viernes, 27 de febrero de 2015

Capítulo 49

Capítulo 49
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Un nuevo ángel

Fernando no se había dado cuenta de nada así que intentó volver a abrazar a Lety que pero lo detuvo y, carraspeando, le hizo notar que alguien había entrado...

F: Mi amor ¿Qué pasa?

L: Pasa que está t... su... su..

F: ¿Mi qué?

Mientras tanto, la persona que había entrado en el baño estaba muerta de risa al ver la escena

Lety estaba muy nerviosa y empezó a tartamudear

L:  Tu... su... ¡Mi tío!

Fernando desorbitó los ojos

F: ¿¡Qué!? ¿¡Tu tío Lazaro está aquí!?

L: ¡Ay claro que no! ¡El pobre se murió hace mucho!

F: ¡Por eso! ¿Entonces?

Finalmente esa persona tomó palabra

I: ¡Hijo!

Fernando se volteó y se percató de la presencia de su tío Isaac

F: ¡Tío! ¡Menos mal que eres tu y no un fantasma! Ja ja ja ¡Pero qué gusto verte!

I: El gusto es todo mio, m’hijo

Los dos se abrazaron cariñosamente así que Lety aprovechó para salir del baño sin hacerse notar

F: ¿Qué haces tu por aquí?

I: Hace días que estoy en México por un asunto de trabajo y, como me llegó la invitación y ya que Sergio es un muy buen amigo mio, decidí pasar para darle un saludo

F: ¡Qué bueno!

I: ¿Y tú? ¿Qué hacías con esa mujer?

Fernando se sonrojó.

Isaac lo miró serio y regañándolo le dijo:

I: ¿Tan pronto te olvidaste de ella?

Fernando estaba seguro de que su tío se refería a Marcia entonces trató de explicarle la situación

F: Es que han pasado muchas cosas en este año, tío. Ahora yo y Marcia no...

Su tío no lo dejó ni terminar

I: Fernando, yo no me refería a Marcia...

Fernando lo miró extraño

F: No entiendo...

Su tío le hizo una sonrisa picara y se le acercó, hablandole muy despacio

I: ¿No entiendes, o no quieres entender?

¡Fernando verdadermanete no entendía!

F: Tío.... ¿De quién hablas si no hablas de Marcia?

I: ¡Pues de esa muchacha que era tu asistente!

Fernando abrió grande sus ojos haciendo gala de asombro

F: ¿¡Qué!?

Isaac sonrió aún más

I: Te caché ¿verdad?

F: Pero... ¿Tu sabes de mi y de...? ¿¡Pero cómo!?

I: Los vi besándose en la oficina de ella, el día previo a la junta del comité. Es que yo venía a saludarte y, como no te encontré en tu oficina, te vine a buscar en la oficina de ella y allí los vi besándose

Fernando se volvió rojo de pena

I: Ahora, por favor, ¿me quieres explicar quién era esa mujer a la que estabas tan pegadito?

F: Pues ella era Lety, la que era mi asistente y que ahora es presidenta de Conceptos

Ahora era Isaac el que estaba asombrado

I: ¿Esa mujer era Lety? Pero... ¡yo me la acordaba distinta!

F: Je je es que ha cambiado un poco en estos últimos días...

I: Bueno... No sé que decirte pero, como sea, estoy feliz de saber que sigues con ella

F: ¿Eso quiere decir que tu apruebes nustra relación?

I: ¡Claro que sí! Desde que empezaste a andar con Marcia, yo siempre supe que ella no era la mujer adecuada para ti y no lo digo por ella, que es una buena muchacha, sino por ti. Tu estabas buscando a otro tipo de mujer; a una mujer que te llenara, que te hiciera sentir amado por lo que eres realmente, y no por lo que intentes aparecher delante de los demás, y, desde que conocí a Lety, ese día de la competición hípica en el club, me di cuenta de que esa muchacha tenía algo especial. Luego, cuando los vi besándose, entendí todo. ¡Nunca te había visto tan apasionado por una mujer! Lety es la mujer perfecta para ti, así que estoy feliz de que por fin estén juntos

La mirada de Fernando se aguó por la emoción así que abrazó muy apretado a su tío, dandole las gracias.


Mientras tanto, Lety había regresado en el salón y se veía algo inquieta. Carolina se le acercó y, aprovechando de que Fernando todavía no había regresado desde el baño, se sentó en su silla y le pidió en lo bajo a Lety si todo estaba bien. La presidenta solo la miró, todavía roja en la cara, y movió su cabeza indicandole que no iba bien. Carolina la tomó por una muñeca y, excusándose con los otros, la arrastró a un lado del salón

C: ¿Qué pasó, Lety?

L: ¡Pasó que nos cachó!

Carolina se asustó. Ella había visto a Marcia levantarse de la mesa inmediatamente después de Lety y estaba convencida que era ella la que los había cachado

C: ¡No! ¡No me digas que Marcia los cachó!

L: ¿Qué tiene que ver Doña Marcia con eso?

C: Pues, como ella se levantó detrás de ti...

L: ¿¡Qué!? ¡Ay no! ¡No lo puedo creer!

C: A ver... Calmate Lety y cuentame que pasó

L: Es que yo fui a por Fernando, para ver si estaba bien, y no sé que nos pasó pero... empezamos a besarnos y... bueno nos dejamos transportar por la emoción, ¡hasta que su tío Isaac abrió la puerta del baño y nos cachó in fraganti!

Carolina no pudo parar de reírse

L: ¡Ya Caro! ¡No hay nada de chistoso en todo esto!

C: Jajajaja perdóname Lety, es que me alivia saber que no era Marcia la que los cachó

L: Bueno, a mi también me alivia, ¡pero imaginate qué vergüenza con Don Isaac!

C: Ja ja ja ¿Y él que hizo cuando los cachó?

L: Pues... ¡Se puso a reír como alguien que está en frente de mi en este momento!

C: Eso es una buena signal porque quiere decir que no se sorprendió mucho...

L: ¿Qué quieres decir con eso?

C: Que a lo mejor él aprueba esa relación

L: ¡Ay no Carolina ¿Como crees? ¡Él sabe que Fernando está comprometido con Doña Marcia!

C: ¡Pero eso no quiere decir que esté de acuerdo con esa relación!

L: Como sea, ¡yo no sé como mirarlo en la cara ahorita!

C: ¡Ya Lety! Deja de apenarte ¿sí? Quizás ni vas a volver a verlo por esta noche. Tranquilizate y vamos a volver a la mesa ¿sí?

L: Está bien...


En tanto, Fernando seguía platicando con su tío en el baño de los hombres

F: ¿Así que no te extraña esa relación entre Lety y yo?

I: No m’hijo, al contrario, ¡me da mucho gusto! Se ve que Lety es una buena muchacha y que te ama mucho...

Fernando lo miró sorprendido. ¿Posible que su tío se había enterado de todo eso, solo viendolos besarse?

I: No me mires así, Fernando; es que se veía claramente que ella estaba enamorada de ti desde que empezó a trabajar en Conceptos

F: ¿En serio?

I: Sí. ¿¡No me digas que no te habías dado cuenta!?

Fernando se apenó otra vez. Parecía que todo el mundo se había dado cuenta de que Lety estaba enamorada de él, meno él mismo

F: La verdad no, tío. Fui muy imbécil y cuando me dí cuenta de que ella me amaba, ya era demasiado tarde...

I: ¿Qué quieres decir con eso?

F: No, nada. Mejor regresamos en el salón ¿Qué te parece?

I: Fernando, espera tantito...

F: ¿Qué pasa, tío?

I: Es que, antes de que regresemos en el salón, te quiero pedir una cosa...

Fernando tragó saliva. Su tío tenía la mirada demasiado seria...

F: Dime

I: ¿Estás enamorado de Lety?

Fernando suspiró aliviado y exibió la más eplendida de sus sonrisas

F: Sí tío. ¡La amo con toda mi alma!

I: ¡Entonces lucha por ella! Tu mamá me dijo que todavía sigues en tu compromiso con Marcia pero, si de verdad amas a Leticia, ¡termina de una vez con Marcia para que tu amor para Leticia pueda salir a la luz del sol!

F: Eso me encantaría, pero por el momento no puedo...

I: ¿Por qué?

F: Es una historia complicada tío, pero te prometo que algún día te la voy a contar completa ¿sí?

I: Está bien m’hijo. Como sea, ¡no dejarte escapar esa mujer!

Fernando le guiñó el ojo

F: Eso es lo último que pienso hacer


Cuando regresaron en el salón, Lety casi se atraganta con el vino que estaba tomando al ver que Fernando venía acompañado de su tío

I: Buenas noches a todos

M: ¡Isaac! ¡Qué gusto verte!

I: Para mi también es un gusto, Marcia

Los dos se abrazaron

M: ¿Qué haces aquí?

I: Es que en estos días estuve en México, así que aproveché por venir a saludar a unos amigos

Isaac se volteó hacia Lety y se dirigió donde ella estaba sentada

I: ¡Lety! ¡Qué gusto verte m’hija!

Lety se sonrojó por completo, como sea se levantó y saludó al tío de Fernando, estrechándole la mano

L: Buenas noches, Señor Mendiola

Isaac la abrazó con mucho cariño. A Marcia no le pareció ni la manera en que la apodaba Isaac, ni tampoco ese abrazo tan cariñoso.

Lety sonrió y se sintió más relajada al sentir ese abrazo tan sincero

Fernando al verlos sonrió también

L: ¿Se va a quedar con nosotros, Señor Mendiola?

I: Bueno sí, pero solo un rato porque tengo que irme temprano ya que mañana tengo que madrugar para regresar en Acapulco


La noche seguía bastante tranquila. En la mesa se hablaba casi todo el tiempo de Conceptos y de trabajo y los meseros ya habían empezado a servir la cena. Mientras tanto, David Bisbal había terminado su show y ahora estaba cantando Luis Miguel

Mientras la melodia de la canción se difundía por el salón, Lety estaba intenta a hablar con Isaac, mientras que Fernando tenía su mirada fija en ella. No podía evitarlo, ya que la canción parecía describir en pleno lo que sentía por ella

Eres mi bien
lo que me tiene extasiado
porque negar
que estoy de ti enamorado
de tu dulce alma
que es toda sentimiento

De esos ojazos negros
de un raro fulgor
que me dominan
e incitan al amor
eres un encanto
eres mi ilusión...

Fernando miraba a su Lety y sonreía encantado. Aldo, en tanto, se había dado cuenta de las miradas de Fernando hacia Lety y eso no le gustó para nada...

Dios dice que la gloria
esta en el cielo
que es de los mortales
el consuelo al morir
Bendito dios
porque al tenerte yo en vida
no necesito ir al cielo tisú
si alma mia
la gloria eres tú

De repente Lety sintió una especie de escalofrío pero no era una sensación mala, sino algo bonito así que se volteó hacia Fernando y se percató de como él la miraba. La mirada de Fernando era tan intensa, que le penetraba hasta el alma.

Lety no logró sostenerle la mirada y sonrojandose se excusó y se levantó de la mesa, yéndose en la terraza.


En el salón, se escuchaba Luis Miguel cantar “Entregate”, uno de sus mayores exitos...

¿Cómo te atreves
a mirarme así?
a ser tan bella
y encima sonreir
miá, hoy serás mía por fin
cierra los ojos
déjate querer
quiero llevarte
al valle del placer... 

De repente, una voz detrás de ella la hizo sobresaltar.

F: ¡Qué hermosa canción!

Fernando le puso las manos en sus hombros y, muy provocativo, le susurró al oído:

F: ¿Qué te parece si te invito a bailar?

Lety estremeció al sentir el roce de la nariz de Fernando contra su oído

Mía, hoy serás mía lo sé
déjame robar
el gran secreto de tu piel
déjate llevar
por tus instintos de mujer
entrégate
áun no te siento
deja que tu cuerpo
se acostumbre a mi calor 

L: Fernando, ¿Acaso no te diste cuenta de que Marcia está aquí?

Fernando seguía provocandola besandole el cuello. Él quería hacer realidad lo que decía la canción y no le importaba de nadie más

F: ¿Y?

L: ¿Como que “y”? Está bien que ella no me considera ni siquiera mujer, pero ¡no quiero que te arme un escandalo por mi culpa!

F: Ya mi amor, no tiene nada de malo que yo invite a la Presidenta de la empresa donde trabajo a bailar. ¡Además me muero por tenerte entre mis brazos!

Fernando tomó los labios de Lety con su índice y su pulgar, jugando como niño.

L: Mi amor, me gustaría bailar contigo pero no tiene caso... Por favor, ¡abandona esa idea!

F: Está bien Leticia, como quieres... ¿Por lo menos me das un beso así me quedo feliz y me aguanto hasta después?

Fernando la miró tan enamorado, que Lety no pudo resistir así que le dio un pequeño picoreto y se separó de él. Fernando entendió de inmediato que la intención de Lety era regresar corriendo en el salón, así que la tomó por una muñeca y la atrajo a sí, abrazándola fuerte para que no se le escapara. El solo sentir las manos de él que le acariciaban la espalda, hizo que Lety empezara a temblar. Dejandose transportar por todo el amor que sentía por él, y completamente hipnotizada de su mirada, Lety no se midió y se abrazó a su cuello, poniendose en punta de pie y besándolo con toda pasión.

Los dos estaban en el Cielo y nunca podían imaginarse de que alguien había visto todo...


Cuando se separaron, Lety regresó en el salón. Algunos minutos después Fernando hizo lo mismo pero, en vez de sentarse en su lugar, se acercó hacia donde estaba ella...

F: Leticia, ¿me haría el honor de bailar conmigo?

Lety se quedó descolocada. ¡Pensaba de haber sido clara quando le dijo que no podía bailar con él! Lety estaba inmóvil, como piedrificata, sin saber que hacer, hasta que Fernando le ofreció su mano y le hizo una de sus sonrisas que la hacían derretir

Aldo no lograba creer en la desfachatez de Fernando. Con su novia allí presente, ¡él tenía el descaro de invitar a bailar a Leticia!

Marcia, por su cuenta, hervía. Lety se percató de la mirada asesina que le había echado la productora ejecutiva y tenía toda la intención de rechazar la propuesta de Fernando pero él la tomó por una muñeca y la arrastró en la pista de baile, donde ya estaba Carolina bailando con Eduardo.

F: Perdóname Lety pero no pude resistir...

Fernando rodeó las caderas de su amada con sus brazos a la vez que ella ponía los suyos en los hombros de él

Me he dado cuento cuenta,
Ha ido surgiendo
Poquito a poco, entre los dos
Una corriente que nos desborda
No contenemos ni tú ni yo
Ya todos notan cunado nos vemos
que yo te presto más atención 

Fernando empezó a acariciarle dulcemente la espalda...


Es el momento o fuera o dentro
No hay otra forma, seguir o adiós
Jamás pensamos que haríamos daño
No somos libres, es un error
Mas quien le pone puertas al campo
Y quien le dice
Que no al amor. 
Si tú te atreves por mi vida que te sigo
Si tú me olvidas, te prometo que te olvido
Después de todo sólo queda un sueño roto
Y evitamos mil heridas que jamás podrían cerrar
Si tú te atreves, yo renuncio al paraíso
Amar contigo, a soñarte a que me sueñes
Y al fin y al cabo más que a nadie los amamos
Son pasiones ya tan fuertes
Que lo nuestro hay que olvidarlo
Si tú te atreves


Lety estremeció. No sabía si eran las manos de Fernando que la acariciaban, la canción, la atmósfera que se había creado o una mezcla de todos, pero, en ese momento, se olvidó de todo y se acurrucó en los brazos de él. Fernando estaba en el Cielo. El solo sentirla en sus brazos, tan cerca de su corazón, lo hacía el hombre más feliz del mundo. Fernando apoyó dulcemente su mentón el la cabeza de Lety; ella lo estrechó más a su cuerpo y sintió como su corazón latía fuerte.


Es el momento o fuera o dentro
No hay otra forma seguir o adiós
Jamás pensamos que haríamos daño
No somos libres, es un error
Más quien le pone puertas al campo
Y quien le dice
Que no al amor. 

Carolina y Eduardo, que bailaban cerca de ellos, al ver esa escena suspiraron enamorados. La primera parte de su misión era cumplida: Lety y Fernando, por fin estaban juntos. Ahora quedaba la segunda parte de la misión: hacer de manera que nadie se interpusiera entre los dos y para eso era fundamental el ayuda de Lalo...

Si tú te atreves por mi vida que te sigo
Si tú me olvidas, te prometo que te olvido
Después de todo sólo queda un sueño roto
Y evitamos mil heridas que jamás podrían cerrar
Si tú te atreves, yo renuncio al paraíso
Amar contigo, a soñarte a que me sueñes
Y al fin y al cabo más que a nadie los amamos
Son pasiones ya tan fuertes
Que lo nuestro hay que olvidarlo
Si tú te atreves

Lety estremeció por completo. Estándo en los brazos de Fernando, se había olvidado de Marcia, de Aldo y de todos. Solo existían ellos dos.

Cuando la canción terminó, los dos se miraron intensamente en los ojos y estaban al punto de besarse cuando Aldo, con su timing impecable, los interrumpió

A: Leticia, ¿Me concedes el próximo baile?

Lety quedó boquiabierta mientras que Fernando hirvió de celos. ¿Cómo se atrevía ese güerito a pedirle algo así a su mujer ¡y encima delante de él!?

L: Ay Aldo ¡qué pena! pero tengo que hablar con Cristian Castro. A lo mejor más tarde ¿sí?

Fernando sonrió.

L: Gracias por el baile, Don Fernando

Fernando tomó la mano de Lety y la besó

F: A usted

Aldo miró a Fernando y lo fulminó con la mirada.

Lety se puso una mano sobre el corazón y sintío como este le latía fuerte. Alejandose un poco de ellos, se puso a pensar:

L: Ay, ¡el solo tenerlo cerca me hace sentir tan feliz! ¿Cómo pude aunque solo pensar de olvidarlo? ¡Fernando es el hombre de mi vida y juro por Dios que voy a luchar con todas mis fuerzas para él!

Despues regresó donde estaba Carolina, mientras que Fernando se quedó viendola risueño. Aldo hervía.

A: Fernando, necesito hablar contigo. ¿Puedes venir un momento afuera?

F: Sí, claro...


Mientras tanto, Cristian Castro por fin había llegado al evento.

C: ¡Lety, mira! ¡Llegó Cristian Castro!

L: ¡Ay por fin! ¡Tenemos que hablar con él ahorita mismo! Pero... ¿Dónde se metió Don Fernando?

C: Lo vi salir con Aldo hace un rato

L: ¿¡Con Aldo!? Ay eso no es nada bueno...

C: Como sea Lety, primero lo primero. ¡Vamos a hablar con Castro!

L: Sí, ¡Vámonos!

Las dos mujeres se acercaron hasta donde estaba el cantante, que en tanto estaba hablando con el Señor Perez

L: Perdón que la interrumpa Don Cristian, pero es que me gustaría hablar con usted de algo muy importante

Cristian la miró y le sonrió.

CC: ¿Usted es mi fan?

Lety mintió descaradamente. Si bien era verdad que conocía algunas de sus canciónes, no era exactamente la que se podía definir una fan aficionada...

L: ¡Por supuesto que sí! ¡Yo me sé todas sus canciónes de memoria!

CC: ¡Qué bueno que me diga así! ¿Cuál es su nombre?

L: Leticia Padilla Solís, mucho gusto. Y ella es mi amiga, Carolina Ángeles

Carolina le estrechó la mano

C: Mucho gusto

CC: El gusto es todo mío.

Cristian miró a Lety y le besó la mano. Lety, obviamente, se sonrojó....


Mientras tanto, un tanto afuera del local, Aldo estaba enfrentando a Fernando

A: Así que te crees el dueño de Leticia, ¿verdad?

F: ¿Por qué me lo preguntes?

A: Porque te portes como si Leticia fuera de tu propriedad y eso no es así

Fernando sonrió cínicamente

F: ¿Seguro?

A: El hecho de que te hayas acostado con ella, no te hace su dueño, Mendiola

Fernando lo miró y en tono socarrón le inquirió:

F: ¿Ah no?

Aldo, muy enfadado: ¡¡No!! ¡Y sacate de la cabeza esa absurda idea de que Leticia sea tuya porque ella no te pertenece!

F: ¿Y cómo haces tu a ser tan seguro de eso?

Aldo decidió jugarse el primer as bajo la manga

A: Simple... Leticia me partenece a mi

Fernando hirvió por dentro y hizo hasta lo imposible para no llenarle la caras de dedos

F: ¿Qué diciste?

A: Lo que oíste, Mendiola: ¡Leticia es mi mujer!

Fernando respiró hondo y contó hasta diez antes de contestarle

F: Ja ja ja ¡no me hagas reír! ¡Lety nunca fue tu mujer!

A: ¿Seguro Mendiola? Mira que ella vino en Acapulco desesperada y muy necesitada de afecto. Leticia necesitaba a un hombre que le hiciera sentir que la amaba de verdad, por eso buscó alivio en mis brazos y... en mi cama.

Fernando tragó saliva. Era cierto que Lety estaba desesperada cuando se fue de México, ¡pero ella le había jurado que con Aldo no había pasado nada!

Fernando se puso a pensar: ¡Calmo Fernando! Él solo quiere hacerte rabiar. Tu Lety te dijo que no pasó nada con él y tienes que creer en lo que te dijo ella. ¡Lety te ama a ti y jamás se hubiera acostado con un hombre tan insignificante como él! Además ella te es fiel y nunca se acostaría con alguien que no fueras tu

Aldo, viendolo algo nervioso, supo que iba en la dirección correcta

A: No sabes; ¡Casi me suplicó que no la dejara sola! Se veía tan fragil y tan necesitada de amor, que no supe decirle que no. A pesar de que la conocía desde muy poco, yo me enamoré de ella en seguida. Me bastó tenerla en mis brazos una noche para entender que Leticia es una persona muy especial y que es la mujer de mi vida

Fernando desorbitó los ojos

F: ¿¡Qué!? Mira güerito, no te metas en lo que no es tuyo porque no te conviene...

A: Ya te dije, Mendiola, que Leticia no te pertenece porque ella es ¡MI mujer!

Fernando no pudo más y lo agarró de la solapas

F: ¡Deja de decir esas cosas de mi mujer o te voy a matar con mis proprias manos!

Aldo sonrió satisfecho. ¡Por lo meno había logrado hacer dudar a Fernando!

A: Mira Mendiola, primero que todo dejame; segundo, te recuerdo, por si acaso se te olvida, que tu estás comprometido con Marcia Villaroel, que además está aquí presente, por si a caso no te diste cuenta, así que es ella tu mujer, no Leticia. Por lo tanto, te aconsejo que dejes en paz a mi mujer, si no quieres que sea yo el que te mata a ti

Fernando estaba totalmente boquiabierta

F: ¿¡Como te areves!? Mira fritangüerito, te lo digo por última vez: ¡Deja de meterte con Lety o te va a ir muy mal!

En ese momento, llegó Marcia corriendo:

M: ¡Fernando! ¡Te estoy buscando desde mucho! ¿Qué haces aquí?

Fernando primero fulminó a Aldo con la mirada, y después, mirando a Marcia le contestó:

F: Nada; estaba recordándole al güerito aquí presente que no se meta en lo que no le pertenece...

Marcia lo miró extraña

M: ¿Qué quieres decir con eso?

F: Eso no es asunto tuyo, Marcia. Volvemos adentro que aquí hace frío ¿sí?

M: Como quieres...

Una vez adentro, Fernando vio como un hombre de pelo rubio le estaba coqueteando a Leticia. Lety se percató de que tenía la mirada de Fernando clavada en su espalda, así que se volteó y lo miró. La cara de Fernando no prometía nada bueno...

CC: Así que usted es Presidenta de una casa productora...

Lety estaba algo distraída...

C: ¡Lety! ¡Cristian te está hablando!

L: ¡Perdón! Sí, soy Presidenta de la casa productora Conceptos

CC: Mire qué casualidad; estoy justo en busca de una casa productora para producir mi próximo vídeo...

L: ¡Precisamente de eso queríamos hablarle Fernando y yo!

CC: ¿Quién es Fernando? ¿Su novio?

Lety miró apenada hacia abajo

L: Digamos que es una historia complicada...

CC: ¿Por qué?

L: Pues... porque él es el hombre a quién más amo en este mundo; es mi alma gemela, mi súper héroe, el amor de mi vida, ¡mi todo! Pero no puedo estar con él como quisiera, porque está comprometido con otra...

CC: ¿Y él qué siente para ti? Perdón, ¿Para usted?

L: Ja ja me puede tutear si quiere; para mi no hay problema

CC: Bueno entonces ¿Qué siente Fernando para ti, Lety?

L: Fernando me ama tanto o más de lo que yo amo a él.

Carolina sonrió. ¡Por fin Lety había entendido cuanto Fernando la amaba!

C: Es verdad Cristian; los dos se aman como locos y están hechos el uno para el otra. Fijate que si llegabas unos minutos antes, los hubieras visto con tus proprios ojos mientras bailaban bien apegaditos.

Carolina suspiró enamorada

C: Se veían tan enamorados...

Lety sonrojó

CC: ¿Eso quiere decir que él está aquí?

L: Sí, pero desafortunadamente está con... su prometida.

CC: ¡Ay no! ¿¡No me digas que se va a casar con la otra!?

L: ¡¡No!! ¡Eso no tiene que pasar! Es que, por el momento, tenemos que escondernos por un tiempo, hasta que la situación no mejore... Digamos que estamos viviendo una suerta de amor prohibido je je je

Cristian se puso pensativo...


En tanto, Marcia seguía atormentando a Fernando

M: Mi amor, ¿Por qué no vamos a bailar?

F: ¿Eh?

M: ¡Ándale! Sería muy raro que con Lety quisiste bailar y conmigo, que soy “tu prometida”, no...

Fernando no estaba de animo, pero terminó con acatar la propuesta de Marcia y ambos se trasladaron en la pista de baile

En el salón, Luis Miguel seguía cantando...


Tanto tiempo disfrutamos de este amor
nuestras almas se acercaron tanto así
que yo guardo tu sabor
pero tú llevas también, sabor a mí.
Si negaras mi presencia en tu vivir
bastaría con abrazarte y conversar
tanta vida yo te di
que por fuerza tienes ya, sabor a mí. 

Marcia se apegaba más a Fernando con cada palabra pero él solo tenía ojos para su Lety. Todavía sentía el perfume de ella en su piel y el sabor de sus besos en sus labios.

No pretendo, ser tu dueño,
no soy nada yo no tengo vanidad
de mi vida, doy lo bueno,
soy tan pobre que otra cosa puedo dar.

Pasarán más de mil años, muchos más
yo no sé si tenga amor, la eternidad
pero allá tal como aquí,
en la boca llevarás, sabor a mí.

Fernando, entre sí: Tengo que dejar de pensar a esas tonterías que me dijo el güerito sonriente. Lety es mía ¡solo mía! Y a cada rato me lo demuestra más. Además estoy seguro de que ella todavía tiene mi sabor en sus labios como yo tengo el suyo... Ay Dios, ¡la deseo tanto! El olor de su piel aún persiste en mí ser... Jamás hubiera imaginado necesitar tanto a alguien como necesito a Leticia...


En tanto, Lety se había distraído otra vez, ya que miraba a su Fernando bailar con Marcia. El solo verlos juntos, y tan apegados, la hizo hervir de celos

CC: Me gustaría mucho conocer a Fernando, ¿Podría ser?

C: Ehm... Por ahora lo veo un tanto difícil Cristian, ya que está bailando con “su prometida”...

Cristian miró hacia donde estaba mirando Lety y entendió en seguida quién era Fernando...



M: Fernando, quiero que me beses

Fernando regresó a la realidad y se quedó pasmado

F: ¿¡Qué!?

M: Me oíste. Quiero que me beses ahora mismo

Marcia se puso en punta de pie y se aventó hacia la cara de Fernando ¡pero él no quería besarla! No solo porque no tenía ganas y porque Lety los estaba observando, si no porquè todavía traía el sabor de Lety en sus labios y Marcia podía darse cuenta de que había besado a otra mujer. Con un movimiento muy ágil, Fernando desvió su rostro, evitando que ella lo besara en los labios

Marcia se puso como fiera

M: ¿Y ahora qué te pasa? ¿¡Por qué no quieres besarme en la boca!?

F: No Marcia, ¡No es lo que tu estás pensando! Es que terminé de comer hace un rato y seguro mi aliento huele horrible

Marcia lo miró extraña

F: Ya mi amor, ¡no me mires con esa cara! Hagamos una cosa, me voy al baño así me refresco la boca y después te doy tu besito ¿sí?

M: Pero...

F: ¡Perfecto! ¡Nos vemos al rato!

Fernando corrió hacia el baño. ¡Por lo meno había logrado zafarse de Marcia!


Leticia, que había asistido a la escena, aprovechó para correr detrás de Fernando

L: ¡Perdón! ¡Tengo que ir al baño!

Cuando Lety desapareció, Cristian se excusó con Carolina y él también se dirigió hacia el baño.

Esta vez, Lety no había podido entrar en el baño de los hombres ya que estaban otras personas, entonces se ingenió y llamó a Fernando con su celular

F: ¿Bueno?

En ese momento entró Cristian en el baño de los hombres...

L: ¡Hola mi amor, soy yo!

F: ¡Mi vida! ¿Como estás?

L: ...mal

Fernando se preocupó inmediatamente

F: Lety ¿Qué tienes? ¡No me asustes!

L: Lo que tengo es que me hace falta mi hombre... ¡No sabes como me gustaría que estuvieras aquí conmigo!

Fernando sonrió aliviado

F: Dime donde estás y en seguida voy

L: Ja ja ja estoy en el baño de damas pero aquí están otras chicas, así que no puedes venir

F: ¡Ay qué lastima! No sabes las ganas que tengo de darte un beso...

L: ¡Y yo a ti!

F: Lo único que me consola, es que te voy a tener solo para mi toda la noche. Por qué te quedes conmigo esta noche ¿verdad?

Lety se mordió el labio inferior y después sonrió. ¡Fernando era tan divino!

L: Claro mi amor. ¡Voy a ser toda tuya esta noche!

Fernando también sonrió

F: ¡Qué bueno! Porque yo sigo aquí, muriendo por estar contigo...

Sintiendo esa frase, Cristian también sonrió. Cuando Fernando colgó la llamada, Castro empezó a cantar:

Por amarte así es esa mi fortuna es ese mi castigo
sera que tanto amor acaso esta prohibido
y sigo aquí muriendo por estar contigo...

Fernando se quedó mirandolo. ¡Esas palabras parecían describir a la perfección su historia con Lety!

Finalmente el cantante se acercó a él y le preguntó:

CC: Perdón si te molesto, pero quería pedirte algo: Tú eres Fernando ¿verdad?

Fernando lo miró en la cara y lo reconoció de inmediato. ¡El tipo era el mismo hombre que le coqueteaba a su Lety!

F: Sí...

Cristian le estrechó la mano

CC: Mucho gusto, yo soy Cristian Castro

Fernando quedó boquiabierta

F: Us... us... ¿Usted es Cristian Castro? ¿En serio?

CC: ¡Claro que sí!

F: ¡No lo puedo creer! ¡No sabe como lo ibamos buscando toda la noche!

CC: Je je sí, Leticia me contó que estaban esperandome

Fernando logró tener a freno sus celos

F: Entonces le contó también porque lo estabamos buscando...

CC: Sí; me dijo que están interesados en producir el vídeo clip de unas de mis canciónes ¿verdad?

F: Así es. Intentemos hablar con su representante, ¡pero él ni siquiera nos quiso escuchar! así que pensamos venir aquí para hablar personalmente conti... con usted

CC: ¡Puedes tutearme Fernando! ¡Para mi no hay problema!

Con esa frase, el tipo empezó a caerle mejor

CC: Además, ahora que sé de vuestra historia, no quiero buscar a nadie más. ¡Ustedes van a producir el vídeo de la primer canción de mi nuevo disco!

Fernando no podía creer en lo que escuchaba

F: ¿¡En serio!?

CC: ¡Claro que sí! Además, “Por amarte así”, ¡parece escrita para ustedes!

Fernando no entendía hasta que Cristian se explicó

CC: No te enojes Fernando, pero Lety me contó algo de vuestra historia de amor “clandestina” y sepas que yo los apoyo. Nunca hay que renunciar al amor, aunque cuando la relación parece estar prohibida

F: Creeme que nunca voy a renunciar a Lety. ¡Ella es la dueña de mi vida y voy a luchar contra vento y marea para que estemos juntos!

CC: ¡Así se habla! Bueno, entonces quedamos así; dejame hablar con mi representante y en unos días voy a venir en Conceptos y areglamos todo ¿sí?

Fernando lo abrazó

F: ¡Gracias! De verdad, ¡Gracias por todo, Cristian!

CC: No hay de qué, Fernando. Como te dije, estoy feliz de poder trabajar con una pareja que se ama tanto

Cristian le guinó el ojo y salió del baño

Fernando estaba al septimo cielo. ¡No podía creer en la suerte que tenían! Lo primero que hizo, fue mandarle un mensaje de texto a su Lety...


Mientras tanto, Leticia había regresado en el salón junto a Carolina; Luis Miguel también había terminado de cantar así que el evento había llegado casi a su fin

A: Carolina, ¿Puedo hablar un momento contigo, en privado?

C: Sí, claro...


Carolina y Aldo se alejaron de la mesa mientras que Lety seguía hablando con Isaac Mendiola. Marcia, después del baile con Fernando, había salido en la terraza y aún no había regresado a la mesa mientras que Eduardo había desaparecido misteriosamente...

Isaac se había levantado de su lugar para sentarse más cerca de Lety y así aprovechar para hablar con más privacidad, ya que estaban a solas a la mesa

I: Así que estás enamorada de Fernando, ¿Verdad, Lety?

Lety casi se atraganta por segunda vez en la noche al sentirle pronunciar esas palabras

L: Yo... yo...

I: ¡Andale m’hija, no lo tomes así! A mi me hace solo que placer, creeme. Se ve que lo amás muchísimo y también se ve cuanto él te ama a ti

La mirada de Lety se iluminó

L: ¿En serio?

I: ¡Claro! Jamás había visto a mi sobrino mirar a una mujer como te mira a ti. Te puedo asegurar que he visto a Fernando con muchas chicas, pero nunca lo había visto mirar de esa manera tan intensa a ninguna; ¡ni siquiera a Marcia! Esta es la primera vez que lo veo realmente enamorado, Lety

Las palabras de Isaac llegaron derechitas al corazón de Leticia cuya mirada se aguó por la emoción.

Isaac le puso las manos en las mejillas en signo de cariño

I: Leticia, no dudes de su amor porque estoy seguro de que Fernando haría cualquier cosa para ti. Él mismo me dijo que te ama con toda su alma y estoy seguro que tú vas a hacerlo muy feliz

L: Pero... él está comprometido con Doña Marcia y no está bien que yo me ponga de por medio...

I: ¡Lety! Tú y yo sabemos que esos dos nunca se amaron; puede que Marcia sí lo ama, pero Fernando no. ¡Él está enamorado de ti; no de ella! Y creeme que es mejor que se haya dado cuenta a tiempo, antes de cometer semejante barbaridad de casarse con ella

L: ¿Eso quiere decir que usted está contrario a esa boda?

I: ¡Por supuesto que sí! Mira m’hija, yo quiero a Fernando como si fuera mi hijo y lo que más me importa en la vida, es verlo feliz. Antes, pensaba que Marcia, a lo mejor podía hacerlo feliz pero, desde que vi ese beso que se dieron en tu oficina...

Isaac la mirò picaro asì que Lety sonrojó por completo

I: ...no me quedó la más minima duda. Ustedes están hechos el uno para el otra así que ¡cuenta conmigo por lo que sea porque yo estoy dispuesto en apoyarlos en todo lo que sea!

Lety lo abrazó y finalmente las lágrimas empezaron a caer de sus ojos

L: ¡Gracias! De verdad Don Isaac, ¡gracias de corazón por todo!

I: No hay de qué, mi Lety preciosa. Ahora, desafortunadamente, tengo que dejarte porque ha llegado la hora que yo me retire. Creeme que ha sido un inmenso placer volver a verte.

L: Para mi también, Señor

I: Cuidate mucho Lety y cuidame también a Fernando. Él es la cosa más preciosa que tengo...

L: Claro que sí, Don Isaac; ¡Le juro que voy a hacerlo el hombre más feliz del mundo!

Los dos se abrazaron nuevamente y después Isaac se fue


Mientras que Lety platicaba con el tío de Fernando, Aldo estaba pidiendolole algo a Carolina...

A: Quiero ser sincero contigo, Carolina. Esta noche yo no vine aquí de casualidad; vine porque sabía que Leticia estaba aquí, así que mi intención era estar toda la noche con ella. Como eso no pasó por obvias razones, quiero pedirte un favor...

Carolina tragó saliva

C: ¿De qué se trata?

A: Necesito estar a solas con Leticia.

C: Es que... eso lo veo un poco difícil Aldo, ya que el salón está aún lleno de gente

A: No Carolina, no me entendiste... Yo quiero estar a solas con ella, pero no aquí

Carolina desorbitó los ojos

C: ¿Qué intenciones tienes, Aldo?

A: Ja ja ja nada de lo que tu estás pensando, ¡Creeme!

C: ¿Entonces?

A: Solo necesito hablar con ella pero parece que aquí hay “cosas” que la distraen...

C: ¿Te refieres al asunto con Cristian Castro?

A: ¡Ay ya Carolina, no te hagas! ¡Sabes perfectamente que me refiero a Mendiola!

Carolina seguía muy tensa; esa platica podía resultar muy peligrosa...

C: ¿Y qué quieres que haga yo? ¿Que le diga a Fernando que se vaya?

A: No, eso sería mucho pedir... Lo que quiero es que Lety se venga conmigo. Tú misma me dijiste que las dos vinieron juntas, así que no debería ser un problema para ti regresarte a sola a tu casa; te aseguro que a Leticia no le va a pasar nada. Solo quiero pasar un rato con ella y después me encargo yo mismo de llevarla a su casa. Además ya sé donde habita, ya que la otra noche la lleve yo personalmente a su casa, después de que cenamos juntos

Carolina estaba boquiaberta; ¡No sabía como salirse de esa situación! Obviamente, no podía decirle a Aldo que en realidad Lety había llegado con Fernando, ¡y tampoco podía permitir que Aldo se la llevara quién sabe donde! Fernando seguro enloquecería por los celos y, conocendolo, ¡quién sabe de que sería capaz!

C: Mira Aldo, eso lo tienes que pedir a ella...

A: ¡No Carolina, por favor! ¡Estoy seguro que, si se lo pido a ella, se va a inventar cualquier pretexto para no venir conmigo ¡y a mi me urge hablar con ella!

Caro estaba entre la espada y la pared. De un lado estaba Lety, deseosa de irse con su principe, y del otro estaba Aldo, que después de todo era un gran amigo suyo, que le estaba pidiendo un favor con el corazón en la mano.

Carolina, entre sí: Estoy segura de que esto me va a causar un lío con ella pero ¿Qué puedo hacer?

C: Está bien, Aldo. Voy a tratar de convencerla a irse contigo.

Aldo la abrazó y lo dio un beso en la mejilla para agradecerle


Sentada sola a la mesa, Lety estaba en las nubes, pensando en los últimos besos que se habían dado con Fernando. Cuando su celular vibró en su bolsillo, ella leyó el mensaje de Fernando y sonrió

“¡Misión cumplida, mi amor! Ahora lo único que quiero es comerte de besos y volver a sentir tu cuerpo que se fonde con el mio. Me muero por amarte, Lety.
Te amo
Fernando”

Lety se derritió. ¿Como lograba Fernando ser tan divino?

De repente sintió una mano posarse en su hombro. De instinto se volteó, sonriendo en plenitud, convencida de que fuera Fernando pero, al ver a Aldo, se paró en seco

A: ¿Esperabas a otro?

L: N... no Aldo ¿Cómo crees?

A: Bueno, porque te tengo una buena noticia

L: ¿O sea?

A: Es que, como esta noche no tuvimos tiempo de hablar, me gustaría llevarte en un lugar, que por cierto no está muy lejos, así podemos platicar un ratito y después te llevo a tu casa

Lety desorbitó los ojos, haciendo gala de su asombro

L: ¿¡Qué!?

A: ¿Te sorprende?

L: ¡Pues claro que me sorprende! Mira Aldo, ya se hizo muy tarde y la verdad, estoy cansada. Además yo vine con Carolina y sería muy descortez de mi parte dejarla a solas para venir contigo

A: Para eso no te preocupes; yo ya hablé con ella y está de acuerdo a regresar a su casa a solas

Lety casi se desmaya al sentir eso. ¿Como podía Carolina estar de acuerdo con eso?

L: Aldo, la verdad no me parece buena idea...

A: Lo dices por Fernando, ¿verdad?

L: ¿Qué tiene que ver Don Fernando en todo esto?

A: No sé; dime tu...

Lety tragó saliva pero como sea se armó de valor y lo enfrentó

L: ¡Ya Aldo, deja de hacerte paranoias!

A: ¿Paranoias? ¡Ay no te hagas, Leticia! ¡Se ve a una milla de distancia que estás completamente enloquecida por él!

L: ¡Eso no es cierto! Y además te recuerdo que Don Fernando está comprometido con Doña Marcia y que además está aquí con ella

Aldo, en todo socarrón: Ay sí, claro. Se ve como le importa que ella esté aquí...

L: ¿Qué quieres decir con eso?

Aldo no quería decirle que se veía también que Fernando estaba loco por ella, así que preferió callarse

A: Si de verdad entre Fernando y tú no pasa nada, demuestramelo

L: ¿Como quieres que te lo demuestre?

A: Viniendote ahora mismo conmigo.

L: No Aldo, ya te dije que estoy cansada y que quiero irme a mi casa

A: Bueno, entonces yo te llevo

¡Híjole como era terco Aldo! Lety no sabía como quitarselo de encima. Ella no quería ir con él, primero que todo porque a Fernando le iba a partir un rayo, y segundo ¡porque ella tenía programada su noche junto con Fernando, no con él!

A: Leticia, me estoy cansando...

L: ¡Yo también estoy cansada, Aldo! Así que deja de atormentarme y dejame regresar a mi casa con Carolina

La paciencia de Aldo llegó en la cumbre así que el chef no pudo más y explotó

A: Mira Leticia, yo no quería llegar a esto pero tú me obligas...

Lety tragó saliva. ¡Aldo parecía hecho una fiera!

A: ¡Los vi!

L: A... ¿a quién?

A: No te hagas Leticia; vi como Fernando y tu se besaban en la terraza hace un rato

El terror se apoderó de Lety....



Sigue...