sábado, 6 de diciembre de 2014

Capítulo 42

Capítulo 42
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¿A quién ama Lety?

El sol iluminaba tímidamente el ambiente, filtrándose a través del traslúcido cortinado que cubría la ventana de la recámara de Fernando. Era el amanecer de un nuevo día en la Ciudad de México.

Fernando dormía con la sonrisa todavía dibujada en sus labios, al igual que Lety, que reposaba plácidamente entre sus brazos.

Los dos estaban abrazados, dándose calor el uno al otro. Parecía que nada podía estorbarlos hasta que el sonar de un celular interrumpió el descanso de Leticia. Lety se incorporó un poco, tratando de no despertar a Fernando, y se sentó a un lado de la cama, respondiendo en voz baja

L: ¿Bueno?

D.J: ¡Lety! ¡Mi h’jita! ¡Por fin te ecuentro! ¿Donde estás?

L: Ay hola mamacita... Estoy...

Doña Julieta casi no la dejaba hablar puesto que estaba muy nerviosa por la ausencia de su hija

DJ: Lety, dime la verdad, ¿Pasaste la noche afuera con ese amigo tuyo que vino desde Acapulco?

L: ¡Ay no mamà ¿Como crees?! ¡Claro que pasé la noche en mi casa! Es que hoy tenía un desayuno muy muy importante de negocios y era muy temprano, asì que salì prácticamente de madrugada de la casa

DJ: Lety, ¿Estás segura que no me estás hechando mentiras?

L: Cla... ¡Claro que no mamacita!

DJ: Està bien mi amor, entonces nos vemos más tarde en la casa

L: Sì, claro. ¡Adiós mamacita! ¡Te amo!

Lety no tuvo ni tiempo de terminar la llamada que Fernando la abrazó por detrás, arrastrandola en la cama y dandole un beso en la mejilla

F: ¿A quién le estabas diciendo “te amo”, mi vida?

Lety estremeció con solo sentirlo llamarla “mi vida”

L: Bu... Bu... ¡Buenos días Don Fernando! Estaba hablando con mi mamà

F: Y dime, ¿Desde cuándo tu traes celular?

L: No hace mucho... En realidad fue un regalo de Carolina. Cuando regresamos desde Acapulco, ella me convenció que no podía seguir sin celular asì que fue ella misma que me lo compró, unos días después que regresamos a México.

F: Ah, entiendo...

Fernando hizo voltear a Lety hasta que sus rostros se enfrentaron y, tras acariciarle la mejilla con la yemas de sus dedos, le estampó un beso en los labios, empapado de ternura.

F: Buenos días mi vida

Lety se limitó a sonreír, todavía incrédula por lo que había pasado entre ellos esa noche.

F: ¿Tienes hambre?

L: Un poquito...

F: Bueno entonces voy a prepararte el desayuno

Antes de que Fernando se levantara de la cama, Lety le inquirió

L: Don Fernando, ¿Cómo se siente?

F: Me siento muy bien Lety, gracias. Pero me sentiría mejor si tu siguieras tuteándome...

Lety tragó saliva. ¡Nunca podía imaginarse que Fernando tomara tan bien el hecho que ella lo tuteara! Lety lo miró en los ojos y le sonrió, otorgándole la razón

L: Està bien... Fernando

Fernando se le acercó y le pinzó las comisuras de los labios entre sus pulgares e índices:

F: ¡Asì me gustas!

después le estampó un beso en los labios y añadió:

F: Voy a preparar el desayuno y regreso. Tu quedate aquì tranquila que yo te lo traigo en la cama

Tras darle otro picoreto, Fernando se dirigió en la cocina

Lety decidió aprovechar el tiempo para hacerse una ducha. Cuando entró en el baño, se refrescó el rostro y se miró en el espejo

L: Ay, todavía no lo puedo creer... Pasé la noche con él, ¡con Fernando! Deseaba este momento desde muchísimo tiempo... Me siento feliz, ¡muy feliz!

A Lety se le dibujó una sonrisa picara en la cara con su último pensamiento

L: Y él también me parece feliz ji ji ji Ay mejor me meto en la regadera antes que se me haga demasiado tarde...


Fernando, mientras tanto, estaba en la cocina preparando el desayuno al tiempo que cantanba un viejo éxito de Luis Miguel

F: Pasaran más de mil años, ¡muchos demás!, Yo no sé si tenga amor la eternidad... Pero allà, tal como aquì, en la boca llevaras, ¡sabor a mi!

E: ¡Guau que felicidad!

F: ¡Hola Lalo! ¡Muy, pero ¡muy! buenos días!

Lalo sonrió con plena autenticidad viendo su amigo tan excitado y feliz

E: Buenos días Fernando. ¿A qué se debe tanta felicidad?

Fernando alzó picaramente sus cejas, sonriendo

F: ¿No te imaginas?

E: Uy, no me digas que... ¡Se reconciliaron ¿verdad?!

F: Asì es amigo mio. ¡Lety por fin me dio otra posibilidad!

E: ¡No sabes como te felicito Fer! ¿Y donde està ahora ella?

F: En mi recámara. Le dije que le iba a preparar el desayuno y que se lo llevaba en la recámara. Por cierto, ¡Muchas gracias por enseñarme a cocinar! Aunque sea solo el desayuno... Ja ja ja

E: No hay de que Fer. Bueno entonces te dejo con ella. Nos vemos más tarde

F: Oye, ¿A donde vas tu, tan contento?

E: Eso es un secreto

Lalo le guiñó el ojo y salió.


Cuando Fernando regresó en la recámara, y se percató que Lety no estaba en la cama, fue asalido de un sentido de angustia con solo pensar que ella pudiera haberse ido pero en seguida se dio cuenta que eso no era posible ya que no había bajado las escaleras. Más tranquilo, Fernando se percató que se oía desde el baño un sueno de agua

F: Mi Lety ha de estar en la regadera...

Cuidadosamente Fernando se acercó a la puerta del baño, que estaba entreabierta, y decidió entrar.

A Fernando se le secó la boca al ver el cuerpo de Lety bajo la lluvia de la regardera.

El agua caía en cascadas a través de su espalda cuando Fernando le hizo notar su presencia en el baño

F: Ehm, Le... Lety, està listo el desayuno...

Lety se asustó al percatarse de su presencia y trató de cubrirse con los brazos, a pesar que el vapor que empañaba a la mampara ocultaba bastante su figura

L: Està bien, ¡Ahorita salgo!

F: ¿No quieres que me meta allì contigo y que te lave la espalda?

Lety sonrojó de inmediato

L: No, no, ¡Por favor! Espereme afuerita ¿Sì?

Fernando se desanimó

F: Està bien Leticia, como quieres.


Cuando Lety salió del baño, estaba envuelta en su toalla y con su cabello enfundado con otra hecha turbante. Al ver todo lo que Fernando había preparado, se quedó boquiabierta

L: ¿Y desde cuándo usted sabe cocinar?

Fernando la miró feo y Lety entendió de inmediato

L: Oops, perdón... quería decir, ¿Desde cuándo TU sabes cocinar?

F: ¡Asì està mejor! No hace mucho Lety; recién unos días. Fue Lalo que me enseñó. Pero nomás el desayuno ja ja ja

L: ¡Que bueno! Vamos a ver entonces como cocinas ji ji ji

Fernando adoraba sentirla reír. Esa risa le había faltado por mucho tiempo y ahora, por fin, la risa de su Lety había regresado en su vida

Los dos se sentaron en el sillón blanco de la recámara y disfrutaron del desayuno

L: ¡Mis felicitaciones! ¡De verdad te quedó riquísimo!

F: Me da mucho gusto que te guste ja ja ja

Fernando acercó su rostro a lo de ella y frotó tiernamente su nariz contra la suya, como había hecho la noche pasada. Después le acarició picaramente la espalda con la yemas de sus dedos al tiempo que recorrià toda su boca, afrancesando el beso. Ese gesto hizo estremecer por completo a Lety que se entregò feliz a sus besos.

Cuando Fernando separò sus labios de los de ella, Lety estaba todavía risueña, con los ojos cerrados, y su cuerpo tembalaba ligeramente por la excitación...

F: A ver, mi queridísima Presidenta, ¿Que vamos a hacer ahorita?

Lety se sonrojó ¿Posible que Fernando se refería precisamente a “eso”?

Fernando sonrió y entendió de inmediato que Lety le había dado doble sentido a su pregunta. Abrazandola con mucho cariño, la reprendió jocosamente

F: ¡Ay mi Lety picarona!

Lety ocultò su rostro en el pecho de él, muy apenada

L: ¿Por qué dices eso?

F: ¡A poco no te hagas Leticia! Pensaste con doble sentido ¿No es asì?

Lety se avergonzó aún más pero admitió que era cierto

F: Creeme que a mi también me encantaría repetir lo que pasò anoche pero yo creo que ahorita deberíamos irnos a trabajar, vista la hora ¿No?

Lety se separó de él y miró hacia el despertador

L: ¡Ay no se me hizo tarde! ¡Tengo que irme a Conceptos de volada! En cuanto a usted, mi queridísimo Don Fernando, tiene que descansar para recuperarse de esa debilidad que le causò la fiebre

Fernando alzó picaramente su cejas

F: ¿La fiebre? Yo diría más bien que fue otra cosa a debilitarme...

La cara de Lety se volvió roja como un tomate

Fernando no pudo más que estrecharla

F: Ya ya mi vida, tampoco lo tomes asì... ¡Fue una noche bellísima! Y... ¿Te digo algo? Nunca quiero pasar otra noche sin ti. Quiero pasar todas las noches de mi vida contigo a mi lado. ¿Que te parece?

Lety rió nerviosamente. Todavía estaba risueña y no sabía que contestarle asì que decidió desviar la conversación hacia el trabajo

L: Me parece que todavía tienes la fiebre muy alta y que yo estoy retrasada. Hagamos una cosa Fernando, yo me voy a Conceptos; tu quedate en la cama y descansa, asì que para esta noche estés más relajado y en fuerzas. ¡Acuerdate que tenemos que ir a atrapar a Cristian Castro en el cóctel del Círculo Creativo!

Fingiendo un puchero, Fernando le inquirió:

F: ¿Y tu no te quedas a hacerme compañía?

Leticia se derritió frente a esa mirada. Ella hubiera querido quedarse junto a él para el resto de su vida pero no podía venir meno a sus obligaciones en Conceptos.

L: Sabes que me encantaría Fernando, pero no puedo... Tengo que atender mis obligaciones como Presidenta si queremos sacar adelante la empresa

Fernando solo le sonriò y después se levantò repentinamente y se puso en posición de firmes como un soldado

F: ¡Como usted ordena, Presidenta!

L: ¡Ay ya no seas payaso!

Fernando se inclinò levemente y la besò en la boca

L: Estas horas sin ti me van a parecer eternas...

F: A mi también mi vida. Sin embargo piensa que al rato nos vamos a ver y vamos a estar nuevamente juntos...

Lety lo mirò fijo en los ojos y le hablò con la voz del corazón

L: Te amo Fernando

F: Y yo a tì mi Lety

Leticia se levantó y lo abrazó por la cintura, regalandole un profundo beso lleno de amor. Fernando supo que eso debía bastarle hasta la noche, cuando por fin él y Leticia volverían a verse.


El reloj marcaba casi las nueve y media cuando Lety se apersonó en Conceptos. Llegando a primer piso, la Presidenta saludó sus amigas del Cuartel, luciendo una sonrisa de orejas a orejas, antes de cerrarse en Presidencia.

El Cuartel no pudo hacer otra cosa que darle vuelo al chismerío

Ma: Oigan maniguis, ¿A ustedes no le pareció que Lety llegó con otro semblante hoy?

S: ¡Sì! ¡Està como flotando en las nubes! Se le ve a lengua que està muy feliz

PM: ¿Y quién no lo sería después de pasar la noche con semejante guapo?

Lo: ¿Que quieres decir con eso, Paula Maria?

PM: ¿A caso ustedes no se dieron cuenta que ayer Lety salió de esta empresa junto a Aldo?

S: ¡Paula Maria tiene razón! ¡Yo también los vi salir juntos ayer en la noche!

J: ¿Serà por eso que Lety està tan feliz?

Ma: ¡Ay no maniguis yo no aguanto! ¡Necesito saber el chisme completo!

S: ¿Por qué no vamos a Presidencia y le preguntamos directamente a ella?

PM: ¡Claro! ¡Vamonos!


Lety estaba con su diario en las manos cuando el Cuartel entró como un torbellino en su oficina

PM: ¡Hola Lety!

L: ¡Hooola Paula Maria! ¡Buenos días muchachas!

J: Hola Lety ¿Qué tal?

L: Todo bien Juanita y ustedes ¿Como están?

Ma: Bien, bien Lety... Claro, no tanto como tu maniguis...

L: ¿Que quieres decir con eso, Marta?

Lo: ¡Que se ve a kilómetros de distancia que estás al punto de estallar por la felicidad Lety!

Tras sonreír, Lety se inquirió entre sì: ¿Tanto se ve? Ji ji ji

PM: ¡Ay te cachamos amiga! Ahora no seas mala y cuentanos qué tal fue la noche que pasaste con Aldo

Lety se pasmó por completo

L: ¿La noche que pasé con Aldo? Pero...

Lo: ¡Ay Lety no te hagas! Todas te vimos salir con él ayer en la noche

L: ¡Ay no muchachas se equivocan! Aldo y yo, solo fuimos a cenar, ¡Nada más!

PM: Pero eso no explica esa sonrisa que luces esta mañana Lety. ¿A poco estás tan feliz por una cena? Digo, està bien que Aldo sea muy ¡pero muy guapo!, pero no te creemos nadita si nos dices que solo cenaron...

Ma: Sì maniguis, seguro pasó algo más...

J: ¡Ya cuentanos Lety! ¿Se besaron?

L: ¡Por supuesto que no Juana! ¿Como crees? Si le digo que entre Aldo y yo no pasò nada, ¡es porque de verdad es asì!

PM: ¿Entonces que es lo que te tiene tan feliz?

Lety no sabía que contestar. ¡Seguro no podía decirle que venía de pasar una de las noches más maravillosas de su vida junto al hombre que más amaba en el mundo!

L: Es que... Nos està yendo bien con algunos negocios, por eso estoy feliz

Las muchachas no le creían para nada pero se vieron obligadas a salir de Presidencia cuando entró el Licenciado Mora, diciendo a Lety que tenía que hablarle de algo urgente.

Salidas de Presidencia, las muchachas se encerraron en el baño de damas, decretando un codigo rojo. Irma, que todavía no sabía nada de los últimos acontecimientos, fue informada por Marta.

Ma: Maniguis, aquì algo no cuadra...

J: Sì, seguro Lety nos està ocultando algo...

Lo: ¡Claro que nos està ocultando algo! ¡Nadie se pone tan feliz solo por cuestiones de trabajo!

PM: Chicas, ¿Saben lo que pienso yo? Que aquì hay olor de sexo en el aire...

I: ¡Ay Paula Maria, de veras que eres sin vergüenza!

Sa: ¡Ay ya Irma!

J: ¿Qué quieres decir con eso, Paula Maria?

PM: ¡Que Lety viene de pasar una noche increíble junto al hombre que ama! ¿No se dieron cuenta que està como estaba cuando era novia de Tomás?

S: A ver Paula Maria, Según tu, ¿Lety regresò con Tomás?

PM: ¡Ay claro que no! Y por serte sincera, por como yo los veo, esos dos nunca fueron novios...

I: ¿Entonces insinuas que Lety nos engañó todo el tiempo encubriendo el hombre que ama con Tomás Mora? Ay no Paula Maria, eso no lo puedo creer...

PM: Bueno, bueno yo no digo eso pero... Pienselo muchachas. ¿Ustedes de veras creen que Lety, en aquellos tiempos, estaba tan feliz por estar con un tipo como Tomás?

Lo: En efecto... Tomás serà gentil, simpatico y todo ¡Pero es bien feo! Aunque pensando a como era Lety antes...

I: ¡Lola! ¡Terminala de una vez con esos comentarios!

Lo: ¡Ay perdón Irmita pero yo digo solo la verdad! ¿A caso Lety no se ve mejor ahora, con su nuevo semblante?

Todas asintieron otorgandole la razón


En Presidencia, Lety y Tomás estaban hablando del asunto de Krauss Publicidad cuando a Lety le urgió comunicarse con su secretaria para pedirle unos datos. Viendo que el telefono sonaba, y que Paula Maria no contestaba, Leticia salió de su oficina para averiguar que estaba pasando. No viendo las muchachas en sus puestos, Lety entendiò de inmediato que de seguro estaban en junta en el baño y se acercó donde los sanitarios, enteabriendo la puerta y quedandose a escuchar.

Ma: Bueno manuguitas, volviendo a los de antes, ¿Quién sarà ese hombre que tiene Lety tan en ascuas?

S: Bueno, ya escludimos a Tomás y la propia Lety nos dijo que entre ella y Aldo no pasa nada... ¿Quién nos queda?

Lety quedó apabullada cuando se percató que el topico de la conversaciòn era, nada menos que ella misma

S: ¡Seguro es alguien de Conceptos ya que Lety està encerrada aquì casi todo el día!

J: Bueno, no son muchos los hombres aquì en Conceptos...

Lo: Cierto. Excludiendo Tomás, queda Lopez, pero creo que sería más facil que Lety cambiara de parroquia en vez de enamorarse de él...

Todas se echaron a reír y incluso Lety soltó una pequeña risa

S: ¿Y si fuera el licenciado papito?

PM: ¿Don Omar? No, olvidalo. Eso no es posible. Don Omar es un mujeriego y no es la clase de hombre que pueda gustar a Lety

S: Entonces lo único que queda es Don Fernando. ¿Se acuerdan de la festa por el ascenso de Lety, cuando ella lo veía en todos lados?

J: ¡Sì! ¡Y además él partecipó a la fiesta de cumpleaños de Lety!

Lety tragó saliva

Lo: Ay no ¿Como creen muchachas? Él està comprometido con Doña Marcia y además està esperando un hijo suyo. ¡Sería de muy mal gusto que ella se mitiera en el medio!

Lety no pudo aguantar más. Se sentía llena de culpa, quizás porque sus amigas tenían razón con respecto a Fernando y a su historia con Marcia, entonces se volteó y reprendió camino a su oficina.

Había dado justo algunos pasos cuando las puertas del elevador se abrieron y del mismo salió Aldo. El chef le llamó la atención pero, cuando Lety se volteó para saludarlo, le dio un mareo y se desmayó...



Sigue...

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