viernes, 17 de abril de 2015

Capítulo 54

Capítulo 54
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Attracción fatal


Carolina Ángeles, publirrelacionista y hada madrina free lance para Lety, había sido siempre clara con Omar Carvajal con respeto a una hipotética relación entre ellos: si después de la apocalipsis quedaba entre los vivos, entonces sí le iba a dar una chance. A pesar de todo, esa tarde de septiembre, estaba sentada cerca de él, en su coche deportivo, rumbo una destinación para ella desconocida y la cosa, en vez de preocuparla, la llenaba de emoción. Entre sí, Caro se puso a pensar:

C: ¿Cómo puedo sentirme así? ¡Por Dios, parezco una adolescente  en plena crisis hormonal!

Luego le lanzó una mirada a Omar y sonrió enamorada


En tanto, Eduardo había salido por resolver unos asuntos por cuenta de Fernando así que el ex-Presidente había quedado solo y empezaba a sentir falta de su Lety. Sin pensarlo dos veces, agarró el celular y la llamó para pedirle cuando podían verse.

Viendo el número en la pantalla de su celular, Leticia se cercioró que sus papás no estubieran alrededor de su cuarto así que cerró la puerta con llave y se tiró en la cama para hablar comodamente con su amor.

L: ¡Hola, mi amor!

F: Hola, mi princesa hermosa. ¿Cómo estás?

Lety se mordió el labio inferior nerviosamente. El solo oír su voz, hacía que su corazón empezara a latir más fuerte en su pecho. Después de haberlo pensado un momento, Lety le contestó sincera:

L: Triste; muy triste

F: ¿Triste? ¿Por qué? ¿Tuviste problemas con tu papá?

L: No mi amor, es que me hace falta mi principe

Fernando sonrió. Después de haberla sentido tan fría por tanto tiempo, a causa de la maldita carta de Omar, oírla decir eso le llenaba el corazón de emoción.

F: Uy eso se resolve muy fácilmente, Licenciada Padilla. En media hora estoy delante de tu casa

L: Ji ji ji eso es lo que más me encantaría, pero es que ahorita está mi papá en la casa y si me ve salir tan pronto, luego de que no estuve en la casa para toda la mañana, seguro no me lo va a permitir...

Fernando se desanimó un poco

F: Ay...

L: ¿Qué te parece si nos vemos cerca de las 7 de la noche?

F: Me parece que me voy a morir de saudade pero voy a tratar de aguantar

Lety se echó a reír

F: ¿Qué le causa tanta gracia, Licenciada Padilla?

L: ¡Ay ya! ¡No me llames así!

F: Leticia, no contestaste a mi pregunta...

L: Es que usaste el termino “saudade”

F: ¿Y?

L: Y no sabía que hablabas portugués

F: Bueno, algo... ¿Te acuerdas cuando compramos el fondue?

L: ¡Ay como olvidarlo! Esa noche fue tan chistosa y... tan romántica

F: ¿Romántica? ¡Ay por favor, Lety! ¡Esa noche fue un total desastre!

De pronto Lety se puso seria

L: Fernando, cuando estoy contigo, cada momento, cada istante y cada segundo se vuelve romántico y mágico. Simplemente tenerte cerca vuelve cualquier momento especial

Fernando se derritió al oír hablar así a su amada

F: Ahora es cierto que no aguanto hasta las siete...

Lety se sonrojó un poco

F: Pero por ti voy hacer eso y mucho más, mi princesa.

L: Hasta luego, mi principe

Fernando le mandó un sonoro beso a través de la bocina y luego colgó



En tanto, en otra parte de la ciudad y inmersa en sus pensamientos, Caro no se había percatado de que Omar había aparcado el coche y que la estaba mirando risueño. Cuando se dio cuenta, bajó la mirada avergonzada, mirandose las manos que tenía entrelazadas sobre sus rodiallas, y se sonrojó un poco

O: ¿Estás bien, Caro?

Con cuidado, Carolina volvió a mirarlo en la cara

C: Sí, ¿Por qué me lo pides?

O: No sé... Te veo un poco rara

C: ¿Rara?

O: Sí. No has dicho una sola palabra desde que salimos del restaurante

C: Oh creeme que estoy bien. Lo que pasa es que estaba gozando del paesaje. Por cierto, ¿Donde estamos? No me parece un lugar conocido...

O: Es un parque donde venía siempre cuando era niño. La casa de mis padres estaba en esa esquina que ves allí

C: ¿Y ellos todavía viven allí?

O: No...

De repente la mirada de Omar se veló

Carolina se preocupó

C: Omar, ¿Estás bien? ¿Acaso dije algo malo?

O: No, Caro, no es eso. Solo no quiero hablar de ellos

C: Está bien; como quieres...

Para tratar de aligerar la situación, Omar tomó Carolina de la mano y la condujo al entrada del parque

O: Estoy seguro de que te va a encantar. En este parque hay muchas plantas raras y también una zona con pájaros muy bellos

C: ¡Uy me gustan muchos los pájaros! Cuando era niña, tenía un canario que se llamaba Titty... Lloré mucho cuando falleció

O: ¿Y como falleció?

C: Mi mamá me dijo que murió de viejez pero yo sé que fue Chiche, el gato de la vicina, que lo mató

O: Ay que horror... ¡Pobre canario!

C: Ajá... Bueno, pasó mucho tiempo... Vamos a ver el parque ¿no?

O: Sí, vamonos

Los dos caminaron por un buen rato al interno del parque; Omar parecía muy experto de todo lo que concernía las plantas y los animales presentes. Caro estaba extasiada. Nunca podía imaginarse que Omar fuera un tipo así. De repente algo le llamó la atención; desde que habían entrado en el parque, Omar no le había soltado la mano. Carolina miró su mano, envuelta en la de él, y se sonrojó, mordiendose nerviosamente el labio inferior. Omar se percató de eso y sonrió. En realidad él no alimentaba muchas esperanzas con ella, visto todo lo que siempre le había dicho con respeto a una hipotética relación entre los dos. Sin emabrgo, en el fondo de su corazón, él seguía esperando el día en que Carolina le iba a dar una oportunidad. Respeto a las otras mujeres, la publirrelacionista, tenía algo especial... Quizás era porque nunca había cedido a sus avances o quizás era su encanto de mujer independiente, pero algo en su mirada color café lo embrujaba.


Sobre la Ciudad de México estaba anocheciendo y el reloj marcaba 18.06 cuando el celular de Fernando vibró en el bolsillo de su pantalón. Cuando leyó el mensaje de texto, una sonrisa se dibujó en sus labios


Mensaje:
Mi amor, te extraño muchísimo. No veo la hora de regresar en tus brazos <3
De: Mi Lety


Él también la extrañaba así que se apresuró en contestarle con otro mensaje hasta que su celular empezó a sonar, así que Fernando contestó sin ni siquiera mirar el número, seguro de que se tratara de Lety. Cuando pegó la tecla verde, no dejo ni el tiempo de hablar a quién llamaba y expresó lo que sentía en ese momento:

F: Yo también te extraño, mi vida

Voz: Fernando...

Fernando desblancó en la cara y desorbitó los ojos. La voz que le había contestado no era ni remotamente parecida a la de Lety

F: Ma... ma... ¡Marcia!

M: Sí, mi amor, soy yo. ¿Esperabas a otra?

“Sí, ¡a mi Lety!” gritó Fernando en su mente

F: ¡Claro que no, mi amor!

Marcia hubo un escalofrío. Era claro, por la manera en que le contestó, que Fernando esperaba una llamada de parte de otra... casi seguramente de Leticia. Como sea, Marcia intentó disimular

M: ¿Como sabías que me hacías mucha falta?

F: Pues... Lo supuse. ¿Acaso no es así?

M: ¡Claro que sí, mi vida! Pero te llamaba por otra motivación

F: ¿Ah sí? ¿Y cual sería esa motivación?

M: Es que no me siento... o mejor digo, no nos sentimos muy bien y tengo un poco de miedo de quedarme sola esta noche. ¿Para ti sería un problema pasar la noche con nosotros?

F: ¿Nosotros?

M: Sí, mi amor. Nuestro hijo y yo

Un escalofrió recorrió toda la espalda de Fernando

M: Te juro que no voy a acosarte ni nada de eso. Solo te necesito a mi lado esta noche

Fernando tragó saliva. ¿Como podía decirle que no a la mujer que era también su prometida, cuando le pedía de pasar con ella una noche porque no quería estar sola?

F: Está bien, Marcia. En media hora estaré en tu departamento

Marcia no pudo creer en sus oídos

M: Gracias, Fernando


En tanto, en el parque empezaba a hacer frío y, ya que Carolina traía un vestido sin mangas, Omar, como buen caballero, se quitó su saco y se puso detrás de ella para ponerselo en la espalda. Cuando terminó de ponerle su saco, Omar se quedó algunos segundos detrás de ella con las manos posadas en sus hombros. Algo en Carolina lo atraía profundamente así que se acercó a sus cabellos y inspiró el perfume que emanaban. Carolina, al sentirlo tan cerca, sintió que todos sus sentidos se encendían. Omar retomó su posición delante de ella y le besó la mano

C: Gracias, Omar.

O: No hay de qué, Caro.

Con el sentido nublado y la piel erizada, Caro no logró concetar así que, sin pensarlo, invitó Omar a tomar algo en su departamento y él aceptó feliz. Estar con ella era lo único que deseaba esa noche.


Cuando llegaron en el departamento de Carolina, la publirrelacionista hizo acomodar a Omar en el salón y se fue en la cocina para preparar algo de tomar. Mientras estaba solo en el salón, Omar empezó a mirar las fotos que estaban en cima de un mueble. Algunas retraían a Carolina cuando estaba más joven y tenía el pelo de color castaño rojizo, pero una le llamó la atención. Era seguramente una foto más reciente donde estaba Carolina abrazada a un hombre de pelo rubio y los dos sonreían mientras estaban en una playa tropical.

Sin saber porque, Omar sintió un dejo de celos...

Cuando Carolina regresó en el salón, el ex vicepresidente de Conceptos estaba asomado a una ventana, mirando el panorama. Sintiendo una mano posarse en su espalda, Omar hubo un escalofrío y se sacudió

C: Perdón si te asusté. Te traje tu wisky

Omar se volteó hacia ella y la miró fijo en los ojos

O: No me asustaste, Caro...

Luego tomó la copa que Carolina traía en la mano causandole a ella un escalofrío que le recorrió toda la espalda

O: Gracias...

Omar chocó su copa con la de ella y los dos se quedaron mirandose por algunos segundos antes de tomar un sobro de alcohol.

Carolina sentía que no podía resistir quieta por largo tiempo; ella lo amaba ¡y desde mucho! y lo único que quería, era sentirlo suyo: sentir las manos de él posarse sobre su cuerpo y acariciarlo.

Segura de que Omar no sentiría lo mismo, Carolina desistió de su idea de lanzarsele en cima y lo hizo acomodar en el sofá, sentandose cerca de él.

Omar, por su cuenta, tenía un deseo muy parecido a lo de la publirrelacionista y eso lo hacía sentir raro.

Los dos empezaron una platica “neutra” incentrada sobre el trabajo y sobre los últimos logros de Conceptos pero, cuando Omar sintió que no podía aguantar más sin besarla, decidió irse, seguro de que a Carolina no le hubiera dado ninguna gracia su gesto.

O: Caro, fue un verdadero placer pasar esta jornada contigo. Te agradezco mucho por haberme tenido compañía hoy

C: Omar, ¡soy yo la que te agradece! ¡Gracias por este día tan maravilloso!

Omar quedó apabullado con las palabras de Carolina

O: ¿Maravilloso?

C: ¡Claro! Gracias a ti conocí ese lugar tan hermoso y además pasé una jornada muy amena

Omar sonrió y Carolina aprovechó para acercarse y darle un beso en la mejilla

Sintiendola tan cerca y oliendo su perfume, Omar no supo resistir y le dio un calido beso en los labios. Carolina sintió todo su cuerpo estremecer por la emoción. Esperaba ese beso como la lluvia en el desierto. Lo deseaba; lo deseaba mucho. Cuando estaba por ponerle las manos en la cara para profundizar el beso, pero, a Omar le vino a la mente la foto de Caro con el otro hombre así que se separó de ella y se excusó por el gesto, saliendo de prisa del departamento.

Una vez a fuera, Omar se puso a pensar:

O: ¿Qué me pasó? ¿Desde cuando Carolina Ángeles me hace ese efecto? O sea, siempre la he encontrado una mujer muy guapa y atractiva pero... Esta noche sentí algo más; algo que nunca había sentido antes... Cuando la besé... Ay Dios... ¿Qué me está pasando?


En tanto, dentro del departamento, Carolina estaba sentada en el piso con la espalda en contra de la puerta y una mano sobre los labios.

C: ¡Me besó! ¡Omar Carvajal me besó!

Caro no pudo contener las lágrimas de felicidad que salieron de sus ojos

C: ¡Dios, cuanto esperé ese beso! Aunque...

De pronto su humor cambió

C: ¿Por qué escapó así? A lo mejor no quería besarme...

Carolina tragó saliva y las lágrimas de felicidad se mudaron en lágrimas de tristeza.


En tanto, en el cuarto de Lety, su reloj marcaba las 19.16 y ella estaba muy nerviosa

L: ¿Como es que aún no llega? ¿Posible que se olvidó?

De repente Lety desorbitó los ojos

L: ¿¡Y si le pasó algo!?

Inmediatamente Lety tomó su celular y llamó el número de Fernando:

Voz: El número que usted ha marcado, se encuentra apagado o fuera del area de cobertura

El terror se apoderó de la ciudadana Presidenta que no pudo otra cosa que gritar

L: ¡¡No!!

Sintiendola gritar, su mamá se precipitó en su cuarto

D.J: M’hijita ¿¡Qué pasó!? ¿¡Qué fue ese grito!?

Lety no logró hablar y lo único que hizo fue lanzarse con los brazos al cuello de su mamá, empezando a llorar y a temblar

D.J: Lety, mi amor, ¡Me estás asustando! ¿¡Qué tienes!? ¿¡Te sientes mal!?

Entre sollozos, Lety intentó hablar

L: Mamá... Fernando... Fernando...

D.J: ¿¡Fernando qué!? ¿¡Qué hizo!?

L: Fernando me dijo que venía por mi a las siete y todavía no llega

Doña Julieta echó un vistazo al reloj antes de contestarle

D.J: Lety, son apenas las siete y media; a lo mejor se quedó embotellado en el tráfico. ¿Ya intentaste llamarlo?

L: Sí, mamá pero tiene el celular apagado. ¡Estoy segura que le pasó algo!

Lety se echó nuevamente a llorar

A Doña Julieta le partía el alma al ver a su hija tan desesperada

D.J: Lety, mi vida, ¡calmate! ¡Estoy segura que no le pasó nada de grave! Verás que será él a llamarte en cuanto pueda

L: ¿Y si no lo hace?

D.J: ¿Por qué no debería hacerlo?

Lety tragó saliva y se dejó vencer de las paranoias

L: Porque a lo mejor se cansó de mi y quiere dejarme

Doña Julieta se enojó

D.J: ¡Leticia Padilla Solís! ¡No te permito hablar así de ese muchacho que te ama más que a su vida!

Lety estaba roja de enojo. No sabía si llorar o ponerse a gritar. En su cerebro empezaban a tomar forma las ideas más estúpidas.

¿Y si está con otra? ¿Y si se dio cuenta que yo no soy la mujer para él?

Luego miró a su mamá y, en tono socarrón, le preguntó:

L: ¿Y tú que sabes que me ama?

D.J: Lety, ya te dije que Don Fernando fue a hablar conmigo mientras tú estabas en Acapulco

L: Eso no demuestra nada...

D.J: ¡Por Dios, Lety! ¡Ese muchacho me habló con el corazón en la mano y creeme que me di cuenta de todo el sufrimiento que sentía! Don Fernando estaba como muerto en vida cuando vino a hablar conmigo; estaba desesperado porque no te encontraba en ningún lado y necesitaba hablar contigo para explicarte todo lo que pasó. Esa noche me dijo que te amaba más que a su propia vida y creeme, m’hijita, que me habló desde el fondo de su alma. ¡Deja de sentirte inferior!

Lety desorbitó los ojos

D.J: ¿Crees que no me doy cuenta que tienes esas paranoias por como te veías antes? Lety, mirate al espejo: ¡eres hermosa! Y además Don Fernando se enamoró de ti cuando aún no lucías así...

Lety se quedó pensando; su mamá tenía razón: Fernando no estaba enamorado de ella por como lucía ahora. Él se enamoró de ella cuando todavía era “Lety la fea”. Ese pensamiento logró calmarla un poco.

L: ¡Fernando te ama, Lety! ¡Ya te lo demostró muchas veces; no dudes de él!

Pensó entre sí misma. Luego miró a su mamá y la abrazó otra vez para agradecerle

L: Gracias mami; tú siempre logras calmarme

D.J: No hay de qué, mi vida. Las mamás estamos aquí por eso

L: ¡Te amo mami!

D.J: ¡Y yo a ti, mi Cielo! ¿Quieres que me quede otro ratito aquí contigo?

Lety negó con la cabeza. Se sentía más tranquila y necesitaba estar un poco a sola para reordinar las ideas.

D.J: Bueno, entonces te preparo un té de tilla así te tranquilizes un poco

L: Gracias mami


Quedada a sola, Lety volvió a marcarle a Fernando y otra vez le contestó la voz grabada

Voz: El número que usted ha marcado, se encuentra apagado o ...

L: Sí, sí, ¡ya lo sé! ¿Donde estás, mi amor?

Lety decidió acostarse un poco en la cama. Se sentía un poco cansada así que prefirió descansar un poco en la espera de noticias.


En tanto, Fernando había llegado al departamento de Marcia. Antes de entrar, miró su celular y lo maldició

F: ¿Por qué tuviste que abandonarme justo ahorita que es cuando más te necesito? ¡Mendigo celular! Seguro mi Lety ha de estar muy preocupada... ¡Ni siquiera pude avisarla! Tengo que llamarla, de alguna manera...

Finalmente Fernando tomó las llaves del departamento de Marcia y abrió la puerta. Cuando entró, Marcia no le dio ni tiempo de hablar puesto que ya le había lanzado los brazos al cuello, abrazandolo muy fuerte.

M: ¡Mi amor! ¡Gracias por venir!

F: No hay de qué, Marcia. ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

Marcia puso en acto la primera parte del plan que habían armado con Alicia y, acariciandose la barriga, sonrió y lo miró fijo en los ojos

M: Sí, Fernando. Estamos bien

Fernando sintió un siniestro escalofrió en los hombros.

F: Me da mucho gusto. ¿Comiste?

M: No, ¡y la verdad me muero de hambre!

F: Bueno entonces dime lo que quieres comer y en un relámpago voy y vengo con la comida

Marcia no tenía la más minima intención de dejarlo salir. Tenía miedo de que él se fuera con ella y hubiera hecho cualquier cosa para evitar que eso pasara, por lo menos por esa noche...

M: ¡No!

Fernando la miró extrañado

F: ¿No, qué?

M: Que no quiero que salgas y que tomes frío. Mejor pedimos comida ¿qué te parece?

F: Como quieres...

Fernando echó un vistazo a su reloj que marcaba las 20.21 y entre sí pensó:

F: ¡Lety estará furiosa! ¡Tengo que avisarla de alguna manera! ¿Y si la hice preocupar?

Viendolo, pensativo, Marcia le llamó la atención

M: ¿Qué te pasa, Fernando? Quizás tenías algun compromiso y yo te lo eché a perder...

F: No, no es eso. Es que no avisé a Eduardo que no pasaba la noche en la casa y no querría que se preocupara...

M: ¿Y por qué no lo llamas?

Fernando le contestó con rabia

F: ¡Porque el mendigo de mi celular escogió justo hoy como día para no funcionar!

Marcia se quedó viendolo. ¿Por qué estaba tan nervioso? Seguro porque con el celular roto, no podía avisar a ella...

F: Marcia, hagamos una cosa. Tu vete en la recámara y te pones comoda en la cama que yo llamo para que nos traigan la comida y te alcanzo. ¿Qué te parece?

Marcia no quería. Sabía que él iba a llamar a ella pero no pudo hacer otra cosa que aconsentir así que se retiró en la recámara mientras que Fernando estaba ocupado con el telefono.

De repente Fernando se paró en seco

F: ¡No! ¡No me sé su número de memoria! ¿Y ahora?

Por suerte Fernando logró hacer funcionar por lo meno la rúbrica de su celular así que sacó el número del celular de Lety y lo digitó en el teclado del telefono de Marcia

F: Solo espero que no esté demasiado enojada...


En su cuarto, Lety dormía placidamente. Después de la platica con su mamá, se sentía muy cansada así que terminó con dormirse cuando de repente el sonido del celular la hizo despertar.

Lety miró el número en la pantalla y no le pareció conocido.

Con la voz de quién recién se está levantando, Lety contestó después del tercer timbre

L: Bu... ¿bueno?

Fernando trató de hablar con tono neutro para no hacerse escuchar de Marcia y intentó mantener la voz lo más baja que podía

F: Soy yo, Fernando

Lety se puso sentada de un solo brinco. Oír la voz de Fernando era como un bálsamo después de la angustia a que la había sometido el no saber noticias de él

L: ¡Mi amor! ¿Estás bien? ¿Donde estás?

F: Sí, estoy bien...

El tono de Fernando sonaba demasiado frío así que Lety se puso en alerta

L: Fernando, ¿Donde estás?

Fernando tomó un largo respiro antes de contestarle

F: Estoy en el departamento de Marcia

A Lety le heló el sangre en las venas y entre sí pensó:

L: ¡Está con ella!



Sigue...


miércoles, 8 de abril de 2015

Capítulo 53

Capítulo 53
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Una decisión importante


M: Alicia, ¡es una tontería! ¡Nunca voy a ponerme una panza postiza para engañar a Fernando! ¡Yo tengo dignidad; no soy así!

AF: ¿Ah no? Eso quiere decir que prefieres que TU NOVIO y prometido se quede con la garnacha ¿verdad?

M: Mira Alicia, yo no sé ni siquiera si toda esta historia es real... O sea, veo como Fernando mira a ella pero... ¡Ay no sé! Es que el tal Aldo parece tan enganchado con Leticia... Lo hubieras visto en el evento; ¡la seguía como perrito a cada paso que movía!

AF: ¿Y ella también parecía enganchada con él?

M: No. Ella...

AF: ¿Qué? ¿Ella qué, Marcia?

M: Ay Alicia... en el evento Fernando invitó a bailar a Leticia, un tema muy romántico por cierto, y cuando terminó la canción, ¡casi se besan!

Alicia desorbitó los ojos

AF: ¿¡Qué!? ¡Ay Marcia! ¡No me dirás que necesitas más pruebas para comprobar que entre ellos hubo algo! ¿Qué quieres más que eso? ¿Cacharlos mientras hagan el amor? Bueno aunque tratandose de la garnacha, sería más como hacer el horror...

Marcia se puso pensativa y de inmediato le vino a la mente la tarjeta que había encotrado en la oficina de Leticia...

“Conocer tu pasado, lejos de distanciarme de ti, me acerca. Quiero que olvides para siempre ese pasado; que vuelvas a tener fé en ti, en tu cuerpo, en tu piel, en tu manera de amar. Porque me consta tu sensualidad”

M: ¡La tarjeta!

Luego la ejecutiva pensó a lo que le había dicho Fernando con respeto a esa tarjeta:

F: “Marcia, escucha bien lo que te voy a decir... Es cierto, hubo un periodo donde yo tuve una amante ¡pero eso ya pasó! Y desde hace mucho... Así que puedes quedarte tranquila... ¡Ahora soy todo tuyo!”

M: ¡Claro! ¡Ahora todo está claro!

AF: ¿Qué quieres decir con eso?

M: Es que un día encontré en la oficina de Leticia una tarjeta que supuestamente Fernando había escrito para su amante, donde hablaba “de la sensualidad de su cuerpo”

Alicia quedó boquiabierta

M: Cuando le pedí explicaciones, fue el propio Fernando que me confirmó que tuvo una amante aunque me dijo que entre ellos todo se había acabado

AF: ¿Y eso cuando pasó?

M: Después de que Leticia presentó su renuncia en la junta del comité...

De repente a Marcia le cayó el veinte...

M: ¡No!

Cuando Marcia terminó de pronunciar esa frase, se acordó de lo que pasó en los días siguientes a la renuncia de Leticia... Mano a mano, todas las piezas del rompecabeza tomaban forma en su mente. La tarjeta; lo que Fernando le había confirmado; la noche en que se puso como loco y se lastimó la mano, ponendose a gritar que odiaba a Leticia...

¿Qué le había hecho esa mujer para llevarlo a odiarla? Una cosa era cierta, Leticia tenía algo que ver con todo eso.

M: Alicia, tengo que averiguar lo que pasó entre esos dos y por eso necesito de tu ayuda

AF: ¡Cuenta conmigo por lo que sea, amiga! Pero ahora vamos a almorzar que me muero de hambre ¿sí?

M: Bueno está bien...



Fernando, en tanto, había llegado al Hospital Angeles México, y, mientras se dirigia hasta la recepción, pensaba entre sì:

F: Estoy seguro que esto es lo mejor... ¡Mi Lety va a estar muy feliz!

Llegado a la recepción, habló con la recepcionista para pedirle informaciones:

F: Buenos días, señorita. Necesitaría de una información...



En Calle de Mimosa, Lety estaba en su cuarto, actualizando su diario numero 9:

Diario: Me siento tan amada cuando estoy con él... ¿Como pude aunque solo dudar que él se acostaba conmigo “por deber”? Fernando hace el amor conmigo porque quiere y cada vez que estamos juntos me lo demuestra con cada beso que me da; con cada caricia que me hace; con cada gesto... Como anoche... él fue tan dulce conmigo, ¡tan delicado! Me acaricia de una manera tan sutil que hace que toda mi piel se erize con el solo contacto con sus dedos... ¡Ay Diosito gracias! Gracias por ponerlo en mi camino porque es gracias a la sonrisa de Fernando que mi vida cobró sentido. Desde que él apareció en mi vida, despertó mi ilusión; mi esperanza; mi fe en el amor... Y aunque me haya hecho sufrir, doy gracias a Dios por tener a mi lado un hombre tan maravilloso como Fernando Mendiola.

De repente su papá interrumpió sus pensamientos

D.E: ¡Lety! ¡Baja que ya está listo el almuerzo!

L: ¡Sí papacito, ahorita bajo!

Lety cerró su diario, olió por última vez la chaqueta de Fernando y descendió a almorzar.


En el hospital:

R: Sería mejor que vinieran los dos juntos así de acelerar las prácticas

F: Entiendo... ¿Y cuando debemos venir?

R: Eso lo deciden ustedes. Solo acuerdese que tiene que ser máximo ocho días antes de...

F: Sí, sí, sí eso ya lo sé. ¿Así que no hay problemas por el día?

R: No Señor Mendiola, pueden venir cuando quieren

F: Bueno le agradezco mucho por la paciencia, señorita

R: No hay de qué. Hasta luego Señor y ¡felicidades!

Fernando sonrió

F: Gracias



Mientras tanto, en casa de Carolina...

C: ¿Qué crees que pasó anoche, entre Lety y Fer?

E: No sé... Pero, como Fer no me ha vuelto a llamar, me imagino que todo salió como lo había planeado

C: ¡Pero Marcia se fue con él a su casa!

E: Sí, pero no creo que pasaron la noche juntos... Estoy seguro de que Fer pasó la noche con su amada

C: ¿Y tú como sabes eso?

E: Porque veo cuanto Fernando ama a Lety y sé que por nada del mundo despreciaría una noche con ella para estar con Marcia

C: Eduardo, dime una cosa, ¿Desde cuanto tú estás enterado de que Fernando ama a Lety?

E: ¡Uy desde muchísimo!

C: ¿¡Como que desde muchísimo!? ¿O sea que lo sabes desde antes que yo?

E: Bueno depende... ¿Tú cuando te enteraste?

C: Bueno yo los caché besandose en la oficina de Lety, algunos días antes de la famosa junta del comité...

E: Uy entonces creo que yo lo sé desde más tiempo que tú, Caro. Yo me enteré de que entre ellos había algo, el día del cumpleaños de Lety. Ella se veía tan enamorada y tan contenta cuando hablaba de “su novio”... Al inicio pensé que de veras su novio era el tal Tomás Mora pero, cuando vi como Lety miraba a Fer, no me quedó la más minima duda

C: Sí, ella ya lo amaba en ese entonces... ¿Y Fernando? ¿Cuándo te enteraste de que él ama a Lety?

E: Eso empezé a sospecharlo el mismo día, lo del cumpleaños de Lety, aunque todavía el sentimiento de él no era fuerte como lo es ahora. Pero, según lo que me contó el propio Fernando, él se enamoró de Lety cuando hizo el amor con ella la primera vez

C: Sí, Lety también me dijo que sintió que Fer la amaba, esa noche. Dijo que fue una noche mágica

E: Je je je

C: ¿De qué te ríes ahora?

E: Nada, es que Fer usó la misma palabra con respeto a esa noche: mágica

C: Ahww... Qué raro se me hace ver a Fernando tan enamorado... Nunca pensé que eso podía pasar ya que él y Omar son dos mujeriegos ja ja ja

E: Sí, eso es cierto, pero el verdadero amor hace cambiar a cualquier persona... Bueno, casi a todos. No creo que Omar Carvajal pueda dejar de ser mujeriego je je je

C: Sí...

De repente Carolina entristeció

E: ¿Qué te pasa, Caro?

C: Nada...

Eduardo entendió que algo no le había causado gracia a su amiga así que, para levantarle el humor, la invitó a almorzar


Fernando, en tanto, estaba dandose una vuelta por el centro de la ciudad, en busca de un regalito para su Lety, cuando su celular empezó a sonar

F: ¿Bueno?

O: ¡Hermano, soy yo!

F: ¡Hola Carvajal! ¿A qué se debe el honor de esta llamada?

O: ¿No te imaginas? Te llamo para saber que pasó con Castro

F: Ah por eso... Es una larga historia; ¿Qué te parece si te invito a almorzar así te cuento?

O: ¡Perfecto! Mira yo estoy cerca del Le Noir así que, si quieres, podemos vernos ahí.

F: ¡Perfecto! Yo también estoy cerca así que nos vemos en 15 mintuos

O: Bueno. ¡Hasta luego hermano!


En tanto, Carolina y Eduardo también habían escogido el Le Noir como lugar donde almorzar...

E: Te voy a hacer probar unos mariscos al vino blanco que estoy seguro te van a encantar

C. Ajá...

Carolina no le prestaba mucha atención puesto que seguía triste

E: Caro, ¿qué te pasa? ¡Y no me digas que no es nada porque te conozco! ¿Acaso te ofendiste por lo que dije de Omar?

C: ¡No! ¿Qué tiene que ver Omar?

E: No sé, dime tú... Como que cambiaste de humor cuando lo mencioné...

C: Es que...

De repente Carolina miró hacia la puerta de entrada del restaurante y desorbitó los ojos: ¡Omar Carvajal acababa de entrar en el local!

Cuando Eduardo vio la cara que puso Carolina, se volteó hacia donde ella miraba y avistó a Omar

E: Mira... Se habla del diablo...

Carolina se puso roja como tomate así que Lalo entendió de inmediato que su amiga no era del todo indiferente hacia Omar...

E: ¿Quieres que lo invitemos a almorzar con nosotros?

C: No. Seguro está esperando a una de sus “amiguitas”

La mirada de Carolina se aguó

C: Perdoname Eduardo, tengo que ir un momento al baño...


Unos minutos después, en el restaurante apareció también Fernando y, tras abrazar a Omar, se dirigió con su cuate hacia una mesa que les había reservado el mesero. Cuando estaban por sentarse, Fernando oyó una voz que lo llamaba

F: ¡Lalito! ¡Qué gusto verte aquí! ¿Por qué no te sientas con nosotros?

E: Me gustaría, Fer, pero vine acompañado...

F: Ah, claro; me imagino que viniste con tu amiga, la que te dio hospitalidad esta noche, ¿verdad?

E: Así es. Pero, si quieren, se pueden sentar ustedes con nosotros.

F: No Lalito, no querríamos molestar...

E: No es ninguna molestia, Fer. Además estoy seguro que a Caro le va a encantar tenerlos a la mesa con nosotros

El solo oír el nombre de Carolina, despertó la atención de Omar

O: ¿Caro? ¿No será Carolina Ángeles, verdad Lalito?

E: Ella mera, Omarcito

Omar brincó de pie

O: ¡Pues claro que aceptamos! ¡Vamonos Fernando!

Fernando y Lalo se quedaron mirandolo por un rato

F: ¿Qué le pasa ahora?

E: A lo mejor se muere por las ganas de ver a Carolina...

F: Claro, enfermo como está seguro ya le hacen falta las mujeres

Finalmente los tres hombres se sentaron a la mesa, donde originariamente estaban solo Eduardo y Carolina, y se pusieron a hablar.


Cuando Carolina salió del baño y vio quién estaba sentado a su mesa, las piernas les empezaron a temblar. Para no delatarse, impuso a si misma de sonreír y hacer como si nada a pesar de que Omar, el hombre que ella amaba secretamente desde mucho tiempo, estaba sentado a su misma mesa. Muy despacio se acercó a los tres hombres y saludó muy amablemente a Fernando con un beso en el cachete. Cuando se volteó para saludar a Omar, el ex videpresidente no le dejó ni tiempo de hablar puesto que le tomó la mano derecha mientras que le puso la izquiera en la espalda y, acercando su cara a la suya, la besó en el cachete

Carolina sintió un escalofrío correrle por toda la espalda cuando Omar la besó

O: ¡Caro! ¡Caro, hermosa! ¿Como estás?

C: Bi... bien, Omar. Gracias

F: Llegaste justo a tiempo Caro. Estaba por contarles que pasó anoche con Cristian Castro

C: Ah, muy bien. Cuentanos también que pasó con...

Antes de que Carolina terminara la frase, Fernando desorbitó los ojos y desblancó en la cara así que la publirrelacionista entendió de inmediato que era mejor callarse

O: ¿Con quién?

E: Pues con... ¡con Marcia! ¿Con quién más?

O: ¡No! No me digas que la Marcianita llegó al evento...

F: Así es, Caravajal

O: Claro, ¡la Marcianita y sus paranoias! ¿Y qué pasó?

F: Pues logramos hablar con Castro y....

O: ¡No Fernandito! ¡Me refería a qué pasó con la Marcianita!

F: Ah pues... nada en especial... Me la topé en el evento y estuvo pegada a mi como lapa por toda la noche

O: Ay Marcianita... ¿Y como te escapaste?

F: ¿Acaso no oíste que estuvo pegada a mi TODA LA NOCHE? ¿¡Como podía escaparme!?

O: ¿Entonces?

F: Entonces nada, ella quiso venir a mi casa y tuve que aconsentir para que no le diera otro ataque de paranoia

Carolina se puso a reír

F: Lo bueno es que no estuvo mucho y se fue después de unos minutos...

O: Y me imagino que después te escapaste donde tu gargolita...

F: ¡Omar! La próxima vez que llamas a Leticia de esa manera, ¡te juro que te mato!

O: Ok, ok ¡Perdón! Además me olvidaba que ella ahora ni te pela ya que está con el güerito eso de Acapulco...

Fernando estaba por tener un ataque de rabia, debido al hecho que no soportaba ni sentir nombrar al güerito sonriente así que Eduardo trató de aligerar la situación

E: Señores, ¿por qué no nos concentramos en lo que pasó con Cristian Castro?

C: Sí, mejor cuentanos que pasó con él, Fernando

F: Bueno. Lo que pasó es que el propio Cristian aceptó hacer el primero de sus videoclip con nosotros

C: ¡Que bueno! ¿Y como lo lograron?

F: Pues... Seguro me tomó en simpatía je je je no, era broma. Lo que pasa es que logramos hablar con él, tanto yo como Lety, y se ve que entre los dos logramos convencerlo que Conceptos es una óptima casa productora

E: Bueno Fernando, ¡me felicito contigo!

F: Gracias, Lalo

O: ¿Y tú, Caro? ¿En qué estás trabajando ahora?

C: ¿Yo? Pues recién regreso de Acapulco, donde me ocupé, junto con Lety, del certamen de Nuestra Belleza Latina...

O: ¿Con Lety? O sea que la gargol...

F: ¡¡Carvajal!! ¡Lety! ¡Se llama Lety! ¿Tanto te cuesta llamarla con su nombre?

O: ¡Ay que latoso eres, Fernando! Está bien, Lety. Te decía, Caro... ¿Eso quiere decir que “Lety” estuvo contigo en Acapulco?

C: Así es

O: ¡Claro! ¡Ahí fue donde conoció al güerito ese sonriente! ¿Y tú lo conoces, Caro?

C: ¿A Aldo? ¡Pues claro! Con Aldo somos amigos desde muchísimo tiempo...

Fernando hizo una mueca

F: Gne gne gne

Omar, a su vez, puso una cara bastante perpleja. Sin embargo preferió cambiar de discurso ya que el güerito tampoco era Santo de su devoción

O: Bueno ¿Y ahora de qué te ocupes?

C: Ahora estoy organizando un evento por un desfile de moda de Retro Mode

F: ¿Retro Mode? ¿No es la casa de moda que se ocupa de atuendos años ’40 y ’50?

C: Esa mera

O: Me imagino los mujeron que estarán en ese evento grrr

Carolina suspiró

F: ¡Omar!

O: ¿¡Qué!?

F: Dejalo...

E: ¿Qué le parece si vamos a ordenar?

F: ¡Me parece perfecto!

Durante todo el almuerzo, Carolina no pudo evitar de lanzar cualquier que otra mirada a Omar así que Eduardo confirmó su parecer: Carolina estaba enamorada de Omar.



Terminado el almuerzo, Don Erasmo informó Lety que la Tía Rosita Solís cumplía 90 años y que para la ocasión, quería festejar su cumpleaños con todo el parentado...

D.E: Su cumpleaños es mañana y nos pidió que estaríamos presentes nosotros también

L: Si se trata solo de un día, para mi no hay problema, papito

D.J: Claro que sí m’hijita. Mañana mismo en la noche regresamos a México. Ya sabes que a tu papá no le gusta estar demasiado tiempo lejos de su casa ji ji ji

L: ji ji ji bueno entonces está bien. Si me permiten, ahora voy a ordenar un poco mi cuarto que está hecho un desastre. ¡Nos vemos luego!


Lety salió en su cuarto y se puso a ordenar cuando que se topó con la caja donde había guardado los recuerdos de Fernando. Instintivamente tomó el peluche con forma de jirafa y lo acarició. Ese era el regalo que Fernando le había obsequiado por su cumpleaños. De repente le vino a la mente que el cumpleaños de Fernando estaba bastante cerca así que tomó un calendario y checó la fecha

L: ¡Híjole falta realmente poco para su cumpleaños! ¿Qué le voy a regalar? Tengo que pensar a algo muy especial... Fernando se merece algo que venga de mi corazón y voy a empeñarme para hacerle pasar un día inolvidable, como fue el día de mi último cumpleaños...



En tanto, el almuerzo en el Le Noir había terminado así que, antes de irse cada quién por su cuenta, Fernando le pidió a Eduardo si tenía algo que hacer con Carolina ya que tenía que hablar con él de un asunto muy importante. Eduardo miró a su amiga y se le ocurrió una idea

E: No Fer, no tengo nada en especial que hacer pero yo vine con Caro y si me voy contigo, ella se queda sola.

C: Para mi no hay problema, Lalo. Es más, estoy acostumbrada a ir sola a donde sea

Eduardo miró hacia Omar...

E: Omar, ¿Por qué no la acompañes tú?

La publirrelacionista fulminó a Eduardo con la mirada

O: ¡Claro, con mucho gusto!

Carolina desorbitó los ojos

F: Bueno, entonces nosotros nos vamos. Ah Omar, ¡portate bien!

O: ¡Ay ni que fuera niño chiquito, Fernando!

Fernando y Eduardo se fueron. Omar miró Carolina y le propuso de dar una vuelta, ya que la jornada estaba demasiado linda para encerrarse en casa.

O: ¿Qué te parece si nos damos una vueltita?

C: ¿Una vuelta? ¿Y como adonde?

O: No sé... veremos donde nos llevas el coche

Omar guiñó el ojo a Carolina que se sonrojó

C: Está bien...

Los dos subieron en el coche y Omar arrancó rumbo un lugar que para él era muy especial...



Mientras tanto, Aldo seguía pensando en Leticia mientras pintaba un cuadro

A: Ay Leticia... ¿Cómo le hago para convencerte a olvidarte de Mendiola? Lo único que podría alejarla de esa empresa, es que la misma se rematara pero... ¡Claro! Si le propongo el proyecto de Turismo Gastronomico a la concorrencia, a lo mejor ellos no logran llegar a pagar la deuda! Aunque eso sería una canallada... Tengo que pensarlo bien...

Aldo se puso a mirar su cuadro y sonrió

A: Estoy seguro que a mi Leticia le va a encantar...



En tanto, en casa de Fernando, el mismo le contó a Eduardo cual era su plan. Después de haberlo escuchado con atención, y tras recuperarse del estado de shock en que había quedado, Lalo le preguntó si estaba seguro de querer actuar de esa manera

E: Fernando... ¿Estás completamente seguro de que eso es lo que quieres

F: ¡Claro que sí, brother! ¡No te lo estaría contando si no estubiera absolutamente seguro de lo que quiero hacer!

E: ¿Y con Marcia?

F: Marcia tiene que resignarse a que me perdió desde muchísimo tiempo...

E: Desde que te enamoraste de Lety, ¿cierto?

F: No Lalo. Yo creo que mi amor por Marcia se terminó mucho antes que Lety ingresara en mi vida... Leticia no desbancó a Marcia; no ocupó su lugar...

E: ¿Entonces por qué seguiste con Marcia todo este tiempo?

F: No sé... no sé Lalo. Quizás por costumbre o porque era algo que querían mis padres...

E: ¿Y como es que aún no temrines con ella?

F: Porque es algo que Lety me pidió. Según ella, todavía no es prudente que yo termine mi relación con Marcia

E: ¿Y eso para qué?

F: Porque Lety cree que podría haber repercusiones sobre la empresa y eso es algo que ella no quiere. Y la entiendo ¿sabes? Ahora que es la Presidenta, Lety tiene muchísimas responsabilidades y es obvio que no quiera fracasar, por eso respeto su voluntad

E: ¿Entonces por qué quieres hacer eso que me contaste?

F: Porque a mi, lo único que me importa es Leticia. Sé que la hice sufrir mucho así que ahora quiero hacer algo que la haga feliz...

E: ¡Sí, pero esa que acabes de tomar es una decisión muy importante, Fernando! ¡Y además es algo que puede tener consecuencias muy serias! ¡Piensalo bien! Sé que estás enamorado de Lety; me doy cuenta que mueres por ella por como la mires y por como tu aura se ve cuando estás junto a ella, pero piensa también a las otras personas que podrían sufrir por tu decisión...

F: Lalo, te agradezco mucho que te preocupes por mi, pero creeme que estoy seguro al cien por ciento de lo que quiero hacer. ¡Además ya empezé los procedimientos así que no puedo pararme; no a este punto! Lalo, ¡Lety se merece que yo la ame por toda la vida y yo quiero amarla todos los días de mi vida! Quiero que ella sea mi compañera; mi amante; mi esposa; mi mujer; la madre de mis hijos... Quiero envejecer con ella y pasar con ella cada segundo de mi vida... ¡Pero sobretodo quiero que sea feliz! ¡Ay Lalo la amo tanto! Creeme que solo me importa su felicidad y sé que ella va a estar muy feliz con esto... Claro, si no me mata primero por no haberla consultada je je je

Eduardo sonrió

E: ¡Seguro le vas a dar una sorpresota! Je je je

F: Sí... ¡Espero que todo salga como lo planeo!

E: Estoy seguro que sí, Fer

F: ¿Eso quiere decir que vas a ayudar con mi plan? Para mi sería muy importante contar con tu apoyo, hermano, ya que por el momento no puedo contarlo a nadie...

E: ¡Claro que sí hermano! Eso va a ser muy divertido así que cuenta conmigo para lo que sea



Sigue...