sábado, 30 de mayo de 2015

Capítulo 57

Capítulo 57
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Para pedirte perdón


De repente Fernando interrumpió el beso ya que se había percatado de algo raro. Cuando miró a Lety en los ojos, se dio cuenta de que ella estaba llorando

F: Mi amor, ¿Por qué estás llorando?

Lety no lograba articular palabra; solo lo miraba en los ojos y lloraba

F: Lety , por favor, ¡contestame! ¿Por qué lloras?

L: ¡No quiero que me toques, Fernando!

Fernando se quedó pasmato. ¿Qué le había pasado a su Lety dulce, tierna y enamorada?

F: Pero... ¿Por qué?

L: ¡Porque no quiero! ¡Ya te dije que no quería verte! Por favor, vete y dejame sola

F: ¡No Lety, olvidalo! ¡Tú estás muy rara y necesito saber que te pasa así que, o me dices que es lo que tienes, o no me voy a ir de aquí!

Lety se sentía entre la espada y la pared y no solo metafóricamente hablando ya que Fernando la tenía acorralada entre el mueble con los libros y su cuerpo.

L: Por favor, Don Fernando, dejeme ir
F: ¿Don Fernando?

Lety no lograba parar las lágrimas que salían de sus ojos

F: Leticia, por el amor de Dios, ¿¡Qué tienes!?

L: ¡No tengo nada!

F: ¡Claro que tienes algo! ¡Por Dios, estás llorando como Magdalena! Si el responsable de ese llanto soy yo, por lo menos creo que me merezco saber que es lo que te hice ¿no crees?

Lety lo fulminó con la mirada

L: ¿Quieres saberlo? Está bien... Me juraste que me amabas; que solo existía yo en tu vida y que, desde que hicimos el amor la primera vez, tú no habías vuelto a hacer el amor con ninguna otra mujer...

F: ¡Si te lo dije es porque es la verdad!

L: ¡Mentira!

Lety estaba visiblemente alterada y ahora hasta estaba temblando por la rabia. Fernando la miraba boquiabierta

F: ¿Por qué dices eso?

L: ¡Porque fuiste capaz de embarazar a una mujer!

Fernando tragó saliva

F: Lety... ¿Estás embarazada?

Lety desorbitó los ojos

L: ¡Por supuesto que no!

F: ¿Entonces?

L: ¿De veras no entiendes?

Fernando desblancó en la cara. Lety sabía lo de Marcia. De repente, sintió que las fuerzas lo abandonaban así que liberó a Lety y se dejó caer en la silla.

Lety se quedó mirandolo con mucha rabia. Fernando se quedó en silencio por unos minutos hasta que, mirando hacia el piso, le preguntó:

F: ¿Cómo supiste eso?

L: Como lo supe no tiene caso; aquí la cuestión es otra... ¿Qué piensas hacer con ese niño?

F: Lety, por favor...

L: Claro; esos no son asuntos míos ¿verdad?

F: ¡No es ese el punto!

L: ¿Ah no? ¿Entonces cual es?

F: Mi amor, por favor yo...

L: ¡No Fernando! ¡No quiero que me llames así y tampoco quiero hablar de eso! Te lo pido por última vez: ¡Vete de mi oficina!

Fernando respiró hondo pero no encontró argumentaciones válidas para tranquilizar a su amor así que, con la cola entre las patas, salió de la cueva y de Presidencia, dejando a Lety sola con sus pensamientos.

Quedada nuevamente sola, Lety se apoyó con la espalda a la librería y resbaló su espalda por la misma, dejandose caer en el piso con las lágrimas que caían de sus ojos.

L: ¿Por qué? ¿Por qué le reclamé eso si no tenía caso? ¿Qué me está pasando, Dios mío? En estos últimos días me siento tan rara...


En Vicepresidencia, Fernando no lograba darse paz. Las únicas veces en que Lety lo había rechazado, se debían al descubrimiento del maldito manuscrito de Omar y ahora, por culpa de otra burla del destino, estaba arriesgando otra vez de perder a la mujer de su vida

F: ¡No, no puedo permitirlo! Tengo que saber de una vez si lo que dice Marcia corresponde a verdad... ¡Tengo que sacarme esa maldita duda que puede arruinarme la vida!

Fernando salió de su oficina como remolino y se dirigió hacia el escritorio de Sara

F: Sara, tengo que irme. Cancele todo lo que estaba programado por hoy

S: Pero, Don Fernando, ¿A donde va?

Fernando la fulminó con la mirada

F: ¡Eso no es asunto suyo! Nos vemos mañana


Mientras tanto, Lety había logrado parar de llorar y, cuando se sintió un poco de fuerzas, se levantó, intencionada a ir en busca de Fernando para disculparse con él. Antes que todo, pero, se vio obligada a pasar desde el baño ya que su vejiga necesitaba ser vaciada...


Al mismo tiempo, Fernando llegaba al departamento de Marcia. Llegado frente de la puerta, Fernando sonó la campanilla varias veces pero nadie le contestó. Cansado de mocharse el dedo sonando la campanilla, Fernando tomó la llave desde su llavero y abrió la puerta, entrando en el departamento.

F: ¿Marcia? ¿Marcia, estás ahí?

Fernando no obtuvo ninguna respuesta así que recorrió todo el departamento hasta que se dio cuenta de que Marcia no estaba.

F: ¿Donde se habrá metido ahora?

Fernando miró su reloj y se percató de que ya era bastante tarde así que decidió ir a por su otros quehaceres para luego regresar y hablar con Marcia.

Esa noche Fernando tenía una misión: reconciliarse con Lety, así que necesitaba organizar algo espectacular...


En tanto, Aldo quería ver a Leticia así que se presentó en Conceptos decidido a hablar con con ella. Después de saludar a las muchachas del Cuartel, Aldo entró en Presidencia y, viendo que Leticia no estaba ahí, decidió buscarla en otro lugar hasta que oyó el ruído del agua del lavabo del baño de Presidencia así que entendío que Leticia sí estaba.


En el baño, Lety había logrado arreglarse un poco. Se había refrescado la cara y ya se sentía mejor. De repente sintió carraspear desde Presidencia así que, pensando que se tratara de Fernando, salió desde el baño como remolino para correr en sus brazos.

L: ¡Mi am...

Lety se paró en seco cuando se percató de que era Aldo el que estaba en su oficina

A: Buenos días, Leticia

L: Aldo... ¡“Mi amigo” Aldo! Buenos días

Aldo se acercó y le besó la mejilla

A: ¿Cómo estás?

L: Bien; bien...

A: Leticia, te conozco y sé que no me estás diciendo la verdad...

L: ¿Qué quieres decir con eso?

A: Que te veo la cara y veo que no estás bien. ¡Eres muy pálida!

L: Es que estoy un poco indispuesta pero no es nada grave, ¡En serio!

Aldo no estaba convencido. Leticia parecía muy rara y se veía que había llorado. ¿Acaso por culpa de Mendiola?

A: Leticia, ¿Acaso tuviste problemas con Mendiola?

L: ¡No! No, Aldo ¿Como crees?

A: Leticia, sabes que cuentes conmigo para lo que sea ¿verdad? Digo, a pesar de que no sientes lo que yo siento por ti, podemos seguir siendo amigos ¿no?

L: Claro que sí, Aldo

A: Bueno, entonces ¿Me aceptarías una invitación a cenar?

L: ¿A cenar?

A: Sí. Es que querría hablarte del proyecto de la Expo-Feria. Claro, si Conceptos está interesada...

L: ¡Por supuesto que sí! Necsitamos cobrar la deuda con el banco y para eso necesitamos de una enorme cantidad de dinero así que, todo lo que nos ayude es muy importante para la empresa

Aldo sonrió

A: Bueno entonces si quieres paso por ti a las ocho ¿Te parece?

Lety lo pensó un momento. Ella necesitaba hacer las paces con Fernando pero, ese proyecto de la Expo-Feria, podía resultar muy importante para la empresa...

L: Está bien. Nos vemos luego entonces

A: Perfecto

Aldo se acercó al sillón donde Lety estaba sentada; le tomó la mano y se la besó antes de irse

Lety se sonrojó.

L: ¿Y ahora qué me pasa? ¿Desde cuando las atenciones de Aldo tienen ese efecto conmigo?

Lety se quedó perpleja


Cuando Aldo se fue, Lety salió desde su oficina, intencionada a hablar con Fernando, así que se dirigió derechita a la oficina de Vicepresidencia hasta que Sara le llamó la atención:

S: ¡Lety!

L: Luego Sara; ¡Ahorita me urge hablar con Fe... con Don Fernando!

S: ¡Es que Lety!

Lety se volteó furiosa hacia Sara

L: ¿¡Qué!?

Ma: Ay maniguis que nerviosita estás...

L: Perdón, muchachas, es que de veras me urge hablar con Don Fernando de algo muy importante

S: Es que Don Fernando no está, Lety

L: ¿No está? ¿Y donde está?

S: No sé. Solo me dijo que se iba y que nos veíamos mañana

L: Que raro...

PM: Sí amiga. ¡Y además tenía una cara de poco amigo que ni te cuento!

L: ¿Estaba enojado?

PM: ¡Enojadísimo diría!

Lety entristeció. Si Fernando estaba así era por su culpa...

S: ¿Quieres que intente localizarlo en su celular?

L: No, gracias Sara. Ahorita lo intento yo

Lety regresó en su oficina y trató de llamar a Fernando a su celular


En tanto, Fernando estab frente de su coche con las manos ocupadas por varias cosas que había comprado por hacerle la sopresa a Lety así que, cuando sintió su celular sonar, no pudo contestar.

Viendo que Fernando no le contestaba, Lety volvió a enojarse.

L: ¡Ah! ¿Es así que la pones? Está bien, Fernando, ¡Quedate con tu enojo que yo me quedo con el mío!

Y así diciendo colgó la llamada y apagó el celular.


Cuando Fernando se liberó las manos, intentó llamar a Lety pero su celular estaba apagado y no quería llamarla en la empresa así decidió desistir, por el momento...


Una hora después, Doña Julieta estaba preparando la cena cuando sonó la campanilla de su casa

D.J: ¿Erasmo, te olvidaste tus llaves otra vez?

Cuando la mamá de Lety abrió la puerta, fue muy sorprendida de ver a Fernando

D.J: ¡Don Fernando! ¡Que gusto verlo!

F: Es gusto es todo mío, Doña Julieta. ¿Puedo pasar?

D.J: ¡Claro que sí! Aquí está en su casa

F: Gracias

Cuando los dos se sentaron, Julieta le inquirió a qué se debía su visita.

D.J: ¿Acaso le pasó algo a mi niña?

F: Pues sí, Doña Julieta

La mamá de Lety desblancó en la cara

F: ¡No Señora, no se preocupe! ¡Le aseguro que no es nada grave!

D.J: Pero si usted está aquí, quiere decir que no fue algo ligero ¿o me equivoco?

F: Lo que pasa es que, en la mañana, Leticia casi se desmaya en mis brazos

D.J: ¿¡Se desmayó!?

F: No exactamente. Yo creo que tuvo un mareo y se puso muy palída. ¡Pero me hizo espantar muchísimo, Doña Julieta! Últimamente su hija es pálida, débil... ¡Y esa no es la primera vez que casi se desmaya en mi presencia!

D.J: ¿Qué quiere decir con eso?

F: Que ya una vez Lety se desmayó en Acapulco, cuando fui por ella. Y otra vez se desmayó en Conceptos, hacia unas semanas

D.J: ¡Ay no! ¿Qué le estará pasando a mi hija?

F: No sé, señora, pero se lo suplico, por lo que más quiera, ¡Convenza a su hija a ir a un médico y a hacerse las análisis de sangre! ¡Yo no me puedo quedar tranquilo si ella no está bien! Ya lo intentaron las del Cuartel, pero ella les dijo que no quería ir al médico y, si se lo pido yo...

D.J: No lo va a escuchar...

F: Exacto. Lety está enojada conmigo así que no hay manera que haga lo que yo le pido, aunque sea por su bien.

D.J: No se preocupe, Don Fernando, yo voy a tratar de convencerla a que se haga visitar de un doctor. Igual a mi también me preocupa la niña

F: Gracias, suegrita

D.J: No hay de qué, hijo

F: Y ya que estoy aquí, le querría pedir un favor...

D.J: ¿De qué se trata?

F: Mire, su hija está muy enojada conmigo porque se enteró de que Marcia...

De repente Fernando se calló. ¡No podía decirle a la mamá de su novia que a lo mejor su “prometida” estaba esperando un hijo de él!

D.J: ¿De que pasó la noche con la señorita Marcia?

F: Así es

D.J: No se preocupe por eso, Don Fernando. La niña aún es muy insegura y lo ama tanto que tiene miedo de perderlo

F: ¡Eso jamás va a pasar! ¡Le juro que para mi, Lety es lo más importante que exista y nunca voy a separarme de ella! Eso ya pasó una vez y solo porque su hija no me permitió explicarle la situación.

Fernando regresó con la mente a esos días en que Lety se portaba rara porque había descubierto la carta de Omar...

F: Cuando supe que Lety estaba enterada del maldito plan de Omar, ¡le juro que me quise morir! ¡Y más porque sabía lo que su hija había pasado con esa canalla de Miguel! Ella misma me contó la historia que tuvo con ese tipo, y en el mismísimo momento en que me la contó, le juro que tenía la intención de decirle la verdad sobre el plan ¡namás que ella no me lo permitió!

La mirada de Fernando se aguó

F: ...Cuando luego supe que ella estaba al corriente de todo, me sentí el más insignificante de los seres. Quería que me tragara la tierra; quería bajar al infierno... ¡Y eso me merecía! Había hecho sufrir a la mujer más especial del universo; ¡A la mijer que amaba! Y todo por mi cobardía...

Doña Julieta se conmovió

D.J: No sea tan duro, Don Fernando. Yo creo que, si usted no le dijo nada a la niña, fue por qué no quería hacerla sufrir ¿verdad?

F: En un cierto sentido... Mire, cuando yo estaba con su hija, cada momento se volvía especial. Juntos pasamos muchas aventuras y siempre nos divertíamos como locos

Fernando sonrió al pensar a todo lo que había hecho junto a Leticia

F: En esa época, pensaba que, si yo le contaba a Lety del dichoso plan de Omar, ella jamás me lo iba a perdonar. Sé que puede sonar egoísta de mi parte, pero no quería perder esa magia que existía entre su hija y yo...

Doña Julieta sonrió

F: Y de otra parte, no quería que Lety sufriera. Aún no me daba cuenta de que estaba enamorado de ella, pero igual sentía que no quería perderla. Fue la noche anterior a que partieramos por Cuernavaca que le prometí a su hija que iba a romper mi compromiso con Marcia

D.J: ¿Y por qué lo hizo?

F: Porque era lo que realmente quería. Su hija estaba muy mal, viviendo esa situación en que ella, de cierta forma era mi...

D.J: Amante

F: ...sí. Por eso decidí cancelar mi compromiso con Marcia. Yo quería vivir con su hija una historia de amor limpia, a la luz del sol. Mi intento era lo de reempezar de cero con ella

D.J: ¿Eso quiere decir que ya se había dado cuenta que estaba enamorado de mi hija?

F: Creo que sí...

D.J: ¿Entonces por qué al final no canceló su compromiso?

F: ¡Por culpa del idiota de Omar Carvajal! Ay, Doña Julieta, ni se imagina que hizo el animal de Omar mientras estaba en Alemania con Marcia...

Doña Julieta desorbitó los ojos así que Fernando se apresuró en aclarar la situación

F: ¡No! ¡No es lo que usted está pensando!

D.J: Ji ji ji perdón hijo, es que una nunca sabe. ¿Qué fue lo que hizo ese señor?

F: ¿Qué cree? ¡Le mandó un anillo de compromiso a Marcia a mi nombre!

D.J: ¿¡Qué!? ¿Pero por qué?

F: ¡Por imbécil! Es que Marcia le confió sus miedos a Omar; le dijo que estaba segura de que yo estaba enamorado de otra mujer y que tenía miedo de perderme. Como mi compromiso con Marcia era importantísimo por tener unida la empresa y evitar que Ariel la dividiera, Omar pensó bien de comprar un anillo de compromiso y mandarselo a Marcia a mi nombre

Fernando respiró hondo

F: Ay Doña Julieta, ¡ni se imagina como me sentí cuando Marcia me agradeció por el anillo! Imaginese, ¡yo quería romper mi compromiso con ella, y ella me decía cuanto me amaba y cuanto le había gustado ese anillo! ¡Me sentí pésimo! De un lado, por la historia del anillo, pero sobretodo porque, gracias a ese “jueguito” de Omar, ¡no podía romper mi compromiso con Marcia como le había prometido a su hija!

D.J: ¿Y luego, qué pasó?

F: Ja, pasó algo que nunca me hubiera imaginado... Ese mismo día, Lety encontró el maldito instructivo de Carvajal y desde ahí empezó su calvario junto con el mío. Yo me había dado cuenta de que Lety se portaba de manera distinta: más fría, menos alegre; ¡Pero nunca podía imaginarme que había leydo la maldita carta!

D.J: ¿Y como no lo pensó?

F: Porque yo encontré la carta ese mismo día, solo que la encontré después de su hija y, como estaba perfectamente cerrada, jamás me imaginé que alguien pudiera haberla leído ¡y menos que nunca su hija!

Los dos se quedaron hablando por un buen rato y Fernando aprovechó para desahogarse con esa mujer con la cual se sentía muy a gusto; casi más que con su mamá. Cuando terminó de contarle lo que pasó con la carta, Fernando le explicó lo que quería hacer esa noche para reconciliarse con Lety.

D.J: ¿Está seguro de lo que quiere hacer, Don Fernando?

F: Doña Julieta, necesito que su hija me perdone. Creo que lo que pasó la otra noche con Marcia la afectó mucho y no quiero que esté enojada conmigo. ¿Me permite hacer lo que tengo planeado?

Doña Julieta sonrió. ¿Cómo podía decirle que no al hombre que tanto amaba a su hija?

D.J: Está bien, Don Fernando. Lo único que le pido es que no haga ruído. Para mi no hay problemas pero, si  la vé mi marido, se va a armar un lío

La mirada de Fernando brilló por la felicidad

F: Claro, señora. ¡Voy a ser más silencioso que el mismo silencio!

Fernando le besó la mejilla y, después que Doña Julieta le dio la llave, se despidió de ella y se fue.


Cuando el reloj marcó diez minutos antes de las ocho, Aldo tocó la puerta de la oficina de Presidencia.

L: Adelante

A: Buenas noches, mi querida Leticia. ¿Estás lista?

L: Sí. Namás dejame pasar un momento al baño y luego nos vamos ¿sí?

A: Está bien. Te espero frente del elevador entonces


Lety retocó su maquillaje, que durante el día había desaparecido a causa de su llanto y, cuando fue lista, saludó las muchachas y alcanzó Aldo al elevador.

A: Leticia, ¡Te ves hermosa!

Lety sonrojó otra vez

L: Gracias...

A: ¿Nos vamos?

L: Sí


En tanto, Fernando seguía tratando de localizar a Lety sin lograrlo, ya que la misma tenía el celular apagado.

F: ¿Donde se habrá metido ahora?

Ya que el reloj marcaba las ocho pasadas, Fernando decidió comer algo mientras esperaba la hora propicia para poner en marcha su plan y hacer la sorpresa a Lety


En el restaurante, Lety y Aldo estaban cenando mientras que él le explicaba del proyecto de Turismo Gastronómico

L: ¿O sea que tu idea sería aquella de publicizar tu libro el mismo día de la Expo-Feria?

A: Así es. Y no fue una idea mía si no de mi editor. ¿Qué te parece?

L: Pues, la idea me fascina. Sería un buen negocio para Conceptos y además sería un logro enorme para ti...

Aldo sonrió

L: Sé cuanto es importante para ti ese libro. Cuando me hablaste de eso en Acapulco, tu miraba brillaba y me dá mucho gusto que puedas realizar tu sueño

A: Gracias, Leticia. ¿Eso quiere decir que aceptas?

L: Sí, acepto. Aunque necesito saber cuando sería la Expo-Feria. Verás, es que tenemos varios proyectos con algunos cantantes y algunos de esos tienen vencimiento a corto así que necesito organizar las cosas en la empresa

A: Claro. Desafortunadamente no te puedo decir el día exacto porque aún no decidimos. Lo único que sé, es que será cerca de la mitad de octubre

L: Entonces creo que no vamos a tener problemas. Mira, mañana quiero convocar una junta en Conceptos para hablar de los últimos proyectos. Me gustaría que tú también estuvieras presente. ¿Qué te parece? Así puedes hablar de tu proyecto también con los otros socios

A: ¡Me parece perfecto!

Lety sonrió.  Extrañamente, por primera vez en el día, se sentía relajada


Terminado de cenar, Lety le pidió a Aldo que la llevara a su casa

A: ¿Segura que no quieres hacer algo más? Digo, hay muchas diversiones en México...

L: Te agradezco mucho, Aldo, pero de veras estoy muy cansada y me gustaría regresar a mi casa para descansar. Además ya dan las diez y mañana tengo que trabajar así que tengo que levantarme temprano

A: Claro... Bueno, entonces te llevo a tu casa

L: Gracias por entender

A: Gracias a ti por esta maravillosa noche

Lety sintió un escalofrío


Cuando llegaron frente de la casa de Lety, Aldo, como buen caballero, descendió del coche y le abrió la puerta a Lety, ayudandola a descender.

L: Bueno. Gracias por todo, Aldo. Fue una noche muy agradable

A: No tienes nada que agradecerme, Leticia. Soy yo él que te agradece por haber pasado un poco de tu tiempo conmigo

Aldo la miraba fijo en los ojos así que Lety se sintió un poco incomoda

L: tengo que entrar ahora

A: Claro.

Aldo se acercó peligrosamente al rostro de Lety así que la misma cerró los ojos. No sabía que hacer así que preferió no asistir hasta que sintió los labios de Aldo posarse en su mejilla.

A: Buenas noches, Leticia

L: Buenas... noches, Aldo

Lety quedó pasmada por la actitud de Aldo. ¡Parecía otra persona respeto a como lucía el viernes! Ahora había vuelto el Aldo amable que había conocido en Acapulco los primeros días y no el Aldo impulsivo que la había besado a fuerza en el aeropuerto, cuando tenía que regresar en el D.F.

Entrando en su casa, Lety se percató de que sus papás ya se habían ido a dormir así que, silenciosamente, se metió en su cuarto y se sentó en la cama cuando su mamá tocó la puerta

L: Adelante

D.J: Hola mi niña

L: Hola mamita

Lety la abrazó

D.J: ¿Cómo te fue?

L: Bien, mamita. Aldo se portó muy amable conmigo

D.J:  Y... ¿Don Fernando?

L: Fernando puede hacer lo que quiere. No es asunto mío

D.J: ¿¡Como que no es asunto tuyo!? Lety, ¡Fernando es tu novio!

Lety la miró rara

L: Mamá, Fernando no es mi novio. Es el prometido de Doña Marcia

D.J: Eso porque tú no quieres que él rompa su compromiso con ella...

L: Mamita, no quiero hablar de eso ahorita. Estoy muy cansada y me gustaría dormir unas horas ya que mañana me espera un día bastante complicado...

D.J: Claro...

Doña Julieta le besó la frente y le dio la bendición

D.J: Descansa, mi vida. Nos vemos mañana

L: Hasta mañana mami. ¡Te amo!

D.J: Y yo a ti, mi amor


Cuando salió desde el cuarto de Lety, Doña Julieta desdendió en la cocina y, tratando de hacer el menor ruido posible, tomó la bocina del telefono y llamó a Fernando.

F: ¿Bueno?

D.J: Don Fernando, soy yo, Julieta. Quería informarla que la niña regresó y que mi marido ya está dormido...

F: Gracias, Doña Julieta. Le prometo que no los voy a molestar

D.J: Ji ji ji no se preocupe; creo que lo que tiene planeado puede ser todo menos que una molestia

F: Espero que su hija la piense de igual manera...

D.J: Va a ver que sí. Bueno, lo dejo

F: Gracias por todo, suegrita. En cuanto termino, le dejo la llave en el mueble de la cocina

D.J: ¡No se preocupe por eso! ¡Que tenga mucha suerte, hijo!


Antes de salir de su casa, Fernando intentó mandarle un SMS a Lety

Mensaje:
Buenas noches, mi princesa ¿Cómo estás?
De: Fernando
22:27 27-SEP-06

Cuando oyó el timbre del SMS, Lety tomó su celular y leyó el mensaje de Fernando. Como aún estaba muy enojada con él, le contesto bastante fría:

Mensaje:
Estoy bien, no te preocupes
De: Mi Lety
22:29 27-SEP-06
Fernando entendió que Lety aún estaba enojada...

Mensaje:
¿Segura?
De: Fernando
22:30 27-SEP-06

Mensaje:
Segura
De: Mi Lety
22:31 27-SEP-06

F: Hijole ni afuera ha de hacer tanto frío...

Mensaje:
Ok, pero cualquier cosa necesitas, llamame y corro por ti
De: Fernando
22:32 27-SEP-06

Lety, entre sí: Sí claro, como no...

Mensaje:
No voy a necesitar nada, Fernando. ¡Deja de preocuparte por mi!
De: Mi Lety
22:35 27-SEP-06

Mensaje:
Tendría que ser muerto para que deje de preocuparme por ti
De: Fernando
22:36 27-SEP-06

Lety tragó saliva y no tuvo el valor de contestarle hasta que otro mensaje de Fernando se hizo oír

Mensaje:
Buenas noches, mi vida
De: Fernando
22:38 27-SEP-06

Lety sonrío. Aunque estaba enojada con él, no podía negar que Fernando era muy dulce.

Media hora después, Lety ya estaba dormida en su cama mientras que Fernando apenas llegaba frente de su casa. Tratando de hacer el menor ruido posible, abrió la puerta de entrada con la llave que le había prestado su suegrita y empezó a bajar las cosas desde el coche. Cuando terminó de bajar todo, cerró la puerta y, con el primer cargo, empezó a subir las escaleras. Cuando fue frente al cuarto de Lety, abrió la puerta muy despacio y poso lo que tenía en las manos en el piso. Sigilosamente se acercó a la cama y se quedó mirando a su Lety.

F: No tienes idea de cuanto te amo, mi vida

Fernando fue tentado de besarla pero, por miedo de que se despertara ante tiempo, prefirió seguir subiendo las otras cosas en el cuarto.

Cuando terminó, Fernando tenía una sonrisa de oreja a oreja. Todo era como lo tenía planeado. Antes de irse, se acercó nuevamente a la cama y se sentó cerca de Lety, acariciandole la mejilla y apartandole un mechón de cabellos desde la frente. De repente, Lety empezó a hablar en el sueño

L: Fernando...

F: Shh. Duermete mi vida.

Fernando la besó en la boca y vio que Lety sonrió así que se fue con el corazón más ligero ya que su amada estaba tranquila. Todo estaba listo. Ahora quedaba ver la reacción de Lety al despertar y rogar para que ella lo perdonara...

Salido de la casa de Lety, Fernando se dirigió derechito al departamento de Marcia. Cuando llegó, no intentó ni siquiera sonar la campanilla y, tomando su copia de las llaves del departamento, abrió la puerta y se dirigió en la recámara, quedandose pasmado cuando se percató de que Marcia no estaba. Fernando se exasperó

F: ¿¡Donde carajo se fue está mujer!?

Intencionado a hablar con ella, se sentó a la espera en el sillón del salón y se tomó un whisky. Por suerte, diez minutos después, Marcia hizo su aparición.

M: ¡Fernando! ¿Qué haces aquí?

F: Te estaba esperando. ¿Donde estabas?

M: Me fui a arreglar unas cosas para nuestra boda...

F: ¿Hasta esta hora?

M: Es que está aquí mi hermana así que nos fuimos a visitar unas amigas y se nos hizo un poco tarde

F: ¿Un poco tarde? ¡Marcia, por Dios, es casi medianoche!

Marcia no sabía como reaccionar. Era claro que Fernando estaba muy nervioso...

M: Fernando, ¿Por qué no te calmas un poco y me dices a que viniste a buscarme?

F: Necesito hablar contigo, Marcia.

Marcia tragó saliva

M: ¿A proposito de qué?

F: Del bebé.

Marcia se sentó en el sofá cerca de él

F: Marcia, quiero la verdad... Quiero hablar con tu ginecologa y necesito que ella me confirme que estás embarazada.

Marcia desblancó en la cara...


Sigue...




8 comentarios:

  1. Quiero el siguiente capitulo por favor te lo pido

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    1. ¡Perdón por el retraso, muchachas! El capítulo 58 està publicado ;)

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  2. Wooow ya quiero leer el siguiente 👆😱😢😢😢😢

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    1. ¡Perdón por el retraso, muchachas! El capítulo 58 està publicado ;)

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  3. me encanta tu novela , sigueeeeeeeeeeeeela!!! =)

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    1. ¡Perdón por el retraso! El capítulo 58 està publicado ;)

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  4. Me urge el otro capitulo por favor

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