Capítulo
64
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Torbellinos
L: Es que hoy te dije una pequeña mentira...
Fernando sintió su sangre congelarse. ¿Sobre qué
le había mentido Leticia? ¿Y si se trataba de algo con respeto al fritanguero?
De repente Fernando fue asaltado por una sensación
de náusea...
Viendo
la cara que puso Fernando, Lety casi se arrepintió de haber abierto la boca
pero, de una forma u otra, tenía que contarle la verdad a Fernando; en todo
caso, el mismo la hubiera descubierto con el pasar de los días.
Tomando
un largo respiro, Lety posó su mano sobre la de él y ese gesto obligó de cierta
forma a Fernando a mirarla en los ojos. A pesar de todo, su Lety estaba hermosa
y aún más lo estaba después de haber hecho el amor. Lo único que ahora esperaba
Fernando, era que lo que tenía que confesarle su mujer no fuera nada grave.
L:
Fernando...
Lety
casi contenía su respiración mientras lo miraba en los ojos
L:
...hoy te dije que intenté llamar a mi doctora y que ella no me respondió, ¿Te
acuerdas?
“¿Su
doctora?” Se preguntó Fernando entre sí antes de contestarle
F:
Sí; claro que me acuerdo...
L:
Bueno. Lo que pasa es que.... no es cierto que ella no me contestó.
F:
¿O sea que lograste hablar con ella?
L:
Así es
F:
¿Y por qué no me dijiste nada?
L:
Pues, porque lo que me dijo no fue nada gracioso...
Fernando
tragó saliva pensando en lo peor
F:
¿Qué te dijo, Lety? ¿Te pasa algo? ¿Tienes algún problema?
L:
¡Clame! ¡Calme, Don Fernando! No me pasa nada, tranquilo
F:
¿Entonces?
L:
Entonces hablé con ella para pedirle que me pospusiera la cita a otro día
pero...
Fernando
sentía que sus nervios estaban por explotar
F:
¿¡Pero qué!?
...la
instó él
L:
Pero no se puede.
Le
contestó Lety, bajando la mirada. La Presidenta le contó lo que le había dicho
su doctora y, poco a poco, Fernando sentía que les regresaban los colores a su
cara y se sentía más aliviado con cada palabra. A pesar de que la noticia que
le estaba dando Leticia no era de las más felices, estaba aliviado de que el
“secreto” no tenía nada que ver con el güerito acapulqueño.
F:
Lety, no te preocupes. Es mucho más importante que te hagas tu chequeo. Ya verás
que tendremos otra oportunidad para viajar juntos.
Fernando
le acarició las mejillas con sus manos y le regaló una sonrisa llena de
ternura. Lety también respondió a la sonrisa, sintiendose aliviada del hecho de
que Fernando había reaccionado bastante bien a la noticia. De repente, pero, el
pensamiento que había hecho en el baño regresó a su memoria
L:
¿Fernando?
F:
Dime, mi amor
L:
Estaba pensando a una cosa... ¿No será que Doña Marcia se va a aprovechar para
acompañarte?
Fernando
desorbitó los ojos. En efecto él no había pensado a semejante posibilidad...
¿Qué si Marcia insistía para viajar con él? Seguramente, aprovechando de que en
ese viaje hubieran estados a solas, lo hubiera acorralado ¡y mal! y él no quería
ser acorralado de nadie que no fuera su Lety. De repente Fernando tuvo una
iluminación
F:
¡Ya sé!
L:
¿Qué?
F:
Marcia no puede viajar conmigo ya que está...
Antes
de terminar la frase, pero, Fernando se mordió la lengua.
¿¡Cómo
se le había ocurrido nombrar al supuesto hijo suyo que Marcia decía esperar!?
L:
¿Embarazada?
Fernando
bajó la cabeza avergonzado antes de asentir.
Los
dos se quedaron unos segundos en un silencio que parecía irreal hasta que
Fernando retomó la palabra
F:
Lety... quiero que hablemos de esto.
L:
No creo que haya nada de que hablar...
F:
¡Claro que hay de qué hablar! ¿Quieres que te se sincero? Yo no me creo nada al
hecho de que Marcia esté embarazada...
L:
Pero ella dice que sí lo está y yo...
F:
¿Tú qué?
Lety
tragó saliva antes de confesar
L:
¡La encontré en el baño de Conceptos junto a Alicia y estaba con una prueba de
embarazo en la mano mientras que la oxigenada gritaba a los cuatros vientos que
era positiva!
Ahora
la mirada de Leticia estaba empañada pero, orgullosa como era, trataba con
todas sus fuerzas de bloquear las lágrimas en sus ojos para no mostrarse más
débil de lo que se sentía en ese momento.
F:
¡Es que no es posible, por Dios! ¡Hace meses que entre Marcia y yo no pasa
nada!
Lety
le contestó en tono socarrón
L:
Pues, pudo pasar antes que interrumpieran “sus actividades” ¿No crees?
Fernando,
pero, estaba firme en su posición
F:
No, Lety, de la manera más absoluta. Yo no soy un pibe y sé como cuidar a una
mujer. A pesar de que, entre Marcia y yo había mucha “actividad”, como tú dices, siempre nos hemos cuidado y, como yo
no confíaba al cien por ciento de ellas, ya que en el último período hablaba de
un hijo, me encargaba personalmente de que eso no pasara
L:
¿No quieres hijos?
F:
No con ella, Leticia. Y sobretodo no cuando los quería ella, ya que en esa
época tenía mis problemas con la empresa. Ahora, regresando a lo de antes, no
puedo creer que Marcia esté embarazada y creeme que si lo está, ese hijo no
puede ser mío
L:
¿O sea que piensas que Doña Marcia te traicionó?
Fernando
lo pensó un momento y le regresó a la cabeza una de las discusiones que tuvo
con su novia oficial. Esa noche, Marcia le había regañado a Fernando el hecho
de que había estado con muchísimas mujeres mientras que ella le seguía fiel e
incondicional.
F:
No...
Ahora
era Lety la que empezaba a enervarse
L:
¿Entonces que pasó? ¿Llegó el angelito o se lo trajo la cigüeña de Paris?
Fernando
finalmente explotó
F:
¡No lo sé! ¡No sé como pueda haber pasado eso, pero creeme que tengo toda la
intención de descubrirlo! De hecho le pedí a Marcia que tomara cita con su ginecóloga
para que pueda acompañarla y descubrir la verdad y, ahora que me lo haces
pensar, mañana mismo le voy a pedir que pasó ya que hace mucho que se lo pedí
L:
Bueno...
Fernando
podía notar perfectamente como ese último topico había resultado muy engorroso
para Lety
F:
Leticia, trata de estar tranquila. Estoy seguro de que hubo una equivocación
L:
Eso espero... Ya me siento pésima por estar contigo mientras que tú estás aún
compromiso con ella...
F:
Sabes que, si fuera para mi, hubiera rompido ese compromiso desde mucho...
L:
Sí, lo sé. Y creeme que me cuesta muchísimo toda esta situación, pero no he
logrado encontrar una solución mejor por el momento...
F:
No te preocupes, Lety, lo entiendo... Verás que, en cuanto salimos de esta
maldita crisis, el camino se va a despegar para nosotros dos
Lety
lo miró en los ojos y sonrió hasta que algo le vino a la mente y la hizo
sobresaltar
L:
¡Fernando!
F:
¿Qué pasa, mi amor?
L:
Tú... tú...
Lety
no lograba articular la pregunta que tanto la preocupaba
F:
Sí, Lety, yo me llamo Fernando
L:
¡No! Tú... me... nos...
F:
Mi amor, no te entiendo si hablas así...
Lety
respiró hondo y finalmente le inquirió:
L:
¿Tú nos cuidaste, verdad?
F:
¿Qué quieres decir con eso?
L:
Pues....
La
cara de Lety se puso roja como tomate antes de seguir
L:
Mientras haciamos el amor...
F:
¿¡No tomes la pastilla anticonceptiva!?
Lety
desorbitó los ojos
L:
¡Claro que no!
Fernando
sonrió y, tras dejarle un beso en el hombro, la tranquilizó
F:
No te preocupes, mi amor, siempre te he cuidado
Lety
regresó a respirar normalmente cuando Fernando, con delicadeza, le volteó la
cabeza hacia la mesa de noche donde demoraban dos envoltorios metalizados.
L:
Ni cuenta me di que usaste...
F:
¿Condón?
Lety
asintió avergonzada
F:
Lety, yo todavía no estoy listo para tener hijos... ¡Apenas logré recuperar a
mi mismo en el medio del torbellino que se había convertido mi vida y eso lo
debo principalmente a ti! En estos últimos días y con los últimos
acontecimientos, recibí una gran lección de vida que me hizo reconsiderar la
forma en que tengo que afrontar las cosas y la vida misma... Antes era una
persona totalmente abocada al trabajo y a la empresa y no lograba “separar y
eligir”, como una vez me aconsejó un amigo mío. Desde que tuve la oportunidad
de regresar contigo, entendí que hay algo más importante que la empresa y el
trabajo y ese algo es el amor que siento para ti.
Lety
lo miraba un tanto extraña, aunque halagada por su declaración, así que
Fernando se apresuró en explicarse mejor
F:
No me malinterpretes, Lety, ¡tener hijos contigo sería maravilloso! pero no
quiero quemar las etapas... Hace relativamente poco que nos reconciliamos y
esta vez quiero hacer todo a la luz del sol, por eso no me puedo tomar el lujo
de descuidarte.
Fernando
tomó un largo respiro
F:
Sé que tus papás te crecieron con principios y sé que son personas que quieren
que las cosas sean hechas para bien ¡y lo mismo quiero yo! Así que, antes que
todo, quiero casarme contigo y luego podemos hablar de todos los hijos que
quieres.
Lety
lo había escuchado con atención y sabía que Fernando tenía razón en todo lo que
decía. A pesar de que algunas veces el pensamiento de ser madre la había
tocado, también sabía que todavía Fernando y ella no tenían una relacción
“normal” y que la idea de tener un hijo todavía no podía ser contemplada. Lety
lo miró risueña antes de besarlo con pasión.
L:
Tienes toda tu boquita relinda llena de razón, mi vida...
F:
Y, hablando de eso... ¿Cuándo te vas a casar conmigo?
L:
Pues primero tienes que pedirmelo bien ¿no cres? Ji ji ji
F:
¿O sea que aceptarías casarte conmigo si te lo pido bien?
L:
Quién sabe...
Lety
le guiñó el ojo picara y Fernando no pudo resistir así que cobijó su rostro
entre sus manos y le dejó un cálido beso antes de descubrir cada centímetro de
su piel para seguir amandola una y otra vez...
El
reloj marcaba las 6 y media cuando Lety se levantó de la cama para alistarse.
Había pasado una noche maravillosa junto al hombre de su vida pero había
llegado la hora de regresar a la relidad. Tratando de hacer el menor ruido
posible, Lety se encerró en el baño y ahí se higienizó y se vistió. Cuando fue
lista, regresó en la recámara e intentó despertar a Fernando de la manera más
suave posible...
L:
Fernando, mi vida, ya es hora de despertarse
Fernando
murmuró algo que Leticia supuso era un saludo pero no se movió de su posición.
L:
Ándale, mi amor, ¡vamos a llegar tarde!
F:
Nos tomamos franco
L:
Ji ji ji ya no estamos a la escuela, Fernando.
Fernando
se dejó escapar un lamento poco feliz y luego, con un brazo, la arrastró a sí y
la estrechó fuerte, besandole la cien.
F:
Buenos días, mi amor
L:
Buenos días
Lety
le dejó un pequeño picoreto en los labios
L:
¡Apúrate que nos tenemos que ir!
F:
¿Qué horas son?
L:
Un cuarto para las 7 y a las 8 tenemos que estar en Conceptos
F:
¡Pero aún es temprano, Lety!
L:
Fernando, te recuerdo que tengo que pasar por mi casa para cambiarme; no puedo
llegar a la oficina con la misma ropa de ayer o van a sospechar que no pasé la
noche en mi casa y eso no me gusta
Fernando
enarcó una ceja juguetón
F:
¿No te gusta pasar la noche afuera de tu casa?
L:
¡Ay como eres! ¡Claro que me gusta pasar la noche afuera de mi casa, si eso
significa pasar una noche contigo! Solo no quiero que los otros se den
cuenta...
F:
Bueno, bueno, está bien... ¿Segura de que no quieres que nos tomamos un día de
vacacciones?
L:
Hay que ir a trabajar, mi amor. Además hoy nos espera una cita con Cristian
Castro en la mañana
F:
¿Una cita con Castro?
L:
Sí. El lunes su mánager me invió un mail donde me pedía una cita para el día de
hoy. Parece que al final aceptó hacer el vídeo clip con nosotros
F:
¡Esta es una espléndida noticia! Y más porque nos urge juntar dinero para el
primer pago de la deuda. A proposito... ¿Cuándo es la fecha del primer pago?
L:
Creo que cerca del 10 de octubre, pero tengo que pedirle a Tomás. ¿Qué te
parece si te levantes y mientras tanto yo llamo a Tomás y le pido?
F:
Como usted ordena, mi Presidenta
Fernando
le dejó un beso en el hombro a su mujer y finalmente se levantó para ir al baño
a alistarse.
Mientras
que Fernando estaba en el baño, Lety llamó a su amigo Tomás al celular.
T:
¿Bueno?
L:
¡Hola Tomás! ¿Qué tal tu miercoles?
T:
Pues, un día como otro, diría... La que parece feliz eres tú
L:
¿Tú cres? Ji ji ji
T:
¡Ay Lety, no te hagas! Se te oye hasta al telefono que estás feliz como una
lombris je je je
L:
Así es, Tomás...
Lety
sonrió instintivamente mirando la puerta del baño
T:
¿Y a qué debo el honor de tu llamada?
L:
Es que te quiero pedir dos cosas; la primera es la fecha del primer pago de la
deuda, si es que te acuerdas...
T:
¡Hasta la duda ofende, Lety! ¡Claro que me acuerdo! Es el 18 de octubre
L:
¿El 18? ¡Yo pensaba a la semana anterior al 18!
T:
No, Lety. Justo el otro día estaba haciendo mís calculos y la fecha exacta es
el 18 de octubre, de eso estoy seguro
L:
Bueno, mejor para nosotros que tenemos otra semana para juntar el dinero
T:
¿Y la otra cosa que querías pedirme?
L:
Es un favorcito... Te quería pedir si me das un aventón a Conceptos...
T:
¿No que desde ayer estás con el coche nuevo?
L:
Es que se me pasó por completo y ayer estuve ocupada así que no tuve tiempo de
pasar por él. Recién voy hoy en la tarde. Si quieres me puedes acompañar al concesionario...
T:
Está bien, Lety, entonces paso por ti a las 7 y media y en la tarde vamos a por
tu cochecito ¿vale?
L:
¡Perfecto! Hasta luego, Tomás
En
tanto, en el departamento de Carolina, Omar, así como su amigo Fernando, no
daba señal de quererse despertar. A poco valieron los besos de Carolina: ¡Omar
no se hubiera despertado ni bajo bombardeos!
Cuando
la publirrelacionista entendió la situación, se fue al baño y regresó a la cama
con un vasito lleno de agua fría que en cinco segundos vació en la cara del
pobre Omar que se despertó con uno de sus gritos.
O:
¡Uhaaaa! ¡¿Qué pasó?!
C:
Perdoname, mi amor, es que no te despertabas con nada y ya se hizo tarde. Yo me
tengo que ir a mi agencia y tú a Conceptos
Omar
la miró por un momento risueño
C:
¿Por qué me miras así? No te querrás vengar, ¿verdad?
O:
No, Caro, ¿como crees? Simplemente me gusta como me llamaste
Carolina
se sonrojó un poco y al verla así, Omar se acercó a ella y le regaló un dulce
beso antes de incorporarse
O:
Me voy a preparar así, si quieres, te doy un aventón hasta tu agencia
C:
Bueno entonces yo te preparo el desayuno
O:
Je je es la primera vez que alguien que no sea mi mamá me prepara el desayuno
¿sabes?
De
repente la mirada de Omar pareció perder su brillo. Carolina se dio cuenta en
seguida pero, consciente de la reacción de Omar del otro día, cuando nombró a
sus papás, preferió no ahondar el tema.
A
las 7.25, El BMW Z4 de Fernando aparcó en Calle de Mimosa.
L:
Gracias por todo, mi amor
Fernando
le tomó la mano y, sosteniéndola en la suya, suavemente la acercó a sus labios
y posó un beso sobre el haz de la mano de su mujer, presionando levemente su
pulgar contra la palma de la mano de Leticia. Ese simple gesto le hizo sentir
una corriente correrle por toda la espalda.
F:
Gracias a ti por todo, Leticia.
Fernando
quería besarla en la boca pero, a miedo de que Don Erasmo saliera de su casa y
los cachara in fraganti, prefirió posponer el beso para después.
L:
Bueno, nos vemos más tarde en la empresa
F:
Hasta luego, mi vida
Lety
descendió del carro lanzandole un beso volador, cuidándose de que nadie los
viera, y luego Fernando retomó camino hacia su casa; de hecho él también tenía
que cambiarse la ropa para ir a la empresa...
Mientras
que estaba manejando, Fernando se perdió en sus pensamientos y se convenció una
vez más de la validez de su plan...
Cuando
Lety ingresó a su casa, solo estaba su mamá preparando el desayuno
L:
¡Hola mamita!
D.J:
¡Mi niña! ¿Cómo amaneciste?
L:
De maravilla, mamá
D.J:
Ji ji ji me imagino...
L:
¿Donde está mi papá?
D.J:
Lo mandé a pasear a Moty para que no sospechara viendo que no estabas
L:
¿O sea que no sabe que pasé la noche afuera?
D.J:
¡Claro que no, Lety! ¡No estarías viva yo menos! Simplemente le dije que ayer
estabas cansada y que te habías ido a dormir temprano y luego me persiñé a San
Juditas Tadeo para que llegaras pronto esta mañana
Lety
abrazó a su mamá y le dejó un sonoro beso en la mejilla
L:
¡Gracias, mamita! ¡Eres la mejor mamá del mundo!
D.J:
Ji ji ji no es para tanto, mi vida. Ahora cambiate antes de que llegue tu papá
y te vea con la misma ropa de ayer
En
un santiamén Lety subió las escaleras hacia su cuarto y en ese instante llegó
Don Erasmo.
D.E:
Julieta, ¿La niña ya se despertó? ¡Va a llegar tarde a su trabajo!
D.J:
No te preocupes, Erasmo, la niña está casi lista
D.E:
Bueno.
Habían
pasado apenas diez minutos cuando Tomás llegó frente de la casa de los Padilla con
su nuevo Mercedes. Por suerte, Lety ya se había lavado e higienizado en el
hotel así que solo tenía que cambiarse de atuendo. Cuando oyó la bocina, se
precipitó escaleras abajo y, tras saludar a su papá con un beso, salió para
saludar a su amigo
L:
¡Hooooola Tomás!
T:
¡Hooooola Lety! ¿Nos vamos?
Lety
lo miró por un momento boquiabierta
L:
¿No quieres desayunar, antes?
T:
No, Lety, tengo prisa de llegar a la empresa para ver a mi chica
L:
Ay Tomás, nunca vas a cambiar, ¿verdad?
T:
Mira quién habla...
L:
Bueno, saludo a mis papás y nos vamos
Cuando
llegaron a la empresa, Lety se preocupó al no ver al coche de Fernando y entre
sí pensó:
L:
¿Le habrá pasado algo?
Tomás,
pero, no le dejó ni tiempo para pensarlo puesto que se había lanzado como
torbellino dentro de la empresa.
Cuando
las puertas del elevador les dieron paso al primer piso, las muchachas del
Cuartel saludaron a ella y a Tomás como un coro de escolares.
L:
Buenos días, muchachas. Paula María, ¿Puedes venir un momento a mi oficina?
PM:
Claro, Lety
Mientras
las dos se encerraraban en Presidencia, Tomás se acercó al escritorio de Alicia
pero lo encontró vacío
T:
¿Alguien sabe donde está mi chi... la Señora Alicia?
Ma:
Todavía no ha llegado, Don Tomás
T:
Qué raro... ¿No le habrá pasado algo?
Lo:
No se preocupe, Don Tomás, Alicia siempre llega retrasada, a pesar de que ahora
viaja en microbús
T:
¿¡En microbús!?
Sa:
Sí, ¿Por qué? ¿No lo sabía?
T:
¡Claro que no! Quiero que cuando llegue la Señora Alicia, le digan que la
espero en mi oficina, ¿me entendieron?
Lo:
Claro...
Cuando
Tomás se fue a su oficina, Lola miró a sus compañeras boquiabierta
Lo:
Yo siempre lo digo, ¡No acabo nunca! ¡No acabo nunca!
Ma:
¿Qué querrá Don Tomás de la oxi?
Sa:
¿No es obvio, manita? La oxi lo embrujó y, a pesar de que lo trata como trapo
de piso, él está talmente alucinado que la ve como si fuera una diosa
J:
Ah, el amor...
Suspiró
Juana
Sa:
Puede que él esté enamorado, pero a la oxi solo le interesa el dinero
Todas
asintieron y justo en ese momento Alicia Ferreyra hizo su aparición junto a
Marcia Villaroel
M:
Buenos días
Cuartel:
Buenos días, Doña Marcia
Sa:
Oxi... Digo, Alicia, el Licenciado Mora la está esperando en su oficina
AF:
¿Tomás? ¿Y qué quiere ahora?
Lo:
Pues vaya y averigüe ¿no?
AF:
¡Tú no me dás ordenes, changa peluda!
Marcia
la miró extrañada; Alicia estaba demasiado nerviosa ese día. Ya desde que había
pasado por ella en la mañana se notaba rara...
M:
Alicia, ¿Qué tienes? Lola no te dijo nada malo...
AF:
Perdón, Marcia, es que últimamente ando un poco nerviosa...
M:
Sí, lo veo... Vete a ver que quiere Tomás, mejor
AF:
Sí, mejor...
Alicia
entró a la oficina de Tomás sin ni siquiera tocara a la puerta
AF:
Me dijieron que querías hablar conmigo. ¿Qué quieres?
T:
Buenos días, Alicia
AF:
¿Buenos días? ¡Quizás por ti fue un buen día pero para mi fue un infierno!
T:
¿Por qué? ¿Qué pasó?
AF:
Ja, ¿Quieres saber que pasó? ¡De todo! Primero me cortaron otra vez la luz y
tuve que lavarme con agua fría... ¿Puedes creerlo? ¡Me tuve que lavar mis
maravillosos cabellos con agua fría! Y si me da gripe, ni siquiera puedo
pagarme los remedios...
Tomás
sentía pena mientras que escuchaba a su chica desahogarse
AF:
...luego no tengo dinero ni siquiera para comer y, si no fuera para Marcia, me
hubiera tocado venir a trabajar en microbús; ¡En microbús! ¿Entiendes? ¡Yo que
estoy acostumbrada a viajar en Mercedes, relegada a un vil microbús!
De
repente Alicia rompió en un llanto histérico. Al verla así, Tomás no pudo
evitar levantarse de su silla y
abrazarla
T:
Ya, ya, Alicia, no hagas así... Verás que vamos a encontrar una solución...
AF:
Ja, claro, tú hablas así porque tienes un sueldo de Vicepresidente financiero
mientras que a mi me toca aguantar un sueldo de vil secretaria de Producción
ejecutiva...
Tomás
intentó secarle las lágrimas con sus pulgares pero, cuando le tocó el rostro,
Alicia se alejó como si la hubieran tocado con fuego
T:
Perdón, Alicia, no fue mi intención hacerte daño...
AF:
Sí, claro, no fue tu intención, ¡Pero lo hiciste!
T:
¡Ya te pedí perdón por lo que pasó en tu casa!
AF:
¡Es que eso que pasó tuvo consecuencias!
T:
¿Consecuencias? ¿Qué quieres decir con eso?
Alicia
lo evaluó un momento pero decidió no decirle nada a Tomás
AF:
¡Que arruinaste mi vida!
T:
Pero...
Alicia
no le dejó ni tiempo de hablar puesto que salió de su oficina tumbando la
puerta.
Tomás
se sintió impotente y se dejó caer en su sillón pensando a la manera en que
purgar por su error; un error que para él había sido el más maravilloso de su
vida.
En
Presidencia, en tanto, Paula María estaba actualizando Lety cerca de lo
sucedido la tarde anterior, ya que ella no había regresado a la empresa después
del almuerzo.
L:
Así que el Señor Fernández vino a la empresa...
PM:
Así es, Lety. Por lo que sé, fue Don Luigi quién lo llamó
L:
Seguro para hablarle del vídeo clip... Bueno, voy a hablar con él después,
ahora tengo que prepararme para la cita con el Señor Castro
La
mirada de Paula María se iluminó
PM:
¿Cristian Castro va a venir aquí, hoy?
L:
Así es, amiga
PM:
¡Ahhhh! ¡Tengo que avisar a las muchachas!
L:
Ji ji ji está bien, Paula María, pero cuidado con Doña Marcia. No quiero que
las regañes
PM:
No te preocupes, manita. ¿Me puedo ritirar o te sirve algo más?
L:
No, te puedes ir
PM:
Hasta luego amiguita
Cuando
Paula María cerró la puerta de Presidencia, se abrieron las puertas del
elevador y del mismo salieron Fernando y Omar
O:
¿De veras no me quieres decir que traes ahí? ¡Huele riquísimo!
F:
¡Ay ya, Omar! ¡Te pareces un niño chiquito! Como cuando a la escuela tu mamá no
te daba nada para merendar y me tocaba compartir mi merenda contigo...
O:
Je je buenos tiempos aquellos...
F:
Y, cambiando de tema, te recuerdo que me tienes que contar que pasó con
Carolina...
Omar
se puso rojo como tomate así que Fernando empezó a echarle porras
F:
Ja ja ja ¡te pusiste rojo como semáforo! Lástima que ahora tengo una cita con
Cristian Castro, o de lo contrario no te me escapabas, hermanito.
Juntos
a la puerta de Presidencia, Fernando se paró
O:
¿No vienes a la oficina conmigo?
F:
No, Omar, tengo que hablar un momento con Lety
O:
Okey, ya entendí...
Omar
bajó la voz y se acercó al oído de Fernando
O:
Tienes que darle el besito del buen día, ¿verdad?
Fernando
desorbitó los ojos
F:
¡No seas idiota, Omar! ¡Y vete a la oficina que ya se hizo tarde! Nos vemos
luego
Y
así diciendo, Fernando ingresó en la oficina de Lety sin ni siquiera tocar
F:
Buenos días, mi am...
L:
Sí, Señor Jiménez, para las nueve los
esperamos aquí en Conceptos....
Fernando
se calló viendo que Lety estaba hablando al teléfono
L:
¡Hasta luego!
Cuando finalizó la llamada, Lety miró hacia Fernando
y le sonrió.
L: Estaba hablando con el manager del Señor Castro
para confirmar la junta de hoy. Vienen a las nueve...
Fernando miró su reloj
F: O sea, en meno de media hora...
L: Sí. Y... ¿A qué se debe el gran honor de su
visita, Don Fernando?
F: Pues verá, Doña Lety, me imaginé que usted no había
tenido tiempo para desayunar y le traje algo...
La mirada de Lety se iluminó cuando vio el paquete
que Fernando le estaba dando. Adentro del mismo, estaban dos croissant con
chocolate, los favoritos de Lety
L: ¿Me traíste el desayuno?
F: Así es. Pasé de una panedería, antes de venir a
la empresa, y tomé dos: uno para ti y uno para mi, ya que los dos saltamos el
desayuno...
L: Gracias, mi amor
F: No hay de que, mi vida
Mientras comían, Lety actualizó a Fernando cerca de
lo sucedido con Fernández
F: Así que Luigi ya le dijo que aceptamos. Pues
mejor así ya que ese vídeo tiene que estar listo para el lunes...
L: A proposito del lunes... Tienes que hablar con el
Señor Luciano para decirle que vas a viajar tú solo para Estados Unidos...
Lety se entristeció al solo hablar de eso. Fernando,
para levantarle el humor, intentó hacerle una caricia en la cara pero, justo
cuando posó su mano en la mejilla de Lety, alguien abrió la puerta y entró como
torbellino en Presidencia sin anunciarse. Los dos quedaron boquiabierta hasta
que Fernando habló
F: ¡Marcia!
Viendo la posición en que estaban los dos, Marcia se
puso como fiera
M: Fernando, ¿Se puede saber qué demonio estás
haciendo?
F: Pues...
Lety estaba muy avergonzada. ¡Marcia los había
cachando in fraganti en el medio de una caricia!
M: Fernando, estoy esperando...
F: Es que la Licenciada tenía un poco de azúcar en
polvo en la mejilla y se lo estaba quitando, ya que en unos minutos tenemos una
cita con Cristian Castro
M: ¿Y no se lo podía quitar ella?
Fernando le hizo una mueca
F: No se dio cuenta, por eso lo hice yo.
M: Que amable eres...
Marcia, obviamente, no le creía nada pero no pudo añadir
nada más ya que la situación no era demasiado equívoca...
Finalmente Lety tomó la palabra
L: Doña Marcia, ¿Qué necesita?
M: Quiero actualizarte cerca de lo que Luigi y yo
decidimos ayer con respeto al vídeo de Alejandro Fernández
L: Claro, sientese
Marcia tomó asiento cerca de Fernando y le puso una
mano en la rodilla mientras que hablaba con Lety. Durante toda la platica, Lety
la miró fijo en los ojos para evitar de concentrarse en su mano sobre la
rodilla de su hombre
M: Así que la canción para que requiere el vídeo es “Te
amaré” y ya Luigi tiene listo el borrador para el vídeo clip
Fernando desorbitó los ojos
F: ¿¡Tan rápido!?
M: Así es. Cuando Luigi quiere algo, es capaz de acelerar
del cien por ciento su creatividad
Fernando hizo otra mueca. A él le constaba la
lentitud de Luigi cuando consideraba el trabajo poco importante...
L: ¿Y cuando quiere empezar con la grabación?
M: Hoy mismo en la tarde, ya que el vídeo tiene que
estar listo para el lunes, y, considerado que ya estamos al miercoles, primero
empezemos mejor será
L: Bueno, para mi no hay problemas pero tienen que
hablar con Tomás para hacer una proyección de costos
M: Bueno entonces avisele a su amigo que nos vamos a
reunir en una hora en la sala de juntas
F: Marcia, la sala de juntas va a estar ocupada. Ya
te dije que tenemos una cita con Castro...
M: ¡Bueno entonces nos vamos a reunir en mi oficina!
F: ¿Por qué te enojes?
M: ¡Porque estoy nerviosa por el embarazo!
Al solo oír esa palabra, Lety desbalncó pero trató
de seguir lo más calmada posible.
L: Doña Marcia, me gustaría que usted y Luigi
estuvieran presentes en la junta con el Señor Castro. Seguramente él querrá
hablar con Luigi de los detalles del vídeo y me gustaría que usted también
diera su aporte
M: Está bien... Ahora me voy ¡así pueden terminar de
desayunar en paz!
Marcia salió de la oficina casi tumbando la puerta
F: ¡Híjole esta mujer me va a volver loco!
Viendo que Lety aún no se relajaba, Fernando le
inquirió:
F: Lety... ¿Todo bien?
Lety fingió una sonrisa y asintió.
Cuando el reloj marcó las 9.05, Paula María avisó a Lety
que estaban el Señor Jiménez y el Señor Castro que la estaban esperando
L: Dejalos acomodar en la sala de juntas, Paula María,
y avisele a Doña Marcia, a Luigi y a Tomás, por favor.
PM: Claro, Lety
Luego Leticia miró a Fernando y le comunicó que sus huéspedes
habían llegado.
Los dos se dirigieron en la sala de juntas y, tras
saludarse, cada quién tomó asiento. Cuando también Marcia, Luigi y Tomás
llegaron, Lety dio inicio a la reunión.
L: Antes que todo, Señor Castro, me permita
agradecerle para haber escogito nosotros como casa productora; estamos muy
honrados de que haya decidido grabar su vídeo clip en Conceptos
CC: El gusto es todo mío, Leticia. No podía escoger
otra casa productora después de haberlos conocidos
Cristian le guiñó el ojo a Lety que se sonrojó un
poco
LL: ¡Yo todavía no me lo creo que un papasote como tú
quiera trabajar con nosotros! ¡Oh my God!
L: Ji ji ji Señor Castro, él es Luigi Lombardi,
nuestro Director Creativo
CC: Encantado de conocerte, Luigi. ¿Así que eres tú
el que se va a ocupar de mi vídeo?
LL: Así es, darling. Cada tu deseo se vuelve una
orden, ¿Verdad Ferny?
F: Así es, Cristian. Lo que tú quieres, en Conceptos
se hace
CC: Ja ja ja bueno. Creo que los aspectos más técnicos
los tengo que hablar directamente contigo, Luigi, ¿verdad?
LL: Así es, darling. Mientras que puedes hablar de números
con la cabeza de pajaro loco que está aquí a mi lado
CC: ¿Cabeza de pajaro loco? Ja ja ja
L: Ji ji ji ay Luigi, ¡siempre tan chistoso! Lo que
nuestro director quiere decir, Señor Castro, es que de las cuestiones
económicas se va a ocupar Tomás Mora, el Vicepresidente financiero de nuestra
empresa
Tomás exendió su mano hacia Cristian para
presentarse
T: Mu... mucho gusto Señor Castro
CC: El gusto es todo mío, Licenciado Mora
La reunión siguió por más o menos una hora y media
y, cuando se acordaron cerca del costo del vídeo y de las utilidades de
Conceptos con el Señor Jiménez, Lety dejó que Cristian y su manager se fueran
con Luigi en su estudio para hablar de los detalles técnicos del vídeo.
Cuando en la sala de juntas quedaron Lety, Fernando,
Tomás y Marcia, esta última se dirigió hacia Tomas y le inquirió:
M: Bueno, ya que Luigi se fue, me imagino que tengo
que hablar yo con usted cerca del vídeo de Fernández...
T: Sí, Doña Marcia...
M: Bueno entonces vamonos en mi oficina ya que ahí
tengo la documentación
Marcia salió de la sala sin saludar y Tomás la siguió
T: Con permiso
Quedados a solas, Fernando se permitió abrazar a
Lety
F: ¡Lo logramos! ¡Lo logramos, Lety!
L: Sí, Don Fernando, lo logramos. Ahora esperamos
que todo salga bien...
F: ¡Por supuesto que todo va a salir bien! Y para
cualquier problema, yo estoy aquí
Fernando le guiñó el ojo y, tras dejarle un beso en
la mejilla, salió de la sala de juntas para alcanzar a Omar en Vicepresidencia.
Quedada a sola, Lety decidió dedicar un tiempo para
actualizar su diario:
Diario: ¡Siento que
estoy tocando el cielo! Ayer, Fernando y yo pasemos la noche juntos en el mismo
hotel y en la misma habitación de nuestra primera noche... Esta vez, al
contrario de la primera noche, Fernando fue más atrevido y hasta me convenció a
hacer una especie de juegito que, tengo que admitir, ¡me gustó muchísimo!
Fernando seguramente sabe como encender a una mujer... Quién sabe con cuantas
mujeres se habrá acostado... De cierta forta estoy celosa, aunque es estúpido
ser celosa del pasado de Fernando. Ahora él dice amarme solo a mi y cada día me
lo demuestra de una forma tal, que es imposible no creerle. ¡Pero a la vez
tengo miedo! Tengo miedo de que, ahora que lo tengo para mi, pueda llegar
alguien que me lo quite... No tengo miedo de Marcia porque sé que él no la ama y
de eso estoy segura pero... ¿Qué pasaría si Fernando encuentra a otra mujer que
le gusta más que yo y me deja? No podría soportar de perderlo otra vez... Esta
vez estoy segura no salir viva...
Mientras tanto, en Vicepresidencia, Fernando estaba
hablando con Omar
F: Así que pasaron la noche juntos...
O: Así es, hermano, ¡y te aseguro que fue la noche más
bella de mi vida!
F: Je je ¡te enamoraste por fin, Omarcito!
O: Ay Fernando, si supieras como se siente un hombre
enamorado...
Fernando lo miró feo
F: Omar, te recuerdo que yo me enamoré de Lety hacia
muchísimo tiempo así que sé perfectamente como se siente feliz un hombre
enamorado... Así como sé como se siente un hombre destrozado por amor...
O: ¿Todavía tienes problemas con el güerito ese?
F: No, no es eso... Simplemente mi vida está
bastante complicada...
O: ¿Quieres desahogarte conmigo? Te recuerdo que soy
un buen escuchador
F: Gracias, hermano, pero tengo que llamar a
Luciano; al parecer me tengo que viajar a Estados Unidos para unos días...
O: ¿¡En serio!? ¡Hermano, traeme contigo!
F: ¡Omar! ¡No me voy de reventón!
O: ¿Entonces a qué te vas?
F: Tengo que cerrar un acuerdo con Coca Cola México
Omar chifló en signo de aprovación
O: Así que por fin las cosas marchan bien por la
empresa...
F: Así parece... ¡Y menos mal ya que no falta mucho
para el primer pago de la deuda!
En tanto, Fernando compuso el numero de su amigo
Luciano en el teléfono...
Lu: ¿Bueno?
F: ¿Luciano? Habla Fernando Mendiola
Lu: ¡Fernando! ¡Qué gusto oírte! Me imagino que me
llamas para darme la respuesta por el viaje del lunes...
F: Así es, Luciano. Te quería avisar que la
Licenciada Padilla no puede viajar, ya que tiene un compromiso que no puede
posponer, así que, si para ti no es un problema, voy a viajar yo solo para
hablar con Mr Hutcherson
Lu: je je pero no vas a estar solo, Fernando, no te
preocupes...
F: ¿Qué quieres decir con eso?
Lu: Que vas a estar bien acompañado...
Sigue...
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