Capítulo 19
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La ducha fría
Fernando miraba Leticia dormir apegada a su pecho y todavía
no lograba creer en lo que había pasado. Él y Lety habían hecho el amor y había
sido maravilloso volver a sentirla suya. Fernando había habido la confirma
que ella, a pesar de todo, seguía amandolo... ¡Era un milagro!
F: Dios, ¡te juro que esta vez no voy a arruinar todo!
Esta vez va a hacer distinto... Voy a romper mi compromiso con Marcia porque la
unica mujer que amo, ¡es mi Lety!
Fernando le acariciò la coronilla y la besò en la
frente. Lety sonreía y estaba tranquilla y relajada mientras dormía entre sus
brazos; parecía que nada podía turbarla. Como la primera vez que habían hecho
el amor, Fernando posò su brazo izquierdo sobre la espalda desnuda de ella y se
durmiò placidamente, seguro de que nada podía lograr separarlos esta vez.
El llegar de el amanecer en Acapulco, fue marcado de
el sonido muy molesto de un celular que despertò a Leticia. De instinto, ella
lo agarrò y levantò la tapa para ver el nombre de quién marcaba pero el
celular, que era el de Fernando, tenía la respuesta automática entonces Lety se
topò con la voz de quién marcaba...
M: ¡Mi amor! ¿Donde estás? ¡Me tienes con el corazón
en la mano! ¡Esta noche te esperaba en mi departamento y no llegaste y tampoco
estabas en tu casa! Espero que no me vayas a asustar asì después que nos casemos...
Lety tapò el celular de inmediato percatandose no solo
de que quién llamaba Fernando era Marcia, si no que el compromiso entre los dos
¡no se había borrado! Lety mirò Fernando que todavía estaba dormido y,
despacido, se librò de su abrazo sin despertarlo y se levantò, entrando en el baño;
se mirò en el espejo y se echò a llorar.
L: ¡Lo sabía! ¡Sabía que no era verdad que él me ama!
¿Porque soy tan tonta de caer siempre en lo mismo? ¿Porque soy tan debil frente
sus besos? ¡Se va a casar! ¡Esta noche no significò absolutamente nada para él!
Si de verdad me hubiera amado, hubiera contado la verdad a Doña Marcia o por lo
meno, ¡hubiera rompido su compromiso con ella! Pero no... Su objetivo sigue
siendo lo mismo: ¡enamorarme para no perder Conceptos! ¡¡Eres una tonta
Leticia!!
Sintiendola gritar, Fernando se despertò de golpe y se
acercò a la puerta del baño.
F: Lety, ¿Està usted bien?
Lety se secò las lagrimas y tratò de recomponerse antes
de salir del baño.
Cuando la viò, Fernando tratò de abrazarla pero ella
lo retrazò.
L: ¡Vayase de inmediato de aquì o voy a gritar!
F: Lety ¿Que le pasa?
L: ¿Que no me oyò? ¡Quiero que se vaya! ¡Que
desaparesca de mi vida para siempre! ¡No quiero verla más en mi vida!
F: No puedo hacerlo... Después de esta noche, hube la
confirma de cuanto usted me partenece y de cuanto yo le partenesco a usted. ¡Usted
es mia y yo soy suyo! ¡No podemos separarnos Lety!
Una lagima saliò de los ojos de Leticia
L: ¿Como me dice eso? ¡Usted es una porquería!
Fernando quedò boquiabierta sin entender lo que pasaba
F: Lety no entiendo... ¿Como puede ¡usted! decirme eso
después de lo que pasò anoche entre nosotros?
L: Lo que pasò anoche fue un error... ¡Yo no quería
estar con usted!
F: Ay Leticia, ¡no me mientas! ¡Usted deseaba estar
conmigo tanto cuanto yo deseaba estar con usted y me lo demostrò con cada fibra
de su cuerpo!
Lety no tuvo alegatos para contradecirlo hasta que le
ocurriò una idea para alejarlo por siempre de su vida. Tratando de agarrar más
fuerza posible, lo mirò fijo en los ojos y le dijo:
L: Esta noche, cuando hicimos el amor, yo estaba
pensando...
Lety pausò y Fernando aprovechò para convencerla que
lo que había pasado, era algo maravilloso.
F: ¿A lo maravilloso que era estar nuevamente juntos?
¿A la maravillosa química que volviò a repetirse entre nosotros? ¿A cuanto yo
la amo con toda mi alma? Digame Leticia....
Leticia suspirò hondo, rogando con todas sus fuerzas
de ser valiente y no llorar
L: ... ¡Estaba pensando en Aldo!
El corazón de Fernando se parò; se sentía como si le
hubieran disparado en el pecho. De inmediato desblancò y para no desmayarse, se
acercò a la cama y se sentò de golpe.
F: ¿Como puede decirme eso? ¿Con que cara me dice eso después
de la noche magica que pasamos juntos?
L: Talvez fue magica para usted pero para mi... ¡fue
una noche más!
Fernando no supe contener las lagrimas que salieron de
sus ojos. Leticia le había dado el golpe de gracia. Fernando estaba oficialmente
muerto en vida.
L: Lo siento Don Fernando pero yo... ¡Ya no lo amo! Desde
que conocì a Aldo, me enamorè de él y es con él que imaginaba hacher el amor
esta noche porque es con él que quiero pasar el resto de mi vida...
Fernando no lograba creer en lo que escuchaba. Deseaba
con todas sus fuerzas que se tratara de una pesadilla. ¿Como podía Lety, “su”
Lety, enamorarse de otro hombre? No, no podía ser asì... ¡No después de la
noche increíble que acababan de pasar!
F: Usted me està mintiendo Lety... Yo no se porque lo
hace pero eso que me dice ¡no es la verdad! ¡Usted sigue amandome como yo la
amo a usted!
L: ¡Ya Don Fernando! Por la paz... ¡Le aseguro que lo
que le dije es la verdad! Usted mismo nos viò besandonos o que... ¿ya no se
acuerda?
F: ¡Justamente por eso lo voy a matar la próxima vez
que lo veo! Leticia, ¡usted es mia! ¡Solo mia!
Fernando la arrincorò contra sí; el corazón de Lety
empezò a later increíblemente fuerte con la palabras de él. Fernando le hablaba
mirandola fijo en los ojos y Lety no pudo sostenerle la mirada. Por miedo de
ceder otra vez, Lety se separò de él y le diò la espalda.
Una duda empezò a tormentar a Fernando... Era cierto
que él los había visto besarse y además, no era la primera vez que Lety besaba
otro... De inmediato Fernando se acordò de su pesadilla donde ella besaba un
hombre güero. ¿Y si de verdad ella se había enamorado de ese hombre? Al solo
pensarlo, Fernando estremeciò.
F: Leticia, mireme en los ojos porque lo que le voy a
decir es muy importante para mi...
Lety se hizo fuerza y se volteò hacia él
F: ...Yo todavía la amo con todas mis fuerzas y ¡quiero
vivir para usted todas la horas de mi vida! ¡Quiero vivir para amarla cada día
y cada noche hasta que yo tenga vida!
Lety estaba confundida y además, su corazón no dejaba
de convencerla que Fernando era sincero pero no podía... Aunque fuera verdad,
Fernando tenía que casarse con Doña Marcia para no perder Conceptos y ella no quería
ser otra vez la causante de su ruina
Lety tragò saliva y, casi con un hilo de voz, lo
enfrentò
L: Lo siento mucho Don Fernando pero ya le dije que
¡yo no lo amo más! Y le voy a decir otra cosa, aunque no es asunto suyo. Yo y
Aldo estamos juntos y....
Fernando, muy asustado, tragò saliva antes de
preguntarle: ¿Y?
L:.... ¡él y yo hichimos el amor y fue maravilloso! ¡ Más que con usted!
Eso fue el golpe mortal. Rojo de cólera, Fernando
arrancò un vaso que estaba sobre la mensa de noche y lo aventò a la pared,
rompiendolo en pedazos. Lety se asustò muchissimo. Nunca había visto a Fernando
tan furioso...
F: ¡¡Lo voy a matar!! Y a usted, Leticia Padilla
Solis, ¡No quiero verla nunca más en mi vida! Yo la creía otra clase de
persona... Alguien que cuando dizque ama una persona, se entrega a ella con
toda sí misma y promete ser suya para siempre pero, con lo que acaba de
decirme, me matò definitivamente. Sé que la culpa de todo eso es mia y de ese
maldito plan que armamos con Omar pero, por lo que vale ahora... ¡Yo me enamorè
en serio de usted! Es más... ¡me enamoré por primera vez en mi vida! ¡Hubiera
dado mi vida entera para no lastimarla y para que usted nunca tuviera que
sufrir conmigo! ¡Le juro que me morì cuando supe que usted conocía la maldita
carta de Omar! La busqué como un loco para todo lado para pedirle perdón y
arodillarme a sus pies si eso fuera suficiente para que me perdonara...
Entiendo que la hice sufrir muchissimo y que no me merezco una segunda
oportunidad con usted entonces... ¡La dejo libre! Si lo que quiere es estar con
ese hombre, espero que sea feliz con él y que él sepa darle el amor que no
quiso de mi. Lo que pasò anoche, para mi fue unico porque volvì a hacer el amor
con la mujer de mi vida y siempre voy a traer ese recuerdo en mi corazón; voy a
recordar esta noche como una de las tres noches más maravillosas de mi vida... ¡Hasta
nunca Leticia!
Fernando saliò trompando la puerta. Leticia se tirò en
la cama y se echò a llorar con toda su alma. Lloraba por lo que le había dicho
a él pero también por lo que él le había dicho a ella.
L: ¡Fuiste tu que lo quisiste! ¡Es tu culpa si él te
dijo lo que te dije! Ahora tienes que ser fuerte y olvidarlo para siempre...
¿Pero como podía olvidar el amor de su vida? Para
Leticia no existia otro hombre que no fuera Fernando y las palabras que él le
dijo antes de irse, fueron un golpe mortal para ella. Si de verdad Fernando se había
enamorado de ella, entonces Leticia acababa de cometir el error más grande de
su vida.
Fernando regresò en su habitación y, después de haber
agarrado sus cosas, saliò del cuarto y se topò con Carolina que fue muy
sorprendida de verlo allì.
C: ¡Fernando! ¿Que haces aquì?
F: Vine a dar el golpe de gracia a mi corazón.
Sin decir más, Fernando se fue.
Carolina estaba muy turbada. ¿Porque Fernando tenía
esa cara? Parecía destruido y seguramente había llorado
En un momento, Carolina golpeò la puerta de la habitación
de Lety sin obtener respuesta.
C: Lety, soy yo, ¡Carolina!
Lety abriò la puerta en lagrimas
C: ¡Lety! ¡¿Que te pasa?!
L: ¡Ay Doña Carolina!
Lety la abrazò fuerte
C: Dejame adivinar... tiene que ver con Fernando
¿verdad?
L: ¿Y usted como sabe?
C: ¡Lo encontrè aquì afuera y estaba destruido el
pobre!
Lety se sintiò culpable y decidiò contarle todo a su
amiga...
Fernando, mientras tanto, había abandonado el hotel,
se había subido en su coche y estaba en camino para Mexico cuando Marcia lo
llamò. Él mirò el numero en la pantalla del celular y decidiò no contestar
hasta que Marcia le hizo algo como diez llamadas. Fernando, finalmente, se
orilló y contestò
M: ¡Por fin mi amor! ¿Donde te habías metido? Esta mañana
tratè de comunicarme contigo pero pareciò que la llamada se cortò...
F: ¿Que? ¿Estás segura Marcia? Seguro te equivocaste
porque yo no te contestè a ninguna llamada...
M: Bueno a lo mejor... en fin, ¿ Estás bien? ¿Donde estás?
F: Si Marcia estoy bien. Tuve que resolver un asunto
muy importante que tenía pendiente pero... estoy bien, no te preocupes.
M: Bueno y... ¿Vienes por mi esta noche?
F: Mira Marcia, no te ofender pero... ¡Hoy no quiero
ver a nadie! ¡Siento que estoy al punto de ebulición y que estoy por explotar!
Es mejor que nos vemos mañana por la junta con el abogado
M: Fernando me estás preocupando... ¿Estás seguro que
no quieres que venga por ti?
F: Marcia, te lo ruego. ¡Quiero estar solo!
M: Està bien mi amor... nos vemos mañana entonces.
Marcia colgò pero se quedò preocupada al sentir la voz
de Fernando tan rara...
Mientras tanto, Leticia le había contado a Carolina de
la noche pasada con Fernando.
L: ¡Fue increíble Doña Carolina! En cuanto nuestros
cuerpos entraron en contacto, volviò a repetirse la misma magia de cuando
hicimos el amor en el departamento de Don Omar... ¡Fue una noche magica!
C: Pero, si fue tan magica, ¿Porque Fernando tenía esa
cara?
L: Porque tuve que mentirle diciendole que estaba con
Aldo y que cuando hiche el amor con él, en realidad pensaba a Aldo.
C: ¡¿Que?!
L: Èl no estaba conbencido de lo que le decía entonces
tuve que decirle que había hecho el amor con Aldo y que la noche que acababamos
de pasar juntos, fue solo una noche más...
C: Lety, no te ofendas pero... ¡Eres un monstro! ¿Como
pudiste destruir asì ese pobre hombre? ¡Sobretodo después de lo que me
contaste! ¿No me dijiste que sentiste que él te amaba realmente?
L: Si pero...
C: ¿Pero que?
L: Esta mañana su celular sonò y ¡era Doña Marcia que
estaba preocupada por él!
C: ¿Y tu como sabes?
L: Bueno porque.... Fui yo que le contestè sin hablar
y ella le pedía de no hacerle tomar estos sustos cuando se iban a casar. ¿Se da
cuenta Doña Carolina? ¡Él se va a casar! Si de verdad me amara, ¡habría rompido
su compromiso como minimo! La realidad es que son todas fantasías mias... ¡Èl
no me ama ni se va a enamorar de mi! Lo que pasò esta noche fue una “misión”
para él exactamente como las dos veces anteriores...
C: ¿Y porque no le pediste explicaciones a él?
Lety se quedò pensativa por algunos segundos y por fin
contestò
L: Porque no quería sentir otras locuras o quizás no quería
apenarlo...
C: ¿Que quieres decir con eso?
L: Que cuando yo le dije que me había acostado con
Aldo... Su cara cambiò de repente y se puso como un loco... ¡Yo no me esperaba
una reacción asì! ¡Hasta me
asusté!
C: ¿Porque, que hizo?
L: Primero enrojesò en la cara de cólera y después...
¡Agarrò un vaso de vidrio y lo tirò en la pared, amenazando que iba a matar a
Aldo! Tengo miedo de lo que puede hacer... Los celos de Don Fernando ya le
costaron a Tomas una vez y ¡no quiero que le pase nada a Aldo!
Justo cuando iba a a terminar con su relato, Aldo se
acercò a la puerta pero, antes de golpear, se quedò escuchando lo que las dos
mujeres de decían.
C: Calma Lety, Fernando ya se fuè y además, estoy
segura que con la cara que traía, lo unico que quería hacer era irse lo más
lejos posible de tì...
L: Y tendría razón en hacerlo... ¡Yo lo traté tan mal
que me siento horrible! En cambio, ¡él se portò como un principe conmigo! Fue
sumamente dulce esta noche cuando hicimos el amor y me dijo tantas cosas que
nunca me había dicho antes... Además, antes que se fuera, me dijo....
Lety pausò
Aldo tragò saliva
C: ¿Que te dijo Lety?
L: Que por primera vez en su vida, se había enamorado
y la mujer en cuestión... ¡Soy yo! ¡Él me dijo que se enamorò realmente de mi! Dijo
que me buscò para pedirme perdón el día de la junta y que hubiera dado su vida
para no hacerme sufrir...
Leticia se echò otra vez a llorar
Carolina tratò de tranquilizarla abrazandola.
L: ¡Soy una tonta Doña Carolina! ¡Mi corazón me està
gritando que él es sincero!
Aldo tuvo que agarrarse a el umbral de la puerta para
no caerse
C: ¿Y porque lo dejaste ir entonces?
L: Porque, aunque si de verdad él estubiera enamorado
de mi, en todo caso tiene que casarse con Doña Marcia para no perder la
empreza. Ahora que yo me fui, necesita más que nunca el apoyo de ella para que
Don Ariel no se quede a cargo de Conceptos y la liquide. ¡Yo no puedo ser
egoista! ¡No puedo pedirle que eliga a mi antes de la empreza que ha sido
siempre su vida! ¡Lo que tengo que hacer, es olvidarme por siempre de él!
Aldo revolviò a respirar y decidiò alejarse antes de
ser descubierto
Carolina no estaba concorde con la decisión de Lety. Le
parecía injusto sacrificar un amor tan grande por intereses economicos...
Pasaron unas horas y Fernando llegò a su casa. Después
de cruzar el umbral, lo primero que hizo fue agarrar la botella de whisky y
empezar a tomar.
F: No, no puede ser... ¡No puede ser real! Lety, mi
Lety ¡no me puede hacerme eso! ¡No puedo creer que se haya acostado con ese
imbecil! Leticia no es asì...
Fernando siguio tomandò toda la tarde hasta que empezò
a portarse como un loco, destruyendo platos, vasos y todo los que encontraba alrededor.
Doña Rosita, una anciana vecina de casa de Fernando,
se preocupò sintiendo esos ruidos y llamò Marcia para avisarla.
M: ¿Bueno? ¡ Doña Rosita
que gusto oírla!
DR: Hola Marcia, perdón la molestia pero tengo algo
que decirte...
M: ¿Que pasa?
DR: Bueno, no quiero asustarte m’hija pero se sienten
gritos y ruidos muy fuertes que vienen de la casa de tu novio. Yo que fuera tu
vendría a comprobar que es lo que pasa...
M: ¡Claro Doña Rosita! ¡Voy de inmediato para allà!
Gracias por su llamada.
En media hora, Marcia fue a la casa de Fernando.
Cuando abriò la puerta de entrada, el espectáculo era horrible. Estaban platos
rotos en el piso; los sillonoes estaban revueltos y los portaretratos sobre la
chiminea estaban tirados en el piso con el vidrio roto.
Marcia se espantò mucho y su primer piensamento fue
buscar a Fernando.
Marcia buscò en todas las habitaciones pero Fernando
no estaba en casa...
Mientras tanto, en Acapulco, Lety estaba en la cama...
Lloraba, abrazaba su almohada y la estrechava a su pecho con todas sus fuerzas
puesto que en ella había dejado el aroma de Fernando. Lo que había pasado era
horrible; en un solo día, había renacido y había muerto otra vez por mano del
mismo hombre. Lety se sentía pesima. De repente, alguien golpeò la puerta. Aterrorizada
que pudiera ser Don Fernando, Lety no quiso contestar hasta que Aldo se anunciò
oficialmente.
Lety tratò de hacerce fuerza y abriò la puerta
L: Aldo perdoname pero hoy no estoy de humor para
hablar...
Aldo hizo como si no supiera nada de lo que había
pasado entre ella y Fernando y se fingiò preocupado para ver si ella le contara
algo
A: ¡Leticia, me estoy asustando! ¿Que tienes? ¿Te
desmayaste otra vez? ¿Te hizo algo Fernando?
Lety tragò saliva y se armò de valor para disimular su
estado real.
L: Nada de grave, no te preocupes. Estoy un poco
cansada y necesito descansar.
A: No me mientas... Sé perfectamente bien que si estás
asì es por culpa de Mendiola ¿o me equivoco?
Lety no pudo contenerse y empezò a llorar otra vez;
abrazò a Aldo y lo estrechò fuerte
A: No llores ¡te lo ruego! ¡Él no se merece ni una
sola lagrima tuya! Dime que es lo que te hizo ¡por favor!
Lety no tenía ninguna intención de contarle a Aldo lo
que había pasado entonces le mentiò
L: No me hizo nada te lo aseguro... Soy yo que hago
daño a mi misma y creo que esta vez, dañé a él también...
A: ¿Porque dices eso?
L: ... ¡porque acabè por siempre con nuestra relación!
Aldo quedò boquiabierta. Si era verdad lo que decía
Leticia, entonces él tenía la posibilidad de entrar en su corazón para hacerle
olvidar para siempre Mendiola.
A: ¿Eso quiere decir que ya no lo amas?
L: Aldo... Don Fernando fue el hombre más importante
de mi vida y creo que nunca voy a dejar de amarlo...
Aldo se apabullò. A pesar de lo que Fernando le había hecho,
ella seguía amandolo... Su misión de conquistar a Leticia era más dificil de lo
que imaginaba pero no tenía intención de rendirse. ¡Habría luchado con todads
sus fuerzas para conquistarla!
Fernando, mientras tanto, estaba en un local y seguía
tomando como un loco. Lo unico que quería, era olvidar; olvidarse de Lety,
¡olvidarse de todo!
Barman: ¡Don Fernando, le va a hacer daño todo este
alcool!
F: Juaco, te aseguro que nada puede hacerme mas daño
de lo que me hizo hoy la mujer que amo...
J: ¿Que le hizo Doña Marcia?
F: ¿Marcia? No mi querido amigo, ¡Te equivocas! No es
Marcia la mujer que amo...
J: ¿Pero como si se va a casar con ella?
F: Ay Juaco Juaco... El matrimonio con Marcia es como
si fuera un compromiso laboral ¿sabes? Yo no la amo y ¡tampoco querría casarme
con ella! Es más... estaba dispuesto a echar todo a volar ¡si la mujer de mi
vida no me hubiese destruido!
J: ¿Y que le hizo para reducirlo asì?
F: ¿Quieres saber que me hizo? Después que hicimos el
amor ¿sabes lo que me dijo? ¡Que por ella había sido solo una noche más y que
estaba enamorada de otro hombre! ¿Puedes creerlo? ¡Yo daría mi vida por ella! Y
ella a cambio ¿que? ¡Se enamora de otro hombre! Y ¿sabes que es lo peor? ¡Que
fue todo por mi culpa! ¡Yo la destruì y la hice caer en los brazos de ese
mendingo infeliz! Ay Dios... ¡Me quiero morir!
J: No Don Fernando, no digas asì...
F: ¿Que sentido tiene vivir si no puedo estar con
ella?
Las lagrimas cayeron de sus ojos y Fernando decidiò
regresar a su casa. Le estallaba la cabeza y necesitaba durmirse con el deseo
de no despertar jamás.
Cuando llegò a su casa, no la encontrò como la había
dejado... Los sillones estaban de nuevo en su lugar y en el piso ya no estaban
lo restos de los platos rotos.
M: ¡Fernando!
De repente, Marcia apariciò de la cocina y se lanzò
hacia él para abrazarlo.
M: Ay Dios mio ¡gracias! Fernando ¡¿Que demonio te estás
pasando?! ¡Me llamò Doña Rosita muy asustada por los gritos que venían de tu
casa!
Fernando estaba visiblemente borracho
F: No pasò nada Marcia y, si no me equivoco, te he
pedido que no te apersonabas para acà ¿verdad?
M: ¿Y que querías que hacía? ¿Que me quedara
tranquila en mi casa sabiendo que estabas como un loco tirando todo al aire?
F: ¡Eso mero!
M: No Fernando, te equivocas... No es asì que
funciona. Yo soy tu novia y tu futura esposa y si hay algo que te tiene
inquieto, que te duele, ¡yo voy a estar aquì por ti! ¡Yo no te voy a dejar
solo!
Fernando la mirò y se conmoviò en escuchar sus
palabras. Sin pensarlo, se acercò a ella y la abrazò, echandose a llorar.
M: Fernando, te lo ruego, ¡ confía en mi! ¡Dime que es lo que te pasa!
Fernando sollazaba y no lograba hablar. Lo unico que hacía
era apretarla más a sì.
Marcia lo acariciò en la nuca y Fernando se separò de
inmediato. Apenas pocas horas antes, era Lety la que le acariciaba la nuca.
F: Marcia, perdoname pero... quiero estar solo.
M: ¡No Fernando, olvidalo! No estás en condiciones de
estar solo. Yo me quedo aquì contigo.
F: Marcia ¡te lo ruego! Te juro que voy a estar bien y
que me voy a tranquilizar... Lo unico que quiero es dormir y olvidarme de
todo...
Marcia no sabía que hacer; su corazón le decía que no podía
dejarlo solo pero Fernando no le dejaba otra salida...
M: ...Està bien Fernando, te voy a dejar solo algunas horas
pero en la noche voy a regresar para ver como sigues
F: No hace falta...
M: Para ti no, ¡pero para mi si! Nos vemos más
tarde... Trata de tranquilizarte porque, cualquier haya sido el motivo de tu
ira, todo se va a solucionar. ¡Yo voy a estar contigo!
Marcia finalmente saliò
Fernando se dejò caer de golpe sobre el sillón y, notò
que sobre la mensa baja estaba la foto de él y Leticia que habían tomado el día
de la filmación del comercial para VickyForm. Fernando la agarrò y la mirò
F: Leticia Padilla Solis... Lety... No se como pero me
voy a olvidar de ti para siempre...
De un solo golpe, Fernando rompiò la foto, separando
Leticia de él.
Sigue...
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