viernes, 19 de septiembre de 2014

Capítulo 28




Capítulo 28
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Tú amante


F: ¡Marcia por Dios, reacciona!

Lentamente Marcia abriò los ojos. Fernando respirò aliviado.

F: ¿Estás bien mi amor?

Cuando Lety sintiò como Fernando llamaba a su prometida, se sintiò morir. Hubiera podido pasar sobre el echo que él se preocupara por ella pero, sentir que la seguía llamando “mi amor” era demasiado. Sin decir nada, Lety se adentrò en el baño de las mujeres.

M: Fernando...

F: ¡No sabes el susto que me daste! ¿Que fue lo que pasò?

M: No sé... Estaba bien digamos, y de repente me diò un mareo

F: ¿Y es la primera vez que te pasa algo asì?

M: Pues sì...

F: Pero estabas bien antes ¿No?

M: Bueno, estaba un poquito nerviosa en la junta pero nada fuera de lo normal

F: Lo importante es que ahora te sientes bien. Porque estás bien ¿verdad?

Marcia decidiò jugarse el primer as bajo la manga.

M: Sì... bueno me siento un poco débil pero no te preocupes; ahorita me voy a mi casa y voy a estar mejor...

F: Bueno, dejame ir por mi saco y te llevo

Marcia fue sorprendida. De repente parecía que la prioridad de Fernando había cambiado; ahora era ella su prioridad

M: No Fernando, no es necesario. Además tienes que hablar con Leticia...

Fernando se volteò pero Lety ya no estaba

F: Eso no importa. Hablaremos otro día. Ahora lo importante eres tu

Marcia estaba verdaderamente boquiabierta


Leticia, mientras tanto, se había rifugiado en el baño y estaba llorando. No sabía si lloraba por no haber logrado hablar con Fernando o por como él se refería a Marcia.

L: No debería maravillarme asì... En el fondo es su novia. ¿Entonces porque me duele asì? ¡Porque soy una imbécil! ¡Todo fue mi culpa! ¡Fui yo que lo dejé en los brazos de ella en lugar de luchar por él!

El llanto de Lety fue interrumpido por el Cuartel


Mientras tanto, Fernando y Marcia habían llegado en el estacionamento de Conceptos y se habían subido en el coche de él cuando Fernando se percatò que había dejado su portafolio en la sala de juntas.

F: En cinco minutos regreso Marcia. Tu quedate aquì tranquila

M: Està bien mi amor

Fernando tomò el elevador y otra vez fue en el primer piso de Conceptos. Como de costumbre, las secretarias no estaban en su puesto de trabajo.

F: Alicia, ¿Donde están las del Cuartel?

AF: Ay Fernando, ¿No te imaginas? Están en “junta” en el baño. Porsupuesto,  ¡juntas a la garnacha!

F: Cuidado con tu tonito Lichita...

Fernando estaba por dirigirse en la sala de juntas cuando Alicia le pidiò si podía irse a su casa, ya que no estaba más nadie en Conceptos.

F: No lichita todavía faltan 10 minutos para la salida

AF: ¡Ay Fernando, no hagas asì! ¡Ya no està nadie en la empresa!

Fernando no estaba dispuesto a escuchar las quejas de Alicia entonces le diò su visto bueno para que se fuera

Después de haber recuperado su portafolio, Fernando picò el botón del elevador, cuando sintiò un vocerío provenir desde el baño de damas. Curioso como siempre, se acercò a la puerta del  baño y se quedò a escuchar

El Cuartel se estaba quejando como siempre de la Oxigenada cuando Paula Maria recordò a todas que tenían que apurarse y alistarse para ir de reventón.

L: ¿Muchachas saben que? Mejor dejamos los festejos para otro día. Estoy muy cansada y prefiero irme a mi casa a descansar...

PM: ¡No no no Lety! ¡Nos prometiste que venías con nosotras esta noche y asì serà!

L: Pero...

S: Nada de pero amiga. Ya Paula Maria prenotò en un lugar espectacular y Marta pidiò permiso a su marido asì que te vas con nosotras

L: ¿Pero adónde?

PM: ¡En “El Paraíso”!

Todas las muchachas meno Lety se echaron a reír

L: ¿?

S: ¡Es un antro que se llama “El Paraíso” y es un local muy chulo!

PM: ¡Andale Lety! ¡Estoy segura que te va a encantar! Y sobretodo, te va a ayudar a quitarte de la cabeza esa cosa que te tiene tan nerviosa...

L: ¿De que hablas?

Lo: ¡Ay Lety no te hagas! Se ve perfectamente bien que hay algo con que no acabas!

J: ¡Vamos a divertirnos Lety y asì nos olvidamos de la amargura de la vida! Aunque sea solo por una noche...

Lety no tenía salida y acabò con aceptar de irse con sus amigas

L: Tengo que llamar a mi papà antes

PM: ¡Claro amiga! Pide permiso mientras nosotras terminamos de areglarnos asì nos vamos

Fernando se diò cuenta que era peligroso seguir escuchando asì que se dirigiò al elevador y regresò en el estacionamento.

M: ¿Todo bien mi amor?

F: Si Marcia ¿Por?

M: Como que te quedaste mucho para recuperar tu portafolio...

F: Es que... No lo encontraba. Se había caydo en el piso y no lograba verlo, por eso me demoré un poco

M: Claro...

Marcia, obviamente, no le creía pero, el solo echo de haberlo separado de Leticia, era una victoria.

Finalmente Fernando arrancò y partiò rumbo el departamento de Marcia



En Conceptos, Lety había pedido permiso a su papà que, después de muchos berrinches, le diò su visto bueno y, juntas a las muchachas, saliò en un taxi que las trajò en “El Paraíso”.

Cuando entraron en el antro, Lety hubo una sensación rara... Era demasiado tiempo que no entraba en un antro y de repente se acordò de cuando era Fernando que la traía en esos lugares.

Inmediatamente Paula Maria saludò un muchacho que le indicò una mesa.

PM: Vamonos chicas que allì està la mesa que reservé

Después de haberse sentado, y haber pedido una botella de tequila y algunos botanitos, Marta partiò otra vez a la carga con las preguntas a Lety.

Ma: ¡Ahora si manigüa, tienes que contarnos todo!

J: ¡Sì Lety! Y empieza contandonos porque te fuiste de Conceptos y porque Doña Marcia te tratò de esa manera

Lety se sentía incómoda pero no podía negarse esta vez. Sus amigas meritaban saber la verdad, aunque fuera solo una parte.

L: Està bien muchachas, le voy a contar. Hace unos meses, tuvimos problemas economicos en la empresa...

Lo: Después del video de Benny ¿verdad?

L: Si Lola, asì es. Después del fracaso del videoclip, la empresa no lograba encontrar trabajo y la situación se complicò aún más después de algunos negocios que no fueron como esperabamos. La situación era verdaderamente grave entonces Don Fernando tuvo que hacer algo para no perder la empresa

I: ¿Tan desesperada era la situación?

L: Si Irmita. El riesgo era que Conceptos fuera embargada por los bancos y eso quería decir el fracaso de la empresa

Las muchachas estaban espantadas

Ma: ¿Y que pasò?

L: Pasò que yo y Don Fernando tuvimos que hacer una cierta cosa para salvar Conceptos pero esa cosa no era esactamente lícita...

Las muchachas escuchaban con atención

L: Todo iba bien y Conceptos se estaba recuperando pero, durante la última junta del comité, Doña Marcia se enterò del fraude y decidiò enterar a la junta directiva...

Lo: ¿Fue por eso que te despidieron? ¿Porque se supo la verdad?

L: Bueno sì Lola pero igual yo me quería ir. Ya tenía lista mi carta de renuncia

I: ¿Pero porque mi niña?

L: Porque... Tuve algunos problemas personales y no quería seguir en Conceptos

S: ¿Nos ibas a dejar solas Lety?

L: Sara, te juro que no era nada en contra de ustedes es que, de verdad, mi vida en Conceptos se había convertido en un verdadero infierno...

PM: ¿Porque dices eso Lety?

L: Eso no puedo contarlo, lo siento.

Ma: Pero...

I: Muchachas, ¡No insisten!

PM: Està bien Lety, si no quieres contarlos, asì serà pero, por lo menos, ¡cuentanos donde estuviste todo este tiempo!

L: Trabajè junto a Doña Carolina Angeles en Acapulco

J: ¿En Acapulco? ¡Wow que sueño!

L: Sì... La ayudé con el concurso “Nuestra Belleza Latina” y allì estuve hasta el domingo

PM: ¡Pero cuenta amiga! ¿Como es Acapulco?

L: Es hermosa Paula Maria. El mar, el sol, la gente... ¡Todo parece magico allì!

El Cuartel suspirò encantado al unisono

Lety seguiò contando a sus amigas cual era su trabajo en la ciudad costera.


Mientras tanto, Fernando y Marcia habían llegado en el departamento de la productora ejecutiva. Después de haberla hecho acostar, Fernando le preguntò si se sentía mejor y si a caso quería un té.

M: Si mi amor gracias, estoy mejor.

F: Bueno, me alegro. ¿Quieres que te haga un tesito?

M: Sería maravilloso mi vida

F: Okey. Tu quedate allì tranquila que yo te lo preparo y te lo traigo

Fernando se quitò su saco y lo dejò en uno de los sillones en la recamara de Marcia y después se fue a la cocina.

Marcia no resistiò a la tentación y, como ya había hecho una vez, esculcò en los bolsillos del saco de su prometido. De repente algo llamò su atención. Se trataba de un sobre blanco que reportaba el apellido de Leticia. Marcia no resistiò a la curiosidad y abriò el sobre. Justo cuando estaba por sacar fuera la carta, Fernando se apersonò con el té. Marcia se espantò y ocultò la carta bajo del almohada.

F: Aquì està tu tesito mi amor. Espero que te guste

M: Gracias mi amor

Después de haberse tomado el té, Marcia se moría de la curiosidad de leer la carta pero no podía con Fernando en su casa entonces le dijo que se sentía mejor y que necesitaba estar sola.

F: ¿Estás segura Marcia? ¿No prefieres que me quede aquì contigo esta noche?

M: No mi amor, vete a tu casa. Además està Lalo y no es justo que dejes solo a tu huésped.

F: Pero yo quiero estar contigo. ¿Qué si te sientes mal otra vez?

M: Te prometo que no va a suceder mi amor. Vete tranquilo y mañana nos vemos en Conceptos

F: Pero...

M: Nada de pero Fernando; estoy bien. Y además necesito estar sola y descansar. Te prometo que, se me siento mal otra vez, te voy a marcar al celular

Fernando no quiso insistir entonces se despidiò de Marcia y se fue

Quedada sola, Marcia no supo resistir más y empezò a leer la carta de Fernando...

Querida Lety,
Sé que escribiendole esta carta, el riesgo es que usted la rompa en pedazos antes de leerla pero eso era el unico modo por hablar con usted, ya que se niega hablar conmigo de cara. Lo entiendo ¿sabe? Después de lo que se enterò, es un milagro si todavía me mira en los ojos....
Sé que lo que hice es horrible; no, que digo horrible... ¡espantoso! Jamás hubiera debido jugar con usted. Usted era leal conmigo... ¡Por Dios, me lo demostrò una y otra vez! Lo que me convenciò a actuar ese plan tan sucio y cruel, fue el carcoma de los celos y el miedo de perder mi empresa...

M: ¿Celos? ¿Que quiere decir eso?

En su coche, Fernando estaba dirigiendose a su casa cuando le vino a la mente lo que escuchò en Conceptos antes de irse:

S: “¡Es un antro que se llama “El Paraíso” y es un local muy chulo!”

F: El Paraíso...  

Fernando estaba muy tentado de ir por Lety...

F: ¿Qué tal si algún hombre se le acerca? ¡No va a estar nadie que la defenda! Sì porque ahora mi Lety està más... más... ¿bella? Y no que antes no lo fuera ¿eh? Siempre ha sido hermosa mi Lety, pero ahora se ve más. ¡Tengo que ir por ella!

De repente Fernando hizo marcia atrás y se dirigiò rumbo “El Paraíso”.


Mientras tanto Marcia seguía leyendo la carta...


Usted parecía siempre más fijada en Tomás entonces Omar me convenciò que yo debía impedir que él la enamoraba porque eso podía ser un peligro para nosotros.
Le juro que yo no quería actuar ese plan y hasta el último momento me negué pero un día llegò a Conceptos una rosa roja junta a una carta que había escribido Tomás Mora y los dos empezamos a preocuparnos. Si él era tan atrevido de mandarle una carta con semejante palabras de amor, entonces el riesgo que la enamoraba era alto. No podíamo permitir que usted perdiera la cabeza por ese tipo entonces... ¡dimos acto al dichoso plan! Lo que queríamos obtener, era que usted se enamorara de mi y que dejase de pensar a Tomás.
La misma noche en que llegò la carta de Tomás, la trajimos con nosotros en ese antro donde cantaba Ricardo Montaner ¿Sì se acuerda verdad? Allì fue donde nos besamos por primera vez...


M: ¿¡Qué!? ¿¡Fernando besò a Leticia!? No, ¡No puede ser!


Admito que había tomado demasiado... ¡Yo no quería besarla! En esa epoca, todavía no estaba enamorado de usted pero tenía que seguir a enamorarla aunque  los besos que le daba... bueno no eran besos de amor.


M: “No eran besos de amor”... ¡Entonces no era ella su amante!

Por un momento Marcia se había tranquilizado pero, siguiendo la lectura de la carta, deseó que nunca la hubiera encontrado


Todo cambiò la noche de su cumpleaños... ¡La noche en que hicimos el amor por primera vez! Al principio yo no quería pero no por lo que usted estaba pensando, si no porque pensaba que podía ser su primera experiencia... Yo no la amaba y me parecía injusto que usted perdiera su virginidad conmigo. Luego, usted me dijo que no tenía que preocuparme; que me entendía porque ningun hombre sueñaba acostarse con una fea como se sentía usted y no sé... no sé si fue por sus palabras pero hube un arranque y le hice el amor...
En ese momento, sentì como si no existiera nada más que usted y yo. Fue una cosa rara porque nunca me había pasado lo que me pasò con usted... ¡Usted se entregò con una ternura y con un amor infiniti! ¡Le juro que yo lo advirtì con cada fibra de mi cuerpo! Después de ese momento, usted acabò de ser solo mi asistente y se convirtiò en algo más... no sé, pero ya la veía con otros ojos.
Empezè a sentir algo por usted; ¡algo especial! Y tuve la confirma de eso, la noche en que volvimos a hacer el amor. Esa vez era distinto porque fui yo él que sentía ese deseo... Esa vez no se tratò de un arranque si no de un deseo que me nacía por dentro; ¡tenía ganas de hacer el amor con usted! De estar a contacto con su piel; de tenerla cerca... ¡No sé porque pero la deseaba! Esa noche fue magico, como usted dijo... La sentì más cerca, más... no sé ni como decirlo... ¿entregada? ¡Esa noche quería detener el tiempo! ¡Estaba con usted y me sentía amado como nunca en mi vida! Entre sus brazos, me sentía seguro, cuidado... ¡Sentì que me amaba y me dì cuenta que yo también la amaba!


M: ¡¡No!! ¡¡Por Dios no!! ¡Fernando no puede estar enamorado de Leticia! ¡Eso es imposible!

Marcia no lograba creer en lo que leìa. Terca como siempre, acabò de leer la carta hasta que las ultimás palabras de Fernando la mataron por completo


Espero que con lo que le escribì en esta carta, usted se convenza que mis sentimientos son verdaderos y que me dé la posibilidad de hablarle por aclarar los malos entendidos.
La amo
Fernando Mendiola 



Las lagrimás corrían por las mejillas de Marcia y ardían como fuego. Jamás ella podía imaginarse que la amante de Fernando, la mujer que se lo estaba quitando, fuese su asistente; la fea... Leticia Padilla Solís.


Sigue...


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