayò de los ojos de
Fernando y mojò la hoja.
F: ¡Tengo que entregarla a Lety! ¡Ella debe saber lo
que pasò antes que se vaya! ¡Debo lograr detenerla!
Fernando mirò el reloj que marcaba casi la seis de la mañana
y tomò una decisión...
Mientras tanto, Lety se estaba areglando por ir a el aeropuerto
L: ¡Estamos! Hoy por fin se acaba todo... Me voy lejos
y no voy a ver a Don
Fernando por mucho tiempo... ¡Espero lograr olvidarlo!
Antes de bajar, Lety puso las tarjetas de Fernando en
su maleta asì como su diario n.9
L: Sé que no debería traerlos conmigo pero... ¡no
quiero que nadie se choque con estos!
Finalmente Lety bajò y, despues el desayuno, ella y
sus papas salieron rumbo a el aeropuerto.
Cuando llegaron, Carolina ya estaba allì y se presentò
a los señores Padilla.
C: Bueno Lety, ¡ya es hora de irnos! La dejo despedirse
de sus papas y la espero más allá del check-in.
Carolina se adelantò al gate
Lety abrazò sus papas con las lagrimas a los ojos.
Quedò asì hasta que anunciaron la ultima llamada por su vuelo.
Lety se separò de ellos y se adelantò hacia el gate. Después
haber pasado bajo el detector de metales, tuvo una sensación rara... su corazon
empezò a later fuerte...
En ese momento, sentì una voz gritar su nombre....
Sigue...
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