Capítulo
37
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La
promesa de Aldo
En
Conceptos, todo marchaba bastante tranquilo cuando Paula Maria se apersonò en
Presidencia.
PM:
Perdón que te interrumpa Lety, pero tengo un recado de parte de Doña Marcia
L:
¿Un recado de Doña Marcia? ¿De que se trata?
PM:
Acaba de llamar para decir que hoy tampoco va a venir en la empresa y me pidiò
de especificarte que fue un pedido de su doctora que le ordenò absoludo reposo
Lety
palideciò
PM:
¡Amiga! ¿Te sientes bien?
Lety
tratò de lucir lo más tranquila posible
L:
No te preocupe Paula Maria; voy a estar bien...
PM:
Sabes que a mi no me puedes mentir Lety. Te conozco muy bien y sé que traes
algo... ¡Ándale, confíate conmigo!
Lety
mirò a su amiga y sonriò. A pesar de todo, el Cuartel seguía siendole fiel y
incondicional como siempre y sus amigas seguían preocupandose por ella. Eso le
bastò a Lety para aguantar el mal trago que venía del recado de Marcia. Era
obvio que Marcia la traía con ella aunque Lety se preguntaba si el verdadero
motivo era su cargo como Presidenta o si había algo más...
Finalmente
Lety logrò convencer Paula Maria que estaba bien y asì la segretaria se fue.
Quedada solas, todas las defencias de Lety derrumbaron. Todavía sentada en el sillón
presidecial, Leticia apoyò su barbilla en el filo del escritorio y se echò a
llorar.
Después
de diez minutos, alguien tocò la puerta. Lety tratò de secarse las lagrimás
como pudo y finalmente dejò pasar quién tocaba.
T:
¡Hola Lety! ¿Qué tal este jueves?
L:
Ay hola Tomás... Bueno, digamos que no empezé exactamente con el pié derecho...
T:
¿Qué pasò ahora?
L:
Nada Tomás; lo de siempre...
T:
¿Tuviste problemas con Don Fernando?
L:
No Tomás... Bueno, no exactamente con él...
Mientras
tanto, Carolina estaba en la terminal de llegadas del aeropuerto Benito Juarez cuando
vislumbrò la figura de Aldo.
C:
¡Aldo! ¡Qué gusto volver a verte tan pronto!
A:
¡Hola Carolina! ¡No era necesario que te molestabas! Yo podía pedir un taxi...
C:
¡Ninguna molestia Aldo! ¡Para mi es un placer!
Los
dos se abrazaron y después el chef pidiò por Lety
C:
¿Todavía no sabes? Lety ahora trabaja en Conceptos. Bueno, mejor digo dirige Conceptos...
A:
Sì, algo me adelantò cuando la llamé...
C:
¿La llamaste? ¿Asì que ella ya sabe que tu ibas a venir hoy?
A:
Sì, porsupuesto.
Carolina
se puso a pensar a como se habían dejado Lety y Aldo en el aeropuerto de
Acapulco. Ese día Lety traía mucho coraje con Aldo por el hecho que él la había
besado
C:
Y... ¿Como reaccionò cuando le dijiste que ibas a venir?
A:
¿La verdad? Me pareciò muy feliz con la noticia
Carolina
se extrañò
C:
Bueno... Me imagino que traes equipaje ¿verdad?
A:
Sì, tengo una maleta que ahorita voy a recuperar asì nos vamos por donde Lety y
le doy una sorpresa ¿te parece?
Carolina
tragò saliva. Ella verdaderamente estaba confundida. ¿Como podía Lety ser feliz
por la llegada de Aldo si traía mucho coraje con él cuando se dejaron? Y
sobretodo, ¿como iba a reaccionar Fernando si por desgracia se topaba con Aldo
y encima en su empresa?
C:
Mira Aldo, la verdad no me parece una gran idea ir por ella en Conceptos. Mejor
la llamo y veo si nos alcanza en algún lugar
A:
¡No Caro por favor! Yo quiero darle una sorpresa y si tu no me quieres acompañar
donde està ella, la voy a encontrar yo solito
C:
¡De verdad que eres muy terco Aldo!
A:
Yo creo que es normal cuando uno està enamorado
Carolina
quedò boquiabierta
C:
En... ena... ¡¿Enamorado!?
A:
Sì, claro. ¿Por qué te sorprendes? Ya te lo había dicho en Acapulco que yo sentía
algo muy especial para Leticia
C:
Pero... pero... Aldo, el amor es un sentimiento muy importante y serio. ¿Como
pudiste enamorarte de Lety en tan poco tiempo? Bueno, reconozco que Lety es una
persona muy especial pero... De verdad me parece muy adelantado lo que tu dices
sentir por ella
A:
Te aseguro que lo que siento por Leticia es amor, Caro. Yo nunca he sentito un
sentimiento tan fuerte por alguien. Me atrevería a decirte que lo que siento
por ella es más fuerte de lo que sentía para mi defunta esposa Leonora
Carolina
estaba apabullada. ¡Eso sì era un verdadero problema! Carolina quería mucho a
Aldo; los dos se habían conocido algunos años atrás en Acapulco y habían
divenido muy buenos amigos. Ella le tenía muchísimo cariño; ¿Como podía decirle
que Lety jamás le iba a corresponder? Si no estuviera tan segura del amor de
Lety hacia Fernando y también del amor de Fernando hacia ella, Carolina hasta
pudiera decirce feliz por el sentimiento que declaraba sentir su amigo hacia
Lety pero, con todo lo que ella sabía, no podía hacer otra cosa que apoyar el
equipo Lety-Fernando aunque eso le iba a causar una gran decepción a su amigo
chef.
C:
Mira Aldo, no sé como decirtelo pero...
A:
Lety no me puede corresponder porque està todavía enamorada de Mendiola
¿verdad?
Carolina
bajò la mirada
C:
Asì es.
A:
Eso ya lo sé Caro, no te preocupes. Ella misma me lo dijo ¡y más de una vez!
pero no quiero rendirme. Yo estoy seguro que Mendiola no la ama y tarde o
temprano Leticia se irà a dar cuenta
Carolina
se extrañò con esa última afirmación
C:
¿Y como es que estás tan seguro de que él no la ama?
A:
¡Por Dios Carolina! ¿Que clase de hombre que se dice enamorado de una mujer le
hace tanto daño como lo que Fernando hizo a Leticia? ¡Él se porto pésimo con
ella! ¡La destruyó! Y a ti te consta más que a nadie...
C:
Pero, no obstante todo, ¡Lety nunca dejò de amarlo!
A:
Porque Leticia està encaprichada con él. Todavía no ha aprendido a valorar a sì
misma antes que a Fernando pero yo puedo abrirle los ojos y enseñarle a
valorarse a sì misma ante todos ¡asì veremos si se olvida de una vez de ese hombre!
Carolina
no podía creer en sus oídos. ¿Le parecía a ella o Aldo traía mucho coraje hacia
Fernando?
C:
Mira Aldo, yo estoy segura que las cosas no son como tu crees. ¡Fernando està
verdaderamente enamorado de Lety y la ama con toda su alma!
Aldo
riò con sorna
A:
¡Ay ya Carolina! Yo sé que tu y Fernando son amigos pero no es necesario que lo
defiendas delante de mi porque no hay de como. Lo que él hizo a Lety es imperdonable
y demuestra que él nunca la quiso.
C:
Aldo, es evidente que tu conoces la historia de Lety y Fernando por como te la
contò ella pero te aseguro que, después de conocer la versión de Fernando, las
cosas te van a parecer más claras. Yo misma estaba convencida que Fernando era
un monstruo por todo lo que había hecho a la pobre Lety pero, después de
conocer su versión de la historia, y sobretodo, después de haber visto su cara
esa noche en Acapulco, estoy segura más que nunca que él se enamorò como un
loco de Leticia.
Aldo
se puso a pensar a lo que había escuchado detrás de la puerta de la habitación
de Leticia la mañana siguiente a cuando Fernando había ido dizque por ella en
Acapulco. Él no conocìa precisamente lo que había pasado entre Leticia y Fernando esa famosa noche pero se acordaba perfectamente de lo que Leticia había
confiado a Carolina:
L: “¡Yo lo traté tan mal que me siento horrible!
En cambio, ¡él se portò como un principe conmigo! Fue sumamente dulce esta
noche cuando hicimos el amor y me dijo tantas cosas que nunca me había dicho
antes... Además, antes que se fuera, me dijo....”
C: “¿Que te dijo Lety?”
L: “Que por primera vez en su vida, se había
enamorado y la mujer en cuestión... ¡Soy yo! ¡Él me dijo que se enamorò
realmente de mi! Dijo que me buscò para pedirme perdón el día de la junta y que
hubiera dado su vida para no hacerme sufrir...”
L: “¡Soy una tonta Doña Carolina! ¡Mi corazón me
està gritando que él es sincero!”
C: “¿Y porque lo dejaste ir entonces?”
L: “Porque, aunque si de verdad él estubiera
enamorado de mi, en todo caso tiene que casarse con Doña Marcia para no perder
la empreza. Ahora que yo me fui, necesita más que nunca el apoyo de ella para
que Don Ariel no se quede a cargo de Conceptos y la liquide. ¡Yo no puedo ser
egoista! ¡No puedo pedirle que eliga a mi antes de la empreza que ha sido
siempre su vida! ¡Lo que tengo que hacer, es olvidarme por siempre de él!”
Leticia
quería olvidarse para siempre de Fernano ¿y cual mejor manera si no con un
nuevo amor? Aldo no sabía con certeza si los sentimientos de Fernando eran
sinceros, pero estaba tan enaorado de ella, que se hubiera jugado el todo por
todo para convencer a Leticia a olvidarse de Mendiola y a enamorarse de él. Además,
la misma Leticia estaba convencida que Fernando quería estar con ella solo por
su dichosa empresa y eso podía servirle a Aldo como as bajo la manga para
convencer a Leticia que el amor de Mendiola no es incondicional como lo era el
suyo hacia ella.
A:
No me interesa conocer su versión de la historia. Ya sé que Fernando es un tipo
muy hábil en embaucar la gente y de seguro es lo que hizo contigo para
convencerte.
Carolina
estaba perdiendo la calma. Aldo parecía no sentir razones.
C:
¡Te voy a demostrar que es como yo digo, Aldo!
A:
Pues, si es como tu dices, te prometo que me voy a quitar de medio y voy a
dejar en paz a Leticia. Pero, si es como yo pienso, ¡por nada del mundo quiero
que ese hombre se acerque otra vez a ella! ¡Eso corre de mi parte!
Carolina
estaba hasta espantada por la seguridad con la que Aldo se expresaba.
Finalmente
él la convenciò a acompañarlo en Conceptos y los dos subiron en un taxi, no sin
antes parar en una floreria.
Mientras
tanto, Lety le había contado a Tomás lo que había pasado con Marcia y, tras
tranquilizarla, Tomás le dijo que no se preocupara y para alejarla de los malos
piensamientos, le dio la buena noticia de que una de las agencias que tenían
deudas con Conceptos, finalmente pagò lo debido.
L:
Asì que ahora nos falta “solo” un millón de dólares para cubrir la cuota de
este mes...
T:
Asì es Lety. Lo bueno sería lograr conquistar Cristian Castro...
L:
Eso es precisamente lo que vamos a intentar con Don Fernando mañana en la noche
T:
¿¡En la noche!?
L:
Sì Tomás. Don Fernando confirmò que va a ir al dichoso cocktail donde estarà Don Cristian y me invitò a ir con él. Bueno,
no me invitò, ¡confirmò por mi! y eso sin que yo pudiera decirle nada...
Tomás
sonriò
L:
¿Y ahora porque traes esa cara?
T:
Para nada Lety; para nada... Solo que me causa gracia el hecho que te vayas de reventón
con él como en antaño
L:
¿Como crees Tomás? ¡No me voy a ir a ningún reventón! La salida de mañana va a
ser una cuestión meramente de trabajo...
Tomás
enarcò las cejas con picardía
T:
Sì de trabajo... Admitelo Lety, por más que lo nieges, ¡el hecho de volver a
salir con él te tiene en babia!
L:
¡Ay ya Tomás! Entre Don Fernando y yo, no va a pasar nada; nunca más. Él està
esperando un hijo de Doña Marcia y es con ella que tiene que quedarse. ¡Asunto
cerrado!
T:
Como quieras Lety...
En
tanto, Eduardo había llegado a Conceptos por hablar con Alicia y aclarar
finalmente lo que pasaba con Marcia y la historia del supuesto embarazo.
E:
¡Hola a todas muchachas!
Ma:
¡Eduardito! ¡Que gusto verte!
E:
Igualmente muchachas. ¿Como estan?
PM:
Muy pero muy bien ahora que nuestra amiga regresò aquì con nosotras
E:
Me da mucho gusto Paula Maria
PM:
¿A caso quieres hablar con Don Fernando?
E:
No. En realidad me vine a dar un paseo y aproveché para saludarlas a todas ustedes
Lalo
se volteò hacia el escritorio de Alicia y, tras sonreirle, la saludo besandole
la mano
E:
Hola preciosa
Las
muchachas del Cuartel lo miraban estupefactas
E:
¿Como estás?
Alicia
sonriò
AF:
Muy bien, gracias Eduardo. ¿Y tu como has estado?
E:
Bien; ¡Excelente diría!
AF:
Que bueno...
E:
Mira Alicia, como la otra vez que vine me habías invitado a cenar y yo no pude,
ahora quiero ser yo él que te invita. ¿Que te parece si nos vamos a almorzar
juntos hoy?
Tanto
Alicia como el Cuartel quedaron boquiabiertas
AF:
¿En serio quieres invitarme a almorzar?
E:
¡Claro que sì!
AF:
Pero ¿Por qué?
E:
Ya te dije; quiero cumplir a lo que no pude cumplir la otra vez que vine.
AF:
Bueno si tu lo dices... ¡Acepto!
E:
¡Que bueno! Entonces nos vemos más tarde.
AF:
Sì, claro.
Después
Lalo mirò a las muchachas y le guinò el ojo antes de irse
E: ¡Adiós
muchachas hermosas!
En
Vicepresidencia, Fernando estaba solos, trabajando en la computadora puesto que
Omar había tenido que salir para ver un cliente. De repente, el telefono de su
oficina sonò y Sara le anunciò que un señor de nombre Eugenio Valdez quería
hablar con él.
F:
Pasemelo Sara, si es tan amable
S:
Claro que sì Don Fernando.
EV:
¿Fernando Mendiola?
F:
Sì, soy yo. ¿Con quién tengo el placer de hablar?
EV:
Me llamo Eugenio Valdez y soy el representante de Alejandro Fernandez, mucho
gusto.
Fernando
quedò boquiabierta
F:
¿El representante d...d...de... Ale...
EV:
...Alejadro Fernandez, asì es.
F:
Muchísimo gusto; Fernando Mendiola pres... bueno, ex Presidente de Conceptos. ¿En
que puedo servirle?
EV:
Mire Señor Mendiola, la llamaba porque Alejandro va a lanzar su nueva canción
el mes próximo y quiere hacer un video clip. Me he documentado mucho y resulta
que Conceptos es una de las mejores casas productoras de México
F:
Asì es Señor.
EV:
Bueno, entonces me gustaría hablar con Usted, o con quién sea, de tu por tu y
ver la empresa para decidir si tienes todas las condiciones para grabar el
video clip de Alejandro
Fernando
no creía en sus oídos. ¡Un cantante del tamaño de Alejandro Fernandez quería
hacer un video clip con ellos! ¡Esa noticia sì le iba a dar mucha felicidad a
su Lety!
F:
¡Con muchísimo gusto Señor Valdez! ¿Que le parece si fijamos una cita aquì en
Conceptos el lunes en la mañana asì le presento también a Leticia Padilla Solís,
la Presidenta de Conceptos?
EV:
Me parece perfecto. Entonces nos vemos el lunes. Hasta luego
F:
Hasta luego
Cuando
Fernando colgò, por la felicidad no se supo contener y empezò a saltar por toda
la oficina como una muelle
F:
¡Por fin! ¡Por fin Diosito una buena noticia! Ahora sì mi Lety va a estar muy
contenta con lo que le voy a decir.
Cuando
estaba por salir de su oficina, alguien tocò la puerta. Se trataba de Ricky
Armstrong que quería actualizaciones sobre el comercial de Bella Life que se
estaba grabando en esos días. Fernando tuvo que entretenerse con Ricky y
posponer su platica con Lety.
El
reloj marcaba casi el mediodía cuando Carolina y Aldo llegaron a Conceptos.
A:
¡Por fin voy a ver a Leticia! ¡Te juro que no aguantaba un minuto más Caro!
Carolina
sonriò. En el fondo ella no podía negar a su amigo siquiera un intento con Lety
C:
Sì, me imagino. Vamos a entrar ¿no?
Cuando
entraron, Carolina se sorprendiò al no encontrar Paula Maria si no Yazmín en la
recepción. La quita maridos, como la llamaba Lola, como de costumbre no se tardò
y empezò a coquetearle a Aldo.
Y:
Buenos días guapo. ¿Que puedo hacer por ti?
Carolina
carraspeò
Y:
Buenos días Señora Angeles
C:
Buenos días Señorita. Queríamos hablar con Lety.
Y:
¿Con la Presidenta? Sì claro, un momento.
Yazmín
tomò la bocina y avisò Paula Maria que estaba Carolina Angeles en la recepción
PM:
¿Y que esperas? ¡Dile que pase!
Yazmín
mirò Carolina
Y:
Que pasen a primer piso.
Carolina
todavía tenía temor a que Aldo y Fernando se encontraran entonces le pidiò a Yazmín
que dijera a Lety que la esperaban en la planta baja. Yazmín reportò todo a
Paula Maria que avisò a Lety.
L:
¿Como que està Carolina en la recepción? ¿Y por qué no la dejaron salir?
PM:
Fue ella que dijo a la roba hombre esa que prefería esperarte en la planta baja
L:
Que raro... Bueno, voy por ella. Esperame aquì Tomás si eres tan amable
T:
Claro que sì jefa.
Lety
saliò de su oficina y descendiò en la planta baja.
Fernando
traía una sonrisa de oreja a oreja cuando saliò de su oficina. Estaba cantando
una canción del propio Alejandro Fernandez cuando se acercò a la oficina de
Presidencia y, preso de la felicidad, se olvidò de golpear la puerta.
F:
¡Lety! ¡Lety! ¡Tengo que darle un notición!
De
repente el entusiasmo de Fernando se apagò cuando se dio cuenta que en la
oficina solo estaba Tomás.
T:
Lety no està. Saliò un momento Don Fernando
F:
Ah... Gracias Tomás. ¿Puedo esperarla aquì? Es que tengo una noticia que me llegò hace un rato ¡y estoy seguro que a Lety le va a encantar!
Tomás
se mostrò muy curioso y Fernando le dio un adelanto
F:
Parece que nos quieren encomendar un nuevo proyecto que va a ser muy provechoso
por Conceptos
T:
¡Que bueno! Sientese; Lety no ha de tardar
F:
Gracias, muy amable.
Lety
había llegado a la planta baja y, cuando vio que Carolina estaba acompañada por
Aldo, sus ojos tomaron un brillo nuevo. A pesar de como se habían dejado en
Acapulco, Lety estaba feliz de volver a verlo. Para ella Aldo era un gran amigo
que la había ayudado muchísimo a superar el dolor por lo que le había hecho
Fernando.
L:
¡Aldo! ¡No sabes que gusto volver a verte tan pronto!
A:
Igualmente Leticia. No sabes las ganas que tenía de verte...
Carolina
sonriò
Aldo
la abrazò muy cariñosamente
A:
Estos lirios son para ti aunque sus belleza es nada comparada a la tuya
Lety
sonrojò.
A:
¿Estabas trabajando? ¿Te molestamos?
L:
¡Absolutamente no Aldo! Ninguna molestia
A:
Que bueno que me dices asì porque me gustaría invitarte a almorzar, junto a Carolina, ¡claro!
Lety
se volteò hacia su amiga
L:
¡Ay hola Carolina! ¡Ni te había saludado!
C:
Ja ja ja no te preocupes Lety. Buenos días. ¿Como estás?
Lety
tratò de no delatarse y fingiò una sonrisa
L:
Bien gracias. Y ahora que veo a Aldo, estoy hasta mejor
Aldo
sonriò lleno de orgullo por lo que había dicho Lety
L:
Y respeto a tu invitación, ¡con mucho gusto acepto! Antes pero tengo que avisar
a Tomás. ¿Que te parece si salimos juntos a Presidencia asì te lo presento?
A:
Sì, porque no.
Carolina
hubo un escalofrío; tenía como la sensación de que algo malo iba a pasar de
allì a poco...
C:
Aldo, lo siento mucho pero yo tengo un compromiso y no puedo acompañarlos. Serà
por la próxima vez.
L:
¡Ay no Caro! ¿No puedes posponer tu compromiso?
C:
Lo siento Lety pero es algo muy importante
L:
Està bien Carolina. No insisto
Las
dos amigas se abrazaron y lo mismo hizo la publirrelacionista con Aldo antes de
irse.
Cuando
Lety ingresò a primer piso junto a Aldo, las muchachas del Cuartel la rodearon.
PM:
¡Lety! ¿No non presentes a tu amigo?
Lety
enrojesò
Aldo,
por contrario, se mostrò muy amable como en Acapulco y, tras lucir una de sus
sonrisas, se presentò a las muchachas.
A:
Mucho gusto muchachas, yo soy Aldo Domenzaín
S:
Mucho gusto Don Aldo, yo soy Sara Patiño
Ma:
Yo soy Marta de Muñoz, mucho gusto Don Aldo
A
su vez, todas las muchachas se presentaron y Sara agregò que juntas formaban el
“Cuartel de las feas”
A:
¿Feas? Yo aquì no veo ninguna fea si no un Cuartel de princesas
Todas
sonrieron honradas. De seguro Aldo había hecho brecha en sus corazónes a
primera vista.
PM:
¿Y Usted también se ocupa de publicidad?
A:
No, yo soy chef. Y no me diga usted que me hace sentir como un viejito con dentaduras
je je je
PM:
Bueno, como quieres Aldo
Aldo
sonriò otra vez
A:
Asì està mejor.
Todas
sonrieron con picardia cuando se dieron cuenta de las flores que traía Lety en
la mano.
PM:
¡Lety, manita, que bonitas flores! ¿Quién te los mandò?
Lety
sonrojò y tratò de evitar la respuesta diciendole que tenían prisa.
L:
Sepan disculparnos muchachas pero tenemos prisa.
A:
No se preocupen; no va a faltar ocasión de platicar con ustedes Cuartel de
princesas
Todas
suspiraron al unisono.
Aldo
y Lety se despidieron y ingresaron en Presidencia.
Lety
abriò la puerta de su ofinina y, cuando vio que junto a Tomás estaba Don
Fernando sentado en unos de los sillónes, hubo un escalofrío.
Fernando,
al ver que Lety venía acompañada del güero sonrinete y que encima traía en las
manos un ramo de flores, se levantò lentamente del sillón y mirò a Aldo fijo en
los ojos con mucho coraje...
Sigue...