sábado, 21 de febrero de 2015

Capítulo 48

Capítulo 48
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La saña del destino

Lety se volteó aterrorizada hasta que un hombre de pelo rubio la abrazó con mucho cariño.

F: ¡Pero Lalo! ¿Cómo se te ocurre aparecer de esa manera?

A Lety le volvió el alma al cuerpo pero el alivio no le duró mucho

Sin dar muchas explicaciones, Lalo se arrastró a Lety en una terraza, alejandola de Fernando.

L: Eduardo, ¿Qué te pasa?

E: Perdoname si me porté así Lety, pero creeme que me lo vas a agradecer cuando te cuente porque lo hice...


Mientras tanto, Fernando se había quedado inmóvil y estaba bastante descolocado por el actitud de Lalo, hasta que una voz inconfundible lo hizo regresar a la realidad

AV: ¡Fernando Mendiola! ¿Para qué no me sorprende encontrarte aquí?

Fernando quedó boquiabierta ¿Qué hacía el güerito risueño allí? Él no era tipo de frecuentar esos tipos de eventos...

F: Ariel Villaroel; a mi sí que me sorprende encontrarte en un lugar cómo esto...

AV: ¿Y por qué? ¿Acaso se te olvida que yo también soy socio de este Club?

Fernando solo le hizo un mueca

AV: ¿Y donde está mi hermana?

F: ¿Marcia? Pues yo que voy a saber...

AV: ¿Cómo? ¿No la trajiste contigo? Ja, claro... Seguro querías escaparte con una de tus amiguitas ¿verdad?

Fernando empezó a enervarse

F: Fijate que la chingaste Arielito, porque sí es verdad que vine acompañado, pero no de una mujer

AV: ¿Ah no? ¿Y con quién viniste?

F: ¿Para qué quieres saberlo? No me digas que te convertiste en otra espía de Marcia...

AV: Cuidado a cómo hablas de mi hermana, Fernando. Y para tu información, yo no soy la espía de nadie

F: Claro... por eso me estás haciendo esa especie de interrogatorio...


En tanto, en la terraza...

L: ¿¡Qué!? ¿¡Don Ariel Villaroel está aquí!?

E: Así cómo lo oyes, Lety

L: Pero... ¿Qué hace aquí? Que yo sepa, él no acostumbra aparecer en estos tipos de eventos

E: No sé Lety, pero es obvio que no puede verlos juntos

L: Sí, claro... ¡Eso sería desastroso! Imaginate si Doña Marcia se entera que yo vine aquí con Fernando...

E: Por eso te alejé de él. Ariel llegó casi al mismo tiempo que yo, así que cuando lo vi, hice lo posible para que él no los cachara juntos

L: ¡Ay gracias Lalo! ¡Nos salvaste!

E: No hay de qué, Lety. Pero ahora tengo que ir en auxilio de Fer...


AV: ¿Entonces? ¿Piensas contestarme o te vas a quedar mudo?

La rabia de Fernando iba en crecendo. ¿Cómo se atrevía ese güerito a interrumpir su noche con Lety y ¡encima! hacerle una sorta de interrogatorio?

F: Mira Ariel, te voy  decir una cosa, yo...

Justo en ese momento llegó Eduardo

E: ¡Hola Ariel! ¿Qué tal?

AV: Eduardo Mendoza... ¿Qué haces tu por este rumbo?

E: ¿No te imaginas? Fernando me pidió el favor que lo acompañara esta noche, ya que soy huésped en su casa, así que vine con él. ¿Y tu qué haces aquí?

Ariel se sorprendió. Él estaba seguro que Fernando había ido acompañado por una mujer...

AV: Pues, me di una vuelta para econtrar algunas personas con quién estoy cerrando negocios

F: ¡Claro! Porque esto es exactamente el lugar y la ocasión para cerrar negocios...

Ariel se vio descubierto así que preferió alejarse

Quedado a solas con Eduardo, Fernando lo abrazó

F: ¡Hermano, me salvaste!

E: Na, no es para tanto...

F: ¡Creeme que sí, Lalito! Si no fuera para ti, no sé que habría pasado con ese güerito risueño... ¿Y donde dejaste a Lety?

E: Te está esperando en la terraza pero cuidado Fer, porque ese güerito cómo que va a estar pendiente de tus movimientos...

F: Claro, si siempre lo digo: ¡Ariel es un pajaro de mala muerte! Siempre que llega él, trae malas noticias o mala onda... A proposito, ¿Qué haces tu para acá?

E: Es que vine a acompañar a una amiga...

F: Me imagino que es la misma con quién te vas a quedar esta noche ¿Verdad?

E: Así es.

F: Bueno, entonces regresa con tu dama que yo voy a buscar la mía. Nos vemos más tarde hermano


Cuando Fernando salió en la terraza, Lety estaba encantada contemplando el jardín. La visual estaba maravillosa porque se veía un inmenso parque donde estaba una fuente iluminada por decenas de pequeñas luces que parecían luciérnagas. En el fondo se podía oír David Bisbal que ya había empezado a cantar:


No puedo colmarte ni de joyas ni dinero,
pero puedo darte un corazón que es verdadero
mis alas en el viento necesitan de tus besos
acompañame en el viaje que volar solo no puedo...

Y sabes que eres la princesa de mis sueños encantados
cuantas guerras he librado por tenerte aqui a mi lado
no me canso de buscarte, no me importara arriesgarte
si al final de esta aventura yo lograra conquistarte
Y he pintado a mi princesa en un cuadro imaginario
le cantaba en el oido susurrando muy despacio
tanto tiempo he naufragado y yo sé que no fue en vano
no he dejado de intentarlo, porque creo en los milagros.

Lety estaba perdida en los versos de la canción hasta que Fernando se acercó a ella y la abrazó por detrás, besandola en la sien.

F: Buenas noches, mi princesa

Lety cerró los ojos y se abandonó al calor que le propiciaba el cuerpo de él.

L: Hola, mi amor. ¿Supiste quién está presenciando al evento?

F: Sí, desafortunadamente tuve la mala suerte de econtrarme con el güerito risueño. ¡Menos mal que Eduardo llegó a salvar la situación!

L: Sí... menos mal...

Fernando se dio cuenta del repentino cambio de Leticia

F: ¿Qué pasa, mi amor?

L: Que no podemos seguir así. Fernando, yo te amo y tu lo sabes, ¡pero no quiero vivir otra vez la misma historia! Yo quiero poder estar contigo a la luz del sol, sin necesidad de escondernos...

F: Sí, lo sé Lety. Por eso te dije que voy a hablar con Marcia en cuanto..

L: ¡No, no mi amor!

F: ¿Cómo que no?

L: Es que hay algo que hoy “escuché sin querer” y que te quiero contar

Lety se volteó dandole la cara, sin soltarse pero de su abrazo

F: ¿De qué se trata?

L: Es que hoy tuve que hablar con Doña Marcia por algo que le servía a Tomás y cuando me acerqué a su oficina, oí que ella estaba hablando con Don Ariel

F: ¿Y?

L: Y resulta que lo que decían no era nada gracioso...

F: Claro, ¡Nada que salga de la boca de ese güerito puede ser gracioso!

L: Sí, pero estaban hablando de algo concerniente la empresa que, de concretarse, podría ser desastroso para todos...

F: Lety, me estás asustando...

L: Creeme que yo también me asusté cuando los oí hablar...


Mientras tanto, Aldo estaba en el coche junto a Guillermo Andreu

A: ¡De verdad no sabes cómo te lo agradezco, Guillermo!

G: ¡Ay ya Aldo! Te dije que no es necesario. Creeme que para mi es un placer compartir esta noche contigo. De lo contrario, creo que ni siquiera me hubiera animado a venir al evento

A: Cómo sea, no sabes cuanto es importante para mi...

G: ¡Híjole! ¡No sabía que eras tan fan de Cristian Castro!

A: Es que no es solo por eso... Resulta que al evento va a estar presente también Leticia...

G: ¿La Presidenta de Conceptos?

A: Sí, ella.

G: No me digas que es por ella que quisiste venir al evento...

A: Es que esta noche ella tenía que venir a este evento con otro hombre, y quiero asegurarme que no llegue lejos con él

G: Lo dices cómo si sintieras algo por ella...

Aldo no pudo más y decidió confesarle la verdad a su amigo

A: ¡Es que yo la amo, Guillermo!

Guillermo lo miró boquiabierto

G: ¿Y ella lo sabe?

A: ...sí

G: ¿Y con todo, decidió venir al evento con ese otro hombre?

A: Es que es una historia complicada... ¡Cómo sea yo no me rindo! ¡Quiero conquistarla y te juro que lo voy a lograr!

G: ¡Así se habla, amigo! Vas a ver que ella va a caer redondita a tus pies

A: Ojalá...


En la otra parte de la Ciudad, Marcia estaba terminando de arreglarse en su baño

M: Te equivocas si piensas quedarte con ella, mi amor... Leticia todavía no conoce lo de que soy capaz...


En la terraza, Fernando y Lety seguian hablando

F: Así que Ariel insiste en querer dividir la empresa...

L: Es que no es solo eso; él quiere tomar la Presidencia de Conceptos ¡Y también la de Filmo Imagen!

F: ¿¡Cómo que quiere Filmo Imagen!?

L: Así es, mi amor. Él quiere que yo le entregue Filmo Imagen así puede tomar el mando de la dos espresas

F: Siempre lo digo... ¡Ese güerito se les cayó de chiquito!

L: Cómo sea no podemos permitirlo. Si Ariel logra ser elegido cómo nuevo presidente, va a desolver la empresa ¡y todos se quedarían sin chamba!

F: Sì... Pero todavía no entiendo que tiene que ver eso con lo de Marcia...

L: ¿De verdad no entiendes, Fernando? Si tu le dices a Doña Marcia que quieres romper el compromiso con ella, ¡y por mi! ¡ella se va a poner cómo fiera!

F: ¿Y qué?

Lety se soltó del abrazo y lo miró enfadada. Fernando parecía no entender la gravidad de la situación...

L: Mi amor... ponte a pensar. Si Marcia se entera que tu la dejaste por mi, seguro va a apoyar a su hermano cuando él se proponga cómo Presidente, a final del proceso de embargo, y creo que lo mismo van a hacer tus papás...

A Fernando comenzaba a caerle el veinte

F: ¿Con eso me quieres decir que yo tengo que seguir “mi relación” con Marcia?

Lety suspiró hondo

L: ...sí. Por lo meno hasta que pasen estos tres meses y tu vuelves a ser elegido de nuevo Presidente

F: ¿Cómo me pides esto? Lety, ya te lo dije una vez, ¡Yo no quiero negarte y ni siquiera esconderte!

Lety lo miró llena de amor. El Fernando que le estaba hablando, no se comparaba para nada con el Fernando que unos meses atrás la traía en los antros oscuros donde nadie podía reconocerlos.

L: Mi amor, no tenemos otras opciones.

F: ¿Y no te has puesto ni por un instante, a pensar en lo que yo quiero?

Lety lo miró extraña

F: Puede que tu no sepa, pero Marcia fijó una nueva fecha para la boda y resulta que va a ser en noviembre, ¡o sea antes de que se acabe el proceso legal!

Lety se quedó helada

F: Por eso te digo que no puedo seguir con ella. Si quieres, no le voy a decir que la dejo porque me enamoré de ti, pero no me pidas de seguir con ella, Leticia

L: Es que, si tu la dejes, ella de todos modos no te va a apoyar y por ende ¡Don Ariel va a asumir la Presidencia!

F: ¿Y si te propones tu cómo Presidenta?

L: ¿¡Yo!?

F: Sí, Lety. En el fondo eres la más preparada para dirigir Conceptos

L: Ji ji ji puede que sea así Fernando, pero acuerdate que yo ahorita tengo el mando de Conceptos por cuestiones legales, no porque fui elegida. Si me voy a proponer cómo Presidenta, después de que se acabe el proceso legal, ¿Quién crees que va a votar para mi? Doña Marcia me odia, así cómo su hermano, ¡y ni que decir de tus papás!, después de todo lo que hice con sus empresa...

F: Bueno, pero cómo sea no creo que vayan a apoyar a Ariel, si él quiere despedazar la empresa. ¡Mi papá no lo va a permitir! Por eso es necesario que tu te postules cómo Presidenta

L: Ahora soy yo la que no entiende...

F: Es que si yo me voy a postular cómo Presidente, mis papás, bueno mi papá en realidad, nunca va a votar para mi. Yo lo decepcionè mucho y creo que preferiría ver la empresa despedazada que votar para mi, así que podría contar solo el voto de Omar y quizás con lo de Marcia... Si tu te postules, puedes contar con el apoyo de mis papás, de Omar, ¡y por supuesto con el mío!

L: Ya te dije que tus papás me odian por lo que le hice. En cambio, si tu sigues con Doña Marcia, ¡Ella te va a apoyar a ti!

F: ¡¡Pero yo no quiero seguir con ella!!

Fernando se arrepintió de haber alzado la voz y se excusó

F: Perdoname Lety, es que la presencia del güerito risueño me puso de mal humor...

Lety se acercó a él y le dio un tierno beso en la mejilla

L: Vamos a dejar eso por otro momento ¿sí? Acuerdate que vinimos para hablar con Cristian Castro, entre las otras cosas...

Fernando le sonrió, tomandole el rostro en las manos. Después, se inclinó hacia ella y apoyó sus labios sobre los suyos, dandole un beso con que le trasmitió todo su amor.

F: Bueno, cómo quieres mi amor. ¿Qué te parece si ahorita regresamos adentro?

L: ¡Me parece muy bien! Aquí afuerita está empezando a hacer frío...

F: ¿Sientes frío? Dejame y te caliento yo, mi vida

Fernando empezó a besarla por doquier, estrechandola a su cuerpo

L: Ji ji ji ay Fernando, ¿Que tengo que hacer yo contigo?

F: Lo que quieres, Lety. Ya te dije: soy todo tuyo

Lety sintió que sus piernas no le respondían así que prefirió soltarse del abrazo

L: Bueno, mejor entramos. Namás, dejame ir un momentito al baño

F: ¿Otra vez?

L: Es que últimamente parezco incontinente ji ji ji Seguro tomé mucha agua en la oficina...

F: Bueno. Nos vemos adentro entonces; no te tardes...


Fernando regresó en el salón al tiempo que Lety hizo lo proprio en el baño. La Presidenta estaba algo distraída mientras se higienizaba las manos, hasta que una voz hizo que un escalofrío la recorriera de cabeza a pie

M: Qué coincidencia Leticia... ¿Usted también aquí?

Lety se volteó muy despacio, cómo en una película de terror

L: Do... Do... Doña Marcia ¿Qué hace usted aquí?

M: Lo mismo le pregunto yo ¿Qué hace usted aquí, Leticia? Pero, sobretodo, ¿Cómo hizo para entrar, ya que no es socia del Club?

Lety tragó saliva. Seguramente no podía decirle que había llegado junto con Fernando, así que tuvo que inventarse una excusa plausible...

L: Es que... Vine acompañada de una persona que es socia del Club...

... ¡lastima que su cerebro no la ayudó en eso!

Marcia hizo una sonrisa socarrona

M: ¿Ah sí? ¿Y quién es?

Lety se maldició. “¿Y ahora cómo le hago? Piensa Lety, piensa...”

L: Es... es...

Justo en ese momento, Carolina abrió la puerta del baño

C: ¡Lety! ¿ Estás bien? ¡Hace mucho que me dijiste que tenías que ir al baño y te desapareciste!

L: Je je perdón Carolina, es que encontré a Doña Marcia y me entretuve hablando con ella

C: Ah... ¡Hola Marcia! ¿Cómo estás?

Marcia se quedó perpleja. Según ella, Fernando debía ir al cóctel junto con Lety. Entonces ¿que hacía Carolina con Leticia?

C: Marcia...

M: ¿Sí?

C: ¿Estás bien?

M: ...sí Carolina. Es que me sorprende verte aquí, y más saber que viniste con Leticia

C: Sí, vine con Lety. Cómo tenía dos invitaciones, y sabía que Lety tenía que hablar con Cristian Castro, y ya que ella es una gran amiga para mi, decidí acompañarla

M: ¿Y desde cuándo ustedes son tan amigas?

C: ¿Cómo? ¿No sabes? Lety trabajó conmigo en Acapulco el tiempo en que no estuvo en Conceptos. Fue entonces que nos volvimos gran amigas. Ahora, si nos disculpes, tenemos algo que hacer

M: Claro...

L: Con permiso Doña Marcia; ¡Que se divierta!

Marcia hirvió

M: ¡Desgraciada! ¡Hasta tuvo el descaro de decirme que me divierta! Pero abusada Leticia, ¡Porque esta vez no te voy a permitir ni siquiera de acercarte a Fernando!


Fuera del baño, Lety miró Carolina boquiabierta

C: ¿Qué?

L: ¿¡Cómo que “qué”!? Carolina, ¡me salvaste la vida!

C: Ay no exageres Lety... Más bien te salvé la cabeza ja ja ja

L: ¡Por eso! ¡Menos mal que llegaste a tiempo! Imaginate si me hubiera cachado con tu sabes quién...

C: Bueno, por suerte llegué a tiempo...

L: Sí, tu y Eduardo tienen el mismo don. Hace un rato, él nos avisó que estaba aquí Don Ariel Villaroel...

C: ¿Qué? ¿Arien también está aquí?

L: Así es. Parece que la noche está muy agitada...

Carolina miró a su alrededor

C: Y se va a volver aún más agitada, porque acaba de entrar Aldo junto con el  representante de los restauratores, Guillermo Andreu

L: ¿¡Qué!? ¡Ay no! ¿Y ahora que hace él aquí?

C: Seguro vino para ti...

L: ¿Vino para mi? ¿Y cómo sabía que yo estaba aquí? No Carolina, seguro es una casualidad que Aldo esté aquí...

C: Lety... Yo no sé cómo hizo para saber que tu estabas aquí, pero estos tipos de eventos son muy exclusivos y no es tan facil conseguir una invitación...

L: ¿Con eso qué quieres decirme?

C: Que Aldo vino con un proposito preciso...

L: ¿Y cuál es ese proposito?

C: Lety, ¿Cómo es que todavía no te das cuenta? Aldo está enamorado de ti y seguro no le gustó para nada que tu regresaras a trabajar tan cerca de Fernando... Un poquito lo entiendo; tu le contaste que Fernando te hizo sufrir mucho y ahora Aldo quiere protegerte, de cierta manera. Por eso creo que no le va a hacer ninguna gracia verte con él...

Lety se asombró

L: No lo puedo creer... Así que ahora tengo que cuidarme también de Aldo...

C: ¿Por qué dices eso?

L: Porque Fernando no lo soporta; tu sabes que yo le había inventado esa estúpida historia de que me había acostado con Aldo y, aunque finalmente le conté la verdad, Fernando es un tipo muy celoso y no soporta que Aldo esté cerca de mi... Y creo que Aldo tampoco soporte a Fernando por lo que le conté ¡así que no quiero que esos dos se peleen por mi culpa!

Carolina sonrió. Eso que Lety le acababa de contar, confirmaba aún más cuanto Fernando la amara de verdad

L: Y además, le dije a Fernando que tiene que seguir su relación con Doña Marcia así que no puedo decirle a Aldo que regresé con él, porque sería cómo decirle que volví a ser otra vez su amante...

C: ¿Y por qué le dijiste a Fer de seguir con Marcia?

L: Esa es una larga historia... Cómo sea, tiene que ver con la empresa así que, hasta que el proceso legal no termine, no podemos salir a la luz del sol

C: ¡Dios! ¡Qué noche te espera, Lety!

L: Ajá... Carolina, ¿Puedo decirle a Aldo que vine contigo esta noche?

C: ¡Claro que sí, Lety! Igual mi acompañador me abandonó por otro...

L: ¿Cómo que te abandonó por otro?

C: ¿Todavía no te cayó el veinte?  Yo vine con Eduardo, Lety

L: ¡Claro! ¡Por eso él está aquí! Siempre lo he dicho: ustedes son nuestros angelitos de la guarda ji ji ji

C: Ja ja ja en efecto no me vería tan mal con alas...

L: Sí je je je ahora hay que avisar a Fernando que Marcia y Aldo están aquí y...

Lety bajó la mirada

L: ...que no puedo seguir junto a él esta noche...

C: Bueno, pero siempre les queda la noche entera ¿No?

L: No creo, Carolina. ¿Tu crees que Doña Marcia lo va a dejar regresar solo a su casa?

C: Uy para eso está Lalo, no te preocupes; Marcia no va a ir a su casa después del evento

L: Ja, parece que no conoces hasta donde llegan los celos de Doña Marcia...

C: Y tu parece que no conoces lo terco que se pone Lalo cuando quiere algo... Confía en nosotros Lety; tu misma lo dijiste: somos sus angelitos de la guarda

Carolina le guiñó el ojo y Lety le sonrió


Regresadas en el salón, Fernando se les acercó en seguida

F: ¡Lety! Est.. ¿Está bien?

L: Ji ji ji no te preocupes Fernando, Carolina sabe de lo nuestro

Fernando se pasmó aunque luego se mostró feliz por la noticia

F: ¡Qué bueno! Eso quiere decir que te puedo besar delante de ella ¿Verdad?

Lety se sonrojó. Fernando se acercó a ella y estaba por abrazarla cuando Lety se alejó, frenandolo

L: ¡No! Es que no estamos a solas, Fernando...

F: Sí, lo sé. Todavía veo bien, mi amor je je je

L: No, no me refería a toda la gente que está aquí, sino a dos personas en particular...

F: ¿Dos personas?

L: Sí, Fernando. Si me tardé en el baño, fue porque allí encontré a... a Doña Marcia

F: ¿¡Qué!? ¿¡Marcia está aquí!?

C: Así es, Fernando

F: ¿Y qué demonio hace ella aquí?

L: Ja ¿No te imaginas?

F: Claro... Sus estúpidos celos, ¡Cómo siempre!

L: Y eso no es todo...

F: ¡Ay no! No me digas que se trajo a la hueca de la Ferreyra...

C: Ja ja ja no Fernando, pero se trata de otra persona de pelo rubio

Lety encontrò el valor de confesarle a Fernando que el chef también estaba allì

L: Es que... Aldo también está aquí

F: ¿El güerito sonriente? Pues eso no me parece un problema...

El ojo de Lety empezó a parpadear

F: Lety... ¿Qué pasa?

L: ...

F: Leticia... Sabes muy bien que te conozco perfectamente y cómo tal conozco tu ojito bisbirulo... ¿Qué es lo que te preocupa?

L: Es que... ¡No quiero que Aldo sepa que llegué aquí contigo!

Los celos de Fernando no tardaron en aflotar

F: Claro... ¡Dios no quiera que tu güerito nos vea juntos!

A Lety no le pareció el tono socarron de Fernando

L: ¡Aldo no es “mi” güerito! Y ya te dije que entre él y yo no pasò nada

F: ¿Entonces por qué tienes miedo de que nos vea juntos?

L: Yo no tengo miedo, es que no quiero que sepa que nosotros regresamos...

Fernando se enervò aún más

F: ¿“Regresamos”? ¡Claro, se me olvidaba que la señorita le contó nuestra historia al fritanguero!

Lety también se enervò

L: ¡Ya te dije porque lo hice!

Fernando se dio cuenta que estaba demásiado enervado cuando, cómo fresa del pastel, Marcia se acercó a donde estaban los tres

M: ¡Fernando! ¿Qué haces aquí?

Lety, que estaba muy agitada por la discusión con Fernando, se puso a pensar entre sí: “Cómo si no lo supieses...”

Fernando, por su cuenta, respiró hondo y trató de tranquilizarse.

F: Marcia... Qué sorpresa encontrarte aquí...

M: Qué raro que te sorprenda... Sabes muy bien que a mi me gustan muchos estos tipo de eventos. Más bien debería ser yo la sorprendida; ¿Qué haces tu aquí? ¿No me dijiste que no ibas a venir?

El corazón de Lety empezó a latir más fuerte por el miedo. Ella le había dicho a Fernando de no decirle nada a Marcia de sus relación pero, ahora que él estaba tan enojado, ¡quién sabe lo que podía dejarse escapar!

F: ¿No te imaginas?

Fernando mirò a Lety fijo en los ojos antes de añadir algo que la pasmò:

F: ¡Tenía una cita con mi amante!

Tanto Lety cómo Marcia desorbitaron los ojos

Fernando, por su cuenta, se puso a reír

F: ¡Ya hombre que te estoy cotorreando!

A Lety le regresò el alma al cuerpo

F: Lo que pasa es que resulta que el tal Castro va a estar en este evento, así que tuve que venir aquí para hablar con él

M: Claro... ¿Y no pensaste avisarle a “tu prometida” que ibas a venir? Digo, sabes que yo te hubiera acompañado con mucho gusto...

Lety, entre sí: ¡Claro! ¿Cómo podía Marcia Villaroel perderse la ocasión de estar apegada a él toda la noche?

Sin duda, la ira de Lety iba en crecendo... Fernando, en vez, lucía más controlado

F: Es que Lalo se ofreció de acompañarme, así que vine con él

M: Sí me imagino... Cómo le gustan tanto estos tipos de eventos ¿Verdad?

Fernando hizo una mueca

M: ¿Y donde está Eduardo?

Carolina intervino en ayuda de Fer

C: Seguro está al buffet. Recién lo encontré y me dijo que tenía muchísima hambre je je je

Marcia no estaba convencida para nada. Para ella toda la situación era muy rara: Eduardo no era tipo de adar en esos tipos de lugares y Fernando no era tipo de desechar una noche en que estaba libre, por andar a un cóctel junto a su amigo... Algo en todo eso no le cuadraba...

F: Si me disculpan, tengo que ir a buscar a Lalo. Con permiso

M: Fernand...

Antes que lograra detenerlo, Fernando se perdió en la gente


Lety estaba hecha una fiera por cómo se había portado Fernando con respeto a lo de Aldo. ¿Cómo es que no entendía que para ella existía solo él y que no quería nada con el chef?

Hablando del re de Roma, Aldo apareció detrás de Leticia

A: ¡Buenas noches Leticia! ¡Qué sorpresa encontrarte aquí!

Lety suspiró hondo, tratando de lucir tranquila

L: Hola Aldo

Aldo le dio un beso en el cachete y después se saludó con Carolina

C: ¡Jamás me hubiera imaginado de encontrarte aquí, Aldo!

A: Es que mi amigo Guillermo tenía dos invitaciones y, ya que estuvimos juntos en la tarde, pensó de invitarme esta noche al cóctel

C: Claro, a mi me pasó lo mismo. Digo, tenía dos invitaciones y pensé de invitar a Lety, así la puedo ayudar con Castro

Aldo sabía que Carolina estaba mintiendo, pero no quiso delatarla

A: ¡Mira qué coincidencia!

L: Sí, qué coincidencia... Ah, Aldo, te presento a Doña Marcia Villaroel, productora ejecutiva de Conceptos. Doña Marcia, él es Aldo Domenzaín, chef internacional y muy buen amigo de Carolina y también mío, por supuesto ji ji ji

Marcia miró a Aldo en los ojos y sintió un ligero escalofrío

M: Mu... mucho gusto

A: El gusto es todo mio, señorita. Aldo Domenzaín, para servirla

Aldo le besó la mano cómo buen caballero y Marcia se ruborizó

M: Con permiso; tengo que ir a buscar a Fernando

Lety definitivamente no aguantaba más. Lo único que quería, era buscar a Fernando y escaparse con él en cualquier lugar pero sabía que no podía hacerlo; por lo meno, no por el momento...


Cuando Marcia se alejó, Aldo miró a Lety y le preguntó:

A: ¿Fernando? ¿Él también está aquí?

Lety estaba perdida en sus pensamientos asì que no le contestò

C: Sí Aldo. Fernando tiene que hablar con Cristian Castro y el mismo está aquí esta noche, así que Fer vino para hablar con él

A: Entiendo... Y, cambiando de tema, digame ¿Ustedes que en que mesa están?

Lety desorbitó los ojos. ¿Y ahora? Por suerte Carolina salvó la situación diciendole que todavía no se habían fijado así que, con la excusa de ir al baño, arrastró a Lety en la otra parte del salón. Lety aprovechó para desahogarse con su amiga:

L: ¡No lo puedo creer! ¡Parece que el destino está en contra de mi esta noche! Primero Doña Marcia con sus celos; luego Fernando se enoja conmigo por culpa del güeri... ehm de Aldo, ¡y finalmente el susodicho aparece y empieza con la preguntadera! ¡Híjole!

C: ¡Calmate Lety! Ahora lo más importante es hablar con Cristian Castro. Acuerdate que es importantísimo lograr convencerlo de hacer un video clip con Conceptos ¡o de lo contrario no pueden pagar la deuda de este mes! Así que tranquilizate porque tenemos que averiguar si ya llegó

L: ¿Y cómo le hacemos?

C: Simple, hablando con quién organizó el evento. Ven conmigo...


Mientras tanto, Fernando estaba en la terraza hablando con Eduardo

F: ¿Te das cuenta, hermano? Yo quiero gritar al mundo entero que la amo, ¡y ella está toda preocupada que ese güerito sonriente nos vea juntos!

E: ¡Ya Fer, calmate! Seguro Lety tiene sus motivaciones si no quiere que él sepa de ustedes...

F: Claro, ¡está toda quitada de la pena de causarle un dolor a su noviecito!

E: ¿Cómo que su noviecito? Fernando, reflexiona un momento... ¿Cómo puede ser su novio si ahora ella está contigo?

F: Bueno... ¡Como sea no me gusta para nada que ese tipo esté alrededor de ella!

E: Ay ay Fer... Los celos no son para nada buenos amigos...

F: Ya sé... ¡Pero es que no puedo evitarlo! Yo la amo más que a mi vida y tengo miedo de que alguien pueda alejarla de mi...

La mirada de Fernando se aguó

E: No tienes porque, Fernando. Lety te ama con toda su alma y estoy seguro que jamás se alejaría de ti. ¡Ustedes estan destinados a estar juntos!

Fernando sonrió y abrazó a su amigo

F: Gracias Lalo. Tu siempre tienes las palabras para consolarme y darme valor para enfrentar todas las situaciones

E: No hay nada que agradecerme, Fer. Y, ya que estamos, ¿Por qué no me lo presentes? Así puedo fijarme en que clase de hombre es el tal “güerito sonriente”

F: ¡Buena idea! En cuanto lo veo, los presentos, así te das cuenta de que tengo razón en llamarlo güerito sonriente je je je


Marcia, en tanto, se había juntado con su hermano...

AV: ¡Así que finalmente te decidiste y viniste a controlar a tu novio!

M: ¡Claro Ariel! ¿Cómo crees que lo iba a dejar a solos con ella?

AV: ¿Con ella? Pero a mi me dijo que vino con Eduardo Mendoza...

M: Sí, a mi también me dijo eso pero, como ella “casualmente” está aquí también, toda esa historia que vino con Eduardo no me convence para nada...

AV: ¿Me quieres decir de una vez por todas quièn es ella?

M: No puedo, Ariel. Primero tengo que comprobar si es cierto lo que pienso...

AV: Cómo quieres, hermanita. Cómo sea abusada; no me gusta verte sufrir

Los dos se abrazaron

AV: ¿Y donde está tu noviecito ahora?

M: Me dijo que iba a buscar a Eduardo ¿Por qué?

AV: Porque yo tengo que irme y no quiero que te quedes sola

M: No te preocupes para eso, Ariel. Yo conozco a muchas personas aquí así que vete tranquilo.

AV: ¿Segura?

M: ¡Claro! Mira, allí está Patricia Fernandez. Me voy a quedar un rato con ella y después me voy con Fernando

AV: Bueno. Nos vemos entoces

Ariel le dio un beso en la mejilla y se fue


Lety y Carolina, en tanto, habían hablado con el organizator del evento que les había confirmado que todavía Castro no había llegado y que se iba a tardar una hora más.

C: Bueno, tenemos que esperar...

L: ...sí.

Carolina se percató de que su amiga estaba muy triste

C: Lety, ¿Estás así por lo que dijo Fernando?

L: Es que no me gusta que él esté celoso de Aldo. Entiendo que de cierta manera es mi culpa... Fui yo la que le dio picones con Tomás, haciendole creer que estaba interesado en mi, y ahora seguro él está pensando que pueda pasar lo mismo con Aldo. Por eso se enfadó tanto conmigo...

C: Tienes que hacerle entender que entre Aldo y tu no pasa nada, aunque no creo que sea tan facil mientras que él esté aquí presente...

L: Sí, la presencia de Aldo en el evento complica mucho las cosas

C: No, Lety. Me refiero a que él está casi detrás de ti

Lety desorbitó los ojos haciendo gala de su asombro. Carolina tenía razón; Aldo estaba allí por vigilar que ella no hiciera nada con Fernando

A: Leticia, ¡Qué bueno que te encuentro!

L: ¡Aldo! ¿Qué pasó?

A: Nada en especial, solo quería decirles que me enteré que los tres estamos a la misma mesa

L: ¿¡Qué!?

A: Je je yo también me sorprendí gratamente cuando lo supe

Carolina fue en ayuda de su amiga

C: ¡Vaya que esplendida noticia! Entonces vamos a estar juntos esta noche...

A: Sí, así que, si me permiten señoritas, las acompaño a la mensa que ya empezó el show musicale.

L: Y... ¿Tu amigo?

A: Desafortunadamente tuvo que irse porqué le surgió un imprevisto en el último momento...

Lety levantó una ceja en evidencia de que no le creía para nada pero Aldo hizo como si nada y desvió la platica

A: Por cierto, ¡este cantante canta muy bien! ¿Saben cómo se llama?

C: Se llama David Bisbal y es un cantante que viene desde España


Cuando Lety llegó a la mesa, junto con Aldo y Carolina, se quedó pasmada. Todavía no lograba creer en cuanta saña tenía el destino para con ella esa noche. No solo estaba rodeada de “enemigos de su historia de amor con Fernando”, ¡sino que tenía a los dos a la misma mesa! Marcia Villaroel, ya estaba sentada, así que los tres se acómodaron en las otras sillas de la mesa redonda. Los cuatros ocupaban más de la mitad de la mesa, aunque quedaban tres lugares todavía libre y uno de esos se hallaba entre ella y Marcia.

Lety se puso a pensar: “Con la suerte que tengo, ¡seguro en uno de esos lugares se va a sentar Don Ariel y en el otro Luigi Lombardi!”

Una voz detrás de ella, la hizo regresar a la realidad

F: Así que estamos todos a la misma mesa...

Lety tragó saliva. El destino verdaderamente era cruel...

Aldo se levantó y, con su tipica sonrisa desbocada hacia una de sus esquinas, contestó a Fernando.

A: Así parece. Bunas noches, Fernando

Fernando miró a Aldo con mucha rabia aunque trató de lucir tranquilo

F: Buenas noches. Perdoname pero no me acuerdo tu nombre...

A: Ja... Aldo Domenzaín

F: Claro, Aldo... Buenas noches.

Eduardo le golpeó el hombro a Fernando que no tardó en presentarlos

F: Aldo, él es Eduardo Mendoza, uno de mis mejores amigos. Lalo, él es Aldo Domenzaín

E: Mucho gusto, Aldo

A: Igualmente.

Con solo mirarlo, Lalo entendió que tipo era el tal “güerito sonriente”.

Antes de sentarse, Eduardo saludó Marcia que le respondiò en tono muy frío. La productora ejetutiva todavía estaba resentida con él por cómo la había tratado la noche anterior, cuando ella quería quedarse con Fernando.

Después de los saludos, Fernando tomó asiento en la silla que se hallaba vacía entre Marcia y Leticia, quedando a la izquiera de Lety, mientras que Aldo se había sentando en la otra silla cerca de Lety, quedando a su derecha. A lado de Aldo se había ubicado Carolina, que tenía cerca a Eduardo así que quedaban dos sillas vacías entre él y Marcia.

E: ¿Y tu viniste sola, Marcia?

M: Sí Eduardo ¿Por?

E: Por nada en especial... Solo me preguntaba quién se va a sentar en las sillas que quedan vacías

A: Bueno, una era reservada por mi amigo Guillermo Andreu pero  desafortunadamente tuvo un imprevisto asì que se fue. La otra no sé...

De repente alguien golpeó la espalda de Fernando

JM: ¡Fernando Mendiola!

F: ¡Jorgito! ¡Qué gusto verte aquí, ‘mano!

JM: Igualmente Fer. Era una vida que no nos veíamos ¿verdad?

F: Sí; desde el famoso cóctel en tu empreza...

JM: ¡Claro! Ahorita me acuerdo...

Jorge le guiñó el ojo

JM: Marcia, ¡Qué gusto verte a ti también!

Marcia no soportaba a Jorge Mantilla. Ella sabía perfectamente que la famosa noche de la que hablaba Fernando, él lo había ayudado a escaparse con su amante. Sin embargo, eso no le parecía el momento para ponerse a hacer berrinches así que se mostró lo más amable posible.

M: Buenas noches, Jorge.

JM: ¡Eduardo Mendoza! ¡No te veo desde años! ¿Cómo estás?

E: ¡Muy bien Jorge! ¿Pero que haces allí paradito? ¡Sientate con nosotros!

JM: ¡Para mi con muchísimo gusto! Pero no quisiera molestar...

F: ¡Nada de molestia, Jorgito! ¡Sientate, asì platicamos ne negocios ¿Te parece?

JM: Bueno, si insisten, me quedo con ustedes. Además esta mesa està llena de hermosísimas damas...

Antes de sentarse, Jorge se acercò a Carolina y le besò la mano

JM: Buenas noches Caro. Siempre es un placer enorme volver a verte

Carolina sonriò

C: El gusto es todo mío, Jorge

JM: ¿Y quién es esta esplendida dama que està a tu lado, Fernando?

F: Ella es Leticia Padilla Solís, mi n... Presidenta. O sea, la Presidenta de Conceptos je je je A veces hablo verdaderamente mal...

Marcia lo fulminò con la mirada

JM: ¿Presidenta? ¿No eras tu el Presidente de Conceptos?

F: Sì, pero es una larga historia...

JM: Bueno, como sea, señorita Padilla, es un gusto conocerla

Jorge besò también la mano de Lety que sonrojò un poco

L: Igualmente Señor Mantilla. Aunque yo ya lo conozco a usted

Jorge finalmente se sentò

JM: ¿En serio?

L: Claro. He hablado con usted muchas veces por cuenta de Don Fernando.

Aldo escuchaba con atención cada palabra de Leticia...

L: Lo que pasa es que yo era su asistente cuando él era Presidente, asì que era yo la que se ocupaba de hablar con los proveedores y todas esas cosas

JM: Ah, entiendo... Aunque no entiendo como es que ahora usted es la Presidenta...

Aldo finalmente se interpuso

A: Leticia es Licenciada en economia y además es una mujer muy bella, culta y inteligente. Yo creo que nadie más que ella pueda ocupar ese lugar

A Marcia no le pareciò lo que acababa de decir el misterioso amigo de Leticia. A Fernando tampoco le gustaron esos halagos que el fritanguero le hacía a su novia...

Lety se percatò de la mirada asesina de Fernando hacia Aldo asì que puso su mano, por debajo de la mesa, en el muslo de él que de inmediato se tranquilizò, poniendo su mano sobre la de ella y estrechandola fuerte.

La platica entre los comensales se encentró en el trabajo. Aldo había sido presentado “formalmente” a Jorge y después había empezado a hablar con los otros ejecutivos de la empresa del proyecto de Turismo Gastronomico. Marcia parecía muy interesada, mientras que a Fernando poco o nada le importaba; lo único que quería, era mandar todos al demonio y escaparse con su Lety.

Mientras tanto, el show musicale estaba en su apogeo cuando David Bisbal decidió introducir una de sus nuevas canciónes.

DB: ¡Hola gente! ¡Qué bueno que haya tanta buena vibra aquí! Para mi es un placer estar con ustedes esta noche y por eso tengo que agradecer al Señor Perez, que me dio la posibilidad de cantar en este evento. La siguiente canción, es una canción que habla de amor... bueno, casi todas mis canciónes hablan de eso ¿verdad? Es que la vida no es nada sin amor...

Fernando sonriò y estrechó más fuerte la mano de Lety, que todavía estaba en su muslo. Lety sonrió y acarició con su pulgar el índice de él, dandole signo de complicidad.

DB: Esta canción la escribí en un momento particular de mi vida en que no estaba muy feliz; ese día perdí al amor de mi vida...

Lety y Fernando se miraron de reojo

DB: Por suerte logramos aclarar los malos entendidos y ahora estamos felices y juntos, por supuesto. Recuerden; el amor es la fuerza más poderosa que hay en el universo, así que no pierdan su tiempo en estúpidas peleas; aprovechen cada día que están juntos para demostrarse cuanto se aman porque la vida es muy corta y no sabemos cuanto tiempo nos queda para ser felices junto a la persona que amamos...

Aldo mirò a Leticia que tenìa la mirada fija en la silla vacìa en frente de ella

DB: Espero que disfruten la canción...

Todos aplaudiron y las notas comenzaron a defonderse en el salón

No ha podido olvidar mi corazón 
aquellos ojos tristes 
soñadores que yo amé. 

La dejé por conquistar una ilusión 
y perdí su rastro 
y ahora sé que es ella 
todo lo que yo buscaba. 


Cuando David empezó a cantar, la mirada de Fernando se aguó. Esas palabras, describían en pleno como se sentía él cuando había perdido a su Lety...


Y ahora estoy aquí 
buscándola de nuevo y ya no está 
se fue. 

Tal vez usted la ha visto 
dígale.. 
que yo siempre la adoré 
y que nunca la olvidé 
que mi vida es un desierto 
y muero yo de sed. 

Y dígale tambien 
que sólo junto a ella puedo respirar. 

No hay brillo en las estrellas 
ya ni el sol me calienta.. 
y estoy muy solo aquí 
no sé a dónde fue 
por favor dígale usted. 

Fueron tantos los momentos que la amé 
que siento sus caricias 
y su olor está en mi piel 
cada noche la abrazaba junto a mí 
la cubría de besos 
y enre mil caricias 
la llevaba a la locura. 
Y ahora estoy aquí 
buscándola de nuevo y ya no está 
se fue. 

Tal vez usted la ha visto 
dígale... 
que yo siempre la adoré 
y que nunca la olvidé 
que mi vida es un desierto 
y muero yo de sed. 

Dígale tambien 
que sólo junto a ella puedo respirar 
no hay brillo en las estrellas 
ya ni el sol me calienta... 
y estoy muy solo aquí 
no sé que donde fue 
por favor dígale usted 
dígale.

Antes que la canción terminara, Fernando se excusó y se levantó de la mesa.

F: Con permiso...

Fernando no quería que lo vieran llorar así que se refugió en el baño

Unos minutos después, sintió un ligero golpe de nudillos detrás de la puerta. Cuando la abrió, Fernando quedó boquiabierta al ver que quién golpeaba era Lety.

L: Fernando yo...

Fernando no la dejó terminar puesto que le puso un dedo sobre los labios y la abrazó, estrechandola fuerte

F: ¡Te amo Lety!

Lety sonrió

L: ¡Yo también te amo, Fernando!

Los dos se miraron en los ojos y se besaron tiernamente

F: ¡Vamonos de aquí! ¡Necesito estar a solas contigo, mi vida!

L: No sabes como me gustaría, mi amor, pero tenemos que hablar con Castro y él va a llegar en más o menos media hora

F: ¡Es que yo me muero por sentirte mía!

La cara de Lety se puso roja como tomate. Fernando tomò el rostro de Leticia entre sus manos y le dio un beso cargado de pasión. Lety no pudo ni quiso resistir y profundizò el contacto, buscando su lengua tentándole con la propia. Los dos afrancesaron su beso, hasta que Fernando coló sus brazos por debajo de los de ella, abrazándola con contundencia. Leticia sentía que empezaba a faltarle el aliento y que su sentido amenazaba con nublarse. Fernando, por su cuenta, candó su contextura entre sus brazos, entrelazando sus dedos y ubicándolos en el hueco de la cintura de ella. Lety lo apegò aún más a ella y Fernando ubicò en plenitud sus manos al final de su espalda.

El fervor que crecìa en sus bocas, hizo que Lety ahogase un gemido al tiempo que Fernando recorrìa su espalda con su mano mientras que con la otra le sostenía el revés de su cabeza.

Fernando sentìa que no podía resistir más; necesitaba sentirla suya asì que trasladò su mano derecha hasta el trasero de ella. Leticia se concienció de lo que eso significaba asì que bruscamente se separò de él.

Fernando no estaba dispuesto a dejarla ir, entonces se acercò otra vez a ella, sin darle lugar para rajarse. Lety estaba totalmente entregada en sus brazos con el sentido nublado. Sentía que no le importaba nada de lo que pasara afuera, mientras que estaba asì con él.

Los besos y las caricias de Fernando, habían hecho que Lety se olvidara de la saña que el destino traía para con ella esa noche, hasta que alguien entrò en el baño y carraspeò.

Lety se soltò del abrazò y, cuando vio quién era la persona que los había cachado in fraganti, su cara se tiñó de vergüenza...

Sigue...



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