viernes, 29 de enero de 2016

Capítulo 72

Capítulo 72
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Testigos para la boda

Lety no sabía que hacer así que, por instinto, ocultó el manojo de llaves en su bolsa y se levantó de la silla, tratando de encontrar una excusa.

L: Bue... Buenos días, Doña Marcia. Estaba buscando a Don Fernando; es que Luigi ya tiene listo el vídeo para Don Alejandro y quería que Don Fernando lo revisara pero, como él no está en su oficina, lo estaba esperando

M: ¿Y lo esperabas sentada en su sillón? ¿Qué, ya no te basta el sillón de Presidencia?

L: Es que me dio un pequeño mareo y tuve que sentarme un momento, pero ahora mismo me regreso a mi oficina... Con permiso, Doña Marcia

M: Propio...

Marcia se quedó pensativa; ese mareo del que hablaba Lety no le hacía presagir nada bueno...


Fernando, en tanto, había terminado de almorzar con Luciano, que lo había actualizado cerca unos detalles técnicos del viaje, y se había dirigido a la oficina de su amigo Mauricio, que era notario público en la Ciudad de México.

Mauricio es un querido amigo de Fernando que, además, fue su compañero suyo y de Omar en la primaria. Él y su esposa, Isela, eran muy amigos suyos y de Marcia así que entre los dos había una buena relación de complicidad. Cuando la secretaria de Mauricio le anunció la llegada del Señor Mendiola, Mauricio fue bien feliz de recibirlo

M: ¡Hola Fernando! ¡Cuanto tiempo!

F: ¡Mauricio, hermano!

Los dos se abrazaron y luego se acomodaron en el despacho del notario

F: Gracias por recivirme con tan poco aviso

M: No te preocupes, Fernando, no pasa nada. Más bien explicame la urgencia que me decías por telefono

F: Sí, claro. Es que el lunes tengo que viajar a Estados Unidos, por cuestión de trabajo, y no voy a regresar hasta el viernes en la noche y, como mi boda será el 12 de octubre, como comprenderás no me queda mucho tiempo...

Mauricio lo miraba boquiabierta sin decir nada hasta que Fernando le inquirió si se encontraba bien

F: Mauricio, ¿estás bien? Me estás espantando con esa cara...

M: Perdón, Fernando, es que me quedé sorprendido con la noticia que acabas de darme...

F: ¿La de mi viaje?

M: ¡No hombre! ¡La de tu boda! ¿No que tenían que casarse en noviembre?

F: ¿¡Eh!? ¿Quién te dijo eso?

M: Pues... a Isela le llegó la invitación desde la propia Marcia...

Fernando desorbitó los ojos sorprendido

F: ¿¡Ya empezó a mandar las invitaciones!?

M: No sé, pero se vieron con Isela la semana pasada y la propia Marcia se la entregó...

F: Ay, eso sí que es un problema...

M: Fernando, ¿me quieres explicar qué está pasando? ¿Acaso adelantaron la boda?

F: No.

M: Entonces algo no cuadra... ¡La invitación dice claramente que la boda será el 15 de noviembre, y ahora tú te sales con el cuento de que se van a casar el 12 de octubre!

Es que no me voy a casar con Marcia

Ahora fue Mauricio el que desorbitó sus ojos

M: ¿¡Qué!? ¿Y con quién te vas a casar?

F: Con la mujer de mi vida

M: Ay Fernando, de veras que no estoy entendiendo nada... ¿No es Marcia la mujer de tu vida?

F: ¡No hombre! Yo quiero mucho a Marcia, de verdad, pero ella no es la mujer con la quién quiero pasar el resto de mis días

M: ¡Pero a nosotros nos llegó la invitación la semana pasada! ¿Cómo me dices ahora que ya no te cases con ella?

F: Es que es un poquito complicado... ¿Tienes tiempo?

M: Sí, claro. Tengo la próxima cita a las 18.00, así que tengo todo el tiempo que quieres...

Fernando empezó a contarle a su amigo Mauricio de como conoció a Lety y de como, poco a poco, se enamoró de ella, sin contarle, por supuesto, del sucio plan de Omar para enamorarla ni tampoco del embargo de Filmo Imagen

M: ¿Y Marcia está enterada de todo esto?

F: No. ¡Y tampoco quiero que se entere! Mira, Mauricio, yo sé que Marcia e Isela son muy amigas, por eso te pido la máxima discreción en este asunto.

M: Para mi pierde cuidado, Fer. Sabes que nunca me he llegado espléndidamente con Marcia, pero... ¿Cuándo piensas cancelar tu compromiso con ella?

F: No sé... Supongo que tendré que enfrentarla tarde o temprano...

M: ¿Y no hubiera sido más fácil hacerlo antes de casarte con esa otra mujer? ¿Qué si Marcia se entera de que te cases con otra? Va a ser horrible para ella...

F: Lo sé, hermano, ¿Crees que no he pensado a eso? Pero no puedo esperar para casarme con Lety

Mauricio se puso pensativo...

M: Fernando... ¿No será que dejaste a Lety embarazada y por eso tienes prisa de casarte con ella?

Fernando abrió grande sus ojos

F: ¿Cómo crees hombre? ¡No es por eso que quiero casarme con Lety!

M: Perdoname, Fer, pero de veras no entiendo el porqué de tanta prisa...

F: Porque la amo, Mauricio; la amo y no quiero estar ni un minuto más sin ella

Mauricio entendió de inmediato como su amigo estaba sincero. Él nunca lo había visto tan enamorado, así que no pudo hacer otra cosa que apoyarlo en su locura.

M: Está bien, Fernando, cuenta conmigo para lo que sea

F: ¡Gracias, hermano!

M: En todo esto, aùn no me has dicho para qué necesitas de mi ayuda...

F: ¿Sí, verdad? Es que quiero que Lety y yo nos casemos bajo régimen de sociedad conyugal, por bien mancomunados, y, para hacer eso, necesito las capitulaciones matrimoniales que tienen que ser tramitadas con un notario público, por eso me sirve tu ayuda

M: Muy bien; no hay problemas. Entonces empezamos con las capitulaciones...


Unos minutos más tarde, habían logrado capítular todos los bienes de Fernando:

M: Entonces, para resumir, tenemos:
-      Un departamento en la zona de Santa Fe;
-      Tu coche, un BMW Z4;
-      Las acciones del club hípico;
-      Tu purasangre: Camila;
-      Una cuenta bancaria en el banco de las Americas;
-      Las acciones de Conceptos.

M: Tienes un buen porcentaje accionario en Conceptos... ¿Eres el socio de mayor porcentaje?

F: Sí

M: ¿Y quieres que las acciones de Conceptos también entren en las capitulaciones?

F: ¡Claro que sí!

Mauricio solo lo miraba así que Fernando le inquirió:

F: ¿Y ahora qué pasa?

M: Fernando... Tú sabes que, si todo esto entra en las capitulaciones, la Señorita Padilla se convertirá en dueña de la mitad de todo lo que te pertenece, ¿verdad?

F: Claro que lo sé ¿y?

M: Nada... Es que sé cuanto luchaste para esas acciones de Conceptos y me llama la atención que las quieras compartir con una mujer.

F: Es que Lety no es una mujer más; ella es la mujer de mi vida; la mujer con la que quiero formar una familia; un hogar... Lety es mi todo...

Fernando se puso a pensar un momento hasta que añadió algo

F: ¿Sabes qué es curioso? Que siendo Lety economista, creo que pueda manejar mejor ella las riendas de mi empresa, que yo mismo. De hecho, actualmente es ella la que preside Conceptos

M: ¿En serio? ¿Y como llegó a ser la Presidenta?

F: Esa es otra larga historia que te voy a contar más adelante, si quieres; por ahora me urge terminar estos tramites

M: Claro... Entonces, ¿quieres que sea ella la socia administradora dentro del régimen matrimonial?

Fernando sonriò

F: Sì. Sobre eso no tengo ninguna duda


Una vez terminado los tramites, Fernando agradeció a su amigo y estuvo a punto de levantarse cuando el mismo lo detuvo.

M: Acuérdate, Fer, que tienes que hacerme llegar también las capitulaciones de la Señorita Padilla, ya que decidieron casarse en régimen de sociedad conyugal

F: Sí, claro... Voy a hablar con ella y le voy a pedir que a principio de la próxima semana se comunique contigo

M: Bien. Acuérdate que tiene que ser, a más tardar, ocho días antes de la boda...

F: Sí... Mauricio, ¿te puedo pedir otro favor?

M: Claro, dime

F: ¿Puedes ocuparte también de las capitulaciones de mi futura esposa?

M: No hay problemas. Si quieres, dile que el lunes en la mañana se apersone en mi despacho y vamos a resolver el problema

F: Es que el lunes en la mañana Lety tiene que hacerse las análisis de sangre... ¿Podría ser en la tarde?

M: Tendría que checar mi agenda... Hagamos una cosa, dele mi número de telefono a la Señorita y pídele que se comunique conmigo en cuanto pueda, así le doy una fecha exacta

F: Te agradezco muchísimo, Mauricio. ¡No sabes el enorme favor que me estás haciendo!

M: Ni lo digas Fer. Sabes que puedes contar comigo por lo que sea.


Cuando salió de la oficina de su amigo, el reloj de Fernando marcaba las 17.00 y, ya que aún tenía muchas cosas que hacer, el Vicepresidente decidió que no tenía sentido regresar en Conceptos, así que decidió llamar a Lety para avisarla. Además le hacía muchísima falta su mujer, ya que en ese día no habían logrado verse ni tan solo por unos minutos...

Lety estaba terminando de revisar los costos del vídeo de Alejandro cuando su celular empezó a sonar. Viendo en número en la pantalla, Lety brincó de su silla y se apresuntó a correr en el cuchitrill para tener cierta privacidad. Una vez cerrada la puerta, se sentó en su antigua silla y contestó:

L: ¡Mi amor!

F: Buenos días, mi vida

Lety casi ahoga en el bálsamo de escuchar la voz de su amado

L: Buenos días, mi amor ¿donde estás?

F: Ehm... Estoy resolviendo ciertos asuntos para el viaje del lunes

La voz de Fernando no era muy convincente y Lety se dio cuenta de eso enseguida así que le inquirió:

L: Fernando, ¿me estás diciendo la verdad?

Fernando se mordió la lengua. Él odiaba mentir a Lety pero, por lo menos por el momento, no podía decirle la verdad...

F: Sí, mi vida. De hecho estuve almorzando con Luciano que me actualizó cerca de la agenda con los encuentros en Nueva York

L: Entiendo. ¿Y ahora vienes por aquí?

F: No puedo, mi vida. Aún tengo que resolver unos asuntos y luego tengo que preparar mi maleta

Sintiendo eso, Lety se desanimó por completo y se puso aún más sospechosa

L: Así que no nos vamos a ver hoy...

F: ¿Cómo crees, mi amor? Déjame resolver mis asuntos y esta noche paso por ti y te rapto. Me muero para que estemos juntos, Lety

L: Ji ji ji está bien, mi amor. Una preguntita más... ¿Vas a cenar conmigo?

Fernando tragó saliva. ¿Qué excusa podía inventarle a Lety para no decirle la verdad?

F: Ehm... No, Lety. Anoche le prometí a Carvajal que iba a cenar con él. Es que está todo contento con eso de que ahora anda con Carolina y quiere que hablemos...

L: Ah... Bueno entonces yo voy a cenar con Carolina así aprovecho para pedirle del evento por Don Alejandro

F: ¡No!

L: ¿No?

F: No, no, es que a lo mejor Carolina tiene sus quehaceres esta noche...

Lety se sospechaba más con cada frase de Fernando. Ya no le cuadraba la cena con Omar, ¡y ahora eso de Carolina!

L: Bueno, en un rato la llamo y veo que me dice. Nos vemos más tarde, mi amor

Fernando tragó saliva, nervioso

F: Sí... Hasta luego, mi vida. Te mando un beso

Finalizada la llamada con Fernando, Lety llamó de inmediato a su amiga Carolina para ver si, en efecto, tenía algun compromiso esa noche

C: ¿Bueno?

L: ¡Hooooola Carolina! Habla Lety

C: ¡Hola Lety! ¿Cómo estás?

L: Bien, gracias. ¿Y tú?

C: Muy bien; muy feliz

L: Ji ji ji sí, seguro el amor te tiene muy contenta

C: Así es. ¿Y a qué se debe el honor de tu llamada?

L: Verás, Caro, es que me gustaría hablar contigo del evento que queremos organizar por el vídeo de Don Alejandro Fernández y, como anoche parece que Fernando tiene sus quehaceres y no puede cenar conmigo, te quería proponer de cenar juntas así hablamos de eso, si ya no tienes otro compromiso...

C: Es que... Anoche le prometí a Omar que ibamos a cenar juntos, Lety

Lety se quedó apabullada

L: A... ¿A Omar?

C: Sí, Lety; Omar Carvajal, el que ahora es mi novio...

L: S... Sí, claro...

De repente Lety desblancó en la cara. Si carolina tenía una cita con Omar, ¿con quién debía verse en realidad Fernando? ¿Y si se tratara de la mujer que salió en los caracoles de Juana?

C: ¿Lety? ¿Lety, estás ahí?

L: ...sí...sí, Caro. Bueno entonces hablaremos otro día de eso. Diviertete esta noche con Omar...

C: Gracias, Lety. Adiós

L: Adiós...

Terminada la llamada con su amiga, Lety soltó una risa histérica:

L: Ja, no lo puedo creer... ¡No lo puedo creer! ¡Otra vez estamos a las mentiritas! ¿Qué estará planeando ahora Fernando? ¿Qué tendrá que hacer hoy en la noche?

Lety se puso a pensar...

L: Ay... ¡Tengo miedo que se encuentre con ella!... La mujer que vio Juanita es bellísima, mientras que yo... ¡Pues yo soy yo! ¿Y si ya Fernando no me desea? De hecho, a él siempre le han gustado esas modelitos 90-60 revienta... Ya es un milagro que se haya fijado en mi y que me haya hecho el amor, pero... ¿Qué si eso no le basta? En efecto, cuando estaba con Doña Marcia, él solía tener sus escapaditas con las modelos, así que tenía a más de una mujer por vez...

Lety se horrorizó

L: ¿¡Y si me está traicionando con otra!?

Las paranoias la estaban volviendo loca, así que Lety decidió regresar en su oficina y abocarse al trabajo para evitar de pensar en cosas que solo le hacían daño.


Cuando el reloj marcó las ocho de la noche, Fernando estaba con Eduardo frente al Le Noir. Ese día había sido muy productivo para él, ya que había logrado resolver muchísimos asuntos con respeto a la boda: para empezar ahora tenía una fecha; su acta de nacimiento estaba guardada junto al formato RC-07 ya llenado y las capitulaciones estaban listas, gracias a su amigo Mauricio. En la tarde, luego de haber hablado con Lety, había logrado hacer copia de su identificación y copia de comprobante de domicilio vigente. Solo le faltaban las fotos tamaño infantil, avisarle a su testigo y fijar un domicilio conyugal y justo de eso estaba hablando con Eduardo durante el viaje hacia el restaurante.

E: Pues, yo no creo que puedan asentar como domicilio conyugal la casa de Lety ¿no?

F: ¡Claro que no! Sobretodo porque sus papás no van a saber nada de la boda, a menos que Lety no quiera decirselo... Pero dudo que sea así...

E: ¿Y por qué?

F: Pues, porque su papá es un tipo muy... ¿como puedo decirte? Es un hombre recto; un hombre de principios, y nunca aceptaría que Lety se casara conmigo de un día a otro

E: ¿Y sabiendo eso, sigues con tu idea de casarte con ella a escondidas?

F: Lalo, ya te expliqué que no me puedo esperar más...

E: Está bien, Fernando, como quieras...

F: Volviendo a lo de antes, ¿qué hago con el domicilio conyugal?

E: Muy sencillo, tienes que indicar la direccion de tu casa como domicilio conyugal.

F: Sí, es lo más sensado... Aunque me gustaría comprar una casa solo para nosotros...

E: ¿Para vivir juntos?

F: No, Lalo, ¿como crees? ¡Para que sigamos viviendo separados!

E: ¡Ya, ya Fernando! ¡No te enojes!

F: Es que yo quisiera vivir con ella ya, ¡desde ayer, si fuera posible!

A Eduardo le vino algo a la mente...

E: Fernando... Me está saliendo una duda...

F: ¿Qué duda?

E: ¿Tú sabes cuales son las obligaciones para quién se casa?

F: ¿Qué quieres decir con eso?

E: Que el código civil fija algunas obligaciones que los conyuges son tenidos a respetar

F: ¿Como cuales?

E: Bueno, algunas tienen que ver con el hecho de que ambos los conyuges tienen que casarse por su propia voluntad...

F: Y hasta ahí creo que estamos

Eduardo frunció el ceño pero prefirió seguir:

E: ...otros son requisitos para contraer nupcias, como la mayor edad de los contrayentes o el hecho que ambos sean méxicanos

F: Aha

E: ...y luego hay algunos artículos que hablan del domicilio conyugal y de que ambos tienen que vivir juntos, bajo el mismo techo, y contribuir al mantenimiento del domicilio y de los hijos

Fernando abrió grandes sus ojos haciendo gala de su asombro

F: Vivir... ¿vivir juntos? ¿Esa es una obligación?

E: Pues sí, Fernando. ¿¡No me digas que no lo sabías!?

F: ¡¡Claro que no sabía que era una obligación!!

E: ¿Y cómo pensabas hacerle?

F: Pues... Pensaba casarme con Lety y, en cuanto se termine el plazo para pagar la deuda, hablar con su papá, decirle que estoy enamorado como un loco de su hija y llevarmela a vivir conmigo

E: ¿Así de fácil?

F: Pues sí...

E: Mira, Fernando, yo no soy un abogado, pero creo que pueden tener problemas si el juez decide hacer un control y no los encuentra a los dos en el que fijaron como domicilio conyugal...

Fernando desblancó en la cara; ¡él no había mínimamente pensado en algo semejante!

F: Pero... pero... ¿Estás completamente seguro, Lalito?

E: Sí, Fernando. Creo que es el artículo 163 o algo por el estilo...

F: ¡¡Necesito urgentemente de un código civil!!

E: No creo que en el restaurante tengan el código civil, Fer...

F: ¡Pero seguro tienen una computadora que se conecta a internet! ¡Necesito leer ese artículo ahora mismo!

E: Está bien, Fer, ¡pero calmate!

F: ¿¡Como quieres que me calme después de semejante noticia!?

E: Ay ay, Fer... Mejor entramos así vas a pedir por la computadora mientras que yo voy buscar a Caro y a Omar ¿te parece?

F: Sí...

Fernando entró en el restaurante como un torbellino y le pidió urgentemente al maître una computadora con acceso a internet. Como Fernando era muy conocido en el restaurante, el maître no tuvo nada en contra y acompañó a Fer en la oficina interna. Una vez delante la computadora, Fer accedió a internet y empezó a buscar el dichoso artículo 163 hasta que dio con él:

ARTÍCULO 163. LOS CONYUGES VIVIRAN JUNTOS EN EL DOMICILIO CONYUGAL. SE CONSIDERA DOMICILIO CONYUGAL, EL LUGAR ESTABLECIDO DE COMUN ACUERDO POR LOS CONYUGES, EN EL CUAL AMBOS DISFRUTAN DE AUTORIDAD PROPIA Y CONSIDERACIONES IGUALES.

F: ¡Lalo tenía razón! ¿Y ahora cómo le hago? Obviamente no puedo decirle a Don Erasmo que Lety tiene que venir a vivir conmigo porque me quiero casar con ella dentro dos semanas... ¡Seguro me mataría! Además él no sabe nada de nosotros...


En la sala, en tanto, Lalo estaba sentado junto a Omar y a Carolina y la misma no veía la hora de descubrir el motivo de la invitación de Fernando.

C: ¿No me puedes adelantar nada, Lalo?

A Omar no le pareció la confianza que su novia le daba a su amigo

O: ¿Lalo? ¿Desde cuando esa confianza entre ustedes?

E: Ay Omar, ¿no me dirás que estás celoso?

O: ¡Claro que sí, hombre! Caro es mi mujer y no me gusta que otros hombres se tomen confianza con ella

Carolina sonrió

E: Calmate, Omar; Caro y yo solo somos buenos amigos

Eduardo miró a Carolina y le guiñó el ojo. Era cierto que los dos eran buenos amigos, pero, sobretodo en los últimos días y con los últimos acontecimientos, se habían vuelto cómplices y angelitos de la guarda de la relación entre Leticia y Fernando y eso los había acercado mucho...

Finalmente Fernando hizo su aparición en la mesa y, tras saludar a Carolina y a su cuate, se sentó con ellos.

F: Buenas noches, Señores y Señora. ¿Cómo están?

O: Muy bien hermano, muy bien...

Omar tomó la mano de Carolina y la besó

O: ¿Y tú?

F: Bien, Omar... ¡Feliz!

C: ¡Ay ya, Fernando! ¡Habla de una vez! ¿Por qué nos hiciste venir aquí esta noche?

Fernando la miró juguetón y alzó sus cejas significativamente varias veces

F: Se te cuecen las habas por saber, ¿verdad, Caro?

C: ¡Pos, claro que sí! Primero me dices que tienes que hablarme de algo relacionado con Lety, ¡y luego no quieres soltar la sopa y me piques más!

F: Ja ja ja está bien Caro, voy a hablar...

E: Sí pero agarrense bien a la silla porque eso que les va a decir va a ser muy fuerte...

O: Lalo, me estás dando miedo... ¿No será que Fer decidió cambiar de parroquia y ahora sale vestido de mujer?

Carolina y Eduardo se echaron a reír a carcajadas

F: ¡No seas animal, Carvajal!

O: ¡Entonces habla, hermano!

C: Sí, ya Fer, ¡suelta la sopa de una vez!

F: Está bien... Hoy, en la mañana, me fui al registro civil...

Omar súbito se espantó

O: ¿Tenemos problemas con la deuda?

F: No...

C: ¿Entonces?

F: Entonces hablé con el Juez Martinelli que finalmene fijo la fecha para la boda...

O: ¿Pero eso ya no lo había hecho la Marcianita?

F: Es que no me voy a casar con Marcia, Omar...

A Carolina le cayó el veinte mientras que Omar aún no entendìa

O: ¿Y con quién?

F: Con Lety. Quiero pedirle que se case conmigo el próximo 12 de octubre

Omar desorbitó los ojos y casi se atraganta con el vino que estaba tomando, mientras que Carolina abría grandes sus ojos haciendo gala de su asombro, antes de cerciorarse de que lo que había escuchado fuera cierto:

C: ¿¡Tú quieres pedirle que cosa!?

F: Lo que oíste, Caro: que se case conmigo.

C: Fernando, entiendo que se aman, y que Lety es la mujer de tu vida, pero... ¿Estás seguro de que quieres casarte con ella?

F: Caro, no hay nada que yo desee más en mi vida. Yo amo con toda mi alma a Lety y quiero vivir el resto de mis días junto a ella.

Carolina no dijo nada; necesitaba unos segundos para ordenar las informaciones en su cabeza. No solo Fernando quería casarse con Lety, si no que, además, ¡quería hacerlo a hurtadillas y dentro de pocos días!

Viéndola tan ensimismada, Fernando le preguntó si todo estaba bien

F: Caro, te veo pensativa... ¿Hay algo que no te cuadra?

C: Ja... ¿¡Y me lo pides!? No solo me dices que te quieres casar de un día para otro, ¡si no que Lety no sabe nada de todo esto y que además la cerimonia será dentro de pocos días!

F: ¿Qué tiene de malo?

C: ¿De verdad no entiendes, Fernando?

Fernando no contestó. ¡Para él, su plan era genial!

En tanto, el pobre Omar no lograba reaccionar. Él sabía que su amigo estaba enamorado de la gargolita, ¡pero nunca se iba a imaginar que su intención era casarse con ella y dentro de tan poco tiempo!


En la otra parte de la Ciudad, Lety seguía trabajando en su computadora. Como aún Tomás no había terminado la rendición mensual del mes de septiembre, le tocaba a ella terminar el trabajo y, como a Tomás le faltaba un buen, esa labor terminó quitandole casi todo el día. Cuando por fin desconectó su computadora, su reloj pulsera marcaba las 9 y media de la noche

L: ¡Híjole se me hizo bien tarde y ni cuenta me di! Quién sabe donde estará ahora Fernando...

El instinto le decía de llamarlo al celular, así que abrió su bolsa para tomar el aparato cuando se dio cuenta de que las llaves que había robado desde la oficina de Vicepresidencia aún seguían ahí

L: ¿Y estas? ¿Qué hacen en mi bolsa? ¡Claro! Me las tomé cuando me cachó Doña Marcia... ¿Serán las llaves de su casa?

De repente a Lety le dio una idea así que decidió llamar a su mamá para avisarle que no regresaba a dormir a la casa:

DJ: ¿Bueno?

L: ¡Hola mamita! ¡Qué bueno que me contestes tú!

DJ: ¿Qué pasó mi niña? ¿Cómo es que aún no has llegado?

L: Nada grave, mamacita, me quedé trabajando hasta ahorita a las rendiciones mensuales de septiembre

DJ: ¿Y ahora vas a regresar a la casa?

Lety calló

DJ: Lety....

L: Ay, es que tengo que averiguar una cosita y por eso puede que regrese un poco tarde a la casa...

DJ: ¿Un poco tarde, cuanto Lety?

L: Ehm...

DJ: ¡Lety! ¿Quieres pasar la noche afuera de tu casa?

L: No sé, mamita... Es que Fernando se está portando muy raro hoy y además no nos hemos visto para nada, ya que no ha parado ni un momento en la empresa, y me dijo que, después de la cena, quiere estar conmigo un ratito...

DJ: Sí, ya me imagino el ratito de Don Fernando...

L: Ay mamita, ¡trata de entenderme! ¡Me ha tenido todo el día haciendome paranoias!

DJ: ¿Pero por qué? ¿Qué te digo?

L: Creo que me dijo una mentira, mamita...

DJ: ¿Qué tipo de mentira?

L: Nada grave... Es que me dijo que iba a cenar con Omar Carvajal mientras que resulta que el mismo está cenando con Carolina Ángeles...

DJ: ¿Y por eso crees que Fernando te está ocultando algo?

L: Pues, sí...

DJ: Lety, quedate tranquila. Me consta como Don Fernando te ama más que a su vida y, si de verdad no te digo la verdad cerca de la cena, seguro no es por hacerte daño, sino porque, a lo mejor, te está preparando una sorpresa o algo así

L: ¿Tú crees?

DJ: ¡Claro mi niña! Yo primera fue testigo de la sorpresota que te hizo cuando te trajo decenas de rosas a tu cuarto, ¿o acaso te olvidaste?

L: No, mamá... ¿Cómo puedo olvidarme de un gesto tan ¡pero tan! romántico?

Lety sonrió

DJ: ¿Entonces, qué piensas hacer?

L: Es que quiero verlo... Por eso me gustaría ir a su casa...

DJ: ¿Pero no me dijiste que él no va a estar ahí?

L: Sí, pero tiene que regresar, tarde o temprano, y yo lo voy a esperar

DJ: ¿Y qué si se va a tardar? ¿Te vas a quedar toda la noche delante su puerta esperándolo?

L: ¡Ay no, mamá ¿cómo crees?! Igual no creo que se tarde mucho, ya que ya son casi las diez y quedamos de vernos...

DJ: Está bien, hijita, como quieres... ¡Pero ten cuidado en la calle!

L: Sí mamá, no te preocupes. Además ahora viajo en coche ji ji ji

DJ: Ji ji ji si tu cochecito tan lindo y... ¡Colorado!

L: Ji ji ji sí... Bueno ¿entonces puedo ir, mamacita?

DJ: ¿Me estás pidiedo permiso?

L: ...sí

DJ: ¿Cómo puedo prohibirte de ver al amor de tu vida, mi niña?

L: ¡Ay gracias mamacita! ¡Eres la mejor mamá del mundo!

DJ: Ji ji ji ¡tampoco exageres!

L: Lo digo en serio, mamita. Y de verdad, gracias por darme la oportunidad de ser tu hija

Doña Julieta se estaba conmoviendo, así que decidió darle la bendición a su hija y cortar la llamada, prometiéndole que ella se iba a encargar de su papá.

Finalizada la llamada, Lety se puso su abrigo y bajó en el estacionamento, decidida a averiguar lo que estaba pasando...


En el restaurante, Carolina y Omar no salían de sus asombro así que, finalmente, Eduardo decidió hacer sentir su presencia e intentó explicar a su amigo cual era la preocupación de la pubblirelcionista

E: Fer, lo que Caro intenta decirte, es que lo que quieres hacer es un poco precipitado...

C: ¡Exacto! ¿Qué tal si Lety no acepta?

F: ¡Híjole como son los dos! ¿Qué es todo este pesimismo? ¡Hasta parece que gozan al andar en contra de mi!

C: Fernando, aquí no se trata de ir en contra de ti, se trata de evaluar la situación y pensarlo bien.

F: Es que, a esta altura de la situación, ya es tarde, Carolina...

Carolina abrió grande la boca y desorbitó los ojos al mismo tiempo

C: ¿¡No me dirás que Lety está embarazada!?

F: ¿Qué le pasa hoy a todos? Eres la segunda persona que me pide si Lety está embarazada...

C: ¿Entonces?

F: ¡Ay claro que no, Carolina! ¿Cómo se te ocurre?

C: Pues, quién sabe como se me ocurre...

Contestó Carolina en tono algo socarrón

F: Carolina, ¿me equivoco o estás enojada?

C: No es eso, Fernando; lo que pasa es que tu noticia me sorprendió por completo y, sabiendo como está hecha Lety, no querría que las cosas terminaran en malo modo...

F: ¿Qué quieres decir con eso?

C: Es que tú mismo lo dijiste; cuando hablaron de matrimonio con Lety, la misma te dijo que quería esperar hasta que la situación de la empresa no fuera resuelta

F: Sí, es verdad... ¡Pero yo no pueso esperar tanto!

C: ¿Y por qué?

F: ...

C: Fernando, tienes que ser sincero si quieres que te ayude...

F: Está bien...

Fernando tomó un largo suspiro

F: Tengo miedo de que Aldo me la quite...

Omar, al contrario de Carolina, lo entendía perfectamente. Ahora que él también sabía que quería decir estar enamorado, él tambien sentía miedo al solo pensar que alguien pudiera quitarle a su Caro

F: ...ya sé que me dirás que es absurdo, y que entre ella y Aldo no hay nada, pero igual tengo miedo... Aldo es un tipo encantador, guapo, culto, y tiene esa pinta de principe azul que encanta a las mujeres. Además, según lo que dice, está enamorado de Leticia, y eso me da miedo...

En ese momento Carolina se sintió cumplable; en el fondo era ella la que había empujado a Aldo para que se le declarara a Lety y le hiciera olvidar a Fernando porque, según lo que la otrora asistente le había contado, lo de Fernando había sido muy duro y necesitaba olvidarse de todo lo que había pasado en el D.F.

Solo ahora Carolina empezó a recordar la conversación que tuvo con Aldo en Acapulco, cuando él le dijo que se había enamorado de Lety:

A: “Le dije que la quiero y que quiero estar a su lado, pero no le he dicho que la amo... Aunque me imagino que lo debe de imaginar...”

C: “Mira Aldo, si tus sentimientos hacia ella son tan fuertes, ¡tienes que decircelo! Quien sabes que no llogres hacerle olvidar a Fernando...”

A: “¿Tú crees?”

C: “¡Claro que sí! Tú eres un hombre bueno, dulce ¡y sobretodo honesto! Me gustaría mucho que Lety se enamorara de ti... ¡Tienes que intentarlo!”

A: “Ay Carolina ¡no sabes como te lo agradezco! Voy a intentar hacerle olvidar el tal Fernando... ¡Juro que lo conseguiré!”


F: Caro, yo sé que quieres mucho a Lety, y que la consideras una amiga muy querida, y entiendo tu preocupación... Me imagino que ella te ha de haber contado lo que pasó entre nosotros y sobretodo como yo la destrozé...

Carolina solo asintió con la cabeza; en ese momento no lograba decir nada tanto estaba apabullada

F: ¡Pero te juro, por lo más sagrado, que he cambiado, y mucho! Sé que lo que hicimos con Omar fue cruel y hasta inhumano...

Y ahí Fernando miró a su cuate que no pudo otra cosa que bajar la mirada avergonzado

F: ...¡Pero las cosas cambiaron en el camino! No sé cuando, precisamente, pero sé que me enamoré de Leticia y, desde ese momento, yo terminé de actuar. Las cosas que antes hacía por “ordenes” del aquí presente Omar, las hacía por mi propia voluntad. Es decir, me nacían de adentro... Poco a poco empezé a conocer a la mujer que estaba casi todo el día a mi lado y, sin querer, me enamoré como nunca en mi vida

Fernando hizo una pausa para retomar un poco de aire y luego siguió

F: Cuando ella se fue a Acapulco contigo, yo estaba desesperado; no solo porque no sabía donde estaba, sino porque no me dio manera de explicarle la situación, así que se fue convencida de que yo era un monstruo... ¡Y con razón!

Carolina sentía como Fernando se estaba menospreciando demasiado; era cierto que su plan había sido horrible, pero también le costaba cuanto ese hombre, que tenía la nomía de ser uno de los hombres más mujeriegos de todo el D.F, ahora estaba enamorado como un loco de su amiga

C: ¡Lety nunca creyó que tú eras un monstruo, Fernando!

F: Ja, te agradezco por endulzarme la pirora, Caro, pero sé bien lo que pudo pensar Lety de toda esa historia... Pero no por eso voy a culparla; ¡al contrario! Lety tiene toda la razón en pensar las peores cosas de mi; me porté horrible con ella y es lógico que quiso irse lo más lejos posible de mi...

C: Pero no creas que fue fácil para ella alejarse de ti...

F: Sí, me imagino que no fue fácil, pero igual lo necesitaba ¿verdad?

C: Tal vez... o tal vez lo que necesitaba era aclarar la situación contigo...

F: Eso es lo que hubiera querido hacer yo; por eso me fui a su casa la misma noche de la junta

C: ¿Te fuiste a su casa!? ¿Y qué pasó?

F: ¿No te lo imaginas? Casi no quiso hablar conmigo y, al final, me dijo que se iba de viaje y me dijo adiós... En ese momento sentí que mi corazón se moría...

C: ¿Y tú no trataste detenerla?

F: Lo hubiera intentado si no fuera que, en ese momento, salió Don Erasmo que la arrastró adentro... Hasta fui al aeropuerto, para evitar que partiera sin escucharme, pero llegué tarde...

En ese momento, otro recuerdo salió a la mente de Carolina; la publirrelacionista se veía, junto a su amiga, en el avión directo hacia Acapulco, y veía a Lety llorar mientras pronunciaba el nombre de Fernando

L: ¡Don Fernando!

C: ¿Qué pasa con Fernando, Lety?

L:.... nada Doña Carolina, nada...

Lety se secó las lágrimas y trató de tranquillizarse

C: ¿Por qué llora, Lety?

L: Ay es que.... ¡le tengo miedo al avión! Eso es..

C: Ella sabía que tú estabas ahí...

Fernando frunció el ceño

F: ¿Qué quieres decir con eso?

C: Que Lety sintió que tu estabas en el aeropuerto. Cuando estabamos sentadas en el avión, Lety sintió algo en su corazón y gritó su nombre

Fernando se apabulló; ¡era él el que había gritado su nombre en el aeropuerto! Eso confirmaba aún más cuanto entre ellos había una conexión muy fuerte

O: Todo esto es muy... ¿romántico? Pero aún no entiendo como fue que lograste aclarar tu situación con ella...

F: Me fui a Acapuclo a buscarla cuando supe que estaba ahí

O: ¿Y ella te escuchó?

Fernando bajó la mirada recordando lo que le había dicho Lety en esa ocasión:

L: “Lo que pasó anoche fue un error... ¡Yo no quería estar con usted!”

F: “Ay Leticia, ¡no me mientas! ¡Usted deseaba estar conmigo tanto cuanto yo deseaba estar con usted y me lo demostró con cada fibra de su cuerpo!”

L: “Esta noche, cuando hicimos el amor, yo estaba pensando... ¡Estaba pensando en Aldo!”

F: “¿Cómo puede decirme eso? ¿Con qué cara me dice eso, después de la noche mágica que pasamos juntos?”

L: “Tal vez fue mágica por usted, pero para mi... ¡fue una noche más!”

L: “Lo siento Don Fernando pero yo... ¡Ya no lo amo! Desde que conocí a Aldo, me enamoré de él y es con él que imaginaba hacher el amor esta noche, porque es con él que quiero pasar el resto de mi vida...” [...]

L: “Lo siento mucho Don Fernando pero ya le dije que ¡yo ya no lo amo! Y le voy a decir otra cosa, aunque no es asunto suyo. Yo y Aldo estamos juntos y....”

Fernando, muy asustado, tragó saliva antes de preguntarle: “¿Y?”

L:.... “¡él y yo hichimos el amor y fue maravilloso! ¡ Más que con usted!”

Viéndolo tan triste, e imaginando lo que estaba pensando Fernando, Carolina corrió en su defensa

C: Digamos que pudieron hablar y aclarar sus cosas cuando Lety regresó a México

Fernando sonrió. ¡Por lo menos Carolina no le había contado toda la historia a Omar!

F: Así es. Por suerte Lety me permitió explicarle lo que había pasado y, como aún ese sentimiento por mi no estaba muerto, y de verdad no sé como pudo ser, pudimos hablar...

C: Es que Lety ya se había dado cuenta en Acapulco que tú estabas enamorado de ella

F: ¿En serio? ¿Y cómo le hizo?

C: Se dio cuenta que algunas tarjetas las habías escrito tú y no Omar...

Fernando sonrió.

O: Sí; nuestro querido expresidente quiso escribir solito las tarjetas para su...

Fernando lo miró traverso para que él no la llamara gargolita así que Omar pudo corregirse

O: ...“amada”, después que hizo el amor con ella...

F: Sí, bueno, pero eso no viene al caso ahora... Lo importante es que quiero que Lety sea mi esposa

O: Fernando, ¿Estás seguro de que quieres que todo esto pase en secreto? Digo, todavía estás comprometido con la Marcianita...

F: Eso ya lo sé, Omar. Pero no puedo romper mi compromiso con ella hasta que pagamos la dichosa deuda de Conceptos

O: ¿Y eso por qué?

F: Te voy a explicar...


En tanto, Lety había llegado frente la casa de Fernando. Como el mismo vivía en una área residencial, al ingreso del cancelo estaba una guardia que le pidió una identificación. Cuando Lety le alcanzó su carnet de elector, la guardia la miró con el ceño fruncido

L: ¿Qué? ¿Qué pasa?

Guardia: Señora, ¡la tipa del carnet está muy fea! ¡Este no es su carnet!

Lety se puso como fiera con ese comentario poco apropiado

L: Mire, “señor”, aunque le cueste creerlo, esa fea de la foto soy yo. Y le rogaría moderar su lenguaje cuando habla con una señora...

La guardia se avergonzó y, tras pedirle una disculpa, le pidió el motivo por el cual se encontraba ahí a esa hora

L: Tengo que ver al Señor Fernando Mendiola

Guardia: ¿Y usted es una pariente o una conocida?

L: Soy su nov... Soy la presidenta de la empresa donde trabaja y tengo que verlo para que me de unos documentos que necesito

Guardia: Pues lo siento, Señora, pero Don Fernando no se encuentra en su casa en este momento...

¡Eso ya lo sé! Pensó Leticia para sus adentros

L: Sí, me dijo que iba a cenar fuera y que luego nos veíamos en su casa, por eso me dio las llaves

La guardia se sorprendió con esa noticia

Guardia: ¿Usted tiene las llaves de la casa del Señor Mendiola?

L: Así es; él mismo me las dio en la mañana en la oficina

Guardia: Entonces puede pasar, Señora

L: Gracias, muy amable...

Respondió Lety con una mueca. Ese tipo le había caído gordo desde el primer momento ¡y más tras su comentario cerca de su aparencia!


Luego que le contó las motivaciones de Leticia, Omar quedaba aún más perplejo, pero, sabiendo como pudiera reaccionar la Marcianita, terminó por otorgarle la razón a la gargolita.

F: ¿Entonces qué opinan?

E: Fer, yo ya te dije lo que opino, pero también te dije que, si de verdad encontraste a la mujer de tu vida, yo te voy a apoyar en lo que sea.

Fernando lo abrazó

F: ¡Gracias amigo!

O: Yo también te apoyo, hermano; ¡lo que sea para verte feliz!

Fernando le sonrió y luego miró hacia Carolina que aún no había dicho nada al respeto

F: ¿Y tú, Caro, qué piensas?

C: Fernando, me consta cuanto Lety te ama, así como me consta que para ti ella daría su vida... Sé que jamás se irá a enamorar de otro hombre sobre este planeta, porque solo existes tú para ella, y sé que, a pesar de que Lety pueda no estar tan de acuerdo con esa decidión de casarse en secreto, ella haría cualquier cosa para estar contigo, así que estoy segura que va a aceptar encantada de convertirse en tu esposa... ¡Siempre y cuando se lo vas a pedir como debe de ser!

F: ¡Claro que voy a pedirselo como debe de ser! Tengo planeado algo muy romántico para pedirle que se convierta en mi esposa...

Carolina sonrió. Ella sabía que Fernando no le iba a fallar.

F: Y, ya que estamos aquí, quería pedirle una cosa a Eduardo...

E: ¿De qué se trata?

F: Lalo, me gustaría muchísimo si fueras tú mi testigo para la boda

Lalo sonrió con plena autenticidad. Eso de ser el testigo de la boda con la mujer de su vida, era algo muy importante y Lalo se sentía honrado que ese privilegio le tocara a él

F: Sin animo de ofenderte, Omar, pero Edurdo fue testigo de todo lo que pasé en estos días sin mi Lety y...

Omar no lo hizo ni terminar

O: ¡Ni se diga, Fernando! Entiendo perfectamente tu elección. Además no creo que a Lety le haría quién sabe que gusto si yo fuera tu testigo...

Viendo el atmosfera tensa, Carolina propuso un brindis para festejar

C: Bueno, tenemos que festejar entonces

Después de haber chocado las copas para el brindis, Fernando les contó los últimos acontecimientos del día y luego se despidió de cada uno de ellos para correr, por fin, en los brazos de su amada.


Como en el coche traía los documentos para la boda, decidió antes que todo pasar por su casa, para guardarlos en su estudio. Cuando abrió la puerta, pero, se dio cuenta de que a primer piso, estaba una luz encendida... Como recordaba perfectamente haberla apagada antes de salir de su casa en la mañana, Fernando se alarmó así que, armado de palo de golf, empezó a subir escaleras arriba, hasta dar con la puerta de su recámara que estaba entreabierta.

Armado de valor, Fernando abrió de golpe la puerta y entró en la recámara, gritando como un loco, con el palo de golf bien alto en las manos.

F: ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh!

Viéndolo entrar así, la mujer, que estaba debajo de las sabanas, se puso a gritar a su vez:

Voz: ¡Ahhhhhhhhhhh!


Sigue...