Capítulo
48
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La
saña del destino
Lety
se volteó aterrorizada hasta que un hombre de pelo rubio la abrazó con mucho cariño.
F:
¡Pero Lalo! ¿Cómo se te ocurre aparecer de esa manera?
A
Lety le volvió el alma al cuerpo pero el alivio no le duró mucho
Sin
dar muchas explicaciones, Lalo se arrastró a Lety en una terraza, alejandola de
Fernando.
L:
Eduardo, ¿Qué te pasa?
E:
Perdoname si me porté así Lety, pero creeme que me lo vas a agradecer cuando te
cuente porque lo hice...
Mientras
tanto, Fernando se había quedado inmóvil y estaba bastante descolocado por el
actitud de Lalo, hasta que una voz inconfundible lo hizo regresar a la realidad
AV:
¡Fernando Mendiola! ¿Para qué no me sorprende encontrarte aquí?
Fernando
quedó boquiabierta ¿Qué hacía el güerito risueño allí? Él no era tipo de
frecuentar esos tipos de eventos...
F:
Ariel Villaroel; a mi sí que me sorprende encontrarte en un lugar cómo esto...
AV:
¿Y por qué? ¿Acaso se te olvida que yo también soy socio de este Club?
Fernando
solo le hizo un mueca
AV:
¿Y donde está mi hermana?
F:
¿Marcia? Pues yo que voy a saber...
AV:
¿Cómo? ¿No la trajiste contigo? Ja, claro... Seguro querías escaparte con una
de tus amiguitas ¿verdad?
Fernando
empezó a enervarse
F:
Fijate que la chingaste Arielito, porque sí es verdad que vine acompañado, pero
no de una mujer
AV:
¿Ah no? ¿Y con quién viniste?
F:
¿Para qué quieres saberlo? No me digas que te convertiste en otra espía de
Marcia...
AV:
Cuidado a cómo hablas de mi hermana, Fernando. Y para tu información, yo no soy
la espía de nadie
F:
Claro... por eso me estás haciendo esa especie de interrogatorio...
En
tanto, en la terraza...
L:
¿¡Qué!? ¿¡Don Ariel Villaroel está aquí!?
E:
Así cómo lo oyes, Lety
L:
Pero... ¿Qué hace aquí? Que yo sepa, él no acostumbra aparecer en estos tipos
de eventos
E:
No sé Lety, pero es obvio que no puede verlos juntos
L:
Sí, claro... ¡Eso sería desastroso! Imaginate si Doña Marcia se entera que yo
vine aquí con Fernando...
E:
Por eso te alejé de él. Ariel llegó casi al mismo tiempo que yo, así que cuando
lo vi, hice lo posible para que él no los cachara juntos
L:
¡Ay gracias Lalo! ¡Nos salvaste!
E:
No hay de qué, Lety. Pero ahora tengo que ir en auxilio de Fer...
AV:
¿Entonces? ¿Piensas contestarme o te vas a quedar mudo?
La
rabia de Fernando iba en crecendo. ¿Cómo se atrevía ese güerito a interrumpir
su noche con Lety y ¡encima! hacerle una sorta de interrogatorio?
F:
Mira Ariel, te voy decir una cosa, yo...
Justo
en ese momento llegó Eduardo
E:
¡Hola Ariel! ¿Qué tal?
AV:
Eduardo Mendoza... ¿Qué haces tu por este rumbo?
E:
¿No te imaginas? Fernando me pidió el favor que lo acompañara esta noche, ya
que soy huésped en su casa, así que vine con él. ¿Y tu qué haces aquí?
Ariel
se sorprendió. Él estaba seguro que Fernando había ido acompañado por una
mujer...
AV:
Pues, me di una vuelta para econtrar algunas personas con quién estoy cerrando
negocios
F:
¡Claro! Porque esto es exactamente el lugar y la ocasión para cerrar
negocios...
Ariel
se vio descubierto así que preferió alejarse
Quedado
a solas con Eduardo, Fernando lo abrazó
F:
¡Hermano, me salvaste!
E:
Na, no es para tanto...
F:
¡Creeme que sí, Lalito! Si no fuera para ti, no sé que habría pasado con ese güerito
risueño... ¿Y donde dejaste a Lety?
E:
Te está esperando en la terraza pero cuidado Fer, porque ese güerito cómo que
va a estar pendiente de tus movimientos...
F:
Claro, si siempre lo digo: ¡Ariel es un pajaro de mala muerte! Siempre que
llega él, trae malas noticias o mala onda... A proposito, ¿Qué haces tu para acá?
E:
Es que vine a acompañar a una amiga...
F:
Me imagino que es la misma con quién te vas a quedar esta noche ¿Verdad?
E:
Así es.
F:
Bueno, entonces regresa con tu dama que yo voy a buscar la mía. Nos vemos más
tarde hermano
Cuando
Fernando salió en la terraza, Lety estaba encantada contemplando el jardín. La
visual estaba maravillosa porque se veía un inmenso parque donde estaba una
fuente iluminada por decenas de pequeñas luces que parecían luciérnagas. En el
fondo se podía oír David Bisbal que ya había empezado a cantar:
No puedo colmarte ni de joyas ni dinero,
pero puedo darte un corazón que es verdadero
mis alas en el viento necesitan de tus besos
acompañame en el viaje que volar solo no puedo...
Y sabes que eres la princesa de mis sueños
encantados
cuantas guerras he librado por tenerte aqui a mi
lado
no me canso de buscarte, no me importara
arriesgarte
si al final de esta aventura yo lograra
conquistarte
Y he pintado a mi princesa en un cuadro imaginario
le cantaba en el oido susurrando muy despacio
tanto tiempo he naufragado y yo sé que no fue en
vano
no he dejado de intentarlo, porque creo en los
milagros.
Lety
estaba perdida en los versos de la canción hasta que Fernando se acercó a ella
y la abrazó por detrás, besandola en la sien.
F:
Buenas noches, mi princesa
Lety
cerró los ojos y se abandonó al calor que le propiciaba el cuerpo de él.
L:
Hola, mi amor. ¿Supiste quién está presenciando al evento?
F:
Sí, desafortunadamente tuve la mala suerte de econtrarme con el güerito risueño.
¡Menos mal que Eduardo llegó a salvar la situación!
L:
Sí... menos mal...
Fernando
se dio cuenta del repentino cambio de Leticia
F:
¿Qué pasa, mi amor?
L:
Que no podemos seguir así. Fernando, yo te amo y tu lo sabes, ¡pero no quiero vivir
otra vez la misma historia! Yo quiero poder estar contigo a la luz del sol, sin
necesidad de escondernos...
F:
Sí, lo sé Lety. Por eso te dije que voy a hablar con Marcia en cuanto..
L:
¡No, no mi amor!
F:
¿Cómo que no?
L:
Es que hay algo que hoy “escuché sin querer” y que te quiero contar
Lety
se volteó dandole la cara, sin soltarse pero de su abrazo
F:
¿De qué se trata?
L:
Es que hoy tuve que hablar con Doña Marcia por algo que le servía a Tomás y
cuando me acerqué a su oficina, oí que ella estaba hablando con Don Ariel
F:
¿Y?
L:
Y resulta que lo que decían no era nada gracioso...
F:
Claro, ¡Nada que salga de la boca de ese güerito puede ser gracioso!
L:
Sí, pero estaban hablando de algo concerniente la empresa que, de concretarse, podría
ser desastroso para todos...
F:
Lety, me estás asustando...
L:
Creeme que yo también me asusté cuando los oí hablar...
Mientras
tanto, Aldo estaba en el coche junto a Guillermo Andreu
A:
¡De verdad no sabes cómo te lo agradezco, Guillermo!
G:
¡Ay ya Aldo! Te dije que no es necesario. Creeme que para mi es un placer
compartir esta noche contigo. De lo contrario, creo que ni siquiera me hubiera
animado a venir al evento
A:
Cómo sea, no sabes cuanto es importante para mi...
G:
¡Híjole! ¡No sabía que eras tan fan de Cristian Castro!
A:
Es que no es solo por eso... Resulta que al evento va a estar presente también
Leticia...
G:
¿La Presidenta de Conceptos?
A:
Sí, ella.
G:
No me digas que es por ella que quisiste venir al evento...
A:
Es que esta noche ella tenía que venir a este evento con otro hombre, y quiero
asegurarme que no llegue lejos con él
G:
Lo dices cómo si sintieras algo por ella...
Aldo
no pudo más y decidió confesarle la verdad a su amigo
A:
¡Es que yo la amo, Guillermo!
Guillermo
lo miró boquiabierto
G:
¿Y ella lo sabe?
A:
...sí
G:
¿Y con todo, decidió venir al evento con ese otro hombre?
A:
Es que es una historia complicada... ¡Cómo sea yo no me rindo! ¡Quiero
conquistarla y te juro que lo voy a lograr!
G:
¡Así se habla, amigo! Vas a ver que ella va a caer redondita a tus pies
A:
Ojalá...
En
la otra parte de la Ciudad, Marcia estaba terminando de arreglarse en su baño
M:
Te equivocas si piensas quedarte con ella, mi amor... Leticia todavía no conoce
lo de que soy capaz...
En
la terraza, Fernando y Lety seguian hablando
F:
Así que Ariel insiste en querer dividir la empresa...
L:
Es que no es solo eso; él quiere tomar la Presidencia de Conceptos ¡Y también
la de Filmo Imagen!
F:
¿¡Cómo que quiere Filmo Imagen!?
L:
Así es, mi amor. Él quiere que yo le entregue Filmo Imagen así puede tomar el
mando de la dos espresas
F:
Siempre lo digo... ¡Ese güerito se les cayó de chiquito!
L:
Cómo sea no podemos permitirlo. Si Ariel logra ser elegido cómo nuevo
presidente, va a desolver la empresa ¡y todos se quedarían sin chamba!
F:
Sì... Pero todavía no entiendo que tiene que ver eso con lo de Marcia...
L:
¿De verdad no entiendes, Fernando? Si tu le dices a Doña Marcia que quieres
romper el compromiso con ella, ¡y por mi! ¡ella se va a poner cómo fiera!
F:
¿Y qué?
Lety
se soltó del abrazo y lo miró enfadada. Fernando parecía no entender la
gravidad de la situación...
L:
Mi amor... ponte a pensar. Si Marcia se entera que tu la dejaste por mi, seguro
va a apoyar a su hermano cuando él se proponga cómo Presidente, a final del
proceso de embargo, y creo que lo mismo van a hacer tus papás...
A
Fernando comenzaba a caerle el veinte
F:
¿Con eso me quieres decir que yo tengo que seguir “mi relación” con Marcia?
Lety
suspiró hondo
L:
...sí. Por lo meno hasta que pasen estos tres meses y tu vuelves a ser elegido
de nuevo Presidente
F:
¿Cómo me pides esto? Lety, ya te lo dije una vez, ¡Yo no quiero negarte y ni
siquiera esconderte!
Lety
lo miró llena de amor. El Fernando que le estaba hablando, no se comparaba para
nada con el Fernando que unos meses atrás la traía en los antros oscuros donde
nadie podía reconocerlos.
L:
Mi amor, no tenemos otras opciones.
F:
¿Y no te has puesto ni por un instante, a pensar en lo que yo quiero?
Lety
lo miró extraña
F:
Puede que tu no sepa, pero Marcia fijó una nueva fecha para la boda y resulta
que va a ser en noviembre, ¡o sea antes de que se acabe el proceso legal!
Lety
se quedó helada
F:
Por eso te digo que no puedo seguir con ella. Si quieres, no le voy a decir que
la dejo porque me enamoré de ti, pero no me pidas de seguir con ella, Leticia
L:
Es que, si tu la dejes, ella de todos modos no te va a apoyar y por ende ¡Don
Ariel va a asumir la Presidencia!
F:
¿Y si te propones tu cómo Presidenta?
L:
¿¡Yo!?
F:
Sí, Lety. En el fondo eres la más preparada para dirigir Conceptos
L:
Ji ji ji puede que sea así Fernando, pero acuerdate que yo ahorita tengo el
mando de Conceptos por cuestiones legales, no porque fui elegida. Si me voy a
proponer cómo Presidenta, después de que se acabe el proceso legal, ¿Quién crees
que va a votar para mi? Doña Marcia me odia, así cómo su hermano, ¡y ni que
decir de tus papás!, después de todo lo que hice con sus empresa...
F:
Bueno, pero cómo sea no creo que vayan a apoyar a Ariel, si él quiere
despedazar la empresa. ¡Mi papá no lo va a permitir! Por eso es necesario que
tu te postules cómo Presidenta
L:
Ahora soy yo la que no entiende...
F:
Es que si yo me voy a postular cómo Presidente, mis papás, bueno mi papá en
realidad, nunca va a votar para mi. Yo lo decepcionè mucho y creo que preferiría
ver la empresa despedazada que votar para mi, así que podría contar solo el
voto de Omar y quizás con lo de Marcia... Si tu te postules, puedes contar con
el apoyo de mis papás, de Omar, ¡y por supuesto con el mío!
L:
Ya te dije que tus papás me odian por lo que le hice. En cambio, si tu sigues
con Doña Marcia, ¡Ella te va a apoyar a ti!
F:
¡¡Pero yo no quiero seguir con ella!!
Fernando
se arrepintió de haber alzado la voz y se excusó
F:
Perdoname Lety, es que la presencia del güerito risueño me puso de mal humor...
Lety
se acercó a él y le dio un tierno beso en la mejilla
L:
Vamos a dejar eso por otro momento ¿sí? Acuerdate que vinimos para hablar con Cristian
Castro, entre las otras cosas...
Fernando
le sonrió, tomandole el rostro en las manos. Después, se inclinó hacia ella y
apoyó sus labios sobre los suyos, dandole un beso con que le trasmitió todo su
amor.
F:
Bueno, cómo quieres mi amor. ¿Qué te parece si ahorita regresamos adentro?
L:
¡Me parece muy bien! Aquí afuerita está empezando a hacer frío...
F:
¿Sientes frío? Dejame y te caliento yo, mi vida
Fernando
empezó a besarla por doquier, estrechandola a su cuerpo
L:
Ji ji ji ay Fernando, ¿Que tengo que hacer yo contigo?
F:
Lo que quieres, Lety. Ya te dije: soy todo tuyo
Lety
sintió que sus piernas no le respondían así que prefirió soltarse del abrazo
L:
Bueno, mejor entramos. Namás, dejame ir un momentito al baño
F:
¿Otra vez?
L:
Es que últimamente parezco incontinente ji ji ji Seguro tomé mucha agua en la
oficina...
F:
Bueno. Nos vemos adentro entonces; no te tardes...
Fernando
regresó en el salón al tiempo que Lety hizo lo proprio en el baño. La
Presidenta estaba algo distraída mientras se higienizaba las manos, hasta que
una voz hizo que un escalofrío la recorriera de cabeza a pie
M:
Qué coincidencia Leticia... ¿Usted también aquí?
Lety
se volteó muy despacio, cómo en una película de terror
L:
Do... Do... Doña Marcia ¿Qué hace usted aquí?
M:
Lo mismo le pregunto yo ¿Qué hace usted aquí, Leticia? Pero, sobretodo, ¿Cómo
hizo para entrar, ya que no es socia del Club?
Lety
tragó saliva. Seguramente no podía decirle que había llegado junto con Fernando,
así que tuvo que inventarse una excusa plausible...
L:
Es que... Vine acompañada de una persona que es socia del Club...
...
¡lastima que su cerebro no la ayudó en eso!
Marcia
hizo una sonrisa socarrona
M:
¿Ah sí? ¿Y quién es?
Lety
se maldició. “¿Y ahora cómo le hago? Piensa Lety, piensa...”
L:
Es... es...
Justo
en ese momento, Carolina abrió la puerta del baño
C:
¡Lety! ¿ Estás bien? ¡Hace
mucho que me dijiste que tenías que ir al baño y te desapareciste!
L:
Je je perdón Carolina, es que encontré a Doña Marcia y me entretuve hablando
con ella
C:
Ah... ¡Hola Marcia! ¿Cómo estás?
Marcia
se quedó perpleja. Según ella, Fernando debía ir al cóctel junto con Lety.
Entonces ¿que hacía Carolina con Leticia?
C:
Marcia...
M:
¿Sí?
C:
¿Estás bien?
M:
...sí Carolina. Es que me sorprende verte aquí, y más saber que viniste con
Leticia
C:
Sí, vine con Lety. Cómo tenía dos invitaciones, y sabía que Lety tenía que
hablar con Cristian Castro, y ya que ella es una gran amiga para mi, decidí acompañarla
M:
¿Y desde cuándo ustedes son tan amigas?
C:
¿Cómo? ¿No sabes? Lety trabajó conmigo en Acapulco el tiempo en que no estuvo
en Conceptos. Fue entonces que nos volvimos gran amigas. Ahora, si nos
disculpes, tenemos algo que hacer
M:
Claro...
L:
Con permiso Doña Marcia; ¡Que se divierta!
Marcia
hirvió
M:
¡Desgraciada! ¡Hasta tuvo el descaro de decirme que me divierta! Pero abusada
Leticia, ¡Porque esta vez no te voy a permitir ni siquiera de acercarte a
Fernando!
Fuera
del baño, Lety miró Carolina boquiabierta
C:
¿Qué?
L:
¿¡Cómo que “qué”!? Carolina, ¡me salvaste la vida!
C:
Ay no exageres Lety... Más bien te salvé la cabeza ja ja ja
L:
¡Por eso! ¡Menos mal que llegaste a tiempo! Imaginate si me hubiera cachado con
tu sabes quién...
C:
Bueno, por suerte llegué a tiempo...
L:
Sí, tu y Eduardo tienen el mismo don. Hace un rato, él nos avisó que estaba aquí
Don Ariel Villaroel...
C:
¿Qué? ¿Arien también está aquí?
L:
Así es. Parece que la noche está muy agitada...
Carolina
miró a su alrededor
C:
Y se va a volver aún más agitada, porque acaba de entrar Aldo junto con el representante de los restauratores, Guillermo
Andreu
L:
¿¡Qué!? ¡Ay no! ¿Y ahora que hace él aquí?
C:
Seguro vino para ti...
L:
¿Vino para mi? ¿Y cómo sabía que yo estaba aquí? No Carolina, seguro es una
casualidad que Aldo esté aquí...
C:
Lety... Yo no sé cómo hizo para saber que tu estabas aquí, pero estos tipos de
eventos son muy exclusivos y no es tan facil conseguir una invitación...
L:
¿Con eso qué quieres decirme?
C:
Que Aldo vino con un proposito preciso...
L:
¿Y cuál es ese proposito?
C:
Lety, ¿Cómo es que todavía no te das cuenta? Aldo está enamorado de ti y seguro
no le gustó para nada que tu regresaras a trabajar tan cerca de Fernando... Un
poquito lo entiendo; tu le contaste que Fernando te hizo sufrir mucho y ahora
Aldo quiere protegerte, de cierta manera. Por eso creo que no le va a hacer
ninguna gracia verte con él...
Lety
se asombró
L:
No lo puedo creer... Así que ahora tengo que cuidarme también de Aldo...
C:
¿Por qué dices eso?
L:
Porque Fernando no lo soporta; tu sabes que yo le había inventado esa estúpida
historia de que me había acostado con Aldo y, aunque finalmente le conté la
verdad, Fernando es un tipo muy celoso y no soporta que Aldo esté cerca de
mi... Y creo que Aldo tampoco soporte a Fernando por lo que le conté ¡así que
no quiero que esos dos se peleen por mi culpa!
Carolina
sonrió. Eso que Lety le acababa de contar, confirmaba aún más cuanto Fernando
la amara de verdad
L:
Y además, le dije a Fernando que tiene que seguir su relación con Doña Marcia
así que no puedo decirle a Aldo que regresé con él, porque sería cómo decirle
que volví a ser otra vez su amante...
C:
¿Y por qué le dijiste a Fer de seguir con Marcia?
L:
Esa es una larga historia... Cómo sea, tiene que ver con la empresa así que,
hasta que el proceso legal no termine, no podemos salir a la luz del sol
C:
¡Dios! ¡Qué noche te espera, Lety!
L:
Ajá... Carolina, ¿Puedo decirle a Aldo que vine contigo esta noche?
C:
¡Claro que sí, Lety! Igual mi acompañador me abandonó por otro...
L:
¿Cómo que te abandonó por otro?
C:
¿Todavía no te cayó el veinte? Yo vine
con Eduardo, Lety
L:
¡Claro! ¡Por eso él está aquí! Siempre lo he dicho: ustedes son nuestros angelitos
de la guarda ji ji ji
C:
Ja ja ja en efecto no me vería tan mal con alas...
L:
Sí je je je ahora hay que avisar a Fernando que Marcia y Aldo están aquí y...
Lety
bajó la mirada
L:
...que no puedo seguir junto a él esta noche...
C:
Bueno, pero siempre les queda la noche entera ¿No?
L:
No creo, Carolina. ¿Tu crees que Doña Marcia lo va a dejar regresar solo a su
casa?
C:
Uy para eso está Lalo, no te preocupes; Marcia no va a ir a su casa después del
evento
L:
Ja, parece que no conoces hasta donde llegan los celos de Doña Marcia...
C:
Y tu parece que no conoces lo terco que se pone Lalo cuando quiere algo... Confía
en nosotros Lety; tu misma lo dijiste: somos sus angelitos de la guarda
Carolina
le guiñó el ojo y Lety le sonrió
Regresadas
en el salón, Fernando se les acercó en seguida
F:
¡Lety! Est.. ¿Está bien?
L:
Ji ji ji no te preocupes Fernando, Carolina sabe de lo nuestro
Fernando
se pasmó aunque luego se mostró feliz por la noticia
F:
¡Qué bueno! Eso quiere decir que te puedo besar delante de ella ¿Verdad?
Lety
se sonrojó. Fernando se acercó a ella y estaba por abrazarla cuando Lety se
alejó, frenandolo
L:
¡No! Es que no estamos a solas, Fernando...
F:
Sí, lo sé. Todavía veo bien, mi amor je je je
L:
No, no me refería a toda la gente que está aquí, sino a dos personas en
particular...
F:
¿Dos personas?
L:
Sí, Fernando. Si me tardé en el baño, fue porque allí encontré a... a Doña
Marcia
F:
¿¡Qué!? ¿¡Marcia está aquí!?
C:
Así es, Fernando
F:
¿Y qué demonio hace ella aquí?
L:
Ja ¿No te imaginas?
F:
Claro... Sus estúpidos celos, ¡Cómo siempre!
L:
Y eso no es todo...
F:
¡Ay no! No me digas que se trajo a la hueca de la Ferreyra...
C:
Ja ja ja no Fernando, pero se trata de otra persona de pelo rubio
Lety
encontrò el valor de confesarle a Fernando que el chef también estaba allì
L:
Es que... Aldo también está aquí
F:
¿El güerito sonriente? Pues eso no me parece un problema...
El
ojo de Lety empezó a parpadear
F:
Lety... ¿Qué pasa?
L:
...
F:
Leticia... Sabes muy bien que te conozco perfectamente y cómo tal conozco tu ojito
bisbirulo... ¿Qué es lo que te preocupa?
L:
Es que... ¡No quiero que Aldo sepa que llegué aquí contigo!
Los
celos de Fernando no tardaron en aflotar
F:
Claro... ¡Dios no quiera que tu güerito nos vea juntos!
A
Lety no le pareció el tono socarron de Fernando
L:
¡Aldo no es “mi” güerito! Y ya te dije que entre él y yo no pasò nada
F:
¿Entonces por qué tienes miedo de que nos vea juntos?
L:
Yo no tengo miedo, es que no quiero que sepa que nosotros regresamos...
Fernando
se enervò aún más
F:
¿“Regresamos”? ¡Claro, se me olvidaba que la señorita le contó nuestra historia
al fritanguero!
Lety
también se enervò
L:
¡Ya te dije porque lo hice!
Fernando
se dio cuenta que estaba demásiado enervado cuando, cómo fresa del pastel,
Marcia se acercó a donde estaban los tres
M:
¡Fernando! ¿Qué haces aquí?
Lety,
que estaba muy agitada por la discusión con Fernando, se puso a pensar entre sí:
“Cómo si no lo supieses...”
Fernando,
por su cuenta, respiró hondo y trató de tranquilizarse.
F:
Marcia... Qué sorpresa encontrarte aquí...
M:
Qué raro que te sorprenda... Sabes muy bien que a mi me gustan muchos estos
tipo de eventos. Más bien debería ser yo la sorprendida; ¿Qué haces tu aquí?
¿No me dijiste que no ibas a venir?
El
corazón de Lety empezó a latir más fuerte por el miedo. Ella le había dicho a
Fernando de no decirle nada a Marcia de sus relación pero, ahora que él estaba
tan enojado, ¡quién sabe lo que podía dejarse escapar!
F:
¿No te imaginas?
Fernando
mirò a Lety fijo en los ojos antes de añadir algo que la pasmò:
F:
¡Tenía una cita con mi amante!
Tanto
Lety cómo Marcia desorbitaron los ojos
Fernando,
por su cuenta, se puso a reír
F:
¡Ya hombre que te estoy cotorreando!
A
Lety le regresò el alma al cuerpo
F:
Lo que pasa es que resulta que el tal Castro va a estar en este evento, así que
tuve que venir aquí para hablar con él
M:
Claro... ¿Y no pensaste avisarle a “tu prometida” que ibas a venir? Digo, sabes
que yo te hubiera acompañado con mucho gusto...
Lety,
entre sí: ¡Claro! ¿Cómo podía Marcia Villaroel perderse la ocasión de estar
apegada a él toda la noche?
Sin
duda, la ira de Lety iba en crecendo... Fernando, en vez, lucía más controlado
F:
Es que Lalo se ofreció de acompañarme, así que vine con él
M:
Sí me imagino... Cómo le gustan tanto estos tipos de eventos ¿Verdad?
Fernando
hizo una mueca
M:
¿Y donde está Eduardo?
Carolina
intervino en ayuda de Fer
C:
Seguro está al buffet. Recién lo encontré y me dijo que tenía muchísima hambre
je je je
Marcia
no estaba convencida para nada. Para ella toda la situación era muy rara:
Eduardo no era tipo de adar en esos tipos de lugares y Fernando no era tipo de desechar
una noche en que estaba libre, por andar a un cóctel junto a su amigo... Algo en
todo eso no le cuadraba...
F:
Si me disculpan, tengo que ir a buscar a Lalo. Con permiso
M:
Fernand...
Antes
que lograra detenerlo, Fernando se perdió en la gente
Lety
estaba hecha una fiera por cómo se había portado Fernando con respeto a lo de
Aldo. ¿Cómo es que no entendía que para ella existía solo él y que no quería
nada con el chef?
Hablando
del re de Roma, Aldo apareció detrás de Leticia
A:
¡Buenas noches Leticia! ¡Qué sorpresa encontrarte aquí!
Lety
suspiró hondo, tratando de lucir tranquila
L:
Hola Aldo
Aldo
le dio un beso en el cachete y después se saludó con Carolina
C:
¡Jamás me hubiera imaginado de encontrarte aquí, Aldo!
A:
Es que mi amigo Guillermo tenía dos invitaciones y, ya que estuvimos juntos en
la tarde, pensó de invitarme esta noche al cóctel
C:
Claro, a mi me pasó lo mismo. Digo, tenía dos invitaciones y pensé de invitar a
Lety, así la puedo ayudar con Castro
Aldo
sabía que Carolina estaba mintiendo, pero no quiso delatarla
A:
¡Mira qué coincidencia!
L:
Sí, qué coincidencia... Ah, Aldo, te presento a Doña Marcia Villaroel,
productora ejecutiva de Conceptos. Doña Marcia, él es Aldo Domenzaín, chef
internacional y muy buen amigo de Carolina y también mío, por supuesto ji ji ji
Marcia
miró a Aldo en los ojos y sintió un ligero escalofrío
M:
Mu... mucho gusto
A:
El gusto es todo mio, señorita. Aldo Domenzaín, para servirla
Aldo
le besó la mano cómo buen caballero y Marcia se ruborizó
M:
Con permiso; tengo que ir a buscar a Fernando
Lety
definitivamente no aguantaba más. Lo único que quería, era buscar a Fernando y
escaparse con él en cualquier lugar pero sabía que no podía hacerlo; por lo
meno, no por el momento...
Cuando
Marcia se alejó, Aldo miró a Lety y le preguntó:
A:
¿Fernando? ¿Él también está aquí?
Lety
estaba perdida en sus pensamientos asì que no le contestò
C:
Sí Aldo. Fernando tiene que hablar con Cristian Castro y el mismo está aquí
esta noche, así que Fer vino para hablar con él
A:
Entiendo... Y, cambiando de tema, digame ¿Ustedes que en que mesa están?
Lety
desorbitó los ojos. ¿Y ahora? Por suerte Carolina salvó la situación diciendole
que todavía no se habían fijado así que, con la excusa de ir al baño, arrastró
a Lety en la otra parte del salón. Lety aprovechó para desahogarse con su
amiga:
L:
¡No lo puedo creer! ¡Parece que el destino está en contra de mi esta noche!
Primero Doña Marcia con sus celos; luego Fernando se enoja conmigo por culpa
del güeri... ehm de Aldo, ¡y finalmente el susodicho aparece y empieza con la
preguntadera! ¡Híjole!
C:
¡Calmate Lety! Ahora lo más importante es hablar con Cristian Castro. Acuerdate
que es importantísimo lograr convencerlo de hacer un video clip con Conceptos ¡o
de lo contrario no pueden pagar la deuda de este mes! Así que tranquilizate
porque tenemos que averiguar si ya llegó
L:
¿Y cómo le hacemos?
C:
Simple, hablando con quién organizó el evento. Ven conmigo...
Mientras
tanto, Fernando estaba en la terraza hablando con Eduardo
F:
¿Te das cuenta, hermano? Yo quiero gritar al mundo entero que la amo, ¡y ella
está toda preocupada que ese güerito sonriente nos vea juntos!
E:
¡Ya Fer, calmate! Seguro Lety tiene sus motivaciones si no quiere que él sepa
de ustedes...
F:
Claro, ¡está toda quitada de la pena de causarle un dolor a su noviecito!
E:
¿Cómo que su noviecito? Fernando, reflexiona un momento... ¿Cómo puede ser su
novio si ahora ella está contigo?
F:
Bueno... ¡Como sea no me gusta para nada que ese tipo esté alrededor de ella!
E:
Ay ay Fer... Los celos no son para nada buenos amigos...
F:
Ya sé... ¡Pero es que no puedo evitarlo! Yo la amo más que a mi vida y tengo
miedo de que alguien pueda alejarla de mi...
La
mirada de Fernando se aguó
E:
No tienes porque, Fernando. Lety te ama con toda su alma y estoy seguro que jamás
se alejaría de ti. ¡Ustedes estan destinados a estar juntos!
Fernando
sonrió y abrazó a su amigo
F:
Gracias Lalo. Tu siempre tienes las palabras para consolarme y darme valor para
enfrentar todas las situaciones
E:
No hay nada que agradecerme, Fer. Y, ya que estamos, ¿Por qué no me lo
presentes? Así puedo fijarme en que clase de hombre es el tal “güerito
sonriente”
F:
¡Buena idea! En cuanto lo veo, los presentos, así te das cuenta de que tengo razón
en llamarlo güerito sonriente je je je
Marcia,
en tanto, se había juntado con su hermano...
AV:
¡Así que finalmente te decidiste y viniste a controlar a tu novio!
M:
¡Claro Ariel! ¿Cómo crees que lo iba a dejar a solos con ella?
AV:
¿Con ella? Pero a mi me dijo que vino con Eduardo Mendoza...
M:
Sí, a mi también me dijo eso pero, como ella “casualmente” está aquí también,
toda esa historia que vino con Eduardo no me convence para nada...
AV:
¿Me quieres decir de una vez por todas quièn es ella?
M:
No puedo, Ariel. Primero tengo que comprobar si es cierto lo que pienso...
AV:
Cómo quieres, hermanita. Cómo sea abusada; no me gusta verte sufrir
Los
dos se abrazaron
AV:
¿Y donde está tu noviecito ahora?
M:
Me dijo que iba a buscar a Eduardo ¿Por qué?
AV:
Porque yo tengo que irme y no quiero que te quedes sola
M:
No te preocupes para eso, Ariel. Yo conozco a muchas personas aquí así que vete
tranquilo.
AV:
¿Segura?
M:
¡Claro! Mira, allí está Patricia Fernandez. Me voy a quedar un rato con ella y
después me voy con Fernando
AV:
Bueno. Nos vemos entoces
Ariel
le dio un beso en la mejilla y se fue
Lety
y Carolina, en tanto, habían hablado con el organizator del evento que les había
confirmado que todavía Castro no había llegado y que se iba a tardar una hora más.
C:
Bueno, tenemos que esperar...
L:
...sí.
Carolina
se percató de que su amiga estaba muy triste
C:
Lety, ¿Estás así por lo que dijo Fernando?
L:
Es que no me gusta que él esté celoso de Aldo. Entiendo que de cierta manera es
mi culpa... Fui yo la que le dio picones con Tomás, haciendole creer que estaba
interesado en mi, y ahora seguro él está pensando que pueda pasar lo mismo con Aldo.
Por eso se enfadó tanto conmigo...
C:
Tienes que hacerle entender que entre Aldo y tu no pasa nada, aunque no creo
que sea tan facil mientras que él esté aquí presente...
L:
Sí, la presencia de Aldo en el evento complica mucho las cosas
C:
No, Lety. Me refiero a que él está casi detrás de ti
Lety
desorbitó los ojos haciendo gala de su asombro. Carolina tenía razón; Aldo
estaba allí por vigilar que ella no hiciera nada con Fernando
A:
Leticia, ¡Qué bueno que te encuentro!
L:
¡Aldo! ¿Qué pasó?
A:
Nada en especial, solo quería decirles que me enteré que los tres estamos a la
misma mesa
L:
¿¡Qué!?
A:
Je je yo también me sorprendí gratamente cuando lo supe
Carolina
fue en ayuda de su amiga
C:
¡Vaya que esplendida noticia! Entonces vamos a estar juntos esta noche...
A:
Sí, así que, si me permiten señoritas, las acompaño a la mensa que ya empezó el
show musicale.
L:
Y... ¿Tu amigo?
A:
Desafortunadamente tuvo que irse porqué le surgió un imprevisto en el último
momento...
Lety
levantó una ceja en evidencia de que no le creía para nada pero Aldo hizo como
si nada y desvió la platica
A:
Por cierto, ¡este cantante canta muy bien! ¿Saben cómo se llama?
C:
Se llama David Bisbal y es un cantante que viene desde España
Cuando
Lety llegó a la mesa, junto con Aldo y Carolina, se quedó pasmada. Todavía no
lograba creer en cuanta saña tenía el destino para con ella esa noche. No solo
estaba rodeada de “enemigos de su historia de amor con Fernando”, ¡sino que tenía
a los dos a la misma mesa! Marcia Villaroel, ya estaba sentada, así que los
tres se acómodaron en las otras sillas de la mesa redonda. Los cuatros ocupaban
más de la mitad de la mesa, aunque quedaban tres lugares todavía libre y uno de
esos se hallaba entre ella y Marcia.
Lety
se puso a pensar: “Con la suerte que tengo, ¡seguro en uno de esos lugares se
va a sentar Don Ariel y en el otro Luigi Lombardi!”
Una
voz detrás de ella, la hizo regresar a la realidad
F:
Así que estamos todos a la misma mesa...
Lety
tragó saliva. El destino verdaderamente era cruel...
Aldo
se levantó y, con su tipica sonrisa desbocada hacia una de sus esquinas,
contestó a Fernando.
A:
Así parece. Bunas noches, Fernando
Fernando
miró a Aldo con mucha rabia aunque trató de lucir tranquilo
F:
Buenas noches. Perdoname pero no me acuerdo tu nombre...
A:
Ja... Aldo Domenzaín
F:
Claro, Aldo... Buenas noches.
Eduardo
le golpeó el hombro a Fernando que no tardó en presentarlos
F:
Aldo, él es Eduardo Mendoza, uno de mis mejores amigos. Lalo, él es Aldo Domenzaín
E:
Mucho gusto, Aldo
A:
Igualmente.
Con
solo mirarlo, Lalo entendió que tipo era el tal “güerito sonriente”.
Antes
de sentarse, Eduardo saludó Marcia que le respondiò en tono muy frío. La
productora ejetutiva todavía estaba resentida con él por cómo la había tratado
la noche anterior, cuando ella quería quedarse con Fernando.
Después
de los saludos, Fernando tomó asiento en la silla que se hallaba vacía entre
Marcia y Leticia, quedando a la izquiera de Lety, mientras que Aldo se había
sentando en la otra silla cerca de Lety, quedando a su derecha. A lado de Aldo
se había ubicado Carolina, que tenía cerca a Eduardo así que quedaban dos
sillas vacías entre él y Marcia.
E:
¿Y tu viniste sola, Marcia?
M:
Sí Eduardo ¿Por?
E:
Por nada en especial... Solo me preguntaba quién se va a sentar en las sillas
que quedan vacías
A:
Bueno, una era reservada por mi amigo Guillermo Andreu pero desafortunadamente tuvo un imprevisto asì que
se fue. La otra no sé...
De
repente alguien golpeó la espalda de Fernando
JM:
¡Fernando Mendiola!
F:
¡Jorgito! ¡Qué gusto verte aquí, ‘mano!
JM:
Igualmente Fer. Era una vida que no nos veíamos ¿verdad?
F:
Sí; desde el famoso cóctel en tu empreza...
JM:
¡Claro! Ahorita me acuerdo...
Jorge
le guiñó el ojo
JM:
Marcia, ¡Qué gusto verte a ti también!
Marcia
no soportaba a Jorge Mantilla. Ella sabía perfectamente que la famosa noche de
la que hablaba Fernando, él lo había ayudado a escaparse con su amante. Sin
embargo, eso no le parecía el momento para ponerse a hacer berrinches así que
se mostró lo más amable posible.
M:
Buenas noches, Jorge.
JM:
¡Eduardo Mendoza! ¡No te veo desde años! ¿Cómo estás?
E:
¡Muy bien Jorge! ¿Pero que haces allí paradito? ¡Sientate con nosotros!
JM:
¡Para mi con muchísimo gusto! Pero no quisiera molestar...
F:
¡Nada de molestia, Jorgito! ¡Sientate, asì platicamos ne negocios ¿Te parece?
JM:
Bueno, si insisten, me quedo con ustedes. Además esta mesa està llena de hermosísimas
damas...
Antes
de sentarse, Jorge se acercò a Carolina y le besò la mano
JM:
Buenas noches Caro. Siempre es un placer enorme volver a verte
Carolina
sonriò
C:
El gusto es todo mío, Jorge
JM:
¿Y quién es esta esplendida dama que està a tu lado, Fernando?
F:
Ella es Leticia Padilla Solís, mi n... Presidenta. O sea, la Presidenta de
Conceptos je je je A veces hablo verdaderamente mal...
Marcia
lo fulminò con la mirada
JM:
¿Presidenta? ¿No eras tu el Presidente de Conceptos?
F:
Sì, pero es una larga historia...
JM:
Bueno, como sea, señorita Padilla, es un gusto conocerla
Jorge
besò también la mano de Lety que sonrojò un poco
L:
Igualmente Señor Mantilla. Aunque yo ya lo conozco a usted
Jorge
finalmente se sentò
JM:
¿En serio?
L:
Claro. He hablado con usted muchas veces por cuenta de Don Fernando.
Aldo
escuchaba con atención cada palabra de Leticia...
L:
Lo que pasa es que yo era su asistente cuando él era Presidente, asì que era yo
la que se ocupaba de hablar con los proveedores y todas esas cosas
JM:
Ah, entiendo... Aunque no entiendo como es que ahora usted es la Presidenta...
Aldo
finalmente se interpuso
A:
Leticia es Licenciada en economia y además es una mujer muy bella, culta y inteligente.
Yo creo que nadie más que ella pueda ocupar ese lugar
A
Marcia no le pareciò lo que acababa de decir el misterioso amigo de Leticia. A
Fernando tampoco le gustaron esos halagos que el fritanguero le hacía a su
novia...
Lety
se percatò de la mirada asesina de Fernando hacia Aldo asì que puso su mano,
por debajo de la mesa, en el muslo de él que de inmediato se tranquilizò, poniendo
su mano sobre la de ella y estrechandola fuerte.
La
platica entre los comensales se encentró en el trabajo. Aldo había sido
presentado “formalmente” a Jorge y después había empezado a hablar con los
otros ejecutivos de la empresa del proyecto de Turismo Gastronomico. Marcia parecía
muy interesada, mientras que a Fernando poco o nada le importaba; lo único que quería,
era mandar todos al demonio y escaparse con su Lety.
Mientras
tanto, el show musicale estaba en su apogeo cuando David Bisbal decidió
introducir una de sus nuevas canciónes.
DB:
¡Hola gente! ¡Qué bueno que haya tanta buena vibra aquí! Para mi es un placer estar
con ustedes esta noche y por eso tengo que agradecer al Señor Perez, que me dio
la posibilidad de cantar en este evento. La siguiente canción, es una canción
que habla de amor... bueno, casi todas mis canciónes hablan de eso ¿verdad? Es
que la vida no es nada sin amor...
Fernando
sonriò y estrechó más fuerte la mano de Lety, que todavía estaba en su muslo.
Lety sonrió y acarició con su pulgar el índice de él, dandole signo de
complicidad.
DB:
Esta canción la escribí en un momento particular de mi vida en que no estaba
muy feliz; ese día perdí al amor de mi vida...
Lety
y Fernando se miraron de reojo
DB:
Por suerte logramos aclarar los malos entendidos y ahora estamos felices y juntos,
por supuesto. Recuerden; el amor es la fuerza más poderosa que hay en el
universo, así que no pierdan su tiempo en estúpidas peleas; aprovechen cada día
que están juntos para demostrarse cuanto se aman porque la vida es muy corta y
no sabemos cuanto tiempo nos queda para ser felices junto a la persona que
amamos...
Aldo
mirò a Leticia que tenìa la mirada fija en la silla vacìa en frente de ella
DB:
Espero que disfruten la canción...
Todos
aplaudiron y las notas comenzaron a defonderse en el salón
No ha podido olvidar
mi corazón
aquellos ojos tristes
soñadores que yo amé.
La dejé por conquistar una ilusión
y perdí su rastro
y ahora sé que es ella
todo lo que yo buscaba.
aquellos ojos tristes
soñadores que yo amé.
La dejé por conquistar una ilusión
y perdí su rastro
y ahora sé que es ella
todo lo que yo buscaba.
Cuando
David empezó a cantar, la mirada de Fernando se aguó. Esas palabras, describían
en pleno como se sentía él cuando había perdido a su Lety...
Y ahora estoy aquí
buscándola de nuevo y ya no está
se fue.
Tal vez usted la ha visto
dígale..
que yo siempre la adoré
y que nunca la olvidé
que mi vida es un desierto
y muero yo de sed.
Y dígale tambien
que sólo junto a ella puedo respirar.
No hay brillo en las estrellas
ya ni el sol me calienta..
y estoy muy solo aquí
no sé a dónde fue
por favor dígale usted.
Fueron tantos los momentos que la amé
que siento sus caricias
y su olor está en mi piel
cada noche la abrazaba junto a mí
la cubría de besos
y enre mil caricias
la llevaba a la locura.
Y ahora estoy aquí
buscándola de nuevo y ya no está
se fue.
Tal vez usted la ha visto
dígale...
que yo siempre la adoré
y que nunca la olvidé
que mi vida es un desierto
y muero yo de sed.
Dígale tambien
que sólo junto a ella puedo respirar
no hay brillo en las estrellas
ya ni el sol me calienta...
y estoy muy solo aquí
no sé que donde fue
por favor dígale usted
dígale.
buscándola de nuevo y ya no está
se fue.
Tal vez usted la ha visto
dígale..
que yo siempre la adoré
y que nunca la olvidé
que mi vida es un desierto
y muero yo de sed.
Y dígale tambien
que sólo junto a ella puedo respirar.
No hay brillo en las estrellas
ya ni el sol me calienta..
y estoy muy solo aquí
no sé a dónde fue
por favor dígale usted.
Fueron tantos los momentos que la amé
que siento sus caricias
y su olor está en mi piel
cada noche la abrazaba junto a mí
la cubría de besos
y enre mil caricias
la llevaba a la locura.
Y ahora estoy aquí
buscándola de nuevo y ya no está
se fue.
Tal vez usted la ha visto
dígale...
que yo siempre la adoré
y que nunca la olvidé
que mi vida es un desierto
y muero yo de sed.
Dígale tambien
que sólo junto a ella puedo respirar
no hay brillo en las estrellas
ya ni el sol me calienta...
y estoy muy solo aquí
no sé que donde fue
por favor dígale usted
dígale.
Antes
que la canción terminara, Fernando se excusó y se levantó de la mesa.
F:
Con permiso...
Fernando
no quería que lo vieran llorar así que se refugió en el baño
Unos
minutos después, sintió un ligero golpe de nudillos detrás de la puerta. Cuando
la abrió, Fernando quedó boquiabierta al ver que quién golpeaba era Lety.
L:
Fernando yo...
Fernando
no la dejó terminar puesto que le puso un dedo sobre los labios y la abrazó,
estrechandola fuerte
F:
¡Te amo Lety!
Lety
sonrió
L:
¡Yo también te amo, Fernando!
Los
dos se miraron en los ojos y se besaron tiernamente
F:
¡Vamonos de aquí! ¡Necesito estar a solas contigo, mi vida!
L:
No sabes como me gustaría, mi amor, pero tenemos que hablar con Castro y él va
a llegar en más o menos media hora
F:
¡Es que yo me muero por sentirte mía!
La
cara de Lety se puso roja como tomate. Fernando tomò el rostro de Leticia entre
sus manos y le dio un beso cargado de pasión. Lety no pudo ni quiso resistir y
profundizò el contacto, buscando su lengua tentándole con la propia. Los dos
afrancesaron su beso, hasta que Fernando coló sus brazos por debajo de los de
ella, abrazándola con contundencia. Leticia sentía que empezaba a faltarle el
aliento y que su sentido amenazaba con nublarse. Fernando, por su cuenta, candó
su contextura entre sus brazos, entrelazando sus dedos y ubicándolos en el
hueco de la cintura de ella. Lety lo apegò aún más a ella y Fernando ubicò en
plenitud sus manos al final de su espalda.
El
fervor que crecìa en sus bocas, hizo que Lety ahogase un gemido al tiempo que
Fernando recorrìa su espalda con su mano mientras que con la otra le sostenía el
revés de su cabeza.
Fernando
sentìa que no podía resistir más; necesitaba sentirla suya asì que trasladò su
mano derecha hasta el trasero de ella. Leticia se concienció de lo que eso
significaba asì que bruscamente se separò de él.
Fernando
no estaba dispuesto a dejarla ir, entonces se acercò otra vez a ella, sin darle
lugar para rajarse. Lety estaba totalmente entregada en sus brazos con el
sentido nublado. Sentía que no le importaba nada de lo que pasara afuera,
mientras que estaba asì con él.
Los
besos y las caricias de Fernando, habían hecho que Lety se olvidara de la saña
que el destino traía para con ella esa noche, hasta que alguien entrò en el baño
y carraspeò.
Lety
se soltò del abrazò y, cuando vio quién era la persona que los había cachado in
fraganti, su cara se tiñó de vergüenza...
Sigue...
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