martes, 7 de octubre de 2014

Capítulo 33



Capítulo 33
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La prórroga

F: Lalo, eso no es nada chistoso ¿Sabes?

E: Mi intento no era ser chistoso Fer...

Fernando lo mirò y se percatò que Lalo tenía una cara demasiado seria

F: Entonces quieres mi mal estar ¿verdad? Si no ¿porque te saliste con esa tontería?

E: ¡No es nada tontería Fer! ¡Marcia està embarazada de veras!

F: No... no Lalo, ¡¡No!!

Fernando palidò de inmediato y se sintiò faltar el aire. Para no caerse en el piso, se sentò en el sofà del living y se quedò como catatonico

Lalo lo mirò y se convenciò que Fernando de verdad no sabía nada de todo eso.

F: No Lalo; eso no es cierto. Si fuera asì, ¡Marcia me lo hubiera dicho!

Antes de seguir, Fernando tratò de corregir su respiración

F: ¿Quién fue que te dijo eso a ti? No, dejame adivinar... Te lo dijo su amiguita 
Alicia Ferreyra ¿verdad? De seguro estan tramando algo esas dos...

E: No Fer, no fue Alicia quién me lo dijo. Fue otra persona

F: ¿Quién?

E: Eso no te lo puedo decir

F: ¡Eh no Eduardo! Tu te apareces por acà con un bomberazo semejante y ¡¿encima no me quieres contar como te enteraste?!

E: Lo siento hermano pero la persona que me lo dijo me suplicò que no revelara su identidad.

La preocupación de Fernando iba en aumento

F: Y... ¿Y es una persona de confianza almenos?

E: De toda mi confianza, sì

F: No lo puedo creer... ¿Como pasò eso?

E: Bueno yo creo que ya te explicaron como nacen los niños ¿o no?

Fernando estaba demasiado inquieto para los chistes de Eduardo

F: ¡Lalo! ¡No jueges! Lo que me acabas de decir, si de verdad es cierto, ¡es la peor noticia de mi vida! ¿Como pudo Marcia quedar embarazada?

E: Bueno, quizás no te cuidaste bien ya que estabas enojado con Leticia...

Fernando se extrañò

F: ¿Que tiene que ver Lety en todo esto?

E: Me imagino que te acostaste con Marcia después de lo que te dijo Lety en Acapulco ¿no?

F: ¿¡Qué!? ¿Estás loco o qué? ¡Yo no me he vuelto a acostar con Marcia desde que hice el amor con Lety por primera vez! Y eso pasò como cuatro meses atrás fijate

Eduardo se asombrò. De seguro había algo que no cuadraba...

E: ¿Como que cuatro meses?

F: Sì asì es. Yo y Lety hicimos el amor por primera vez el día de su cumpleaños y eso pasò como cuatro meses atrás. ¡Y no te hagas porque sabes perfectamente cuando es el cumpleaños de Lety!

E: Entonces... ¿Marcia ya està como de cuatro meses?

F: ¡¿Como puede ser de cuatro meses si nisiquera se ve la barriga?!

E:¿Entonces?

F: ¡Entonces ese niño, si de veras està, no puede ser mi hijo!

E: ¿Me quieres hacer creer que Marcia te puso el cuerno?

F: No pero... ¿Como puede ser mi hijo si yo no he vuelto a acostarme con ella desde mucho? Te soy sincero Lalo, una vez lo intenté pero no pude. Mi corazón, mi cuerpo y mi alma pertenecen a Lety y no puedo ni quiero ir con ninguna otra mujer que no sea ella

Lalo sonriò. Esa era otra confirma del inmenso amor que Fernando sentía para Lety

E: Entonces tienes que averiguar que està pasando

F: ¡Porsupuesto que tengo que averiguarlo! Voy ahorita mismo al departamento de Marcia

E: Està bien Fer pero, como sea, trata de usar tacto con Marcia. No te lances como 
tu costumbre...

F: Sì, claro. Me voy

Fernando saliò de su casa como una feria rumbo el departamento de Marcia



En tanto, Marcia había salido a darse una vuelta al parquecito que estaba cerca de su casa. No lograba dormirse entonces pensò que era mejor salir a tomar un poco de aire, a pesar que ya era bastante tarde.


En su cuarto, Lety tampoco lograba dormir. La platica con Eduardo le había dejado el amargo en la boca. Gracias a su amigo, se había enterado que Fernando había sufrido mucho por su ausencia y por lo que le dijo en Acapulco y, además, había habido la confirma de que Fernando se había enamorado de ella de verdad. Ese descubrimiento que tenía que ponerla al septimo cielo, pero, le causò solo dolor a causa de lo que se enterò en la mañana en la empresa. Fernando la amaba, sì, pero había dejado embarazada a Doña Marcia y eso quería decir que su historia con él había llegado al punto final.  

L: ¿Como voy a hacer ahora? ¡Diosito! ¿Como puedo sobrevivir sin Fernando a mi lado?

Lety se echò a llorar y se abrazò a su almohada.



Mientras tanto, Fernando había llegado al departamento de Marcia pero de ella, ¡ni su luz!

F: ¿Donde diablo se habrà metido?

Fernando decidiò marcarle al celular

Cuando Marcia vio el numero en la pantalla, en un primer momento decidiò no contestar pero después se hizo fuerza y picò el tasto verde.

M: ¿Bueno?

F: ¡Por fin Marcia! ¿Donde estás?

M: ¿A que viene esa pregunta?

F: Al echo que estoy en tu casa y tu no estás

M: ¿Estás en... en... mi casa?

F: Sì. ¿Te sorprende?

M: No es que....

Marcia tuvo que inventarse una excusa en lo inmediato; ella no quería hablar con Fernando esa noche. Estaba muy contenta por el resultado de la prueba de embarazo pero todavía no quería darle la noticia a Fernando entonces le inventò que estaba en el departamento de Alicia

F: ¿Y que haces allì a esta hora?

M: ¿Acaso estás celoso?

F: ¡Ay como crees Marcia!

Marcia, entre sì: Claro, ¿como crees Marcia que él pudiera estar celoso de ti cuando es de otra que està enamorado?

F: ¡Contesteme!

Marcia se extrañò. Fernando estaba demasiado nervioso...

M: Alicia tuvo un problema y necesitaba desahogarse entonces fui por ella

F: Sì, me imagino la clase de problema que debe de tener Lichita... Bueno, y ¿a que hora regreses?

Marcia tragò saliva

M: Hoy no regreso a dormir a mi casa Fernando. Me quedo con ella. Nos vemos mañana en la empresa

Cuando Fernando estaba por alegar algo, Marcia no le dio tiempo puesto que le colgò la llamada

F: ¡Grrr me colgò! ¿Y ahora? ¿Que voy a hacer ahora Diosito?

Fernando regresò en su coche pero no se fue a su casa... Como si una fuerza desconocida lo guiase, se marchò rumbo Calle de Mimosa...



En su cama, Lety había logrado dormirse pero estaba muy inquieta. En su sueño, veía otra vez Marcia vestida de blanco, con el vestido de novia, pero esta vez tenía la barriga muy visible. En la siguiente representación, Marcia estaba en la cocina de una casa que a Lety le parecía conocida. ¡Porsupuesto! ¡Esa era la misma casa que los papas de Fernando habían escojito como regalo de boda para él y Marcia! De repente se oyeron unos pasos y Marcia, que mientras tanto estaba cocinando, se volteò. En ese momento, un hombre, también vestido de blanco, se acercò a Marcia. El hombre estaba de espalda respeto a Lety pero ella lo reconociò de inmediato; se trataba de Fernando. En un primer momento, Fernando acariciò la barriga de Marcia, sonriendole. Después se voltò hacia ella y, tras secarse una lagrima que había caído de sus ojos, le sussurrò a Lety sin voz “Lo siento mi amor. ¡Perdoname!”.

Lety se puso a gritar y se despertò de golpe, muy sudada y con taquicardia

L: Dios... ¡¿Porque?! ¿Porque lo nuestro tuvo que terminarse asì?

Fernando, que ya estaba debajo de la ventana de Lety, se asustò muchísimo cuando la oyó gritar

F: ¡Lety! ¿Que le estarà pasando a mi Lety? No puedo Dios; ¡No puedo lastimarla otra vez! ¡Ella no se lo merece! Si se entera de lo que pasò con Marcia, ¡se va a morir! Y si ella se muere, ¡yo me muero junto a ella!

En ese momento, Lety hubo un escalofrío. Su corazón le decía que Fernando estaba inquieto y eso la hacía sentir peor aún. Por tratar de tranquilizarse, se acercò a la ventana y la abriò por tomar un poco de aire. Cuando mirò en la calle, no pudo creer a sus ojos. Allì parado estaba el coche de Don Fernando y, apegado a ello, estaba él: su principe; el amor de su vida; Fernando.

Fernado mirò hacia ella y solo sonriò. A pesar de que la calle estaba poco iluminada, Lety parecía un ángel. A Fernando le bastò con solo verla para tranquilizarse. Los dos se miraron por algunos minutos hasta que Lety se convenciò que de seguro se trataba otra vez de un sueño y se retirò en su cuarto.

Fernando no quizo hacer nada. Con solo ver a Lety estaba en paz.

Finalmente Fernando decidiò regresar a su casa cuando vio que la luz de la recámara de Lety se había apagado.


Marcia, mientras tanto, había regresado a su departamento y se había acostado en su cama.

M: Mañana tengo que acordarme de avisar a Conceptos que no voy a ir. ¡Aunque no me gusta para nada que la descarada esa se quede a solas con Fernando! Bueno Marcia, calmate... Hazlo por tu bebé...

Marcia se acariciò otra vez la barriga y por fin se durmiò.


El reloj marcaba las dos y media de la noche cuando Fernando regresò a su casa. 
Lalo estaba sentado en el sofà esperandolo

E: ¿Hablaste con Marcia?

F: No Lalo. Ella no estaba en su casa y además, cuando la llamé al celular, ¡me colgò y no me dio ni tiempo de hablar!

E: ¿Y ahora que vas a hacer?

F: Tengo que esperar mañana para hablar con ella. Después de la dichosa cita con el juez, voy a Conceptos y a ver si allì logro hablar con ella

E: Sì...

Eduardo se percatò que, a pesar de todo, Fernando tenía una ligera sonrisa dibujada en su cara

E: ¿Pasò algo más?

F: ¿Porque me preguntas?

E: Porque tienes la misma sonrisa que te se dibuja cuando ves a Lety...

F: ¿Tanto se nota?

E: Aha

F: Pues es cierto. Después de haber hablado con Marcia por circa treinta segundos, no quería regresar en lo pronto aquì entonces...

E: Te diste tu solita vueltita para la casa de Lety. ¿Le atiné?

F: Sì, le atinaste.

E: ¿Y?

F: Y... la oí gritar

Eduardo se espantò

E: ¿Como gritar?

F: Asì como lo oyes. No sé que pasò pero la oí gritar y después vi que encendía la luz de su recámara y fue entonces que se acercò a la ventana y la vi. Ay Eduardo, ¡mi Lety es bella como un ángel!

E: Lo sé; creeme que lo sé. Bueno ahora pero vete a dormir Fer; mañana te espera un día muy complicado y necesitas dormir

F: Me gustaría poder dormir... ¡Y no despertar jamás!

E: ¡¿Como vas a decir eso Fernando?! ¡Lety se moriría si te llegara a pasar algo!

F: Ay Lalo, ¿Que sentido tiene vivir si la mujer a la que amo ni me pelea y, en cambio, la mujer que ni deseo, me va a dar un hijo? No me malinterpretes; no es que yo no quiero reconocer ese bebito pero...

E: Pero no es con Marcia que planeabas ese hijo ¿verdad?

F: Sì. Desde que me enamoré de Lety, siempre he pensado casarme con ella, construir nuestro hogar y tener como diez hijos con ella

Lalo se permitiò sonreír

E: Todavía no se ha dicho la última palabra

F: ¿Tu crees?

E: ¡Claro que si Fer! Tanto por empezar, todavía no estamos seguros que ella està embarazada de verdad...

F: ¿No que tu fuente era muy segura de eso?

E: Si pero puede ser que se haya equivocado ¿no?

F: Como sea, mañana voy a saber la verdad. Pero, dime una cosa... ¿Que es esto de que Lety se va a morir si me llega a pasar algo? Ella ya no me quiere...

E: ¡Claro que te quiere Fer! Es más, ¡ella te ama y nunca ha dejado de amarte!

F: Me encantaría que eso fuera verdad Lalo pero, después de todo lo que le he hecho y, después de esta última canallada, la posibilidad que ella me dé otra chance se ha vuelto cero. Cuando la vi hace un rato, yo le sonreì y en cambio ella solo me mirò, sin decir nada, y después se retirò en su cuarto

Lalo tragò saliva. Él sabía porque Lety actuaba asì pero le había prometido no contarle nada a Fernando.

E: Verás que todo va a mejorar Fer

Los ojos de Fernando empezaron a aguarse

F: Ojalà porque por ahora veo todo obscuro.

E: Acuerdate que el momento mas oscuro del día, es el que precede el amanecer

F: ¿Y eso que quiere decir?

E: Que tienes que tener paciencia. Verás que después todo va a aparecer más claro

F: Lo dudo mucho... Como sea, me voy a acostar Lalito. Nos vemos mañana

Eduardo lo mirò con ternura. Al fin y al cabo, ellos dos habían crecido juntos y le dolía mucho ver tan abajo a su amigo del alma. De seguro tenía que hacer algo para ayudar los dos enamorados...

E: ¡Que descances Fer!

F: Igualmente



En su recámara, Fernando no se daba paz. Intentaba dormir pero no hacía otra cosa que voltearse de un lado al otro de la cama. En su mente veía Lety el día en que estaban los dos felices en Cuernavaca. Después le vino a la mente la última vez que hicieron el amor en Acapulco. ¡Ella estaba tan enamorada!; tan entregada... Fernando pudo sentir como su alma se abrazaba a la de ella. Todo parecía hechizado esa noche y solo existían ellos dos.

F: Como me gustaría regresar atrás el tiempo... Si hubiera sabido lo que habría pasado, ¡de seguro me quedaba en Cuernavaca con mi Lety y al diablo Conceptos y todo los de más! ¡Dios, es con ella que quiero tener hijos no con Marcia!


Las mañana llegò sobre Ciudad de México y sus habitantes se alistaban por empezar otro día. Ese miercoles 22 de septiembre, le supo amargo tanto a Fernando como a Leticia. En sus respectivas casas, los dos estaban terminando de areglarse para salir.

Don Erasmo, que había sido enterado de lo que había pasado por boca de la propria Leticia la noche pasada, se ofreciò de acompañarla pero Lety se rifiutò, diciendole que ya la iba a acompañar Tomas.

DE: ¡Mucho cuidado con lo que haces hija! ¡No te metas contra esa gente!

L: ¡Claro que no papacito! Lo único que quiero es reparar a un error que pasò también por mi culpa.

Don Erasmo estaba orgulloso de su hija. Si bien era verdad que ella había cometido un error siguiendo las directivas de su otrora jefe, Leticia estaba dispuesta a remediar y asumirse todas las consecuencias de sus acciones.



El reloj marcaba las ocho y media de la mañana cuando Lety y Tomas llegaron al juzgado. En el estacionamiento, Lety reconociò de inmediato el BMW Z4 de Fernando asì como lo hizo Tomas

T: Parece que tu jefecito ya llegò

L: ¡Ay ya Tomas!

T: Perdón Lety; se me olvidaba que ahora eres tu su jefecita je je je

L: ¡No seas menso Tomas! Vamos a entrar o se nos vas a hacer tarde.

Cuando trapasaron el umbral del juzgado, los dos se toparon con Sanchez, Rosales y el Licenciado Santa Maria.

Sanchez: Bu.. bu... buenos días mi estimada ¿Licenciada Padilla?

L: Buenos días Licenciado

Rosalez: ¡Buenos días Licenciado Morita!

T: ¡Mora, Licenciado! ¡Me llamo Mora no Morita!

Rosalez: Como sea...

L: Y... ¿El Señor Fernando donde està?

F: Estoy aquì Licenciada

Lety advirtiò un escalofrío que recorrió de punta a punta su cuerpo con solo escuchar su voz

Fernando apareciò detrás de ella y le estirò su mano para saludarla. Al principio Lety estaba dudosa pero después le estrechò la mano y entre los dos, fluyeron muchas sensaciones; era como si no se tocasen desde mucho tiempo y ahora, por fin, sus cuerpos podían reecontrarse, aunque fuera solo por un puñetazo de segundos.

MSM: ¿Vamos a entrar?

Lety y Fernando no paraban de mirarse fijo en los ojos; en ese momento se decían tantas cosas sin necesidad de hablar. Sin dejar de mirarla, Fernando asintiò y todos entraron el la oficina del Juez Juan José Alvarez

MSM: Buenos días Señor Juez

JJA: Buenos días Licenciado Santa Maria. Sientense.

Después que todos se sentaron, el juez abriò una carpeta y resumiò el motivo que llevaba el Señor Mendiola y la Señorita Padilla en su oficina

JJA: Por lo que veo aquì, se trata de un embargo ¿verdad?

L: Sì, asi es Señor Juez

JJA: Hay algo que todavía no entiendo... Filmo Imagen se vale de la justicia; pone a este juzgado a adelantar este proceso de embargo, y justo cuando vamos a rematar Conceptos, ¡solicitan deternerlo porque quieren una conciliación!

L: Es que, verà Señor Juez, yo y el Señor Mendiola llegamos a un acuerdo...

JJA: ¿Està segura que esto es lo que quiere?

L: Sì, porsupuesto

JJA: ¿Y usted Señor Mendiola?

Fernando no le contestò. No había logrado prestarle atención a lo que el juez decía puesto que su mente estaba en otra cosa. Delante se sus ojos, Fernando veía Marcia, con la barriga muy pronunciada, mirarlo frío reprochandole “sus escapadas” con su amante.

M: ¿Como puedes hacerme esto Fernando? ¿Yo tengo un hijo tuyo en mi vientre y tu dices que estás enamorado de ella? ¡¿Porque me haces esto?!

Fernando parecía catatonico

Lety se alarmò al verlo asì entonces puso su mano derecha sobre la de él para hacerlo reaccionar. De inmediato los latidos de Fernando aceleraron y él volviò a la realidad

F: ¿Me decía Señor Juez?

JJA: ¿¡Pero a que juego estamos jugando!?

F: Perdoneme Señor es que tengo la cabeza en otro lado...

JJA: ¡Pues trate de regresarla aquì si no quiere que remate su empresa!

Lety seguía mirandolo. Era claro que algo tenía Fernando preocupado...

F: Sì, perdón.

L: ¿Entonces Señor Juez, nos va a dar esa prórroga que le pedimos?

JJA: Sì, le concedo una prórroga...

Fernando y Leticia respiraron aliviados al mismo tiempo hasta que el juez alegò algo:

JJA: ...pero solo de tres meses.

Fer y Lety reaccionaron al mismo tiempo: ¿¡Qué!?

JJA: Eso que le acabo de decir. Y miren que es una orden que no està sujeta a discusión. A lo largo de los tres próximos meses, Conceptos debe cubrir la totalidad de sus deudas. Por cierto ¿a cuanto asiente la deuda?

Lety, casi con un hilo de voz, le contestò: A... a 6,5 miliones de dolares

JJA: Señor Mendiola, su empresa debe pagar a Filmo Imagen 2 miliones, 166 mil 666 punto 66 dolares mensuales hasta pagar la deuda completa y eso tiene que pasar entro de tres meses. De lo contrario, voy a rematar Conceptos

Fernando tratò de lucir lo más tranquilo posible

F: Sì... claro que sì

Lety, por su parte, no lograba creer en lo que escuchaba y lo único que hacía, era negar la situación que estaba frente de sus ojos

Fernando mirò a Leticia y la notò demasiado inquieta entonces entendiò que la situación era más critica de lo que se había imaginado

F: Señor Juez pero... Tener que pagar más de 2 miliones de dolares mensuales es prácticamente imposible ¿no cree?

JJA: Pues tendrà que hacerlo posible. Ah, y si entre las partes se presentas nuevas desavenencias, no voy a consentir más conciliaciones y este Juzgado demanda Conceptos inmediatamente

Fernando y Lety se miraron espantados

JJA: Y ahora, ya que están de acuerdo, firmen el acta de acuerdo

F: Muchas gracias por esa oportunidad Señor Juez

JJA: No hay de que. Solo espero que cumplan con su palabra

L: Haremos todo lo posible para que asì sea

Después que el Señor Mendiola y la Señorita Padilla firmaron el acta, todos saliron de la oficina del juez.

T: ¿Nos vamos Lety?

L: Sì Tomas, vamonos

F: Licenciada, me gustaría decirle algo antes que se vaya...

Lety no quería ni siquiera mirarlo en los ojos

L: ¿Y no me lo puede platicar en la oficina?

F: No. Tengo que decircelo ahorita mismo

Tomas trajo a Lety en un rincón y, en voz baja, le sugeriò: Andale Lety, escucha lo que Mandiola tiene que decirte y nos vamos

L: ¡Mendiola Tomas!

Fernando no pudo hacer otra cosa que sonreír

Lety sonrojò pero decidiò escucharlo entonces se acercò a él

Fernando la mirò fijo en los ojos, la atrajò a sì y la abrazò fuerte...




Sigue...

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