Capítulo 15
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Inolvidable
La horrible pesadilla que hubo Fernando, hizo si que
él no cerrara ojo por toda la noche.
F: ¿Porque ese sueño? ¿Quería decir algo? ¿Y si fuera
un sueño premonitorio? No Dios mio, ¡te lo suplico! ¡Que Lety no se case!
Que no encontre otro hombre porque ¡ella es mia!
Mientras tanto, en la cena, Aldo no soltava los ojos
de encima de Lety. Parecía embrujado por esa mujer y Carolina se diò cuenta en
seguida, sonriendo.
L: ¿Porque sonrie, Doña Carolina?
C: Nada Lety... me acordè de una cosa.
De repente, empezò a sentirse una musica desde los
altavoces del restaurante y muchas parejas se pusieron a bailar.
A: Leticia, ¿me haria el honor de bailar conmigo?
Lety quedò estupefacta
L: Don Aldo yo no sè bailar
A: ¡Claro que sabe! ¡Todo saben bailar! Y si realmente
no sabe, yo le enseño
L: Es que...
Carolina la interrumpiò
C: ¡Andale Lety! No puedes hacer esto a Aldo ya
L: ... Està bien
Aldo le tendió la mano y la llevò a la pista de baile;
puso su mano izquierda en la espalda de ella y le diò la derecha. Lety se sentía
avergonzada pero seguì los pasos de él y logrò bailar. El siguiente baile, era
una bachata y Lety estaba más segura, después haber tomado un poco de confianza
con Aldo.
A: ¿Ve? ¿Que le dije? ¡Todo saben bailar!
Lety sonriò
De repente, pero, la musica cambiò ritmo y empezò a
sonar una canción muy dulce. Aldo estrechò Lety que se sonrojó. “Inolvidable”
de Laura Pausini empezò a sonar atravez las cajas de música.
A vecez me pregunto sì,
Yo viviria igual sin ti
No se si yo sabrè
olvidarte
Lety tragò saliva
Y en un instante puedo ver
Que tu eres cuanto yo soñè
Inolvidable para mi
Las lagrimás empezaron a correr de sus ojos. Cuando
Lety mirò su acompañante, Aldo había desaparecido y en su lugar estaba Don
Fernando. Lety lo miraba boquiabierta...
Me pareciò otra historia
que
El tiempo se llevò con él
Tu no me dejes más
Nunca me dejes...
Y mientras más te anoro más
Profundo dentro de mi
estas
Tu no me dejes más
Enterate que ya
Jamás te olvidarè
Lety se abrazò a él
Oigo tu voz y tu alegría,
siguen en mí, son todavía
como un tatuaje de mi
piel.
Te veo y sé que tú no
estás,
te busco y sé que no
vendrás,
sobre mis labios siento
tu forma de besar.
Eres intensamente mío,
lo más que tengo y que he
tenido,
tú no me dejes más,
nunca me dejes.
Y mientras más te miro,
más
de ti me puedo enamorar,
tu no me dejes más,
nunca me dejes,
no lo hagas más porque...
Si miro al cielo
yo siento que serás
inolvidable para mí,
oh no, no, no,
tú no me dejes más,
nunca me dejes.
Inolvidable nada más
ni nada menos tú serás,
tu no me dejes más,
nunca me dejes.
No,...
Nunca me dejes,
nunca me dejes.
No, no.....
Tú no me dejes más
Que sola ya sin ti,
ahora y siempre te veré
en mi mirada,
inolvidable.
Don Fernando puso su mano sobre la mejilla de Lety
para secarle las lagrimás. Instintivamente, Lety puso su mano sobre la de
Fernando y la estrechò cerrando los ojos. En ese momento, sentì una voz...
Voz: ¿Està usted bien, Leticia? ¿Porque llora?
Lety abrì los ojos y viò Aldo con la mano sobre su
rostro. Inmediatamente, se separò de él y, tras disculparse, corriò hacia su habitación,
tomò su diario y empezò a escribir:
Diario: ¿Porque? ¡¿Porque lo veo en todas partes!? Aún
cuando no està conmigo, ¡siempre està presente! Me gustaría que fuera aquì
conmigo; que el sueño de anoche, se convirtiera en realidad... Sé que no debería
ni siquiera pensarlo pero me faltan sus besos, sus caricias, sus manos sobre mi
cuerpo... ¡El sueño de anoche parecía tan real! No Lety, no te illusiones... En
tu sueño él te deseaba y sabes perfectamente bien que Don Fernando nunca te
deseò... Lo que tengo que hacer es olvidarme de él ¡para siempre!
El día siguiente, pasò tranquilo por Lety; trabajar
con Carolina le gustaba porque se sentía relajada y sin el estrés de la
oficina. Además trabajaba al aire libre y cerca del mar. Esa tarde, Aldo se había
ofrecido para acompañar Lety a hacer una vuelta por la ciudad; se había portado
muy caballero con ella y le había mostrado los lugares más bellos de Acapulco.
Aldo se había fijado en ella. Lety no quería darse cuenta pero él intentaba por
todos los medios de demostrarle su interés. Esa misma noche, Aldo invitò Lety y
Carolina a una cena sobre su yate juntos a algunos amigos. Él se había sentado
a lado de Lety y seguía mirandola por toda la cena. Después del postre, Lety se
puso a mirar el mar con melancolía... Aldo se acercò a ella
A: Perdón que me meta donde no me pertenece pero la
veo muy triste... ¿Puedo pedirle que le pasa?
L: Nada, de verdad. Es que dejè algunos asuntos
pendientes en Mexico y esos me preocupan un poco pero no es nada grave
Lety trató de sonreír
A: Eso no es cierto. Yo siento que su tristeza se debe
a algo más...
Aldo se acercò aún más hasta que su cara se incontrò a
pocos centimetros de la de Lety. Lety se sintiò incomoda y se alejò de él,
regresando donde estaba Carolina.
¿Porque ese tipo se fijaba tanto en ella? Pensò entre
sè Lety.
Aldo no volvì a preguntarle nada pero, cuando bajaron
del yate y regresaron a el hotel, Aldo hablò con Carolina y le pedì que era lo
que tenía Leticia tan triste
C: Està sufriendo por una decepción de amor. ¿Porque
te importa tanto?
A: Por nada Caro, de veras. Me diò curiosidad eso es
todo
C: Aldo, no sirve de nada que mientas conmigo... te
conosco desde mucho y vì como la mirabas en el yate. Lety te gusta ¿verdad?
Aldo asintiò: Asì es. Desde el primer momento en que
la vì delante de l’acuario, me empezò a gustar
Carolina hizo una sonrisa picarona
Aldo seguì: Pero ella ¡ni me hace caso!
C: Es que està muy dolida por lo que le hizo.... su ex
novio. Tienes que tener paciencia. Demostrale que te gusta; ganate su confianza
y verás que ella comenzará a hacerte caso. En el fondo, eres un hombre guapo...
Carolina le guinò el ojo y se adentrò en el hotel
La mañana del viernes, Lety estaba en su habitación
areglandose su cabello cuando alguien tocò insistentemente la puerta.
L: ¡Ya voy! ¡Ya voy Doña Carolina!
Cuando abrì la puerta, pero, la fisonomía que vio no
era la de Carolina si no la de un hombre y precisamente de Aldo Domenzaìn.
A: Buenos dias Leticia. ¿La molesto?
L: No Don Aldo, como cree
A: Leticia... le he pedido que no me llame “don”.
Llameme Aldo nada más. Es más; ¿que le parece si nos tuteamos?
L: ...està bien
A: Bueno. Perdón que haya venido a tu habitación pero quería
invitarte a dar un paseo en la playa. ¿Te gustaría?
L: Es que... tengo que trabajar ahorita.
A: Entiendo... ¿Que te parece, entonces, si te invito
a cenar?
Lety lo pensò un momento y después le contestò
L: Me parece bueno. ¡Vaya por la cena!
Aldo sonriò con una sonrisa de oreja a oreja
A: Nos vemos más tarde entonces
Aldo le besò la mano y se fue
Lety regresò a su habitación sonriendo.
La jornada pasò tranquilas; las concursantes probaron
las prendas para la final del concurso, el sabado, y todas se portaron muy
amable con Lety. En la tarde, ella y Carolina regresaron a el hotel y Lety le
platicò sobre la invitación de Aldo.
C: ¿Porque te sorprendes tanto Lety? ¿Acaso no te
diste cuenta que Aldo se fijò en ti?
L: ¡¿Como que està fijado en mi?! No, no eso no es
cierto.
C: ¡Claro que si Lety! él mismo me lo dijo anoche.
Lety quedò boquiabierta
L: Pero... ¿Porque se fijò en mi?
C: Eso preguntalo a él... Además yo no le veo nada de
raro que se haya fijado en ti. Tu eres una mujer muy especial y Aldo se diò
cunta de inmediato, por eso se interesò a ti
Lety se quedò pensativa
C: A ver, señorita Padilla, ¿que va a desgastar esta
noche?
L: No sè...
C: Bueno, no te preocupes, yo te ayudo!
Esa noche, Leticia lucía estupenda. Carolina le había
prestado un vestido bronceado sin respaldo de manga y con la falda que cubría
hasta las rodillas, y un par de sandalias oro. Gracias al maquillaje, Lety parecía
aún más hermosa. Cuando fuè lista, bajò en la recepcion y allì la esperaba
Aldo. Cuando él la viò, quedò boquiabierta. Lety lucía divina. Aldo le besò la
mano y le diò una rosa roja.
A: La belleza de esta rosa es nada comparada a la tuya
Lety se sonrojó
Aldo le tomò la mano y la llevò fuera de el hotel
donde les esperaba un carruaje con caballos. Lety quedò anonadada. Jamás ningun
hombre le había hecho semejante sorpresa. Los dos subiron en el carruaje que
los llevò hasta la playa.
L: ¿Quieres dar una vuelta en la playa antes de cenar?
A: Más o menos... Me gustaría platicarte algo primero.
Aldo y Lety empezaron a pasear a la orilla del mar
A: Tu sabes que yo soy chef ¿verdad?
Lety asintiò con la cabeza
A: Bueno... mi sueño ha sido siempre lo de abrir mi
propio restaurante cerca del mar y hace unos años, estaba por cumplirse... Todo
iba bien: los trabajos ya habían empezados, hasta que un maldito dia pasò algo
horrible...
Aldo pausò. Lety seguía escuchando con atención
A: ... me llamaron al celular y me dijeron que
Leonora, mi esposa, había sufrido un accidente con el coche y que era mejor que
yo iba por allà. Cuando fui en el lugar de el accidente, no pude creer a mis
ojos. El coche estaba estrellado contra un arbol y dentro de él estaba Leonora
sentada en el lado del pasajero y Ermes, mi mejor amigo, sentado nel lado del
conductor. Lo que me desconcertò, es que sus manos estaban estrechadas...
¡Ellos eran amantes! Y habían muertos los dos tenendose por la mano...
Una lagrima cayò de los ojos de Aldo. Lety le acariciò
el hombro.
A: Ese fue el día más horrible de mi vida no solo
porque perdì mi mujer, si no porque además descubrì que era mucho tiempo que la
había perdido.
Aldo no supe contenerse y se puso a llorar. Lety instintivamente
lo abrazò.
Pasaron algunos minutos ante de que Aldo se recomponiera. Cuando se
sintiò mejor, agradeciò a Lety por el abrazo y volvieron a pasear. Llegados a
un punto de la playa, Aldo la detuve
A: Llegamos
Lety mirò alrededor y vio una estructura de hormigón
donde estaba colocada una mensa. Aldo la acercò a la estructura.
A: Esto es mi restaurante. Bueno, mejor digo, la
estructura de mi restaurante. Me gustaba hacertelo conocer.
L: Te agradesco que lo hayas compartido conmigo y no
solo lo del restaurante...
A: Es que contigo me siento tan a gusto que ¡siento
que podría contarte todo!
Lety advirtiò un escalofrío y cuando Aldo se percatò,
tratò de no incomodarla asì que cambió de tema.
A: ¿Que te parece si cenamos?
Lety sonriò
L: ¡Me parece perfecto!
Ambos se sentaron en la mensa y disfrutaron lo que
Aldo había preparado. Por primera vez en su vida, Leticia probò la langosta y
le gustò mucho. Después de la cena, los dos pasearon otra vez por la playa y se
le pasò el tiempo. Sin darse cuenta, empezò a amanecer.
L: Que bonito el amanecer en la playa...
A: Te lo regalo. Te mereces cada amanecer en la playa
y mucho más...
Lety seguía apabullada
Aldo le tomò la mano, le acariciò la mejilla y se acercò
a su rostro con la intención de besarla... Lety cerrò los ojos y de repente le
vino a la mente Don Fernando entonces retrocediò.
L: Perdoname Aldo pero tengo que regresar a el hotel
A: ...si, claro.
Cuando regresò a su habitación, Lety sentì la urgencia
de confiarse con su diario
Diario: “Aldo es increible conmigo. Se porta como un
caballero, confía en mi... Anoche me contò algo muy intimo de su vida; se abriò
conmigo; me confesò su sueño y me llevò a conocer su restaurante. ¡Se portò tan
lindo conmigo! Cocinò sólo para mí y vino por mi con una rosa roja y un carruaje
con caballos. Paseamos por la playa hasta el amanecer y casi.... ¡nos besamos!
La idea fue suya; me puse una mano sobre la mejilla y se acercò a mi rostro
hasta que yo lo detuve. Carolina me confesò que le gusto pero no puedo besarlo
porque... ¡los únicos labios que deseo son los de Don Fernando! Tengo que
contarle a Aldo lo que pasò con Don Fernando; tengo que ser sincera con él!”.
Mientras tanto, en el D.F., Fernando estaba en su casa
y estaba releyendo la carta que había escrito para Lety.
F: Sé que no debería pensar a ella; que entro de pocos
dias me voy a casar con Marcia pero... ¡no puedo dejar de pensar en Lety! ¡En
MI Lety! Si solo supiera donde està...
En ese momento le ocurriò algo
F: ¡Claro! ¿Como no lo pensè antes? ¡Sus papas de
seguro saben donde està! ¡Tengo que hablar con Doña Julieta!
Fernando se areglò y partì rumbo Calle de Mimosa 107.
Cuando llegò, lo atendiò la mamà de Lety, puesto que
Don Erasmo no estaba en la casa, y lo mirò con una mirada muy fria. Fernando,
al verla, hubo una mala sensación.
DJ: ¿Que quiere Don Fernando?
F: Buenos dias Doña Julieta. Me gustaría hablar con su
hija
DJ: La niña no està y no la vuelve a busquar porque se
fue de viaje
F: Eso ya lo sè pero tengo que hablarle de una cosa
muy importante y necesito saber donde està.
Doña Julieta, con sorna: Claro, me imagino que Lety
debe haberlos dejado en problemás cuando se fue...
Fernando hubo un escalofrío.
F: Pues si pero... es otra cosa la que tengo que
decirle
DJ: ¿No serà, acaso, que quiere decirle, o mejor digo,
que quiere engañarla diciéndole que la ama?
Fernando tragò saliva. Doña Julieta sabía.
DJ: Mire Don Fernando, mi hija me contò todo y nunca
la había visto tan destrozada. ¡Al verla asì se me rompiò el alma!
Fernando se sentía un miserable
F: Doña Julieta, ¡usted tiene que escucharme!
DJ: ¿Para que? ¿Para que engañane a mi tambien? No Don
Fernando, ya fue suficiente con lo de mi hija!
F: Doña Julieta, ¡le juro que las cosas no son asì!
Mire, dejeme explicarle lo que pasò...
DJ: ¡No quiero escucharla! Y mejor que se vaya antes
que regrese Erasmo
Julieta estaba por cerrarle la puerta en la cara
cuando Fernando gritò:
F: ¡Yo amo a Lety con toda mi alma!
Doña Julieta quedò boquiabierta; abriò nuevamente la
puerta y lo mirò fijo
Fernando le tomò las manos y le puse sobre su pecho, a
la altura de su corazón; mirò la mamà de Lety y, con las lagrimás que corrian
de sus ojos, le dijo:
F: Doña Julieta, le juro por lo más sagrado que tengo
en la vida, que yo amo a su hija. Es más... ¡nunca en mi vida he amado a nadie
como amo a Leticia!
Julieta estaba confundida; por una parte no quería
creerle, luego de lo que le contò Lety pero de otra parte, ¡él parecia tan
sincero!
F: Se lo ruego, ¡necesito que me escuche!
DJ: Està bien Don Fernando, pase
F: Gracias
Los dos se sentaron en el sofà.
F: Mire Doña Julieta, yo no se lo que le contò su hija
pero me imagino que le diò su versión de la historia. Ella està convencida de
que yo la engañè todo el tiempo; que la enamorè por no perder la empreza...
DJ: ¿Y acaso no es asì?
F: Bueno, admito que al principio yo pensaba asì. En
esa epoca Lety no me gustaba y, tengo que ser onesto, si no fuera por Omar, yo
nunca me hubiera fijado en ella.
Julieta suspirò
F: Pero luego todo cambiò...
DJ: ¿Que quiere decir con eso?
F: Que me enamorè, Doña Julieta. Su hija es un ser tan
especial, que no me costò nada encariñarme con ella y luego enamorarme. Ella ya
estaba enamorada de mi y le juro que lo sentía con cada beso que me daba. Me
besaba con una ternura infinita!
Julieta sonriò. Ella se había dado cuenta desde el
principio que Lety sentía algo
por Don Fernando.
F: Poco a poco empezè a “acostumbrarme” a sus besos, a
sus caricias, a su forma de amarme y no sè... Quizas fue porque me sentía
culpable por lo que le estaba haciendo pero le juro que después que yo y su
hija estuvimos juntos, esa noche que para mi fue la más bella de mi vida, yo no
he vuelto a estar con ninguna otra mujer ¡se lo juro!
Julieta estaba apabullada y no lograba creer en su
oido
F: Sé que puede sonarle absurdo pero cuando yo y Lety
hicimos el amor la primera vez, ella dejò en mi una huella que nunca se borrò
de mi corazón y de mi alma. Lety se entregò a mi con toda su alma y lo sentì...
Quizás fue allì que me enamorè de ella. Nunca en mi vida sentì lo que sentì
estando con ella. Era una sensación rara porque me sentía totalmente entregado
a ella. Era como si nuestros corazón latiesen al unísono; como si nuestras almás se fundiesen en una
sola. Yo y Lety eramos la misma persona esa noche. Y esa sorta de hechizo
seguiò por toda la noche porque cuando llegè a mi casa, no pude hacer otra cosa
que pensar a Lety toda la noche. De un lado me sentía culpable por lo que le
hice pero de el otro, ¡yo era el ser más feliz del mundo! No sabía porque, pero
era como si estuviera flotando en las nubes. Me sentía lleno del amor de su
hija y por eso me permitía sentirme feliz. Esa noche no logrè cerrar los ojos
porque no quería despertar de ese sueño tan lindo que había vivido junto a
Leticia. Ella me amaba y, a partir de ese momento, yo tambien la amaba. Ay Doña
Julieta, su hija es un angel!
Doña Julieta se conmoviò. Las sensaciones que le había
contado su hija, más o meno coincidiano con las de Don Fernando.
F: Después de esa noche, yo empezè a portarme distinto
con Lety y no porque me sentía obligado si no porque me nacía del corazón. No
sè... creo que me portè más dulce aunque cometì la estupidez de hacer el imbécil
con Patricia Manterola, la cantante.
Fernando sonriò dulcemente
F: Ay Doña Julieta... hubiera visto como se puse
celosa Lety! ¡Casi no me dejò hablar con Patricia!
DJ: ¿No que estaba enamorado de mi hija? ¿Porque
entonces se fijò en la tal Manterola?
F: Por estupido. Pero luego remediè a mi error.
DJ: ¿Y en que manera?
F: Mire, su hija estaba muy enojada conmigo, no solo
por mi actitud hacia Patricia Manterola, si no porque además le gritè. Si, si
lo se, ¡fuì un miserable! Entonces ella se fue con sus amigas del Cuartel al
Museo de Cera. Yo fuì donde estaba su hija y le pedì perdón. Ella no me creiò
cuando le dije que para mi, ella era más importante que Patricia Manterola y
Marcia y juntos! Entonces tuve que convencerla...
Julietà desorbitò los ojos
F: Esa noche, yo y Lety volvimos a hacer el amor en el
departamento de Omar. Porsupuesto, antes le expliquè que ella era la mujer que
yo amaba; la que deseaba y la mujer con quien quería pasar el resto de mis dias
y de mi vida
DJ: ...le mintiò
F: No, Doña Julieta. Todo lo que dije a su hija esa
noche ¡fue verdad! Yo moría por estar con ella y no porque era una “obligación”
¡si no por amor! ¡Estaba loco por ella! Y cuando volvimos a hacer el amor, yo
confirmè que lo que sentì la primera vez era algo especial que solo me pasaba cuando
estaba con ella. En ese instante, sentì que Lety era mia y que yo tambien era
suyo. Nos perteneciamos y sabía que ¡nunca más en mi vida podía estar con otra
mujer que no fuera ella!
DJ: ¿Y que pasò con su novia?
F: Nada... no volvì a tocarla después de haber estado
con Lety. Ella porsupuesto lo intentò pero no huve manera de convencerme; mi
cuerpo, mi alma y mi corazón pertenecian a Leticia. Se lo dije también a Lety
pero, obviamente, no me creiò. ¿Y como podía creerme después de haber leído la maldita
carta de Omar?
DJ: ¿Porque Don Fernando? ¡¿Porque su amigo tuvo que
escribir esa dichosa carta!?
F: ¡Porque es un animal! Él era lo que escribía las
tarjetas que yo daba a Lety. Me imagino que ella se lo platicò...
Julieta asintiò con la cabeza
F: Puesto que él tenía que viajar a Alemania por
trabajo, pensò de dejarme algunos detalles con su respectiva tarjeta pero, no
contento, escribiò esa carta llena de tonterias y atrocidad que destruiò ¡mi
Lety!
Doña Julieta hubo un escalofrío cuando Fernando dijo
“mi Lety”
Fernando estrechò las manos de Julieta entre la suyas
y la mirò fijo
F: Doña Julieta, ¡Se lo suplico! Yo sè que después lo
que le hice a Lety, no meresco nada pero... Lety no me dejò ni siquiera
explicarle lo que pasò y ¡yo necesito decirle que la amo y que la necesito
cerca de mi!
Fernando se arrodillò frente a ella
F: Doña Julieta ¡Se lo ruego, digame donde està Lety!
Julieta no sabía que hacer. Finalmente Fernando la había
convencido que sus sentimientos hacia Lety eran reales pero no quería romper la
promesa que había hecho a Lety de no decir a nadie donde estaba.
DJ: Don Fernando, me gustaría mucho ayudarlo porque sè
que Lety todavía lo ama...
El corazón de Fernando se parò; ¡Lety, a pesar de
todo, seguía amandolo!
DJ: Pero ¡no puedo! Prometì a mi hija que no iba a
decir a nadie donde està. Mire... entro de algunas semanas Lety volverà a la
casa entonces usted podrà hablarle y aclararle lo que siente por ella.
F: Entro de algunas semanas serà demásiado tarde...
Fernando se levantò y besò las manos de Doña Julieta
F: De todo modo, le agradesco mucho que me haya
escuchado.
Antes de salir, Fernando la mirò con los ojos empañados
y le dijo:
F: Digale, por favor, a Lety, que ¡jamás en mi vida
voy a amar a ninguna como amo a ella! Hasta nunca Doña Julieta
Julieta sentì un escalofrío correrle por toda la
espalda
DJ: ¡Don Fernando espere! Ay San Judita perdóneme pero
tengo que hacerlo... Yo no sé si hago bien a confiar en usted, pero me parece
tan sincero y tan enamorado, que no puedo negarle una chance de felicidad a
Lety....
Julieta respirò hondo
DJ: ... Lety està en Acapulco!
Sigue...
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