martes, 12 de enero de 2016

Capítulo 71

Capítulo 71
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Día de locos

F: Ay, Lalito, ¡mira la hora que es! ¡Se me hizo bien tarde! Mejor me marcho si no quiero que Lety me estrangule ja ja ja

E: ja ja ja ¿A poco Lety sería capaz de llegar a tanto?

F: Pues, si no llego puede ser... ¿Quieres venir comigo?

E: Me gustaría muchísimo ver a Lety, Fer, pero quedé de verme con Carolina

F: ¿Con Caro? Ahora que lo pienso, yo también tengo que hablar con ella... ¿Qué te parece si esta noche los invito a comer así le comunico a Caro mi intención de casarme con Lety?

E: No estaría mal... Además ya...

En ese momento sonó el celular de Eduardo

E: Permiteme, Fer. ¿Bueno? ... Andrés, dime todo... ¿Qué? ¿En serio? ... Ay eso sí es un problema... ¿Y no se puede hacer nada? ... Sí, claro, ¿cómo se llama? ... Se lo voy a comunicar enseguida. Gracias por llamarme... Adiós

F: ¿Problemas?

E: Pues sí, pero por suerte nada que no se pueda solucionar

F: ¿Qué pasó?

E: Lo que me llamó es Andrés Romero, el juez que te decía que trabaja en Acapulco...

F: ¿El que nos tiene que casar?

E: Ese mero

F: ¿Y?

E: Y parece que no está disponible para la fecha acordada

F: ¡Ay no! ¡Esa es una tragedia!

E: Cálmate Fer, tranquilo... Andrés me dijo que tienes que ir al Registro Civil y pedir del Juez Máximo Martinelli; él se ocupa de bodas y puede hacerte el favor de acordar una fecha en el día que planeaste tú

F: ¡Dios quiera Lalito! ¿Y cuándo tengo que hablar con él?

E: Pues, lo más pronto posible... Yo diría que puedes ir hoy mismo, si quieres tener la oportunidad de casarte el 9 de octubre cómo lo tienes planeado

F: Tienes razón... Mejor le llamó a Lety para avisarla que voy a llegar tarde en la oficina...

Fernando tomó su celular y marcó al número de Lety pero el celular de la Presidenta resultaba apagado así que Fer optó por llamarla en Conceptos

PM: Presidencia Conceptos, buenos días

F: Buenos días, Paula María, habla Fernando Mendiola. ¿Me puede comunicar con Leticia, por favor?

PM: Lo siento, Don Fernando, pero la Licenciada no está en su oficina...

F: ¿Todavía no ha llegado?

PM: No...

F: Qué raro...

PM: ¿Le quiere dejar un recado para cuando llegue?

F: Sí. Digale que hoy voy a llegar tarde en la empresa porque tengo que resolver unos asuntos

PM: Claro. Yo se lo comunico

F: Gracias, Paula María. Hasta luego

PM: Hasta luego, Don Fernando. ¡Que le vaya bien!

F: Eso espero...

Viendo que su amigo estaba algo perplejo, Eduardo le pidió si todo iba bien

F: Sí; namás que Lety aún no ha llegado a la oficina y eso es muy raro ya que ella siempre llega muy temprano

E: A lo mejor encontró tráfico en el camino

F: Puede ser... Bueno ¿nos vamos?

E: Sí, vamonos


En tanto, Lety apenas había llegado en el estacionamiento de Conceptos.

L: ¡Ay mira la hora que es! ¿Cómo pude quedarme dormida? Ja, claro... ¡Eso pasa cuando los celos no te hacen dormir de noche! ...Seguro Fernando ya llegó a la empresa...

De repente algo le vino a la mente

L: ¿Y si llegó con ella? ¡Ay ya Lety, deja de hacerte paranoias y entra en la empresa que ya se hizo bien tarde!

Una vez ingresada a primer piso, las secretarias la saludaron en coro

Cuartel: Buenos días, Lety

L: Buenos días, muchachas

Ma: Manigüa, ¿cómo es que llegaste tan tarde hoy?

L: Es que me quedé dormida, Marthita, pero ahora voy a recuperar. Sara, ¿ya llegó tu jefe?

S: ¿Don Omar o Don Fernando?

L: Fe... Don Fernando

S: No, manita

PM: Es que el mismo llamó para avisar que hoy iba a llegar más tarde, porque dizque tiene unos asuntos que resolver

Lety se extrañó. ¿Cuál asuntos debía resolver Fernando?


En tanto, el mismo había llegado, junto a Eduardo, a la oficina de Carolina, que recibió los dos con mucho gusto.

C: ¡Fernando! ¡Qué milagro verte por estos rumbos! Ya había mucho que no te aparecías aquí...

F: Ja sí; la última vez te vinimos a rogar junto a Omar ¿te acuerdas?

C: ¡No hombre! ¿Cómo olvidar semejante declaración de amor con todo y serenata?

E: ¿Serenata?

C: Sí; fijate Lalo que los dos vinieron arrodillados cantandome una canción de amor para pedirme disculpa porqué el evento de Benny había sido un fracaso...

E: ¿Y tú los perdonaste?

C: ¿Acaso se puede resistir a dos hombres del tamaño de Omar y Fernando?

E: ja ja ja ¡claro que no!

C: Volviendo a lo de antes, ¿qué te trae aquí, Fernando?

F: Es que quiero hacerte una invitación, Caro

C: ¿A mi?

F: Sí. Me gustaría invitarte a cenar esta noche ¿podría ser?

C: Pues no tengo nada planeado pero... ¿A qué se debe esa invitación?

F: Al hecho que quiero hacerle una sorpresa a Lety y necesito de tu ayuda

Carolina sonrió. ¡Cómo había cambiado Fernando desde que estaba enamorado de Lety!

C: Está bien, Fernando. ¿Solo vamos a salir tú y yo?

F: No, Caro; también Lalito nos va a acompañar

C: ¿Y Omar?

Fernando se quedó pensando... Desde que había regresado con Lety, no había hablado con su cuate por miedo de que pudiera hacer alguna tontería pero, ahora que lo pensaba, la última vez que había hablado con Omar, en su departamento, el mismo daba cómo hecho su relación con Lety.

F: Carolina... ¿Acaso le dijiste a Omar que Lety y yo retomamos nuestra relación?

C: Ehm...

F: ¡Caro!

C: ¡Ay perdón, Fernando! Se me debe haber escapado mientras estabamos juntos. Es que como ahora somos pareja, él y yo hablamos mucho...

F: Claro, me imagino...

C: Ay no te enojes, Fernando. Además Omar me pareció muy contento cuando se lo dije

F: ¿En serio?

C: Sí. Él te quiere, Fer, y es feliz al saber que tú también lo eres.

F: ¿Y no se burló de Lety?

C: No, Fer

F: ¿Segura?

C: ¡Claro! Además yo no se lo hubiera permitido; quiero mucho a Lety

F: Sí, lo sé. Bueno, entonces ven con él así voy a avisar a los dos al mismo tiempo

C: ¿No me puedes dar un adelantito chiquito chiquito?

F: Ja ja no Caro, te tienes que aguantar hasta esta noche

C: Uff está bien...

F: Nos vemos más tarde

C: Adiós, Fer

E: ¡Hasta luego!


Una vez salido de la oficina de la publirrelacionista, Fernando se dirigió directito al Registro Civil pidiendo del Juez Martinelli.

F: Buenos días, Señor Juez. Yo soy Fernando Mendiola

MM: Mucho gusto, Señor Mendiola; yo soy el Juez Máximo Martinelli. ¿En qué puedo servirle?

F: Verá, Señor Juez, es que tengo una “urgencia” y su amigo, el Juez Andrés Romero, me dijo que Usted podía ayudarme

MM: ¿De qué se trata?

F: Es mi deseo casarme con mi novia, la mujer que amo más que a mi vida, y por eso habíamos fijado la fecha con el Juez Romero, pero resulta que él tuvo un contratiempo y no puede casarnos, así que el mismo me dijo que podía pedirle a Usted si estaba disponible a casarnos en esa fecha.

MM: ¿Y en que día piensaban casarse?

F: El 9 de octubre... ¿Podría ser?

MM: ¿El 9 dice? Déjeme revisar un momento mi agenda...

F: Claro....

MM: El nueve es sábado y el Registro Civil está cerrado en el fin de semana. Lo siento Señor Mendiola; tenemos que fijar otra fecha

Fernando advirtió un escalofrío correrle en la espalda. ¡Siempre su mala suerte se entreponía de alguna manera!

F: Y... ¿para cuándo podría ser?

MM: Déjeme ver... ¿Les iría bien el martes 12 de octubre?

La mirada de Fernando se iluminó. Contrariamente a cuanto pensaba, el juez le dio una fecha bastante cerca de la que había pensado él, así que no había ningún problema.

F: ¡Sería perfecto, Señor Juez!

MM: Bueno, entonces los espero el martes a las nueve y media de la mañana para celebrar su boda

F: ¡No sé cómo agradecerle, Señor Juez!

MM: No se preocupe, Señor Mendiola, eso es mi trabajo

Los dos se estrecharon la mano y luego Fernando se despidió

F: Hasta el martes

MM: Hasta el martes, ¡y no se olvide traer la documentación!

F: Claro que no, Señor Juez

MM: Y ya que está aquí, pida a mi secretaria el formato RC-07, que es la solicitud de matrimonio que tiene que llenar y entregar ocho días antes de la boda

F: ¡Voy enseguida!

Una vez retirado el formato RC-07, Fernando aprovechó que estaba ahí para requerir su acta de nacimiento y adelantarse un poco con la documentación...


En Conceptos, en tanto, Lety estaba visionando el vídeo por Alejandro Fernández que por fin estaba listo.

L: Te quedó maravilloso, Luigi

LL: Claro darling, ¡todo lo que hago me sale espectacular!

L: Ahora no te subas en las nubes, Luigi...

LL: Más bien dime, ¿van a organizar un evento por el vídeo como se solía hacer una vez?

L: Sí; tengo que hablar de eso con Carolina; en la tarde voy a llamarla

LL: ¿O sea que aún no han planeado nada?

L: Luigi, primero tiene que salir al aire el vídeo, y luego podemos hacer el evento.

LL: ¿Y cuándo planeas hacerlo?

L: Creo que en la semana del 11 y...

En ese momento sonó el celular de Lety

L: Permitame, Luigi... ¿Bueno?

T: Hola Lety

L: Hola Tomás. ¿Qué pasó? ¿Ya llegaste? Pues claro que sí, ya que son casi las doce...

T: Ehm, Lety, en realidad todavía no he llegado...

L: Tomás, ¿pasó algo?

T: Es que estoy en el hospital

L: ¿¡En el hospital!? ¿¡Pero por qué!? ¿Estás bien? ¿Qué pasó?

T: ¡Calma, Lety! ¡Yo estoy bien!

L: ¿Entonces?

T: La que no está bien es Alicia...

Lety hizo una mueca

L: ¿Y qué le pasó esta vez?

T: Es que ayer estabamos cenando en un restaurante y se puso mal, así que llamé a un ambulancia y la trajeron al hospital...

Al escuchar eso, Lety se puso seria

L: Lo siento mucho, Tomás. ¿Y está grave?

T: Pues... Tiene un problema serio y se tiene que quedar dos días en el hospital y luego observar diez días de descanso en la cama

L: ¿Tan mal está?

T: Sí, Lety

L: ¿Y se puede saber qué tiene?

T: ...

L: Tomás, necesito saber qué tiene si es que tiene que ausentarse diez dias del trabajo...

T: Lety, perdoname pero no te lo puedo decir. Te pido que confíes en mi; de verdad Alicia no está bien y necesita descansar...

L: Está bien, Tomás, voy a confiar en ti...

T: ¿Entonces le puedo decir que no hay problemas? Es que está preocupada de perder el trabajo...

L: Tomás, ¿crees que soy un monstruo? Si la Señora Alicia no está bien, dile que observe descanso y que cuando va a regresar, va a encontrar su puesto en la empresa

T: ¡Gracias Lety! ¡Eres la mejor!

L: Eh Tomás...

T: ¿Sí?

L: Ella tiene que observar descanso, pero a ti te necesito en la empresa, así que pase por hoy, pero el lunes me sirves aquí ¡y más en la mañana cuando no vamos a estar ni yo ni Don Fernando!

T: Claro, Lety

L: Así que cuida a tu “chica” y nos vemos el lunes

T: Gracias Lety. Te quiero

L: Yo más


Daban justo las 12 cuando Fernando ingresó a primer piso de Conceptos

F: Buenos días, muchachas

Cuartel: Buenos días Don Fernando

F: ¿Y Alicia?

PM: Hoy no vino a trabajar, Señor

F: ¿Y eso por qué?

S: No sabemos, Señor. Ni siquiera llamó para avisar que hoy no venía...

F: Que raro...  ¿Paula María ya llegó Leticia?

PM: Sí Señor. Ahora está en producción con Don Luigi para revisar el vídeo de Alejandro Fernández

F: ¿Ya lo tiene listo, Luigi?

PM: Así parece

F: ¡Qué bueno! ¿Y Marcia?

Lo: Está en su oficina, Don Fernando. ¿Quiere que se la llame?

F: No es necesario, Lola, voy a su oficina.


Cuando entró en la oficina de la producción ejecutiva, Marcia lo recibió con una sonrisa de oreja a oreja. Su prometida, aún estaba feliz por la escenita de celos que le había armado su novio la noche previa, así que ese día estaba de buen humor

F: Buenos días, Marcia

M: Buenos días, mi amor. Te buscaba hacia un rato pero me dijieron que todavía no habías llegado...

F: Sí; tuve que resolver unos asuntos antes de venir aquí

M: ¿Problemas con la empresa?

F: No, Marcia. Eran asuntos personales...

Marcia entendió perfectamente como Fernando no quería darle explicaciones así que evitó pedirselas

F: Marcia, necesito que hablemos de lo que pasó ayer...

M: Sí, claro... Antes que todo, te pido disculpa por como me porté; ando muy hormonal en estos días, y mi humor cambia de un momento a otro...

F: Eso lo entiendo, Marcia, pero yo quiero saber con quién estuviste anoche

M: Con... con un amigo, ya te lo dije.

F: ¿Y puedo saber su nombre?

M: No lo conoces, Fernando.

F: Pues que raro que tengas amigos que no conozco...

M: Fernando, nosotros no estamos las venticuatro horas juntos, y es normal que no conozcas a todas mis amistades, así cómo yo no conozco todas las tuyas...

Eso Marcia lo dijo mirandolo travierso

F: Está bien, Marcia, entiendo que puedas tener amigos que no conozco; pero, ¡por Dios!, la próxima vez que decides desaparecirte por todo el día sin contestar al celular, ¡por lo menos avisame! ¡Me quedé con el alma en un hilo todo el día ayer!

Marcia se levantó de su sillón y se fue a abrazarlo.

M: Perdoname, mi vida

Fernando respondió al abrazo. En el fondo era cierto que se había preocupado mucho no teniendo sus noticias

Justo en ese momento, Sara entró en la oficina sin golpear

F: ¿Acaso pasó de moda tocar antes de entrar en la oficina, Sara?

S: Discúlpeme, Don Fernando, es que la busca el Señor Luciano de Krauss Publicidad y, cómo ya ha llamado dos veces hoy, la vine a avisar corriendo

F: Hizo bien. Ya voy. Nos vemos más tarde Marcia


Una vez en su oficina, Fernando tomó la bocina del telefono

F: ¡Luciano!

Lu: ¡Hasta que te encuentro, Fernando! ¿Donde te habías metido?

F: Perdón, Luciano, es que tenía unos asuntos que resolver en la mañana...

Lu: Entiendo... Bueno te llamo para decirte que hablé con Mr Hutcherson y hay novidades interesantes...

F: ¿En serio? ¿De qué se trata?

Lu: Es que me gustaría platicartelo personalmente. ¿Podríamos vermos a la hora del almuerzo?

F: Sí, claro, no hay problemas...

Lu: Bueno, entonces nos vemos en un par de horas al Le Noir ¿te parece?

F: Perfecto. Hasta luego Lucianito

Una vez acabada la llamada, Fer moría de ganas de ver a su Lety pero aún le quedaban varias cosas que hacer y tenía muy poco tiempo, ya que también tenía que ir a por Luciano, así que empezó encendiendo la computadora. Mientras leía las mails, tenía la sensación de haberse olvidado algo fundamental hasta que le cayó e veinte

F: ¡Claro! ¡Las análisis de sangre! ¿Cómo se me pasó por completo? ¡Tengo que irme de volada!

Y así diciendo, Fernando salió de su oficina cómo torbellino y apenas logró avisar a Sara que tenía que irse y que iba a regresar en la tarde.

Cuando las puertas del elevador se cerraron, Lety reaparició en la planta ejecutiva.

L: Sara, ¿ya llegó Don Fernando?

S: Sí Lety, namás que ya se fue

L: ¿Cómo que ya se fue?

Ma: ¡Ay sí manigüis! Salió de su oficina cómo torbellino y ni siquiera nos dijo para donde iba

L: ¡Pero que raro!

S: ¿Quieres que te lo localize al celular?

L: No hace falta, Sarita, ahora voy a llamarlo desde mi oficina... Sara, otra cosita... ¿Doña Marcia está en la empresa?

S: Ella vino puntual, cómo siempre...

Lety suspiró aliviada...

S: ...pero salió hacia unos minutos

...pero el alivio se trasformó presto en pánico así que Lety preferió ritirarse en su oficina.

Entrada a Presidencia, Lety se sentó en el sillón e intentó llamar a Fernando pero su celular resultaba sin cobertura

L: ¿Qué estarás haciendo, mi amor? ¿Por qué me escapes hoy? ¿¡No habrá pasado algo con Doña Marcia ayer en la noche!? ¿Y si regresaron? ¿Y si se dio cuenta de que no está enamorado de mi?

Todo ese pensar le dio dolor de cabeza así que Lety llamó a Paula María en su oficina para que le trayera una pastilla.

PM: ¿Pasa algo, amiga?

L: Es que se me estalla la cabeza y necesito una pastillita...

PM: Claro... Voy y regreso

L: Gracias, amiga

Unos minutos después, Paula María se apersonó con las pastillas y un vaso con agua. Después de haberlas tomadas, Lety se apoyó con la espalda al sillon y cerró los ojos unos momentos

PM: Lety, perdón que te lo diga, amiga, pero no tienes buena pinta hoy... ¿Qué pasa?

L: Nada, Paula, de verdad...

PM: ¿Segura, Lety? Ya sabes que conmigo puedes hablar... ¿Qué es lo que te preocupa?

L: Es que...

PM: ¿Paso algo con él?

L: ¿Con quién?

PM: ¡Ay Lety, no te hagas! Sabes muy bien de quién hablo...

Lety se mordió los labios haciendo una mueca

PM: ¿Te preocupa que haya salido sin decir donde andaba?

L: ¿¡Qué!? ¿De quién hablas, Paula María?

PM: ¿Cómo que de quién? ¡De Don Fernando, Lety!

L: ¿Y qué tiene que ver él en todo esto?

PM: Lety, ¿por cuanto tiempo vas a negarme que estás enamorada de él?

L: ¡Pero si yo no estoy enamorada de Don Fernando!

PM: ¡Claro que sí, amiga! Se ve claramente que te mueres por él, así cómo se ve que él también se muere por ti

La mirada de Lety se iluminó

L: ¿En serio?

PM: ¡Claro, manita! Habría que ser ciegos para no darse cuenta que ese hombre daría lo que sea para ti...

Lety solo sonrió

L: ¿Y qué opinas al respeto?

PM: Que soy muy feliz por ti, amiga. Yo sé bien qué significa estar enamorada, y sé cuanto se puede ser felices cuando la persona a la que amas te corresponde

L: Pero Don Fernando es el prometido de Doña Marcia...

PM: ¿Y qué con eso? Él no la ama, eso lo saben todos...

L: Pero...

PM: ¡Nada de pero, Lety! ¡Tienes que pensar en tu felicidad por una vez! ¿Tú lo amas?

Lety sonrió con plena autenticidad antes de contestarle a su amiga:

L: Con toda mi alma...

Paula María suspiró enamorada

PM: Ahww entonces piensa solo en ser feliz con él y el resto se irá arreglando poco a poco

L: ¿Tú crees?

PM: Sí, claro. Y no te preocupes por su actitud de hoy; seguro ha de haber un motivo si se tuvo que ir tan de prisa...

L: ¿Y si se fue con ella?

PM: No creo, Lety. Por lo que entendí, Doña Marcia tenía que ir a ver a su amiga la Oxi que, a proposito, ni siquiera avisó que hoy no iba a venir al trabajo...

L: Es que está enferma. No sé que tiene, precisamente, pero tiene que observar descanso por diez días. Hacia un rato me llamó Tomás para avisarme

PM: Ay ese Tomás... La Oxi lo trata como trapo de piso y él sigue seguiendole la corriente...

L: Es que está enamorado y a veces, por amor, se hace cualquier cosa...


En la otra parte de la Ciudad, Fernando estaba en el hospital, arremangando su camisa, listo por ser picado. En realidad no le gustaba para nada hacerse picar, pero, sabiendo que eso era necesario por convertirse en el esposo de Leticia, se dejó picar sin chistar y con todo el placer del mundo. Una vez terminado, la enfermera llenó unas formas para retirar los resultados en unos días y, cuando leyó que eran análisis prematrimoniales, felicitó a Fernando por la inminente boda

Enfermera: ¿Y la futura esposa?

Fernando se sintió un poco incómodo por esa pregunta pero logró salirse con la suya

F: Es que mi novia hoy tenía que trabajar, así que va a hacerse las análisis el lunes en la mañana

Enfermera: Entiendo... Bueno, entonces venga la próxima semana para retirar los resultados y aún muchas felicidades

F: Gracias



Cuando Fernando llegó al Le Noir, todavía Luciano no había aparecido así que aprovechó de ese tiempo para echar un vistazo al formato RC-07. En ese formulario, estaban los requisitos para la boda civil, así que Fernando se puso a analizarlos todos, borrando de la lista los que ya había cumplido

F: ¡Hijole aún me faltan muchas cosas que hacer!

Entre los varios requisitos, algo que le llamó la atención fue el punto 10. Como él quería casarse por bienes mancomunados, se dio cuenta que tenía que hablar con un notario público:

10. Para régimen de sociedad conyugal, deberán presentar las capitulaciones matrimoniales tramitadas con un notario público. 

F: ¡Tengo que hablarle con urgencia a mi amigo Mauricio! A ver si me contesta...

Por suerte Mauricio contestó al tercer timbre:

M: ¿Bueno?

F: ¡Hola Mauricio! ¿Cómo estás?

M: ¡Fernando Mendiola! ¡Cuanto tiempo, hermano! Yo estoy bien ¿y tú?

F: Un poco apurado pero bueno, eso es lo normal ja ja

M: Ja ja ja ¿Y a qué se debe el honor de tu llamada?

F: Verás, Mauricio, es que tengo que hacer una cosa con una cierta urgencia y necesito de tu ayuda. ¿Tendrías un poco de tiempo por mi hoy en la tarde?

M: Siempre tengo tiempo para los amigos, Fernando

F: ¡Gracias, hermano! ¡De verdad, no sabes cuanto te lo agradezco!

M: No hay de qué, Fer. Te espero a las 15.00 ¿te parece?

F: ¡Per-fec-to! Hasta luego entonces

M: Adiós, Fernando

Fernando hizo justo a tiempo a llamar a su amigo ya que enseguida llegó Luciano

Lu: ¡Fernando! ¡Qué gusto verte!

F: Igualmente, Luciano; igualmente

Lu: Bueno, sentámonos así te voy a actualizar cerca de las últimas novidades...


En tanto, en la empresa, Lety estaba trabajando en su computadora cuando Paula María se apersonó, junto al Cuartel en pleno, en su oficina.

PM: Manita, ¿Vienes a comer con nosotras?

L: Me gustaría, Paula María, pero tengo mucho trabajo y no puedo moverme de aquí...

J: ¡Lety! Ya que tienes que quedarte en la empresa, ¿qué te parece si vamos a almorzar juntas y te leo los caracoles? Hoy hay alineación de las estrellas así que es día favorable para leer los caracoles

S: ¡Ay sí, manita! Así veamos si logramos hacerte soltar la sopa cerca de ese hombre que te tiene en las nubes

L: Ji ji ji ¡ay muchachas como son! Ya les dije que no hay ningún hombre que me tiene en las nubes

Ma: ¡Ay no te hagas, manigüis! ¡Sabemos perfectamente que estás enamorada! Pero eres tan mala que no nos quieres decir quién es ese hombre que te tiene así...

Lo: Aunque nosotras tenemos nuestras sospechas, Lety...

Lety tragó saliva

L: ¿Qué quieres decir con eso, Lola?

Lo: Que, a lo mejor, ese hombre que te tiene tan en ascuas, es un cierto chef Acapulqueño...

L: ¿Aldo?

S: Ay sí Lety, ¡el magnífico Aldo Domenzaín!

Todas las muchachas del Cuartel suspiraron enamoradas. A ellas le había hecho una buenisíma impresión ese amigo de Lety que vino solo para ella desde Acapulco y que se portaba tan lindo con ellas, llamandolas “Cuartel de princesas”

L: Ji ji ji ¡pero si Aldo es solo un amigo!

Ma: ¡Ay manigüis, no mientas! Se ve perfectamente que Aldito está enamorado de ti

S: Sí, Lety; ¡él vino solo para ti desde Acapulco!

Lo: ¡Sí! ¡Y dejó su trabajo y todo solo para estar contigo! Eso no lo hace cualquier hombre, Lety...

L: Ay muchachas, ¡no exageren! Es cierto que Aldo vino por mi, pero también tenía cosas que resolver en el D.F

PM: ¿Como cuales, Lety?

L: Pues... Aldo terminó su libro y le propusieron que lo publicara con la Editorial Guttemberg, así que está trabajando a eso en estos días; y además Conceptos se hará cargo de la publicidad de su libro

S: ¡Esa es una noticia espléndida manita!

Ma: Sí manigüis; ¡Piensa en como estará feliz Aldo de poder trabajar junto a la mujer que ama!

Lety estaba empezando a sentirse un poco incómoda...

I: ¡Ya, ya muchachas, dejen de incómodar a Lety!

Lo: ¡Pero si solo estabamos hablando, Irmita!

J: Bueno Lety, ¿entonces te dejes leer los caracoles?

Ma: ¡Ándale, manigüis!

PM: ¡Sí Lety! ¡Yo también estoy curiosa de saber qué te reserva el futuro!

Frente a la insistencia de las muchachas, Lety no pudo rayarse así que aconsintió.

L: Está bien...

PM: ¡Ahhh! Voy a llamar para que nos traigan la comida y nos vamos a comer en la sala de juntas

Martha desorbitó los ojos al escuhar semejante atrocidad

Ma: ¿¡En los sanitarios!?

¡Para Martha la comida era algo sagrado!

Lety soltó una carcajada

S: ¡Ay ¿cómo crees Marthita?! ¡En la sala de junta de a de veras!


Quince minutos después, Simón trajo los paquetes con la comida de la Comidilla en la sala de juntas donde ya estaban reuindas las muchachas. Después de haber acomodado sus caracoles, Juana le pidió a Lety qué le interesaba más:

J: ¿Qué quieres saber, Lety? ¿El trabajo, el dinero o la vida amorosa?

S: ¡Ay Juana! ¡Ni tienes que pedirlo! ¡Queremos saber cómo va la vida amorosa de Lety!

Leticia se sonrojó vistosamente...

J: ¡Está bien, está bien! Lety, piensa intensamente al hombre que amas y tira los caracoles

Como la primera vez, Lety pensó muy intensamente a su Fernando, solo que esta vez ella ya no era una simple secretaria enamorada de su jefe que ni siquiera sabía de su existencia, si no una mujer enamorada de un hombre maravilloso que la correspondía con toda su alma. Cuando tuvo bien presente la imagen de su hombre, Lety sonrió y tiró los caracoles

Juana se concentró y empezó con su predicción:

J: Veo que estás muy feliz Lety, muy feliz... Y esa felicidad se debe al hecho que estás muy enamorada...

Ma: Uy ¿y de quién, manigüis?

Lety tragó saliva pero no dijo nada, así que Juana contestó por ella

J: De un hombre que Lety conoció hace tiempo y que la trae bien en ascuas, Martha...

Lo: ¡Pero queremos saber el nombre, Juanita!

J: ¡Ay Lola, cómo eres! Ya les expliqué que mis caracoles no dan identificacción de las personas a las que se refieren; no hay modo de saber nombre y apellido, a menos que...

S: ¿A menos que qué?

J: A menos que Lety no nos diga de quién se trata...

L: Ay muchachas, ya les dije que no puedo decirselo por ahora...

Lo: ¿No se tratará de alguien de la empresa, Lety?

L: ¡Ay no Lola, ¿¡Cómo crees!?

S: Para mi se trata del divino Aldo...

PM: ¡Uy sí! ¡Ese hombre pondría en ascuas a cualquiera!

Lo: ¡Pero siguele, Juanita!

J: Sí, claro... Además de ese hombre, del que estás muy enamorada, veo a una mujer... Una mujer bellísima que está relacionada con ese hombre

L: ¿Una mujer bellísima? ¿Pero quién es esa?

J: Es una mujer que conoce al hombre desde muchísimo tiempo y está muy enamorada de él...

Lety, entre sí: ¿Será Doña Marcia?

Martha pareció leerle el pensamiento y le inquirió a Juana:

Ma: ¿Y es una mujer de la empresa, Juanita?

J: No... Es una mujer que viene desde muy lejos... ¡Pero cuidado, Lety, porque esa mujer te va a causar muchísimos problemas!

L: ¿Problemas? Ay Juanita me estás dando miedo...

J: Y eso no es todo...

Lo: ¿Cómo que no es todo? Ay yo siempre lo digo, ¡nunca ababo! ¿Qué hay más?

J: Esa mujer te hará sufrir mucho... Ella quiere quitarte a ese hombre que tanto amas y, si le das la oportunidad, ¡logrará hacerlo!

Lety tragó saliva y empezó a temblar. ¿Quién era esa mujer que quería quitarle a Fernando? Ella bien sabía que habían muchísimas mujeres interesadas a su hombre... ¿Y si se tratara otra vez de la modelo Pilar Zacarías?

Con voz temblante, Lety le inquirió:

L: Y... ella es... es... ¿mexicana o de otro país?

J: Es mexicana, aunque no vive aquí.

L: ¿Entonces cómo conoce a... a él?

J: Eso no sé, Lety. Solo veo que esa mujer está más cerca de lo que piensas y que no falta mucho para que los dos se encuentren...

PM: ¡Ay manita, abusada! ¡Trata de cuidar muy bien a tu hombre!

Lo: Sí, Lety, ¡ya tenemos a una robamaridos en la empresa y no necesitamo a otra!

Lety empezó a temblar. La sola idea de perder a Fernando la hacía entrar en pánico. De repente empezó sentirse mareada así que se excusó con las muchachas y regresó en su oficina para acostarse un rato en el sofá.

Viendola tan mal, Irmita y Paula María decidieron seguirla para ver si se encontraba bien, mientras que las otras muchachas debieron regresar a sus puestos, ya que Lopez había entrado en la sala de juntas para regañarlas.

I: Mi Lety, ¿estás bien?

L: Sí, sí Irmita; solo necesito acostarme un momentito...

I: Ay, mi Lety, no te preocupes por lo que dijo Juana... Yo estoy segura de que ese hombre solo te ama a ti

L: ¿Y cómo le haces para decir eso?

Irmita sonrió

I: Porque lo siento en mi corazón. Confía en mi, Lety; quedate tranquila que no va a pasar nada.

PM: Sí Lety. Además hay que ver si él se deja robar, manita...

L: Ja, ¿Y segun tú va a rechazar a una mujer bellísima que además conoce desde mucho?

PM: ¡Ay Lety, cómo eres! ¡Él solo te ama a ti! Creeme manita, nunca lo he visto así...

I: Es verdad, mi Lety. Don Fernando está tan enamorado de ti, que cada vez que te ve se le dibuja en la cara una sonrisa de oreja a oreja

Lety quedó boquiabierta. ¿Cómo le hacía Irmita para saber que estaban hablando de Fernando? Muy decepcionada, miró a su amiga Paula María que se apresuró a decirle que ella no tenía nada que ver con lo que sabía Irmita

I: No culpes a Paula María, Lety, ella no me dijo nada...

L: ¿Entonces cómo sabes que estamos hablando de Fernan... digo, de Don Fernando?

I: Me di cuenta yo solita, mi Lety. Conozco a Don Fernando desde que era niño y nunca lo había visto así... Ese hombre, por primera vez en su vida, ¡está enamorado, Lety! ¡y se enamoró de ti! Cualquiera se daría cuenta de la manera en que te mira y de como su mirada se ilumina con solo verte...

Lety empezó a reanimarse

L: ¿De verdad?

I: Sí, Lety. Don Fernando te ama, mi niña, y estoy segura de que nunguna mujer podrá cancelar ese sentimiento, por más bella que sea

L: Pero los caracoles de Juana...

PM: ¡Ay ya, Lety! ¡No tienes que hacerte condicionar! A lo mejor esa mujer está enamorada de él, pero él ama a ti y solo a ti así que tranquilizate.

L: Es que tengo miedo de perderlo...

I: Es normal, Lety... Cuando se ama a alguien con todo el corazón, a veces se tiene miedo de perderlo, pero hay que ser positiva; vas a ver que al final todo saldrá bien

L: Eso espero, Irmita...

Tranquilizadas por las palabras de Lety, Irmita y Paula María dejaron la oficina de presidencia para regresar a sus labores. Quedada a sola, Lety volvió a intentar llamar a Fernando a su celular, pero otra vez el mismo resultaba sin cobertura.

L: ¿Donde se habrá metido, Fernando?

Decidida a encontrar alguna pista cerca de su localización, Lety decidió ir en la oficina de Vicepresidencia. Una vez salida de Presidencia, le preguntó a Sara si Don Omar estaba en la oficina y, cuando Sara le dijo que se encontraba en el foro, trabajando al comercial de Bella Life, Lety se adentró en la oficina de su amado. Una vez adentro, empezó a revisar el escritorio en busca de una dirección o de una nota, pero no encontró nada; lo único que le llamó la atención, fue un manojo de llaves que traía un llavero de una patita fea, igual al patito feo que le había obsequiado Fernando meses atrás

L: ¡Ay mira que linda esta patita fea! Te pareces mucho al patito feo que tengo en mi oficina, ¿sabes? ji ji ji

De repente alguien abrió la puerta sin golpear así que Lety se sobresaltó

M: Fernando tego que hablar...

Cuando Marcia se dio cuenta de que Lety estaba en la oficina de Fernando y sentada en su silla, se puso cómo fiera

M: ¿¡Qué haces tú aquí!?

Sigue...












3 comentarios:

  1. estas muy buena la fic, ya quiero saber quien es esta mujer que quiere rodar Fefe de Lety, y tambien lo que va a pasar en la oficina con Lety y Marcia... Porfavor me urge más capt...

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    1. ¡Te agradezco muchìsimo por tu comentario! :) Apenas publiqué el capìtulo 72 ;)

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