miércoles, 1 de julio de 2015

Capítulo 59

Capítulo 59
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El frenesí de la pasión


F: ¿¡Aldo Domenzaín va a estar en la junta!?

Lety empezó a temblar. Ella sabía perfectamente cuanto Fernando no soportaba a Aldo, sobretodo por culpa de lo que ella le había contado cerca de lo sucedido con el chef en Acapulco. Aunque luego le había asegurado que nada de lo que le había dicho en la ciudad costeña cerca de el chef era cierto, Lety sabía que Fernando seguía odiando a Aldo con toda su alma y más porque Aldo no ocultaba mínimamente su intención de conquistarla.

Con voz temblante, Lety le contestó:

L: Así es, Don Fernando

Fernando la miró fijo en los ojos muy enojado

F: ¿Y eso para qué?

L: Pues porque tiene que hablarnos de un proyecto que va a ser muy provechoso por la empresa...

F: ¿Y usted ya sabe de qué se trata, Leticia?

Lety sabía perectamente que cuando Fernando la llamaba con su nombre de pila y no estaban en ciertas situaciones, quería decir que estaba enojado

L: ...sí

F: ¡Claro! ¡Que pregunta la mía! ¿Verdad?

Marcia lo miraba boquiabierta. Era claro que Fernando estaba más que enojado...

Luigi también empezó a ver la situación bastante rara así que externó su parecer:

LL: Pituca, si no te conociera diría que estás celoso de la orny...

Lety se puso muy nerviosa y empezó a reír histericamente

L: Ji ji ji ji ay Luigi ¡Que chistoso eres! Ji ji ji ¿Cómo se te ocurre una tontería así? Además, ¿Quién podría sentir celos para mi?

Justo en ese momento, Aldo hizo su ingreso en la sala de juntas

A: Yo. Sí fueramos novios, seguro estaría celoso si alguien se te acercara, Leticia.

Lety desorbitó los ojos quedandose boquiabierta mientras que Fernando empezó a sentir picor en las manos, signos que quería llenarle la cara de dedos al güerito. ¿¡Cómo se atrevía a decir eso de su novia y encima en su presencia!?

A: Buenos días a todos. Perdón por el retraso pero me quedé embotellado en el tráfico

L: No te preocupes, Aldo. Toma asiento, por favor

Antes de sentarse, Aldo se acercó a donde estaba sentada Leticia y le dio un beso en la mejilla.

Lety se sintió muy incómoda. No tanto por el beso, si no por la presencia de Fernando que no le quitaba los ojos de encima. Lety sabía que a Fernando Aldo le caía gordo y que el gesto que había cumplido su amigo chef, era como un desafío para él...

Aldo se sentó en la silla a la derecha de Lety así que tenía en frente a Fernando. Fernando, por su cuenta, no soportaba la presencia del güerito sonriente en la junta y menos soportaba verlo sentado cerca de su mujer. Aldo miró hacia Fernando y le sonrió con sorna.

LL: ¡Oh my God! ¿Y esta aparición quién es?

L: Él es Aldo, Luigi. Un amigo mío de Acapulco y chef de fama internacional

Aldo sonrió sintiendo el cumplido que le había hecho Lety y luego se volteó hacía Luigi y se presentó

A: Mucho gusto. Yo soy Aldo Domenzaín.

LL: El gusto es todo mío, bombón

Luego Aldo miró a Fernando y, aún feliz por como lo había presentado Lety, lo desafió con la mirada

A: Mendiola...

F: Domenzaín...

Marcia, que se estaba cansando de la situación, sobretodo viendo como Fernando y Aldo se desafiaban con la mirada para contenderse la atención de Leticia, propuso de empezar con la junta

M: A ver, Leticia, ¿Para qué nos convocaste?

L: El motivo, Doña Marcia, es que quiero actualizarlos cerca de lo que está pasando en estos días en la empresa

M: Bueno, empezamos entonces...

Lety empezó con explicarle el motivo por el cual tenía una cita con los de Krauss Publicidad en la tarde. Como aún ellos debían a Conceptos una buena cantidad de dinero, Lety quería hablar personalmente con el gerente de la compañía.

L: Don Fernando, necesitaría que usted de acompañara a hablar con el Señor Luciano en la sede de Krauss Publicidad, si es que puede

F: Claro Lety, para mi no hay problemas...

Fernando le lanzó una mirada de desafío a Aldo y le hizo la que parecía una mueca

L: Y, Luigi, tengo que ponerte al tanto de lo que pasó con el Señor Fernández

LL: ¿Señor Fernández?

F: Alejandro Fernández, Luigi

LL: ¿Alejandro Fernández el cantante?

L: Eso mero

Luigi echó un grito de felicidad

LL: ¿¡Mi Alejandrito precioso estuvo aquí!?

L: Sí; ayer en la mañana

Como de costumbre, Luigi se puso histérico

LL: ¿¡Y por qué no me avisaron!?

F: Porque vino para hablar con la Presidenta, Luigi, no contigo

LL: Ja ja ja ¿Y de qué quería hablar con la orny?

F: ¡¡Deja de llamarla así!!

Marcia lo miraba boquiabierta. ¡Fernando estaba evidentemente celoso de Lety!

L: No se preocupe, Don Fernando, no pasa nada... Luigi, el Señor Fernández vino por cuestiones de trabajo. En síntesis, Don Alejandro está lanzando su nueva canción y quiere que Conceptos realize su videoclip

LL: ¿¡En serio!?

Los ojos de Luigi resplendían de emoción

F: Sí, mariposita. Y además Alejandro puso como condición que fueras tú en persona el que tiene que ocuparse de ese videoclip

O: ¿Y cual es la canción por la que necesita el videoclip?

F: Aún no sabemos, Omar. Pero creo que si aceptamos, lo vamos a descubrir muy pronto

LL: ¿Si aceptamos? ¿O sea que aún no le dijieron que sí?

L: No, Luigi. Todavía no

LL: ¿¡Pero por qué!? ¿Acaso pensaban que yo no iba a aceptar o qué?

L: No es eso. Es que las condiciones para grabar ese videoclip son un poquito particulares...

LL: ¿O sea?

F: O sea que Alejandro quiere que el videoclip esté listo a más tardar el próximo miercoles

O: ¿¡Qué!? ¿Pero está loco o qué?

LL: Petaca, no te atreves a hablar mal de mi idolo o te voy a arañar con mis uñas que están frescas de manicure

F: Sí Omar, ten cuidado o la mariposita aquí te va a arañar con sus uñas pintadas de rosa flamingo

O: ¡Dios no quiera! Ja ja ja

Lopez hizo la risa que le era típica y se pasó una mano en su cabeza casi calva

LL: Ja-ja que chistos son los dos. Como sea, orny, no veo donde está el problema...

L: ¿Me estás diciendo que para ti es posible realizar ese videoclip en menos de una semana?

LL: ¡Claro! ¡Yo soy Luigi Lombardi la star y no hay nada que sea imposible para mi!

L: ¿Eso quiere decir que le puedo decir al manager del Señor Fernández que aceptamos?

LL: ¡Claro! Voy a estar muy feliz de trabajar con Alejandro. Dile que hoy mismo podemos acordarnos cerca de los detalles del videoclip

L: Es que hoy no se puede, Luigi

Luigi resopló

LL: A ver ¿y ahora por qué no se puede?

F: ¿Acaso no oíste lo que dijo Lety hacia un momento?

LL: No petaca. Generalmente trato de evitar los sonidos que me estorban

Fernando hizo por levantarse de la silla para ir a golpear a Luigi pero Lety le estrechó la mano por dejado de la mesa así que Fernando se paró. No era el caso que todos de dieran cuenta de lo que había entre ellos y menos Lety podía permitirse renunciar a su diseñador, sobretodo ahora que estaba explícitamente requerido por el mismo Alejandro Fernández. Cuando vio que Fernando se había tranquilizado, Lety le contestó a Luigi:

L: Porque tenemos una cita con los de Krauss Publicidad, Luigi.

LL: ¿Y qué es más importante: los de Krauss o el video de Alejandro?

F: Luigi, aquí no se trata de elegir entre lo más importante. Los dos son fundamentales para Conceptos, ya que desde el dinero que va a entrar desde esos proyectos depende el pago de la deuda y el destino de la empresa

Luigi empezó a hacer berrinche como un niño así que Lety buscó la manera de tenerlo quieto

L: Luigi, te prometo que mañana mismo voy a llamar a Don Alejandro y le voy a pedir si está dispuesto a venir aquí para hablar personalmente contigo. Estoy segura de que va a estar encantado de conocerte

LL: Por supuesto, darling. Yo soy Luigi Lombardi, el más grande de los diseñadores y el con quién todos quieren trabajar. Acuerdate que fue gracias a mi que Conceptos se ganó un León de oro en Cannes

L: Claro que sí, Luigi

Resuelta la cuestión de Alejandro Fernández, quedaba la de la Expo-Feria. Lety no sabía como introducir el argumento ya que tenía miedo de la reacción de Fernando, hasta que él mismo movió el primer paso...

F: Y dime, Domenzaín, ¿A qué se debe el “honor” de tu visita? Porque no creo que te entiendes de música u de video clip...

Lety buscó un poco de valor y finalmente explicó a todos a qué se debía la presencia de su amigo en la junta

L: Aldo está aquí por hablarnos de un proyecto que puede resultar muy provechoso para Conceptos, Don Fernando

A: Así es. Se trata de una Campaña de Turismo Gastronómico organizada en acuerdo con la Expo-Feria

M: ¿Y Conceptos que tiene que ver con todo esto?

L: Conceptos se ocuparía de la publicidad y de la difusión de la campaña a nivel nacional e internacional, Doña Marcia

A: Exacto. Además, casi al mismo tiempo, yo voy a lanzar mi libro así que Conceptos se podría ocupar también de eso

La mirada de Lety se iluminó y, muy excitada, se volteó hacia Aldo y, mirandolo en los ojos, le inquirió:

L: ¿Ya lo terminaste?

A: Sí, Leticia

L: ¡Estoy verdaderamente feliz por ti, Aldo! Sé cuanto es importante ese proyecto para ti y me dá muchísimo gusto que por fin hayas terminado tu obra

Fernando se hizo escapar una carcajada

F: ¿Ahora te dedicas también a escribir libros? Ja ¿Y de qué se trata? ¿De un recetario?

Aldo empezó a enervarse aunque trató de mantenerse lo más calmado posible

A: No, Fernando. Se trata de un libro que habla de la cultura; de la tradición; de la esencia de México. La comida es vida; es amor; es emoción

Fernando lo miró ésceptico y empezó a hacerle muecas junto a Omar. Los dos parecían niños chiquitos y por fin, después de mucho tiempo, parecía que entre ellos todo había regresado a la normalidad. Aunque se divertía bromeando con Omar, Fernando sabía perfectamente que la verdadera intención del güerito era estar cerca de Lety y eso no le gustaba para nada...

Marcia, que se había dado cuenta de que Aldo estaba interesado a Leticia desde la noche del cóctel del Círculo, decidió aprovechar de eso y apoyar el plan de Aldo de modo que él pudiera conquistar a Lety y así alejarla de Fernando

M: Para mi es un proyecto muy interesante aunque hay que ver cual sería la gananza para nosotros...

A: Pues, Señorita Villaroel, mi amigo Guillermo Andreu, que es el que se ocupa de todo el proyecto, me habló de dos millón de dólares...

O: ¿¡Dos millón de dólares!?

A: Así es. A proposito, Omar, nadie nos ha presentado aún...

O: Tienes razón. Yo soy Omar Carvajal, Vicepresidente de Conceptos

L: “Ex” Vicepresidente, Omar

O: Tienes razón, Lety. Ex Vicepresidente

A: ¿Lety?

O: Sí, así se llama. ¿No sabías?

A: Por supuesto que sé como se llama “Leticia”. Lo que me extraña es que tú la trates con tanta confianza...

O: Es que nos conoscimos desde mucho con la Presidenta así que hay confianza entre nosotros. ¿Verdad Lety?

Fernando se puso una mano en la frente sintiendo semejante tontería.

¿Como Omar no entendía que Lety lo odiaba?

Lety, por su cuenta, lo fulminó con la mirada y no le contestó. Ella había perdonado a Fernando por todo lo que había pasado pero sabía que nunca hubiera podido perdonar completamente a Omar y más porque él ni siquiera se había disculpado con ella

L: Como le decía, pensé que podía ser un proyecto muy interesante para Conceptos. Acuerdense que necesitamos sei millón y medio de dólares dentro de poco tiempo para pagar la dichosa deuda

M: ¿Y cuando empezaríamos?

L: Lo antes posible, Doña Marcia. Sería el caso de contactar gente de Europa y de Estados Unidos para difundir la campaña también a nivel internacional. ¿Qué te parece?

Como Lety no miraba a nadie en particular, ya que estaba buscando algo en su carpeta, Fernando pensó que se refería a él y le contestó

F: Me parece una idea espléndida, Lety

Todos se extrañaron. Primero que todos Paula Maria, que miraba a Fernando boquiabierta. Lety había puesto la pregunta de manera demasiado informal para que se refiriera a Don Fernando. A menos que...

Lety levantó los ojos de su carpeta muy avergonzada, viendo como todos miraban a ella y a Fernando así que se apresuró en corregirse

L: Es que yo le pedía a Aldo, Don Fernando

F: Sí, claro... Disculpeme, Lety

Aldo sacó su sonrisa más esplendida cuando le contestó a Lety casi en tono sensual y mirandola intensamente en los ojos

A: Me parece perfecto, Leticia

Lety advirtió otra vez ese extraño escalofrío

Fernando hirvió al ver al güerito coquetenadole a su mujer con tanta desfachatez ¡y más hirvió al ver la sonrisa que Lety le regresó a él!

F: ¡¡Un momento!!

LL: ¿Qué pasa, pituca?

F: Si de verdad debemos contactar a gente de Europa y de Estados Unidos, eso quiere dcir que alguien tiene que viajar para allá ¿no?

Lety advirtió otro un escalofrío pero esta vez el motivo era otro... Aún se acordaba perfectamente de como se había sentido cuando Fernando había tenido que viajar a Estados Unidos para 15 días. Se sentía tan sola en esa época y tan vacía sin él. ¡Y eso que aún él no la pelaba! ¿Y qué cuando ella se fue a Acapulco y estuvo lejos de él para dos semanas? ¿Qué pasaría si Fernando tendría que alejarse otra vez de ella?

M: Claro, Fernando. Pero eso no es un problema; Omar se puede viajar a Europa y tú y yo nos vamos juntos a Estados Unidos

Lety desorbitó los ojos así como Fernando

F: ¿¡Qué!?

M: ¿No te gustan los Estados Unidos? Si prefieres podemos ir nosotros a Europa y Omar se va a Estados Unidos. ¿Para ti sería un problema, Omar?

O: Claro que no. A mi me dá igual, no hay problemas. Que decidan ustedes que son los tortolitos. Además podrían aprovechar para hacer ahí su luna de miel

Ahora sí los ojos de Fernando amenazaban con salir de sus orbitas mientras la idea de matar a Omar crecía dentro de su mente

M: ¡Claro! ¿Como no lo había pensado antes? ¡Es una idea genial! Así combinamos los negocios con el placer. ¿Qué te parece, mi amor?

Fernando empezó a sudar frío. ¡Era claro que la idea no le gustaba mínimamente! ¡Primero que todo porque no tenía intención de casarse con ella y segundo porque no quería alejarse de Leticia y más ahora que el güerito estaba rodeandola!

Aldo hizo una sonrisa de triunfo al escuchar las ideas de Marcia. todo eso, en el fondo, era algo que iba a su favor ya que era su intención alejar a Fernando de Leticia.

Lety, por su cuenta, estaba visiblemente nerviosa. La idea de que Fernando partiera ya no le gustaba para nada pero, el hecho de que se fuera con Marcia ¡y además para su luna de miel! ¡era catastrófico! Por los nervios, la pierna derecha de Lety empezó a temblar y con ella todo su cuerpo así que Aldo tuvo la confirma de que toda esa situación no le causaba la más minima gracia a Leticia.

Tomás también entendió el estado de ánimo de su amiga. Aunque Lety no lo quería admitir con él, Vicepresidente financiero sabía perfectamente que ella seguía muy enamorada de Mandiola así como sabía que Fernando sentía algo sincero por ella, después de lo que vio en el aeropuerto cuando Lety partió por Acapulco. Viendola tan nerviosa con todo esto de la boda de Mandiola con Marcia, Tomás decidió alentar la situación

T: Perdón que me meta, Doña Marcia, pero me parece un poco aventado hablar de eso ahora. Primero hay que planear todo el proyecto y las estrategias que intendemos adoptar en el mercado nacional y luego podemos hablar de expander la campaña a nivel internacional en el extranjero.

Aldo, obviamente, no podía ni sospechar que Tomás estubiera del lado de Fernando así que se convenció de que su nuevo amigo actuaba en buena fe y más porque estaba enterado de todo lo que había pasado entre Leticia y Fernando

A: Mi amigo Tomás tiene toda la razón. Además tengo que hablar con Guillermo para decirle que aceptaron. Es mejor que antes que todos hablen con él para decidir juntos como actuar

Fernando hizo un respiro muy hondo y se tranquilizó. Almenos por el momento estaba a salvo de las garras de Marcia.

L: Bueno Aldo, entonces habla con tu amigo Guillermo y luego planeamos una reunión con él aquí en Conceptos de modo que podemos planear juntos la estrategia mejor

A: Okey

L: ¿Pasamos al siguiente punto?

Con la ayuda de Tomás, Lety actualizó los presentes cerca de los últimos acontecimientos y los últimos logros de Conceptos. Marcia la miraba muy fría por todo el tiempo. Aunque Lety parecía una bendición para la empresa, ella no podía evitar odiarla. Por su culpa, su novio había empezado a alejarse de ella al punto que ahora ni siquiera tenía ganas de estarle cerca. Antes era distinto; cuando Marcia empezó a sospechar que Fernando tenía una amante, era porque él se refiutaba de hacer el amor con ella pero, por lo menos, seguía duermiendo a su lado. Ahora todo era distinto. Desde que Leticia se había ido de la empresa la primera vez, para irse a Acapulco, Fernando había empezado a portarse como un loco. Habían sido varias las veces en que Marcia lo había encontrado llorando o hecho una fiera pero sobretodo un episodio estaba grabado en su memoria: la noche en que la vecina de Fernando la había llamado para decirle que su novio de portaba como un loco. Aún tenía grabada la imagen de la casa de Fernando con varios platos rotos y los muebles puestos de cabeza. Aún no conocía el motivo, pero era claro que Leticia le había hecho algo gravísimo para que Fernando se pusiera así. Si esa noche él estaba tan enojado con ella, ¿Por qué ahora parecía renacido el idilio entre los dos? ¿Como había hecho la gargolita para hacerse perdonar si la propia Marcia había oído a Fernando maldecir el día en que la conoció?

Todo ese pensar a ellos juntos, le dio dolor de cabeza. Lo único que quería la productora ejecutiva, era salir de esa sala lo más pronto posible

M: Bueno, yo creo que terminamos. Si me permiten, yo me voy

L: Un momento, Doña Marcia. Aún no he terminado

LL: Tu intención es tenernos aquí todo el día ¿Verdad orny?

L: ¡Claro que no, Luigi! Aunque porque tenemos una junta con los de Krauss Publicidad en más o menos una hora

Marcia ahora no soportaba oír ni la voz de Lety así que empezó a enervarse

M: ¿¡Entonces!? ¿Qué más tienes que decirnos?

Lety hizo un hondo respiro y después miró a su secretaria

L: Paula Maria, quiero que venga puesto a verbal que, a partir de la fecha de hoy, el Señor Fernando Mendiola será el nuevo Vicepresidente de Conceptos así que, si no hay objeciones, que quede su ascenso consignado en el acta

PM: Claro, Lety.

Aldo, Marcia y el propio Fernando quedaron boquiabierta. Los primeros dos por la desfachatez de Leticia mientras que Fernando se quedo en shock por la sorpresa. Era claro que no se esperaba algo así. Omar, por su cuenta, sabía que Lety seguía enamorada de su amigo así que no le importaba que ahora Fernando ocupara oficialmente la vicepresidencia de Conceptos. Además, tenerlo otra vez en el equipo de los ejecutivos, representaba una ventaja también para él. Sin hacerse ver, Fernando puso una mano sobre la rodilla de Lety y le regaló una tierna caricia para agradecerle. Lety sonrió y de sopetón le guiñó el ojo. Después de mucho, Lety y Fernando habían vuelto complices en el trabajo.

Marcia, que ya había alcanzado su ápice de soportación hacia la gargolita, se puso como fiera pero, ya que quería evitar cualquier cuestión en presencia de tantos desconocidos, se limitó a inquirirle entre dientes:

M: ¿¡Ahora es todo!?

L: Sí, Doña Marcia. Se pueden ritirar

Marcia se levantó de su silla y se apresuró en salir de la sala de juntas secundada por Lopez. Esa reunión había sido demasiado azarosa para ella así que lo único que quería era alejarse de todo eso y sobretodo de su acérrima enemiga.

O: Caro, antes de que te vayas, ¿Podemos hablar un momento?

C: Sí, claro... Con permiso

Antes se secundar a Omar, Carolina miró hacia Lety ya que sentía su mirada clavada en su espalda, y le sonrió para tranquilizarla.

Luego los dos salieron de la sala de juntas así que Aldo aprovechó para acercarse a Lety y ofrecerlee una invitación para almorzar juntos. Cuando estaba por hablarle, pero, Luigi lo interceptó

LL: Aldo...

A: ¿Sí?

LL: Necesito hablar contigo del proyecto

A: Claro. Podemos hablar de eso después del almuerzo ¿Te parece?

LL: ¡No, no, no, darling! Yo tengo muchísimas ideas y prefiero hablar contigo ahora así que ponte las pilas porque yo, Luigi Lombardi, te invito a comer

A: Lo siento mucho, Luigi, pero mi intención es ir a comer con Leticia

Lety tragó saliva mientras veía como Fernando fulminaba a Aldo con la mirada

L: No te preocupes, Aldo, vete a comer tranquilo con Luigi. Igual yo tengo que hablar de un asunto muy importante con Don Fernando antes de mi cita con los de Krauss

Para Aldo esa fue como una ducha fría. Leticia lo estaba abiertamente rechazando para quedarse con Fernando

LL: ¡Perfecto! Vámonos angelito

Luigi tomó a Aldo por el brazo y lo arrastró afuera de la sala de juntas sin que él pudiera añadir algo más. Sintiendose como el tercer incómodo y teniendo una especie de cita con Alicia Ferreira en su oficina, Tomás preferió ritirarse y dejar a Lety y a Fernando a solas.

T: Tengo que hablar con mi chica. Con permiso

L: Propio, Tomás

Fernando no esperó ni siquiera que Tomás cerrara la puerta para aventarse sobre Lety y estamparle la huella de sus labios en los de ella.

L: No sabes desde cuanto esperaba este beso...

F: Yo también, mi vida

Fernando siguió besandola por doquier: en la boca; en la frente; en las mejillas y hasta se atrevió a besarla en el cuello, conociendo bien la reacción que causaban en ella los besos en esa parte del cuerpo. Entre besos, Fernando le inquirió:

F: Así que ahora soy el Vicepresidente de Conceptos...

L: Exacto. Eres “mi” Vicepresidente

F: Siempre he sido tuyo, Leticia, y siempre lo seré

Fernando le tomó la mano y, acercandola a su boca, le besó dulcemente los nudillos.

Ese gesto, unido a las palabras de Fernando, la hizo emocionar así que una lágrima corrió por la mejilla de Lety

F: ¡No, mi amor! ¡No quiero que te pongas a llorar cada vez que te beso o voy a terminar teniendo miedo de besarte y eso no quiero que pase nunca!

L: Perdoname, Fernando. Es que últimamente ando bastante hormonal y será por eso que soy un poquito más sensible...

F: No te preocupes, mi vida. Sabes que a mi me gustas como sea que estés

Fernando le sacó la lágrima con el pulgar y, después de haberle quitado un mechón de cabellos desde la frente, volvió a besarla.

Más Fernando la besaba, y más Lety sentía surgirle el desenfreno así que, dejandose transportar por la situación y sin pensar en más, Lety se desabrochó los primeros botones de su camiseta y atrajo Fernando a su cuerpo por la cintura del pantalón, asidos sus dedos a la pretina para que él la acompañara hacia la mesa donde luego se sentó. Fernando empezó a abalanzarse paulatinamente sobre Leticia al tiempo que la besaba en el cuello. Él la necesitaba; necesitaba sentir el contacto con su piel y con su cuerpo y no le importaba que estaban en la sala de juntas y que alguen podía entrar. ¡Al contrario! Todo eso volvía todo más excitante.

Preso del frenesí, Fernando apartó el escote de Lety, topándose con la gargantilla con el corazón que le había osequiado noches atrás cuando estaban en su casa, pendiendo encima del sostén de encaje. Ver que Lety traía con ella su regalo, lo hizo sonreír y emocionar al mismo tiempo. Lety, por su cuenta, estaba en éxtasis. Hacía demasiados días que no hacía el amor con Fernando y sentía la necesidad de sentirlo completamente suyo; de sentir su cuerpo dentro del suyo y su boca pegada a su piel. Sintiendo que su excitación aumentaba, Lety no pudo contenerse más así que lo atrajo más cerca de su cuerpo, encadenándolo con su pierna derecha y percatandose de que Fernando también la necesitaba.

Preso por entero por el desenfreno, Fernando empezó a mecharse sensualmente entre los muslos de Lety al tiempo que la besaba en la boca, encendiéndola con el juego de su lengua. Sentir el cuerpo de Fernando tan cerca del suyo, hizo que Lety se dejara escapar un pequeño gemido así que Fernando entendió que su mujer estaba lista para el siguiente paso. Parandose un momento, Fernando la miró intensamente en los ojos. La pasión ardía en su mirada junta a todo el amor que sentía hacia ella:

F: Te amo, Leticia. Te amo más que a nadie en el mundo

L: Yo también te amo, Fernando. Eres mi hombre; eres mi vida; ¡eres mi todo!

Fernando le dio un beso que le quitó completamente el respiro y aumentó sus ganas de sentirlo dentro de ella así que Lety le puso una mano en la nuca y profundizó el beso, jugando con su lengua al tiempo que Fernando abría la cremallera de su pantalón. Finalmente Lety se abandonó al deseo, completamente en éxtasis bajo su poderío.

Cuando solo un ínfimo espacio los separaba del empezar la danza del amor, se oyó alguien que abrió la puerta. Enredado por el frenesí, Fernando no se dio cuenta de nada hasta que vio Lety pararse en seco y cubrirse apenada su pecho.

Extrañado, Fernando se volteó hacía donde Lety miraba con los ojos llenos de terror y se percató de que alguien había entrado en la sala de juntas...


Sigue...










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