martes, 8 de julio de 2014

Capítulo 19






Capítulo 19
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La ducha fría

Fernando miraba Leticia dormir apegada a su pecho y todavía no lograba creer en lo que había pasado. Él y Lety habían hecho el amor y había sido maravilloso volver a sentirla suya. Fernando había habido la confirma que ella, a pesar de todo, seguía amandolo... ¡Era un milagro!

F: Dios, ¡te juro que esta vez no voy a arruinar todo! Esta vez va a hacer distinto... Voy a romper mi compromiso con Marcia porque la unica mujer que amo, ¡es mi Lety!

Fernando le acariciò la coronilla y la besò en la frente. Lety sonreía y estaba tranquilla y relajada mientras dormía entre sus brazos; parecía que nada podía turbarla. Como la primera vez que habían hecho el amor, Fernando posò su brazo izquierdo sobre la espalda desnuda de ella y se durmiò placidamente, seguro de que nada podía lograr separarlos esta vez.


El llegar de el amanecer en Acapulco, fue marcado de el sonido muy molesto de un celular que despertò a Leticia. De instinto, ella lo agarrò y levantò la tapa para ver el nombre de quién marcaba pero el celular, que era el de Fernando, tenía la respuesta automática entonces Lety se topò con la voz de quién marcaba...

M: ¡Mi amor! ¿Donde estás? ¡Me tienes con el corazón en la mano! ¡Esta noche te esperaba en mi departamento y no llegaste y tampoco estabas en tu casa! Espero que no me vayas a asustar asì después que nos casemos...

Lety tapò el celular de inmediato percatandose no solo de que quién llamaba Fernando era Marcia, si no que el compromiso entre los dos ¡no se había borrado! Lety mirò Fernando que todavía estaba dormido y, despacido, se librò de su abrazo sin despertarlo y se levantò, entrando en el baño; se mirò en el espejo y se echò a llorar.

L: ¡Lo sabía! ¡Sabía que no era verdad que él me ama! ¿Porque soy tan tonta de caer siempre en lo mismo? ¿Porque soy tan debil frente sus besos? ¡Se va a casar! ¡Esta noche no significò absolutamente nada para él! Si de verdad me hubiera amado, hubiera contado la verdad a Doña Marcia o por lo meno, ¡hubiera rompido su compromiso con ella! Pero no... Su objetivo sigue siendo lo mismo: ¡enamorarme para no perder Conceptos! ¡¡Eres una tonta Leticia!!

Sintiendola gritar, Fernando se despertò de golpe y se acercò a la puerta del baño.

F: Lety, ¿Està usted bien?

Lety se secò las lagrimas y tratò de recomponerse antes de salir del baño.

Cuando la viò, Fernando tratò de abrazarla pero ella lo retrazò.

L: ¡Vayase de inmediato de aquì o voy a gritar!

F: Lety ¿Que le pasa?

L: ¿Que no me oyò? ¡Quiero que se vaya! ¡Que desaparesca de mi vida para siempre! ¡No quiero verla más en mi vida!

F: No puedo hacerlo... Después de esta noche, hube la confirma de cuanto usted me partenece y de cuanto yo le partenesco a usted. ¡Usted es mia y yo soy suyo! ¡No podemos separarnos Lety!

Una lagima saliò de los ojos de Leticia

L: ¿Como me dice eso? ¡Usted es una porquería!

Fernando quedò boquiabierta sin entender lo que pasaba

F: Lety no entiendo... ¿Como puede ¡usted! decirme eso después de lo que pasò anoche entre nosotros?

L: Lo que pasò anoche fue un error... ¡Yo no quería estar con usted!

F: Ay Leticia, ¡no me mientas! ¡Usted deseaba estar conmigo tanto cuanto yo deseaba estar con usted y me lo demostrò con cada fibra de su cuerpo!

Lety no tuvo alegatos para contradecirlo hasta que le ocurriò una idea para alejarlo por siempre de su vida. Tratando de agarrar más fuerza posible, lo mirò fijo en los ojos y le dijo:

L: Esta noche, cuando hicimos el amor, yo estaba pensando...

Lety pausò y Fernando aprovechò para convencerla que lo que había pasado, era algo maravilloso.

F: ¿A lo maravilloso que era estar nuevamente juntos? ¿A la maravillosa química que volviò a repetirse entre nosotros? ¿A cuanto yo la amo con toda mi alma? Digame Leticia....

Leticia suspirò hondo, rogando con todas sus fuerzas de ser valiente y no llorar

L: ... ¡Estaba pensando en Aldo!

El corazón de Fernando se parò; se sentía como si le hubieran disparado en el pecho. De inmediato desblancò y para no desmayarse, se acercò a la cama y se sentò de golpe.

F: ¿Como puede decirme eso? ¿Con que cara me dice eso después de la noche magica que pasamos juntos?

L: Talvez fue magica para usted pero para mi... ¡fue una noche más!

Fernando no supe contener las lagrimas que salieron de sus ojos. Leticia le había dado el golpe de gracia. Fernando estaba oficialmente muerto en vida.

L: Lo siento Don Fernando pero yo... ¡Ya no lo amo! Desde que conocì a Aldo, me enamorè de él y es con él que imaginaba hacher el amor esta noche porque es con él que quiero pasar el resto de mi vida...

Fernando no lograba creer en lo que escuchaba. Deseaba con todas sus fuerzas que se tratara de una pesadilla. ¿Como podía Lety, “su” Lety, enamorarse de otro hombre? No, no podía ser asì... ¡No después de la noche increíble que acababan de pasar!

F: Usted me està mintiendo Lety... Yo no se porque lo hace pero eso que me dice ¡no es la verdad! ¡Usted sigue amandome como yo la amo a usted!

L: ¡Ya Don Fernando! Por la paz... ¡Le aseguro que lo que le dije es la verdad! Usted mismo nos viò besandonos o que... ¿ya no se acuerda?

F: ¡Justamente por eso lo voy a matar la próxima vez que lo veo! Leticia, ¡usted es mia! ¡Solo mia!

Fernando la arrincorò contra sí; el corazón de Lety empezò a later increíblemente fuerte con la palabras de él. Fernando le hablaba mirandola fijo en los ojos y Lety no pudo sostenerle la mirada. Por miedo de ceder otra vez, Lety se separò de él y le diò la espalda.

Una duda empezò a tormentar a Fernando... Era cierto que él los había visto besarse y además, no era la primera vez que Lety besaba otro... De inmediato Fernando se acordò de su pesadilla donde ella besaba un hombre güero. ¿Y si de verdad ella se había enamorado de ese hombre? Al solo pensarlo, Fernando estremeciò.

F: Leticia, mireme en los ojos porque lo que le voy a decir es muy importante para mi...

Lety se hizo fuerza y se volteò hacia él

F: ...Yo todavía la amo con todas mis fuerzas y ¡quiero vivir para usted todas la horas de mi vida! ¡Quiero vivir para amarla cada día y cada noche hasta que yo tenga vida!

Lety estaba confundida y además, su corazón no dejaba de convencerla que Fernando era sincero pero no podía... Aunque fuera verdad, Fernando tenía que casarse con Doña Marcia para no perder Conceptos y ella no quería ser otra vez la causante de su ruina

Lety tragò saliva y, casi con un hilo de voz, lo enfrentò

L: Lo siento mucho Don Fernando pero ya le dije que ¡yo no lo amo más! Y le voy a decir otra cosa, aunque no es asunto suyo. Yo y Aldo estamos juntos y....

Fernando, muy asustado, tragò saliva antes de preguntarle: ¿Y?

L:.... ¡él y yo hichimos el amor y fue maravilloso! ¡ Más que con usted!

Eso fue el golpe mortal. Rojo de cólera, Fernando arrancò un vaso que estaba sobre la mensa de noche y lo aventò a la pared, rompiendolo en pedazos. Lety se asustò muchissimo. Nunca había visto a Fernando tan furioso...

F: ¡¡Lo voy a matar!! Y a usted, Leticia Padilla Solis, ¡No quiero verla nunca más en mi vida! Yo la creía otra clase de persona... Alguien que cuando dizque ama una persona, se entrega a ella con toda sí misma y promete ser suya para siempre pero, con lo que acaba de decirme, me matò definitivamente. Sé que la culpa de todo eso es mia y de ese maldito plan que armamos con Omar pero, por lo que vale ahora... ¡Yo me enamorè en serio de usted! Es más... ¡me enamoré por primera vez en mi vida! ¡Hubiera dado mi vida entera para no lastimarla y para que usted nunca tuviera que sufrir conmigo! ¡Le juro que me morì cuando supe que usted conocía la maldita carta de Omar! La busqué como un loco para todo lado para pedirle perdón y arodillarme a sus pies si eso fuera suficiente para que me perdonara... Entiendo que la hice sufrir muchissimo y que no me merezco una segunda oportunidad con usted entonces... ¡La dejo libre! Si lo que quiere es estar con ese hombre, espero que sea feliz con él y que él sepa darle el amor que no quiso de mi. Lo que pasò anoche, para mi fue unico porque volvì a hacer el amor con la mujer de mi vida y siempre voy a traer ese recuerdo en mi corazón; voy a recordar esta noche como una de las tres noches más maravillosas de mi vida... ¡Hasta nunca Leticia!

Fernando saliò trompando la puerta. Leticia se tirò en la cama y se echò a llorar con toda su alma. Lloraba por lo que le había dicho a él pero también por lo que él le había dicho a ella.

L: ¡Fuiste tu que lo quisiste! ¡Es tu culpa si él te dijo lo que te dije! Ahora tienes que ser fuerte y olvidarlo para siempre...

¿Pero como podía olvidar el amor de su vida? Para Leticia no existia otro hombre que no fuera Fernando y las palabras que él le dijo antes de irse, fueron un golpe mortal para ella. Si de verdad Fernando se había enamorado de ella, entonces Leticia acababa de cometir el error más grande de su vida.



Fernando regresò en su habitación y, después de haber agarrado sus cosas, saliò del cuarto y se topò con Carolina que fue muy sorprendida de verlo allì.

C: ¡Fernando! ¿Que haces aquì?

F: Vine a dar el golpe de gracia a mi corazón.

Sin decir más, Fernando se fue.

Carolina estaba muy turbada. ¿Porque Fernando tenía esa cara? Parecía destruido y seguramente había llorado

En un momento, Carolina golpeò la puerta de la habitación de Lety sin obtener respuesta.

C: Lety, soy yo, ¡Carolina!

Lety abriò la puerta en lagrimas

C: ¡Lety! ¡¿Que te pasa?!

L: ¡Ay Doña Carolina!

Lety la abrazò fuerte

C: Dejame adivinar... tiene que ver con Fernando ¿verdad?

L: ¿Y usted como sabe?

C: ¡Lo encontrè aquì afuera y estaba destruido el pobre!

Lety se sintiò culpable y decidiò contarle todo a su amiga...




Fernando, mientras tanto, había abandonado el hotel, se había subido en su coche y estaba en camino para Mexico cuando Marcia lo llamò. Él mirò el numero en la pantalla del celular y decidiò no contestar hasta que Marcia le hizo algo como diez llamadas. Fernando, finalmente, se orilló y contestò

M: ¡Por fin mi amor! ¿Donde te habías metido? Esta mañana tratè de comunicarme contigo pero pareciò que la llamada se cortò...

F: ¿Que? ¿Estás segura Marcia? Seguro te equivocaste porque yo no te contestè a ninguna llamada...

M: Bueno a lo mejor... en fin, ¿ Estás bien? ¿Donde estás?

F: Si Marcia estoy bien. Tuve que resolver un asunto muy importante que tenía pendiente pero... estoy bien, no te preocupes.

M: Bueno y... ¿Vienes por mi esta noche?

F: Mira Marcia, no te ofender pero... ¡Hoy no quiero ver a nadie! ¡Siento que estoy al punto de ebulición y que estoy por explotar! Es mejor que nos vemos mañana por la junta con el abogado

M: Fernando me estás preocupando... ¿Estás seguro que no quieres que venga por ti?

F: Marcia, te lo ruego. ¡Quiero estar solo!

M: Està bien mi amor... nos vemos mañana entonces.

Marcia colgò pero se quedò preocupada al sentir la voz de Fernando tan rara...




Mientras tanto, Leticia le había contado a Carolina de la noche pasada con Fernando.

L: ¡Fue increíble Doña Carolina! En cuanto nuestros cuerpos entraron en contacto, volviò a repetirse la misma magia de cuando hicimos el amor en el departamento de Don Omar... ¡Fue una noche magica!

C: Pero, si fue tan magica, ¿Porque Fernando tenía esa cara?

L: Porque tuve que mentirle diciendole que estaba con Aldo y que cuando hiche el amor con él, en realidad pensaba a Aldo.

C: ¡¿Que?!

L: Èl no estaba conbencido de lo que le decía entonces tuve que decirle que había hecho el amor con Aldo y que la noche que acababamos de pasar juntos, fue solo una noche más...

C: Lety, no te ofendas pero... ¡Eres un monstro! ¿Como pudiste destruir asì ese pobre hombre? ¡Sobretodo después de lo que me contaste! ¿No me dijiste que sentiste que él te amaba realmente?

L: Si pero...

C: ¿Pero que?

L: Esta mañana su celular sonò y ¡era Doña Marcia que estaba preocupada por él!

C: ¿Y tu como sabes?

L: Bueno porque.... Fui yo que le contestè sin hablar y ella le pedía de no hacerle tomar estos sustos cuando se iban a casar. ¿Se da cuenta Doña Carolina? ¡Él se va a casar! Si de verdad me amara, ¡habría rompido su compromiso como minimo! La realidad es que son todas fantasías mias... ¡Èl no me ama ni se va a enamorar de mi! Lo que pasò esta noche fue una “misión” para él exactamente como las dos veces anteriores...

C: ¿Y porque no le pediste explicaciones a él?

Lety se quedò pensativa por algunos segundos y por fin contestò

L: Porque no quería sentir otras locuras o quizás no quería apenarlo...

C: ¿Que quieres decir con eso?

L: Que cuando yo le dije que me había acostado con Aldo... Su cara cambiò de repente y se puso como un loco... ¡Yo no me esperaba una reacción asì! ¡Hasta me 
asusté!

C: ¿Porque, que hizo?

L: Primero enrojesò en la cara de cólera y después... ¡Agarrò un vaso de vidrio y lo tirò en la pared, amenazando que iba a matar a Aldo! Tengo miedo de lo que puede hacer... Los celos de Don Fernando ya le costaron a Tomas una vez y ¡no quiero que le pase nada a Aldo!

Justo cuando iba a a terminar con su relato, Aldo se acercò a la puerta pero, antes de golpear, se quedò escuchando lo que las dos mujeres de decían.

C: Calma Lety, Fernando ya se fuè y además, estoy segura que con la cara que traía, lo unico que quería hacer era irse lo más lejos posible de tì...

L: Y tendría razón en hacerlo... ¡Yo lo traté tan mal que me siento horrible! En cambio, ¡él se portò como un principe conmigo! Fue sumamente dulce esta noche cuando hicimos el amor y me dijo tantas cosas que nunca me había dicho antes... Además, antes que se fuera, me dijo....

Lety pausò

Aldo tragò saliva

C: ¿Que te dijo Lety?

L: Que por primera vez en su vida, se había enamorado y la mujer en cuestión... ¡Soy yo! ¡Él me dijo que se enamorò realmente de mi! Dijo que me buscò para pedirme perdón el día de la junta y que hubiera dado su vida para no hacerme sufrir...

Leticia se echò otra vez a llorar

Carolina tratò de tranquilizarla abrazandola.

L: ¡Soy una tonta Doña Carolina! ¡Mi corazón me està gritando que él es sincero!

Aldo tuvo que agarrarse a el umbral de la puerta para no caerse

C: ¿Y porque lo dejaste ir entonces?

L: Porque, aunque si de verdad él estubiera enamorado de mi, en todo caso tiene que casarse con Doña Marcia para no perder la empreza. Ahora que yo me fui, necesita más que nunca el apoyo de ella para que Don Ariel no se quede a cargo de Conceptos y la liquide. ¡Yo no puedo ser egoista! ¡No puedo pedirle que eliga a mi antes de la empreza que ha sido siempre su vida! ¡Lo que tengo que hacer, es olvidarme por siempre de él!

Aldo revolviò a respirar y decidiò alejarse antes de ser descubierto

Carolina no estaba concorde con la decisión de Lety. Le parecía injusto sacrificar un amor tan grande por intereses economicos...



Pasaron unas horas y Fernando llegò a su casa. Después de cruzar el umbral, lo primero que hizo fue agarrar la botella de whisky y empezar a tomar.

F: No, no puede ser... ¡No puede ser real! Lety, mi Lety ¡no me puede hacerme eso! ¡No puedo creer que se haya acostado con ese imbecil! Leticia no es asì...
Fernando siguio tomandò toda la tarde hasta que empezò a portarse como un loco, destruyendo platos, vasos y todo los que encontraba alrededor.

Doña Rosita, una anciana vecina de casa de Fernando, se preocupò sintiendo esos ruidos y llamò Marcia para avisarla.

M: ¿Bueno? ¡ Doña Rosita que gusto oírla!

DR: Hola Marcia, perdón la molestia pero tengo algo que decirte...

M: ¿Que pasa?

DR: Bueno, no quiero asustarte m’hija pero se sienten gritos y ruidos muy fuertes que vienen de la casa de tu novio. Yo que fuera tu vendría a comprobar que es lo que pasa...

M: ¡Claro Doña Rosita! ¡Voy de inmediato para allà! Gracias por su llamada.

En media hora, Marcia fue a la casa de Fernando. Cuando abriò la puerta de entrada, el espectáculo era horrible. Estaban platos rotos en el piso; los sillonoes estaban revueltos y los portaretratos sobre la chiminea estaban tirados en el piso con el vidrio roto.

Marcia se espantò mucho y su primer piensamento fue buscar a Fernando.

Marcia buscò en todas las habitaciones pero Fernando no estaba en casa...



Mientras tanto, en Acapulco, Lety estaba en la cama... Lloraba, abrazaba su almohada y la estrechava a su pecho con todas sus fuerzas puesto que en ella había dejado el aroma de Fernando. Lo que había pasado era horrible; en un solo día, había renacido y había muerto otra vez por mano del mismo hombre. Lety se sentía pesima. De repente, alguien golpeò la puerta. Aterrorizada que pudiera ser Don Fernando, Lety no quiso contestar hasta que Aldo se anunciò oficialmente. 
Lety tratò de hacerce fuerza y abriò la puerta

L: Aldo perdoname pero hoy no estoy de humor para hablar...

Aldo hizo como si no supiera nada de lo que había pasado entre ella y Fernando y se fingiò preocupado para ver si ella le contara algo

A: ¡Leticia, me estoy asustando! ¿Que tienes? ¿Te desmayaste otra vez? ¿Te hizo algo Fernando?

Lety tragò saliva y se armò de valor para disimular su estado real.

L: Nada de grave, no te preocupes. Estoy un poco cansada y necesito descansar.

A: No me mientas... Sé perfectamente bien que si estás asì es por culpa de Mendiola ¿o me equivoco?

Lety no pudo contenerse y empezò a llorar otra vez; abrazò a Aldo y lo estrechò fuerte

A: No llores ¡te lo ruego! ¡Él no se merece ni una sola lagrima tuya! Dime que es lo que te hizo ¡por favor!

Lety no tenía ninguna intención de contarle a Aldo lo que había pasado entonces le mentiò

L: No me hizo nada te lo aseguro... Soy yo que hago daño a mi misma y creo que esta vez, dañé a él también...

A: ¿Porque dices eso?

L: ... ¡porque acabè por siempre con nuestra relación!

Aldo quedò boquiabierta. Si era verdad lo que decía Leticia, entonces él tenía la posibilidad de entrar en su corazón para hacerle olvidar para siempre Mendiola.
A: ¿Eso quiere decir que ya no lo amas?

L: Aldo... Don Fernando fue el hombre más importante de mi vida y creo que nunca voy a dejar de amarlo...

Aldo se apabullò. A pesar de lo que Fernando le había hecho, ella seguía amandolo... Su misión de conquistar a Leticia era más dificil de lo que imaginaba pero no tenía intención de rendirse. ¡Habría luchado con todads sus fuerzas para conquistarla!



Fernando, mientras tanto, estaba en un local y seguía tomando como un loco. Lo unico que quería, era olvidar; olvidarse de Lety, ¡olvidarse de todo!

Barman: ¡Don Fernando, le va a hacer daño todo este alcool!

F: Juaco, te aseguro que nada puede hacerme mas daño de lo que me hizo hoy la mujer que amo...

J: ¿Que le hizo Doña Marcia?

F: ¿Marcia? No mi querido amigo, ¡Te equivocas! No es Marcia la mujer que amo...

J: ¿Pero como si se va a casar con ella?

F: Ay Juaco Juaco... El matrimonio con Marcia es como si fuera un compromiso laboral ¿sabes? Yo no la amo y ¡tampoco querría casarme con ella! Es más... estaba dispuesto a echar todo a volar ¡si la mujer de mi vida no me hubiese destruido!

J: ¿Y que le hizo para reducirlo asì?

F: ¿Quieres saber que me hizo? Después que hicimos el amor ¿sabes lo que me dijo? ¡Que por ella había sido solo una noche más y que estaba enamorada de otro hombre! ¿Puedes creerlo? ¡Yo daría mi vida por ella! Y ella a cambio ¿que? ¡Se enamora de otro hombre! Y ¿sabes que es lo peor? ¡Que fue todo por mi culpa! ¡Yo la destruì y la hice caer en los brazos de ese mendingo infeliz! Ay Dios... ¡Me quiero morir!

J: No Don Fernando, no digas asì...

F: ¿Que sentido tiene vivir si no puedo estar con ella?

Las lagrimas cayeron de sus ojos y Fernando decidiò regresar a su casa. Le estallaba la cabeza y necesitaba durmirse con el deseo de no despertar jamás.



Cuando llegò a su casa, no la encontrò como la había dejado... Los sillones estaban de nuevo en su lugar y en el piso ya no estaban lo restos de los platos rotos.

M: ¡Fernando!

De repente, Marcia apariciò de la cocina y se lanzò hacia él para abrazarlo.

M: Ay Dios mio ¡gracias! Fernando ¡¿Que demonio te estás pasando?! ¡Me llamò Doña Rosita muy asustada por los gritos que venían de tu casa!

Fernando estaba visiblemente borracho

F: No pasò nada Marcia y, si no me equivoco, te he pedido que no te apersonabas para acà ¿verdad?

M: ¿Y que querías que  hacía? ¿Que me quedara tranquila en mi casa sabiendo que estabas como un loco tirando todo al aire?

F: ¡Eso mero!

M: No Fernando, te equivocas... No es asì que funciona. Yo soy tu novia y tu futura esposa y si hay algo que te tiene inquieto, que te duele, ¡yo voy a estar aquì por ti! ¡Yo no te voy a dejar solo!

Fernando la mirò y se conmoviò en escuchar sus palabras. Sin pensarlo, se acercò a ella y la abrazò, echandose a llorar.

M: Fernando, te lo ruego, ¡ confía en mi! ¡Dime que es lo que te pasa!

Fernando sollazaba y no lograba hablar. Lo unico que hacía era apretarla más a sì.

Marcia lo acariciò en la nuca y Fernando se separò de inmediato. Apenas pocas horas antes, era Lety la que le acariciaba la nuca.

F: Marcia, perdoname pero... quiero estar solo.

M: ¡No Fernando, olvidalo! No estás en condiciones de estar solo. Yo me quedo aquì contigo.

F: Marcia ¡te lo ruego! Te juro que voy a estar bien y que me voy a tranquilizar... Lo unico que quiero es dormir y olvidarme de todo...

Marcia no sabía que hacer; su corazón le decía que no podía dejarlo solo pero Fernando no le dejaba otra salida...

M: ...Està bien Fernando, te voy a dejar solo algunas horas pero en la noche voy a regresar para ver como sigues

F: No hace falta...

M: Para ti no, ¡pero para mi si! Nos vemos más tarde... Trata de tranquilizarte porque, cualquier haya sido el motivo de tu ira, todo se va a solucionar. ¡Yo voy a estar contigo!

Marcia finalmente saliò

Fernando se dejò caer de golpe sobre el sillón y, notò que sobre la mensa baja estaba la foto de él y Leticia que habían tomado el día de la filmación del comercial para VickyForm. Fernando la agarrò y la mirò

F: Leticia Padilla Solis... Lety... No se como pero me voy a olvidar de ti para siempre...

De un solo golpe, Fernando rompiò la foto, separando Leticia de él.




Sigue...

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