Capítulo
27
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El
diente envenenado
Lety
estaba apabullada. No podía creer en lo que acababa de escuchar entonces se
convenciò que estaba todavía dormida en su cama y que había sido solo un sueño. Cuando el Licenciado Sanchez le preguntò cual era su intención, pero, Lety se
diò cuenta que no se trataba de un sueño si no de la realidad.
AV:
¡Acepte Licenciada! ¿A caso no era a esto que miraba desde el principio?
F:
¡Callate Ariel!
L:
Se equivoca Don Ariel. Yo nunca he querido ser Presidenta de Conceptos
AV:
Porque no era necesario. Praticamente tomó el lugar de Fernando en todas las
ocasiones por eso no era necesaria una nomina formal. Mire la casualidad de la
vida, ahora somos nosotros que le pedimos formalmente de ser la Presidenta de
nuestra empresa
L:
¡Pero yo no quiero!
AV:
¿Ah no? Que raro porque el sillón de la Presidencia siempre ha sido muy atractivo...
M:
Y diganos “Licenciada”, ¿No quiere aceptar por resentimiento?
L:
No Doña Marcia, no es eso...
AV:
¿Entonces?
L:
¡No quiero repetir el infierno que vivì el día que me fui de Conceptos! Todos
ustedes se portaron muy mal conmigo a pesar que yo siempre fui correcta con los
asuntos de trabajo. Nunca me apropriè ni de un centavo y siempre he trabajado
en modo limpio para las dos empresas y, a pesar de eso, ustedes solo
reprocharon mi conducta y la de Don Fernando que todo lo que ha hecho, es
tentar de salvar Conceptos.
Fernando
se apabullò. A pesar de todo, Lety lo defendía.
M:
Esa en mi casa se llama venganza...
L:
Si de verdad hubiera quierido vengarme, Doña Marcia, me hubiera quedado con las
dos empresas ¿No cree?
M:
¿A poco no lo hizo?
D.H:
Ya Marcia. Si Leticia hoy està aquì, es precisamente por ese mal entendido que
se creò
M:
¿Mal entendido?
D.H:
Si Marcia. La intención de Leticia no era quedarse con las dos empresas. Por
eso nos dejò la carta blanca
M:
Pero da la casualidad que esa carta no sirve de nada...
Fernando
notaba como Marcia tenía el diente envenenado por Lety pero no lograba entender
la motivación
L:
¡Pero yo no lo sabía! Por eso hoy estoy aquì. Quiero dejar las cosas en claro y
devolver las dos empresas.
AV:
Ojalà fuera asì de facil Licenciada...
MSM:
Permiteme Licenciada. Yo soy Manuel Santa Maria, el abogado de Conceptos.
L:
Mucho gusto
MSM:
Igualmente. Quería aclararle cual es la situación actual de la empresa.
Desafortunadamente, la situación de Conceptos es muy delicada... Por lo que
entendì, usted està dispuesta a devolver la empresa a los dueños legitimos pero eso no sería conveniente
por ahora. Los bancos están en alerta por lo que se enteraron y no van a tardar
a reclamar su parte de la empresa con tal de recuperar el dinero, si usted se
la devuelve a los Mendiola. Hasta ahora la situación ha estado tranquila
gracias a usted, que se ha echo cargo de mantener las aguas calmadas pero, si
usted cancela el embargo, todos los acreedores de Conceptos se van a aventar
sobre la empresa dejandola praticamente vacía.
L:
¿Y que se supone que tengo que hacer?
Sanchez:
Aceptar la propuesta del Señor Mendiola y devenir presidenta de la empresa,
aunque sea por un tiempo limitado...
L:
No Sanchez eso no puede pasar.
D.H:
Leticia, esa es la única solución para salvar Conceptos. Sé que la hemos
tratado muy mal pero entiendanos... ¡Estabamos muy decepcionados por lo que había
pasado!
AV:
A ver... ¿Quiere que le rogamos? ¿Que nos arrodillamos?
Fernando
estaba furioso por el cinismo de Ariel
L:
¡Claro que no Don Ariel!
D.H:
¡Ya, basta Ariel! Leticia, por favor, pienselo... Usted es la única que puede
salvarnos. ¿Quiere tomarse un tiempo para pensarlo?
Lety
se sentía muy incomoda. De verdad no sabía que hacer...
L: Don Humberto, necesito hacer una llamada y después
le voy a dar mi respuesta. ¿Me permite?
DH:
¡Claro que si Leticia! Es más, vista la hora, tomamonos todos una pausa y nos
reunimos a las tres de la tarde asì tiene tiempo para pensar a nuestra
propuesta
L:
Està bien. Voy a hacer una llamada y nos vemos después del almuerzo
Lety
se levantò y se fue en Presidencia. Fernando inventò que tenía que ir al baño y
también saliò de la sala de juntas. Aprovechando que las empleadas estaban
ausentes como de costumbre, Fernando se parò frente la puerta de Presidencia y
se quedò escuchando la llamada de Lety.
Marcia,
mientras tanto, estaba furiosa. El solo ver a Lety, que ella consideraba la
alcahueta de Fernando, le hizo regresar el miedo de perder a su novio. ¿Y si,
con la aparición de Leticia, también volviera a aparecer la amante? Marcia no
se daba paz...
D.T:
Hija ¿Que tienes?
M:
Nada Teresita; estoy un poco nerviosa por la situación...
D.H:
Estamos todos asì m’hija pero creeme que esta es la única solución. Igual no te
preocupes; solo va a ser por un tiempo limitado
M:
Entonces ojalà pase pronto porque ¡Odio esa mujer!
En
Presidencia, Lety había compuesto el numero de celular de Carolina en el
telefono:
C:
Hola Lety! ¿Ya terminaste? ¿Como te fue?
L:
No Doña Carolina es que estoy en un problema y necesito su consejo
C:
¿Que pasa?
L:
Es que... ¡Lo que me proponieron en la junta es verdaderamente absurdo!
C:
Explicate...
L:
Agarrese fuerte a la silla Doña Carolina porque se va a caer después que le
cuente lo que me propuso Don Humberto...
C:
Lety! ¡Ya no me dejes picada!
L:
Allì le va... Don Humberto, y todos los accionistas, quieren que yo sea... ¡La
presidenta de Conceptos!
C:
¡¿Que?!
L:
Asì como lo escucha...
C:
¿Y tu que le dijiste?
L:
Que lo tenía que pensar un momento. Por eso la llamé. ¡Necesito que me aconseje
que es lo que tengo que hacer!
C:
Ay Lety... ¡Eso si es un verdadero lio! ¿Que es lo que quieres hacer tu?
L:
Yo no querría aceptar pero... Bueno ahora no puedo contarle todo en detalle
pero resulta que si yo no acepto, Conceptos va a dejar de existir y todos los
empleados se quedarían sin chamba ¡Incluso el Cuartel! Ay Doña Carolina hubiera
visto como me esperaban tan entusiasmadas las muchachas... ¡No puedo hacerle
esto!
C:
Por lo que escucho ya decidiste...
L:
Bueno si pero ¿Como voy a hacer? ¡Si acepto sería rodada de enemigos y todo sería
un infierno! Además Don Fernando renunciò entonces no tengo ninguno que me
apoye...
C:
¿Y porque no le pides que se quede a travajar contigo? Digo, si aceptas de ser
la presidenta, puedes hacer lo que se te dè la gana ¿No? Podrías contratar a Fernando y tener por lo meno uno de tu lado si es eso lo que te preocupa...
L:
Eso no lo había pensado... ¡En efecto sería una optima idea! ¡Gracias Doña
Carolina!
C:
¡Hiciste todo tu sola Lety! Me imagino que vas a aceptar ¿verdad?
L:
Sì. ¡Le prometo que, en cuanto puedo, le platico todo!
C:
Està bien Lety. ¡Suerte!
Fernando,
que estaba detrás la puerta, no podía creer en lo que acababa de escuchar.
Lety, a pesar de todo, ¡estaba convencida que él la iba a apoyar! Lo que lo
preocupaba era lo que le había aconsejado Carolina para convencerla... ¿Que fue
lo que le dijo?
Terminada
la llamada Lety saliò de Presidencia y, aprovechando que su amigas seguaramente
estaban en “junta” en el baño, decidiò salir a tomar un poco de aire.
Fernando
había regresado en la sala de juntas donde Marcia lo avisò que iban a pedir la comida.
M:
¿Que quieres comer, mi amor?
F:
Me gustaría quedarme con ustedes Marcia, pero tengo una cosa que hacer. Nos
vemos más tarde
Marcia
estaba en su punto de ebullición. Fernando saliò y, no viendo ni Leticia ni las
del Cuartel, pensò que se habían ido a comer a “La Comidilla” entonces picò el
botón del elevador y decendiò en la planta baja.
Cuando
saliò de la empresa, pero, Fernando se percatò que Lety estaba sola en la
escalera del jardín. Cuidadosamente, se acercò a ella y se escondiò detrás de
un arbol para no ser visto.
Lety
paseaba lentamente y era absorta en su pensamientos. De repente sacò de su
bolsa su diario numero 9 y empezò a escribir
Diario:
Necesito desahogarme un momento antes de volver en el infierno. Estoy en
Conceptos, bueno, en el jardín de Conceptos, y acabò de estar en la junta de
comité más absurda que è vivido... Lo que Don Humberto me propuso hoy, ¡Juro
que nunca lo hubiera imaginado en mi vida! ¡Don Humberto Mendiola me propudo de
ser la presidenta de Conceptos! Dijo que era la única manera de salvar la empresa...
Yo no sabía que hacer entonces le pedì un poco de tiempo para pensarlo y, en
ese entonces, llamé Carolina que me aconsejò de aceptar (aunque, en realidad,
yo misma había decidido aceptar) y también me aconsejò de tener cerca de mi Don
Fernando... Ay Fernando... Hoy lo volvì a ver después de nueve dias; ¡No veía
la hora de verlo! Él es hermoso como siempre. Durante la junta no pude evitar
de mirarlo; de contemplarlo... ¡Hasta le soreì! Al principio él no me miraba
pero ¡hubo un momento en que también me sonreiò! No sé que le pasa y cual es el
motivo que lo obliga a casarse con Marcia... (¡Porque no creo para nada que sea
enamorado de ella!). Por eso, después de la junta, voy a hablar con él, en la
esperanza que me quiera escuchar... ¡Ay Dios, solo espero que quiera hablar
conmigo y que me deje explicarle porque tuve que decirle todas esas cosas que
le dije en Acapulco! Yo lo amo y, si él no me perdona, no sé como voy a hacer
en los próximos seis meses aquì, sin él...
Fernando
seguía mirandola
F:
¿Que es lo que tienes en la mano? Parecería una agenda o... ¿Un diario?
Conocendo Lety podría ser...
De
repente se oyeron los gritos de Marta
Ma:
¡La encontré! ¡Aquì està!
Fernando,
por el miedo de ser descubierto, se alejò y regresò en la empresa
L:
¿Buscaban a mi?
PM:
¡Claro Lety! Nos dijeron que te habías salido entonces te vinimos a buscar para
pedirte si querías comer con nosotras a “La Comidilla”
L:
¡Claro que si muchachas! ¡Pero rapido porque tengo que regresar aquì en una
hora...
J:
¿Todavía no terminaron?
L:
No Juanita; la situación es muy delicada y necesitamos reunirnos después del
almuerzo...
Las
muchachas se dirigieron al restaurante y, después de haber pedido la comida, el
Cuartel empezò el interogatorio
S:
Pero Lety ¿Que es tanto mistero? ¡Cuentanos que es lo que està pasando!
L:
Muchachas todavía no puedo decirle nada... Como ya les dije, la situación es
muy delicada y hoy estamos aquì por tomar decisiones importantes por el futuro
de Conceptos
Lo:
Tienen problemas economicos ¿verdad?
L:
Si Lola, también eso...
Ma:
Manigüa por Dios, ¡Suelta la sopa!
I:
¡Marta no insistes! ¡Si Lety dijo que por ahora no puede contar nada, dejala en
paz! Mejor vamos a comer tranquilas y feliz por el regreso de nuestra amiga
PM:
Està bien Irmita... Pero acuerdate Lety, ¡Esta noche no puedes escapar al
interogatorio! Si no quieres contar nada de la empresa, està bien, pero por lo
meno, ¡nos tienes que contar que hiciste todo el tiempo que no estuviste en México!
L:
Claro muchachas. Esta noche le voy a contar todo
Lety
sonriò, tranquilizando el Cuartel
Después
de la comida, Leticia regresò en la sala de juntas donde ya estaban todos los
accionistas.
AV:
Diganos Licenciada Padilla, ¿Que decidiò?
Fernando
la miraba y entre sì sonreía. Aunque no tenía posibilidad de regresar con Lety,
el solo echo de poderla ver todo los dias en la empresa lo hacía feliz. Y además,
quedandose en México, estaba lejana del güero infeliz.
L:
Don Humberto, lo he pensado bien y... Si es la única manera de remediar a mis
errores, acepto. Pero tengo un par de condiciones...
M:
Ja ¡Solo faltaba eso!
F:
Marcia, Leticia està en todos sus derechos de pedir las condiciones que quiera. Acuerdate que, aunque no te parece, ¡Ella nos està haciendo un favor!
M:
Claro... ¡Y tu como siempres la defiendes!
Lety
estaba boquiabierta por lo que acababa de decir Marcia
F:
Marcia yo...
D.T:
¡Hijos por favor! ¡Dejen eso por el privado!
DH:
Esactamente. ¡Aquì no estamos para resolver problemas personales si no de la
empresa! Leticia, pida lo que quiera.
L:
...Gracias. Para resolver el problema lo antes posible, necesito libertad de
movimiento y por eso no quiero depender de nadie
D.H:
Claro... ¿Algo más?
L:
Sì. Me gustaria tener a mi lado una persona de confianza y por eso querría el Licenciado Tomas Mora a mi
lado, aquì en Conceptos
Fernando hirviò de los celos. Sabía que Lety había usado Tomas para darle picones después
de haberse enterado de la carta de Omar pero, como sea, a él le daba celo.
AV:
¿El gerente de Filmo Imagen?
L:
Sì
D.H:
Bueno, para mi no hay problema. ¿Algo más?
L:
No Don Humberto, eso es todo.
D.H:
Perfecto entonces queda confirmado en esta junta que la Licenciada Leticia Padilla Solís, va a ser la nueva presidenta de Conceptos. Lopez, prepare un memorandum para avisar todos los empleados
RL:
En seguida Don Humberto
MSM:
Un momento Señor Mendiola,
todavía falta algo
D.T:
¿Y ahora que?
MSM:
Hay que hablar con el juez para aclarar la situación y para que les otorgue una
proroga de seis meses, termino en el cual, tienen que cubrir la deuda que tiene
Conceptos
M:
¿Y quién va a hablar con el juez?
MSM:
Lo mejor sería que vaya un rapresentante de Filmo Imagen, que en este caso es
usted, Licenciada Padilla, y un representante de Conceptos
Sánchez:
¿Y quién es el representante de Conceptos?
F:
Soy yo Licenciado Sanchez
Marcia
hubo un escalofrío
Sachez:
Bueno entonces lo mejor sería hablar lo antes posible con el juez. ¿Que le
parece el miércoles en la mañana?
F:
Para mi no hay problema
L:
Para mi tampoco...
Sanchez:
Bueno entonces nos vemos el miércoles a las nueve al juzgado.
MSM:
Perfecto
D.H:
Bueno, si no hay nada más que aclarar, yo daría por terminada la junta. ¿Que le
parece?
L:
Està bien. Nos vemos mañana entonces. Buenas tarde
Fernando
tenía una sonrisa de oreja a oreja; no solo Lety había aceptado ser la
presidenta, si no que tenía la posibilidad de hablar con ella el miércoles,
lejos de Marcia la cual no terminaba de mirarlo feo.
Lety
saliò de la sala de juntas y de inmediato fue asalida por todas las muchachas
del Cuartel
PM:
Lety ¿Como te fue?
L:
Pues... complicado diría ji ji ji
Ma:
¡Ay manita no nos dejes picadas!
L:
Muchachas es que aquì no podemos hablar... ¿No que nos ibamos de reventón?
PM:
¡Claro que si! ¡Ya està todo listo! Solo esperabamos a ti ¿Nos vamos?
L:
Ehm... Es que tengo que hablar de una cosita con Don Fernando antes. Estoy
esperando que salga de la sala de juntas justamente para hablar con él
Ma:
Està bien manita entonces nosotras terminamos un trabajito que tenemos
pendientes y después nos vamos ¿Te parece?
L:
Sì està bien
Mientras
tanto, Marcia había salido de la sala de juntas y, tras mirar a Lety y
fulminarla con la mirada, se había metido en su oficina. Algo en su corazón la tenía
inquieta... Sabía que el regreso de Leticia iba a ser un peligro para ella y,
sobretodo, para Fernando.
Todos
los accionistas salieron en el passillo. Don Humberto agradeciò Lety para
aceptar ayudarlos y después se despidiò junto a su mujer y a los de más. Solo
quedaba Fernando
L:
Don Fernando...
Cuando
Marcia sintiò Lety pronunciar el nombre de su prometido, hubo un escalofrío que
la portò a acercarse a la puerta de su oficina para cercionarse que era lo que quería
Lety de su novio
Fernando
se volteò hacia ella. Le parecía imposible que le devolviera la palabra
F:
Digame Licenciada Padilla
Lety
se quedò fría. Nunca Fernando la había
llamado con tanta formalidad
L:
Necesito hablar con usted. Se trata de una cosa muy importante...
Fernando
tragò saliva sorprendido
F:
Està bien. ¿Vamos a Presidencia?
L:
Sì
En
ese momento, Marcia decidiò que tenía que hacer algo para evitar que los dos platicarán
juntos y a solos, entonces saliò de su oficina, y se acercò donde ellos
M:
¡Fernando! Tengo que decirte algo...
F:
¿Ahorita Marcia? Es que la Licenciada tiene algo importante que decirme y me gustaría
hablar con ella...
Lety
sonriò
Para
Marcia fue como una ducha fría. Fernando, como siempre, daba prioridad a
Leticia antes que a ella. Dispuesta a no ceder, Marcia estaba por reprocharlo
como de costumbre cuando de repente, le diò un mareo y se desmayò entre los
brazos de Fernando
F:
¡Marcia!
Sigue...
Adorei. Bjos
ResponderBorrargracias querida ^.^ Besos a ti :)) <3
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