Capítulo
31
______________
¿Limón
o niño?
Lety
tragò saliva. Las dos mujeres todavía no se habían percatado que ella había
entrado en el baño. Cuando Alicia la vio, agarrò la prueba de embarazo y se
puso a gritar:
AF:
¡Positivo Marcia! ¡Positivo! ¡Estás embarazada!
Lety
se volteò y saliò del baño, corriendo en Presidencia. Cuando fue allì, se sentò
de golpe en el sillón y se echò a llorar
T:
¿¡Que te pasa Lety!? ¿Porque llores asì?
L:
Tomás...
Lety
no lograba ni hablar a causa de los sollozos.
Tomás
la abrazò y tratò de tranquilizarla
En
tanto, en el baño, Marcia quitò la prueba de embarazo de las manos de Alicia y
la mirò
M:
¡Pero Alicia! ¡Aquì solo hay una barrita rosa y eso quiere decir que no estoy
embarazada!
AF:
A ver, dejame ver las instrucciones... Dos barritas rosas, quieren decir que estás
embarazada; dos barritas azul que no. Pero aquì no dice nada sobre una sola
barrita rosa...
M:
¿Y ahora que hago?
AF:
Bueno, yo diría que tienes que hacerte una otra prueba de embarazo
M:
Sì, creo que es lo mejor
AF:
Esperemos que esta vez sea más clara...
M:
Ojalà... ¿Pero porque te pusiste a gritar que era positiva?
AF:
Porque había entrado la garnacha y quería darle una lección
Marcia
chocò el cinco con su amiga. Las dos mujeres hacían juego en la lucha contra
Lety
M:
¿Te encargas tu de conseguirla?
AF:
¡Claro Marcia! Tu no te preocupes de nada. Ahorita mismo voy en la farmacia y
compro otra prueba de una marca distinta y esta noche la vamos a hacer
M:
¿Vamos?
AF:
¡Claro! ¿Acaso pretendes hacertela sin mi?
M:
Bueno yo...
AF:
¡Perfecto! Entonces, luego que terminemos de trabajar, voy contigo a tu casa y
allì vamos a saber la verdad
Marcia
no tuvo alegatos para parar el entusiasmo de Alicia y finalmente pensò que no
era tan mala idea ser acompañada por su mejor amiga en ese momento tan
importante.
En
tanto, en Presidencia...
T:
¿Que fue lo que pasò?
L:
¡Soy una tonta Tomás! Parece que nunca aprendo de mis errores...
T:
No Lety, no digas asì... Cuentame lo que te hizo poner de esa manera
Lety
no sabía que hacer... Tomás sabía de su historia con Don Fernando pero no sabía
nada de los últimos acontecimientos...
L:
Nada Tomás. Tonterías...
T:
¡Lety! Te conozco desde que eramos chiquitos y sabes muy bien que a mi no me puedes mentir. ¡Confía en mi! ¡Desahogate!
Lety,
entonces, decidiò contar a Tomás lo que pasò en Acapulco y lo que vio en el baño.
Fernando,
mientras tanto, estaba en la oficina de Omar platicando con él
O:
A ver Fernandito querido... ¿Como te sientes ahora que tu gargolita regresò en
Conceptos?
F:
¡Omar! ¡Ya me cansé de decirte que no llames asì a Lety!
O:
¡Ay que pesado eres! Està bien; voy a tratar de no llamar a tu gargolita
“gargolita”
Fernando
se puso una mano sobre la frente y negò con la cabeza como de costumbre
F:
Me siento... te diría aliviado
O:
¿Aliviado por la empresa?
F:
No Omar; aliviado porque, el solo echo que Lety esté aquì hace que esté lejana
del maldito güero infeliz
O:
Claro... ¡Se me olvidaban tus celos!
F:
Sì tengo celos ¿Y qué? Cuando se ama a alguien es normal estar celosos
Omar
hizo una mueca
O:
Bueno ¿Y ahora que piensas hacer? ¿Regresar con ella?
F:
Eso me encantaría pero... Ay es muy difícil ¿sabes?
O:
¿Por culpa del güero?
F:
No sé... A pesar del güero, hay otros problemas. Marcia quiere casarse conmigo
y ya fijò la otra fecha por Noviembre y Lety... Bueno ¡Lety es muy rara! ¡Un día
dice que quiere hablar conmigo y me sonríe y el otro se porta muy fríamente y
se aleja cada vez que me acerco! No sé que pensar...
O:
¿Y porque no hablas con ella?
F:
¿Ahorita?
O:
No, pasado mañana. ¡Porsupuesto que ahorita! Antes lo haces, mejor serà
F:
Està bien; voy a hablar con ella. Además era ella que me dijo que quería hablar
conmigo ayer... ¡Voy por ella!
O:
¡Suerte matador!
En
tanto, en Presidencia, Lety había terminado de contar a Tomás lo que pasò con
Fernando en Acapulco, y finalmente le contò lo que la hizo llorar.
T:
¿Entonces Doña Marcia està embarazada de Mandiola?
L:
¡Mendiola Tomás! Y asì parece...
T:
¡Te lo dije Lety que ese tipo es un desgraciado! ¡Y encima te pide que regreses
con él! Es verdaderamente un sinvergüenza...
L:
Es por eso que tiene que casarse con ella; por lo del embarazo. Don Fernando no
la ama y eso es muy claro...
Tomás
tragò saliva. Ahora que lo pensaba, él todavía no le había contado lo que vio
en el aeropuerto y quizás había llegado la hora
T:
Lety, tengo que contarte algo sobre Mendiola...
L:
¿Sobre Don Fernando? ¿De que se trata?
T:
Mira yo...
En
ese momento el celular de Leticia sonò
L:
Permiteme Tomás... ¿Bueno?
Fernando
había llegado delante la purta de Presidencia pero, antes de golpear, sintiò el
celular de Lety sonar y se quedò escuchando detrás de la puerta
A:
¡Hola hermoso rayo de sol!
L:
¡Hola Aldo! ¿Como estás?
F:
¡Grrr el maldito güero sigue importunandola!
A:
Bien, gracias Leticia, ¿Y tu?
L:
Más o menos...
A:
No me gusta para nada como se oye tu voz...
L:
¿Hay algún fastidio en mi telefono?
A:
Leticia... Sabes perfectamente a lo que me refiero. ¿Tuviste problemas con la
gente de Conceptos?
L:
No Aldo, al contrario... ¡Me hicieron Presidenta de Conceptos!
A:
¿Presidenta? ¿Pero como es eso?
L:
En realidad es una larga historia y ahora estoy justamente en Conceptos
trabajando. Si quieres te hablo después y platicamos
Fernando
cotorreaba Lety: “Si quieres te hablo después” ¡Claro! ¡Asì se quedan toda la
noche en el telefono los dos tortolos!
A:
¿Y porque no me lo platique de cara a cara?
L:
¿Y como voy a hacer si tu estás en Acapulco?
Tomás
vio che Lety sonreía mientras hablaba en el celular
A:
Bueno pero no por mucho. El jueves voy a estar en México por algunos asuntos y
si quieres podríamos vernos
L:
¿De verdad?
A:
Sì claro. ¿Te parece demasiado pronto?
L:
¡Claro que no! ¡Me encanta eso! ¿Sabes que ya me haces faltas?
Fernando
no pudo más y se alejò momentáneamente de la puerta.
Aldo
sonriò
A:
Eso me halaga mucho
L:
Ji ji ji entonces nos vemos el jueves ¿Te dejo la dirección de Conceptos?
A:
No hace falta. Estoy seguro que voy a encontrarla
L:
Està bien. Hasta el jueves entonces. ¡Besitos!
Cuando
Lety colgò, Tomás empezò a cotorrearla
T:
“Besitos” jajaja ¿Con quién hablabas?
L:
¡Ay Tomás como eres bobo! Estaba hablando con Aldo
T:
¿Y quién es Aldo?
L:
Es un hombre que conocì en Acapulco. Me dijo que el jueves viene para acà en México...
T:
Uy... Tienes que hacermelo conocer entonces
L:
Claro. ¡Estoy segura que te va a encantar!
T:
¿Y esos besitos que le mandabas? ¿No serà que hay algo entre ustedes que no me
contaste?
L:
¡Ay claro que no Tomás! Aldo y yo solo somos amigos aunque...
T:
¿?
L:
Bueno, él me dijo que està enamorado de mi...
Tomás
quedò boquiabierta. Lety solo le había dicho que conoció un hombre de nombre
Aldo en Acapulco pero no alegò nada más.
L:
¡Ay no hagas esa cara! Sé perfectamente bien que es imposible que alguien se
enamore de mi pero...
Tomás
la parò
T:
¡’Perete Lety! Es justamente de eso que tengo que hablarte. Mira, el día en que partiste por Acapulco, yo estaba en el aeropuerto entonces vì a D...
Justo
en ese momento, alguien abriò la puerta sin golpear. Se trataba obviamente de
Fernando que quería hablar con Lety. Cuando Lety lo vio, tragò saliva y tratò
de hacerce fuerza
L:
Don Fernando, ¿Acaso se le olvida que esta ya no es su oficina? Tiene que tocar la puerta antes de pasar, si es tan amable...
F:
Perdón Licenciada, es que tenía que hablar con Usted
L:
Lo siento pero estoy ocupada ahora.
F:
Es una cosa importante...
T:
Lety, si quieres te dejo con él asì hablan
L:
No Tomás. Don Fernando y yo podemos hablar después.
Fernando
se quedò helado
L:
Lo siento Don Fernando pero tiene que esperar otro momento porque ahorita estoy
muy ocupada con Tomás
Fernando
hirvía de los celos; no solo acababa de escuchar una llamada muy rara entre
ella y el güero infeliz, ¡si no que ahora Lety prefería estar con Tomás en vez
que hablar con él! Vista la actitud de Leticia, Fernando no pudo hacer otra cosa
que retirarse.
Mientras
tanto, Eduardo estaba platicando con las muchachas del Cuartel
S:
¡Que gusto volver a verte Eduardo!
Ma:
Si manito, ¡Nos hacías tanta falta!
E:
Ustedes también me hacían falta
PM:
¿Y cuanto te vas a quedar aquì en México?
E:
Todavía no sé... Tengo que areglar algunos asuntos antes de regresar en
Guatemala
J:
¡Eso quiere decir que tenemos tiempo para almorzar juntos! ¿Que te parece?
E:
La idea me encanta muchisimo
Todas
las muchachas fueron felices por la noticia hasta que llegò Fernando a interrumpir
la alegría
F:
Sepan perdonarme muchachas pero tengo que hablar de una cosa muy urgente con
Eduardo
Eduardo
se percatò de inmediato de la cara que tenía Fernando y entendiò que su amigo
necesitaba de ayuda.
E:
¿Que pasò Fernando?
F:
Algo horrible hermano... Necesito hablar contigo pero no aquì en Conceptos.
¿Que te parece si nos vamos a almorzar en algún lugar?
E:
Es que ya le dije a las muchachas del Cuartel que iba yo a almorzar con
ellas...
Fernando
se entristeciò aún más.
F:
Entiendo... Buenos, platicaremos después entonces. Provecho
Lalo
lo mirò y entendiò que lo que tenía Fernando era muy serio. Con el corazón en
la mano, pidiò perdón a las muchachas, prometiendole que iría a almorzar con
ellas otro día, y se fue con Fernando.
En
presidencia, Tomás reprochò Lety por su actitud
T:
¡Lety! Ya sé que Mandiola no es Santo de tu devoción ¡pero no me pareciò nada
correcto como te portaste con él!
L:
Lo sé Tomás es que estaba muy enojada
T:
¿Pero el pobre que culpa tiene si Doña Marcia se embarazò justo ahorita?
Lety
se extrañò por el repentino cambio de actitud de su amigo
L:
¿Y desde cuando eres el abogado defensor de Don Fernando?
T:
Tu me contaste que él te dijo que està enamorado de ti y pues... ¡Yo le creo!
L:
¿¡Qué!? Si yo que estuve con él no le creo ni el saludo, ¿Porque tu sì le
crees?
T:
¡Porque lo vì!
L:
No entiendo... ¿A quién viste?
T:
Mira Lety, el día que partiste por Acapulco, Mendiola se apersonò en el aeropuerto
Lety
quedò boquiabierta
L:
Do.. Do... ¿Don Fernando estuvo en el aeropuerto cuando yo me fui?
T:
Sì Lety y eso no es todo...
Lety
tragò saliva y empezò a temblar por los nervios
L:
¿Qué más?
T:
El pobre te buscò por todo el aeropuerto y cuando se diò cuenta que tu avión ya
había despegado, se parò en el cientro de la sala de esperas y se puso a gritar
tu nombre
Lety
quedò totalmente apabullada. No se imaginaba ni lejanamente que Fernando fuese
capaz de algo asì...
T:
¿Ahora le crees Lety?
L:
No sé Tomás; ¡Estoy muy confundida! Creeme que mi corazón me grita que es verdad
que él me ama pero mi cerebro no logra entender como puede un hombre decir que
me ama y después engravidar a otra mujer
T:
Bueno, igual tendrías que averiguar dos cosas...
L:
¿Y cuales son?
T:
En primer lugar, tienes que averiguar si es verdad que Doña Marcia està
embarazada...
L:
Eso ya lo confirmé. Te dije que vì a ella y Alicia en el baño con una prueba de
embarazo en la mano y tu amada Lichita se puso a gritar que era positiva
T:
Ahw Alicia...
L:
¡Tomás! ¡Concentrate en mi por ahora!
T:
¡Perdón Lety pero sabes cuanto amo a esa mujer!
Lety
solo hizo una mueca
T:
¿Decíamos? Ah sì, la prueba. ¿Acaso no sabes que no siempre esas pruebas son
acertadas? ¿Qué tal si la prueba se equivoca?
L:
Sería difícil pero podría ser una opción... ¿Y la segunda cosa que tengo que
averiguar cual es?
T:
El tiempo. Si es verdad que Marcia està embarazada, ¿De cuantos meses crees que
podría ser?
L:
Eso no lo había calculado... Bueno, no puede ser de más de tres meses diría
porque ni la barriga se vé... Tres meses atrás yo ya me había enterado del engaño
de Don Fernando y entre nosotros ya no pasaba nada. Bueno, no en esos términos
al menos. Podría ser que él se cansò de no hacer nada conmigo y se fue en los
brazos de Marcia en esa epoca...
T:
Podría ser...
L:
¡En cada caso Don Fernando sigue siendo un desgraciado!
T:
¿Porque se acostò con ella?
L:
No Tomás, ¡Porque no me dijo nada del embarazo de Marcia! Es más... La mañana
siguente a cuando él vino por mi en Acapulco, me dijo que quería estar solo conmigo
y con nadie más.
T:
Eso si es raro... Si él hubiese sabido que su prometida estaba embarazada, ¿No
crees que ni siquiera habría ido por ti?
L:
Bueno...
T:
Piensalo Lety. Cuando un hombre sabes que va a convertirse en papà, por
descarado que pueda ser, no hace planes con otras mujeres porque se supone que
tenga que responsabilizarse con la llegada de su hijo
L:
Eso es verdad...
Tomás
se puso pensativo; había algo que todavía no le cuabraba...
L:
¿En que estás pensando Tomás?
T:
Pensaba a cual podría ser el motivo por lo que Mendiola no te dijo nada...
L:
A ver, sentimos...
T:
Bueno, lo único que me vino a la mente es que Mendiola se sintiò destrozado por
lo que le dijiste en Acapulco entonces quizo “vengarse” acostandose con Marcia cuando
regresò en México. Eso explicaría el por qué Marcia se hizo la prueba de
embarazo solo ahorita...
L:
Pensandolo bien podría ser... En efecto, si ella estubiera embarazada desde hace
tres meses, de seguro se hubiera echo esa dichosa prueba antes...
T:
También hay otra opción...
L:
¿?
T:
Marcia se enterò que tu eres la amante de Don Fernando y quiere vengarse
fingiendo un embarazo
L:
Ay no Tomás ¿Como crees? Si ella supiese lo que pasò entre nosotros, Don
Fernando no estaría vivo y yo meno. ¡Claro que no sabe nada! Y la otra opción
tampoco funciona porque Don Fernando ya había fijado la fecha de boda antes de
venir por mi en Acapulco.
T:
Entonces tienes que hablar con él para aclarar la situación, Lety.
L:
¿Y para qué? En todo caso él tiene que quedarse con ella y con su hijo. Lo
nuestro terminò para siempre; no sirve de nada seguir torturarnos. Don Fernando
tiene que hacerse su vida y yo la mia
T:
¿Y en tu nueva vida està contemplado el tal Aldo?
L:
No sé... Quizás...
Tomás
sonriò
T:
Bueno Lety, toda esa platica me hizo venir hambre. ¿Vamos a almorzar juntos?
L:
Sì, claro.
Lety
y Tomás se fueron hacia el elevador donde ya estaban parados Eduardo y Fernando
esperando que llegara.
Fernando
mirò Lety con una mirada verdaderamente penetrante y ella no supo sostenerla.
Eduardo se percatò y se limitò a sonreír. Cuando el elevador bajò en la planta
baja, cada quién se fue por su dirección.
Lety
y Tomás se fueron en un restaurante no tan lejos de Conceptos mientras Fernando
y Lalo se fuernon a otro restaurante lejano del trafico de la ciudad y por eso más
tranquilo.
Después
de haber ordenado, Fernando y Eduardo se pusieron a platicar
E:
A ver Fernando, ¿Qué pasò que te dejò
tan mal?
F:
Pasò que Lety me deja cada vez más apabullado...
E:
¿Porque?
F:
¡Porque una vez me parece como si quisiera acercarse a mi y otra me deja de
hielo tratandome con la más cruel frialdad!
E:
¿Te refieres a lo que pasò esta mañana?
F:
No solo a eso. Hace un rato fui a su oficina para hablarle y ella me mandò a
volar
E:
¿En esos términos?
F:
Bueno, no exactamente pero era eso el sentido. Yo quería hablar de lo nuestro y
ella me dijo que no tenía tiempo. ¡Lástima que era una excusa!
E:
¿Es por eso que estás asì?
F:
¡Sì hermano! ¡Esa mujer me està enloqueciendo! Ya no sé ni como portarme si
ella cambia de actitud de la mañana a la noche
E:
En efecto es raro un cambio tan abrupto... ¿Estás seguro que no le hiciste
nada?
F:
¡Claro que no le hice nada! Lo único que hice fue agradecerle por haberme
permitido seguir trabajando en la empresa
E:
¿Quieres que le hable yo?
F:
No Lalo ¿Para qué? No serviría de nada y además no quiero portavoces. Soy yo
que tengo que hablar con ella; claro, ¡Siempre y cuando la señorita tenga
tiempo!
E:
Hay algo más ¿verdad?
F:
¿Porque lo dices?
E:
Porque me pareces demasiado nervioso...
F:
Bueno sì, hay algo más. Cuando fui por ella, oí su celular sonar entonces me
quedé detrás de la puerta de su oficina ¡y la oí hablar con el cretino ese!
E:
¿El güero de Acapulco?
F:
Sì...
E:
¿Y que decía?
F:
Que le hacía falta, ¡Eso decía!
Fernando
acompañó sus palabras con muecas que hicieron reír a Eduardo
F:
¡No hay nada de reír Lalo!
E:
Perdón Fer es que es demasiado chistosa tu cara cuando te pones celoso je je je
F:
Sì, ríete nomás y yo aquì sufriendo por su frialdad... ¡Solo me falta que lo
meta aquì en la empresa y estoy completito!
E:
¡Tampoco exageres tanto! ¿Acaso él se ocupa de lo mismo que tú?
F:
¿Pues yo que voy a saber?
E:
Entonces deja de decir tonterías ¿no? Él està en Acapulco; en cambio Lety està
aquì contigo...
F:
¿Y qué si él la alcanza aquì? Si de verdad son novios, no creo que él se quede
allì tan tranquilito por mucho tiempo...
E:
¡Ya Fer! ¡Para con tus elucubraciones! Él por ahora no està aquì y eso quiere
decir que tú tienes el camino libre con Lety
Fernando
estaba verdaderamente boquiabierta. Nunca se hubiera esperado una reacción asì
por parte de su amigo
F:
Y... ¿Porque me dices eso?
E:
Porque ahora que vì a Lety, es claro como el sol que ella todavía te ama
F:
Entonces ¿Porque se porta asì?
E:
¿Quizás porque te vio junto a Marcia?
F:
¡Claro!
Fernando
se entusiasmò por haber resuelto el rompecabeza pero el entusiasmo le durò
poco, después que se puso a pensarlo mejor
F:
...Pero eso no viene al caso; fue ella que me dijo que estaba comprometida con
otro entoces yo estoy en pleno derecho de estar con quién se me pegan las ganas
E:
Ay ay ay Fernandito... Esos caprichitos de niños no portan a nada bueno...
F:
¿Y que es lo que tengo que hacer, según tú? No, ni me digas... Dejar a Marcia
¿verdad?
E:
Ya te dije que no sirve de nada que estés con ella si no la amas...
F:
Y yo te dije que no puedo hacerle esto a Marcia. ¡Ella se moriría con eso y yo
no puedo darle semejante dolor! Si estuviese seguro que Lety me ama y que
quiere regresar conmigo, otro gallo cantaría...
Eduardo
entendiò que los dos, Lety y Fer, necesitaban de una ayuda para desbloquear la situación
entonces decidiò hablar con Lety en la noche para conocer su versión de la
historia
Mientras
tanto, Lety y Tomás estaban almorzando
T:
A ver, cuentame... ¿Quién es ese amigo de Acapulco?
L:
Es un hombre que conocì cuando trabajé con Doña Carolina
T:
¿Y como es eso que se enamorò de ti?
L:
¡Pues yo que voy a saber! Lo único que te puedo decir es que, desde que nos
conocimos, siempre se ha portado muy lindo conmigo. Piensa que me ha hecho
visitar los lugares más hermosos de Acapulco y hasta me hizo conocer su “hijo”
T:
¡¿Tiene hijos?!
L:
¡Ay no Tomás! Su hijo es su restaurante
T:
¡Bueno explicate mejor entonces! ¿Y es muy grande su restaurante?
L:
Por ahora es muy incompleto diría...
T:
No entiendo...
L:
Es que él empezò con el proyecto de su restaurante desde hace dos años pero luego le pasò algo horrible y dejò todo
T:
¿Que fue lo que le pasò?
L:
Su mujer muriò en un accidente y además estaba con el mejor amigo de Aldo
T:
¿O sea que eran amantes?
L:
Asì parece...
T:
¡Que bruto! Ahora entiendo porque echò a perder su restaurante...
L:
Sì, aunque dice que, desde que me conocì, volviò a encontrar el brío de un tiempo y ahora quiere seguir con el proyecto de su restaurante
T:
¡Que bueno! Al parecer fuiste una especie de angel para él
L:
Tampoco exageres tanto Tomás... Fui una buena amiga como él lo fue para mi
T:
Lety, digame la verdad; ¿Pasò algo entre ustedes?
L:
Bueno...
T:
¡Ay te caché!
L:
¡Ay ya Tomás! Solo nos besamos... dos veces.
T:
¿Dos veces? ¡Vaya! Y si dices que es solo un amigo, ¿Porque lo besaste? ¡Y
encima dos veces!
L:
Ante todo fue él que besò a mi y segundo, aunque el dice que me ama, yo no
puedo corresponderlo, aunque querría, ¡Porque todavía amo a Don Fernando!
T:
Que lástima... Por como hablas de él, ¡parecería el hombre perfecto!
L:
¡Ya ya Tomás basta! ¡Mira la hora que es! Apurate porque tenemos que regresar a
la empresa que ya se hizo tarde
T:
¡Como usted ordena jefa!
El
resto de la jornada prosiguiò bastante tranquilo. Lety pasò toda la tarde a
preparar los documentos para la cita con el juez fijada por la mañana siguiente
y lo mismo hizo Fernando. Cuando faltaban quince para las ocho, Fernando decidò
ir por Marcia para ver como se sentía y para invitarla a cenar en un
restaurante. Al fin y al cabo ella era su “novia oficial”.
F:
¡Hola mi amor! ¿Como estás?
M:
Bien, gracias Fernando
F:
¿Tienes algo que hacer en la noche?
M:
¿Por?
F:
Bueno porque yo ya terminé mis asuntos por hoy y quería saber si te gustaría
venir a cenar conmigo en un restaurante
La
oferta era muy tentadora pero Marcia tenía que hacerce la segunda prueba de
embarazo y eso era más urgente que su necesidad de estar con él en la noche
M:
Lo siento Fernando pero tengo un compromiso con Alicia y no puedo cancelarlo
F:
Està bien mi amor, no te preocupes. Nos vemos mañana en Conceptos entonces.
M:
¿No vas a pasar por mi en mi casa mañana?
F:
No puedo Marcia. Mañana tenemos la cita con el juez. ¿Sì te acuerdas?
Marcia
hubo un escalofrío
M:
Claro... Hasta mañana entonces.
Fernando
le dio un ligero picoreto y se fue. Antes de bajarse en la planta baja, buscò a
Eduardo, que estaba platicando con Paula Maria, y le pidiò si se iba con él
E:
Lo siento hermano pero esta noche tengo otro compromiso
F:
¡Que bruto! Parece que hoy todos tengan planes mejor que estar conmigo... Bueno, nos vemos después en la casa entonces. ¡Diviertete!
E:
¡Gracias Fer!
Cuando
Fernando bajò en el estacionamento, Alicia avisò su amiga que el camino estaba
libre y juntas se fueron de la empresa rumbo el departamento de Marcia. El plan
era hacer la segunda prueba de embarazo que Alicia se había encargado de
comprar en la tarde.
Mientras
tanto, Eduardo se despidiò de Paula Maria y se fue donde Lety para pedirle si
estaba lista.
E:
Toc toc... ¿Se puede?
L:
¡Claro que sì Eduardo! ¡Pasa!
E:
¿Estás listas o tienes que retocar tu maquillaje?
L:
Ji ji ji ¡Claro que no! Solo dame el tiempo de meterme mi abrigo y nos vamos
Eduardo
sonriò. A pesar del cambio de imagen, Lety mantenía su espiritu alegro y
genuino.
En
tanto, en el departamento de Marcia, las dos amigas estaban en el baño.
AF:
Mira Marcia, esto es otro tipo de prueba de embarazo que va a resultar más
simple.
M:
¿Y como funciona?
AF:
Lo que tienes que hacer es lo mismo que hiciste por la otra prueba pero aquì dice
que estás embarazada solo si aparece la cara del niño. En cambio, si aparece el
limón, quiere decir que no estás embarazada.
M:
¿Un limón? ¿Pero que clase de prueba de embarazo es esta?
AF:
¡Ay Marcia! ¡Esta es la prueba de embarazo más acertada del mercado! ¿Acaso no
haz visto la publicidad en la tele?
M:
Alicia, ¿Acaso te parece que yo tengo tiempo de ver la tele?
AF:
Bueno, como sea... La misma farmaceuta me dijo que esta es la más acertada
entonces haztela y veremos.
M:
Està bien...
Marcia
repitiò por segunda vez en la jornada la prueba de embarazo. Pasados diez
minutos, la productora ejecutiva tenía barrita en sus manos
M:
Ay Alicia... ¡No tengo valor de ver!
AF:
¿Quieres que lo haga yo?
M:
Sì, por favor
Alicia
mirò la barrita sin decir nada
M:
¿Que pasò?
AF:
Mira con tus proprios ojos...
Cuando
Marcia mirò la barrita, se echò a llorar...
Sigue...