miércoles, 4 de febrero de 2015

Capítulo 47

Capítulo 47
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Amor a medias

L: No es que me pongo dura; simplemente no me gustan determinadas actitudes de Aldo y no quiero que sepa que me voy con Fer... con Don Fernando esta noche.

T: ¿Por qué? ¿Que te hizo Aldo?

L: Ya te conté Tomás. ¡Aldo me besó a fuerza dos veces! Además, mañana vino a mi oficina y intentó hacerlo otra vez...

Tomás estaba boquiabierto. Él nunca podía imaginarse semejante atrevimiento por parte del güero acapulqueño

L: ...yo no sabía que hacer; ¡Me sentía como piedrificada! Menos mal que llegó Don Fernando ¡Y justo a tiempo! porque si no, no sé lo que habría pasado...

Aldo, en tanto, seguía escuchando detrás de la puerta...

T: Eso quiere decir que todavía tu sientes algo por Mendiola ¿Verdad?

Lety respiró hondo

L: Tomás, Fernando es el hombre más importante de mi vida y es el ser a que más amo en este mundo. He tratado de olvidarlo y hasta odiarlo, pero no lo logré. Simplemente lo tengo clavado en mi corazón y no puedo dejar de amarlo. A pesar de lo que me ha hecho, y de cuanto me ha hecho sufrir, mi corazón nunca podrá dejar de latir por el suyo.

Esa declaración por parte de Leticia, dejó completamente helado a Aldo. El güero se sentía en una pesadilla...

A: ¡No, Leticia no puede seguir amandolo después de como él jugó con ella!

Tras tratar de mantenerse calmado, el chef se alejó de la puerta y se dirigió hasta el elevador.

T: Ay jefa... ¡Deberías olvidarte de él y darle una chance al pobre de Aldo! ¡Él sí te quiere de verdad! No como Mandiola que solo te utiliza por su empresa...

Esa afirmación de Tomás, le cayó de patada a Leticia que, algo enervada, le inquirió:

L: ¿Y tu qué sabes, Tomás? ¿Como haces para estar tan seguro que Fernando solo me utiliza por su empresa?

T: ¿Como me preguntas eso? ¡Lety, fuiste tu quién me dijo, entre lágrimas y sollozos, como ese tipo te había utilizado todo el tiempo por salvar a su dichosa empresa!

Lety se enervó aún más

L: ¡Sí, pero las situaciones cambian! Y las personas también...

Tomás entendió de inmediato

T: No... No me digas que Mandiola te embaucó otra vez...

L: ¡Ay ya Tomás suficiente! No quiero hablar de él. Mejor platicame del asunto con los de Krauss

T: Está bien Lety, no insisto... En cuanto al asuntito con los de Krauss, hablé hace un rato con el Señor Luciano, para confirmar la cita el martes en la mañana, y te traigo buenas noticias...

L: ¿Ah sí?

T: ¡Sí jefa! Al parecer, ellos están lanzando en el mercado un nuevo producto por la linea deportiva “Sport Wind” y quieren que nosostros nos ocupamos de la grabacion del comercial y de la campaña de difusión

L: ¡Esta es una espléndida noticia, Tomás! ¿Y te dijeron algo más?

T: No jefa, el tipo no quiso hablar conmigo... Pero dijo que va a platicar del asunto contigo y con Mandiola el martes en la mañana, así que abusada Lety

L: Claro... ¡Ay por fin una buena noticia! Y Tomás...

T: ¿Sí Lety?

L: Fernando se llama Mendiola no Mandiola. ¡Esta es la última vez que te lo repito!

T: Uy que amargada... Como quieres Lety; ¡Mendiola!


En tanto, Aldo estaba esperando el elevador envuelto en sus pensamientos, cuando el decir de las muchachas del Cuartel le dio curiosidad

PM: ¡Ay sí Sarita, Cristian es un papasote!

S: Lastima que no tenemos las invitaciones por ese evento...

Lo: ¿Y como nos van a invitar, Sarita? ¡Si nosotros nunca acabamos!

Ma: Maniguis, a mi lo que me duele más, no es que no podemos ver a Cristian Castro, si no que nos vamos a perder la cena del Círculo que seguramente va a estar muy rica!

J: ¡Ay Martita, tu siempre piensas a comer!

De repente Aldo las interrumpió

A: Buenos días princesas

PM: ¡Ay buenos días Aldo! ¿Como estás?

A: Muy bien ahora que las veo

El Cuartel suspiró al unísono

S: Ay tu siempre tan amable Aldo...

A: ¿Les puedo pedir una información?

PM: ¡Claro Aldo! Lo que quieres

A: Es que, sin querer las escuché hablar de un evento en que va a estar Cristian Castro...

Ma: Ay sí el cóctel del Círculo

A: Verán, es que yo soy muy fan de él y me gustaría poder encontrarlo. ¿Ustedes acaso, pueden darme algunas informaciones cerca del lugar donde va a cantar?

S: ¡Claro, yo puedo! Se trata del Círculo Creativo, que es un lugar de altura muy exclusivo, pero allí solo dejan entrar lo que son miembros...

A: Entiendo... Bueno, gracias por todos princesas. Nos vemos


Tras saludar las muchachas, Aldo había salido de la empresa y, mientras estaba todavía delante de la misma, llamó a su amigo Guillermo Andreu. Su intención, era evitar a toda costa que Leticia saliera con Fernando. A pesar de lo que se había enterado, Aldo no estaba dispuesto a renunciar a Leticia y estaba dispuesto a luchar a capa y espada para conquistarla con su amor.

A: ¿Guillermo? ¡Hola soy Aldo Domenzaín!

G: ¡Aldo, qué gusto oírte! ¿A qué se debe el honor de tu llamada?

A: Verás es que te llamo para darte una buena noticia y para pedirte un favor...

G: Bueno, te escucho.

A: La buena noticia, es que la Presidenta de Conceptos parece interesada a nuestra campaña de turismo gastronomico...

G: ¡Que bueno! ¿Y cuando podemos hablar con ella para acordarnos?

A: No sé... Todavía no me dio la confirmación, pero voy a hablar personalmente con ella en estos días así trato de combinar un encuentro para la próxima semana ¿Qué te parece?

G: Me paerece perfecto. ¿Y el favor que me ibas a pedir?

A: Eso es algo personal... Me imagino que tu conoces a Cristian Castro, el cantante, ¿Verdad?

G: ¡Claro! ¿Quién no lo conoce? Pero, si me vas a pedir que te lo presente, me duele informarte que no lo conozco personalmente ja ja ja

A: Ja ja ja no Guillermo, no es eso. Simplemente supe que él va a presenciar a un evento que organiza el Círculo Creativo y, como yo soy muy fan de él, me gustaría verlo pero verás...

G: Ni me digas. No tienes la invitación por el evento de esta noche ¿Verdad?

A: Así es. Y ya que sé que tu eres miembro de ese Círculo, te llamé para pedirte si acaso conoces una manera para obtener una invitación

G: Mira Aldo, la única manera, es ser miembro del Círculo o ser Presidente de una gran empresa. No existe otra forma, lo siento

Aldo entristeció

A: Entiendo...

G: Pero, si quieres puedes venir conmigo. Digo, yo tengo dos invitaciones y si quieres te invito con gusto

A: ¿En serio harías eso para mi?

G: ¡Claro que sí Aldo! Los amigos sirven también por eso ¿No?

A: Claro. ¡Gracias por todo Guillermo!

G: No hay de qué. Nos vemos más tarde.


En Presidencia, Lety y Tomás seguían hablando...

T: ¿Ya le pediste permiso a tu papá para salir hoy en la noche?

L: Todavía no, Tomás.

T: ¡Ay Lety, deberías apurarte! ¿Viste la hora que es?

Lety miró su reloj y desorbitó los ojos

L: ¡Híjole se me hizo tardísimo! Y eso que todavía tengo que arreglarme y no sé ni siquiera qée ponerme...

T: Je je je ¡Tranquila Lety! Desde que regresaste de Acapulco, mejoraste mucho tus atuendos

L: Puede ser, ¡Pero no tengo el vestido adecuado para esta noche!

T: ¿Y para qué no dejas todo y te vas a buscar algo de ponerte? Me imagino que, siendo una noche de gala, necesites un vestido bien elegante...

L: Exacto. ¿Sabes qué, Tomás? Voy a llamar a Carolina y a ver si me ayuda a escoger algo...

T: ¿No sería mejor que antes le pides permiso a Don Erasmo? Justo para ser seguros que te va a dejar salir...

L: ¡Tienes toda la boca llena de razónes Tomás! Permiteme tantito que voy a hablar a mi casa...

Lety agarró la bocina y marcó a su casa. Al inicio, Don Erasmo estaba renuentes a dejarla salir pero, cuando Doña Julieta se enteró que entre los invitados estaba también Luis Miguel, la misma convenció a su marido a dejarla salir.

DJ: ¡Ándale Erasmo! ¿Oíste lo que dijo la niña? ¡Va a estar Luis Miguel entre los invitados!

L: Sí papito, y además van a estar Cristian Castro, David Bisbal, y otros cantentes muy famosos

Doña Julieta estaba encantada

DJ: ¿Oíste Erasmo? ¡También va a estar David Bisbal!

DE: ¿Y quién es ese señor?

DJ: ¿¡Como que “quién es”!? ¡Es un muchacho español que canta muy muy bonito y además a mi me fascina! ¡Ándale viejo! ¡Es por una cuestión de trabajo!

Don Erasmo retomó la platica con Leticia

DE: ¿Y te vas a ir sola m’hija?

L: ¡Claro que no papacito! Voy a ir con Do... con Doña Carolina Angeles. Sí te acuerdas de ella, ¿Verdad?

DE: Es la señora que te contrató por ir a trabajar a Acapulco ¿Verdad?

L: Exacto papacito

DE: ¡Como sea no me gusta que vayan dos muejeres a solas!

L: Ay paptito... No vamos a estar a solas... también van a estar otros ejecutivos y incluso Don Fernando...

DE: ¿Eso quiere decir que él te va a traer a la casa?

Lety tragó saliva y las palabras de Fernando le vinieron inmediatamente a la mente:

F: “F: ¡Mi amor tienes que convencerlo! No solo porque yo me muero por las ganas de pasar la noche contigo, ¡sino porque es muy muy importante por la empresa que logremos atrapar a Cristian Castro!”

L: “Cuando hablas de pasar la noche conmigo, te refieres al cóctel ¿Verdad?”

F: “No Lety, me refiero a “toda la noche”

Fernando quería pasar toda la noche con ella. ¿Como podía hacer Lety para pasar la noche entera fuera de su casa?

L: S...sí, él me va a llevar a la casa.

DE: Bueno hija, entonces te doy permiso. ¡Pero que ni sueñes con llegar a la casa de madrugada para ir de fiesta!

L: ¡Ay papacito! ¡Te dije que es por cuestiónes de trabajo! En todo caso no me voy a tardar y como sea tengo que pasar por la casa primero, así que nos vemos más tarde y vamos a discutir de eso ¿Sí?

DE: Bueno. Nos vemos más tarde

Cuando Lety colgó, suspiró aliviada

T: Ji ji ji ¡Ese Don Erasmo! Nunca se va a acostrumbrar a que ya eres mayorcita ¿Verdad?

L: Así parece...

T: ¿ Y qué? ¿Te dio permiso?

L: Sí Tomás, por suerte mi mamá logró convencerlo

T: Bendita sea Doña Julieta! Ji ji ji.

L: Bueno, retomando el tema de “historias de amores prohibidas”...

Tomás se volvió serio en un santiamén

L: ...¡tu nunca me contaste que pasó con la oxigenada la noche del evento de Cannes!

Tomás tragó saliva, visiblemente nervioso...

T: Pero... Lety, es que... ¿No se te había hecho tardísimo?

L: Sí, pero todavía tengo un poco de tiempo ¡Así que habla!

T: ...

L: ¡Ya Tomás, suelta la sopa! Esa noche solo me dijiste que tenías una cita con ella y después no me contaste nada. ¿Que pasó con la oxigenada?

Tomás seguía sin hablar

L: Tomás...

T: ¡Está bien Lety! Te voy a contar...

Lety se dispuso a escucharlo

T: La noche previa a la junta de comité, representaba mi última noche con ella...

Tomás se perdió en el recuerdo de su gran noche con la mujer de sus sueños...

T: Esa noche, yo llegué a su casa temprano, ya que ella me había invitado a cenar

L: Pero ¿Con que dinero, si la oxigenada anda siempre sin un quinto?

T: Eso no sé, pero ella me dijo que había cocinado todo y la verdad, ¡le quedo riquísimo!

Lety hizo una mueca

L: Sí, me imagino...

T: Como sea, cuando yo llegué a su departamento, ella me hizo entrar, me quitó la gabardina y me hizo sentar en los cojines para comer

L: ¿En los cojines? Y qué, ¿Comieron algo oriental?

T: Sí, una cosa rara chino o algo por el estilo...

L: Ja ja ja ¿Y Alicia te dijo que lo cocinó ella?

T: ¡Lety! ¡No te burles!

L: Uy está bien, ¡Perdón! ¿Y luego que pasó? Porque me imagino que esa cena no fue de a gratis...

Tomás suspiró hondo

T: Después de la cena, Alicia me preguntó si le había traido el cheque...

L: ¿¡Le diste el dinero, Tomás!?

T: ¡Claro que no, Lety!

L: ¿Y como te zafaste?

T: Le dije que tenía el cheque en el coche. Ella, obviamente, me pidió de ir a por el, pero me acordé de tus palabras y no pude...

L: ¿Y como reaccionó la Oxi?

T: Por supuesto se extrañó. Alicia se convenció de que yo no quería prestarle ese dinero, y me dijo que se sentía apenada y que para ella, lo más importante era nuestra amistad

L: Sí, como no...

T: Yo me sentí un miserable; en el fondo se lo había prometido, entonces...

L: ¿¡Entonces!?

T: Entonces ella me arrastró hasta su recámara y desde allí en su cama... Luego empezó a aflojarme el nudo de la corbata y a decirme que me deseaba...

Lety abrió grande los ojos, haciendo gala de su asombro

L: No... ¿¡No me digas que te acostaste con ella!?

T: ...Sí Lety. Alicia y yo hicimos el amor

L: ¿¡Qué!?

T: Así es, Lety, ¡Lo dije! ¡Y no te permites a juzgarme después de todo lo que tu hiciste con Mendiola!

L: ¡Pero eso no se compara, Tomás!

T:  ¿Y por qué no se compara?

L: Porque Don Fernando me...

Lety se paró en seco. Todavía estaba firma en la idea de no contarle a Tomás de su reconciliación con Fernando. Tomás la regresó a la realidad dejandola pasmada

T: ¿Don Fernando qué? ¿Te ama? Ay sí claro, ¡Como no Lety!

L: Tomás...

T: ¡Nada de Tomás, Lety! Yo estoy enamorado de Alicia y para mi esa noche fue la más maravillosa de mi vida. Además, sé perfectamente que ella no me ama y que lo hizo solo por el dinero, mientras que tu...

L: ¿Mientras que yo, qué? ¿Estaba inconsciente de las razónes que llevaba Don Fernando? Tienes razón Tomás, y por eso no pienso juzgarte. Si me puse así, es porque te quiero y no quiero verte sufrir. Yo conozco muy bien a Alicia, y sé que ella no hace nada de a gratis...

Lety lo miró fijo en los ojos

L: ¡No quiero que te haga sufrir, Tomás!

T: Lety, ¡No te preocupes! Te aseguro que sé muy bien lo que hago. De todos modos, prefiero soñar con Alicia, aunque sea solo por un tiempo, que negarme esa ilusión

L: ¿Eso quiere decir que vas a seguir alimentandole la esperanza a la oxigenada?

T: Bueno, me gustaría... Pero ella no me perdóna lo que le hice

L: Claro... Ella se esperaba que tu le dabas el dinero para salvar su coche mientras que al final, se lo embargaron de todos modos

Tomás agachó la mirada

L: ¡Ay no, Tomás! ¡No me digas que te sientes culpable!

T: Bueno, de cierta forma fue por mi culpa si le embargaron el coche...

L: No Tomás, no te confundas. La culpa es de ella que no le pagó lo debido a los abogados. Ella se endeudó; tu no tienes la culpa

T: Como sea Lety...

L: Y... ahora que ella es tu secretaria, ¿Como van las cosas?

T: Pues, ella casi no me habla. Yo traté de pedirle perdón, pero no hay manera de que ella me perdone así que esta noche voy a intentarlo otra vez

L: ¿¡Quieres acostarte otra vez con ella!?

T: ¡Ay no, Lety! ¿Como crees? Por supuesto me gustaría, pero lo que voy a hacer es invitarla a cenar

L: Eso sí te va a costar carísimo, Tomás...

T: Pues ni modo... Tengo que hacerme perdonar de alguna manera

L: Ten cuidado, Tomás...

T: No te preocupes Lety. Ya soy bastante grandecito para poderme cuidar yo solo. De todos modos, gracias por preocuparte

Los dos se abrazaron. Tomás se sentía más aliviado, ahora que le había contado la verdad a su amiga. Lety, por su cuenta, no estaba de acuerdo con la manera de actuar de Tomás, pero no se sentía de regañarlo. En el fondo, a ella le había pasado lo mismo con su Fernando...


Cuando Tomás se despidió de Leticia, la Presidenta apagó su computadora y agarró su bolsa de la que sacó su celular

L: Bueno, ¡ahora necesito a mi hada madrina!

Sin pensarlo dos veces, Lety levantó la tapa de su celular y marcó al celular de Carolina Ángeles

C: ¿Bueno?

L: ¡Carolina! ¡Que bueno que me contestaste! ¿Te molesto?

C: ¡Claro que no Lety! ¿Como estás?

L: Muy, pero muy bien ji ji ji ¿Y tu, como estás?

C: Bien... No tanto como tu me imagino, pero no me puedo lamentar ja ja ja ¿Para qué soy buena?

L: Es que... necesito un milagro....

Lety no le dio muchas explicaciones a su amiga; solo le dio cita en el Centro Comercial Santa Fe en media hora.

La Presidenta estaba por retirarse, cuando se acordó de lo que le había pedido Tomás.

L: ¡Ay no! Tengo que ir en la oficina de Doña Marcia...

Lety hizo una mueca

L: Pues, ni modo...


En la oficina de la productora ejecutiva, los hermanos Villaroel todavía seguían hablando

AV: ¿Y qué vas a hacer con respeto a lo de Fernando? ¿Lo vas a dejar ir solo?

M: ¡No sé Ariel! Lo que sé, es que no se lo voy a dejar a ella...

En ese momento, Lety se acercó a la puerta de la producción ejecutiva. Antes de irse, Tomás le había recordado que necesitaba del calendario de producción para ver como seguía la producción de los comerciales para Bella Life. Lety le había dicho que podía pedirle esos datos a Doña Marcia, pero Tomás se negó, usando como excusa su timidez

L: Está bien, voy a pedirselos yo...

T: ¡Gracias Lety!

Leticia estaba al punto de tocar, cuando se percató de la presencia del Licenciado Villaroel, o güerito sonriente, como lo llamaba Fernando. Hubuiera hecho caso omiso a su presencia, si no fuera que oyó algo que le llamó poderosamente la atención, así que Lety se quedó escuchando detrás de la puerta, aprovechando del hecho que las muchachas del Cuartel, como siempre, no estaban en sus puestos.

AV: Como sea, hoy vine aquí en Conceptos, no solo para saber como piensan pagar la deuda, si no porque tengo algo muy importante que decirte

M: ¿De qué se trata?

AV: Verás hermanita, a mi no me gusta para nada que la “Licenciada Padilla” aministre nuestro patrimonio


M: ¡Ah! ¿Y a mi sí? ¡Yo la detesto! Pero no hay nada que se pueda hacer...

AV: Bueno, estaría una opción...

M: ¿Cual?

AV: Hay que convencer a la Licenciada a entregarnos Filmo Imagen

M: O sea, ¿Tu quieres que ella “nos regale” su empresa?

AV: Pues sí. En el fondo Filmo Imagen no le apartenece. Te recuerdo que fue tu novio el que la armó

M: Ariel, se te olvida algo... La propia Leticia quiso entregarnos Filmo Imagen antes de irse, ¡pero eso no cancela la deuda!

AV: Claro, solo eso no, ¡Pero hay una solución que sí nos va a resolver el problema!

M: ¿De qué hablas?

AV: Marcia, yo necesito vender mi parte de la empresa

M: ¿Acaso no te quedó claro lo que dijo el abogado en la junta? ¡Nadie puede vender nada, simplemente porque la empresa ahora está en mano de Leticia!

AV: ¡Eso ya lo sé!

M: ¿Entonces?

AV: Entonces quiero que me entregue Filmo Imagen. De esa manera, yo voy a ser el dueño de la empresa y así puedo venderla y recuperar mi capital

Lety tragó saliva

M: ¡Ay ya Ariel! Deja de decir tonterías! ¡Eso querría decir despedazar Conceptos!

AV: ¿Y a mi qué me importa? Prefiero ver la empresa despedazada en vez que en mano de la Licenciada Padilla

M: Ariel, Ariel... Ponte a pensar

AV: No hay nada que pensar, Marcia. Y si ella se niega entregarme Filmo Imagen, en todo caso, en cuanto termina el proceso legal, yo me voy a hacer cargo de la presidencia de Conceptos

M: Eso no va a ser nada fácil, Ariel. Estoy segura de que Fernando se va a postular por ese cargo; acuerdate que la empresa es su vida...

AV: Eso me tiene muy sin cuidado, hermana

M: Lo dices con mucha seguridad...

AV: ¡Claro! ¿Tu crees que los Mendiola le van a dar su voto a Fernando, después de todo lo que él hizo? Acuerdate que prácticamente le regaló nuestra empresa a una desconocida. Qué raro que no confió en ti que eres su prometida...

Lety hubo un escalofrío a la vez que Marcia hirvió. Ella bien sabía porque Fernando le había “regalado” la empresa a Leticia. Ese esperpento era su amante, ¡Y claro que prefería más confiar el ella que en su prometida!

AV: ...es claro que ellos ya no confían en él. Ja, ¡Si Humberto apenas le dirige la palabra!

Lety se apenó. Ella sabía cuanto era importante la opinión de Don Humberto para Fernando, y la misma había sido testigo de como el Señor Mendiola trató a su hijo durante la junta del comité previa al desastre. Era claro que Humberto estaba muy decepcionado de su hijo y eso, a Fernando, le dolía mucho...

AV: ¿Y tu?

M: ¿Y yo qué?

AV: ¿Me vas a apoyar o, como siempre, prefieres dejarte embaucar de lo que va a ser tu marido?

M: No sé. Sabes muy bien que amo a Fernando, pero no estoy segura que va a haber boda...

Lety quedó boquiabierta

AV: Lo dices por ella ¿verdad?

Marcia asintió con la cabeza

AV: Cuando llegué, me pareció que le estabas por gritar en la cara el nombre de esa mujer... ¿De verdad sabes quien es?

M: Sí Ariel. Sé perfectamente quien era la amante de Fernando...

El corazón de Leticia empezó a latir fuerte. ¿Estaría Marcia enterada de su relación con Fernando?

Justo en ese momento, el Cuartel en pleno salió del baño, obligando Lety a descolgarse de la puerta para no destrar sospechas

AV: Está bien, si no me quieres decir quién es, no importa. ¡Pero abusada Marcia! No quiero verte sufrir y, conociendo a Fernando, sé que sería dispuesto a hacer cualquier cosa para tenerte a su lado a la hora de la votación; creo que se atrevería hasta a casarse contigo, a pesar de que siga pensando a esa otra mujer...

La sola idea, hizo escalofriar a la productora ejecutiva. ¿Qué si su hermano tenía razón? Después de todo, Fernando seguía sin querer acostarse con ella... ¿Y si Leticia lograba quitarselo otra vez? No, eso era algo que no podía pasar... ¿Y el misterioso güero amigo de Leticia? Alicia le había contado de ese supuesto hombre que dizque era el novio o el enamorado de ella... A lo mejor ella se había olvidado de Fernando para correr en los brazos de ese otro...

Viendo que Marcia estaba perdida en sus pensamientos, Ariel la saludó y salió de la oficina. Al salir, se dio cuenta que Lety estaba frente al escritrio de Lola así que, muy cínicamente, la saludó ante de irse:

AV: Buenas tardes Licenciada. Que tenga una linda noche

Lety se alarmó sin más al ver la sonrisa cínica y segura que tenía el Licenciado Villaroel. ¿Y si de verdad Marcia sabía?

A persar de su miedo, Lety se vio obligada a entrar en la oficina de la ejecutiva para pedirle el calendario de producción. Cuando tocó la puerta, Marcia le dio paso

L: Permiso, Doña Marcia

M: ¿Con qué cara te  presentes aquí en mi oficina?

L: Pero, Doña Marcia yo...

M: ¡Nada de “Doña Marcia” Leticia! ¡No te hagas la mosca muerta conmigo!

Lety estaba completamente descolocada mientras que Marcia seguía acusandola

M: Apareces en mi oficina, ¡en mi espacio!, te pares allí como si nada, ¿y hasta tienes la desfachatez de pedir permiso antes de pasar?

L: Pero...

M: ¡Nada de pero Leticia! ¿Tu crees que yo no sepa que eres tu la amante de Fernando? ¡Sé perfectamente que Fernando se revuelca contigo!

L: No Doña Marcia, le juro que yo...

M: ¡No intentes justificarte porque es así! Pero te equivocas si crees que eres la mujer de Fernando ¡porque esa soy yo! Tu, a lo mejor fuiste su amante, la mujer con quién él se acostó, pero eso no va más allá de allí porque un hombre hace el amor con su mujer y con su amante... ¡se revuelca!

Lety agachó la cabeza y su mirada comenzó a aguarse. No solo Marcia sabía que ella era la amante de Fernando, si no que además ¡se lo estaba reprochando en la cara!

M: Pero te voy a decir una cosa: eres muy ilusa si piensas irte al cóctel con él esta noche.... Quizás Fernando está jugando contigo, o quizás con las dos, pero puedes estar cierta que es conmigo con quien se va a quedar al final de todo esto, así que no te hagas ilusiones Leticia, porque soy yo su mujer ¡Y él me pertenece!

Las lágrimas finalmente empezaron a caer de sus ojos. Lety todavía tenía la mirada al suelo cuando la voz de Marcia la regresó a la realidad

M: Leticia, ¡Leticia!

Lety regresó de sus pensamientos y se percató que había sido solo un juego de su imaginación. ¡Por suerte!

L: Digame Doña Marcia

M: Más bien digame usted. ¿Qué necesita?

L: Ah... sí... El calendario de producción, eso necesito.

M: Sí claro, aquí está

L: Muchas gracias

Lety estaba por irse cuando Marcia la detuvo

M: Lety...

Lety tragó saliva y se volteó otra vez hacia ella

L: Digame Doña Marcia

Marcia suspiró hondo antes de alegar algo, lo que puso aún más en agitación a Leticia. Finalmente Marcia retomó palabra

M: Hace un rato estuvo aquí mi hermano que justamente se quejó de que usted todavía no ha hecho saber nada de como piensa pagar la primera cuota de la deuda...

L: Sí, me imagino su apuro para saber... Es que ni siquiera yo todavía estoy segura de como vamos a hacer. Deje que Don Fernando hable con Cristian Castro y veremos qué va a lograr. En todo caso, la próxima semana voy a convocar una junta con todos los accionistas para actualizarlos sobre lo que entiendo hacer y para informale sobre un par de novedades que van a haber...

M: ¿Que novedades?

L: En la junta se enterará. Ahora, si me permite, tengo muchas cosas que hacer así que la dejo. Con permiso Doña Marcia

Marcia estaba furiosa. Sin duda no le gustaba para nada la manera subdola de actuar que tenía Leticia.


En tanto, en su casa, Fernando seguía arreglando las cosas para la gran noche.

F: A ver: los globitos están listos, las velas están en sus lugares... ¿Qué me falta? ¡Claro! Se me olvidaba lo más importante je je je

Fernando regresó en la recámara y tendió la cama con las sábanas nuevas que le había encargado a Eduardo. Por fin todo estaba a su gusto. Lo único que le faltaba, era arreglar los últimos detalles, lo que iba a hacer en cuanto regresaban del cóctel

F: ¡No veo la hora que Lety vea todo esto! Estoy seguro que le va a encantar...


Cuando el reloj marcó la hora de salida, todas las empleadas de Conceptos se marcharon hasta el elevador; todas menos la rubia Alicia Ferreya. Si bien la idea de salir con Tomás no le agradaba en lo más mínimo, sobretodo después de lo que él acababa de hacerle, la otrora secretaria de Presidencia se vio obligada a aceptar la invitación. No solo porque necesitaba de un aventón hasta su casa, ya que Marcia se había marchado desde tiempo, si no porque era demasiado que no comía como de deber y esa era una ocasión que no podía perder.

T: ¿Estás lista, Alicia?

AF: Sí Tomás, pero no quiero que nos vean salir juntos así que adelantate tu que yo ahorita te alcanzo

T: Como quieres...

Tomás se acercó al elevador con la cara triste. En el fondo, le dolía que Alicia se portaba así con él, aunque sabía que se lo tenía merecido por lo que le había hecho...

S: ¿Le pasa algo, Don Tomás?

T: No Sara, estoy bien...

Lo: Es que tiene una cara como de quién no acaba nunca...

T: Ji ji ji ¡No se preocupen muchachas que esta cara al rato se me va a quitar!


Llegado en el estacionamento, Tomás se puso a reflejar en su situación...

T: ¡Qué ironía! Antes ambos teníamos un Mercedes y ahorita nos quedamos sin coche los dos... ¡Es que yo no me acostumbro a la idea de haber perdido mi auto deportivo! Se me veía tan guapo manejando ese carrazo... Bueno, ni modo, tengo que resignarme a la idea que nunca más voy a tener un Mercedes...

En ese momento le ocurrió una idea

T: ¡Claro! ¡Que tonto soy! Antes no podía mantener un coche porque el salario de Filmo Imagen no me alcanzaba para eso, pero ahorita que trabajo para las dos empresas, ¡Seguro puedo mantener un coche que sea solo mio!

Una sonrisa se dibujo en los labios del ahora Vice Presidente Financiero...

T: Y soy perfectamente que coche necesito ji ji ji


Por fin Alicia había bajado en el estacionamento

AF: Bueno Tomás, y ¿En qué nos vamos?

T: Pues... en taxi

AF: ¿¡Qué!?  ¿Y tu coche?

T: Es que... ya no tengo mi coche

Alicia casi de desmaya al oír semejante notición

AF: ¡Ay no Tomás! ¿Pretendes llevarme al Le noir en taxi?

T: ¿Qué tiene de malo?

AF: ¿Como que “qué tiene de malo”? Ay Tomás...

T: ¡ Ándale chiquita! ¡Lo importante es que estemos juntos los dos!

Alicia le echó una mirada de pistola así que Tomás alegó algo más

T: ... y que tu pueda comer en tu restaurante favorito

AF: Está bien Tomás, pero lo hago solo porque se me antoja cenar en el Le Noir. ¡Y no te hagas ilusiones respeto a lo que va a pasar después de la cena!

T: No, claro que no chiquita... Ya aprendí la lección aquella vez

AF: Tomás...

T: ¿Sí?

AF: ¡No me llames chiquita que no lo soporto!

T: Ji ji ji como quieres Alicia

Finalmente los dos subiron en el taxi y se marcharon hasta el restaurante


En tanto, Lety había llegado al Centro Comercial Santa Fe donde la esperaba su amiga Carolina.

C: ¡Lety! ¡Por fin!

L: Je je je ¡Perdón Carolina! Es que el tráfico está imposible y me retrasé un poquito...

C: Como sea, lo bueno es que llegaste je je je

L: No Carolina, ¡Lo bueno es que tu aceptaste ayudarme!

C: ¿Y como no te iba a ayudar si soy tu amiga? ¿O ya te olvidaste de lo que te dije la otra vez?

L: ¡Claro que no Carolina!

C: Bueno, entonces vamos a buscar algo que te pueda poner que ya se hizo bastante tarde

L: Pero... todavía no te he dicho donde voy...

C: ¿Sí, verdad?

Carolina hizo lo imposible para no delatarse. Antes de hablar con Lety, la publirrelacionista había hablado con Eduardo que la había enterado, no solo de la reconciliación entre Lety y su amigo, si no de la intención de Fernando de ir al cóctel del Círculo Creativo junto con Lety esa noche

C: Y... ¿A donde van?

Lety se extrañó

L: ¿Vamos?

Carolina se mordió la lengua. Sin queres había hablado demás...

C: Pues... me imagino que no vas a salir sola esta noche ¿O sí?

L: Ji ji ji ¡Claro que no! Es que quería contartelo con calma pero no aguanto más... ¡Fernando y yo nos reconciliamos por fin!

C: ¡Lety! ¡Que bueno que por fin regresaron juntos!

L: Sí...

C: ¿Y qué? ¿Te invitó de reventón esta noche?

L: Ja ja ja no Caro ¿Como se te ocurre? Es que esta noche va a haber el cóctel del Círculo Creativo y resulta que uno de los invitados es Cristian Castro.

C: Sí, lo sé. A mi también me llegó la invitación por ese evento

La mirada de Lety se iluminó

L: ¿Eso quiere decir que tu también vas a estar en el evento esta noche?

C: No sé. Todavía no he decidido... Además tengo un huésped muy especial en mi casi, así que depende de él

L: Uy... No se tratará de una nueva conquista ¿verdad?

C: ¡Ay no Lety! ¿Como crees? Simplemente es un gran amigo mio

L: Ok, está bien...

C: Volviendo al tema... ¿Que tiene que ver Cristian Catro en todo esto?

L: Pues, como tu me dijiste que él estaba en busca de una casa productora, yo misma intenté hablar con su representante pero no hubo manera de que él aconsentiera una cita con nosotros

C: ¿Por qué?

L: ¿No te imaginas? Cuando se enteró que llamaba de parte de Conceptos, no quiso tener nada que ver con nosotros. Seguro la mala racha del video de Benny Ibarra todavía nos persigue. También Fernando intentó hablar con él, pero no hubo manera...

Carolina sonrió a sentir a su amiga llamar a Fernando con su nombre de pila

L: Pero Fernando hubo la genial idea de ir a hablar directamente con el cantante esta noche; por eso vamos a ir los dos al cóctel

C: Ahora entiendo porque te sirve mi auyda...

Carolina le guiñó el ojo muy complice y la arrastró en una tienda muy famosa...

La publirrelacionista, había escogido para Lety un vestido que para la Presidenta estaba muy atrevido...

L: Pero Carolina ¿Como me voy a poner este vestido? ¡Yo nunca he usado algo así!

C: Pues llegó la hora que empiezes, Lety

L: ¡Ay no Carolina, de verdad no puedo!

C: Lety, tu misma me dijiste que te reconciliaste con Fernando y que esta noche vas a salir con él...

L: ¿Y?

C: ¿¡Como que “y”!?  ¿Tu crees que al final del evento te va a acompañar a tu casa y listo?

Lety se sonrojó. Fernando le había pedido que se quedara en su casa esa noche y que para él era mucho importante. Finalmente Lety negó con la cabeza

C: Bueno, entonces, Leticia Padilla Solís, tu te vas a comprar este vestido y te lo vas a poner para esta noche sin chistar ¿Se entendió?

L: ¡Como usted ordena! Ji ji ji

Las dos se echaron a reír y finalmente Lety salió de la tienda con su bolsa de papel kraft en la mano.

L: ¡Gracias por todo Carolina! Ahora tengo que irme o se me va a hacer tardísimo

C: ¡Ehy ehy ehy señorita! ¿A donde? Primero tienes que maquillarte y arreglarte el peinado. ¿No me dirás que te vas a ir así?

L: Ji ji ji no ¿Verdad?

C: ¡Claro que no! A ver, aquí a ladito hay un salón de belleza donde te pueden maquillar y peinar en tiempo record ¡Vamonos!

L: Lety por fin se había animado. Su hada madrina, como siempre, había logrado darle el valor para enfrentar lo que fuera. Esa noche, Leticia llegaría al cóctel con su principe azul y como una verdadera princesa: con vestido, peinado y todo lo que se requería.


Daban las siete y media cuando Fernando salió de su casa. Él estaba muy agitado; se sentía como un muchacho a la primera cita con su novia a pesar que, para ellos, no era exactamente la primera salida...

Lety, mientras tanto, estaba en su cuarto arreglandose los últimos detalles. Después de haber escojido el vestido, Carolina la había traído en un salón de belleza donde le habían arreglado el peinado y donde la habían maquillado. Cuando se miró al espejo, casi no se reconoció. Sin embargo una sonrisa se le dibujó en la cara. Lety traía el cabello algo recojido en uno chignon y el flequillo le cubria la mitad de su frente. El maquillador, había hecho un trabajo estupendo realizandole en sus ojos un maquillaje en tonos de oro y negro. Sus labios estaban pintados con un tenue lipstick color nude y sus mejillas estaban teñidas con un tenue rubor rosado. Por primera vez, Lety se sentía bellísima.


Cuando Fernando llegó en Calle de Mimosa, no sabía que hacer. Obviamente no podía simplemente sonar la bocina de su coche:

F: No, eso sería muy grosero... ¿Entonces que hago? ¿Me bajo del coche y toco la puerta o la llamo por telefono? ¿Y si me contesta Don Erasmo y me cuenta otra vez la historia del tio Lazaro? ¿¡Ay por qué no me hice dar el numero de su celular!?

Por suerte Lety lo había visto llegar y salió de su casa cuando lo sintió estacionar el coche, ahorrandole cualquier decisión.

Cuando Fernando la vio salir de su casa, bajó del coche y, se quedó mirandola. A pesar de que Lety traía puesto su abrigo, y por ende no se veía nada de como estaba vestida, su rostro y su peinado se podían apreciar en todo su esplendor.

Lety era simplemente un ángel

Leticia se acercó al coche y saludó a Fernando

L: Hola

F: ...hola.

Fernando se quedó mirandola risueño por un rato hasta que, como buen caballero, le abrió la puerta del pasajero y la ayudó a sentarse. Cuando los dos fueron en el coche, Fernando le notificó su parecer.

F: ¡Eres hermosa mi vida! De verdad, no tengo ni palabras para decirte todo lo que me despiertes con solo verte...

Lety se sentía halagada. Su intento era lucir preciosa delante los ojos de él y, al parecer, ya lo había logrado con solo su cara.

Leticia sonreía entre sí y, muy picara pensó:

L: Quien sabe como va a reaccionar cuando vea el vestido y lo demás ji ji ji

Fernando se percató de que ella estaba sonriendo

F: Señorita, ¿Acaso a usted no le enseñaron que quién ríe solo, de sus picardías se acuerda?

L: Ja ja ja es que estaba pensando en una cosita...

F: ¿Y puedo saber en cual?

L: Ehm... no.

F: Está bien, como usted quiera Licenciada Leticia. Aunque yo creo saber en que estás pensando, mi picarona....

Lety sonrió con plena autenticidad

L: No mi amor, te aseguro que no es nada que tiene que ver con “eso”

F: Uhm... ¿Y que es “eso” a lo que te refieres?

L: ¡Ya Fernando, no te hagas! Entendiste perfectamente a lo que me refiero...

F: Que lastima... Y yo que pensaba que te hacía falta estar conmigo...

Lety se acercó a él y se abrazó a su brazo, como hacía en antaño.

L: Siempre me hace falta estar contigo, mi amor

Fernando estremeció cuando sintió el beso de Leticia en su cuello. Lastima que tenían que cerrar el contracto con Castro, o de lo contrario, Fernando hubiera emprendido marcia atrás y se hubiera vuelto a su casa para hacer el amor con Letcia sin más.


Cuando llegaron al Círculo Creativo, los dos ingresaros con naturalidad al evento, a la par el uno del otro. Fernando quería tomar a Lety de la mano pero ella no se lo permitió. Al fin y al cabo, él seguía siendo el prometido de Marcia Villaroel por los demás... y por la propia Marica también. Para no hacerlo quedar mal, Lety aconsintió a posar su brazo dentro lo de él.

Una vez adentro, cada quién mostró su invitación y, antes de quitarse el abrigo, Lety se excusó con Fernando para ir al baño.

F: Está bien, aquí te espero Lety.

L: No, no es necesario. Nos vemos en el salón en diez minutos

Fernando la dejó descolocada cuando le besó la mano y añadió:

F: Como quieres, mi vida

En el baño, Lety retocó su maquillaje y, una vez afuera, ecomendó su abrigo al guardarropas.

L: ¡Te voy Lety! Ahora sí tienes que demostrarle a todos quién eres...


Fernando, en tanto, estaba entregado a la plática con otros ejecutivos cuando, su sexto sentido, le hizo saber que Lety estaba cerca. Cuando se volteó hacia ella, Fernando quedó completamente boquiabierta. Si con su nuevo peinado y su maquillaje Lety estaba hermosa, con ese vestido que traía puesto estaba de muerte lenta.

Lety lucía un vestido cuyo estampado emulaba el dibujo del pelaje de un felino salvaje. Se trataba de un vestido largo, que se ataba al costado gracias a una cintura negra de seda. El ruedo del vestido, permitía ocultar sus rodillas y el ligero escote, enmarcaba de maravillas su prominente busto. Sin duda, la fantasía “animalier” le quedaba de maravilla.

Fernando se quedó risueño. Cuando Lety se acercó a él, le pidió por lo bajo si se encontraba bien

F: Sí... Nomás que...

L: ¿Qué?

F: ¡Que eres divina, mi amor!

L: ¡Shhh callate o nos van a oír!

F: Disculpame Lety, es que no pude evitarlo... De verdad que este vestido te queda...

Lety sonrió halagada

L: ¿Como me queda?

Fernando se acercó un poco más y le susurró en un oído

F: Te queda que no veo la hora de quitartelo a mordidas, mi leoparda...

Lety se sonrojó. Sin duda Carolina había hecho cientro con el vestido


Mientras tanto, Alicia y Tomás estaban sentados en la mesa del Le Noir...

Respeto a la primera vez, Alicia no se hizo de rogar para ordenar lo que más se le antojaba. Esta vez, los roles se habían invertido y ahora era ella la que comía más que él. Tomás aprovechó de que Alicia parecía menos enojada para revelarle su verdaderas intenciones

T: Alicia, si yo te invité a cenar esta noche, no fue solo por compartir unas horas contigo...

Alicia hubo un escalofrío y se puso a pensar entre sí:

AF: ¿Y ahorita qué quiere? ¡Ay no! ¿Y si pretende acostarse otra vez conmigo? ¡Que sueñe!

T: Es que yo te quiero ofrecer mis disculpas. Sé que lo que te hice no tiene perdón, pero creeme que mi intención, hasta el último momento, ¡era la de darte ese cheque! Es más, ¡ya lo traía firmado y todo!

AF: ¿Entonces por qué te escapaste como una rata en vez de darme lo que me habías prometido?

T: Porque le prometí a Lety que no te iba a dar dinero...

AF: Claro... ¡Se lo prometiste a tu novia!

En ese momento, un pensamiento surcó la mente de Alicia

AF: ¿Su novia? Pero si la garnacha era la amante de Fernando, eso quiere decir que...

AF: Tomás, quiero hacerte una pregunta y necesito que me contestes con la verdad

T: Lo que quieres, Alicia

AF: ¿De verdad Lety era tu novia?

Tomás empezó a sudar frío

T: Cl..cla..claro Alicia, aunque ahorita ya no estamos juntos pero sí, quedamos buenos amigos

Alicia sabía que Tomás estaba mintiendo...

AF: Tomás, ¡No me mientas! ¡Tu y el Tlacoyo bigotón nunca fueron novios!

Tomás desorbitó los ojos. ¿Como hacía Alicia a estar enterada de que Lety y él no fueron novios de verdad?

T: ¿Por qué piensas eso?

AF: Pues...

Obviamente Alicia no podía revelarle lo que sabía, no solo porque se lo había premetido a Marcia, si no porque quería mantener ese as bajo la manga para cuando le podía ser necesario...

AF: Yo nomás conjeturo Tomás... Es que no te hiciste el más mínimo problema cuando te acostaste conmigo, y eso me hace dudar sobre tu “supuesta relación” con ella...

T: Es que... lo que vivimos Lety y yo era algo diferente al amor. El amor es otra cosa...

Tomás le tomó la mano y la miró en los ojos

T: Amar es sentir tu corazón que empieza a latir fuerte cuando la persona que amas está delante de ti; es perderte en su mirada, sabiendo que no querrás contemplar algo más que eso por toda tu vida; es morirse cada vez que ella te rechaza y revivir cuando te vuelve a hablar...

Alicia lo miró en los ojos y sintió un escalofrío correrle por toda la espalda

AF: ¿Qué quieres decirme con eso, Tomás?

T: Que yo te a...

Justo en ese momento llegó el mesero con el plato de uevos estrellados. Por costumbre, el mesero lo puso delante de Tomás y se quedó pasmado cuando el Vice Presidente Financiero le hizo notar que los uevos eran para la señora

AF: ¡Muchas gracias Luis!

Lu: De.. de nada Señora Ferreya. Con permiso

Alicia se puso a comer con gusto y dejó de prestarle atención a lo que decía Tomás el cual se desanimó por completo. El timido Vice Presidente Financiero, estaba a punto de confesarle sus verdaderos sentimientos ¡si no fuera que ese meserucho echó todo por la borda!

“Ni modo”, pensó él entre sí. “Voy a buscar otra ocasión para decirte cuanto te amo, mi chiquita...”


En el Círculo, Lety y Fernando estaban platicando con los representantes de otras casas productoras cuando un Señor se acercó a Fernando...

AR: ¡Fernando Mendiola!

Fernando se volteó hacia él, saludandolo con sincero cariño

F: ¡Arturo! ¡Que gusto verte, hermano!

AR: Igualmente Fer. ¡Cuanto tiempo! Y dime, ¿Como has estado? ¿Sigues siendo el Presidente de Conceptos?

F: Ehm no, Arturo. Yo ahorita nomás trabajo en la empresa. Le cedí mi cargo a alguien que está mucho más preparada que yo para presidir la empresa

AR: ¿Preparada? Eso quiere decir que es mujer, ¿verdad?

F: ¡Híjole brother! Eres tan perceptivo, que te pareces al bruto de Omar... Como sea, sí, dije preparada porque se trata de una mujer, y precisamente de esta hermosa dama que hoy me hizo el honor de acompañarme

Fernando rodeó Lety con su brazo y ella se sonrojó. Sin duda Fernando estaba muy atrevido y poco le importaba que los demás lo reconocieran y lo veían con ella en esas actitudes... Lety, por el contrario, estaba algo inquieta. Si bien era verdad que lo que ella más quería era que Fernando la presumiese en cada lugar, sin avergonzarse de estar con ella, sentía que eso no era ni el lugar ni el momento adecuado, ya que él permanecía siendo el novio de Marcia Villaroel. Sin embargo Lety se demostró lo más amable posible cuando Fernando le presentó a su amigo

F: Lety, él es Arturo Reyes y es el Presidente de Tiffany & Co, la casa de joyería más famosa del mundo diría yo... Y Arturo, ella es Leticia Padilla Solís, mi nov... Ehm, la Presidenta de Conceptos

L: Mucho gusto, Señor Reyes

AR: El gusto es todo mio, Señorita. Así que ahora es usted quién preside Conceptos...

L: S..sí por el momento la Presidencia está a mi cargo

AR: ¡Que bueno! ¡Por fin una mujer al frente de la empresa! Así va a ser más placentero cerrar negocios con ustedes...

F: ¿ Negocios?

AR: Sí Fernando. Verás, es que estamos lanzando en el mercado la nueva colección de joyería para la Navidad y resulta que vi el trabajo que hicieron con la joyería Bella Life y pues... ¡Me encantó! Yo te hubiera buscado en estos días pero, ya que estás aquí y encima en compañía de la Presidenta de la empresa, les quería pedir si están dispuestos a ocuparse del proyecto

Tanto Fernando como Leticia estaban boquiabierta

L: Ah...eh... us... ¿Usted quiere que Conceptos se encarge del lanzamiento de la campaña de joyería de Tiffany & Co?

AR: Así es Señorita. ¿Entonces? ¿Trato hecho?

F: ¡Pues claro que sí Arturito! ¿Como te vamos a decir que no?

AR: ¡Espléndido! Entonces, cuando ustedes están libres, acordamos una cita y veremos como hacer.

F: A ver, dejame revisar mi agenda electrónica...

Mientras que Fernando revisaba su agenda, Lety seguía pasmada. No podía creer a lo que estaba pasando. No solo le ofrecían trabajo, ¡Sino que a ofrecerlo era nada meno y nada más, que la firma de joyería más famosa del mundo!

F: Lety, ¿Por el miercoles en la mañana estaría bien?

L: Sí, claro.

F: Bueno Arturo, te esperamos el miercoles en Conceptos entonces

AR: ¡Perfecto! Nos vemos el miercoles. Fernando, fue un gusto verte y, Señorita Padilla, fue un placer conocerla

L: Igualmente

Arturo le besó la mano y se fue. Fernando, como se costumbre, hirvió de celos. Él no soportaba que alguien se acercara a su mujer y menos un hombre como Arturo, que tenía la reputación de ser un mujieriego

F: ¿¡Como se atrevió a besarte la mano!?

L: Ji ji ji calmante mi amor...

F: ¿Como me dijiste?

L: Ehm... Fernando

Fernando la tomó jugosamente por el mentón

F: Ay mi Lety ¿Qué tengo que hacer yo contigo?

Lety se perdió en su mirada. Con solo mirarlo en los ojos, su corazón empezaba a latir como un loco. Dejandose llevar por el inmenso amor que sentía por él, Lety le contestó sin pensarlo dos veces:

L: Lo que quieras mi amor, soy toda tuya

El corazón de Fernando empezó a latir al mismo ritmo que lo de Lety. La sonrisa de Leticia, era la alegría que daba sentido a toda su existencia y sentirla tan cerca, despertaba en él las sensaciones más indescriptibles.

Casi sin pensarlo, Fernando acercó el rostro de Lety al suyo y estaba al punto de besarla, cuando se oyó una voz que hizo quedar helada a la Presidenta

Voz: Buenas noches, Leticia...


Sigue...






2 comentarios:

  1. ¡Me encantó el capítulo de hoy! Sería aún más perfecto si nada interrumpa esta maravillosa noche de nuestra pareja favorita ¡Besos desde Brasil!

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  2. Sempre tem de aparecer alguém para atrapalhar....

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