jueves, 20 de noviembre de 2014

Capítulo 40

Capítulo 40
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Una noche azarosa

Lety llegó a primer piso y vio que la puerta de la recámara de Fernando estaba algo entornada. Sin hacer demasiado ruido, se acercó y miro hacia adentro, percatandose de la presencia de una mujer de pie, cerca de la cama. A Lety no le sirvió pensarlo dos veces: esa mujer era Marcia Villaroel, su novia. Cabizbaja, Lety regresó en el pasillo; se apoyó contra la pared y resbaló su espalda por la misma, dejandose caer en el piso con las lágrimas que caían de sus ojos. En ese momento la alcanzó Eduardo que la ayudó a levantarse y la arrastró hacia la recámara de huéspedes donde él dormia, cerrando la puerta. Lety se sentó en la cama de Eduardo y siguió llorando con la cabeza en las manos.

L: ¡Soy una tonta! ¡Lo sabía que no debía venir aquí! ¿Con que derecho vine en su casa?

A Eduardo le partía el alma al verla así

E: ¡Lety, calmate por favor! ¡No pasó nada!

L: Claro... ¡No paso nada solo porque Doña Marcia no me vio! ¡Imaginate el escándalo si me hubiera encontrado en la recámara de su novio y a esta hora de la noche! Jamás hubiera debido venir aquí...

E: No Lety, no digas eso. Estoy seguro que a Fernando le va a encantar saber que estás aquí

L: No mientas Lalo; no es necesario... ¿Ahora como le hago para irme sin que ella me vea?

E: Yo creo que deberías esperar a que ella se vaya...

Lety desorbitó los ojos

L: ¿Y si se queda toda la noche con él?

E: Eso no va a pasar

L: ¿Y cómo puedes estar tan seguro?

E: Porque la ví. Marcia está aterrorizada de hablar con Fernando por la cuestión del embarazo y eso me hace dudar aún más que ella sea verdaderamente embarazada. Ella está en su recámara solo porque Fernando está durmiendo. De lo contrario, ¡creeme que ni siquiera hubiera puso un pie allí!

L: ¿Tu crees?

E: Sí Lety, estoy seguro que es así. Ella vino porque dijo que la mujer del doctor de Fernando, que es muy amiga de ella, le dijo que su marido había venido a visitar a Fernando porque no se sentía bien, y se preocupó.

L: Entiendo... Después de todo, ella es su novia. Es normal que se preocupe para él...

E: Esperame aquí tantito...

L: ¿Adonde vas?

E: Voy a ver cual es la intención de Marcia y regreso

Lety tragó saliva

Eduardo se dirigió hacia la recámara de Fernando pero, antes de entrar, se quedó viendo el actitud de Marcia. Ella estaba de pié, inclinada hacia Fernando, acariciandole la mejilla.

M: Ay mi amor, no sabes como me duele verte así...

En ese momento Fernando, que todavía estaba bajo el efecto del antibiótico, puso su mano sobre la de Marcia y pronunció tres palabras que para Marcia fueron fatales:

F: Lety... mi amor...

A Marcia le subiron todos los colores en la cara por el coraje

M: ¿¡Lety!? ¡Maldita seas Leticia! ¿Como pudo Fernando enamorarse te ti? ¿¡Como!?

Eduardo quedó boquiabierta. ¡Marcia sabía que Fernando amaba a Lety! Tratando de lucir lo más natural posible, Lalo entró en la recámara

E: ¿Como sigue?

Marcia trató de tranquilizarse. No quería que Eduardo se diera cuenta que estaba alterada.

M: Bueno no sé... Desde que estoy aquí sigue durmiendo. Quizás sería mejor que yo pase la noche con él

E: No Marcia, no creo que sea buena idea...

M ¿Por qué?

E: Porque el medico me dijo que Fernando está muy estresado y que necesita descansar y, por como la veo, una de las causas de su estrés, eres tu así que mejor regresa a tu casa.

Marcia se enfureció

M: ¿¡Como que soy yo la causa de su estrés!?

E: ¡Niega que es así! ¡En Conceptos no se hace que hablar de tu dizque embarazo pero tu sigues negandote de hablar con Fer y eso lo está volviendo loco!

Marcia entristeció y bajó la mirada. Eduardo tenía razón. Ella todavía no había tenido el valor de hablar con él.

M: Tienes razón... Mejor regreso a mi casa. Cualquier problema avisame por favor

E: ...como quieres.

Marcia bajó en la planta baja y cabizbaja se fue.

Eduardo regresó en su recámara y avisó Lety que Marcia se había marchado.

E: Ahora puedes ir a verlo si quieres

L: Mejor no Eduardo. Estoy segura que tu puedes cuidarlo perfectamente. Y por lo de mañana, dile que no se preocupe. Voy a posponer la cita con los de Krauss por cuando él se sienta mejor.

Lety salió de la recámara de Lalo y se acercó a las escaleras. Cuando estaba por bajar el primer escalón, Lalo la detuvo por una muñeca.

E: ¡Él te necesita Lety!

L: ¡Ay por favor Lalo! ¡Eso no es cierto!

E: ¡Creeme que es así Lety! Solo te pido de ir a verlo un momento y después te prometo que yo mismo te voy a acompañar a tu casa

Lety suspiró hondo. En el fondo, ella había ido hacia su casa solo para verlo...

L: Está bien. Voy a ver como está y después me voy.
Lalo sonrió

E: Bueno, yo voy a descansar un momento en mi recámara. Cuando quieres irte, aviseme y yo te acompaño

L: Está bien; gracias Lalo.

Cuando Eduardo cerró la puerta de su recámara, Lety entró en la de Fernando, acercandose a la cama.

Contrariamente a Marcia, Lety se sentó cerca de él. ¡Fernando se veía tan fragil! Era claro que no se sentía bien... Lety le acarició la mejilla y se percató que Fernando estaba muy caliente así que le dio un beso en la frente para tratar de averiguar cuanto alta podría ser la fiebre. Cuando se dio cuenta que Fernando hervía, se quitó el abrigo, dejandolo en el sillón rojo, y descendió corriendo en la cocina para buscar un pañuelo y agua fría. Cuando encontró lo que buscaba, volvió en la recámara y le puso el pañuelo mojado en la frente.

Fernando estaba muy mal. La fiebre no quería bajar, a pesar de los antibióticos, y el pobre estaba delirando.

F: ¡No! ¡No te acerques a ella! ¡No la toques! ¡No!

Lety se sentía morir; nunca había visto Fernando estar tan mal...

L: Ay Don Fernando... ¿Que puedo hacer por él?

La pobre Lety no sabía que hacer para ayudarlo y lo único que se le ocurrió, fue sentarse cerca de él y tomarle la mano, tratando de tranquilizarlo.

L: Don Fernando...

En ese momento Fernando estrechó la mano de Lety, como si se hubiera percatado de su presencia, y se calmó. Lety suspiró aliviada hasta que Fernando volvió a hablar

F: Lety, mi Lety... ¡Mi amor no me dejes!

Lety quedó boquiabierta. ¡Lalo tenía razón! Fernando la necesitaba y ella no podía dejarlo solos en ese momento

L: ¡Don Fernando no se preocupe! ¡Yo estoy aquí con usted! ¡No lo voy a dejar!

Entre sí, Lety se puso a pensar: ¿Como le hago ahorita? No puedo dejarlo solos... Solo espero que mis papás no se den cuenta que salí...


Mientras tanto, Eduardo estaba al telefono con Carolina

E: ...!Sí! Y ni te imagines quién está cuidandolo...

C: No me digas que... ¡Ay no, no puede ser! ¿Lety está allí?

E: Así es Caro

C: ¡Híjole no lo puedo creer! ¿Lety, en casa de Fernando y a esta hora?

E: Uy sí y yo creo que se va a quedar toda la noche con él je je je

C: Uy uy uy... Me imagino la felicidad de Fernando, bueno cuando se recupera un poco, claro. ¡Eso confirma aún más cuánto ella lo ama!

E: Sí... No sabes, ¡se puso como fiera cuando supe que Fer no se sentía bien y corrió de inmediato en su recámara! Suerte que yo logré alcanzarla o, de lo contrario, hubiera pasado un verdadero vendaval

C: ¿Que quieres decir con eso?

E: ¡Que casi la cacha Marcia!

C: ¿¡Qué!? ¿Y que hacía Marcia en casa de Fernando?

E: Es que la esposa del doctor de Fernando, que es muy amiga de ella, la avisó que Fer no se sentía bien y ella corrió de inmediato para acá

C: Entiendo... ¿Y como lograste que ella y Marcia no se econtraran?

E: La hice esconder mi recámara hasta que Marcia se fue

C: ¡Que bueno que se fue! Imaginate si se hubiera puesto terca de pasar la noche con él...

E: Es que lo intentó pero no hubo caso...

C: ¿¡La corriste de la casa de Fernando!?

E: ¡Ay no! ¿Como crees? Simplemente le dije que su dizque embarazo era la causa del estrés de Fernando

C: ¿Y ella como reaccionó?

E: Bajó la mirada y se fue con la cola entre las patas. Obviamente no estaba dispuesta a discutir eso conmigo. Y a propósito de eso... Alicia hoy le dijo a las muchachas del Cuartel que Marcia está embarazada dizque de cuatro meses

C: Así que es cierto...

E: No sé, pero hay algo que todavía no me convence...

C: ¿Como qué?

E: Hoy ví a Marcia sin abrigo; llevaba una camisa muy apretada y ¡te puedo jurar que no tenía ni un hilo de barriga! Si de verdad estuviera de cuatro meses, a este punto la barriga debería empezar a verse ¿No crees?

C: En efecto...

E: Así que llegé a una conclusión... Marcia está mintiendo con lo del embarazo porque sabe que Fernando ama a Lety

Carolina desorbitó los ojos

C: ¿¡Qué!? ¿Como es que sabe de ellos?

E: No sé como se enteró, pero resulta que mientras Marcia estaba con Fer en su recámara, él nombró el nombre de Lety y le dijo “mi amor” y te aseguro que Marcia no se sorprendió ni tantito. Bueno, sí le subieron los colores en la cara, pero actuó como si ya lo supiera

C: ¡Claro! ¡Está mintiendo porque tiene miedo que Fernando la deje por Lety! Marcia sabe perfectamente que Fernando no la ama y que está enamorado de otra mujer... ¡Eduardo, no podemos permitir que siga haciendole daño a nuestros amigos!

E: Sí yo lo sé pero ¿como le hacemos si ella todavía se niega a hablar con Fer?

C: No sé pero tenemos que hacer algo...


Mientras tanto, Lety se había percatado que Fernando estaba un poco más fresco así que se tranquilizó y decidió que había llegado la hora de avisar a Lalo que se quedaba con Fernando por esa noche. Cuando golpeó la puerta de la habitación de Eduardo, él ya había finiquitado su llamada con Carolina y le dio paso.

L: Perdón si te molesto Eduardo, pero quería avisarte que...

Lety estaba un poco avergonzada pero sabía que no podía dejar solos a Fernando en ese estado

L: ...que me quedo con él esta noche.

Eduardo hizo la más sincera de las sonrisas. Él estaba feliz de que Lety se quedara

E: Muy bien Lety, para mi no hay problema. Es más, me siento más tranquilo al saberte cerca de él. Te confieso que estoy muy preocupado por mi amigo...

L: ¿Por qué dices eso?

E: Mira Lety, voy a ser sincero contingo. Fernando no tomó nada bien el hecho de que Marcia esté “supuestamente” embarazada...

Lety tragó saliva

L: Sí, me imagino... Ya no estaba feliz por la boda, ¡me imagino ahora que tiene un hijo en camino! No creo che Don Fernando esté listo para tomarse semejante responsabilidad...

E: No Lety, no es eso el punto...

L: ¿Entonces?

E: Fernando me confesó que tener hijos ha sido siempre su sueño, es más; ¡él querría la casa llena de niños!

L: Sigo sin entender... Si su sueño es tener hijos, ¿por qué no está feliz ahora que tiene uno en camino?

E: Porque va a tener un hijo de una mujer que no ama. Lety, Fernando no está enamorado de Marcia y eso lo sabemos bien los dos...

Lety reconoció que eso era cierto. Desde que entró a Conceptos, ella se dio cuenta que el sentimento que sentía Marcia hacia Fernando, era más fuerte de lo que él sentía hacia ella. Total, el mismo Fernando había confesado a Omar, y a ella también, que Marcia no era la mujer de su vida.

E: Te confieso algo; el doctor me dijo que Fernando se puso tan mal por cuestión de estrés y yo creo que, más allá del “supuesto embarazo” de Marcia, una de las causas de su estrés, sea la presencia de tu amigo en la empreza.

L: ¿¡Qué!? ¿Que tiene que ver Aldo en todo esto?

E: Te voy a explicar... Hoy, cuando Fernando vió ese hombre que, dizque el Cuartel, te llevó un ramote de flores, ¡se puso como fiera! Fernando me había contado que, cuando estaban en Acapulco, tu le habías dicho que ese hombre era tu novio y que te habías enamorado de él, por eso ya no querías estar con Fer. ¡Eso lo puso como loco! ¡Jamás Fernando se iba a imaginar que pudiera haber un hombre que le podía quitar a “su Lety”! Ese piensamento lo atormenta desde aquel día. Desde que regresaste de Acapulco, el miedo más grande de Fernando era de verte escapar otra vez, ¡y esta vez para correr en los brazos de ese hombre! Fer no se da paz pensando que Aldo pueda alejarte de él porque él te considera todavía suya...

Lety hubo un escalofrío y las lagrimas empezaron a brotar de sus ojos

E: Lety ¿por qué lloras?

L: ¡Porque soy una tonta Eduardo! ¡Si Don Fernando está sufriendo, la culpa de todo es mia y de la horrible mentira que le eché cuando estabamos en Acapulco! ¡Aldo no es mi novio y jamás lo va a ser! El único hombre que he amado en mi vida y que sigo amando, es Fernando. ¡Jamás sería capaz de estar con otro que no sea él!

E: ¡Pero Lety! ¿¡Por qué diablo no se lo dices a Fernando!? ¡Él sería el ser más feliz del mundo sabiendo que tu sigues amandolo!

L: Eso era justo lo que quería hacer cuando regresé de Acapulco pero...

E: ¿Pero?

L: ¡Pero salió la historia de Doña Marcia y del embarazo!

E: ¿Por eso estás fingiendo de no sentir nada por él?

L: Sí... ¿Como puedo decirle que lo amo si él va a tener un hijo con Marcia?

E: Lety, eso no significa nada... ¡El “supuesto” hijo de Fernando, no representa un impedimento para que ustedes dos se amen!

L: ¡Claro que sí Eduardo! Don Fernando tiene que hacerse cargo de ese bebé entonces ¡tiene que casarse con Marcia!

E: Lety, ¿me permites decirte como yo veo la situación?

L: Sí, claro que sí

E: Según yo, Fernando está decidido en casarse con Marcia solo porque tu lo rechazas. Al inicio aceptó casarse con ella porque tu te habías ido de Conceptos y él se sentía abandonado; pensaba que jamás te iba a recuperar porque jamás podías perdonarle lo que te hizo. Después, cuando ustedes dos etuvieron juntos en Acapulco, Fernando volvió a la vida y estaba decidido a cancelar la boda y a mandar todo al demonio con tal de estar contigo pero, cuando tu le contaste aquella cosa, él descendió otra vez en el infierno. Saber que te perdió, fue un golpe mortal para él. Cuando llegó desde Acapulco, se puso como un loco y empezó a tirar todo al aire y él mismo me confesó que había sido Marcia a apoyarlo y ayudarlo para que no cometiera una locura.

Leticia se acordó de inmediato de la saña con la que Fernando había jurado matar a Aldo ese domingo en Acapulco, cuando ella le había confesado que había hecho el amor con él

F: ¡¡Lo voy a matar!!

Lety hubo un escalofrío. ¿Era esa la locura que quería cometer Fernando? O todavía peor... ¿Quería matarse él mismo? El solo pensarlo hizo que Lety llorara con todo corazón

E: Lety, no llores; te estoy contando todo eso, porque estoy convencido que el motivo para que Fernando quería casarse con Marcia, es simplemente agradecimiento por el hecho de haberle sido siempre cerca, nada más. Si ahora tu le dices que lo amas, él seguramente va a cancelar su boda con Marcia ¡pero eso no implica que no se haga cargo de su “supuesto” bebé!

Entre sollozos, Lety le preguntó algo que le había llamado poderosamente la atención desde el comienzo del relato de Eduardo

L: ¿Por qué sigues repitiendo “supuesto bebé”?

E: Porque no me convence para nada ese embarazo de Marcia...

L: Yo no le veo nada raro... Ella y Fernando estuvieron juntos por mucho tiempo y hasta ahorita están juntos...

E: Sí Lety, pero hace mucho tiempo que él y Marcia no tienen esos tipos de relaciones ¿sí me entiendes verdad?

Lety quedó boquiabierta. ¡Fernando era sincero cuando le dijo que no había vuelto a tocar a Marcia! ¿Entonces como podía ella estar embarazada?

L: ¡Ay no Lalo no me confundas más! Puede ser que no se haya acostado con ella hasta que etuvo conmigo, pero no creo que después de lo que yo le inventé a él, haya seguido negandose de estar con ella...

E: Te equivocas Leticia. Fernando me contó que es cierto que volvió a intentar de estar con Marcia, pero no lo logró. ¡Él solo te ama a ti y no puede ir con ninguna otra mujer!

El llanto de Lety se volvió aún más copioso

L: Ay Lalo... ¡No sé que hacer!

Lalo entendió perfectamente como debía sentirse Lety...

E: ¿Sabes que es lo que puedes hacer ahorita? Estar cerca de él. Fernando está muy mal y sentir que tu estás cerca de él, le va a hacer muy bien. ¿Que te parece?

L: Tienes razón... Voy por él.

Lety abrazó Eduardo

L: ¡Gracias por todo Eduardo!

Leticia regresó en la recámara de Fernando y se puso a mirarlo con los ojos llenos de amor, haciendole caricias en la mejilla, hasta que se percató que Fernando temblaba por el frío. Lety, entonces, se adentró en el vestidor, en busca de una cobija pero no logró encontrarla. Fernando temblaba aún más fuerte a cada minuto y lo único que Lety pudo hacer, fue acostarse cerca de él y abrazarlo, tratando de calientarlo con su cuerpo. Fernando la recibió con beneplacido y se abrazó a ella. Lety sonrió. Era demasiado tiempo que no estaba abrazada a Fernando en una cama y precisamente, desde la última vez que hicieron el amor en Acapulco...



Sigue...


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