jueves, 23 de octubre de 2014

Capítulo 37



Capítulo 37
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La promesa de Aldo

En Conceptos, todo marchaba bastante tranquilo cuando Paula Maria se apersonò en Presidencia.

PM: Perdón que te interrumpa Lety, pero tengo un recado de parte de Doña Marcia

L: ¿Un recado de Doña Marcia? ¿De que se trata?

PM: Acaba de llamar para decir que hoy tampoco va a venir en la empresa y me pidiò de especificarte que fue un pedido de su doctora que le ordenò absoludo reposo

Lety palideciò

PM: ¡Amiga! ¿Te sientes bien?

Lety tratò de lucir lo más tranquila posible

L: No te preocupe Paula Maria; voy a estar bien...

PM: Sabes que a mi no me puedes mentir Lety. Te conozco muy bien y sé que traes algo... ¡Ándale, confíate conmigo!

Lety mirò a su amiga y sonriò. A pesar de todo, el Cuartel seguía siendole fiel y incondicional como siempre y sus amigas seguían preocupandose por ella. Eso le bastò a Lety para aguantar el mal trago que venía del recado de Marcia. Era obvio que Marcia la traía con ella aunque Lety se preguntaba si el verdadero motivo era su cargo como Presidenta o si había algo más...

Finalmente Lety logrò convencer Paula Maria que estaba bien y asì la segretaria se fue. Quedada solas, todas las defencias de Lety derrumbaron. Todavía sentada en el sillón presidecial, Leticia apoyò su barbilla en el filo del escritorio y se echò a llorar.

Después de diez minutos, alguien tocò la puerta. Lety tratò de secarse las lagrimás como pudo y finalmente dejò pasar quién tocaba.

T: ¡Hola Lety! ¿Qué tal este jueves?

L: Ay hola Tomás... Bueno, digamos que no empezé exactamente con el pié derecho...

T: ¿Qué pasò ahora?

L: Nada Tomás; lo de siempre...

T: ¿Tuviste problemas con Don Fernando?

L: No Tomás... Bueno, no exactamente con él...



Mientras tanto, Carolina estaba en la terminal de llegadas del aeropuerto Benito Juarez cuando vislumbrò la figura de Aldo.

C: ¡Aldo! ¡Qué gusto volver a verte tan pronto!

A: ¡Hola Carolina! ¡No era necesario que te molestabas! Yo podía pedir un taxi...

C: ¡Ninguna molestia Aldo! ¡Para mi es un placer!

Los dos se abrazaron y después el chef pidiò por Lety

C: ¿Todavía no sabes? Lety ahora trabaja en Conceptos. Bueno, mejor digo dirige Conceptos...

A: Sì, algo me adelantò cuando la llamé...

C: ¿La llamaste? ¿Asì que ella ya sabe que tu ibas a venir hoy?

A: Sì, porsupuesto.

Carolina se puso a pensar a como se habían dejado Lety y Aldo en el aeropuerto de Acapulco. Ese día Lety traía mucho coraje con Aldo por el hecho que él la había besado

C: Y... ¿Como reaccionò cuando le dijiste que ibas a venir?

A: ¿La verdad? Me pareciò muy feliz con la noticia

Carolina se extrañò

C: Bueno... Me imagino que traes equipaje ¿verdad?

A: Sì, tengo una maleta que ahorita voy a recuperar asì nos vamos por donde Lety y le doy una sorpresa ¿te parece?

Carolina tragò saliva. Ella verdaderamente estaba confundida. ¿Como podía Lety ser feliz por la llegada de Aldo si traía mucho coraje con él cuando se dejaron? Y sobretodo, ¿como iba a reaccionar Fernando si por desgracia se topaba con Aldo y encima en su empresa?

C: Mira Aldo, la verdad no me parece una gran idea ir por ella en Conceptos. Mejor la llamo y veo si nos alcanza en algún lugar

A: ¡No Caro por favor! Yo quiero darle una sorpresa y si tu no me quieres acompañar donde està ella, la voy a encontrar yo solito

C: ¡De verdad que eres muy terco Aldo!

A: Yo creo que es normal cuando uno està enamorado

Carolina quedò boquiabierta

C: En... ena... ¡¿Enamorado!?

A: Sì, claro. ¿Por qué te sorprendes? Ya te lo había dicho en Acapulco que yo sentía algo muy especial para Leticia

C: Pero... pero... Aldo, el amor es un sentimiento muy importante y serio. ¿Como pudiste enamorarte de Lety en tan poco tiempo? Bueno, reconozco que Lety es una persona muy especial pero... De verdad me parece muy adelantado lo que tu dices sentir por ella

A: Te aseguro que lo que siento por Leticia es amor, Caro. Yo nunca he sentito un sentimiento tan fuerte por alguien. Me atrevería a decirte que lo que siento por ella es más fuerte de lo que sentía para mi defunta esposa Leonora

Carolina estaba apabullada. ¡Eso sì era un verdadero problema! Carolina quería mucho a Aldo; los dos se habían conocido algunos años atrás en Acapulco y habían divenido muy buenos amigos. Ella le tenía muchísimo cariño; ¿Como podía decirle que Lety jamás le iba a corresponder? Si no estuviera tan segura del amor de Lety hacia Fernando y también del amor de Fernando hacia ella, Carolina hasta pudiera decirce feliz por el sentimiento que declaraba sentir su amigo hacia Lety pero, con todo lo que ella sabía, no podía hacer otra cosa que apoyar el equipo Lety-Fernando aunque eso le iba a causar una gran decepción a su amigo chef.

C: Mira Aldo, no sé como decirtelo pero...

A: Lety no me puede corresponder porque està todavía enamorada de Mendiola ¿verdad?

Carolina bajò la mirada

C: Asì es.

A: Eso ya lo sé Caro, no te preocupes. Ella misma me lo dijo ¡y más de una vez! pero no quiero rendirme. Yo estoy seguro que Mendiola no la ama y tarde o temprano Leticia se irà a dar cuenta

Carolina se extrañò con esa última afirmación

C: ¿Y como es que estás tan seguro de que él no la ama?

A: ¡Por Dios Carolina! ¿Que clase de hombre que se dice enamorado de una mujer le hace tanto daño como lo que Fernando hizo a Leticia? ¡Él se porto pésimo con ella! ¡La destruyó! Y a ti te consta más que a nadie...

C: Pero, no obstante todo, ¡Lety nunca dejò de amarlo!

A: Porque Leticia està encaprichada con él. Todavía no ha aprendido a valorar a sì misma antes que a Fernando pero yo puedo abrirle los ojos y enseñarle a valorarse a sì misma ante todos ¡asì veremos si se olvida de una vez de ese hombre!

Carolina no podía creer en sus oídos. ¿Le parecía a ella o Aldo traía mucho coraje hacia Fernando?

C: Mira Aldo, yo estoy segura que las cosas no son como tu crees. ¡Fernando està verdaderamente enamorado de Lety y la ama con toda su alma!

Aldo riò con sorna

A: ¡Ay ya Carolina! Yo sé que tu y Fernando son amigos pero no es necesario que lo defiendas delante de mi porque no hay de como. Lo que él hizo a Lety es imperdonable y demuestra que él nunca la quiso.

C: Aldo, es evidente que tu conoces la historia de Lety y Fernando por como te la contò ella pero te aseguro que, después de conocer la versión de Fernando, las cosas te van a parecer más claras. Yo misma estaba convencida que Fernando era un monstruo por todo lo que había hecho a la pobre Lety pero, después de conocer su versión de la historia, y sobretodo, después de haber visto su cara esa noche en Acapulco, estoy segura más que nunca que él se enamorò como un loco de Leticia.

Aldo se puso a pensar a lo que había escuchado detrás de la puerta de la habitación de Leticia la mañana siguiente a cuando Fernando había ido dizque por ella en Acapulco. Él no conocìa precisamente lo que había pasado entre Leticia y Fernando esa famosa noche pero se acordaba perfectamente de lo que Leticia había confiado a Carolina:

L: “¡Yo lo traté tan mal que me siento horrible! En cambio, ¡él se portò como un principe conmigo! Fue sumamente dulce esta noche cuando hicimos el amor y me dijo tantas cosas que nunca me había dicho antes... Además, antes que se fuera, me dijo....”

C: “¿Que te dijo Lety?”

L: “Que por primera vez en su vida, se había enamorado y la mujer en cuestión... ¡Soy yo! ¡Él me dijo que se enamorò realmente de mi! Dijo que me buscò para pedirme perdón el día de la junta y que hubiera dado su vida para no hacerme sufrir...”

L: “¡Soy una tonta Doña Carolina! ¡Mi corazón me està gritando que él es sincero!”

C: “¿Y porque lo dejaste ir entonces?”

L: “Porque, aunque si de verdad él estubiera enamorado de mi, en todo caso tiene que casarse con Doña Marcia para no perder la empreza. Ahora que yo me fui, necesita más que nunca el apoyo de ella para que Don Ariel no se quede a cargo de Conceptos y la liquide. ¡Yo no puedo ser egoista! ¡No puedo pedirle que eliga a mi antes de la empreza que ha sido siempre su vida! ¡Lo que tengo que hacer, es olvidarme por siempre de él!”

Leticia quería olvidarse para siempre de Fernano ¿y cual mejor manera si no con un nuevo amor? Aldo no sabía con certeza si los sentimientos de Fernando eran sinceros, pero estaba tan enaorado de ella, que se hubiera jugado el todo por todo para convencer a Leticia a olvidarse de Mendiola y a enamorarse de él. Además, la misma Leticia estaba convencida que Fernando quería estar con ella solo por su dichosa empresa y eso podía servirle a Aldo como as bajo la manga para convencer a Leticia que el amor de Mendiola no es incondicional como lo era el suyo hacia ella.

A: No me interesa conocer su versión de la historia. Ya sé que Fernando es un tipo muy hábil en embaucar la gente y de seguro es lo que hizo contigo para convencerte.

Carolina estaba perdiendo la calma. Aldo parecía no sentir razones.

C: ¡Te voy a demostrar que es como yo digo, Aldo!

A: Pues, si es como tu dices, te prometo que me voy a quitar de medio y voy a dejar en paz a Leticia. Pero, si es como yo pienso, ¡por nada del mundo quiero que ese hombre se acerque otra vez a ella! ¡Eso corre de mi parte!

Carolina estaba hasta espantada por la seguridad con la que Aldo se expresaba.

Finalmente él la convenciò a acompañarlo en Conceptos y los dos subiron en un taxi, no sin antes parar en una floreria.


Mientras tanto, Lety le había contado a Tomás lo que había pasado con Marcia y, tras tranquilizarla, Tomás le dijo que no se preocupara y para alejarla de los malos piensamientos, le dio la buena noticia de que una de las agencias que tenían deudas con Conceptos, finalmente pagò lo debido.

L: Asì que ahora nos falta “solo” un millón de dólares para cubrir la cuota de este mes...

T: Asì es Lety. Lo bueno sería lograr conquistar Cristian Castro...

L: Eso es precisamente lo que vamos a intentar con Don Fernando mañana en la noche

T: ¿¡En la noche!?

L: Sì Tomás. Don Fernando confirmò que va a ir al dichoso cocktail donde estarà Don Cristian y me invitò a ir con él.  Bueno, no me invitò, ¡confirmò por mi! y eso sin que yo pudiera decirle nada...

Tomás sonriò

L: ¿Y ahora porque traes esa cara?

T: Para nada Lety; para nada... Solo que me causa gracia el hecho que te vayas de reventón con él como en antaño

L: ¿Como crees Tomás? ¡No me voy a ir a ningún reventón! La salida de mañana va a ser una cuestión meramente de trabajo...

Tomás enarcò las cejas con picardía

T: Sì de trabajo... Admitelo Lety, por más que lo nieges, ¡el hecho de volver a salir con él te tiene en babia!

L: ¡Ay ya Tomás! Entre Don Fernando y yo, no va a pasar nada; nunca más. Él està esperando un hijo de Doña Marcia y es con ella que tiene que quedarse. ¡Asunto cerrado!

T: Como quieras Lety...



En tanto, Eduardo había llegado a Conceptos por hablar con Alicia y aclarar finalmente lo que pasaba con Marcia y la historia del supuesto embarazo.

E: ¡Hola a todas muchachas!

Ma: ¡Eduardito! ¡Que gusto verte!

E: Igualmente muchachas. ¿Como estan?

PM: Muy pero muy bien ahora que nuestra amiga regresò aquì con nosotras

E: Me da mucho gusto Paula Maria

PM: ¿A caso quieres hablar con Don Fernando?

E: No. En realidad me vine a dar un paseo y aproveché para saludarlas a todas ustedes

Lalo se volteò hacia el escritorio de Alicia y, tras sonreirle, la saludo besandole la mano

E: Hola preciosa

Las muchachas del Cuartel lo miraban estupefactas

E: ¿Como estás?

Alicia sonriò

AF: Muy bien, gracias Eduardo. ¿Y tu como has estado?

E: Bien; ¡Excelente diría!

AF: Que bueno...

E: Mira Alicia, como la otra vez que vine me habías invitado a cenar y yo no pude, ahora quiero ser yo él que te invita. ¿Que te parece si nos vamos a almorzar juntos hoy?

Tanto Alicia como el Cuartel quedaron boquiabiertas

AF: ¿En serio quieres invitarme a almorzar?

E: ¡Claro que sì!

AF: Pero ¿Por qué?

E: Ya te dije; quiero cumplir a lo que no pude cumplir la otra vez que vine.

AF: Bueno si tu lo dices... ¡Acepto!

E: ¡Que bueno! Entonces nos vemos más tarde.

AF: Sì, claro.

Después Lalo mirò a las muchachas y le guinò el ojo antes de irse

E: ¡Adiós muchachas hermosas!


En Vicepresidencia, Fernando estaba solos, trabajando en la computadora puesto que Omar había tenido que salir para ver un cliente. De repente, el telefono de su oficina sonò y Sara le anunciò que un señor de nombre Eugenio Valdez quería hablar con él.

F: Pasemelo Sara, si es tan amable

S: Claro que sì Don Fernando.

EV: ¿Fernando Mendiola?

F: Sì, soy yo. ¿Con quién tengo el placer de hablar?

EV: Me llamo Eugenio Valdez y soy el representante de Alejandro Fernandez, mucho gusto.

Fernando quedò boquiabierta

F: ¿El representante d...d...de... Ale...

EV: ...Alejadro Fernandez, asì es.

F: Muchísimo gusto; Fernando Mendiola pres... bueno, ex Presidente de Conceptos. ¿En que puedo servirle?

EV: Mire Señor Mendiola, la llamaba porque Alejandro va a lanzar su nueva canción el mes próximo y quiere hacer un video clip. Me he documentado mucho y resulta que Conceptos es una de las mejores casas productoras de México

F: Asì es Señor.

EV: Bueno, entonces me gustaría hablar con Usted, o con quién sea, de tu por tu y ver la empresa para decidir si tienes todas las condiciones para grabar el video clip de Alejandro

Fernando no creía en sus oídos. ¡Un cantante del tamaño de Alejandro Fernandez quería hacer un video clip con ellos! ¡Esa noticia sì le iba a dar mucha felicidad a su Lety!

F: ¡Con muchísimo gusto Señor Valdez! ¿Que le parece si fijamos una cita aquì en Conceptos el lunes en la mañana asì le presento también a Leticia Padilla Solís, la Presidenta de Conceptos?

EV: Me parece perfecto. Entonces nos vemos el lunes. Hasta luego

F: Hasta luego

Cuando Fernando colgò, por la felicidad no se supo contener y empezò a saltar por toda la oficina como una muelle

F: ¡Por fin! ¡Por fin Diosito una buena noticia! Ahora sì mi Lety va a estar muy contenta con lo que le voy a decir.

Cuando estaba por salir de su oficina, alguien tocò la puerta. Se trataba de Ricky Armstrong que quería actualizaciones sobre el comercial de Bella Life que se estaba grabando en esos días. Fernando tuvo que entretenerse con Ricky y posponer su platica con Lety.


El reloj marcaba casi el mediodía cuando Carolina y Aldo llegaron a Conceptos.

A: ¡Por fin voy a ver a Leticia! ¡Te juro que no aguantaba un minuto más Caro!

Carolina sonriò. En el fondo ella no podía negar a su amigo siquiera un intento con Lety

C: Sì, me imagino. Vamos a entrar ¿no?

Cuando entraron, Carolina se sorprendiò al no encontrar Paula Maria si no Yazmín en la recepción. La quita maridos, como la llamaba Lola, como de costumbre no se tardò  y empezò a coquetearle a Aldo.

Y: Buenos días guapo. ¿Que puedo hacer por ti?

Carolina carraspeò

Y: Buenos días Señora Angeles

C: Buenos días Señorita. Queríamos hablar con Lety.

Y: ¿Con la Presidenta? Sì claro, un momento.

Yazmín tomò la bocina y avisò Paula Maria que estaba Carolina Angeles en la recepción

PM: ¿Y que esperas? ¡Dile que pase!

Yazmín mirò Carolina

Y: Que pasen a primer piso.

Carolina todavía tenía temor a que Aldo y Fernando se encontraran entonces le pidiò a Yazmín que dijera a Lety que la esperaban en la planta baja. Yazmín reportò todo a Paula Maria que avisò a Lety.

L: ¿Como que està Carolina en la recepción? ¿Y por qué no la dejaron salir?

PM: Fue ella que dijo a la roba hombre esa que prefería esperarte en la planta baja

L: Que raro... Bueno, voy por ella. Esperame aquì Tomás si eres tan amable

T: Claro que sì jefa.

Lety saliò de su oficina y descendiò en la planta baja.


Fernando traía una sonrisa de oreja a oreja cuando saliò de su oficina. Estaba cantando una canción del propio Alejandro Fernandez cuando se acercò a la oficina de Presidencia y, preso de la felicidad, se olvidò de golpear la puerta.

F: ¡Lety! ¡Lety! ¡Tengo que darle un notición!

De repente el entusiasmo de Fernando se apagò cuando se dio cuenta que en la oficina solo estaba Tomás.

T: Lety no està. Saliò un momento Don Fernando

F: Ah... Gracias Tomás. ¿Puedo esperarla aquì? Es que tengo una noticia que me llegò hace un rato ¡y estoy seguro que a Lety le va a encantar!

Tomás se mostrò muy curioso y Fernando le dio un adelanto

F: Parece que nos quieren encomendar un nuevo proyecto que va a ser muy provechoso por Conceptos

T: ¡Que bueno! Sientese; Lety no ha de tardar

F: Gracias, muy amable.


Lety había llegado a la planta baja y, cuando vio que Carolina estaba acompañada por Aldo, sus ojos tomaron un brillo nuevo. A pesar de como se habían dejado en Acapulco, Lety estaba feliz de volver a verlo. Para ella Aldo era un gran amigo que la había ayudado muchísimo a superar el dolor por lo que le había hecho Fernando.

L: ¡Aldo! ¡No sabes que gusto volver a verte tan pronto!

A: Igualmente Leticia. No sabes las ganas que tenía de verte...

Carolina sonriò

Aldo la abrazò muy cariñosamente

A: Estos lirios son para ti aunque sus belleza es nada comparada a la tuya

Lety sonrojò.

A: ¿Estabas trabajando? ¿Te molestamos?

L: ¡Absolutamente no Aldo! Ninguna molestia

A: Que bueno que me dices asì porque me gustaría invitarte a almorzar, junto a Carolina, ¡claro!

Lety se volteò hacia su amiga

L: ¡Ay hola Carolina! ¡Ni te había saludado!

C: Ja ja ja no te preocupes Lety. Buenos días. ¿Como estás?

Lety tratò de no delatarse y fingiò una sonrisa

L: Bien gracias. Y ahora que veo a Aldo, estoy hasta mejor

Aldo sonriò lleno de orgullo por lo que había dicho Lety

L: Y respeto a tu invitación, ¡con mucho gusto acepto! Antes pero tengo que avisar a Tomás. ¿Que te parece si salimos juntos a Presidencia asì te lo presento?

A: Sì, porque no.

Carolina hubo un escalofrío; tenía como la sensación de que algo malo iba a pasar de allì a poco...

C: Aldo, lo siento mucho pero yo tengo un compromiso y no puedo acompañarlos. Serà por la próxima vez.

L: ¡Ay no Caro! ¿No puedes posponer tu compromiso?

C: Lo siento Lety pero es algo muy importante

L: Està bien Carolina. No insisto

Las dos amigas se abrazaron y lo mismo hizo la publirrelacionista con Aldo antes de irse.

Cuando Lety ingresò a primer piso junto a Aldo, las muchachas del Cuartel la rodearon.

PM: ¡Lety! ¿No non presentes a tu amigo?

Lety enrojesò

Aldo, por contrario, se mostrò muy amable como en Acapulco y, tras lucir una de sus sonrisas, se presentò a las muchachas.

A: Mucho gusto muchachas, yo soy Aldo Domenzaín

S: Mucho gusto Don Aldo, yo soy Sara Patiño

Ma: Yo soy Marta de Muñoz, mucho gusto Don Aldo

A su vez, todas las muchachas se presentaron y Sara agregò que juntas formaban el “Cuartel de las feas”

A: ¿Feas? Yo aquì no veo ninguna fea si no un Cuartel de princesas

Todas sonrieron honradas. De seguro Aldo había hecho brecha en sus corazónes a primera vista.

PM: ¿Y Usted también se ocupa de publicidad?

A: No, yo soy chef. Y no me diga usted que me hace sentir como un viejito con dentaduras je je je

PM: Bueno, como quieres Aldo

Aldo sonriò otra vez

A: Asì està mejor.

Todas sonrieron con picardia cuando se dieron cuenta de las flores que traía Lety en la mano.

PM: ¡Lety, manita, que bonitas flores! ¿Quién te los mandò?

Lety sonrojò y tratò de evitar la respuesta diciendole que tenían prisa.

L: Sepan disculparnos muchachas pero tenemos prisa.

A: No se preocupen; no va a faltar ocasión de platicar con ustedes Cuartel de princesas

Todas suspiraron al unisono.

Aldo y Lety se despidieron y ingresaron en Presidencia.

Lety abriò la puerta de su ofinina y, cuando vio que junto a Tomás estaba Don Fernando sentado en unos de los sillónes, hubo un escalofrío.

Fernando, al ver que Lety venía acompañada del güero sonrinete y que encima traía en las manos un ramo de flores, se levantò lentamente del sillón y mirò a Aldo fijo en los ojos con mucho coraje...


Sigue...



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