Capítulo
76
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Dime
que sí
F: Leticia Padilla
Solís, ¿me harías el honor de casarte conmigo?
Lety
se quedó inmóvil y sin palabras. Su corazón había dejado de latir y su
respiración se había tornado mínima. ¡Hasta se sentía mareada como si fuera
borracha!
Viéndola
tan pálida, Fernando empezó a preocuparse y se levantó para acurrucarse cerca
de ella y acariciarle la cara.
F:
Mi amor, ¿estás bien?
Lety
solo asintió con la cabeza
F:
¡Por favor, Lety, no me hagas espantar! ¡Dime algo!
¡El
problema era que la garganta de Lety se había secado completamente y la pobre
no lograba articular ni una sola palabra!
F:
Ya sé que fui muy incauto en pedirte matrimonio, a pesar de que tú me habías
avisado que no se podía hacer hasta que no resolvamos los problemas de la
empresa, pero Lety... ¡entiendeme! Tú sabes que yo soy muy impulsivo y que no
tengo mucha paciencia...
Mientras
decía eso, se había levantado y había empezado a caminar de un lado al otro, exponiéndole
su pensamiento
Lety
logró sonreír. Si de una cosa estaba segura, era de que Fernando no era
exactamente el hombre más paciente del mundo
F:
...es que de verdad no logro esperar más. Quiero casarme contigo ya; construir
nuestro hogar y formar una familia juntos... Nunca antes había sentido este
deseo... Es más, siempre pensé quedarme soltero o, a lo máximo, casarme solo por
el rito civil, justo para hacer felices a mis padres... Y luego...
Fernando
la miró y sonrió dulcemente antes de seguir
F:
...luego llegaste tú en mi vida y todas mis seguridades se fueron abajo... Por
esto estoy aquí, con el corazón en la mano, para pedirte que seas mía para
siempre
Lety,
en tanto, logró recuperar un poco de calma. Para ella había sido algo
totalmente inesperado esa propuesta. Era cierto que Fernando ya le había
hablado de matrimonio, ¡pero ella estaba segura de que no le iba a proponer
nada antes de tres meses! Y ahora estaba ahí, sentada en uno de los lugares más
maravillosos que había visto en toda su vida, con un hombre al frente que le estaba
pidiendo que fuera suya para siempre. Ella, que desde niña estaba cierta quedarse soltera; segura de que jamás en su
vida hubiera encontrado a un hombre capaz de amarla de verdad, ahora tenía en
frente al hombre de su sueños que le estaba pidiendo de convertirse en su
esposa...
¿Qué
le podía contestar? ¿Que eso había sido su sueño desde el primer momento en que
lo había visto, aquella mañana en Conceptos? ¿Qué estaba soñando ese momento
desde meses, y que estaba cierta de que solo se hubiera quedado un sueño? Su
corazón le gritaba que le dijiera que sí, pero su mente, siempre tan racional,
le sugería que lo pensara bien... ¿Cómo podía decirle que sí cuando todavía habían
muchísimos problemas por resolver? ¿Cómo podía aceptar ser su esposa cuando él
seguía comprometido con una mujer que además esperaba un hijo suyo? Todos esos
pensamientos la volvieron triste.. No, definitivamente no podía decirle que
aceptaba.
L:
Fernando...
Fernando
aún estaba dándole la espalda, pero le bastó oír su voz para entender que la
respuesta a su pregunta no presumía nada bueno... Despacio se volteó hacia ella
y la miró en los ojos, con un dejo de tristeza
F:
No Lety, no digas nada, ya entendí...
L:
Mi amor yo...
F:
Lo sé; no puedes aceptar. No te preocupes, me imaginaba que me ibas a contestar
que no... Además ya me habías dicho que quieres que salgamos de los problemas
de la empresa antes de comprometerte conmigo...
L:
No es solo eso, Fernando. Es que además están Doña Marcia y... tu hijo.
Fernando
tomó un hondo respiro antes de acercarse a ella y volverse a sentar en el
banquito
F:
Leticia, mirame en los ojos. Yo te juro sobre lo más sagrado que tengo en mi
vida que, desde la primera vez que nosotros hicimos el amor, no he vuelto a
acostarme con Marcia
L:
Sí, mi amor, te creo... Pero como sea ella dice esperar un hijo tuyo....
F:
¿Y no te parece raro que ella diga eso, después de lo que acabo de decirte?
L:
Pues un poquito... Pero puede que se haya quedado embarazada mientras que aún
hacían el amor...
F:
Lo dudo mucho... Y no solo porqué hace varios meses que no hacemos el amor, si
no porqué yo siempre me cuido y cuido a la mujer con la que estoy
L:
¿Entonces como fue que se embarazó? ¿Se lo trajo el angelito desde el cielo?
Fernando,
que ya estaba nervioso por el tema, no pudo más y explotó
F:
¡No sé! ¡Maldita sea, Lety, no sé como es que se embarazó, ni sé si es cierto
que está embarazada; lo que sí sé, es que ese hijo, si es que existe, no puede
ser mío! ¿Te parezco un idiota?
L:
No, claro que no...
F:
He tenido a decenas de mujeres y siempre me he cuidado...
Lety
bajó la mirada. Aunque lo sabía perfectamente bien, no le gustaba que Fernando
hablara de su pasado como mujeriego
F:
Perdoname, mi vida, no quería hablar de eso... Es que me da mucha rabia que,
por culpa de un caprichito de Marcia, ¡como siempre! nosotros no podamos ser
felices...
Lety
le tomó la mano y la estrechó por hacerlo tranquilizar
F:
Es que deseo tanto que tu sea mi esposa...
En
ese momento, una lágrima cayó de sus ojos y a Lety se le rompió el corazón.
Odiaba verlo sufrir..
L:
Fernando, hagamos una cosa... Dame una noche para pensarlo y luego te voy a dar
mi respuesta
Fernando
pareció animado por un nuevo brillo
F:
¿Eso quiere decir que hay una posibilidad de que me digas sí?
Lety
sonrió
L:
Puede ser...
En
tanto, en la habitación 512 del hospital de México, Alicia se acaribiaba
dulcemente la barriga mientras que sonreía y lloraba al mismo tiempo. Ya había
empezado a amar a la criatura que crecía dentro de sí y, a pesar de que el papá
del niño aún no sabía la verdad, ella estaba decidida a cuidarlo, aun a cuesto
de su propia vida.
AF:
Ay bebito mío, ¿Cómo le vamos a hacer? Tu papá aún no sabe nada de ti y, la
sola idea de que no te quiera, me vuelve loca... Aunque él es un hombre muy
bueno y sé que haría todo por ti... Y quizás por mi... ¡Ay tengo mucho miedo!
Tengo miedo de que èl me odie cuando le diga que eres hijo suyo... Sabes, no
era una cosa programada; yo nunca podía imaginarme quedarme embarazada después
de una sola noche de amor.. ¿Amor? ¿Se trató de veras de amor? Ahora que lo
pienso, nunca había estado así con un hombre... Él fue muy dulce conmigo...
Bueno, también fue muy pero muuuy pasiónal ja ja ¡Parecía que fuera la primera
vez que hacía el amor!
De
repente le vino una iluminación; ¿Y si de verdad esa era la primera vez que Tomás
hacía el amor? Seguro embarazar a una mujer la primera vez que se hace el amor
debe ser un duro golpe... Eso era otro punto en su contra. ¿Cómo le podía decir
que se iba a volver papá con solo hacer el amor una vez en su vida?
Sus
pensamientos fueron interrumpidos por un carraspeo; Tomás por fin había
llegado. Al contrario de la mañana, peró, no estaba sonriente.
T:
¿Me necesitabas para algo, Alicia?
Alicia
trató de mirarlo en los ojos pero Tomás tenía la mirada baja; era claro que
estaba muy decepcionado y eso simplemente la mató. Había logrado hacer lo que
nunca nadie había hecho; decepcionar al hombre más bueno del mundo.
AF:
Tomás yo...
Alicia
tragó saliva; casi no lograba hablar ya que trataba de reprimir las lágrimas. Pero
trató de ser fuerte; no era el caso que él la viera tan débil
AF:
...yo te quería pedir perdón. Sé perfectamente que hoy no me porté bien y que
no tenía que decir lo que dije de ti; sobretodo porqué es algo que no pienso...
Tomás
no pudo más y, mirándola en los ojos, explotó
T:
¿¡Entonces por qué lo dijiste!?
Alicia
lo miró cabizbaja; ahora que él la miraba tan fríamente, no lograba sostenerle
la mirada. ¿Por qué lo había dicho? Para callar a Marcia... Ella no quería que
su amiga supiera que Tomás era el padre de su hijo, por eso trataba de
convencerla de que no estaba enamorada de él y de que él no era el papá de su
bebito
AF:
No sé porque lo hice, Tomás. Digamos que quería callar a Marcia y dije puras tonterías
T:
¿Tonterías? Ja, ¿Y tú la llamas tontería esa cosa que dijiste de mi?
AF:
Yo...
T:
Alicia, ¡dijiste que yo soy insignificante! Y está bien, lo acepto, porque quizás
es verdad que yo no cuento nada en el mundo, pero, en mi corazón, pensaba contar
algo por ti... aunque fuera un poquito. No pido que me quieras, porqué es obvio
que no me quieres...
AF:
Tomás...
T:
No he terminado.
Tomás
fue glacial.
T:
...sé que no me quieres, pero esperaba sentir un poquito de cariño de tu parte,
aunque fuera solo un poco...
AF:
¡Pero yo te quiero, Tomás!
Tomás
hizo una sonrisa amarga
T:
No Alicia, no es necesario que me lo digas para hacerme contento... Ya me
conformé con la verdad... A lo mejor me necesitas porque... bueno, porque no
está el papá de tu hijo, ¡y lo acepto! O sea, sabes que siempre voy a estar por
ti... Bueno por ustedes... Pero te lo ruego, no me digas que me quieres. No a
esta altura... Ahora es como sentir una puñalada en el pecho y no tengo la
fuerza para soportarlo
Alicia
solo lagrimeaba. Escuchar eso de la boca del hombre que amaba era una puñalada
para ella. ¿Cómo podía convencerlo de que su sentimiento era sincero y que de
verdad sentía algo para él?
AF:
Tomás, ¡te juro que soy sincera cuando te digo que te quiero! Tú te has vuelto
una persona muy importante en mi vida y no sabría como hacer sin ti a mi
lado...
Lástima
que Tomás no le creía...
T:
Ja, sí, de eso me di cuenta...
¿Por
qué ahora reaccionaba así? Tomás nunca había usado sarcasmo con ella ni se había
portado tan fríamente... Fue ese el momento en que Alicia entendió que lo había
perdido para siempre...
AF:
Siento mucho haberte causado fastidio, Tomás. Te prometo que no volveré a molestarte
más...
Tomás
trago saliva. Alicia parecía verdaderamente arrepentida. Él había decidido
portarse fríamente para tratar de olvidarla y de alejarse de su vida, ya que
pensaba que eso era lo mejor para ella, ¡pero jamás
quiso hacerle daño!
T:
Alicia...
Alicia
ya no quizo oírlo. Era claro que Tomás ya no la quería, así que era inútil seguir
con esa relación que solo les causaba daño a los dos... Por eso le dijo algo
que seguro lo hubiera alejado para siempre de su vida
AF:
Le dije al hombre que me embarazó que estoy esperando un hijo suyo.
La
glacialidad con la que Alicia le comunicó la noticia, fue como una ducha fría
para Tomás. Entonces era esa la cosa importante que le quería decir desde la
tarde...
¿Cómo
tenía que reaccionar? ¿Diciéndole que estaba feliz por ella? ¿Diciéndole que le
deseaba todo el bien del mundo al lado de ese hombre? No, ¿cómo podía cuando su
único deseo era estar a su lado para toda la vida? Él estaba dispuesto hasta a
hacerse cargo del bebito, que hubiera tratado como si fuera hijo suyo, y ahora
ella le estaba diciendo que otro hombre estaba listo para tomar su puesto... Definitivamente
eso era un adiós...
Tomás
se quedó varios segundos cabizbaja, sin saber que decir, hasta que Alicia retomó
la palabra.
AF:
Me parecía correcto decirtelo... Ahora ya no vamos a ser un peso para ti, ya
que Luis se va a hacer cargo de nosotros...
T:
¿Luis?
AF:
Sí, así se llama el padre de mi hijo
T:
Luis...
Pasaron
varios segundos en que los dos no dicieron nada. En la habitación se advirtía
el peso del silencio hasta que Tomás palesó su parecer
T:
No sé que decirte Alicia...
“Digame
que eres feliz para mi y sal de mi vida, Tomás. Va a ser horrible, y voy a
sufrir como pocas veces en mi vida, pero es lo mejor para ti. Aléjate de mi, mi
amor...”
Eso
fue lo que pensó Alicia, pero no logró decirselo
T:
Te deseo que seas muy feliz con él,y espero te trate como la princesa que eres,
porque eso te mereces, chiquita...
Alicia
no pudo más y se echó a llorar, cubriéndose los ojos con las manos. Tomás, a
pesar de todo, odiaba verla llorar, así que se acercó a ella y la envolvió en sus
brazos, acariciándole dulcemente la espalda
AF:
Perdoname Tomás, perdoname por todo lo que te hice...
T:
No tienes que pedirme perdón, Alicia, no te preocupes... Yo no voy a dejar de
amart... de quererte por eso... Siempre podrás contar conmigo por lo que
necesitas...
¿Cómo
podía seguir engañándolo después de lo él que acababa de decirle? Un hombre
que, a pesar de todo, seguía demostrandole una y otra vez cuanto la amaba se
merecía la verdad...
AF:
Tomás, hay algo que tienes que saber... Tú eres el...
El
destino, pero, parecía jugarle contra ya que, justo en ese momento, una
enfermera hizo su ingreso en la habitación
Enf:
Disculpen que los interrumpa, señores, pero la Señora Ferreyra tiene que tomar
su medicamento y además el horario de visitas ya se terminó
T:
¿Medicamento? ¿De qué se trata?
Enf:
No se preocupe, Señor, su esposa solo va a tomar unas vitaminas que la van a
ayudar a recuperar las fuerzas. Según las últimas análisis no tiene nada grave
así que mañana mismo puede regresar a su casa
T:
¡Esta es una noticia estupenda! ¿Eso quiere decir que el bebito está bien?
Enf:
Sí, señor, su hijo está fuera de peligro
Alicia
tragó saliva. De un lado estaba feliz por la salud de su bebito, y por el otro
le sonaba raro que alguien diera por hecho que Tomás fuera el padre de la
criatura, sobretodo cuando él aún no lo sabía...
T:
¿Oíste chiquita? ¡Tu bebito está bien!
Casi
sin darse cuenta, Tomás posó su mano sobre la barriga de Alicia y empezó a
acariciarla suavemente
Alicia
sonrió.
AF:
Sí, Tomás, es maravilloso
Los
dos se miraron en los ojos risueños hasta que a Tomás le volvió a la mente lo
que Alicia le había dicho cerca del verdadero padre del niño
T:
Bueno, yo tengo que irme... Me imagino que debes avisarle al papá del niño que
está fuera de peligro...
AF:
Sí...
T:
Entonces me voy. ¿Necesitas algo más?
“Que te quedes aquí conmigo...”
AF:
...No. Gracias por todo, Tomás.
T:
No hay de qué. Si no te molesto, mañana voy a pasar para ver como están. Aunque
me imagino que va a venir Luis por ustedes...
AF:
No, él no está en México ahora...
T:
Entiendo... Bueno entonces voy a venir yo mañana para acompañarte tu casa.
AF:
Gracias, Tomy
T:
¿Puedo saludar a tu hijo antes de irme?
AF:
Claro que puedes
Tomás
se arrodilló frente de ella y, después de haberle levantado un poco la camiseta
arriba de la barriga, le dejó un dulce beso a la altura del ombligo. Ese beso
le hizo sentir el calor de sus labios irradiarse desde el punto donde se habían
posado, hasta todo su cuerpo y eso la hizo sentir bien al punto que empezó a
acariciarle los cabellos casi sin querer.
T:
¡Eres un león bebito! Y tan fuerte como tu mamá... Aunque, no sé porque, pero algo
me dice que eres una bella princesita...
AF:
¿En serio?
T:
Pues sí... No sé porque, pero siento como si tu bebé fuera una niña...
AF:
Me gustaría muchísimo que fuera una bebita...
T:
A mi también...
Los
dos se miraron sonrientes
T:
Bueno, supuesta princesita, ahora descanza y mañana tu tío Tomy verá a verte
AF:
¿Tío?
T:
Oh... ¿Es demasiado atrevido?
Alicia
sonrió amargamente por sus adentros. Más que atrevido era irónico proclamarse
su tío cuando en realidad él era el padre...
AF:
No, Tomy, no es atrevido, no te preocupes. Entonces te esperamos mañana
T:
No voy a faltar. Buenas noches, chiquita
AF:
Buenas noches, Tomy
En
otra parte de la ciudad, Aldo estaba con una sonrisa de esquina a esquina
delante de su obra. Por fin había terminado el cuadro que había empezado a
pintar por Leticia. Estaba tan contento por como le había salido, que no podía
esperar hasta el lunes para entregarselo, así que decidió darle una sorpresa y llevarle
el cuadro a su casa. Además, de esa manera, podía aprovechar también para
conocer a los señores Padilla, ya que Leticia siempre hablaba maravillas de sus
padres. El problema era que no conocía la dirección de su casa. ¿Cómo podía
hacer?
Aldo
lo pensó un momento hasta que la solución se le palesó delante de los ojos.
¡Carolina Angeles! Ella seguro debía conocer la dirección de la habitación de
Leticia. Después de haber recuperado a su celular, llamó a su amiga publirrelacionista
C:
¿Bueno?
A:
Hola Caro, soy Aldo ¿te molesto?
C:
¡Hola Aldo! Tú nunca molestes, no te preocupes
En
tanto Omar escuchaba un poquito picado. Ahora empezaba a entender porque
Fernando le tenía tirria al chefito...
A:
¡Que bueno que me dices eso! ¿Cómo estás?
C:
Yo bien ¿y tú?
A:
Bien, muy bien, gracias. Caro, te llamaba para pedirte una información
C:
Claro, dime.
A:
¿Acaso tu sabes la dirección de Leticia?
Carolina
se extrañó por el pedido de Aldo. ¿A qué le servía conocer la dirección de la
casa de Lety?
C:
Sí... Pero, ¿Por qué la necesitas?
A:
Es que quiero darle una sopresa
C:
¿Qué tipo de sorpresa?
A:
Ay eres muy curiosa, Caro... Bueno, te lo digo si me prometes no decirle nada
C:
Sí, claro, te lo prometo...
Omar,
mientras tanto, estaba más sospechoso con cada frase que le oía decir a su
mujer
A:
Es que pinté un cuadro para ella, que estoy seguro le va a encantar, y quería
darselo lo antes posible
C:
¿Y no puedes esperar hasta el lunes para dárselo?
A:
Podría, pero quiero que lo tenga en sus manos lo antes posible. Verás, me parece
que Leticia no está muy bien en estos días... Quiero decir, la veo muy
estresada respeto a como estaba cuando estabamos en Acapulco, y quiero regalarle
por lo menos una sonrisa con mi regalo
Carolina
sonrió; en el fondo Aldo se había encariñado de verdad con su amiga
C:
Es que puede que no esté en su casa...
Ahora
era Aldo el extrañado
A:
¿Ah no? ¿Y donde está?
C:
Bueno no sé, solo imagino que, ya que es fin de semana, a lo mejor tiene sus
quehaceres...
A:
Y esos quehaceres no tienen nada que ver con Fernando Mendiola, ¿verdad?
Carolina
tragó saliva.
C:
¿Con Fernando? ¡Claro que no! Él seguro debe estar con su novia...
A:
Sí, seguramente... Entonces ¿me das la dirección de su casa?
C:
Sí, claro... Calle de mimosa 107
A:
Muchísimas gracias, Caro
C:
De nada, Aldo.
A:
Un beso
Cuando
colgó la llamada, Carolina miró a Omar bastante preocupada
O:
¿Qué quería el chefito ese que nunca molesta?
C:
¿Y tú desde cuando eres celoso?
O:
¿Celoso yo? Ja, no me hagas reír...
C:
Será... Como sea “Aldo”, así se llama el chefito ese, quería la dirección de la
casa de Leticia
O:
¿Y para qué la quería?
C:
Dice que le pintó un cuadro y quiere darselo
O:
¿Un cuadro? ¿Ahora el chefito también es pintor?
C:
Sí; a Aldo se le dan muchas cosas...
O:
¿Como cuales, por ejemplo?
C:
Bueno, él sabe cocinar muy bien, tiene agudeza empresarial, sabe pintar muy
bien, y eso lo digo porqué vi algunos de sus cuadros y están muy lindos; sabe
bucear, nadar, navegar con su yate...
O:
¿¡Tiene un yate!?
C:
Sí, así es
O:
Híjole... Debe ser lleno de dinero ese hombre...
C:
Sí. Aldo viene de una familia rica, aunque ya hace años que no se hablan con su
padre
O:
¿Y eso para qué?
C:
No sé; nunca me ha querido contar porqué se alejó de él...
O:
Así que hasta el mítico Aldo tiene sus secretitos... Bueno, volviendo a lo de
antes, tenemos que avisarle a Fernando de que el chefito pintor quiere meterse
en casa de su mujer
C:
¿Y eso para qué?
O:
¿¡Cómo que para qué!? ¡Él tiene que saberlo antes de que sea demasiado tarde y
la encuentre con el güerito haciendo cosas raras en su cama!
C:
Omar, ¿qué idioteces dices? En primer lugar, Lety nunca haría eso en su
cama con Aldo, y luego, por si no te
acuerdas, ella está con Fernando en este momento...
O:
¡Sí, es cierto! Hoy le iba a pedir su mano... Quién sabe si la gargolety le dirá
que sí...
C:
¡Pues claro que le va a decir que sí! Lety está enamoradísima de Fer, tanto que
hasta le perdonó todo el horror que le causaron ustedes...
Omar
bajó la mirada avergonzado
O:
Ojalá... ¿Viste como brillaba su mirada la otra noche, cuando nos dijo que quería
pedirle matrimonio?
C:
Sí... En tantos años que lo conozco, nunca había visto a Fernando tan
emocionado... Espero tanto que Lety no cometa una estupidéz...
O:
¿Crees que le pueda decir que no quiere casarse con él?
C:
No, eso no, pero Lety siempre me ha dicho que, antes de oficializar su
compromiso con Fernando, quiere recuperar la empresa... ¡Tiene la misma
terquedad que su novio!
O:
Jajaja eso es cierto
C:
Esperamos que todo salga bien...
Daban
las siete de la noche cuando Aldo llegó a Calle de Mimosa. En casa de Lety, Doña
Julieta estaba preparando la cena mientras que Don Erasmo no paraba de
preguntarle por su hija.
DJ:
Ya te dije, Erasmo, la niña tenía que terminar un trabajo en Acapulco por
cuenta de la Señora Angeles
DE:
¿Y se fue sin decir nada a nadie?
DJ:
Me lo dijo a mi.
DE:
¿Y por qué a mi no me avisó?
DJ:
Porqué tenía prisa, Erasmito. Ya te expliqué que fue una cosa de última hora.
La Señora Angeles le pidió el favor de acompañarla porqué tenían que cerrar un
asunto que dejaron pendiente cuando la niña se regresó a México
DE:
Bueno y ¿cúando va a regresar Lety?
DJ:
Yo creo que para mañana en la noche van a estar de regreso
DE:
Bueno entonces yo voy por ella
DJ:
Ji ji ji ¿cómo vas a ir por ella si está en Acapulco?
DE:
No seas chistosa, Julieta, voy a por ella al aeropuerto
Doña
Julieta desorbitó los ojos
DJ:
¡No!
DE:
¿Cómo que no?
DJ:
No, digo que no sirve porque creo que la Señora Angeles dejó su carro
estacionado al aeropuerto, así que va a volver con ella
DE:
No me interesa, ¡yo voy a ir por la niña!
DJ:
Erasmito, no seas terco... Lety ya es grande y además ahora es la presidenta de
una grande empresa; ya no es una niña chiquita...
DE:
¡Para mi siempre va a ser mi niña!
DJ:
Lo sé, mi vida, pero dale un poco de confianza... Además ya conoces a la Señora
Angeles y sabes que es una buena persona...
DE:
Bueno pero...
La
platica entre los dos fue interrumpida por el timbre de la puerta
DJ:
¿Quién será a esta hora?
DE:
Ja, ¿Quién quieres que sea? Seguro es Tomás
DJ:
No creo; hace un par de días que no viene por aquí... Como sea, voy a ver quién
es
Cuando
abrió la puerta, Doña Julieta se topó con un joven alto, rubio, y con una
sonrisa angélica
A:
Buenas noches Señora, yo soy Aldo Domenzaín y soy un amigo de Leticia
DJ:
Mucho gusto Señor, yo soy Julieta Solís, la mamá de Lety
A:
Encantado de conocerla, Señora. Disculpe que venga a esta hora y sin avisar,
pero le quería dar una sorpresa a Leticia. ¿Está en casa?
DE:
¡Julieta! ¿Quién es?
DJ:
Disculpe un momento, Señor... ¡Es un amigo de Lety, Erasmo!
Don
Erasmo entonces se acercó a la puerta para ver quién era ese amigo de su hija
DE:
Así que usted es amigo de mi hija
A:
Sí Señor; me llamo Aldo Domenzaín; mucho gusto
Aldo
le extendió su mano pero Erasmo no la estrechó
DE:
¿Y cómo es que usted conoce a Lety?
A:
Nos conocimos en Acapulco, Señor Padilla, y ahí Leticia me ayudó muchísimo...
DE:
¿Qué quiere decir eso?
DJ:
Erasmo, ¿Por qué no hacemos acomodar al Señor Domenzaín así pueden palticar a
gusto?
DE:
Sí, claro. ¡Adelante caballero!
A:
Muchísimas gracias, señores
Después
de haberse acomodado en el sofá del salón, Don Erasmo quiso seguir con su
interrogatorio
DE:
Me estaba diciendo que mi hija lo ayudó mucho... ¿Qué quiere decir con eso?
A:
Verá Señor Padilla, cuando estaba en Acapulco, yo tenía unos problemas que me
parecían ensormontables y fue su hija la que me ayudó a ver la vida con otro
enfoque y me dio una nueva esperanza. Yo le debo muchísimo a Leticia...
Aldo
siguió platicandole de lo que habían hecho con Leticia en Acapulco; Doña
Julieta lo escuchaba encantada. Ya su hija le había contado de su amigo chef y
le había dicho que era un hombre muy guapo, ¡pero nunca podía imaginar que
estaba tan guapo! Ahora entendía porqué Fernando había creído al cuento de que
Lety estaba enamorada del chef... Se veía que Aldo tenía carisma y era un hombre
muy simpático, además que bellísimo
DE:
Así que mi hija y usted se hicieron amigos...
A:
Así es, Señor Padilla, yo quiero mucho a su hija. Por eso vine aquí a esta
hora; quería darle un regalo que hice para ella
DJ:
¿Un regalo?
A:
Sí, Señora; pinté un cuadro para su hija que estoy seguro le va a encantar
DJ:
Oh, ¡Que lindo gesto!
DE:
Sí... Si no fuera que la niña no está
A:
¿Ah no?
Doña
Julieta se puso nerviosa... Ella sabía lo que Aldo sentía por su hija; Lety le
había contado todo lo sucedido y las veces que él y Fernando se habían
enfrentado por causa de ella, así que Julieta no quería ni siquiera imaginar
como iba a reaccionar Aldo si se enteraba de que su hija estaba con Fernando...
DE:
Parece que la Señora Carolina Angeles dejó un asunto pendiente en Acapulco y
necesitó de la presencia de Lety para resolverlo, así que la niña está con ella
en este momento
Aldo
se extrañó de inmediato. ¿Lety en Acapulco con Carolina? ¡Pero si justo unas
horas atrás había hablado con Carolina y ella no le había dicho nada! Lo que sí
era raro, era que la publirrelacionista le había anunciado que Leticia podía no
estar a la casa... Eso significaba solo una cosa: Leticia estaba con él y
Carolina la estaba encubriendo como siempre.
Viéndolo
tan pensativo, Erasmo le inquirió si había algún problema
A:
No Señor, todo está bien. Entonces me voy y le hago recapitar el cuadro el
lunes en la mañana directamente en la oficina de Conceptos...
DJ:
Señor Domenzaín...
A:
Aldo, Señora, llameme simplemente Aldo
DJ:
Está bien... Aldo... ¿No quiere sentarse por un café o una taza de té?
A:
No Señora, le agradezco mucho, pero prefiero dejárlos cenar en paz
DE:
No es ninguna molestia, caballero. Además usted me cae muy bien. ¿Por qué no se
queda a cenar con nosotros?
A
Julieta toda esa situación la tenía inquieta. Era claro que Aldo sabía que lo
de Acapulco era una mentira. ¿Y ahora?
A:
Es que no querría moelstarlos...
DE:
Ya le dije que no es ninguna molestia. ¡Siéntese con nosotros!
A:
Está bien, Señor Padilla, ya que insiste no puedo que aceptar su invitación
DE:
Bueno. Julieta, pon un plato más en la mesa
DJ:
Sí, claro...
Mientras
que iba a la cocina, Julieta reflexionó si llamar o menos a Lety para avisarla
de lo que estaba pasando en su casa aunque luego pensó que ella seguro estaba
con Fernando y no quiso molestarla. Quién sabe que estaba haciendo ahora su
hija...
DJ:
Ay San Juditas Taddeo, haz que todo salga bien...
En
Valle del Bravo, Fernando y Lety habían apenas terminado de cenar:
F:
Entonces mi vida, ¿Te gustó la cena?
L:
¡Ay sí! ¡Los camarones estaban deliciosos!
F:
¡Qué bueno que te gustaron! Este restaurante me lo aconsejó Lalito
L:
¿Eduardo estuvo aquí?
F:
Aja; me dijo que vino con Ingála el año pasado para hacer un viaje
L:
Con su esposa... Me gustaría mucho conocerla... Debe ser una mujer muy especial
si logró conquistar el corazón de Eduardo...
F:
Sí, así debe ser... Si quieres los invitamos a nuestra boda...
L:
¡Fernando!
F:
¿Qué? ¿No quieres invitarlos?
L:
No es eso... ¡Es que me prometiste no meterme prisa! Ya te dije que mañana en
la mañana te voy a dar mi respuesta...
F:
Tienes razón. Disculpame... Te prometo que no voy a tratar el tema hasta que tú
misma lo haga
L:
Gracias... Hablando de otra cosa, ¿No se nos está haciendo tarde para regresar
a México?
F:
Ja ja ¿Ya te cansaste de estar conmigo?
L:
¿Cómo me preguntas eso? Yo nunca podría cansarme de estar contigo... Pero ya
son las ocho pasadas y, si no nos damos prisa, vamos a llegar al amanecer a la
casa...
F:
Es que no nos vamos a dormir a casa, Lety. Ya reservé una habitación muy linda
en un resort que está aquí cerca
L:
Oh... Parece que Don Fernando Mendiola me va a seducir en un hotel esta
noche...
Fernando
se volteó hacia ella y le hizo su mirada de seductor
F:
¿O sea que la Licenciada Padilla es seducible esta noche?
Lety
lo miró coqueta
L:
Puede ser...
F:
Uhm... Eres posibilista hoy... ¡Eso me gusta!
L:
Ja ja ja ¡solo porqué va todo a tu ventaja!
Fernando
tiró fuera la lengua como un niño
Después
de unos minutos de camino en coche, llegaron al resort donde Fernando había
reservado. El lugar estaba muy sugestivo; al entrada tenía una calle bordeada
de árboles de naranja y limón, que contribuían a render el aire muy perfumada,
y al centro del resort estaba una enorme alberca.
Cuando
entraron para registrarse, en la recepción estaba una mujer bellísima; tenía el
pelo rubio y los ojos azules como el mar. ¡Hasta Lety se quedó encantada mirándola!
Parecía una modelo. Fernando, en vez, pareció no hacerle caso; él solo tenía
ojos para su Lety. Una vez llenado las formas para el check in, un valet
preguntó por el equipaje
F:
Ah claro, ¡el equipaje!
Lety
ya estaba preparada para la escenita de la primera noche que pasaron en un
hotel, cuando Fernando la sorprendió
F:
Es que me olvidé las valijas en mi coche.
Valet:
No se preocupe, Señor, si quiere yo mismo la recupero y la hago recapitar en su
habitación
F:
Sí, por favor. Está en la cajuela de mi coche; es un BMZ Z4 convertible de
color amaranto
Valet:
Voy por ella. Mientras tanto mi colega los va a acompañar en su habitación
F:
Muchas gracias
Lety,
en todo eso, no paraba de mirar a Fernando boquiabierta. ¿Cúando había hecho la
valija si ella había estado todo el tiempo con él? Luego otro penasamiento le
atravrsó la mente... Fernando tenía seguro un cambio... ¿¡Y ella!?
Cuando
llegarón a la habitación, Fernando le dejó una propina al valet y finalmente se
quedó a solas con Leticia.
L:
Mi amor, ¿te puedo preguntar una cosita?
F:
Lo que quieras, mi vida
L:
¿Por qué no me dijiste que nos quedábamos a dormir aquí? Si lo hubiera sabido,
yo también hubiera armado una maleta...
F:
No es necesario, Lety, yo ya me ocupé de eso
L:
No entiendo... ¿Te ocupaste de qué?
F:
De armar una maleta para ti también, mi amor. Mejor digo, armé una maleta para
los dos
L:
¿O sea que voy a ponerme tu ropa?
F:
Ja ja ja no es que no me excitaría verte vestida con algo mío, pero no, mi
amor; también está ropa de mujer en la maleta
L:
¿Y donde sacaste esa ropa de mujer?
F:
La compré por ti, obviamente
Lety
abrió grande la boca
L:
¿Compraste ropa para mi?
F:
Sí.
L:
Pero... pero...
F:
¿Pero?
L:
¿Cómo le hiciste con... bueno con las tallas?
F:
Lety, me sé de memoria la anatomía de tu cuerpo hermoso, ¿crees que no sé cual
es tu talla?
Lety
se sonrojó. En efecto Fernando se conocía de memoria la anatomía de su cuerpo y
sus formas ya que, cada vez que hacían el amor, él siempre se tomaba su tiempo
para acariciarla por doquier.
F:
Solo espero que te guste lo que elegí para ti...
Lety
se acercó a él y le puso las manos en las mejillas
L:
Seguro me va a encantar, mi amor
Los
dos fundieron sus labios en un dulce beso que se tornó más atrevido a cada
minuto así que Fernando empezó a empujarla dulcemente hacia la cama hasta que
Lety quedó acostada con él sobre ella. Entre los dos había empezado el juego de
la seducción; Fernando había empezado a desabrocharle los botones de la
camiseta y a besarle el cuello, mientras que Lety le aflojaba el nudo de la
corbata. Los dos amantes estaban entrando en el climax cuando se oyó un rumor
bastante estorbante
L:
Mi amor, están tocando...
Fernando,
que estaba empañado en su actividad de hacerla estremecer, ni caso le había
hecho a lo que estaba pasando en el entorno
F:
Sí, mi amor, son mis manos las que te están tocando
L:
Ji ji ji no, Fernando, están tocando a la puerta
F:
Que toquen, yo no estoy para nadie
L:
Ji ji ji ya mi amor, hay que ver quién es
F:
No
L:
Fernando...
F:
Uff está bien, Lety, voy a ver quién es.. ¡Conste que lo hago solo porqué tú me
lo estás ordenando!
L:
Ja ja ja si quieres voy yo...
Fernando
la miró atentamente. Leticia tenía la camiseta desabrochada hasta el ombligo,
lo que dejaba a la vista su sostén de encaje negro, y además estaba roja en la
cara y su mirada lucía de lujuria. ¡Era fuera de lugar que alguien que no fuera
él la viera así!
F:
¿Estás bromeando, verdad?
L:
Uy, siempre tan celosito mi Fernandito...
Fernando
le hizo una mueca
F:
Voy yo, que tú no estás en las condiciones...
Lety
lo miró un momento, aunque con un poco de vergüenza, antes de contestarle con
un dejo de sarcasmo
L:
No es que tú estés en condiciones mejores que las mías...
F:
¿Qué quieres decir? Yo por lo menos aún tengo mi camisa cerrada
L:
Ehm... No es la camisa el problema...
F:
¿Entonces?
L:
Deberías... Bueno, deberías mirar la parte de abajo de tu cuerpo...
¡Ahora
sí Lety tenía la cara roja como un tomate!
Fernando
miró hacia abajo y entendió lo que Lety entendía... Al parecer, su segundo de
bordo estaba bien despierto...
F:
Oh, ¿Esto? Bueno es normal que se ponga así cuando está cerca de una mujer
hermosa y maravillosa como tú, sobretodo si esa mujer lo besa tan
apasionadamente....
L:
Bueno pero ahora va a ver quién es que están tocando ya desde mucho...
F:
Ja ja ja ay mi Lety, ¿Cuándo vas a aprender a ser más maliciosa?
Lety
nascondió la cara detrás de un cocín
L:
Creo que nunca lo conseguiré...
F:
Ja ja ja mejor voy...
Fernando
se dirigió hasta la puerta y la abrió
Valet:
Disculpe la molestia, Señor Mendiola, pero le traje su maleta
F:
Muchísimas gracias
Valet:
No hay de qué, Señor. Ah, si quieren, la alberca está abierta toda la noche y
tiene una parte cubierta, por si acaso quieren ir a refrescarse un poco
aprovechando de la maravillosa luna que está esta noche.
F:
¡Claro! Gracias por la información
Valet:
Deber, Señor. Buena permanencia en nuestro resort
F:
Gracias.
Fernando
regresó donde estaba Lety con la maleta en la mano y la posó sobre el sofá,
listo para retomar su posición sobre de ella en la cama, cuando pero Lety se
levantó y se acercó al sofá
F:
¿Qué haces?
L:
Quiero ver lo que escogiste para mi
F:
¿Y no puedes verlo después?
L:
Podría... Pero la verdad estoy muy curiosa...
Y
de verdad lucía curiosa como una niña su Lety, así que Fernando no pudo que
contentarla, como siempre hacía cuando se trataba de hacerla feliz
F:
Está bien, señorita...
L:
¿Puedo abrir la maleta?
F:
¡Claro que sí!
Lety,
que se imaginaba encontrar apenas una pijama y un pantalón, se quedó
verdaderamente sorprendida cuando se encontró con toda la ropa que Fernando había
comprado para ella. En la maleta estaban: un camisón de seta negro muy fino, un
vestido azul marino con varias piedras del mismo color, un pantalón y una blusa
blanca y hasta un traje de baño color rojo coral.
L:
¡Mi amor! ¿Cúantas cosas me compraste?
F:
Bueno el necesario para nuestra mini fuga de amor
L:
Ja ja ja están más cosas mías que tuyas
F:
No es cierto; traje la misma cantidad de ropa para los dos. ¡Ah! Y si miras en
esa bolsa también están los zapatos
Lety
abrió la bolsita pequeña y encontró unos zapatos blancos con un tacón de media
altura que traían las mismas piedras que el vestido y un par de zapatillas para
usarlas con el traje de baño.
L:
Ay mi amor, no sé que decir...
F:
¿Te gustan?
L:
No, no me gustan...
F:
Oh...
L:
¡Me encantan! ¡Muchísimas gracias, Fernando!
F:
No tienes que agradecerme nada, Leticia. Lo hice con el corazón, como todo lo
que hago para ti...
Lety
dejó los zapatos que tenía en la mano y se le lanzó al cuello con mucha énfasis.
Fernando aprovechó para cargarla en sus brazos y la regresó sobra el colchón,
volviéndo a besarla en el punto donde se había interrumpido. Cuando vio el
sostén de Leticia, pero, le vino a la mente que también había elegido para ella
un conjunto de lancería muy sexy... ¡Quién sabe como iba a tomar Lety ese
atrevimiento de su parte!
F:
Mi amor, tengo que decirte algo pero no sé como lo vas a tomar...
L:
¿Qué pasa?
F:
Es que, junto a la ropa, te compré una cosita... No sé porque lo hice, ya que
no es el genero de ropa que sueles vestir, pero vi esa cosita en una tienda y
me la imaginé sobre de ti...
L:
¿De qué se trata?
F:
Bueno es... un conjunto de lancería
L:
Uy... ¿Qué genero de conjunto?
F:
Es... Bueno ¿Por qué no lo ves tú misma? Solo, no te enojes conmigo...
L:
¿Y para qué tendría que enojarme?
F:
Porque puede que te parezca muy atrevido y, si no quieres ni probarlo, yo lo
entiendo... No sé ni siquiera porqué lo compré...
L:
Me estás dando curiosidad... A ver que tan atrevido está este conjunto
F:
Bueno...Está en la bolsita negra adenro de la maleta...
Cuando
Lety abrió la bolsa de papel, se quedó boquiabierta... Entre sus manos tenía un
babydoll de encaje negro verdaderamente sexy. Tenía transparencias por doquier y
se veía que era muy fino
Fernando
se esperaba un regañadón por parte de Lety por eso se quedó muy sorprendido
cuando ella le inquirió:
L:
¿Es de la última colección de Vicky Form?
F:
...sí
L:
Creo que lo había visto en su catalogo. Me lo envió Ricardo Lascuraín justo la semana
pasada...
F:
Sí, a mi también me lo mandó y, cuando ví este conjunto, me viniste a la mente
tú de inmediato, por eso me fui a buscarlo para toda la ciudad
L:
ji ji ji ¿Es tan importante para ti verme arropada con esto?
F:
Bueno, no se trata de ser importante... Es que es muy excitante la idea de
verte con solo esto a cubrir tus formas. Sobretodo porque solo yo puedo tener
el honor de verte así
L:
ji ji ji eso es muy cierto...
F:
Entonces, Licenciada Padilla, ¿me va a hacer el honor de ser mi modelo para
esta noche?
Lety
se sonrojó un poco. No era la primera vez que Fernando la veía arropada con
lancería sexy; gracias a Carolina, había comprado varios conjuntos días atrás,
pero ese era verdadermanete atrevido...
L:
¿Qué te parece si primero vamos a ver la piscina?
F:
¿Eh?
L:
Pues sí; oí que el valet te dijo que la piscina está abierta toda la noche y
que está una luna fantastica esta noche... Me gustaría muchísimo verla
contigo... Ha de ser espectacular
Fernando
sonrió. Él había entendido perfectamente que Leticia era tímida y que aún no
lograba dejarse ir completamente cuando se trataba de ser maliciosa
F:
Claro, mi vida, todo lo que quieras... Además soy curioso de ver también como
te senta el traje de baño que escogí para ti...
L:
Bueno, entonces me lo pongo y nos vamos
F:
Bueno, aquí te espero
Durante
la cena, con los Padilla, Aldo contó maravillas sobre Leticia. Su intención,
obviamente, era conquistar a los padres de Lety de modo que terminaran
preferiendo a él, en vez que a Fernando.
DE:
Así que usted se encariñó mucho con mi hija...
A:
Sí, Señor; Leticia es una mujer maravillosa además de inteligente, leal, bellísima...
Y se ve que viene de una muy buena familia que ha sabido crecerla con amor y
con principios y valores.
Erasmo
lo escuchaba con atención. Había mucho que no sentía hablar tan bien de su
hija; desde aquella vez cuando escuchó una reunión en la sala de juntas en
Conceptos, cuando Don Fernando habló maravillas de Lety.
DE:
Sabe, usted me recuerda mucho a Don Fernando Mendiola; no sé si lo conosce...
Aldo
ignoró la rabia que le estaba saliendo por dentro con solo sentirlo nombrar y
asintió con la cabeza, fingiendo una de sus sonrisas
DE:
Él también quiere mucho a mi hija.
Aldo
desorbitó los ojos. ¿Podía Don Erasmo saber de la relacción de su hija con
Mendiola? No, no podía ser...
A:
¿¡Qué!?
Por
suerte Doña Julieta intervino a salvar la situación
DJ:
Que... que Don Fernando se encariñó mucho con la niña porque ella lo ha ayudado
muchísimo con su empresa. Antes de ser Presidenta, Lety era asistente de Don
Fernando y lo ayudó a resolver varios problemas de la empresa, por eso él le
tiene muchísima consideración
DE:
Sí... Debería escuchar las maravillas que Don Fernando dijo de mi hija frente
de la junta de comité en Conceptos...
Aldo,
en tanto, estaba hirviendo. Al parecer Erasmo no sabía nada de lo que Fernando
le había hecho a Leticia... Quién sabe como iba a cambiar su idea sobre el ex
presidente de Conceptos si supiera lo bastardo que fue con su hija...
A:
Sí, me imagino...Bueno, Señores, ha sido un verdadero placer poder cenar tan a
gusto con ustedes, pero ha llegado la hora de que yo regrese a mi casa. Les
agradezco muchísimo por la cena y, Doña Julieta, usted cocina de verdad mejor
que un chef
Julieta
se sonrojó. Su hija tenía razón; Aldo era muy bueno para seducir...
DJ:
Ji ji ji ¡No exagere!
A:
¡Ninguna exageración! ¡Y se lo dice un chef!
Aldo
le guiñó el ojo
A:
Bueno Señores, ha sido un gusto conocerlos y espero que volvamos a vernos en
futuro
DE:
Cuente con eso, joven
A:
Buenas noches
DJ:
A usted, Aldo
Cuando
subió en su coche, Aldo estaba muy enervado. ¿Cómo podía Leticia seguir con
Fernando después de todo lo que él le había hecho? Pero sobretodo, ¿Cómo podía
no tener escrúpulos por Marcia? ¡Ella estaba eserado a un hijo de Fernando! Y
él, en vez de estar cerca de ella, no paraba de pensar en su maldita empresa...
Parecía que para él era más importante seguir el plan de salvar Conceptos en
vez que su hijo... ¿Cómo podía Leticia estar enamorada de un hombre así?
En
tanto, en el resort, Fernando y Lety estaban listos para irse a la piscina.
F:
Ese traje de baño te sienta de maravillas, mi vida
L:
¿Tú crees?
F:
Claro que sí, Lety. ¡Eres hermosa!
Y
así diciendo Fernando se le acercó y la envolvió entre sus brazos. La
temperatura al borde de la piscina estaba maravillosa; era una noche bastante
caliente y en el cielo brillaba la luna plena. Además, en ese periodo del año,
el resort no estaba muy lleno, así que Fernando y Lety eran los únicos en la
piscina a esa hora.
F:
¿Qué te parece si vamos a probar la temperatura del agua?
L:
Es que...
F:
¡Ay no, Lety! ¡No me hagas como cuando estabamos a Cuernavaca que me hiciste bañar
a mi solito y tú te bañaste solo los pies como si fueras un pulpo!
L:
ji ji ji ¡siempre haces esas comparaciones tan chistosas!
F:
Ja ja ja ¿sí verdad? Bueno pero ahora, princesita, dame la mano y vente en el
agua conmigo
El
corazón de Lety perdió un latido cuando se oyó llamar “princesita”. Nunca antes
la había llamado así...
L:
¿Cómo me llamaste?
F:
Princesita... ¿No te gusta que te llame así?
Lety
sonrió y se le lanzó al cuello
L:
¡Me encanta! Nunca nadie me había llamado así...
F:
Bueno entonces, mi princesita, preparese que vamos a entrar en el agua
Y
así diciendo Fernando la cargó en sus brazos y descendió las escaleras de la
piscina, hasta que los dos fueron en el agua. Lety, no sabiendo nadar, se le aferró
al cuello muy espantada
F:
¿Qué pasa, mi vida?
L:
¡Pasa que yo no sé nadar!
F:
Oh... ¿Y por qué no me lo has dicho antes?
L:
Traté de hacerlo justo unos minutitos atrás...
F:
Bueno, no te preocupes, mi amor. Agarrate a mi y no va a pasar nada. Además aquí
el agua es muy baja así que no hay peligro
L:
¿De veras?
F:
Sí, Lety. Si te pones de pie, el agua no va a superar tu ombligo
Lety
intentó soltarse de él y, en efecto, el agua era bastante baja
L:
Ji ji ji tienes razón
Sintiéndose
más tranquila, se armó de valor y empezó a nadar como podía. Bueno, más bien
empezó a bañarse. Fernando tenía razón; el agua estaba estupenda.
El
susodicho, en tanto, no podía parar de sonreír al verla tan feliz. Lety parecía
una niña chiquita mientras tomaba confianza con el agua y él no paraba de
mirarla.
De
repente se oyó una música que venía desde los altoparlantes que estaban ahí
cerca y Lety se paró para escucharla. Se trataba de un viejo éxito de Alejandro
Fernandez
L:
Oh... ¡Adoro esa canción!
F:
A mi también me gusta mucho...
Fernando
se encantó viéndola. Lety estaba simplemente hermosa con la luz de la luna que
reflejaba sobre su piel mojada. Despacio se acercó a ella, le tomó la mano y la
acercó a él
F:
¿Me harías el honor de bailar conmigo?
L:
Claro que sí...
Los
dos se abrazaron y empezaron a moverse al ritmo de la canción
Me estoy enamorando...
Me estoy ilusionando con tu amor
Y siento que la pena
Que me afligia el alma
Ya no duele más.
Hoy mis ilusiones
Vuelven a vivir
Y siento que mi boca
Se muerde al sentir
Que un beso...
Mi deseo desborda
Dentro del corazón...
Siento que me estoy enamorando
Y guardo aquí en mi corazón
Cada momento que he vivido junto a ti
Y sólo quiero entre tus brazos
Ver cada amanecer...
Noches de pasión
Fuego que enciendes
Con el roce de tu piel
Con cada beso...
De tus labios como miel
Con esa luz de tu mirada
Que me hace estremecer
Mientras
bailaban, Fernando no dejába de rozarle la espalda los las yemas de los dedos.
Lety, que tenía la cabeza posada sobre su hombro, no podía hacer otra cosa que
estremecer con cada toque de Fernando. En ese momento se sentía en paraíso y, si
antes necesitaba tiempo para pensarlo, ahora estaba segura...
Leticia
esperó que la música terminara antes de hablar. Cuando la última nota de la
canción sonó, se separó de él el tanto que bastaba para mirarlo en los ojos y
le sonrió dulcemente. Fernando le sonrió a su vez y esa era la señal que Lety estaba
esperando...
L:
Fernando, preguntamelo otra vez
Ahora
era el corazón de Fernando el que había perdido un latido. Casi le temblaban
las manos por la emoción pero trató de mantenerse lo más calmado posible cuando
volvió a preguntarle:
F:
Leticia Padilla Solís, ¿me harías el honor de casarte conmigo?
Lety
lo besó dulcemente en los labios antes de contestarle. Fue apenas un rocío pero
hizo que Fernando tocara el cielo. Nada, pero, lo hizo más contento que oír la
voz de Lety mientras le decía...
L:
...Sí.
Sigue...
Sigue por favor
ResponderBorrarQue bueno que regresaste, quedo bonito lo capitulo... Sigue pronto porfa besos
ResponderBorrarMuy bueno el capítulo. Que bueno que hayas podido actualizar. Espero el que sigue...
ResponderBorrarQ buenos todos los capitulos desde q empese a leerlos no pude parar encerio . espero el otro
ResponderBorrarCadê o resto?
ResponderBorrarCadê o resto?
ResponderBorrar¡¿Por favor mi voy a poner loca cade Los capítulos ¿¡
ResponderBorrarVc não vai mais postar a fic parou por aqui ????
ResponderBorrarNão posso acreditar que você abandonou a fic 😢😢😢.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarBlackjack - Casino News - Dr.MD
ResponderBorrarBlackjack. Casino. Blackjack. Roulette. Roulette. Poker. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let 김해 출장마사지 it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. 김해 출장마사지 Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let 서귀포 출장마사지 it Ride. Let it Ride. Let 하남 출장마사지 it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. Let it Ride. 포항 출장샵