jueves, 21 de mayo de 2015

Capítulo 56

Capítulo 56
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Preocupaciones


L: Que raro... Si no me equivoco, mi ciclo debería de llegar la próxima semana.... Mejor luego averiguo en mi agenda...

Después de haberse higienizado, Lety se vistió y, antes de bajar para desayunar, revisó su agenda.

L: ¡Tenía razón! El ciclo debería haberme llegado cerca del 4 de octubre. Que raro que se me adelantó... ¿Será por el estrés? Pues ni modo; ¡A trabar Lety, que hoy nos espera un día de locos!


Mientras los Padilla estaban desayunando, se oyó sonar repetidamente la bocina de un coche

D.E: ¿Quién ese ese troglodita que molesta así a esta hora de la mañana?

Lety no pudo resistir a la curiosidad y se asomó a la ventana quedando boquiabierta

L: ¡No lo puedo creer!

D.J: ¿Qué pasa, m’hijita?

L: Es que, ¡lo que está sonando la bocina es Tomás!

D.E: ¿Y desde cuando Tomás tiene coche?

En tanto, Tomás había aparcado y estaba sonando la campanilla

T: ¡Hola familia Padilla! ¿Qué tal su lunes?

D.J: Hola Tomasito; ven sientate que te sirvo el desayuno

T: ¡Gracias Doña Julieta! Ni se imagina el hambre que tengo...

D.J: Ji ji ji bueno entonces voy y regreso con tu desayuno

D.E: ¡Tomás! ¿Qué es eso de que andas presumiendo coche nuevo?

T: Así que ya se enteraron... Pues el viernes, cuando terminé de trabajar, me fui a un concesionario para ver un coche y recién unos minutos pasé por él

L: ¿¡Te compraste un coche, Tomás!?

T: Así es Lety. Así, por lo menos, unos de los dos tiene coche y podemos evitar de ir a trabajar en microbús ahora que somos lo que somos

D.J: Ji ji ji me da mucho gusto, Tomasito

D.E: ¿Y qué clase de coche te compraste?

T: Pues...

Tomas se puso nervioso y empezó a hacer el desentendido

L: Tomás... No me digas que te compraste el coche a que yo estoy pensando...

T: Pues...

L: ¡Tomás! ¡Habla de una vez!

T: Está bien, Lety, ¡pero calmate! Me compré el Mercedes de mi chica

Lety quedó boquiabierta

D.E: ¿Se puede saber de qué hablan?

T: Nada, Don Erasmo, es que me compré un Mercedes

L: ... o sea que se compró el coche que le embargaron a Alicia Ferreira

D.J: ¿Esa secretaria muy grosera que trabaja en Conceptos?

T: ¡Que hubole, Doña Julieta! ¡Esa es mi chica!

L: Sí, claro Tomás, tu chica...

T: Bueno, ¿me vas a seguir regañando todo el día? ¡Mira que te dejo ir a trabajar en microbús!

L: ¡Que amable eres, Tomás! ¿Eso es tu agradecimiento por contratarte en Conceptos?

D.J: Ya, ¡no se peleen muchachos! Más bien apuerense con el desayuno que se les va a hacer tarde


Terminado el desayuno, Lety y Tomás se macharon rumbo Conceptos con el nuevo Mercedes. Mientras estaban en camino, los dos se pusieron a platicar

L: Así que te compraste el coche de Alicia...

T: ¿De veras me lo vas a reprochar todo el día?

L: No, Tomás. Ya eres bastante grandecito para que necesites que alguien te diga lo que tienes que hacer. Simplemente era una observación

T: Bueno. ¿Y qué te parece este coche?

L: No sé; yo no soy muy truchita para eso de los coches ya que nunca he tenido uno

T: ¡Pues deberías comprarte un coche tú también!

L: ¿Yo? ¿Y como para qué?

T: Pues... Porque, si de vez en cuando tengo que salir con mi chica, ¡no te puedo dar aventón y te quedarías sin pasaje!

L: Por eso no hay problemas; siempre está Do....

Lety se mordió la lengua. ¡Como siempre hablaba de más!

T: ¿Do? ¿Doña Carolina?

L: ¡Así es!

T: Pero ella casi no viene en Conceptos... ¿No será que estabas hablando de Mandiola?

L: ¡Mendiola!

T: Bueno, ¡Mendiola! Hablabas de él, ¿verdad? ¿Todavía estás enamorada de él?

L: ¡Ay ya Tomás! ¡Dejalo así por la paz!

T: Como que andas nerviosita hoy...

L: Puede ser. Es que últimamente ando como hormonal. Debe ser el estrés...

T: ¿No serás que estás trabajando demasiado? Digo, desde que regresaste de Acapulco no te has parado un momento... ¿Por qué no te tomes unos días de vacaciones?

L: Porque no puedo, Tomás. Conceptos aún no se recupera y además tenemos que ver como hacer para pagar la deuda de este mes ya que se acerca la fecha.

T: A proposito de eso... ¿Como les fue con Castro?

L: ¿No te he contado?

T: ¡No!

L: Ah pues... ¡Lo logramos, Tomás! ¡Don Cristian va a firmar un contrato con nosotros para hacer uno de sus videoclip con Conceptos!

T: ¡Que bueno Lety! ¡Te felicito! ¿Y como quedaron?

L: Pues, él va a ponerse en contacto con nosotros esta semana, ¡así que abusado Tomas!


En tanto, Fernando estaba terminando de desayunar junto a Eduardo

E: ...así que tengo que regresar a Guatemala por unos días

F: ¡Pero vas a estar por...

E: ¡Sí! ¡Claro que sí! ¿Como podría abandonarte cuando más me necesitas?

F: Gracias Lalo, tú sí eres un hermano

E: ¿Y cuando piensas decircelo a ella?

F: No sé... Por ahora anda enojada conmigo así que tengo que hacerme Perdónar de alguna manera

E: ¿Y ya sabes que hacer?

F: Estuve pensando en algunas cosas esta noche... Como sea no puedo decirle lo que quiero hacer hasta que esté tan nerviosa

E: Claro... ¿Y lo has contado a alguien más?

F: No. Solo tú lo sabes.

E: ¿O sea que no quieres decirle nada ni siquiera a Carolina?

F: Pues, a ella sí. Pero no quiero que me arruine la sorpresa, así que prefiero decirselo apenas unos días antes

E: Estoy seguro que ella también te va a apoyar. ¿Y a Omar?

F: ¡No! ¡Él no tiene que saber nada de eso! No quiero que se riegue el chisme por todo Conceptos y ni siquiera que lo sepan mis papás o Marcia

E: ¿Tienes miedo de como puedan reaccionar tus padres?

F: No es eso... Si fuera una cosa hecha “como Dios manda”, entonces sí se los diría, pero así... Además no creo que Lety querría que ellos supieran eso así que, menos somos lo que sabemos, mejor será

E: Entinedo...

F: Bueno Lalo ¡te dejo que ya se me hizo tardísimo! Nos vemos más tarde

E: ¡Que te vaya bien, Fer!


Cuando Tomás aparcó su carro en el estacionamento de la empresa, Lety descendió y miró a su alrededor. El BMW Z4 no estaba ahí. Al parecer Fernando todavía no había llegado. Sin saber porque, Lety se sintió más relajada. A pesar de que había decidido hablar con él, todavía no estaba lista para enfrentarlo. De repente Tomás la regresó a la realidad

T: ¿Buscas a alguien?

L: ¿Yo? No, ¿Como crees? Vamos a entrar que ya se nos hizo tarde

T: Pero si son apenas las...

Lety no le dejó terminar la frase puesto que ya había empezado a caminar a paso veloz hacia la entrada de la empresa. Cuando llegó a primer piso, Paula Maria la estaba esperando con una taza de café caliente.

PM: ¡Buenos días, Señora Presidenta!

Cuando la nueva secretaria de Presidencia vio a Lety, se quedo boquiabierta

PM: ¡Pero que guapa te ves con esa facha, mamita!

Paula Maria estaba radiante, al contrario de Lety que se sentía más nerviosa con cada minuto que pasaba

L: Buenos días, Paula Maria. ¿A qué se debe tanta alegría?

PM: Es que anoche nos fuimos de parranda con Simon así que estoy requetefeliz

Lety forzó una sonrisa

L: Me da mucho gusto por ustedes

Lo: ¡Lety, estás hermosa!

L: Gracias, Lola

J: Si manita, ¡hasta ni siquiera pareces tú!

S: ¿Qué te pasó, Lety?

L: Es que Carolina me ayudó a cambiar un poco mi aparencia...

Ma: ¿Un poco? ¡No maniguis, estás completamente distinta! ¿A donde están tus lentes?

L: Pues, ahora traigo lentes de contacto

S: Y te cortaste el pelo, ¿verdad manita?

L: Sí, me cortaron unos centimetros...

Ma: ¡Nos tienes que contar todísimo lo que pasó, maniguis!

S: ¡Sí, Lety! ¡Esto es chisme de altura!

L: En el almuerzo les voy a contar, muchachas

J: ¿Y no nos vas a contar ahora, Lety?

L: No puedo, Juanita. Tengo mucho trabajo ahora. Les prometo que luego les voy a contar

A pesar que que Lety se esfrorzaba para sonreír, Paula Maria se percató de que su amiga tenía algo raro

PM: Lety, ¿Qué tienes?

L: ¡Nada! ¿Por?

PM: Para empezar te ves muy pálida y luego te veo una luz rara en los ojos... como si estuvieras triste

Lety tragó saliva para tratener las lágrimas que amenazaban con caerle de los ojos así que se apresuró en buscar una excusa.

L: Es que no desayuné y seguro tengo un poco de presión baja así que voy a tomarme un poco de este café que me tríste a ver si se me levanta un poco

Mientras platicaba con Paula Maria, Lety no se había dado cuenta que alguien había salido desde el elevador. Había apenas tomado un sobro de su café cuando sintió una mano que le quitó la taza de la mano. Istintivamente Lety se volteó, convencida de que fuera Tomás, y se quedo boquiabierta cuando vio a Fernando con su taza de café en la mano mientras bebía de la misma.

Lety se quedó mirandolo; un poco por la rabia causada por su gesto y un poco porque Fernando se veía hermoso con su camisa blanca y ese traje que vestía. ¡El traje! ¡Claro! ¡Eso era el traje que Fernando vestía la primera vez que habían hecho el amor! Tratando de resistir al impulso de lanzarse a su cuello, Lety lució lo más calmada que podía.

L: ¡Señor Fernando, esa es mi taza y lo que está bebiendo es mi cafe!

Fernando le sostuvo la mirada y Lety advirtió un escalofrío correrle por la espalda.

¿Cómo lograba seducirla con tan solo una mirada?

F: Perdón, Licenciada Padilla. Aquí tiene su taza y si quiere le traigo otro café

Fernando le acercó la mano con la taza y rozó sus dedos. El corazón de Lety empezó a latir más fuerte. Como no quería perdonarlo tan fácilmente, Lety se fingió ofendida, o quizás lo era realmente, así que no le  hizo caso y se dirigió en su oficina. Cuando estaba por cerrar la puera, Fernando le llamó la atención

F: Licenciada, tengo que hablar con usted

L: Que pena, Señor Fernando, pero tengo cosas que hacer y ahora no puedo atederlo

F: Se trata de un asunto urgente sobre una cosa muy importante...

Lety tragó saliva

L: Está bien, pase

Lety se adelantó, y se sentó en el sillón de su escritorio. Cuando Fernando entró, cerró la puerta y le puso seguro

L: ¿Por qué le puso seguro a la puerta?

F: Tenemos que hablar, Leticia, y necesito un poco de privacidad

Lety se levantó del sillón, decidida a quitarle el seguro a la puerta. Cuando se acercó a Fernando, pero, él la tomó por una muñeca haciendola parar.

L: ¡Sueltame!

F: Te voy a soltar, pero el seguro en la puerta se queda.

Fernando le dijo eso con la cara muy cerca de la suya así que Lety se sonrojó un poco, intimidada de tanta cercanía

L: Está bien

Fernando le soltó la muñeca y Lety retomó asiento en el sillón mientras que él se sentó en una de las sillas delante del escritorio

F: Leticia, no me gusta que desaparezcas sin decirme nada. ¡Me dejaste con el corazón en la mano todo el día!

Lety lo miró escéptica

L: ¿Ah sí?

F: ¡Claro que sí! ¡Por Dios, estaba enloqueciendo ayer sin saber donde estabas! ¡Empezé a imaginarme las peores cosas!

Fernando parecía muy angustiado y su voz estaba temblante

F: Lety, tú eres mi vida y si te llegara a pasar algo, ¡yo me muero!

Fernando se levantó y empezó a acercarse a ella

Lety tragó saliva y sus ojos empezaron a empañarse pero no quería darsela vencida así que puntó los pies

Cuando Fernando acercó su mano al rostro de ella, Lety lo paró

L: ¡No me toques!

Fernando se quedó pasmado, mirandola boquiabierta

F: Pero... ¿por qué?

L: Porque no quiero que me toques, Fernando

F: ¿Acaso estás enojada conmigo?

L: ¡Hijole qué perceptivo eres!

F: ¡Leticia, debería ser yo el enojado! ¡Te desapareciste todo el domingo sin decirme ni siquiera donde estabas! ¡Me hiciste morir del susto!

L: ¿¡Y tú!?

F: ¿Y yo qué?

L: Me diste cita el sábado en la noche, diciendome que venías por mi y que no podías esperar ni un solo minuto sin verme y luego, si ni siquiera hacerme una llamada, ¡me dejas plantadas para correr en los brazos de ella!

F: Lety, por Dios, ¡baja la voz!  ¿Quieres que todo Conceptos nos oíga?

L: ¿¡Crees que me importe algo si alguien nos oye!? Fernando, mejor vete de mi vista. No quiero verte

Fernando se enfureció

F: ¿Es así que la pones? Muy bien, Licenciada Padilla, me voy. ¡Con su permiso!

Fernando abrió la puerta de la oficina, salió y la cerró con un portazo

Quedada a sola, Lety se dejó caer en su sillón y se echó a llorar por la rabia.

¿Por qué Fernando se estaba portando así? ¿Por qué se había enojado él cuando era ella la que debía enojarse y puntar los pies?


Lety dedició ponerse a trabajar así que empezó la sesión de su computadora y checó el correo electrónico. Entre varias mail de rutina, con los estados de cuenta bacarios, dos le llamaron la atención. La primera, tenía como remitiente “C.C Team  Oficial” mientras que la segunda era una mail de Fernando.

Como aún estaba enojada con él, decidió darle prioridad a la primera mail...


En tanto, en Vicepresidencia, Fernando estaba hecho una fiera

F: ¿Cómo es posible que sea ella que se enoje después de que se desapareció todo un día sin darme ninguna noticia? ¡Hijole es el colmo! ¡Debería ser yo el enojado!

De repente alguien golpeó a la puerta

F: ¡No quiero ver a nadie!

M: Perdón que te moleste, Fernando, pero tengo algo que decirte

F: Marcia... No creo que esto sea el momento adecuado para hablar; estoy muy nervioso

M: Sí, lo veo... Es que se trata de una cosa urgente con respeto a nuestro hijo

El solo oír esas palabras, le hizo helar la sangre

F: Sientante...


En tanto Lety estaba leyendo la mail:

Estimadísima Licenciada Padilla,
Quién le escribe es Eugenio Villanueva, el manager de Cristian Castro.
En la mañana, el Señor Castro manifestó su intención de grabar el primero de sus videoclips (lo que concierne la canción “Por amarte así”), con su Casa productora. El Señor Cristian, está disponible a visitarlos en Conceptos el miercoles en la mañana para acordarnos sobre los terminos del contrato así que queríamos saber si para ustedes sería posible recibirnos en tal fecha.
Atendiendo sus noticias, le deseo un buen día
Eugenio Villanueva


Lety se quedó boquiabierta

L: ¿Eso quiere decir que Don Cristian está seguro de que quiere grabar con nosotros?

Un grito de alegría le salió espontáneo desde la garganta

L: ¡Tengo que avisar a Fernando!

Lety salió como torbellino de su oficina para dirigirse en  Vicepresidencia. Cuando llegó frente de la misma, se dio cuenta de que la puerta estaba entreabierta y que  Fernando no estaba solo...

F: No te preocupes Marcia, estoy seguro de que no fue nada grave

M: Pero sentí un dolor muy feo aquí...

F: ¿Quieres que vayamos a un hospital?

Lety desorbitó los ojos

L: ¿¡Hospital!?

M: No, mi amor, no es necesario

F: ¿Segura?

M: Ajá. Creo que lo que necesito es un poco de descanso. Sabes, la ginecóloga me dijo que tengo que descansar en estos primeros meses del embarazo

Lety tragó saliva y palideció. Sintiendose mancar, prefirió regresar en Presidencia y no oír más de la conversación entre Marcia y Fernando.

Una vez sentada en el sillón, Lety llamo Paura Maria en su oficina y le pidió que le trajera un té

PM: ¿Estás bien, amiga?

L: No...

PM: ¿Qué pasó? ¿Acaso te molestó el actitud de Tomás?

L: ¿De que hablas?

PM: Pues ya sabes... Las rosas

L: ¿Cual rosas?

PM: ¡Ay Lety, no te hagas! ¡Las rosas que Tomás le mandó a la oxigenada!

L: ¿¡Tomás le mandó rosas a Alicia!?

PM: Así es, amiga ¡y deberías ver el ramotote que le mandó!

L: Ay Tomás...

PM: Bueno, si no es por eso entonces ¿Qué tienes?

L: Es que estoy enojada con Fe...

PM: ¿Fe?

Lety buscó una excusa de inmediato; ¡Obviamente no podía decirle a su amiga que estaba enojada con Fernando!

L: ¡Con Federico!

PM: ¿Y quién es ese?

L: Es.... un muchacho que vive en la colonia que me anda molestando

PM: ¿Y tú se lo permites? ¡Ay no, Lety! ¡Ahora eres la Presidenta de Conceptos y como tal mereces respeto de parte de todo el mundo!

L: ¿Sí, verdad?

PM: ¡Claro! ¿Y sabes qué más necesitas?

L: ¿Un novio? Ji ji ji

PM: Ja ja ja pues sí pero, para conseguir un galan, necesitas un coche. ¿Te acuerdas como era cuando nos ibamos a pasear con el Mercedes de tu novio? Digo, de tu ex novio...

L: En efecto no eres la primera que me dice que necesitaría de un coche...

PM: ¿Ves? ¿Entonces qué esperamos? Tú dime que sí y ahorita mismo te tomo cita con unos concesionarios así, a la hora del almuerzo, te acompañamos con las muchachas a ver por un coche ¿Qué te parece?

Lety se sentía muy estrésada por toda la situación así que pensó que no le haría mal distraerse un poco con el asunto del coche; después de todo, Tomás la había avisado que necesitaba de su coche para ir paseando a la oxigenada...

L: Está bien, Paula Maria.

Paula Maria lazó un grito de los suyos y salió de Presidencia como torbellino

L: ¡Paula Maria!

PM: Dime, Lety

L: No te olvides mi tesito, por favor

PM: Claro que no, Lety. en un Momento te lo traigo

L: Gracias


En tanto, Fernando había convencido a Marcia a regresar a su casa para descansar. Embarazada u no, no quería que ella estuviera en Conceptos ese día. Ya estaba bastante enojado con lo de Lety como para soportar también a Marcia y a sus cuentos sobre el supuesto bebé.


En el área secretarial, las secretarias estaban trabajando con sus computadoras cuando desde el elevador salieron dos hombres. Cuando Sara se volteó para ver quien eran, no pudo creer en sus ojos

S: ¡Muchachas!

Ma: ¿Que pasó maniguis?

S: ¿Ese Señor no es Alejandro Fernández, el cantante?

PM: ¡Claro que es él! ¡Ay no lo puedo creer!

En tanto, Alejadro junto a su manager, se había acercado a los escritorios del Cuartel cuando Alicia se puso de pie y se acercó a ellos

AF: ¡Buenos días; bienvenidos en Conceptos! ¿En qué puedo ayudarlos?

S: Mire, oxigenada, eso de ocuparse de los huéspedes ya no es tárea suya así que deje que sea Paula Maria a ocuparse de eso

AF: ¡Ni sueñes, jirafa petacóna! ¡Eso es mi trabajo!

E.V: Perdón que las interrumpas, Señoritas, pero necesito saber donde puedo encontrar al Señor Fernando Mendiola

S: Está en Vicepresidencia. ¿Quién debo anunciar?

E.V: Yo soy Eugenio Valdez y soy el manager del aquí presente Alejandro Fernández

S: Cla... Claro; yo le avisó. Un momento, por favor...


Sara se acercó a la puerta de Vicepesidencia y golpeó despacio.

Fernando, que aún estaba enojado, se puso a gritar

F: ¡Sara! ¡Ya le dije que no quiero ver a nadie por el momento!

S: Disculpe, Don Fernando, es que está un Señor que se llama Eugenio Valdez que quiere hablar con usted

F: ¿Y quién es ese?

S: Es el manager del Señor Fernández

F: ¿Fernández?

S: Alejandro Fernández

F: ¡Claro! ¡Teniamos cita con ellos hoy y se me olvidó por completo! ¡Ni siquiera pude avisar a Lety!

S: ¿Qué les digo, Don Fernando?

F: Hagalos acomodar en la sala de juntas y avise la Licenciada Padilla

S: Sí Señor


L: ¿Alejanro Fernández? ¿El cantante?

Lety quedó boquiabierta

S: Así es, Lety. Don Fernando me pidió que te avisara

L: ¿Y donde están ellos?

S: En la sala de juntas.

L: Bueno, ahorita voy. Gracias Sara

S: No hay de qué...



En tanto, en la sala de juntas, Fernando ya estaba haciendo los cerimoniales

F: ¡Que gusto tenerlos aquí! ¡Señor Fernández, dejeme decir que soy su gran fan y que tengo todos sus discos!

Ale: ¿En serio?

F: ¡Por supuesto! ¡Y no sabe sus canciones como me han ayudado con las mujeres!

Ale: Ja ja ja

En ese momento entró Lety carraspeando

L: Buenos días.

Fernando se volteó a mirarla y se percató de que Lety estaba muy pálida. A pesar de que estaba enojado con ella, no pudo evitar de preocuparse

F: Señores, peritenme presentarles la Licenciada Leticia Padilla Solís, nuestra Presidenta

L: Mucho gusto

Alejandro se acercó a ella y le besó la mano mirandola luego en los ojos

Ale: El gusto es todo mío, Leticia

A Fernando no le pareció el actitud de Alejandro así que se interpuso entre los dos

F: Sientense, por favor.

Todos tomaron asiento alrededor de la mesa: Lety se sentó al extremo de la mesa, donde se solía sentar Fernando cuando era Presidente, mientras que Alejandro y su manager se sentaron a su izquiera. Fernando decidió tomar asiento a la derecha de Lety

L: Bueno, Señores, ¿A qué se debe el honor se su visita?

E.V: Mire, licenciada, es que el Señor Fernández...

Ale: El Señor Fernández, o sea yo, voy a lanzar al aire mi nueva canción el mes próximo y necesito grabar un video clip. Como aquí mi fiel compañero me dijo que Conceptos es una de las mejores casas productoras de México, decidí averiguar con mis proprios ojos si están al altura de la situación

F: Para nosotros sería un honor si usted decide trabajar con nosotros, Señor Fernández

E.V: Eso depende de una serie de cosas...

L: ¿Como cuales?

E.V: Por ejemplo el director creativo. Sé que tienen varios directores creativos pero, el motivo por el cual incluí a Conceptos entre las casas productoras candidadas, fue la presencia aquí de Luigi Lombardi

Fernando hizo una mueca

L: Claro... ¿Quieren que sea él que se ocupe del proyecto?

Ale: Así es. Hemos oído hablar maravillas de él y de sus proyectos y además Luigi Lombardi hizo el comercial que les permitió ganar el León de Oro así que quiero que sea él a dirigir mi video clip

L: Bueno, con eso no hay problemas. Estoy segura de que Luigi va a estar encantado de trabajar con semejante artista como usted

Ale: Gracias, usted es muy amable, Leticia

Alejandró sonrió a Lety poniendo en marcha la máquina de los celos de Fernando

L: ¿Hay otras condiciones?

E.V: Sí. Mire, la canción vendrá difundida en las radios en dos semanas así que necesitamos el video clip para el próximo lunes a más tardar

L e F: ¿¡Qué!?

E.V: Así es, Señores. Sé que es un poco apurada como fecha...

F: Ja, un poco...

Lety le echó una mirada de pistola a Fernando que subito se calló

E.V: ...y justo por eso contacté varias casas productoras. Saben, no es fácil encontrar alguien capaz de lograr producir un videoclip en tan poco tiempo

L: Estoy segura de que Luigi no tendrá problemas en hacer ese video clip en una semana

Fernando desorbitó los ojos. Él estaba seguro de que la reacción de Luigi hubiera sido todo menos que buena. ¡Seguro le iba a dar el mimoso!

Ale: Eso me alegra mucho, Leticia

Fernando hirvió y se puso a pensar entre sí: ¿Por qué la llama con su nombre de pila? ¿Quién le dio toda esa confianza a este pajaro? Agradece que necesitamos trabajo, Alejandrito, ¡o de lo contrario te partía la cara en dos aquí mismo!

L: Don Fernando, ¿Se siente bien?

F: Sí, Lety, ¿por?

L: Pues porque está temblando...

Fernando se percató de que su pierna derecha temblaba por los nervios

F: Sí, ¿verdad?

Fernando miró de manera muy fea hacia Alejandro que mientras tanto estaba embobado mirando a su Lety

F: Ha de ser la emoción por la noticia...

L: Bueno, si usted lo dice...

E.V: Licenciada, me gustaría dar una vuelta la empresa. ¿Podría ser?

L: ¡Claro que sí! ¡Estoy segura que Don Fernando puede ocuparse de eso a la perfección. ¿Verdad?

F: Sí, claro que sí...

Ale: Es que me gustaría que usted también viniera con nosotros, Leticia

Lety se sonrojó mientras que Fernando arriesgó atragantarse con la saliva

L: ¿Yo?

Ale: Sí. Como usted es la Presidenta, seguro debe de conocer a la perfección su epresa...

La paciencia de Fernando estaba casi a su límite...

L: Está bien. Vamonos entonces


En tanto, Aldo estaba al telefono con su amigo Guillermo Andreu

A: ¿Estás seguro, Guillermo?

G: ¡Claro, Aldo! ¡No te lo estaría yo diciendo si no estuviera seguro!

A: Bueno es que la noticia me sorprende... Nunca me iba a imaginar que la Editorial Gutemberg estuviera interesada a publicar mi libro

G: Eso porque aún no tienes confianza en ti mismo, Aldo. ¡Eres muy buen escritor! ¡Yo mismo he leído tus publicaciones y me he quedado encantado!

A: ¡Ay ya Guillermo; no exageres!

G: No estoy exagerando, Aldo. Es la pura verdad. Bueno, te espero en la Editorial en una hora. No te tardes

A: Voy a estár ahí lo más pronto posible

G: Aquí te espero



En tanto, Lety, Fernando y sus huéspedes habían terminado el giro de Conceptos y habían regresado en el área secretarial que, como de costubre, se encontraba deserta. Lety se sentía muy cansada y daba la culpa de eso al enojo que tenía con Fernando.

Ale: Bueno, ha sido un placer poder visitar su empresa, Leticia

L: El placer ha sido nuestro, Don Alejandro

Fernando la miró de malo modo

F: ¿¡Don!?

Ale: Fernando tiene razón, Leticia. Puede llamarme simplemente Alejandro

Lety sonrió cuando Fernández le besó la mano para despedirse.

Cuando Alejandro y su manager se fueron, Lety y Fernando se quedaron a solas en el área secretarial.

L: Bueno, tengo que regresar en mi oficina ya que tengo muchas cosas que hacer

F: Lety, tú y yo tenemos que hablar...

L: Esto no es el momento, Don Fernando; ya le dije que tengo mucho que hacer

F: Pero...

Lety le dio la espalda y tomó camino hacia Presidencia cuando se sintió mancar. Por instinto de agarró a la puerta de su oficina y trato de recobrar el equilibrio. Fernando fue detrás de ella en un brinco y la rodeo con un hobro para evitar que se cayera al piso.

F: ¡Lety! ¡Mi amor ¿qué te pasa?!

Lety era muy pálida y casi no lograba hablar

L: No.... es... nada... Don Fe... Fe...

El corazón de Fernando se paró al ver a su Lety tan débil así que la cargo entre sus brazos y la trajo adentro de la oficina de Presidencia, tendiendola en el sofá.

F: Mi amor, ¿¡Qué tienes!?

Lety no lograba hablar y solo lo miraba en los ojos; miraba los ojos de su hobre que estaban empañados por las lágrimas hasta que lo vio alejarse

L: ¡No te vayas, mi amor!

Las palabras no salieron de su boca. Lety estaba tan débil, que ni siquiera lograba hacer salir los sonidos desde su boca.

Dos minutos después, Fernando regresó junto a las muchachas del Cuartel y con un vaso de agua.

I: ¡Mi Lety! ¿Qué pasó?

F: Se puso un poco mal, Irmita. Yo creo que le va a hacer bien tomar un poco de agua

PM: Denme a mi, Don Fernando, me voy a encargar yo de que beba

F: No, quiero ser yo el que le dé el agua

Fernando se sentó en el sofá, cerca de Lety y, antes de hacerla beber, le acarició la mejilla y le sonrió. Lety se derritió con solo tenerlo cerca

Irmita entendió de inmediato que Fernando sentía algo por Lety; algo que iba más allá del simple repeto que se tiene por un jefe

Después de haber bebido el agua, Lety se sintió mejor y logro articular palabra así que trató de tranquilizar a sus amigas

L: Muchachas, estoy bien, en serio. No se preocupen por mi

S: ¡Ay Lety! ¿Cómo quieres que no nos preocupamos por ti, amiga? ¡Mira la cara que traes!

Ma: ¡Sí, maniguis; eres muy pálida!

J: ¿No será que estás embarazada?

Fernando desorbitó los ojos al igual que Lety que además se puso roja como tomate

L: ¡Ay claro que no, Juanita! ¿Como se te ocurre? Seguro ha de ser un poco de cansansio. Es que ayer fue un día bastante pesado...

Ma: ¿Por qué? ¿Qué pasó ayer?

Lety miró hacia Fernando que no le quitaba los ojos de encima, y carraspeó así que Paula Maria entendió de inmediato.

PM: Mire, Don Fernando, yo creo que Lety quiera estar un poco a sola con nosotras...

F: Yo no me voy de aquí hasta que no tenga la certeza de que mi...

Lety le tocó la pierna para que se callara así que Fernando logró frenarse a tiempo

F: ¡Presidenta! De que mi Presidenta esté bien

L: Estoy bien, Don Fernando, no se preocupe. Le agradezco mucho por su ayuda, pero ahora querría quedar a sola con mis amigas

F: Claro... Voy a estar en mi oficina si me necesita por algo


Quedada a sola con la muchachas, Lety se sintió más aliviada

I: Mi Lety, ¿ahora puedes contarnos que pasó?

L: No sé, Imita... Regresé de una vuelta por la empreza y de pronto me sentí muy débil; estaba por caerme pero, por suerte, Fe... Don Fernando estaba ahí, así que me ayudo a acostarme en el sofá

PM: ¡Eso no es normal, amiga!

S: Sí Lety; ¡deberías hacerte visitar de un médico!

L: Ay no muchachas, ¡no exageren! ¡No es necesario! Solo fue una cuestión de estrés, nada más

J: ¿Entonces siempre vamos a ver los cochecitos?

Lo: ¡Ay Juana! ¿Cómo le preguntes eso?

L: ¡Ya Lola! Claro que sí Juana. Necesito distraerme y creo que me hará bien salir a tomar un poco de aire. Dejenme ir al baño un momento y nos vamos

I: Lety, ¿estás segura de que te sientes bien?

L: Sí, Irmita. No te preocupes, en serio. Vamos a ver los coches y luego vamos a comer algo. ¡Yo las invito!

PM: Lety ¿Quieres que venga contigo al baño?

L: Ji ji ji ¡Claro que no Paula Maria! Voy y regreso


En el baño, Lety se refrescó la cara y aprovechó para hacer pipí. Últimamente sentía el estimulo de su vejiga màs frecuente pero daba la culpa a todos los té que tomaba durante el día. Cuando terminó de vacíar su vejiga, miró hacia abajo y se percató de que su ropa interior estaba limpia

L: ¿Y mi ciclo? ¡Esto sí es raro!


En su oficina, Fernando estaba muy preocupado por Lety. Entre lo que le había contado Doña Julieta y lo que había visto con sus proprios ojos, Fernando estaba aún más preocupado por su Lety

F: ¿Y si de verdad tiene algo malo? ¿Por qué no quiere ir a ver a un médico?

Además la pregunta de Juana hacia Lety lo tormentaba:

“¿Y si estàs embarazada?”

No, ¿como podía ser? Él siempre había usado precaucciones cuando había hecho el amor con ella...

Fernando empezó a hacerse mil paranoias hasta que de repente, la puerta de Vicepresidencia se abrió y de la misma entró Omar con una sonrisa de oreja a oreja

F: Carvajal, ¿Qué haces aquí?

O: Pues ¡aquí trabajo! Aunque no me paguen...

F: ¿Entonces por qué llegues a esta hora?

O: Porque estuve toda la mañana en los foros ya que tu Marcianita me pidió que iba a ver como van las cosas ya que dice que no está bien. ¿A proposito, qué tiene tu amorcito?

F: No sé, Omar, pero me preocupa verla así...

O: ¿Así como?

F: Pues está muy pálida, débil ¡y hace un rato se estaba desmayando en mis brazos!

O: ¿Marcia está aquí?

F: ¿Marcia?

O: Pos sí. ¿No fuiste tú quién dijo que se estaba desmayando en tus brazos?

F: Sí, ¡pero me refería a Lety, no a Marcia!

O: Claro, tú y tu gargolita...

F: ¡Omar! ¡Por Dios!

O: ¿Ahora qué hice?

Fernando se llevó una mano en la frente en evidente signo de exasperación

F: Dejalo... ¿Cómo van las cosas en los foros?

O: Pues todo parece proceder bien; Fabiola y Gregorio se están ocupando de los comerciales de Bella Life y parece que les vamos a cumplir por este mes

F: ¡Por fin una buena noticia! Y hay otra...

O: ¿Ah sí?

F: Ajá. Parece que Alejandro Fernández quiere hacer el video clip de su próxima canción con nosotros

O: ¡Hermano, esta es una excelente noticia!

F: Sí; si no fuera que quiere ese video clip para la próxima semana...

O: ¿¡Qué!?

F: Así es.

O: ¿Y Luigi ya lo sabe?

F: No, ¡claro que no! ¡Seguro la mariposita se va a poner histerica!

O: ¡Pues se aguanta! Lo importante aquí es recuperar a Conceptos

F: Sí...

Viendolo tan risueño, Fernando se puso curioso así que le preguntó a qué se debía esa sonrisa

O: Pues... ¡Hermano, agarrate fuerte a la silla porque estoy seguro que con esta noticia te vas a morir!

F: Omar, me estás asustando...

O: ¡Es que me pasó algo que nunca pensé que podía pasarme!

F: ¿Aprendiste a sumar?

O: ¡Ay ya Fernando! ¡No bromees!

F: Bueno entonces ¿Qué te pasó?

O: Me enamoré

Fernando lo miró extraño antes de echarse a reír

F: Ja ja ja ¿Te enamoraste? Tú, Omar Carvajal, el mujeriego más mujeriego del planeta, ¿te enamoraste?

O: ¡Ya Fernando! ¡No te burles que estoy hablando en serio!

F: ¡Es que no lo puedo creer! Tú eras él que siempre decía que andava con todas para no quedarse con ninguna ¡y ahora me sales con que te enamoraste!

O: Pues sí; ¡me enamoré! ¡Y como un loco!

F: ¿Y de quién te enamoraste? ¿La conozco?

O: Sí...

F: ¿Trabaja aquí en Conceptos?

O: Así es

F: ¿No será Juanita? Ja ja ja

O: ¡Ay ya Fernando! ¿Como crees? ¡Por supuesto que no es una del Cuartel!

F: Pues entonces no quedan muchas opciones... ¡Alicia Ferreira!

O: ¡Ni muerto! ¡Ya intentó una vez endosarme un chamaco! ¡Ni borracho regresaría con ella!

F: Entonces...

Fernando se puso a pensar

F: ¡Omar! ¿¡No me digas que te enamoraste de Marcia!?

O: ¿De la Marcianita? Je je je ¡No!

De repente Fernando le echó una mirada de pistola

F: Omar Carvajal, si ahora me sales con el cuento de que te enamoraste de Lety, ¡te juro por Dios que te parto la cara aquí mismo!

O: ¡Como eres bruto ‘mano! ¡Jamás podría enamorarme de tu gargolita!

F: ¡Ya sé! Pasaste al équipo de Luigi y te enamoraste de la mariposita ja ja ja

Omar hizo una meca muy fea

O: ¡Jamás en la vida, Fernando Mendiola!

Fernando estaba empesando a exasperarse

F: ¿¡Entonces de quién demonio te enamoraste!?

O: Pues... ¡Me enamoré de Carolina Ángeles!

Fernando desorbitó los ojos

F: ¿¡Qué!?

O: Así es, hermano, ¡por eso estoy desesperado!

F: ¿Por qué? ¿Acaso ella no te pela?

O: No; ¡es algo peor!

F: ¿Qué puede haber de peor?

O: Es que creo que Carolina ya tenga novio

F: ¿Tú crees?

O: Es que pasó algo raro ayer en la noche... ¿Por qué no me invitas a almorzar así te platico?

F: ¿Yo te tengo que invitar?

O: ¡Pues claro! ¡Te recuerdo que yo voy sin un quinto!

F: Ay, porque yo estoy sumergido de dinero ¿verdad?

O: ¡Ándale hermano! ¡No seas tacaño!

F: Está bien, vamonos en algun lugar a almorzar



En tanto, Lety y las muchachas del Cuartel estaban en un concesionario viendo algunos coches.

L: ¡Este me gusta mucho!

PM: ¡Ay no Lety ¿Cómo crees?! Eso no se acerca ni minimanete al coche que traías antes!

L: Paula Maria, antes era otra época, muy distinta... Ahora soy yo la que tiene que pagarse el coche y además necesito un coche que sea justo para mi. Seguro el Mercedes no es adapto a una mujer como yo

Lo: ¿Pero por qué manita?

L: Pues... Porque yo necesito un cochecito más pequeño; que sea más fácil de manejar y que refleje mi imagen. Bueno, la que tengo ahorita ji ji ji

Ma: ¡Ay ya maniguis! ¡Si te ves preciosa ahora!

S: A proposito, Lety, ¡aún nos tienes que contar quién obró semejante milagro!

L: Ji ji ji claro muchachas. En el almuerzo les cuento. Ahora quiro más informaciones sobre este coche...


Una hora más tarde, Omar y Fernando estaban sentados en el Le Noir, platicando sobre lo que había pasado con Carolina

F: ¿Y no te has puesto ni un solo segundo a pensar que a lo mejor Carolina te vio junto a la Yuyi?

O: Pues, la verdad no...

F: ¡Hijo ‘mano! ¡Sí serás bruto!

O: ¿Por qué?

F: Omar, las mujeres son seres humanos muy distintos respeto a los hombres. Ellas son muy orgullosas y preferirían hacerse matar luego que revelar que se sienten heridas

O: Entonces ¿Tú crees que ella malinterpretó la situación?

F: ¡Claro que sí! Seguro vio a la loca de la Yuyi besarte y se imaginó que tú andabas con ella. En efecto no sería raro que la pensara así, ya que tú eres un mujeriego...

O: ¡Era, Fernandito! ¡Tiempo pasado! Ahora tengo ojos solo por mi Caro

F: ¿Y se lo dijiste a ella que la amas?

O: ¡Por supuesto que no!

F: ¿Por qué?

O: ¿Como que por qué? ¿Qué tal si me rechaza o si no me toma en serio?

F: Pues, mientras sigas portandote así con las mujeres, dudo mucho que te vaya a creer...

O: ¿Entonces qué tengo que hacer?

F: Bueno, yo que tú trataría de explicarle lo que pasó con Yuyi

O: ¿Y si no me quiere escuchar?

F: Pues escribele una de tus tarjetas. En el fondo tú eres el Cyrano de Bergerac  aquí...

O: ¡Tienes razón, Fernando! ¡Voy a escribirle una carta donde le voy a explicar que la amo y que solo tengo ojos para ella!

F: ¡No, animal! ¡No puedes decirle que la amas por medio de una carta! ¡Eso tienes que decirselo en la cara!

O: ¿Y si ella no está enamorada de mi?

F: Omar, el amor es un riesgo; a veces se gana y a veces se pierde, pero lo importante es intentarlo. Sigue el consejo de este pobre enamorado; vete a su casa y dile en la cara que la amas y que ella es la única mujer con quién quieres estar

O: Es que tengo miedo...

F: Es normal; cuando se ama se tiene miedo de parecer ridiculos o de ser rechazados, pero es un riesgo que se tiene que correr si quieres llegar al corazón de una mujer

O: Gracias, hermano

F: No hay de qué


En la Editorial Gutemberg, Aldo estaba hablando con el director cerca de su libro

H.D: Así que vas a ganar mucho, si el libro logra el éxito que le corresponde

Aldo se puso a pensar...

A: Con esa cantidad de dinero, podría ayudar a Leticia a pagar la deuda de Conceptos y de esa manera llegar a su corazón...

H.D: Entonces ¿Aceptas nuestra propuesta?

A: ¡Claro que sí! ¡Y con muchísimo gusto!

H.D: Bueno entonces ¡trato hecho! ¿Cuándo piensas tener listo tu libro?

A: Pues, teniendo en cuenta que ya he escrito mucho en este ultimo año, creo que en tres semanas más o menos va a estar listo

G: ¡Qué esplendida noticia! Y además el período va a coincidir con el de la Expo-Feria. A proposito, ¿Hablaste con tu amiga de Conceptos con respeto a eso?

A: No Guillermo, todavía no he visto a Leticia, después del cóctel del Circulo. Voy a ver si logro hablar con ella hoy mismo y te digo

G: Bueno...


En la Comidilla, Lety había terminado de contarle a las muchachas lo que había pasado el viernes en la noche: desde el cambio de su look por obra de Carolina, hasta el logro de Cristian Castro, omitiendo obviamente lo que pasó con Fernando

PM: ¿Entonces Conceptos va a producir los video clips para esos dos papuchis?

L: Así es, Paula Maria

S: Ahw. Siempre me ha gustado la música de Alejandro Fernández. ¡Tiene una voz tan bonita!

J: Sí... ¡Y Cristian Castro también!

PM: ¿Y ya saben para que canción necesita el video clip Alejandro?

L: Todavía no, amiga. Primero tengo que hablar con Luigi y a ver si acepta y, si acepta, mañana tendremos otra reunión con Don Alejandro

I: ¡Estoy segura de que mi Don Luigi va a aceptar, mi Lety, no te preocupes!

L: Eso espero Irmita... Bueno ¿nos vamos?

Ma: Sí maniguis. Lástima que tu coche no va a estar listo hasta mañana

J: Ay sí, Lety. A esta hora estaríamos todas sobre ese cochecito tan bonito

L: Ji ji ji dudo mucho que mi Chevrolet pueda traernos a todas juntas

S: ¿Acaso te olvidaste cuando logramos subir todas en aquel taxi, cuando nos fuimos a festejar tu ascenso?

Lety regresó con la mente a esa noche en que, a causa de su primera borrachera, veía a Fernando en todos lados. Esa noche tuvo la confirma de que definitivamente amaba a Don Fernando Mendiola.

La voz de Martha la regresó a la realidad

Ma: Sara tiene razón, manita. Y además nos debes una vuelta sobre ese coche

L: Claro que sí, Martha. Deja que me lo entreguen y voy a pasearla con mi nuevo cochecito rojo

I: ¡Bueno muchachas, tenemos que apurarnos o Don Luigi me va a regañar que ya se nos hizo tardísimo!


Una vez en Conceptos, las muchachas se quedaron a platicar en el área secretarial hasta que Omar y Fernando descendieron del elevador. Cuando Fernando vio a Lety, se quedo embobado a mirarla. Su Lety lucía hermosa con ese vestido negro y ese saco fucsia y negro con cuadras.

O: Buenos días, muchachas

El Cuartel respondió al unísono

C: ¡Buenos días, Don Omar!

O: Sara, ¿Hay recados para mi?

S: Sí, Señor

O: Bueno, entonces vamos a mi oficina... Digo, en Vicepresidencia así hablamos

En tanto Fernando seguía mirando a Lety que se sentía un poco incomoda. Sentir su mirada clavada en ella, la hacía estremecer y eso no le gustaba para nada ya que había decidido quedarse enojada con él, sobretodo después de lo que escuchó en la oficina de Vicepresidencia.

L: Voy a estar en mi oficina muchachas. Nos vemos luego

Fernando aprovechó que las muchachas estaban distrídas para meterse en la sala de juntas y desde ahí pasar en Presidencia.

Lety estaba buscando algo en el archivo de la cueva así que no se percató de la presencia de Fernando hasta que el mismo apareció detrás de ella, ponendole las manos en los hombros y acercandose con la boca a su oído

F: ¿Como estás?

Lety suspiró hondo. Tener a Fernando tan cerca, le hacía temblar las rodillas y hacía que su corazón empezara a latir como un loco

L: Estoy bien, gracias Don Fernando

Fernando seguía pegado a ella y, mientras le hablaba, le rozaba el cuello con la nariz, provocandole escalofríos

F: Me da mucho gusto que estés mejor, pero me gustaría que te revisara un médico, Leticia.

L: No es necesario y por favor sueltame

F: ¿De verdad quieres que te suelte?

L: Sí. No quiero que me toques

F: Que raro, porque tu cuerpo dice exactamente el contrario...

L: ¡Ya, deja de decir tonterías, Fernando!

Fernando empezó a besarle el cuello y Lety sintió que no podía resistir por mucho tiempo a ese ataque de amor

L: Fernando, por favor, sueltame

F: ¿Por qué, Lety?

En tanto, las manos de Fernando descendían hasta que el mismo la abrazó al altura del estómago. Inmediatamente, Fernando advirtió una sensación rara; como una vibración particular. Luego, con mucha delicadeza hizo voltear a Lety así que ahora los dos se miraban en la cara.

L: Porque estoy enojada contigo

F: ¿Y no me puedes perdonar?

L: No

Fernando sonrió

L: ¿Te causa gracia el hecho que yo esté enojada contigo?

F: No; me causa gracia que tú me rechazes mientras tu cuerpo me demuestra cuanto me desees...

L: ¡Eso no es cierto!

F: Ay Lety, mi Lety... Te conozco muy bien y siento tu cuerpo mientras tiembla bajo del  mío para la excitación

Lety tragó saliva. En efecto era una tarea muy ardua resistir al fascino de Fernando Mendiola...

Lety abrió la boca para alegar algo pero Fernando no se lo permitió puesto que cubrió su boca con sus labios, envolviendola en un profundo beso...

Sigue...








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