jueves, 2 de octubre de 2014

Capítulo 32



Capítulo 32
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Noche de confesiones y de revelaciones


Lety y Eduardo habían llegado en la planta baja cuando Lalo le preguntò:

E: Lety, una pequeña pregunta... ¿Acaso tu tienes coche?

L: jijiji ¡Claro que no Eduardo! ¡Yo ni siquiera sé manejar bien!

E: Bueno yo tampoco tengo... ¿Que te parece si pedimos un taxi?

L: Està bien. ¿Ya sabes donde quieres ir?

E: Confía en mi Lety. ¡Te voy a llevar en un lugar maravilloso!



En tanto, en el baño de Marcia...

M: No lo puedo creer Alicia... ¡Voy a ser mamà!

AF: ¡Ay felicidades amiga! Aunque...

M: ¿Qué?

AF: Yo que tu haría una análisis de sangre para ser completamente segura. Digo, ya que la primera prueba te saliò no se sabe como, ¿No crees que sería mejor sacarse la duda? ¡Acuerdate de lo que pasò conmigo!

M: Tienes razón Alicia; mañana mismo llamo a mi doctora y veremos que dice ella. En todo caso, ¡por ahora soy la mujer más feliz del mundo! ¡Ojalà que esta prueba sea acertada!

AF: Eso te deseo amiga. Has luchado mucho por Fernando y te mereces ser feliz junto a él sin que nadie se ponga de por medio y sobretodo, ¡alguien como la garnacha esa!

M: ¡La odio Alicia! Te juro que nunca antes había sentido tanto odio hacia alguien... No solo fue la amante de Fernando, si no que además, ¡fue ella misma que me aconsejò de intentar de sacar adelante mi historia con él!

AF: ¡Que descarada! No te preocupes amiga, como sea ella esta vez no va a ganar. Ahora eres tu la que tiene todos los as bajo la manga

M: ¿Y qué si resulta que la prueba se equivoca y no estoy embarazada?

AF: Tu no te preocupes; si por desgracia resulta que no estas embarazada, actuaremos el plan B

M: ¿Que es el plan B?

AF: Vas a ver Marcia. Por ahora despreocupade y goza de la noticia que acabas de recivir. ¿Quieres que te acompañe mañana donde tu doctora?

M: Me gustaría mucho pero no quiero que la cosa esa se aproveche para regañarte. Ahora es ella la que manda y de seguro se irá a vengar de todo lo que le hicimos en la empresa

AF: ¿Tu crees? ¡Ay no Marcia! ¡Eso quiere decir que me va a correr!

M: No no tranquila Alicia; eso no va a pasar. Solo que obviamente no te quiere como secretria de Presidencia

AF: ¿Y que quiere hacer conmigo?

M: Te va a emplejar como secretaria de...

AF: ¿De quén?

M: De su amigo, el tal Tomás Mora

AF: ¿¡Qué!? Ay no Marcia ¡ni loca! ¡Ese hombre me arruinò la vida! ¡Ya no lo quiero ver ni pintado!

M: No te queda de otra Alicia...

AF: ¡No Marcia te lo ruego! Si tengo que ser la secretaria de alguien, ¡quiero ser secretaria tuya!

M: Bueno no sé si puede ser... Voy a tratar de ver si logro convencer la cosa esa a dejarte como mi secretaria.

AF: ¡Gracias Marcia! ¡Eres mi eroina! Bueno ahora te dejo. Nos vemos mañana en la oficina y me cuentas como te fue con la doctora

M: Claro Alicia. ¡Gracias por todo!

AF: No hay de que amiga

Alicia y Marcia se abrazaron y después la rubia se fue.

M: Ay Dios... Haz que todo esto sea verdad porque, si resulta que no es cierto lo del embarazo, no sé como voy a hacer para tener a Fernando a mi lado...

Marcia se mirò en el espejo del baño y se tocò la barriga.

M: ¡Estoy segura que la prueba no se equivoca! Lo siento... ¡Te siento bebito!

Fernando en tanto, estaba en su casa revisando algunos documentos que tenía que presentar ante el juez cuando hubo un escalofrío

F: Que raro... ¡Tuve una sensación rarísima caray! Como si estuviese llegando algo horrible... Bueno mejor me pongo a preparar estas cosas o no voy a terminar nunca ¡Mira cuantos papeles!



Mientras tanto, Lety y Eduardo habían llegado en el restaurante. Lalo decidiò llevar a Lety en el mismo lugar donde habían festejado su Santo y a Leticia le regresaron a la memoria de inmediato las mismas sensaciones. Ese lugar le parecía hechizado...

E: ¿Te sigue gustando este lugar?

L: ¡Claro que si Eduardo! Siempre me ha gustado mucho... No sé, lo veo como un lugar magico...

E: Sì, como uno de eses lugares donde se festejan las bodas ¿verdad?

Lety tragò saliva y se asombrò.

E: ¿Que te pasa Lety?

L: Nada; de verdad...

Lalo no quiso profundizar el tema, por el momento, entonces le propuso darse una vuelta por el jardín antes de sentarse a la mesa.

Cuando Lety volviò a animarse, los dos ordenaron y se pusieron a platicar

E: Bueno Lety, cuentame. ¿Como has estado en estos últimos meses?

L: Bueno, más o menos Eduardo

E: ¿Tuviste problemas con tu novio?

L: Con... Fer... ¿Tomás?

Lalo sonriò

E: Sì con tu novio Tomás ¿Quién más?

L: Jijiji claro Tomás... Bueno sì, tuvimos algunos problemas y nos dejamos

E: ¡Ay que pena! Tu estabas tan enamorada de él...

L: ...asì es

E: ¿Y son problemas tan graves que no se pueden resolver?

L: Desafortunadamente sì

E: Entiendo... Bueno, si quieres hablar yo aquì estoy. Sabes bien que yo soy un muy buen escuchador

L: Sì Eduardo, ¡y te lo agradezco! pero es que no es una situación facil...

E: Estás todavía enamorada de él ¿verdad?

Lety se mordiò los labios y asintiò con la cabeza

E: Lo sabía. Me dì cuenta por como lo miras

L: ¿Por como lo miro? ¡Pero si tu nunca has visto a Tomás! ¿Cuando me viste mirarlo?

E: Lety, ponemos las cartas en la mesa ¿quieres? Los dos sabemos perfectamente que no es a Tomás a quién te refieres ¿verdad?

L: Bueno...

E: ¡Andale Lety! No tengas miedo; ¡Confía en mi!

L: Bueno està bien Eduardo; es verdad. Yo y Tomás nunca fuimos novios. Él es mi mejor amigo pero nada más que eso

E: Tu estás enamorada de Fernando ¿verdad?

L: ¿Fue él que te dijo eso?

E: No Lety, no hace falta. Ya me dì cuenta yo solito que lo amas por como lo miras. 
Ya desde la otra vez me dì cuenta que tu relación con él no era solo laboral... Se veía muy claramente que tu estabas loca por él; y se vé todavía ahorita...

L: Sì, lo admito; ¡Amo a Fernando Mendiola! ¿Contento?

E: Yo sì y estoy seguro que a él también le encantaría escuchar eso de tu boca

Lety se apabullò por un momento antes de contestar

L: Eso no puede pasar.

E: ¿Porque? ¿Tienes otro compromiso?

L: Yo no. Es él el que està comprometido con otra.

E: Te refieres a Marcia ¿Verdad?

L: Sì claro, a Doña Marcia

E: Pero me imagino que tu sabes que él no la ama. Hasta yo me dì cuenta, y desde mucho, que la mujer que ama Fernando no es Marcia...

Lety quedò boquiabierta. Si Eduardo se había dado cuenta que Fernando no amaba a Marcia, entonces su palpito no estaba errado: ¡Fernando la amaba a ella!

Lety sonriò por un momento

E: ¡No me digas que no sabías que Fernando te ama!

L: Bueno... Te dije que lo nuestro es, o mejor dicho, fue muy complicado

E: ¿Quieres platicarlo conmigo? ¡Andale Lety te haría solo que bien!

L: Sì, creo que me haría verdaderamente bien contarlo a alguien y sobretodo a alguien al que quiero como tu...

Lalo le sonriò

L: Todo comenzò una noche en que Don Fernando y Don Omar me invitaron a un antro con la excusa de tomarnos una pausa del trabajo. En el medio de la noche, Don Omar se inventò una excusa y nos dejò a solas a mi y a Don Fernando. Durante esa noche, él estaba muy raro. Porsupuesto había tomado muchisimo y estaba bastante pasadito de copas. De repente empezò a decirme que sentía celos de Tomás y que me veía no solo como su asistente, si no como algo más...

Eduardo escuchaba con atención

L: Me invitò a bailar y después... bueno me besò. Para mi era un sueño porque yo estaba enamorada de él desde hace mucho tiempo. Siempre he visto a Don Fernando como el principe del cuento; ¡mi principe azul! pero nunca podía imaginar que un día mi sueño, el más anhelado, podía realizarse. Don Fernando me besò y me pareciò tocar el cielo con las manos. Obviamente por él no fue lo mismo...

E: ¿Porque?

L: Porque él no estaba enamorado de mi. Todo lo que hizo después de ese beso, fue fruto de un plan armado por él y Don Omar.

Eduardo no se perturbò demasiado puesto que ya sabía la historia del dichoso plan

L: Las noches siguientes, Don Fernando me llevaba a bailar, me halazgaba, me besaba... Hasta que una noche, la de mi cumpleaños, pasò algo...

E: Salieron juntos ¿verdad?

L: Sì asì es. Mis papas me habían organizado una fiesta en mi casa con mis compañeras entonces habíamos quedado con él que nos ibamos a ver a las diez de la noche. Desafortunadamente mi papà lo vio en la calle y lo “obligò” a meterse en mi casa. El pobre tuvo que aguantar todo el Cuartel y mi papà borracho que le contaba la historia del tío Lazaro ji ji ji

E: je je je ¡Pobre Fernando!

L: ¡Y eso no es todo! Al final de la fiesta, mi mamà le dio una enchilada donde los niños de Lola habían puesto muchisimo chile y ¡Don Fernando se quedò que ni lograba hablar!

E: Ay Fernandito je je je ¿Y después que pasò?

L: Después que se fueron todos, Don Fernando quería irse, porque ya era demasiado tarde, pero yo insitì por salir y él me contentò y me llevò a bailar. Te confieso que los dos estabamos un poquito pasaditos de copas y quizás fue por eso que me atrevì a pedirle eso...

E: ¿Eso qué?

L: Le pedì que nos ibamos en un lugar donde pudiamos estar los dos solitos y él me llevo a un hotel. Esa noche fue muy rara porque era claro que yo quería estar con él y él no. Cuando me dijo que no podía, le pregunté si era por Doña Marcia pero él me dijo que no era por ella, si no por mi

E: ¡Que descarado!

L: No ‘perete... él me dijo que no podía hacerme eso entonces yo le dije que lo entendía; que entendía que ningún hombre al mundo quería acostarse con una mujer fea como yo. No sé que pasò pero, después de esa platica, él me mirò en los ojos y me dijo que me amaba.

Eduardo sonriò

L: Después de eso hicimos el amor y fue... ¡magico! Lo sentì tan dulce, tan tierno... Nunca me imaginé que podía ser asì hacer el amor con Don Fernando... ¡Te diría que hasta sentì que me amaba! Ahora como ahora me avergüenzo mucho de haber sido tan atrevida pero, al mismo tiempo, no tanto ¡porque fue la noche más bella de mi vida!

E: Sì, me imagino... No hay nada más bello que hacer el amor con la persona que se ama

L: Sì. Lastima que por él no fue lo mismo...

E: ¿Porque dices eso?

L: Por el dichoso plan... Te dije que todo lo que hacia él era porque tenía que enamorarme para no perder la empresa. Todos los besos, las caricias, las dos veces que hicimos el amor... ¡Todo fue dictado por el plan de Don Omar!

E: No Lety, ¡no digas asì! Diciste que tu y Fernando hicieron el amor dos veces; ¿La segunda vez también sentiste que él te amaba?

L: La segunda vez fue distinta... En la primera noche, fui yo a insistir, pero esa vez la idea naciò de él. Bueno, de Don Omar creo, pensadolo después. Como sea, él me trajo al departamento de Don Omar y allì hicimos el amor. Esa vez lo sentì más entregado. Era más apasionado; más... atrevido te diría... Sé que no es bueno hablar de eso, pero te considero un amigo y sé que contigo puedo hablar liberamente

E: ¡Claro Lety asì es!

L: Bueno, Fernando fue el único hombre que logrò hacerme sentir mujer. ¡Con él descubrì sensaciones que no sabía ni siquiera que existían! Te confieso que no era mi primera experiencia la que tuve con él; pero solo él me hizo sentir amada. No sé si de verdad se enamorò de mi al final de la historia, pero sé que solo él me causa esas sensaciones. Sus besos son los únicos que me hacen estremecer y, al solo verlo, siento las mariposas en el estomago. No sé como puede ser todavía asì, después de todo lo que me hizo, pero es asì... ¡Yo sigo amandolo a pesar de todo!

E: ¡Eso que me acabas de decir es maravilloso Lety!

L: ¿Porque?

E: ¡Porque Fernando también te ama! ¡Él mismo me contò que fue por ti en Acapulco cuando supo donde estabas y eso porque estaba desesperado sin ti!

L: Sì, ¡tan desedperado que se refugiò en los brazos de Doña Marcia!

E: No Lety, no te confundas. Fernando no està con Marcia por amor

L: Lo sé; està con ella por el niño.

E: ¿Niño? ¿Que niño?

L: ¿Como, no sabes? Al parecer Doña Marcia està embarazada. ¡Que raro que Don 
Fernando no te contò!

E: ¿¡Marcia està embarazada!?

L: Bueno yo la vì en el baño junto a Alicia con una prueba de embarazo en la mano y la misma Alicia puso los gritos al cielo cuando la prueba saliò positiva

E: No, eso no puede ser... ¿Entonces es por eso que Fernando insiste en casarse con Marcia aunque si ama a ti?

Lety no supo que responder.

E: Pero es muy raro que Fer no me haya dicho nada... ¿Estás segura que es cierto que Marcia està de encargo?

L: No sé Eduardo, te dije lo que vì

E: Tendriamos que averiguarlo... Si quieres yo me encargo

L: No Eduardo, te lo agradesco pero eso es asunto de ellos dos y a mi eso no me encumbe.

E: Lety, dime la verdad. ¿Es cierto que estás con un dizque güero que Fernando vio en Acapulco?

Lety tragò saliva

E: Fer me contò que tu lo mandaste al demonio cuando él fue por ti porque le diciste que amas a otro hombre. ¡No sabes como la tomò mal el pobre Fernando! Lo destrozaste...

L: No, no es cierto. Yo le dije asì porque estaba muy enojada. Yo y Don Fernando habíamos acabado de hacer el amor la noche anterior y en la mañana, Doña Marcia lo llamò al celular mencionando, entre otras cosas, la boda. Yo me sentì otra vez utilizada y pensé que el plan con Don Omar había recobrado vida entonces lo mandé al demonio inventandole que estaba enamorada de Aldo, asì se llama él.

E: Entiendo... Deberías decirle la verdad Lety

L: ¿Y para qué? ¿Para que sepa que en realidad yo amo solo a él? Eso no serviría de nada...

E: ¡Claro que sì! ¡Si Fernando supiera que no es cierta toda la historia con Aldo, de seguro regresaría contigo de volada!

L: Eso no puede pasar Eduardo. Si es verdad que Doña Marcia està embarazada, él tiene que quedarse con ella. Ya una vez arruiné su historia con ella y ahora no quiero más meterme entre ellos; ¡más si ella està embarazada!

E: Eso es muy noble de tu parte pero dejame averiguar que es lo que pasa y después veremos que hacer

L: ¿Porque te importa tanto nuestra historia?

E: Porque me encariñé mucho contigo y porque considero Fernando mi mejor amigo y me duele verlos sufrir asì a los dos

L: ¿Don Fernando sigue sufriendo por mi?

E: ¡Claro que sì Lety! ¡Lo único que él quiere es estar contigo y tu frialdad lo està matando!

Lety se entristeciò. El solo pensar que Fernando estaba sufriendo, y además por su culpa, la hacía sentir pésima

L: Lo siento, pero no me queda de otra. A mi también me gustaría regresar con él; pero eso no puede pasar.

Los dos terminaron de cenar y después se despidieron

L: Fue un gusto cenar, y sobretodo platicar contigo, Eduardo. Eres una muy buena persona y me honra mucho poderte considerar mi amigo.

E: Igualmente Lety. Te agradezco que hayas querido platicar conmigo de tu historia con Fernando. Te prometo que voy a hacer cuanto en mi poder para ayudarlos

Lety sonriò y lo abrazò

L: Gracias Lalo

E: Jajaja

L: ¿Y ahora porque ríes?

E: Porque Lalo es el apellido con que me llama Fernando. ¡Hasta en eso son parecidos!

Lety hizo una mueca y después subiò en el taxi y se fue a su casa.

Cuando Lalo llegò a la casa de Fernando, él era intento a leer los ultimos documentos

E: ¡Hola Fer! ¿Que haces?

F: Estoy preparando algunos documentos para la junta con el juez de mañana

E: Ah sì, la dichosa junta donde va a estar también Lety ¿verdad?

F: Sì, asì es

E: ¡Que bueno! ¡Asì puedes ver a tu amada!

F: ¿Y eso de que me sirve si ella se porta tan fría conmigo? No sé que le hice, pero cada vez que me ve, ¡me mira con una mirada tan fría que hasta me hace sentir el peor de los seres humanos!

E: ¡Tampoco exageres Fer!

F: ¡Nada de exageración! ¿No la viste esta mañana en Presidencia? Era claro que se sentía incomoda conmigo...

E: Bueno...

F: Sì bueno, cambiemos de tema... ¿Donde estuviste esta noche?

E: Cenè con un amiga

F: ¿Un amiga? ¿La conozco?

E: Tal vez...

F: ¡Ay tu y tus misterios! Està bien, si no quieres decirme quién es no importa. Lo importante es que pasaste una serata a gusto

E: Yo diría que fue una noche llena de confesiones y... de revelaciones.

F: ¿Que quieres decir con eso?

E: Esta noche me enteré de cosas que me dejaron verdadermante boquiabierta

Fernando no entendía

E: Tu no tienes nada que decirme ¿verdad?

F: ¿A proposito de qué?

E: De tu boda con Marcia

F: ¿Otra vez con eso?

E: Sì Fer, otra vez y todas las que sirven. Cuando me diciste que tenías que casarte con Marcia, me mentiste

Fernando lo mirò perplejo

E: Pensaba que, siendo mejores amigos, me ibas a decir la verdad pero no lo hiciste

F: Lalo, de verdad no te entiendo... ¿De que demonio hablas?

E: Tu no te casas con Marcia por agradecimiento... ¡Te casas con ella porque està embarazada!

F: ¿¡Qué!?



Sigue...

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